Sin lugar a dudas, Ana (a la izquierda) y Luisa o Chica (a la derecha) Morales Vega, las hijas de Roque, forman parte de la memoria colectiva de El Puerto de las dos últimas generaciones. Pertenecer a la familia, ser hijas de Roque, el droguero de la calle Ganado, (ahora Ganado esquina con Nevería) imprime carácter, pues cuantos consejos no se habrán recibido del bueno de Roque para solucionar algún problema doméstico.
Without a doubt, Ana (on the left) and Luisa (on the right) Morales Vega, daughters of Roque, are part of El Puerto’s collective memory over the past two generations. Belonging to the family, being Roque’s daughters, the hardware shop owner on calle Ganado, (now where Ganado meets Nevería) stamps a mark on you, so many pieces of advise they must have received from good old Roque to solve any imaginable domestic problem.
Roque, anda ya jubilado jubiloso -otro día tocará hablar de la droguería que llevan sus hijos- y con sus hijas muy cerquita con una Perfumería, en la calle Nevería, que lleva abierta ya sus buenos años.
Posiblemente allí, en la Perfumería de la esquina de la calle Nevería esquina y vuelta con la peatonal Ricardo Alcón, no haya problemas a la hora de obtener una muestra o encontrar un perfume que posiblemente esté acabado en el mercado. Posiblemente en aquella perfumería, con el estilo tan de la familia: familiar y cercano, se podrá acceder a una crema sin tener la sensación de que la dependienta te perdona la vida, a pesar de que lo que compras lo pagas.
Ese es el éxito de esta collera de hermanas, su naturalidad, su franqueza y su proximidad que te hace sentir cómodo. Justo lo contrario de las grandes superficies y alguna que otra tienda donde el envaramiento no puede dejar paso a la naturalidad. Y es que reclamamos el derecho a comprar cómodamente, paseando por las calles del centro, donde conoces al dependiente y además te llevas, gratis, un consejo. En la plenitud de los negocios de la familia de Roque, con la segunda generación diversificando y ampliando oportunidades empresariales, Luisa y Ana, o Ana y Luisa continúan con la tradición familiar: una sonrisa y un consejo, gratis, además de la compra.
Una buena novela, ahora adaptada al cine: "El perfume: historia de un asesino es la opera prima del escritor alemán Patrick Süskind, publicada en 1985 bajo el título original Das Parfum, die Geschichte eines Mörders. Inmediatamente se convirtió en un best-seller, traducido a más de cuarenta lenguas en todo el mundo. El perfume, dividido en cuatro partes y cincuenta y un capítulos, transporta al lector a un mundo con el que no está familiarizado, "el evanescente reino de los olores", a través de su protagonista, Jean-Baptiste Grenouille (grenouille significa rana en francés). La historia de Grenouille, "uno de los hombres más geniales y abominables de su época", transcurre en la Francia del siglo XVIII. Desde su nacimiento, Grenouille descubre y percibe el mundo a través del sentido del olfato, que tiene más desarrollado que el resto de las personas. Éstas, a su vez, encuentran inquietante la falta en Grenouille de un olor propio." (Wikipedia). La película es una buena adaptación de la novela, aunque con un final extraño. Ofrecemos aquí un trailer de la misma.
La apuesta de José Manuel Ibáñez Castrelo -toda la vida en el negocio bancario- ha dado un giro en los últimos 11 años con la creación y mejora de un producto delicado: las Tejas de Almendras. Una exquisita galleta que está alcanzando su paroxismo en el despacho al público de la calle Misercordia.
José Manuel Ibáñez Castrelo’s chosen career – he has spent his whole life in the banking sector –has changed over the last 11 years with the creation and improvement of a delicate product: Almond Thins. An exquisite biscuit which is reaching great heights of success in the public office on calle Misercordia.
Aunque la pasta es originaria de Madrid, en El Puerto ha encontrado una nueva formulación que le da carácter de propio y que toma su nombre por la forma de teja curva. Con una nueva sociedad segregada de la anterior Panadería Gómez de Requena: Ibáñez Herrera e Hijos pretenden consolidar el destacado producto que se ha convertido en una demanda, no solo de familias y empresas de restauración de la localidad, sino que es solicitado desde Sevilla, Madrid o Bilbao, por referir algunas capitales, donde se consume el dulce, esta “delicadeza” ya portuense. Las Tejas de El Puerto, las tejas de almendras, se pueden encontrar, además en las tiendas de Gourmet, en los sitios de venta refinada y hasta se pueden encargar por Internet, desde la página web www.tejasdelpuerto.es La mejor noticia desde el cierre de la panadería, que seguirán invirtiendo muchas horas, con los métodos artesanos con los que las elaboran, en sacar adelante la producción ya consolidada, e inventar incluso nuevos productos: de almendras y chocolate, sin gluten, sin azucar, de piñones... E incluso ya se está haciendo popular la caja especial de El Puerto, con dibujos originales de Humberto Parra sobre la plaza de Toros, (cuyo lateral reproducimos) y que Ana Rosa Quintana, Mariló Montero o Teófila Martínez, tuvieron ocasión de degustar durante la corrida de toros del mano a mano entre José Tomás y Morante de la Puebla, el pasado 10 de agosto. La tradición de los Gómez de Requena y el impulso de los Ibáñez Herrera, nos seguirán haciendo felices a través de la pequeña repostería, para orgullo y deleite de portuenses y devotos.
PANIFICADORA GOMEZ DE REQUENA
Hace un par de años, en mayo de 2006 escribía para Diario de Cádiz: «O mucho me equivoco o pasear por la calle Misericordia, frente al Colegio de las Esclavas, no va a ser lo mismo a partir de primeros de junio. Después de más de un siglo, la panadería que fundara un miembro de la nobleza en la segunda mitad del siglo XIX, que luego pasara a manos de Alicia González de Quevedo y que ha estado regentada por la familia y descendientes de los Gómez de Requena durante los últimos sesenta años, cierra sus puertas. No sabe uno como se lo van a tomar las piedras de la calle Misericordia –o Rufina Vergara- que ya no vaya a haber olor a masa fresca y a leña, o a otros combustibles; que desaparezca el rumor tempranero de los operarios en el obrador, que los escaparates ya no se engalanen con los productos que allí –todavía- se elaboran. Que los chiquillos, sus madres, y los vecinos de la zona, se desorienten buscando el habitual pan artesano que de sus hornos salía. Pero, nada es todo cambia, que decía el filósofo. Y los tiempos cambian. Que le pregunten a la antigua de Suárez y por su almacén, en la esquina de las calles Misericordia con Luna.
Los Gómez de Requena, hoy tres familias distintas aunque emparentadas entre sí, descendientes del Maestro Panadero jerezano José Gómez de Requena, llevan varias generaciones horneando pan para los portuenses. También en la calle Nevería y en la calle del Vicario. Pero a partir de primeros del mes próximo, la singular tienda de la calle Misericordia cerrará sus puertas. En los hoteles, en los mejores restaurantes, en las familias de gustos refinados, están ya dando vueltas sobre quien será su proveedor, donde comprar los selectos panes. ¿Acaso en el Horno de las Cañas, -La Pajarita- una de las últimas panaderías que siguen preparando el pan como antaño, mientras las demás sucumben ante los precocinados, congelados, baguettes y demás puñetes?
Ese horno de solera refractaria, como antiguamente, con base giratoria, va a dejar de funcionar en la calle Misericordia,. Los herederos del negocio enfocan sus carreras y profesiones por otros derroteros, y contribuirán a repoblar el centro de la ciudad con una promoción inmobiliaria que, parece ser, es el destino del más que centenario edificio que alberga el obrador. Pero algo va a quedar, trasladado a la zona industrial de El Puerto, quizás su producto ‘delicadeza’ más refinado y que, a la vuelta de ocho años se ha convertido en un referente del capricho gastronómico en dulce: las Tejas de Almendras».
Se llama Ingrid Kunst. Es la mujer de Fernando Álvarez Pasaje, hombre vinculado por las ramas paterna y materna a la hostelería en El Puerto. Dirige junto con Fernando el restaurante La Marítima, en Valdelagrana.
Her name is Ingrid Kunst. She’s Fernando Álvarez Pasaje’s wife, a man linked by his paternal and maternal ties to the catering business in El Puerto. She manages the restaurant La Marítima in Valdelagrana together with Fernando.
El establecimiento toma el nombre de aquella otra Cervecería Marítima, negocio familiar propiedad de su suegro que estuvo situado en la calle Luna abajo en la confluencia con la Plaza de las Galeras Reales; hoy ocupa ese espacio hostelero un restaurante chino. En Valdelagrana, Ingrid ha sabido dar una peculiaridad a los platos que allí se sirven: pescados de la bahía a la espalda y guisos marineros, con vistas al mar. Ingrid llegó a España hace 20 años procedente de su Alemania natal y conoció a Fernando en el Camping de Valdelagrana, donde su familia regentaba el bar de dicho acampamento. Ha estudiado turismo buscando, además de una mejora en su formación académica, una piedra filosofal para este establecimiento de hostelería. Son tiempos difíciles: Ingrid sabe que continuando con la buena materia prima y el mejor trato personalizado es como se sobrevive en tiempos de crisis. Veamos ahora una receta de CABALLAS CON FIDEOS. Ingredientes para 4 personas:2 uds. Cebolla, 3 dientes Ajo, 1 hoja Laurel, 1 Tomate frito (750 grs.), 2 uds. caballa (grande), 500 gr. fideos (gordos), 1 copa vino fino, 3 cucharadas sopera de aceite de oliva. Elaboración: Se limpian las caballas y se hierven a fuego lento en una cacerola con abundante agua durante unos 30 minutos. Se sacan las caballas y se dejan enfriar. El agua de hervir las caballas se reserva. Se pone a calentar el aceite en una cacerola y se refrien la cebolla picada y los ajos cortados a láminas algo gruesas. Cuando la cebolla esta tomando color, se le añade la mitad del tomate frito y el vaso de vino y el laurel. Se hace un sofrito y se le añade el agua de las caballas. Se lleva a ebullición y se le añaden los fideos y el resto del tomate. Mientras los fideos hierven a fuego moderado unos 30 minutos, se limpian las caballas de espinas y se demenuzan en trozos medianos. Cuando ya están los fideos se añaden los trozos de caballa y se remueve. Se deja reposar un par de minutos y se sirve muy caliente.
Boina y bastón. Antonio Rodríguez Bruqué, Tonino (1925-1993), nació en Utrera (Sevilla) pero ejerció su profesión de vendedor de los números “de los ciegos” (ONCE) en El Puerto, entre 1956 y 1990, año en el que se jubiló.
Beret and walking stick. Antonio Rodríguez Bruqué, Tonino (1925-1993), was born in Utrera (Seville) but he worked in El Puerto selling ONCE (Spanish National Association for the Blind) lottery tickets between 1956 and 1990, when he retired.
Tenía un hermano que vivió, creció y murió en Francia y con el que no tuvo relaciones ya de mayor. Aquí vivía su abuela Consuelo, que tenía un almacén en la calle Santo Domingo, esquina y vuelta con San Bartolomé, donde hoy se encuentra la tienda de Bricopinturas. Estuvo acogido en el antiguo Hospital de San Juan de Dios. A su cierre, Ángeles Pérez Peral, su administradora, le buscó alojamiento y quien le atendiera; fue con su cuidadora, la mujer que le había asisitido en su casa con quien luego contraería matrimonio, en mayo de 1993, falleciendo el 22 de agosto de ese mismo año en la casa en la que vivían ambos, en la calle Larga, junto al Bar Manolo. La ceguera le vino de chico, en su Utrera natal: jugando con una granada mientras cuidaba vacas que, al explosionar, le amputó parte de un brazo y le afectó a un ojo dejándolo tuerto. Ya en El Puerto así ‘veía’ el fútbol en el anterior campo del Rácing, denominado Eduardo Dato (donde hoy están los pisos verdes frente a la actual Comisaría de Policía); se situaba junto a la entrada de los vestuarios y a los árbitros los ponía a parir de insultos.
Como tenía defectuosa la visión, hasta perderla definitivamente, algunos pícaros jóvenes y no tanto de aquella época le relataban los errores -o supuestos errores- del árbitro y aquello no era boca; algunas veces era mentira y solo lo hacían por “escucharlo”. Esa era una constante de un Tonino bastante primario, al que los niños y jóvenes picaban para hacerlo oir: insultos, bastonazos contra coche si estaba mal aparcado dificultando el paso por la acera, incluso dando bastonazos a quien se le pusiera de por medio, exabruptos,… Tonino era temible si se le insultaba o jaleaba de forma equívoca y él se daba cuenta. Pero también “pedía guerra”, pues no estaba contento como no se metieran con él: cuando pasaba por delante del Bar Central, en la confluencia de las calles Luna y Larga, era él el que se dirigía a la pandilla de cachondos que allí se reunían, y que lo solían fustigar a su paso, preguntando: “pero… ¿hoy no me vais a decir ná?”.
Otro paradero de Tonino era el Bar La Perdiz, entre Larga y Ganado, donde era acogido por los contertulios que allí departían. Aunque para tertulias como aquellas, mejor que no se hubiese dejado querer: eran crueles con nuestro personaje, llegando incluso a quemarlo con colillas y otras vejaciones e indignidades. Por eso, quien lo buscaba, lo encontraba. Existe una leyenda urbana de nuestro personaje que no es cierta y que aquí desmentimos: cuentan que había sido fusilado en el bando republicano, cayendo al foso y encima de él unos cuantos mas, dándose le por muerto; cuando pasó un rato y al no oír voces salió de la fosa. Su viuda, la mujer que le cuidó hasta el final de sus días, afirma que mientras su cuerpo haga sombra, no permitirá que se ofenda la memoria de Tonino. (La fotografía a color es de 1987 y pertenece a la colección de Vicente González Lechuga. La fotografía en B/N pertenece a la Colección de Miguel Sánchez Lobato).
La fotografía está tomada en la calle Luna abajo, durante el Carnaval de 1985 desde la puerta de los desaparecidos Estudios de Fotografías Garpre, el día 8 de Marzo; detrás se observa la Farmacia del Carmen, antes de la reforma.
This photograph was taken looking down calle Luna from the door of the former Garpre Photography Studios, on the 8th of March, during Carnaval in 1985; behind you can see the chemist’s ‘Farmacia del Carmen’, before it was renovated.
La Compacorogota, en esta ocasión y foto, representa a los personajes del Quijote de Cervantes. La integran, de izquierda a derecha y de abajo arriba, en primer término, Javier Tosar Barrera, como villano; a su lado Vicente González Lechuga, que iba caracterizado de cura de época y tocaba el bombo, su mujer, Carlota (Loti) Benjumeda; a continuación y cortado a la mitad, Fernando Pasaje, que era el letrista de la agrupación. En la siguiente fila, con bigote blanco y gafas, un infiltrado: Jaime Gutiérrez Perea, quien en 1991 sería concejal de Fiestas durante dos mandatos y pico; a continuación el guitarrista y director musical, Eduardo Ramos Romero (a la sazón Director del Banco Atlántico), a su lado Carmen Polo Páez y caracterizado como Cervantes, Fosco Valimaña Lechuga, que tocaba la caja. Siguiente fila, con sombrero de paja: Felipe Viete Sotelo, a su lado María Ángeles (Lale) Muñoz Benítez, seguida de Concepción Serrano Saceta; como Sancho Panza, con barba pelirroja, Manuel Albert Alonso y con sayón rojo, la desaparecida Elena Almagro Buhígas. En la última fila Carmen Muñoz Benítez; otro infiltrado, Fernando Domínguez de los Reyes y coronando la instantánea, D. Quijote, magistralmente representado por Antonio Almagro Buhigas. Faltan en la foto, Dulcinea: María Isabel Domínguez de los Reyes, Consuelo López Nicolás.
El nombre de Compacorogota, original a mas no poder, es la contracción de las palabras: Comparsa, Coro y Chirigota, y al no pertenecer nuestros amigos a ninguna de las tres modalidades más conocidas del Carnaval, se inventaron el palabro, el concepto y la agrupación. Los ensayos los realizaban en el Taller de Cerrajería que tenía Antonio Almagro junto al Hotel Los Cántaros, hoy pub el Burladero. Por boca de algunos de los miembros de la Compacorogota: «yo no se si se ensayaba, pero lo cierto es que nos dábamos un lote de comer pescaíto frito y las célebres papas y chocos aliñados de Mª Carmen Muñoz Benítez». Una anécdota que también recuerdan es que «durante lo ensayos, cuando más serios estábamos, salía Javier Tosar cantando “Islas Canarias”, con el correspondiente cabreo de Fernando Pasaje y algún que otro componente “de la agrupación”. Cada año fabricaban un artilugio que les servía para llevar a la tropa y el correspondiente suministro alcohólico que nutría al grupo durante las salidas callejeras de la Compacorogota. Se fabricaba en el mismo taller de Almagro durante los fines de semanas anteriores al de Carnaval. El año 1985 hicieron un gran caballo de madera donde D. Quijote iba montado a horcajadas, y los demás -como sufridores- tenían que empujar. También, días antes del Carnaval, se desplazaban a Jerez, a la calle Caballero, a casa de una modista que se dedicaba a alquilar trajes y que, adaptaba a las medidas de nuestros carnavaleros. El viernes inmediatamente anterior a la Fiesta, se reunían con sus amistades en el Taller La Rinconada, en Puerto Escondido, y allí se hacía el ensayo general, debidamente regado con el desaparecido Fino Maruja, de Bodegas Terry, acompañado de bebidas y manjares, para todos.
En el Carnaval de 1987, “la única compacorogota del mundo” organizó el Primer Concurso de Feos de El Puerto de Santa María. Pero, esa, es otra historia...
Luichi y Juan son dos portuenses de toda la vida. Gente con sentido del humor, hedonistas, pero que se las han visto y deseado en otros tiempos para ser... como ellos son. Nunca han estado en el armario porque no tenían armario donde esconderse.
Luichi and Juan have always lived in El Puerto. They have a sense of humour, they’re hedonistic, but in the past they’ve had to hide…what they are. They’ve never been in the closet because they don’t have a closet to hide in.
Parguelas que no lo disimulan, dicho sea con el máximo respeto; decirles otra cosa sería ofenderles o dar un rodeo de forma innecesaria buscando lo políticamente correcto. A fin de cuentas son gente del pueblo, con esa inteligencia natural que da la calle; a los que ves y te ven venir.
Luichi ha estado desenvolviéndose por el mundo de la hostelería: pinche de cocina en el desaparecido Club Mediterranee, o en el Náutico. Rociero desde siempre. Tiene la desvergüenza respetuosa en esa sonrisa del que sabe. Del que ha vivido lo suyo.
Su compañero, en la fotografía, es Juan el Zapatero. De siempre le hemos visto con muletas. Hoy los tiempos cambian y un cómodo -y acorde con los tiempos- carro eléctrico le sirve para desplazarse: a él y a su pelucón. La tienda de reparaciones de calzado artesana estuvo en la calle Federico Rubio al final, junto al desaparecido Bar La Lucha, oliendo el río. Hoy es frecuente verlos por el mercado -la foto está tomada en la esquina de La Placilla con la calle Luna- o paseando por las céntricas calles de El Puerto. Son portuenses de toda la vida.
Posiblemente sea la tienda de venta al público más antigua que continúa abierta en El Puerto. Por su mostrador han pasado muchas generaciones de porteños buscando esa novedad caprichosa con la que darse un regusto, aquel regalo impactante con el que sorprender, o el producto de cierta necesidad que solo se podía encontrar en este establecimiento de 128 años de existencia.
It’s possibly the oldest shop still open in El Puerto. Their counter has seen many generations of porteños looking for that particular novelty which will bring them joy, that impressive present to surprise a friend, or that product that you need and can only find in this shop with 128 years of history.
El mes de junio de 1880 tuvo que ser un mes de muchas sinergias. En ese mes y año se inauguraba la que fue en su momento la Plaza de Toros mejor iluminada del mundo, entre otros records de la época. Pues bien, el 28 de junio de 1880 abrió sus puertas Las Novedades, Quincallería y Perfumería, situada en la confluencia de las calles Larga y Correo (hoy Ricardo Alcón donde, de niños, mirábamos en el escaparate/ventana los juguetes que le pediríamos a SS. MM. los Reyes Magos). En ese mismo año nacía Manuel Azaña, político, escritor y presidente de la II República Española. Es también el año en el que Menendez y Pelayo publica 'Historia de los Heterodoxos Españoles'. Algo muy de El Puerto.
Fue su fundador Luís Pérez Conde, al que siguió como propietario su hijo, Francisco Pérez Gil. Luego se hizo cargo de la tienda el nieto del primero: Luis Pérez Grant y más tarde su viuda, Rosalía Tinajero Iñigo. A partir de este momento pasa a dirigir la tienda Pepe Sánchez Pérez, bisnieto del fundador y sobrino de Luis Pérez Grant, teniendo como compañero a Federico Herrera Síñigo, bisnieto del prestigioso orfebre D. Manuel Síñigo, que esculpiera el templete de la Patrona; había hasta un vendedor de décimos de lotería -Fermín- que hacía guardia en la puerta, como hoy la hace Kako, quien es asiduo visitante de Las Novedades. Por cierto que Pepe Sánchez Pérez (en la fotografía a la izquierda de este párrafo), está próximo a cumplir los 90 años: nació el 25 de septiembre de 1918. El negocio lo regenta hogaño su hijo Miguel Sánchez Lobato (en la fotografía principal que ilustra este artículo), desde 1986. ¿Quien no se acuerda de otros dependientes como Alejandro Güelfo o Pepe Crespo?
El 12 de diciembre 1999 la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Cádiz, fundada en 1886 (seis años después que Las Novedades), otorgó en la I Edición de los "Premios Tradición y Modernidad en el Comercio" a nuestro establecimiento, por su antigüedad superior a 100 años, el Premio de Categoría de Oro. No ha sido el único reconocimiento recibido, pues en el año 2003 recibe del Centro Municipal de Patrimonio Histórico un Diploma, original de Faelo Esteban Poullet, en el que reza textualmente: "A las Novedades, Mercería, Bazar, Juguetería y Tienda de Recuerdos, como reconocimiento a la perseverancia del Patrimonio Etnográfico Local y al mantenimiento de un ambiente tradicional durante años. Concedido después de más de un siglo con motivo del Día Local de Patrimonio Histórico. 4.XII.2003. Ahí es ná.
En un anuncio de época, detallan las especialidades de Las Novedades: "Mercería. Quincalla. Perfumería. Juguetes. Productos fotográficos "kodack" y "Agfa". Ampliaciones "Kodack". Cines "Pathé Baby". Películas y Accesorios. Artículos para regalos. Loza y Cristal, etc. Artículos para bares y cafés. Gramófonos y discos. Óptica, cristales y armaduras de todas clases; se despachan las recetas de los señores oculistas. Especialidad en Novedades". Hoy otros productos vienen a completar o sustituir la oferta de la tienda: Modelismo. Juegos de Mesa. Mercería. Artículos religiosos. Bisutería. El Fraile del Tiempo. Abanicos pintados a mano que dan aire distinguido...
Y Recuerdos de El Puerto únicos e irrepetibles. Reproducciones de fotografías antiguas. Hasta carga tarjetas de teléfono... Pero no se les ocurra pedir bigoteras, rabillos de boína, pechuguitas de almanaques, sopladores, cadenas de WC, cable de antena, o sacudidores y plumeros. Esas ya ni son novedades ni se han vendido en la tienda nunca. Al menos, que nosotros sepamos.
Desde hace muchos, todos los años por la Patrona, en la Función Principal de Estatutos de la Cofradía de la Esclavitud de la Virgen de los Milagros, la portuense María Mercedes Valimaña Lechuga, canta durante el Ofertorio, el 'Ave María' original de otro portuense, el compositor Javier Caballero.
For many years, María Mercedes Valimaña Lechuga, from El Puerto, has been singing 'Ave María', written by another portuense, the composer Javier Caballero, every year on the Patron Saint’s day during the Esclavitud de la Virgen de los Milagros Brotherhood’s Main Performance of Statutes.
Esta foto está tomada después de dicha interpretación en la esquina de la Plaza de la Iglesia con la calle Santa Lucía. Merche es profesora de canto (la que distribuye las voces en una coral) y profesora de piano: Merche Valimaña, o Merche Macaria -su nombre artístico- con el que publicó un disco, o simplemente y para los portuenses La Macaria, apodo que le fue adjudicado por ser la hija del que fuera propietario del Cine Macario, espacio urbano donde hoy se ubica la discoteca Mucho Teatro. Ha superado un cáncer bastante delicado --la verdad es que no lo aparenta--, y su hijo es su gran referente hoy en la vida. A la Macaria todos la recuerdan cuando en 1968 acompañó a Massiel en los coros durante el festival de Eurovisión, donde España resultó ganadora. Hace 40 años. "Yo soy la fea del Trío La,La,La", afirma entre carcajadas. Cuestión de gustos, pues su belleza picasiana rivaliza con su simpatía. A partir de la experiencia eurovisiva, Merche, junto a María Jesús Aguirre y María Dolores Arenas -las componentes del famoso trío- alcanzaron una enorme popularidad, repitiendo como coros cuatro años más: 1970 (con Julio Iglesias), 1971 (con Karina), 1975 (Sergio y Estíbaliz) y 1978 (José Velez) . Luego acompañarían en sus giras a Julio Iglesias tras ganar este el festival de Benidorm y haría muchos coros en la televisión de entonces: Televisión Española.
Algo que muy pocos portuenses conocen que Merche fue novicia en un convento. O que en su juventud actuaba en un grupo de teatro de aficionados en El Puerto. Aunque si existe en la memoria colectiva el single que publicara hace más de 35 años con dos canciones y que permaneció expuesto durante meses en el escaparate de Disco Film --en la calle Vicario-- con dos canciones, en la Cara A: Romance de María Pueblo, Cara B: Verano Indio.Una faceta desconocida de nuestra paisana es la de dobladora de películas musicales, poniendo la voz a algunos de sus protagonistas. En concreto de Walt Disney: La Cenicienta, Pocahontas 2, La Dama y el Vagabundo, y con Phil Collins interpretó para la Banda Sonora en Español de Tarzán: "En mi corazón estarás" (puede escucharlo pulsando sobre el título de la canción). Como tampoco saben muchos de sus paisanos es que la banda sonora de la serie de dibujos animados de La Abeja Maya la cantó ella, igual que la de Barrio Sésamo. Para la película de José Nieto "Jó, papá" (1975) interpretó fragmentos de ópera. Y en el trabajo de Aguaviva, "Cosmonautas" (1971) actuó como soprano en los coros junto con la Orquesta de la Sociedad Española de Radiodifusión (SER). Y tantas y tantas cosas más...
La faceta de actriz aficionada de Macaria, se pone de manifiesto en esta obra de Teatro: "Un Drama de Calderón" de Pedro Muñoz Seca, representada en el desaparecido Teatro Principal a finales de la década de los 50 del siglo pasado. De izquierda a derecha: Fernando Gago, Merche Valimaña, Antonio Altamirano, Amalia Rosso, José Lucas Morillo, Domingo Roa, Angelines Ayuso.
Estos dos ciudadanos afirman que la Oficina de la Farmacia Central lleva abierta más de 100 años. Perteneció a Blas Dorca y a Ernesto Jiménez Sancho, aunque yo siempre la he conocido como la Farmacia de Fernández Prada, la que está en la calle Luna arriba. Ignacio entró de mancebo hace 41 años, en 1967 y cuatro años más tarde, en 1971, Juan.
These two townspeople maintain that the Central Chemist’s Office has been open for more than 100 years. It belonged to Blas Dorca and Ernesto Jiménez Sancho, although I always knew it as Fernández Prada’s Chemist, the one at the top of calle Luna. Ignacio started working as a shop assistant there 41 years ago in 1967, and Juan started four years later, in 1971.
Juntos pueden contar la historia de las tribulaciones, en forma de enfermedad, que han aquejado a El Puerto en las últimas cuatro décadas. A El Puerto en su conjunto, que no de forma pormenorizada ya que eso pertenece al secreto profesional. Pero lpueden contarla con el sentido del humor que les caracteriza. Ya hay que tenerlo para que, después de tantas horas de pié escuchando problemas de males, siempre tengan dispuesta la sonrisa, la broma, la fina ironía sin ofender. Muchas veces es esa sonrisa cómplice, esa juego de palabra entre el cliente y uno de ellos, sorteando a la 'ropa menuda' que pueda estar en la Farmacia; otra escuchar y escuchar al viejecito su problema, interpretar la letra del médico y alargar la explicación que venga en un prospecto. Son, ciertamente, un referente de la sanidad en El Puerto y de la buena gente que, como Muñoz Seca, saben reírse hasta de su sombra. A las acepciones blancas de la palabra mancebo: "persona joven, o dependiente de Botica", se unen otras de menor fortuna, en las antípodas de nuestros dos protagonistas de hoy, tal y como nos explica el lexicógrafo Mariano Arnal:
EL MANCEBO
La palabra mancebo/manceba confirma la relación entre prostitución y esclavitud, ya en la época de la Grecia y Roma clásicas. A propósito de la palabra emancipación, mancipium era el protocolo de compra-venta por mancipación, y por extensión el objeto de la mancipación, por lo que significaba también "esclavo" y "prisionero de guerra". Y de esa palabra deriva el término "mancebo", que en masculino nació significando "esclavo", pero en femenino pasó en seguida a significar "mantenida", que es la misma palabra, con la única diferencia de que el verbo capere contenido en la palabra "manceba" hace referencia al principio de la relación, a la "captura"; mientras que el verbo tenere contenido en los términos "mantener", "mantenida" hace referencia a la continuidad de esa relación. El amancebamiento es, por tanto, el mantenimiento de una mujer en casa, no en calidad de esposa, que ésa es la prevista por las leyes, aquella en que la mujer tiene el mayor nivel de derechos; sino en calidad de "esclava", es decir simplemente para ser utilizada como una propiedad. El amancebamiento sería, por tanto, un atentado contra los derechos de la mujer. Mancebía era antiguamente el nombre usual de los burdeles, llamados también "casas de mancebía"; y "padre de la mancebía" al que regentaba el burdel.
Hay habrá sido día de Fiesta, doblemente, en casa de Milagros, --Pipi Gago Fornells--, para el resto de la humanidad y a quien tal y como se aprecia en la fotografía de aquí al lado (Autor: Dioni) , le encanta la Feria de El Puerto. Lleva el nombre de la Patrona de la Ciudad, pero lo gasta poco. Hoy es día de Fiesta en El Puerto y día festivo para Milagros-Pipi. Habrá quien se sorprenda al leer estas líneas, pero la periodista conocida como Pipi, afirmo, se llama Milagros.
Today must have been a double-celebration in Milagro’s house, known as ‘Pipi Gago Fornells to the rest of the world and who, as can be seen in the photo shown here (Photographer: Dioni), loves the Feria in El Puerto. She has the same name as the Patron Saint of the town, but it doesn’t get much wear. Today is a Bank Holiday in El Puerto and a celebratory day for Milagros-Pipi. Some of you will be surprised to read in this article that the journalist known as Pipi is actually called Milagros.
Un amplio currículum profesional le acompaña tras... tantos años de ejercerlo en diversos medios de todo tipo. Ella recuerda que, cuando estudiaba la carrera en Madrid, entrevistó a Miguel Boyer, flamante Ministro de Economía. Y yo recuerdo que, cuando la entrevisté en el año 2001, al preguntarle como conjugaba el río Guadalete -con olvido o sin él- ella contestó que “con desembocadura, siempre con la esperanza portuense de la desembocadura». Su hijo Pablo ha sacado la retranca y la simpatía de la madre. Milagros, ha ejercido el periodismo en Diario de Cádiz, El Periódico del Guadalete, fue directora de Radio Ubrique, llevó estóicamente, durante 11 años, el Gabinete de Prensa en el ayuntamiento portuense en la época en la que un esdrújulo, fue alcalde de El Puerto. Se marchó ¿por agotamiento? y estuvo durante un año de periodista de campaña con el Partido Popular. Luego con éste partido trabajó en el Gabinete de Prensa del ayuntamiento jerezano y con el PA y el PSOE, accedió a la dirección, en el ayuntamiento de Jerez, del gabinete de prensa del Área de Medio Ambiente, donde continúa. Y tiene blog, en el que publica sus artículos y otras curiosidades. Veamos ahora un relato de la efemérides de hoy: tiremos del túnel del tiempo...
1916. LA PATRONA ES CORONADA POR EL ARZOBISPO DE SEVILLA.
9 de septiembre. El arzobispo de Sevilla, Enrique Almaraz, colocaba ayer (hace 92 años), la corona de oro, labrada por las donaciones de los devotos portuenses, que lucirá a partir de ahora la Patrona, la Virgen de los Milagros. Es la primera imagen patronal de la provincia de Cádiz que recibe este rango. En esta jornada festiva también ha abierto sus puertas el remozado Hospital Municipal de San Juan de Dios. La festividad arrancaba a las ocho de la mañana con una ceremonia en la iglesia de los Jesuitas que a su término dio paso a la celebración matinal en la Prioral, previa a la Coronación. Entre los asistentes en primera fila se encontraba el teniente de alcalde de Sevilla, Antonio Plaza, en representación de la capital de la Archidiócesis a la que pertenece El Puerto desde prácticamente su fundación, así como el actual gobernador civil de la provincia José Sánchez Anido o el vicecónsul de Inglaterra en Andalucía, Roberto Pitman.
En la abundante representación religiosa figuraban, entre otros, el obispo de Badajoz, el de Fessea y el de la localidad mexicana de San Luís de Potosí, muy vinculada a la ciudad. De hecho, el valioso retablo de plata que luce la Iglesia Mayor procede de las minas de esta población. La Corporación Municipal accedió bajo mazas al primer templo portuense, en una ceremonia con gran pompa, entre quienes figuraban el primer teniente de alcalde, Emeterio Martínez, quien horas antes había señalado a este periódico la felicidad «que irradiaba la ciudad» ante una jornada tan festiva, sin perder «la mirada solidaria a la tragedia que sucede en Europa con motivo de la Gran Guerra». Hubo oraciones como cada día en pro de la paz entre las naciones vecinas. La capilla musical que armonizó la eucaristía iba a estar a cargo del maestro Javier Caballero, en una brillante intervención que se sucedió a lo largo de las más de dos horas que duró el solemne evento.
A las diez de la mañana se iniciaba la misa mientras hervía de personal la Plaza de la Iglesia rotulada oficialmente en honor de Alfonso XII. Pasadas las doce del mediodía fue llevada la Virgen de los Milagros, en su paso de plata hasta el centro de la plaza, donde el Cardenal Almaraz pronunció un Te Deum antes de imponer la corona tanto al Niño como a la venerada Patrona de los portuenses, entre aplausos de los presentes.Al término de la ceremonia se celebró un almuerzo en el Palacio Municipal de la Plaza de Peral. A las siete de la tarde la fiesta religiosa daba paso a la procesión con la imagen coronada por las calles de la ciudad. El itinerario fue por la Plaza de la Iglesia, San Juan, Cánovas, Castelar, Peral, Larga, Luna y una vibrante recogida sobre las diez de la noche. En esta jornada los portuenses también acudieron a la capilla del Hospital a agradecer la apertura de las nuevas instalaciones de San Juan de Dios.
(Suplemento extraordinario de Diario de Cádiz: 725 Años de Historia. Pg. 22. 16 de diciembre de 2006. Noticia de ficción basada en hechos reales, por Francisco A. Gallardo).
Junta de Damas de la Coronación Canónica de la Patrona, tomada el 8 de Septiembre de 1916 en la Plaza de la Iglesia. 1. Elisa Vázquez, Condesa de Osborne. 2. Milagros Gómez de Cuesta. 3. Joaquina Heras de Piury. 4. Dolores Aldaz Toro. 5. Francisca Martínez de Pinillo de Benjumeda. 6. Angela Terry de Pico. 7. María Sancho del Cuvillo. 8. Encarna Martel y Gutiérrrez. 9. Nicolasa Coma de Jiménez. 10. María Antonia Sancho de Morante. 11. Mercedes Peñasco García. No había nadie sentada, como se ve, del pueblo llano. Eran otros tiempos. (Foto: Colección V. González Lechuga).
Procesión de la Patrona, con el clero y la tropa de monaguillos inmediatamente delante del paso. La imagen luce ya la corona. La foto está tomada, probablemente a finales de la década de los 20 del siglo pasado, en el recorrido por la calle Palacios, esquina con Larga.
La calle, con sus adoquines, como debe ser en una Ciudad tan elegante como El Puerto. (Foto: Colección V. González Lechuga).
La fotografía tiene 19 años: abril de 1989. Es el X aniversario de los Ayuntamientos Democráticos. El alcalde de la Ciudad, es el socialista Juan Manuel Torres Ramírez. El acto fue organizado en el Castillo de San Marcos.
This photograph is 19 years old, from April 1989. It’s the tenth anniversary of the Democratic Town Councils. The Puerto’s Mayor is the socialist Juan Manuel Torres Ramírez. The event was held in San Marcos Castle.
La foto tiene la siguiente composición: Primera fila, de izquierda a derecha: Carlos Campoy López (UCD); Manuel Rodríguez, (PCA, PSOE); Antonio Ariza (UCD); Manuel Espinar Galán (PCA, PSOE); José Valiente Moreno, (PSOE) José Antonio de Castro Cortegana (IU); Francisco Arníz Sanz (AP-PP, Mixto). Segunda fila: Antonio Nogués Ropero (UCD, AP-PP); Aniceto Cumbreras (PSA) María Ángeles Fernández Cortabarría (PSOE), José María Simón Castilla (PSA); Francisco Corbacho (PSOE); Juan Vicente Sucino Rico (PSOE). Tercera fila: Pedro Alamillos Ortega (PSOE, IP, PSA): Luis Suárez Avila (AP-PP); Aurelio Sánchez Ramos (AP-PP); Manuel Moreno Romero (AP-PP); Teófila Martínez Sáiz (AP-PP); Manuel Pérez Blanco (AP-PP); Ana María Alonso Lorente (PCA, Mixto); Ana Perea España (PCA, Mixto); José Luis Romero Pacheco (PSOE) Enrique Bartolomé López (UCD, CDS, PSA); Tercera fila: Hernán Díaz Cortés (AP-PP-IP); José Luis Poullet (UCD); Manuel Pacheco Albalate (UCD); Enrique Miranda (UCD); Carlos de la Flor Morales (PSOE); Rafael Contreras de Oliveras (PSOE); Miguel Cirera (PSOE); Rosario Sánchez (PSOE); Ana María Fernández (PSOE) Antonio Sánchez González (PSOE). Última fila y apelotonados: José Luis Albert Alonso (UCD); Juan Vaca Ramos (PP, Mixto); Manuel García Campos (CDS); Mario Peluffo Rojas (PCA); Pedro López Fernández (PCA); Rafael Gómez Ojeda, alcalde que fue comunista, casi oculto (PCA-IU); José Serrano (PCA); José Antonio Hernández (PP, Mixto); Vda. de Blandino, (concejal que fue del PSA); Ramiro Cerezo Magán (AP-PP); Juan Manuel Torres Ramírez (PSOE); a continuación la hija del último alcalde republicano que tuvo El Puerto y que fue pasado por un pelotón de fusilamiento; Indalecio Rábago Vega (PP); Antonio Álvarez Herrera, primer alcalde del actual periodo constitucinal, merced al pacto de las izquierdas (PCA-GI-PSOE); Miguel Marroquín Travieso (PCA-PSOE); Francisco Sánchez Gatica (PSOE); Antonio Muñoz Cuenca (PSA); detrás Rafael Varela Rey (PSOE); Miguel de Santiago, casi oculto (PCA); delante de éste, Rafael Solo de Zaldívar y Ducasse (PSOE) y Victor de Unzueta Gabiola (UCD).
No se conocía lo que era el Grupo de No Adscritos, entonces era el mixto, y la figura del tránsfuga no existía, ni jurídica ni políticamente, de forma oficial. Se puede observar la evolución de alguno de los munícipes que pasan de un partido a otro (igual que en la actualidad): alguno hace hasta tres cambios; o como algunos partidos han cambiado de denominación.
El nombre de Ultramarinos le viene que ni pintado a esta tienda de víveres y artículos de primera necesidad. Solo escuchar su nombre, la imaginación del parroquiano vuela hacia lugares exósticos: Bacalao de Islandia o de las Islas Feroe, dátiles de Turquía, carne enlatada de Argentina, pistachos de Irán, Té de la India y hasta falso te Rooibos africano sin teína. Buenos vinos finos y amontillados y olorosos de más de 25 años. Carta de botellas de Agua. Y así un sinfín de delicatessen, como el premiado Queso Payoyo, conservas de los lugares más remotos, barricas de arenques o Gallina guisada en embutido, por encargo. Pregunten en el establecimiento que seguro tienen una sorpresa gastronómica en el mostrador o detrás, en las estanterías de madera, las barras para los embutidos, los cajones para la legumbre, o los tarros de caramelos.
Corner shop is a very appropriate name for this store which sells all sorts of products and everyday supplies. From glancing at just one shelf the local customer’s imagination wanders to exotic places: Cod from Iceand or from the Faroe Islands; dates from Turkey; tinned meat from Argentina; pistachios from Iran; tea from India and even fake caffeine-free African Rooibos tea; good dry, amontillado and oloroso sherries over 25 years old and a list of bottled waters. There is also a never ending list of delicatessen products, such as the prize winning Payoyo cheese, tinned food from remote places, huge tins of herrings or cold stewed chicken, made to order. Enquire in this establishment and I’m sure they’ll have a gastronomic surprise or two on the counter or behind, on the wooden shelves, on the hooks from which the cut meats are hung, in the drawers of pulses, or in the sweet jars.
Más allá, en el interior, tienen un reservado para tomar la copita y la tapa en papel de estraza o encerado: la Trastienda que, en el pasado, llegaron a alojar hasta a cuatro dependientes. En tiempos pretéritos, las tiendas de Ultramarinos tenían una parte que era bar, separada por una división de madera, de la tienda, para despachar los domingos solo bebidas y cumplir con el precepto del descanso festivo. Y para que hombres y mujeres no se juntaran en la tienda, en pacatas épocas donde se evitaba la más mínima promiscuidad.
En la fotografía superior, Concha y Ángelita Ruíz Fernández, en la tienda situada en la esquina de las calles San Bartolomé y Luna; falta Alfonso que está de viaje por la Montaña. ¡Que tardes aquellas en las que se olía el tueste del café, labor a cargo de su padre o su abuelo. Precisamente su abuelo, Antonio Ruíz de la Canal, montañés o jándalo, un chicuco natural de Caviedes (Valdáliga) fue quien, por circunstancias de la vida, abandonó el hogar familiar y la casona para empezar una nueva vida en la otra punta de España: en 1912 se hizo cargo de La Giralda, aunque la tienda ya venía funcionando desde el siglo XIX: en 1869 era propiedad de un cántabro llamado Ezequiel Díaz Pérez y la familia de Muñoz Terán, natural de Cabuérniga, lo traspasó al abuelo de Concha, Angelita y Alfonso. Hace unos años que el Centro Municipal de Patrimonio Histórico del ayuntamiento portuense les ha distinguido con un Diploma por mantener el establecimiento con tan buen gusto, sin perder la solera que siempre ha tenido. Y parece que se mantendrá este monumento al buen gusto -gastronómico y de conservación del inmueble- tal y como se aprecia en el impecable aspecto de organización y limpieza que muestra y que mantiene la nueva generación de propietarios con esta vetusta tienda de comestibles.
En épocas pretéritas de penuria económica, como la posguerra, supieron fiar en las tiendas. Los clientes llevaban lo necesario cada mañana y, a final de mes, liquidaban lo prestado. «No se quedaba ninguna casa sin comer. Por eso los porteños, a los montañeses, nos aprecian bastante».
Muchos establecimientos de estas características han ido desapareciendo, bien porque no llegan nuevas generaciones de chicucos procedentes de la tierruca, bien porque los hijos de éstos se independizan de la esclava profesión del mostrador. El caso es que ya quedan como reliquias en el tiempo, frente a la globalización y las grandes superficies.
EL CHICUCO. «Llegaban desde Santander con lo puesto. Normalmente, para trabajar y aprender el oficio en la tienda de un familiar o vecino del pueblo, previo acuerdo entre éste y su padre. Con arreglo a este trato, el padre enviaba al niño a Cádiz o El Puerto y el receptor se comprometía tanto a alojarlo y mantenerlo, como a encaminarlo en el oficio.
Así, las familias se desprendían de uno de los hijos, no tanto con el fin de suprimir una carga en el hogar -una boca menos que alimentar-, como de abrirle oportunidades y solucionarle el porvenir a un hijo. Y de este modo, el pequeño dejaba los verdes prados de Cantabria, sus barros y sus lluvias, para probar fortuna al sol de la Bahía de Cádiz.
Aquellos niños de trece, catorce o quince años de edad llegados a El Puerto para hacer recados y atender los mandados, no tardaban en ascender en el escalafón. Pasaban de recadistas a dependientes, más tarde a encargados y, finalmente, a dueños del negocio, hasta la jubilación. Era entonces cuando se lo transmitían a algún descendiente o, en muchos casos, a alguno de los empleados a quienes, en otro tiempo, habían traído desde Cantabria como chicucos.
Así funciobana la cadena. No todos lograron recorrer la totalidad de los peldaños, pero sí un elevado porcentaje de quienes lo intentaron. Y así, de este modo, se produjo la llegada de cientos y cientos de personas a lo largo del tiempo, hasta los años cincuenta o sesenta del siglo pasado». (La Voz de Cádiz).
La fotografía, de la década de 1940, podemos ver la calle Luna, y la puerta de La Giralda. A continuación, por la puerta principal del edificio -la Casa de los Sancho- se accedía, en la primera planta al Colegio de Infantil de La Divina Pastora, por donde muchos portuenses pasamos y, que se sepa, dos alcaldes recientes de la Ciudad, los Sres. Díaz Cortés y Gago García. Allí ejercieron Doña Francisca González Sousa y Doña Lola Sancho. A continuación se encontraba la Barbería de "Pichilín" y , frente a la Farmacia de Fernández-Prada, 'El Único' tienda de Vinos Finos, abierto entre 1920 y 1974. El nombre lo tomó del Oloroso del mismo nombre, de la Bodega de Hermanos Sancho (fundada en 1812) y que se anunciaba como 'especial para los enfermos'. Luego, a finales del siglo pasado se instalaría en esa misma tienda la Cuchillería Navarro. Un poco más arriba la tienda de moda 'Lolita y Serafina. (La Foto es de la colección de Vicente González Lechuga).
Existe una historia oficial, asumida por todos desde el colegio, acerca del viaje emprendido por Cristobal Colon en 1492 desde el puerto de Palos y que lo llevó a América. Pero para un notable investigador de la UCA (Universidad de Cadiz) el relato tenía demasiadas contradicciones como para ser considerado del todo veraz. Luis Miguel Coín Cuenca, profesor de historia de la Marina de la Escuela Superior de la Marina Mercante de Cadiz, y marino experimentado, está plenamente convencido de que Colon sabía bien hacia donde se dirigía con sus tres carabelas cuando zarpó hacia el Atlántico, enfilando primero a las islas Canarias.
El Profesor Coín Cuenca comprobó,haciendo el mismo el viaje en 1990, en una carabela idéntica a La Niña, construida en los astilleros de Barbate y financiada por el Patronato para la conmemoración del V Centenario dependiente de la Diputación de Cádiz, que la ruta no pudo habe sido la que se conoce oficialmente.
Por otro lado, el hecho de que Colon estuviera tan decidido a emprender el viaje, de la manera como lo hizo, mueve a pensar que no se tratara de una corazonada, sino que el navegante poseía datos de alguien que había realizado la travesía por esa ruta antes que él. Cesar Cantú, afirma que el “marinero anónimo” que le dio esos datos, pudo haberlo hecho aquí, en El Puerto.
La historia esta descrita en el libro "Por la ruta de Colon. El viaje cambio el Mundo". La travesía de la nueva carabela La Niña, fue filmado por un equipo de camarógrafos británicos y el material lo adquirieron la BBC de Londres y la NBC de Estados Unidos. Curiosamente ninguna televisión ni productora española. Y es que Coín tuvo que luchar lo suyo para llevar adelante su empeño.
En la fotografía, Pepín Sevilla Gutiérrez, enrolado como marinero profesional, con algunas funciones de cocina, en el viaje que realizó en 1990 el Profesor Coín Cuenca hasta América; la tripulación estuvo formada por alumnos de la Facultad de Ciencias del Mar y algunos marineros profesionales como el caso de nuestro paisano. Pepín cuenta, a quien quiere escucharlo, multitud de anécdotas de este histórico viaje, que reprodujo el que, según el cátedro de la UCA, fue el verdadero Viaje de Colón a América.
In this photograph, Pepín Sevilla Gutiérrez, recruited as a professional sailor, with a few other duties in the kitchen, on the journey made by Professor Coín Cuenca in 1990 to America. The crew was formed by students from the Department of Marine Sciences and some professional sailors, as is the case with our fellow portuense. Pepín tells anyone who’ll listen hours of anecdotes about this historic trip, which traced the actual voyage that, according to the Professor at the University of Cádiz, Columbus made to America.
La réplica de la Carabela realizó viajes turísticos por el litoral portuese en el verano de 1997 y actualmente se encuentra varada en una rotonda, la del muelle comercial, frente al Centro Comercial Bahía Mar.
«Esquina de Palacios con Nevería continúa abierto el Bar Apolo, establecimiento que ya en 1826, cuando era de Juan Ladrón, se llamaba Café de Apolo (como el gaditano que existió en la Plaza de San Antonio, célebre durante los años de las Cortes). En 1874 lo llevaba Ceferino González, en 1889 José Molleda Colosía, en 1894 Severiano Díaz Dosal..., hasta que en junio de 1907, tras reformar el local, lo reabrió el montañés, de Polanco, Antonio Ortega Cuesta, entonces dueño, en la Plaza de la Pescadería, de La Lucha.
Siguió al frente del negocio hasta el 15 de julio de 1934, cuando lo traspasó -Antigua de Apolo lo llamaban entonces- a Cándido García Vila. Este especializó el local en tapas variadas, marisco fresco del día, menudo a la andaluza y, sobre todo, pescado frito, para lo que abrió al lado una freiduría, que hoy sigue abierta; de las pocas -parece mentira- que existen en El Puerto.
A Cándido le sucedió en la dirección del Apolo, en 1939, Tomás Helvant. Mediada la década de 1940 pasó a manos de Ramiro Gómez Bernáldez, al tiempo que José Leira se hizo cargo del freidor. El 20 de junio de 1959, Ramiro inauguró enfrente, también esquina Palacios con Nevería, en el solar que hasta comienzo de los 40 ocupó la Capilla de la Sangre, una cervecería bar, La Mina, cerrada a finales de los 70.» Todo esto nos lo cuenta Enrique Pérez Fernández, en su libro “Tabernas y Bares con Solera.
En La Mina trabajó desde 1968 Juan Rodríguez Verano, quien a partir de 1981 se hizo cargo del Bar Apolo, que continúa regentando, en la actualidad, con su hijo Juan Diego Benítez Maestro, los cuales aparecen en la foto a color. Es popularísima su "tortilla a la gallega", que preparan desde siempre y para la que tienen encargos de muchas familias y reuniones de El Puerto. Y de gente muy principal.
Juan Rodríguez Verano worked in La Mina from 1968, and from 1981 took over Bar Apolo, which he still runs with his son Juan Diego Benítez Maestro (both in the colour photo). His ‘Galician Omelette’, which has been on the menu right from the start, is very popular and they have orders from many families and important people for numerous celebrations in El Puerto.
La Tienda de Apolo hacia 1920, en tiempos de Antonio Ortega. Al fondo la cocina, el espacio que hoy ocupa el no menos popular Freidor Apolo, regentado por el gallego aportuensado, José Luis. (La foto pertenece a la colección de J.J. López Amador).
Esta foto, está fechada en la década de los sesenta del siglo pasado, cuando el Bar Apolo pertenecía a Ramiro Gómez Bernáldez, posiblemente en la fotografía, con traje de calle. Después de este aspecto, el Bar Cervecería Apolo ha sufrido diversas reformas, algunas de la mano de su actual propietario Juan Benítez Verano. (Foto Colección V. González Lechuga).
Una inmobiliaria comercia, además de con suelos y plusvalías, con espejos y especulaciones, comercia digo con espacios vividos o espacios por vivir. Lugares donde nacieron, amaron, se apasionaron, se desilusionarion o murieron hombres y mujeres, como hace... tantos años. Una inmobiliaria es un intermedio hoy desacelereado por la crisis, pero recurrente para albergar ilusiones y proyectos de vida o de negocios.
Ese es el negocio de Esperanza Jiménez Ruíz y su hermano José Luis. En la calle Luna casi esquina con Larga. Hace muchos años: más de 30, allí se encontraba la Papelería Jiménez. Hoy una inmobiliaria alterna suelos con unifamiliares, fincas con promociones y parcelas, en una antología de bienes inmuebles, de espacios a cubierto, de refugios para nuevos proyectos. Es una antología habitacional.
This is Esperanza Jiménez Ruíz and her brother José Luis’ business, almost on the corner of calle Luna and calle Larga. Many years ago, more than 30, Jiménez Stationers had the lease, today, an Estate Agent occupies the premises which offers land or houses, developments or plots of land, a whole variety of properties: from houses and flats to land for new projects. They have a very varied property collection.
Interesante lo que escribe Juan Planas sobre las antologías y las casas: «Una antología es un lugar concurrido. La definición nos vale aunque nos haga sonreír. O quizá nos valga por eso, porque nos adentra, con una sonrisa expectante, en un lugar de encuentro, en una cohabitación pacífica, en un museo de imágenes, en un caleidoscópico de metáforas con una única visión al fondo, la casa de cada cual o la casa de todos, la casa tomada por el poema, la casa ingrávida que sólo es lenguaje o recuerdos o aluvión de anécdotas o juego surreal de ironías y paradojas.
Todos padecemos -bien que unos más que otros- un desahucio y también un destierro. La casa, pues, es, a veces, el origen y a veces, el destino final. O ambas cosas o ninguna y siempre el lugar de tránsito, de transición, de pensamiento en diferido, de iniciación a la escritura, a la interpretación del mundo y el consiguiente desvelo. La casa es un laberinto repleto de pasillos y espejos, de cuadros y perfumes, de caricias perdidas, de risas espectrales, como de infancia imposible o vejez que se aproxima. La casa es sólo tiempo y palabras. Espacio saturado.» (En la imagen de la izquierda, Esperanza y su hermano Humberto, de pequeñitos).
"La fuente de todo delito se encuentra en algún defecto del entendimiento, en algún error del raciocinio o en algún impulso repentino de las pasiones." Thomas Hobbes.
Desde que Pedro Pacheco, exalcalde de Jerez, pronunciara la frase que le hizo famoso: ‘la justicia es un cachondeo’, ha llovido. Ha llovido y parece que pocas cosas han cambiado en cuanto a administrar la justicia se refiere: escaso aumento de medios, algunas leyes nuevas, juicios rápidos, el jurado y… poco más. El modelo europeo de justicia que nos otorgamos con la Constitución de 1978, con la separación de poderes; el sometimiento a la Constitución, que no es sino lo que los jueces dicen que es; el desconcertante nombramiento de determinados altos jueces pactado por los partidos en el Parlamento; el oficio auxiliar que prestan las administraciones central y autonómica, cada una de una manera; el concepto tan particular que cada juez tiene a la hora de administrar la justicia, ya sea como poder o servicio, forman un complicado entramado que un ciudadano de a pié no logra entender, pero que, como en todo, quien es hábil es rápido a la hora de sacar beneficios, mientras el común de los mortales se pierde en este piélago que es la justicia. Y el lector avisado, sabrá entenderme. Quizás el ‘poco más’, el avance al que me refería más arriba no sea tan poco, si nos estamos refiriendo a la aparición de algunos jueces que, en cuanto se aprestan a ponerle el cascabel al gato – a cumplir con su obligación- se les etiqueta como ‘jueces estrella’. El apelativo, descalificador, por quienes lo utilizan -¿envidias, celos, exintocables?- viene dado por el altavoz que suponen los medios de comunicación, cuando dan publicidad a las causas que instruyen estos magistrados, pero lo cierto es que no los usan. En nuestra Ciudad, tenemos la suerte de tener en los juzgados a un magistrado al que, algunos, califican como ‘juez estrella’ o ‘el Garzón de El Puerto’: Miguel Ángel López Marchena. Y es que el juez del número 3 se mete hasta en los charcos; no deja pasar una; no se quita de en medio complicadas competencias derivándolas a terceros; le preocupa su trabajo y, al parecer, tiene muy claro que su cometido es un servicio público con una fuerte trascendencia social, más que un poder distante y lejano. Ahí está, instruyendo casos de narcotráfico de gran calado, jugándose el tipo, defendiendo los derechos de todos, y persiguiendo la droga desde El Puerto a la provincia. Con dos cojones. Y es que este juez, que posee como todos un inmenso poder, a pesar de eso no deja de invocar a la justicia con sus, socialmente comprometidos, procedimientos.
En la fotografía Miguel Ángel López Marchena, un juez cercano, en un bar de la Avda. Micaela Aramburu este verano. Marchena ha renunciado a seguir el camino de tantos y tantos jueces que tenían a El Puerto como un lugar de paso, y se ha establecido aquí desde hace años, llegando a ser el Juez Decano de la Ciudad. Aunque nacido en Córdoba, es otro portuense de adopción que entiende que se es de donde se pace y no de donde se nace.
Shown in the photograph is Miguel Ángel López Marchena, a very approachable judge, in a bar on Avda. Micaela Aramburu this summer. Marchena has opted not to follow in the footsteps of many other judges who used El Puerto as their playground; he settled here years ago, becoming El Puerto’s Senior Judge. Although he was born Cordoba, he’s another adopted portuense who understands that it’s not where you come from that counts, but where you settle down.
El Castillo de la Pólvora, batería de La Laja o vulgarmente Castillito, son las denominaciones que recibe una de las defensas de la Edad Moderna, que formaban el cordón defensivo costero de El Puerto, contruidas todas ellas con motivo de las irrupciones violentas de piratas, turcos y berberiscos, así como de corsarios holandeses y británicos, y que dejaron de utilizarse de forma efectiva a comienzos del siglo XIX. La batería de La Laja como estructura defensiva se considera (BIC) Bien de Interés Cultural, en función de la disposición adicional segunda de la Ley 16/85, del Patrimonio Histórico Español, hoy convertido en bar restaurante de playa.
En la fotografía, María Garrido, a sus 73 años supervisa y coordina las tareas en los fogones de El Castillito, bar-chiringuito en la Puntilla, playa eminentemente del pueblo. Emigrante a Francia, cuando volvió se hizo cargo del Castillito que hoy regena su yerno, Juan Guerrero, con miembros de la familia y empleo ocasional de verano.
In this photograph, María Garrido, at 73, supervises and coordinates the kitchen in El Castillito, bar/chiringuito in La Puntilla, a beach emblematic of El Puerto. She emigrated to France and on her return she took over at Castillito which today is run by her son-in-law, Juan Guerrero, who is helped out by other members of the family and seasonal workers in the summer.
María ha dado numerosos hijos y nietos a los negocios de turismo y hostelería; su familia regentaba, con su pariente Ismael, el popular Salón-Baile de “Jalisco” en la calle Santa Clara. El Castillito se llena de día turistas y lugareños; con la noche, la gente bien de Vistahermosa. Desde que el buen tiempo alcanza al Castillito, hasta su ocaso otoñal, permanece abierto todos los días. En invierno solo los fines de semana, para esparcimiento de las familias completas que acuden al figón. El gran eucalipto que lo apuntala, a un lado, es seña de identidad del baluarte reconvertido en bar, plasmado en miles de fotos y cientos de lienzos y acuarelas. También algunos escritores, como Alberti o Suárez, han dejado referencias al Castillito:
«Cada día me gustaban menos los libros, estudiar. En clase, y durante varias semanas, me pasé llenándoles los márgenes blancos de pequeños Balvaneras, seguidos melancólicamente por una abierta V de gaviotas. Las rabonas aumentaron. Mientras que en casa, después de la fingida vuelta del colegio, me dedicaba a copiar exactamente el anuncio del barco, en la playa y por la orilla del Guadalete iba llenando las hojas de un cuaderno con acuarelas y dibujos de paisajes marítimos, levantando generalmente al fondo de ellos la relumbrante sal de las salinas, petrificada en pirámides, los castillos de Santa Catalina y de la Pólvora, sin faltar nunca Cádiz, diluido entre mástiles y brumas de chimeneas.» Rafael Alberti Merello. La Arboleda Perdida. Pg. 74
«Castillito, ¡quien le fuera!
¡Castillito de la pólvora;
lejos, allá en la bahía
de mi infancia marinera! Rafael Alberti Merello. El Alba del Alhelí. Pg. 241
«Entraban los Merello, a recogernos a mi padre y a nosotros para ir de excursión a la playa, por el Camino de los Enamorados, entre tunas, pitas, espinos aromos, vinagreras, tomatitos del diablo... para acabar pintando acuarelas o haciendo apuntes a lápiz del Castillo de la Pólvora o de los arrieros que, con sus recuas, cargaban arena para la fábrica de botellas.» Luís Suárez Ávila. “Consecuencias y secuelas de los buenos principios: el neopopularismo en Rafael Alberti”. Culturas Populares. Revista Electrónica 4 (enero-junio 2007).
La Peña Casa Lucas, que toma el nombre de un bar existente en la calle Larga desde finales del siglo XIX hasta la década de 1970, justo donde hoy está ubicada la Copistería HIVA, organizó un homenaje en el Restaurante “El Resbaladero” a José Poquet, conocido armador al que llamaban “Tio Pé”.
The ‘Casa Lucas’ Club, who took their name from a bar in calle Larga that was open from the end of the 19th century until the 1970s, right where the Stationers HIVA is located, organised a tribute to José Poquet, a well-known ship-owner who was known as "Tio Pé", in the restaurant "El Resbaladero"
José Poquet Cabrera, natural de Calpe, era Presidente del Pósito de Pescadores en los años 1934-1941, lo que hoy sería la Cofradía de Pescadores, concejal del Ayuntamiento de El Puerto desde el 3 de febrero de 1952 al 21 de mayo de 1958 y Diputado en Cortes en la legislatura 1943-1946 por el grupo de Representación Sindical. La foto está fechada el 27 de diciembre de 1956, con motivo del 25 aniversario de la vecindad. de Tio Pé en El Puerto. Vicente González, amante de la fotografía y poseedor de una gran colección de imágenes de El Puerto, identifica así la fotografía, con algunas correcciones que hemos efectuado:
En la fotograía primera, la de arriba: de izquierda a derecha: Eduardo Cossi Aboza, Juan Puyana (natural de Rota y mancebo de la farmacia de José A. Fernández Prada), Jacinto Cossi, detrás de pié Rafael Vélez (Falu), Antonio Gálvez Torres (tenía una tonelería en la calle Pagador), a su lado semiescondido, Antonio de la Torre (maestro nacional con un centro escolar que lleva su nombre), Matías Ayuso (Practicante), Francisco García Máiquez (bancario y muy aficionado a la pesca), Antoñito Castilla (empleado de la Imprenta Pérez Pastor), detrás Francisco Lara Izquierdo (empleado de Aguas), Francisco Rascón, sentado Paco Máiquez, José Lucas Morillo León (Delegado de Sucursal de la Caja de Ahorros de Cádiz y actor de teatro aficionado), Manuel Lojo Espinosa (Director de la Agencia del Instituto Nacional de Previsión y concejal del ayuntamiento portuense a finales de los sesenta y principio de los setenta del siglo pasado), de pié Javier Fernández Prada, (agente de seguros) el homenajeado José Poquet Cabrera, detrás un poco escondido el pintor Juan Lara Izquierdo, a la sazón funcionario de la Ayudantía de Marina, no sabemos quien pasa la mano a “Tio Pé”, pero si que a su lado, en el centro de un grupito está el funcionario municipal Manuel García Sánchez, padre del que fuera concejal Manuel García Campos, Federico Jiménez, Daniel Rascón, José Muñoz Carrera, Manuel Nieto (empleado de Ferrocarriles Epañoles), Manuel Camacho Cala (capataz de Osborne), a la derecha, al fondo, Juanito Salas Martínez, Ignacio Pérez Garcés, Cayetano Vélez, Fernando Torrent (empresario fabricante de tapones) sentado en el vértice de la mesa, entre otros que no se reconocen, uno de ellos es José Brión.
El desaparecido recientemente Manolo Lojo, secretario emérito y perpetuo de la Peña, publicó en 2002 un volúmen con el título de “Casa Lucas”, donde cuenta anécdotas, relaciona actividades y detalla correrías de los tertulianos de aquella bendita y todavía añorada institución de la ingesta vínica:
«En pleno centro de esta maravilloso Puerto, muy cerca del cruce de la calle Larga y Luna, conocido por «Las Cuatro Esquinas», donde se desarrollaba la vida activa de la ciudad, tanto comercial como administrativa, festiva o sentimental, era además lugar de paseo nocturno especialmente en festivos y domingo, en la finca señalada con el número ciento diez, en su planta baja, estuvo situada la tienda conocida por «Casa Lucas» [...] «Ocupaban todo el frente de este clásico despacho un envejecido mostrador y tras el mismo, sobre un llamado caballete cinco hermosas medias botas de roble americano y un barrilito de dos arrobas para el vino dulce. Las medias contenían el vino de El Puerto. Siempre de las bodegas Osborne y Cª y en un principio fueron el “Amontillado X”, conocido por el “Nº 10”, luego el llamado “El Caballo” y últimamente el “Fino Menesteo”. Los vasitos en los que se servía el vino, de los llamados “chica” y “chico”, se llenaban directamente del barril, estando cada uno provisto de su correspondiente canilla.»
El general de Brigada de Infantería de Marina en la reserva José Antonio Alcina del Cuvillo, nacido en Cádiz pero vecino de El Puerto, fue nombrado con 42 años, en 1978, Ayudante de Campo de SM El Rey, servicio que desempeñó a lo largo de seis años. Pero fue en el año 1984 cuando don Juan Carlos I le confió la tarea de vigilar la educación y formación del Príncipe, acompañándole con frecuencia, orientándole y dirigiéndole con proximidad y asiduidad. En 1989 fue nombrado Ayudante-Secretario de Don Felipe de Borbón con las misma atribuciones de los años anteriores. Participó activamente en todo el proceso formativo del Heredero hasta 1993, cuando fue cesado de sus funciones.
The general of the reserve Marine Brigade José Antonio Alcina del Cuvillo, who was born in Cádiz but lived in El Puerto, was named at the age of 42, in 1978, Assistant to HM The King, a service which he carried out for six years. But it was in 1984 when Juan Carlos I entrusted him with the task of taking care of the Prince’s education and training, often personally accompanying him and providing guidance on many occasions. In 1989 he was appointed Assistant-Secretary to Felipe de Borbón carrying out the same duties as in previous years. He actively participated in the whole educational process of the Heir to the crown until 1993, when he was stopped working in that position.
A partir de ese año desempeñó el cargo de Segundo Jefe del Cuarto Militar de SM el Rey y en 1996, tras dieciocho años de servicio a la corona, pasó a la situación de reserva.
Una vez retirado, y tras publicar en 2004 en la editorial La Esfera de los Libros un volumen con el título «Felipe VI así se formó el príncipe heredero», se aficionó a la pintura. Para ello tuvo durante un par de años de maestro al pintor italiano afincado en El Puerto, Franco Policastro. Su muestra abarca desde paisajes hasta marinas y fachadas donde plasma en sus pinturas mucho de los viajes realizados por el pintor. En diciembre del año pasado inauguró una muestra de pinturas en el Club de Mar de Puerto Sherry.
En la foto tomada hace pocos días en el Real Club Náutico de El Puerto, el General de Brigada de Infantería de Marina en la Reserva. Ingresó en el cuerpo de Infantería, previa oposición, en 1956. Tras cinco años en la Escuela Naval Militar ascendió a teniente y fue destinado al Grupo Especial de Infantería de Marina en San Fernando. Durante su carrera militar realizó numerosos cursos de especialidad en España y Estados Unidos. Diplomado de Estado Mayor del Ejército, es un experto en comunicaciones navales y un apasionado amante del flamenco. Es padre de cuatro hijos. Aborrece la hipocresía, la cobardía y la mentira y son una pesadilla para él, lo cutre, la ordinariez y la mala educación. Tiene buena memoria pues recuerda casi todo, en ese casi olvida los malos momentos. Admira la verdad y la belleza. A continuación, un fragmento de su libro:
-«¿Qué le ha pasado, Don Felipe?», pregunté con seriedad.
-«Me he caído con la moto en una de las curvas», me contestó sin vacilar, haciendo una pequeña mueca de dolor y sacudiéndose el polvo que aún le cubría los pantalones.
-«Eso le pasa, seguro, por ir siempre a tanta velocidad. Un día se va a matar», le espeté sin pensarlo dos veces.
-«Esta vez te equivocas. No ha sido eso. Se me ha cruzado un jabalí con sus crías. No los he visto y me he pegado un trompazo ».
-«Está bien Alteza pero tenga cuidado y... otra vez dígame que quiere dar una vuelta para estar atento. Buenas noches y procure estudiar».
«Felipe VI. Así se formó el Príncipe heredero», de José Antonio Alcina del Cuvillo
(Editorial La Esfera de los Libros). Leer otros pasajes del libro aquí.
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