El Vaporcito surcaba la bahía más pájaro que barco. Flotaba antiguo sobre las olas como esas viejas gaviotas sabias que apenas tienen que mover las alas para volar. El Vaporcito traía de Cádiz risas de Carnaval y se llevaba a la Caleta el aroma embriagador de los vinos de El Puerto de Santa María. El Vaporcito nos embarcaba a un viaje a Cuba de andar por casa y a la vuelta nos traía en el alma un recuerdo de habaneras. El Vaporcito, que durante tantos años fue el símbolo marino de El Puerto, se nos pudre a la orilla de la nada con la proa aún erguida, pero con el alma rota. ...continúa leyendo "3.794. El Vaporcito, se nos pudre a la orilla de la nada con la proa aún erguida, pero con el alma rota"