Antonio Álvarez Herrera nació el 14 de abril de 1931, por lo que, al iniciarse la Guerra Incivil contaba con apenas cinco años de edad. Hijo de un tonelero, Agustín y de Antonia, (el padre era socialista y la madre comunista y estuvo presa durante la rebelión militar de 1936) nació y vivió en la calle Capillera, núm. 9. Estudió en el Colegio del Polvorista y luego trabajaría como aprendiz con su hermano Pedro en el taller de tonelería de su padre. Entraría en Bodegas Caballero de aprendiz –en la bodega haría de todo— fundamentalmente como arrumbador, jubilándose de Capataz. Se casó con Isabel Oreni Mayi y tuvieron tres hijos: los gemelos Agustín y Fernando y María Antonia, que pasa largas temporadas en Galicia.
El mismo día de su nacimiento se proclamaba Segunda República Española, el estado que existió en España en el período que abarca desde el 14 de abril de 1931, fecha de proclamación de la misma y de la salida de España del rey Alfonso XIII, al 1 de abril de 1939, fecha de la victoria definitiva del bando insurgente en la Guerra Civil Española que siguió al golpe de estado del 17 de julio de 1936.
Proclamación II República. Manifestación ante el Ayuntamiento.
Durante este periodo se llevaron a cabo diversas reformas, como la agraria, pero que en la mayoría de los casos no cumplieron con las expectativas. A la par, la falta de progreso acrecentó también paulatinamente el malestar del proletariado. Tras múltiples huelgas, levantamientos populares y cambios de mano en el poder, se produjo un levantamiento por parte de militares rebeldes el 17 de julio de 1936 que desembocó en la Guerra Civil Española, que a Antonio le cogería con pocos años. Y luego vendría una dura posguerra.
De Izquierda a derecha, Juan Fariñas Sabariego (el Cai), Antonio Álvarez, Rosso que está casado con Maruja Escalante y el Rubio, camarero durante muchos años del Bar Liba.
Antonio era un revolucionario carismático. Convencía y se hacía respetar; todavía recuerdan quienes estuvieron con él reuniones con el Gobernador Militar del Campo de Gibraltar o con los obispos Añoveros o Cirarda. Antes de militar en el Partido Comunista de España (PCE) fue enlace sindical en el sindicato vertical. Llegaría a alcalde merced al pacto de las izquierdas en 1979 y estaría en el puesto de primer edil dos años y cuatro meses, hasta que lo hicieran dimitir en septiembre de 1981. Volvería a la política de la mano del Grupo Independiente (GI) en 1983 y con el PSOE entre 1987 y 1991, partido en el que se integraría. La Corporación Municipal le concedió el nombramiento de Alcalde Honorario en 2006, pero no pudo recogerlo por su fallecimiento, tras una larga enfermedad. En 2008, el Ayuntamiento Pleno le entregaría dicho título a la familia.
Fila de arriba. Izquierda a derecha: Rafaelin jugador que fuera del Racing Club Portuense, desconocido, desconocido, Antonio Álvarez, desconocido, desconocido. Fila de abajo agachados: Izquierda a derecha: Pepe Ruiz, Bizco Amalia taxista y aficionado a la bici, familia de los Balcón y del Bar El Chino, desconocido y el ultimo de la fila es Parrita, el mejor aficionado del Racing de toda la historia.
DETENCIONES.
Vivió muchas detenciones a lo largo de su vida como activista sindical y político. La primera en 1964 tras una manifestación que acabó con encierro en la iglesia. En 1965 participó en un nuevo recorido reivindicativo que partió desde el Pilón de San Juan y, a la altura de la calle Luna llegó la Policía y detuvo a Antonio Álvarez, Esteban Caamaño y algunos más, siendo llevados al Depósito Municipal Carcelario existente en la Plaza de Isaac Peral, junto al antiguo Ayuntamiento. Unos 300 trabajadores se concentraron en la Plaza, liberándolo al poco tiempo. La segunda detención la vive en 1967, convocada por el sindicato local de la Vid, que se va convirtiendo poco a poco en huelga general al adscribirse varios gremios. Lo acaban dejando libre. Lo juzgan en Madrid por estos hechos el Tribunal de Orden Público (TOP) y resulta absuelto.
De izquierda a derecha, arriba, Francisco García Maíquez, apoderado que fué delantiguo Banco Central, el segundo es Pedro, tío de Antonio; a continuación Perico, su hermano, fallecido prematuramente; con sombrero Agustín, padre de Antonio; Antonio Álvarez es el quinto de esa fila, Antonio Peluffo, padre de Mario Peluffo y al final se encuentra Juan La O Ramírez, pescador. Agachado el primero de la izquierda es el Titi, tío de Antonio. La fotografía está tomada en la confitería de Perico, el hermano de Antonio.
De nuevo y con lo que se conoce como 'la caída de Chiclana' es detenido en 1968 junto con Federico Iglesias, lider provincial de CCOO. Vuelta a la huelga general de los trabajadores de la vid, con encierros en la parroquia de San Joaquín y en el Edificio del Sindicato Vertical, entonces situado donde hoy está el Edificio Vista Alegre, en Micaela Aramburu. En 1969 se produce una nueva huelga de los viticultores, además con denuncia del Convenio de la Vida, y se inicia una huelga del Metal (Matagorda, Bazán y Astileros de Cádiz) y al final de enero de 1970 la Policía Armada toma El Puerto. Lo detienen y junto a 26 más el TOP lo condena a cinco años de cárcel de los que cumple tres. En prisión lideró una lucha para mejorar las circunstancias de vida de los presos, tanto políticos, como comunes, lo que le produjo un agravamiento en sus condiciones carcelarias, pasando por las celdas de castigo; ello produjo una huelga de hambre en la cárcel, empezada, precisamente por los presos comunes. Por delito de asociación ilícita padeció la cárcel en El Puerto, Carabanchel, Jaén y Cádiz. Del desaparecido penal gaditano recuerda la perenne pestilencia del vertedero que se encontraba contiguo al recinto penitenciario.
Fila superior, los profesores Ventura Lozano y Manuel Martínez Alfonso, a la sazón director del Instituto Laboral y con el tiempo uno de los últimos alcaldes del anterior régimen político, al final de la fila, Antonio Alvarez. El último de la fila de abajo de izquierda a derecha es Agapito de Serdio, hermano de Celestino del Bar las Cadenas. Es un curso de los llamados P.P.O, cursos de formación para distintas profesiones bajo la dirección del Ministerio de Trabajo de la época. Años de los 70.
LA TRANSICIÓN.
Antonio contribuyó a la creación de la Junta Democrática y con posterioridad, la Coordinadora Democrática, previos a la transición política. En enero de 1977, tras los asesinatos de los abogados de Atocha hubo una fuerte contestación y luego vendría la huelga de los marineros, que tuvo una fuerte represalia en El Puerto, con encierro en la parroquia de San Marcos. Esa Semana Santa, el sábado, se legaliza el Partido Comunista (Miguel Marroquín sería el secretario general del PCE local entre 1974-1981) y se empieza a configurar las CCOO en libertad, con Mario Peluffo Rojas como primer secretario local, habiéndolo sido Antonio Álvarez hasta ese momento y habiendo ocupado igualmente, puestos de responsabilidad a nivel nacional y andaluz.
Primer Corporación Municipal de los Ayuntamientos Democráticos. A la izquierda, Antonio Alvarez Herrera, antes de su proclamación como alcalde. Entre el público, funcionarios y militantes de partidos políticos. El salón estaba decorado en tonos rojos, antes del triunfo de 'los rojos'. (Foto Rafa).
PRIMER ALCALDE CONSTITUCIONAL.
En 1979 lidera la lista del PCE a la alcaldía de El Puerto, en las primeras elecciones democráticas y, merced al pacto de las izquierdas, con el apoyo del Partido Socialista Obrero Españo y Partido Socialista de Andalucía, obtiene la alcaldía, que ejercería durante dos años y cuatro meses (abril 1979- septiembre 1981). Durante aquel periodo, inexperto y convulso, empero ilusionante, Antonio capitaneó grandes logros: la creación de los Museos Municipal y el de Alberti, la recuperación del Palacio de Araníbar, para sede de Justicia, el Plan de Depuración Integral de vertidos de la Ciudad, el traslado de la Feria a su actual Recinto de Las Banderas, y las aprobaciones iniciales de las diferentes variantes de las que hoy, 30 años después, disfruta El Puerto, amén de los primeros pasos para el desdoblamiento de la antigua Nacional IV.
"--Los acreedores como Sevillana de Electricidad o la Confederación Hidrográfica, nos exigían el pago de sus deudas, para poner trabas a la labor de los ayuntamientos del PCE, como el de El Puerto. Tuve que pedir préstamos para salir del primer trance". De su truncada misión de la Alcaldía lamenta especialmente no haber podido llevar adelante el PGOU, que podía haber estado listo a principios de los 80. "--Con un Ayuntamiento estable el plan hubiera salido con prontitud y la ciudad llevaría años por adelante porque inversiones que pasaron a otros pueblos se hubieran quedado aquí". Alvarez, además de enamorado de El Puerto, comprende que pese a los vaivenes de la política local, la ciudad sale airosa porque "tiene lo que le falta a localidades de su entorno. Tiene mar, que no tiene Jerez o tiene espacio, que no tiene Cádiz", explicaba poco antes de su fallecimiento, en una entrevista concedida a Francisco Andrés Gallardo en enero de 2006, para Diario de Cádiz. (En la fotografía, Rafael Alberti felicitando a Antonio Álvarez por su nombramiento). (Foto Rafa).
Este año en abril, se cumplieron 30 años de los ayuntamientos democráticos. Algunos concejales de aquella primera corporación se retrataron, a instancias de Diario de Cádiz, ante el retrato de Álvarez. De izquierda a derecha su sucesor, Rafael Gómez, del PCE, Paco Lara y Maria Angeles Fernández Cortabarría, del PSOE, Manuel Pacheco Albalate, de UCD, Manolo Moreno de Coalición Democrática y Antonio Muñoz Cuenca, del PSA. (Foto Andrés Mora).
Tuve la oportunidad de asistir a aquella entrevista que le hizo Gallardo; cuando Antonio recordaba junto a su mujer como aguantaban las torturas, los suplicios a los que eran sometidos en los calabozos de la prevención del antiguo Ayuntamiento que está siendo restaurado, hubo un momento que no se describir. Recordaba como se daban fuerzas, ya detenidos, cantando ‘La Internacional’. Antonio empezó a entonarla, con un nudo en la garganta, su mujer le siguió, rompiendo a llorar,… recordando. Se hizo el silencio. Y un trozo de la historia de El Puerto se vivió en aquellas cuatro paredes del partidito de la calle San Juán, de alquiler, donde el alcalde Álvarez percibió los últimos latidos de la Ciudad. Recordando.
El 6 de enero de 1980, acompañando al Asilo de Ancianos a los Reyes Magos: José Ignacio González Lechuga, Julián Montero Fuentes y Miguel Lobato Quintero dieron vida a Melchor, Gaspar y Baltasar. en la fotografía aparece el sargento de la Policía Local, Yeste y, entre éste y Melchor, Franciso Acosta Higueras.
SALIDA DE LA ALCALDÍA.
Antonio quiso ser alcalde de todos los porteños y eso, o la incomprensión y la envidia de sus propios camaradas produjo su salida de la alcaldía, según dijeron, “por aburguesamiento”. La defensa ante sus compañeros por la buena gestión del gerente del entonces Patronato Municipal de la Vivienda, fue el detonante. Antonio hablaba con todo el mundo y no todo el mundo, o no sus propios compañeros, lo entendieron.
En la Venta "El Maka", regentada por Ramona por aquellas fechas finales de los años 70. Hoy la dirige su hijo Ramón. Están Antonio Álvarez, Rafael Alberti e Isabel la esposa de Antonio; Carmelo Ciria, entre Alberti y Antonio Álvarez. Al fondo J.A Ariza González, conocido por 'Manlu'.
El 28 de agosto de 1981, va a hacer 28 años, el Partido Comunista de España, en sesión de su comité local porteño, aprobara la salida de la alcaldía de nuestro protagonista. No podía sentir mayor vergüenza Antonio Alvárez por aquellas infundadas acusaciones. Que sus propios compañeros le alejaran del poder con aquellos argumentos, a todas luces falsos. Ya no sería ni la sombra del activista precursor de las libertades que fue, antes de su muerte política por parte de sus correligionarios. Incluso pensó en algún momento acabar con su vida, tal era la carga de la ignominia que pretendían echar sobre él. Pero Antonio aguantó, aunque como decía: «--Dejar la alcaldía me dio vergüenza». Ya Antonio no volvió a ser aquel activista, pero si se hizo experto, más aún, en la condición humana.
En la Feria de Primavera, Eusebio el chofer de la alcaldía, Mario Peluffo y Antonio Álvarez.
VIII Trofeo Ciudad de El Puerto. De izquierda a derecha, Rodrigo Mateo, por aquel entonces en Radio Juventud de Cádiz, que fue absorbida despues personal y Emisora por Radio Nacional de España y en escorzo, un jugador desconocido. En el centro con barba, Joaquin Duran Ayo, por aquel entonces director de la Cadena SER en Cádiz. Se solía poner el "mono" por aquellas fechas y bajaba al cesped a realizar las entrevistas, mientras Juan Manuel Pedreño retransmitía el Trofeo. Hoy forma parte de la dirección de Canal Sur. A continuación, Francisco Ferrer Palacios, a la sazón presidente del R.C. Portuense, Antonio Álvarez y a la derecha un joven alcalde de Puerto Real, José Antonio Barroso Toledo.(La foto de Rafa está fechada el 15 de agosto de 1979).
Lola Galán, publicaba el 24 de septiembre de 1981, en El País una interesante crónica de la que extraemos: «Los desconchones de la casa en que vive no dan pie a imaginar que el aburguesamiento de Antonio Alvarez haya llegado demasiado lejos. La madre, de luto riguroso desde que hace seis años muriera el hermano mayor, barre las losas desniveladas de un pasillo que se abre a un patio interior algo destartalado ante los preparativos de una nueva mano de pintura. «--Ya lo ve usted: este es el chalé de Antonio, ¿qué le parece? Esta casa, donde hemos vivido con un montón de vecinos. ¡Ay que ver la gente que hay por ahí!... Y todavía iban comentando que un chalé de lujo que se está construyendo en el Buzo era para el alcalde...». Antonio Alvarez, sobrepuesto de la dura batalla, más dura en algunos aspectos que la propia clandestinidad, habla de los dos largos años de entrevistas, gestiones, tanteos, peticiones, propuestas. «--Todo depende de cómo se vean las cosas; para mí, ir a la Cinca de Pedro Domecq a negociar un tema y que él me acerque la silla para servirme el desayuno es un triunfo de la clase obrera, de todas aquellas luchas, y, sin embargo, sé que si me hubiera visto más de uno ya habría comentado: "¡Mira ése, qué bien le va de alcalde!". Y yo pienso que si sólo tenemos el Ayuntamiento, y el que gobierna en el país es UCD, habrá que negociar las cosas para sacar el dinero que necesitamos y no liarse en discusiones continuas».
No reproducimos el contenido del acta de agosto de 1981 a la que hemos tenido acceso, aunque si su encabezamiento con los asistentes, toda vez que dicho documento, que consta de cuatro páginas, no está firmado por los integrantes de aquel Comité Local del PCE, así que la validez de los folios tendrían que corroborarla los asistentes. Será trabajo de politólogos e historiadores y otros investigadores sacar a la luz que pasó realmente en aquellos meses aciagos para la política de El Puerto, en 1981. Fue sustituido por Rafael Gómez Ojeda, el segundo de la lista quien, a preguntas de Gente del Puerto, afirmó que él nunca quiso ocupar el puesto dejado vacante por Álvarez, pero que la disciplina del partido así lo dispuso.
GRUPO INDEPENDIENTE.
Antonio Alvarez volvió a la política de cargos de la mano de un partido de nuevo cuño y de corte local. El Grupo Independiente formado por personas de distintas ideologías, creyentes, agnósticos, empresarios, abogados, trabajadores, funcionarios, porteños y porteñas tenía como único denominador común que Antonio Álvarez volviera de nuevo a la alcaldía de El Puerto. Sin embargo, su gran error llevar a cabo una campaña de acoso y derribo en contra del PCE. Aquello movilizó a los dirigentes comunistas y el día 8 de mayo de 1983, llegaron a obtener nueve concejales en las Elecciones Locales. Antonio solo uno.
LA CASA COMÚN DE LA IZQUIERDA.
Antonio se integró en el PSOE, con Juan Manuel Torres como alcalde compartiendo labores de gobierno como Teniente de Alcalde de Vivienda, con el ahora inhabilitado ex alcalde Díaz, en aquel peculiar pacto entre el PSOE y el PP para expulsar a Izquierda Unida de la alcaldía y, ya entonces, observó que "iba por libre" según sus propias palabras. Un futuro edil de IP, entonces dirigente socialista, y ahora creemos que en el PSA, Pedro Alamillos, firmó su expulsión temporal del PSOE por apoyar a otro ex compañero, Rafael Contreras, tras la debacle electoral socialista en 1991 dando paso a los Independientes Portuenses (IP) de Díaz. Antonio estaba ya muy por encima de las miserias de la política y entró ya en la Historia de El Puerto como alcalde honorario y reconocido por sus paisanos.
ALCALDE HONORARIO.
El 16 de abril de 2008 en un Pleno Extraordinario y Solemne, el Excmo. Ayuntamiento Pleno entregaba a María Antonia y a sus hermanos Fernando y Agustín –los gemelos–, el Título de Alcalde Honorario otorgado a su padre, a título póstumo, en el Monasterio de la Victoria, todo un símbolo. En su discurso, el alcalde conservador de la Ciudad, Enrique Moresco, declaró entre otras que “Antonio siempre fue un político de mente lúcida, que luchó por los intereses de sus compañeros en el mundo laboral y por la instauración de la democracia. Así está recogido en diversas publicaciones, en las que es considerado un icono de la transición democrática, en Andalucía. “Ser el acalde de todos los portuenses”, hizo que el 14 de septiembre de 1981 renunciara a la alcaldía. Confiaba el alcalde Álvarez en su despedida, tras dos años y medio “que los ciudadanos vean en mí a quien nunca ha dejado de ser: un portuense que se entrega como sabe a su pueblo”. La grandeza del político se mezclaba con la grandeza del portuense, renunciando a un privilegio, regir los destinos de la nave municipal, ya que pensaba que “durante este tiempo habré contribuido a que sea menos difícil el avance hacia la sociedad que debe abordar de otra forma los problemas de la mayoría”. Álvarez vino a la política no para servirse de ella sino para ser su servidor; que murió sin posesiones; que concebía la actividad política como medio para transformar la sociedad mientras el seguía siendo el mismo, es un claro referente de persona honesta y por tanto, de político honesto. A los honores que ya tenía de bonhomía, honestidad, fortaleza y valentía se suma el de esta distinción que el Excmo. Ayuntamiento Pleno le otorga: como alcalde honorario de su Ciudad a título póstumo. Un claro ejemplo y referencia de alguien que supo amar a su tierra y a sus gentes, por encima de cargos y títulos y para quien la alcaldía no fue sino un instrumento más para ayudar a transformar la sociedad.”