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 ¿Por qué deportes orientales en la cuna de Occidente?. --Pues por lo mismo que a los japoneses les gusta el flamenco. Desde que en el año 1966 empezara con el Judo, le ha dado al hombre tiempo de ir a la Luna, y usted, ¿a dónde ha llegado con los deportes de contacto físico?. --Proporcionalmente, también he llegado a la luna, a mi forma.

¿No le abruma haber sido multicampeón senior en Andalucía, medalla nacional y haber obtenido tan buenos resultados en Europa con el Judo, y ser a nivel de club, el primero andaluz?. --La verdad es que no me ha dado tiempo. Maestro Entrenador Nacional de Judo y Defensa Personal, de Cultura Física, de Musculación, de Lucha Sambo, de Tai-Juitsu, árbitro nacional... ¿qué se siente al haber alcanzado tantas responsabilidades?. --Llegar a las metas que me había propuesto. Y sigo buscando metas. Si usted hubiera seguido en el mundo del boxeo... ¿estaría sonado?. --Totalmente. Si hubiera chocado contra las cuerdas o contra el contrincante.

¿Qué es, que significa Judo?. --Una filosofía de vida que significa ‘Camino de la Flexibilidad’. ¿Tiene arreglo el mundo?. ¿Qué se arregla con la violencia? --El mundo tiene arreglo, pero no con la violencia, que no soluciona absolutamente nada. ¿A cuantos alumnos ha impartido usted enseñanzas, Tadeo?. --Los cuento por miles, pero han sido tantos... Usted es un ejemplo de superación por el deporte. ¿Le ha solucionado el judo la vida a mucha gente?. --A más de lo que, muchos, no desean reconocer. (Texto: José María Morillo).

Un joven Tadeo Díaz en una imagen famiiar.

Tadeo Díaz (El Puerto, 1952), señala que el club, de carácter privado y que recibe subvención municipal, "registra en torno a los 300 alumnos en este momento, aunque existe una lista de espera, pues las instalaciones no permiten atender a más personas" y se siente orgulloso de que "desde su fundación se han forjado 250 cinturones negros, siendo la entidad que más cinturones de este color ha cosechado en la provincia y, probablemente, en Andalucía".

Tadeo Díaz es el cuarto por la derecha, por abajo.

El Judo Club Tadeo es una entidad deportiva, sita en El Puerto de Santa María (avenida Menesteo, 3), que se fundó en 1966 y que puede presumir entre otros logros, según señala su director, Tadeo Díaz Ortega, de haber sacado varios campeones de España en los  últimos años, destacando, en categoría masculina, Álvaro Molino Crespo (una vez campeón y otra subcampeón) y José García (dos veces primero y otras tantas segundo y tercer clasificado), mientras que en el ámbito femenino se deben reseñar los nombres de Natalia Bartolomé (cadete -52 kgs.), Andrea García (dos años consecutivos triunfando en infantil y cadete -57 kgs.) y María Tosar (dos veces campeona de España del sector y bronce en la final sub 23).

La práctica del judo se puede comenzar a los cuatro años de edad, registrándose en la institución portuense judokas que alcanzan los 55. Cualquier persona puede animarse, aunque para competir sí se requieran características especiales, como un gran espíritu de lucha.

Judo Club Tadeo suele impartir clases dos días a la semana con carácter obligatorio, ofreciendo una ampliación a tres, mientras que los competidores llegan a alcanzar los cinco días: en cada una de las jornadas el entreno se extiende entre hora y hora y media, "toda vez que una sesión es fuerte y tampoco resulta aconsejable prolongarlas", explica Díaz, quien destaca el trabajo de elementos como "coordinación, elasticidad, reflejos, fuerza, potencia o resistencia". /En la imagen, con su hermano Miguel Ángel.

Las categorías por edades se establecen en prebenjamines, benjamines, alevines, infantil, cadetes, sub 20, sub 23 y senior y en cada categoría se contemplan 7 pesos, que parten desde un mínimo de 25 kilos, sin que exista limitación máxima. Por cinturones la tipología discurre desde el cinturón blanco (el de menos rango) hasta el negro (el superior), con las escalas intermedias del blancoamarillo, amarillo, amarillonaranja, naranja, naranjaverde, verde, verdeazul, azul, azulmarrón y marrón. El cinturón negro registra desde el primer dan hasta el décimo.

Tadeo, durante un campeonato en Vigo.

Tadeo Díaz, que ostenta el rango de quinto dan (en España sólo hay dos cinturones negros con 9 dan y ningún español ha alcanzado nunca el décimo), así como el de maestro entrenador de judo y de defensa personal, explica que "entre los títulos de enseñanza figuran el de monitor instructor, entrenador nacional y maestro entrenador nacional" y defiende que "la práctica de esta actividad eleva al máximo la autoestima". (Texto: Francisco Lambea Bornay)

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Alejandro Parra García, nace en El Puerto de Santa María en 1993. Muy pronto, a la edad de cuatro años demostrará sus dotes artísticas zambulléndose en el mundo del teatro, debutando con la obra ‘La Zapatera Prodigiosa’, de Federico García Lorca. Estudia en la Universidad ‘Juan Carlos I’ de Fuenlabrada (Madrid) Comunicación Audiovisual.

Tocando su instrumento: el clarinete.

Pero antes, mucho antes y no sabemos de donde ha sacado el tiempo, Alex cursa sus estudios musicales de clarinete, lenguaje musical y coro en el Conservatorio de Música ‘Joaquín Turina’ de Sanlúcar de Barrameda, pasando posteriormente al Real Conservatorio Profesional de Música ‘Manuel de Falla’ de Cádiz. Es miembro de la Banda de Música Maestro Dueñas donde toca el Requinto. Ha actuado en directo junto al cantante Hakim. Presenta el Encuentro Musical que se celebra en El Puerto.

Interpretando la obra 'El Cíclope', hace cinco años. "Y cantad Viva Grecia, siempre firme!!".

Ha interpretado obras de teatro grecolatino en el Grupo Balbo como: El Cíclope, --Premio Nacional de teatro Grecolatino-- Aulularia, Mostelaria, Rudens, Antígona… interviniendo en ellas como actor, músico y coreógrafo. Alex ha participado en diversos cortometrajes.

En los camerinos del Teatro ‘Mira’ de Pozuelo de Alarcón (Madrid) en mayo de 2012, con ‘Eureka Espectáculos’.

En ‘La Ópera de los Dos Centavos’ de Bertold Brecht.

Nuestro protagonista es fundador y director del grupo Forever Espectáculos con el cual ha interpretado musicales como ‘Alladin’ y ‘La Bella la Bestia’, adaptación de Hairspray y Chicago. Además,  es compositor de bandas aonoras para cortometrajes y obras teatrales como ‘Ángel’ en la cual participa como actor y músico de la compañía ‘El Aedo Teatro’ y  ‘Cuento de navidad, de la porteña compañía ‘Olvido Producciones’.

Junto a un cartel de ‘La Vida es Sueño: El Bululú’, basada en la obra de Calderón de la Barca, donde Alex fue Ayudante de Producción con ‘El Aedo Teatro’.

En la imagen, de izquierda a derecha, Alba Bootello, ‘el Sevilla’ y Alex, tras una grabación de ‘Tu si que vales: El Espectáculo’.

Este polifacético Alex además, es fotógrafo, siendo autor de los libros de ejercicios musicales para niños Do-Mi-Sol de la editorial ‘Carish’ y con la editorial ‘Enclave Creativa’ el libro ‘Mis Notitas Musicales’ y autor del ‘Diccionario para Futuros Músicos’. Y tiene toda la vida por delante.

En la actualidad está preparando el papel de Don Álvaro de Luna, con el que nos deleitará en breve por los escenarios españoles.

El navegante Pablo Torres aunque nace en Sevilla empieza a navegar a la edad de 7 años. Hoy tiene la base de su barco 'El Bicho' en Puerto Sherry, preparándose en aguas de la Bahía de Cádiz para importantes pruebas náuticas. La navegación y la mar han sido siempre sus pasiones. Empezó a hacer regatas de vela ligera, primero en la clase Optimist pasando en su etapa juvenil por la clase láser Radial en la que se proclamó subcampeón nacional y 1º del ranking en la temporada 99/00. A continuación, dió el salto a la exigente clase 470, en la que formó parte del equipo preolímpico español llegando a obtener resultados como ser Nº 1 juvenil y Nº 5 absoluto nacional en la temporada 03/04.

2004 supondrá un giro radical en su vida. Deja la vela olímpica para embarcarse en la replica de la histórica Nao Victoria, en la que como Jefe de Guardia dará una vuelta al Mundo acompañado de 20 tripulantes más, entre los que destaca el mítico navegante oceánico José Luís de Ugarte. El viaje durará dos años, con más de 28.000 millas náuticas nvegadas, y un mundo por recorrer en un barco de madera con velas cuadras a la antigua usanza. A partir de entonces vuelve más enamorado que nunca del mar y la navegación.

En 2007 finaliza sus estudios de Ingeniero Técnico Naval siendo su proyecto fin de carrera un Mini Transat de serie, y esta decidido a construirlo, pero en prototipo. Decide trasladarse a Valencia para empezar su “carrera hacia la Transat 650”, empieza a trabajar en varios astilleros, visita a múltiples navegantes de la clase mini y navega con ellos, realiza un estudio exhaustivo y consigue afinar unas líneas innovadoras y potentes para su barco.

En septiembre de 2008 consigue reunir suficientes fondos y coraje y se embarca en la construcción de su propio barco, con la más alta tecnología: no duda en utilizar la fibra de carbono o la laboriosa técnica del laminado al vacío. Para optimizar al máximo los escasos fondos de que dispone para la obra, se va a vivir al lugar donde construye su bicho: serán 9 meses de vida espartana que solamente fortalecerá más los ánimos de Pablo. La construcción durará hasta finales del año 2012 con multitud de anécdotas. Como resultado de ello, Pablo obtendrá un bagaje y una ventaja frente a sus competidores, aunque el precio ha sido alto: 4 años de construcción, de sufrimientos y penalidades. Pero obtiene la mejor recompensa: el conocimiento de hasta el más mínimo detalle de su barco, una capacidad para el sacrificio a prueba de fuego y una resistencia mental que le harán relativizar las mas duras experiencias que ofrece la mar.

“Este proyecto ha sido llevado a cabo con mucho esfuerzo y dedicación. Lo he compaginado con mi trabajo de entrenador de equipos de regatas, con la navegación en la Copa de América y las competiciones en la clase Mini. Mi sueño" -afirma Torres - es conseguir un puesto entre los diez primeros. Para ello cuento con una gran ventaja, conozco mi barco al milímetro. Además, Puerto Sherry es uno de los puertos deportivos españoles con mayor proyección internacional y vocación por el desarrollo de la náutica española. Estoy seguro de que juntos cosecharemos grandes éxitos”.

En Puerto Sherry se ve el proyecto como algo extraordinario y reconocen en Pablo Torres el verdadero espíritu aventurero de los grandes regatistas de este país. “Hasta ahora no había participado en esta gran prueba internacional ningún andaluz y tampoco un español en estas condiciones por lo que, para El Puerto, es un gran privilegio”. ‘El Bicho’ comenzará las regatas nacionales e internacionales puntuables para poder acceder a la Mini Transat 2013 este mes de marzo en Italia. Le seguirán otras 15 pruebas en Francia, Italia, Inglaterra y España. La Mini Transat comienza en septiembre de 2013.

Miguel Ángel Vaca Pérez, nacido en El Puerto de Santa María el 25 de diciembre de 1962,  ha sido elegido Presidente de la Federación Andaluza de Baloncesto (FAB) para el periodo 2012 – 2016 por mayoría absoluta, tras superar al sevillano Jose Antonio Ruiz Barrera por 39 votos a 14, en la Asamblea General Extraordinaria que la FAB celebró en la ciudad de Córdoba, tras el fallecimiento de Rafael Rojano Castro.

Miguel Ángel Vaca, ex jugador, lleva casi 35 años vinculado al mundo del baloncesto, pasando prácticamente por todos los estamentos que componen el mismo, siendo presidente de un club, árbitro, entrenador, director técnico, Gerente, Delegado Provincial y Vicepresidente FAB, además de ser miembro de la Junta Directiva de la FAB en los últimos 12 años. Un gran bagaje y experiencia que sin duda le hacen conocedor de este deporte desde todos los puntos de vista y que pondrá al servicio de todo el baloncesto andaluz.

En la imagen, Vaca es felicitado por su oponente el sevillano José Antonio Ruiz Barrera, tras conocerse la elección del primero como nuevo presidente de la FAB.

La sede de la Federación Andaluza de Baloncesto seguirá en Córdoba. La oficina de la FAB pasará a llamarse Sede Central Corporativa con capacidad administrativa, de gestión y deportiva. La sede de Cádiz seguirá siendo provincial. Vaca Pérez trabajará desde Cádiz y desde Córdoba. Córdoba y Cádiz han ido de la mano en los últimos años. Son dos provincias que han estado en la élite que por las circunstancias se han quedado sin referentes en categorías superiores. Esta situación no es un paso atrás, «pues a mí me gusta que haya muchos niños y niñas jugando al baloncesto. Ahí sí podemos trabajar. Hay que reinventarse. Los clubs de Córdoba han sido coherentes y se han adaptado a lo que hay. Poner las miras muy arriba solo sirve para hipotecar a los clubs».

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La Peña El Tirolés nació de un grupo de amigos a mediado de los 50 del siglo pasado, los cuales se  reunían en la Plaza Peral, Parque Calderón,  playa de la Puntilla, etc. Se organizaban partidos de futbol en el Coto, hoy tiro de Pichón, campo de la Gimnástica, etc. Luego surgieron los guateques con el famoso pick up, en los domicilios de algunos de sus integrantes: Vicario 20, Vicario 1, Javier de Burgos 21, Caldevilla 8, Larga 8, Conejitos 5 y San Bartolomé (junto a los garajes de Lores) y en ocasiones, en los jardines del Cortijo (en el Paseo de la Victoria, donde hoy se ubica parte del Instituto Muñoz Seca), pues un amigo les dejaba la llave para entrar durante la semana.

En la plaza de Isaac Peral, junto al monumento a Muñoz Seca, de pie, de izquierda a derecha, Juan González, Jaime Gutiérrez Perea, Juan López, Rogelio Galán, Juan Monge; debajo, Ángel Mena, Pepe Cabrea, Lolo Albert y Adriano.

El nombre de ‘Tirolés’ surgió de la moda de este sombrero, que todos llevaban. A raíz del éxito de estos guateques se fueron incorporando nuevos amigos y amigas. Organizaban excursiones a los manantiales de la Piedad, playa de Fuenterrabía, las rutas de la sierra de San Cristóbal, etc., en los camiones de  José  Alemán. La comida, cordero en salsa y tortilla, la llevaba Juanita Saura, madre de Jesús y de Antonio Alemán.

En la fotografía de estudio, Pepe Crespo, Miguel Roselló, Juan M. Murga, Juan Monge, Antonio Alemán, Pepe Alejo; debajo, Lolo Albert, Jaime Gutiérrez Perea, Juan A. Murga, y Polo Jiménez.

Organizaban bailes de fin de año en casa de Mena,  se elegía a la Reina de la Peña todos los años y había bailes de disfraces en Carnavales. En el año 1967 la Peña instaló una caseta en la Feria, cerca de la playa de la Puntilla, en las inmediaciones del Polideportivo, donde en la actualidad  emplaza el mercadillo de los martes.

Como suele pasar siempre en estos casos, con el tiempo se produjo la diáspora, por motivos de trabajo, muchos tuvieron que salir fuera de El Puerto. La mayoría, ya casados, se dedicaron a su familia y trabajo, y el contacto se fue perdiendo, pero el germen y espíritu de la Peña se mantuvo intacto, a través de conversaciones telefónicas y reuniones esporádicas de sus miembros.

En julio de 1989 se decidió celebrar el 30 aniversario, en el caserón propiedad de Antonio y Jesús Alemán, en la explanada junto al Monasterio de la Victoria. Asistieron todos los componentes con sus esposas e hijos. El aniversario fue un rotundo éxito y de nuevo se eligió a la nueva Reina y un “Míster Tirolés”.

Reunión 2012. Fila superior, de izquierda a derecha: Antonio Alemán Saura, Jaime Gutiérrez Perea, José Alejo Mulero, Jesús Alemán Saura, José A. Martin-Murga, Juan González Garcia, Vicente Gutiérrez de la Rosa, María del Carmen Obregón, Antonio Almagro Buhigas, Leopoldo Jiménez Ruiz, Juan Martín-Murga Velasco, Angel Mena Alonso, Loli, esposa de Juan López, Pepi , viuda de Manuel Serrano y Juan López Durán.
Fila del centro, de izquierda a derecha. Milagros, esposa de A. Alemán, Tere, esposa de José Alejo, Maribel, esposa de José A. Martin Murga, Cristina, esposa de Antonio Almagro, Rosa, esposa de Jaime Gutiérrez, Mari Zaragoza, esposa de Juan Monge,  Paquita Raposo, esposa de Juan González, Loli Miranda, esposa de Angel Mena, y Mercedes, viuda de Pepe Cabrera.
Fila inferior, de izquierda a derecha: Mari Cordero, Maria Fabra, Mari Carmen, esposa de Lolo Albert, Lolo Albert Alonso, Juanita, esposa de Jesús Alemán,
Tenti Roselló, Juan Monge Reinado y desconocida.

De izquierda a derecha,  Vicente Gutiérrez de la Rosa, Juan Monge Reinado, José Alejo Mulero, Antonio Almagro Buhigas y Manuel Albert Alonso.

En las reuniones y bailes que habitualmente ha venido manteniendo actualmente en la sede de la Peña, Vicario 20, se acordó celebrar el 52 aniversario de ésta, en el mismo lugar del 30 aniversario, el día 22 de septiembre de 2012, asistiendo todos los componentes. También fue todo un éxito, habiendo un especial recuerdo para los amigos de la Peña ya fallecidos.

Miss y Mister Tirolés 2012: Cristina Fernández Viña --mujer de Antonio Almagro-- y Antonio Alemán Saura.

Por supuesto, se eligió una nueva Reina y nuevo Míster Tirolés, y se acordó celebrar un nuevo encuentro en la próxima primavera. (Texto: J.G.P.)

Aprovechando las bodas de plata de la expedición Ruta Quetzal, programa declarado de interés universal por la UNESCO, y que han disfrutado más de 10.000 jóvenes del mundo entero, el periodista portuense José Pablo García (ver nótula núm 661 en GdP) se decidió a escribir Mentores de la aventura. Diario de un monitor de la Ruta Quetzal para volcar experiencias y vivencias únicas que disfrutó como monitor de Ruta Quetzal BBVA y que ahora se publica en la joven editorial Seleer.

Con esta obra se pretende cubrir un hueco editorial que responde a los gustos y sentimientos de la gran familia rutera, compuesta por expedicionarios, colaboradores y monitores, a las personas interesadas en la pedagogía aplicada a las actividades de tiempo libre y, por supuesto, a los amantes de los viajes y la aventura. El libro, que cuenta con el prólogo de Santiago Tejedor, Catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona y creador del primer Máster de Periodismo de Viaje en España, se divide en dos grandes apartados. Una primera parte, en la que se describe de forma somera la expedición, así como se detalla el proceso de selección y los pasos previos para llegar a ser monitor de la Ruta Quetzal; y una segunda parte, en la que comienza el diario con todas las andanzas vividas en Panamá y España.

José Pablo García, en el centro de la imagen, con Miguel de la Quadra Salcedo, creador de Ruta Quetzal BBVA y con Andrés Ciudad, subdirector del proyecto, en la presentación que tuvo lugar en la Casa de América de Madrid.

La publicación se complementa con una amplia colección de fotografías cedidas por la organización de Ruta Quetzal, obra de Ángel Colina, que pretenden que con su imaginación vuele al lugar de la aventura.

El libro puede comprarse desde el pasado 27 de septiembre (Día Mundial del Turismo) a través de la página web de la editorial, en la tienda on line Amazon y en librerías y grandes superficies al precio de 15,95 euros. También puede se puede adquirir en formato e-book a través de la propia editorial y en Amazón.

EL AUTOR.
José Pablo García Báez nace en El Puerto de Santa María el 23 de julio de 1984. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Dio sus primeros pasos en la profesión en su tierra natal; Ya en Sevilla, inició su andadura en la que fue su mejor escuela de periodismo, El Correo de Andalucía. Después estaría en la Cadena Ser y en el equipo fundacional de la edición de Sevilla del periódico La Razón. De la prensa escrita pasaría a la televisión. /Foto: 11500ElPuerto.

Desde entonces ha desempeñado su labor en la productora audiovisual Mediapro en distintos proyectos documentales para Canal Sur: en la serie Andalucía es su nombre (galardonada con el Premio Andalucía de Periodismo); Andaluzas o Guadalquivir, Río de historia; y como guionista en el programa Abrapalabra, Posteriormente ha trabajado en los servicios informativos de Giralda Tv, la televisión municipal de Sevilla. Tras ello, como reportero de Andaluces por el Mundo, en Canal Sur, ha podido unir sus dos grandes debilidades, el periodismo y los viajes. Más tarde se convirtió en reportero de 10 Razones, el programa documental de viajes (Grupo ZZJ) de Canal Sur que descubre los pueblos de Andalucía. En la actualidad es reportero del nuevo programa de viajes de La 1 (TVE) por los pueblos españoles, Conectando España producido por Medina Media.

Vemos a José Pablo --con barbas-- en audienciac on los participantes en la Ruta Quetzal 2008, junto a SSMM los Reyes de España.

El periodista porteño también ha sido colaborador de diario Público. Así mismo, en la actualidad, es articulista del periódico Espacio Digital Cádiz y escribe en otras publicaciones digitales especializadas en viajes (www.tuaventura.org y en su propio blog www.genteviajera.blogspot.com), su otra gran pasión junto al periodismo.

De arriba abajo y de izquierda a derecha, Benito Sacaluga Ullén, Antonio Aguilar Ruiz, Rafael Martín Gallardo, Juan Luis Rodríguez González, Miguel Pineda Martí. Abajo, Juani Chico, primo de los del Bar Guadalete), Ignacio Valimaña Lechuga y Mariano Barriola Menacho. /Foto: Eugenio Espinosa. Colección Vicente González Lechuga.

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Foto tomada en el antiguo Tiro de Pichón de la carretera de Jerez, hoy Bodegas el Tiro de Osborne (c.1960). De izquierda a derecha, Pepe Gamero Cívico, Miguel Castro, Conde de Osborne (entonces título Pontificio), Joaquin Osborne Tosar y Alfonso Osborne Vazquez.

La imagen está tomada justo debajo de los eucaliptos que aparecen al fondo de la fotografía del chalet.

 

Nicolás Terry Martínez, ‘Coli’, es un apasionado de la náutica que trabaja en ella. Hijo de una familia bodeguera --su padre fue director del laboratorio de Bodegas Carlos y Javier de Terry (501), siempre tuvo claro que había que trabajar y que mejor que en los entresijos de un deporte que es una de las razones de ser de la Bahía de Cádiz.

Coli empezó como Relaciones Públicas del  pub Tharsis en la plaza de la Herrería. Pronto su afición a la vela le llevaría a trabajar en ese mundo y llegó a ser Director de Regatas de Puerto Sherry en sus comienzos. Hace años que trabaja en la comunicación y organización de eventos de vela a través de su empresa Nicolás Terry Regatas, participando activamente en eventos de primer nivel en nuestro país, lo que simultanea con el ejercicio del periodismo deportivo. Persona vehemente, de gran corazón y apasionado en cuanto pone su esfuerzo es un referente de El Puerto de Santa María en la vela internacional. (Texto: J.M.M.).

En 1988, durante una reunión de antiguos alumnos de San Luis Gonzaga: de izquierda a derecha: Felipe Perez, Jose Mari Velarde, Miguel Leon, Nicolás Terry, Pepin Muñoz; Pepe Mesa.

--Treinta años después, la Copa del Rey de Vela es considerada la mejor regata del mundo. ¿Por qué?  --Aquí viene la élite mundial de la vela porque esta regata tiene una gran difusión mediática y tiene una gran difusión mediática porque viene la élite mundial de la vela.  Además, es el único lugar en el que los regatistas amateurs pueden participar con los profesionales. Figúrese, es como si un aficionado de la Fórmula 1 pudiera correr con los grandes pilotos. --¿Y la regata de Mallorca qué circuito sería?  --Mónaco, sin duda, el más glamuroso y también el más técnico.

--¿Y quién sería  Alonso? --Más que hablar de un Fernando Alonso, que no me atrevería, hablaría de la hornada de jóvenes regatistas que sorprenden por su desparpajo dentro y fuera del barco. Tendría que ver a un chico como José María van der  Ploeg, el benjamín de la flota, qué cabeza tiene dentro del barco y, al tiempo, con qué naturalidad se enfrenta a una entrevista en televisión. --Bueno, su padre fue medalla de oro en Barcelona. Eso es tener mucho camino hecho. --Claro, eso es como haber nacido en un barco.

--¿Qué porcentaje hay de glamour y cuánto de deporte en la regata? --El glamour es una parte muy importante de la regata, es necesario. La implicación de la Familia Real es fundamental. Yo diría que un 70% es deporte y un 30% glamour. --Entre tanto rico, lo mismo hay por aquí algún directivo de las agencias de calificación. --No me hable de esa gente. Como me encuentre a un tipo de Moody's en la regata lo pongo de boya y ahí se queda para los restos.


Nicolás Terry, en el centro, junto a Mara Escassi con el Equipo Oficial de  Comunicación de la Copa del Rey Audi Mapfre.

EL REY.
--Sé poco de vela, pero confieso que en su día pensaba que al Bribón lo dejaban ganar cuando iba el Rey. --Ja, ja, le aseguro que en el mar nadie conoce a nadie y ningún competidor a babor o estribor iba a dejar pasar al barco del Rey. --¿Qué tal regatista era? --Un regatista con talento. El talento se mide por la capacidad de anticiparse a los roles, los cambios de viento. Él la tenía, pero no podía navegar tanto como quería. Llevaba la caña, que es el que marca la pauta, en una época en que todo era muy manual, no como ahora, que los barcos llevan una electrónica a la que sólo le hace falta hablar. --Hablando de la Familia Real, pienso que un gesto tan nimio como que los príncipes se besen en la regata ya supone un incremento del impacto económico. --Sin duda. Y si lo hacen en un lugar en el que se vean los logotipos de Audi y Mapfre, los patrocinadores de la regata, mucho más. No, en serio. Sin la presencia y apoyo de la Familia Real, esta competición no sería lo mismo.

LA CRISIS.
--Con la crisis, ¿no hay problemas de patrocinadores? --Los grandes eventos como éste son rentables y están dentro de las estrategias empresariales. Son las regatas pequeñas las que más sufren los problemas de patrocinio. --¿Hay paro en el mundo de la vela? --Aquí no se libra nadie. En grandes yates y barcos de millonarios han bajado mucho los días de navegación. Muchas tripulaciones han quedado reducidas a retenes de mantenimiento y grandes proyectos de eventos están sin financiación.

Desde que tenían 10/11 años aún se reúnen, casi todos los viernes, a cenar. De izquierda a derecha, de pie Tuty Pastor, Miguel Lizaso, Miguel Silóniz y Juan Carlos Ballesteros. Sentados, Javier Merello, Javier Gómez, Nicolás Terry (Coli), Jorge Gutiérrez y Falele Osborne.  Al fondo, sentado, el cuñado de Falele, Paquito.

--¿Por qué Andalucía no tiene una regata de estas dimensiones? --La tuvimos. La regata de Puerto Sherry, a finales de los 80, llegó a tener un barco más que la Copa del Rey, pero entró en una espiral de lucha de egos por sus organizadores, que miraban más por ellos que por la regata y acabó en lo que es ahora, una regatita.

--En el interior se dice "eres más aburrido que una carrera de balandros". --Quien lo dice será porque lo conoce poco. La modalidad barco contra barco, como la Copa América, es apasionante, y aquí, que son todos contra todos, el colorido y la espectacularidad está fuera de dudas. Tiene el problema de que no se disputa en un estadio y no es fácil seguirlo en directo, pero, como supondrá, eso es inevitable.

--Hábleme de su regatista favorito, de su ídolo. --Peter Blake, sin duda, un neozelandés que lo ganó todo como regatista y que fue un sensacional organizador de eventos. Cuando estaba en lo más alto, lo dejó todo para irse al Amazonas para sensibilizar sobre  la  destrucción de la selva. Allí le mataron. Su barco, el Seamaster, fue asaltado por piratas.

LA VELA: ¿DE PIJOS O DE MASAS?
--Es una bonita historia, pero la gente asocia más la vela a la gente pija. --Yo creo que la vela se ha desprendido de su imagen elitista. Las imágenes de Mario Conde con dos kilos de gomina en el coco sentado en la popa de un barco en esta regata hizo mucho daño, pero eso no es la vela. Ahora no hay pueblo costero que no tenga una escuela de vela y miles de niños aprenden a navegar. --Hombre, de masas no es. --El trabajo que se hace en esas escuelas es increíble. No diré que de masas, pero la vela crece en seguidores. Es cierto que donde no hay mar hay una afición increíble y donde lo hay, no tanta. El mundo al revés.  --No todo el mundo puede permitirse un barco. --Bueno, lo que cuesta mucho dinero es la alta competición, pero eso ocurre en muchos deportes. --Siempre ha sido crítico con la Federación de Vela. ¿Lo sigue siendo? --Es una batalla perdida, son siempre los mismos. Miran por ellos, no por la vela. Habrá elecciones tras las Olimpiadas y ya han nombrado un delfín. Más de lo mismo.

--Es navegante. ¿Su lugar favorito para hacerlo? --La Bahía de Cádiz. --Eso es patriotismo. Dígame otro. --Las rías gallegas tienen una grandiosidad que emociona. Navegar por Finisterre es una sensación única. --¿Pasó el Cabo de Hornos? --No, y mucho que me pesa porque ya no tengo edad. Espero algún día ir a verlo, aunque sea en tierra. (Texto: Pedro Ingelmo).

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Corría  el año 1964, cuándo por fin, mis hermanas soltaron ‘lastre’ y me permitieron, disfrutar de los paseos dominicales, en compañía de mis amigas. Yo no podía creerlo, después de cantar en el coro del maestro Dueñas en la misa de nueve, y de desayunar en el Xixon-bar --frente a las Esclavas-- esos picatostes tan buenos,  iba a reunirme con mis amigas, ¡yo sola!. Ni  que decir tiene, que estaba impaciente.

La autora de la nótula, rodeada de sus hermanas, de izquierda a derecha, Kika, Maria Jesús y Conchita Vela Durán.

Ya  con mis amigas-compañeras del Colegio, y vecinas de la Placilla,  el buen tiempo,  nos permitió llegar hasta el final de Parque, y cruzar el Puente San Alejandro, hasta el otro margen del río. Toda una odisea, pues prácticamente todas  nos estrenábamos  en esta andadura en solitario.

LAS CUNITAS DEL PARQUE.
De vuelta al Parque, nos detuvimos en las Cunitas y esperamos pacientemente, poder montarnos. Terminábamos con los brazos ‘molidos’ pero… muy contentas, después del pique de saber quien subía más alto. En ocasiones, algunas de mis amigas daban la vuelta a la cunita pero normalmente nos frenaban, si no estábamos amarradas.

¡Ala, Ahora a la Ola! --Atracción, para nosotras un Cacharrito-- Sí, vámonos para allá. Mis amigas esperaban hasta poder montarse en la Olla --daba constantemente vueltas--   a mi me era imposible-pues me mareaba. Cuándo salían, parecía que se habían montado en el Vapor, pero no sufran… se les pasaba enseguida. Nuestro paseo, continuaba, bien por la calle Luna, bien por Larga hasta la Plaza Peral  y nuevamente al Parque. Comprábamos  un papelón de patatas fritas riquísimas a  los Salguero.  Y derechitas a casa para el almuerzo.

SESIÓN INFANTIL EN EL TEATRO.
A las cuatro de la tarde ya estábamos en la fila del Teatro Principal. Habíamos  sacado la entrada por la mañana, temiendo las colas. Ponían una película de Marisol --nuestro ídolo-- y estábamos como locas. Tuvimos que sufrir el aburrimiento  del NODO  pero no importaba,  cuándo empezó, la película, todos los que estábamos en ‘el gallinero’ empezamos a patear el suelo, supongo,  como aprobación, después del tedio anterior. Parecía que podríamos caer  sin remisión de un momento a otro al patio de butacas, pero afortunadamente no pasó.

En los descansos se oía: "¡hay, caramelos, chicles, chocolatinas!".  La cantinela cesaba cuándo las luces se apagaban y continuaba la función. Sinceramente,  parecíamos una jaula de grillos por mucho que algunos se empeñaran  en silbar, para acallar voces, no había manera. De repente, nuestra heroína –Marisol-- sin varita mágica ni nada, arreglaba todos los entuertos, y el teatro entero irrumpía en un aplauso  unánime y un pateo generalizado. De vuelta a casa, merendábamos y nos reuníamos un ratito a jugar en la Placilla.

LA MODA DE LOS PATINES.
Al ir creciendo, cambiaron de alguna manera nuestros hábitos.  Los domingos por la mañana, los pasábamos patinando, por el Parque. ¡Ay, Dios mío! Que de caídas di, de hecho creo que estaba más en el suelo, que otra cosa. No comprendía por qué me caía tanto, hasta que mi amiga me cambio los patines y descubrí, que los míos no tenían una especie de frenos, que si tenían los suyos. Así que me alivió saber que no era  tan torpe, cual pato mareado.

BUSCANDO NUEVAS FRONTERAS.
Algunos  domingos, el aburrimiento nos llevaba a dar una vuelta completa en autobús. Ya existía la barriada de Crevillet. Lo que nos extrañaba era que, para ir a la barriada, nos tuviéramos que  bajar, si no estoy equivocada, en los alrededores de la Fabrica de botellas.  ¿Que lejos no? Para nosotras era normal el deseo de investigar, hasta donde llegaba el Puerto, ya que apenas salíamos del centro.

Es curioso como todavía recuerdo, a algunas personas con las coincidíamos en esos viajes en autobús. Recuerdo a varias parejitas de jóvenes, dos de ellas -- aunque no tengo amistad con ellos-- sé que siguen juntos, por lo que me alegro. La otra era un chica rubia, de pelo lago, muy guapa, su chico, dejaba pasar su parada para acompañarla, y volvía a pagar para llegar a su destino. No  éramos cotillas --bueno solo un poco-- pero… ¿se imaginan a unas niñas  de nueve o diez años, alucinando, viendo ‘al caballero andante’, acompañando a su dama? Tengan en cuenta, que a esa edad, se tienen ‘nidos de gorriones’  en la cabeza.

PRIMERAS EMOCIONES.
Pues sí, están en lo cierto, a esa edad,  ya nos seguían los chavales, y empezábamos a fijarnos en algunos de ellos. Todo muy inocente ¡eh! Entre nosotras teníamos un código para hablar de ellos sin que se enterara nadie más. En consenso, poníamos motes  a cada uno, y así podíamos  hablar abiertamente, sin que los demás se enteraran. Nunca despectivos. Lo hacíamos por  el parecido a algún artista, o por su comportamiento con nosotras. /María Jesús Vela, autora de la nótula, en el Parque Calderón fotografiada por Cuellar.

SEMANA SANTA.
La Semana Santa, era muy especial, mientras veíamos pasar la procesión, era fácil que te hicieran algún que otro requiebro. Nos fijábamos en los zapatos, para identificar al piropeador, pues la voz  no la reconocíamos,   pero… al final ¿quien se iba a acordar de los zapatos? Las que más nos gustaba eran ‘Los Cerillitos’  y  la que salía de las Capuchinas. Esta última impresionaba un poco. Todos  en completo silencio, llevando una cruz al hombro, y en cada descanso,  se arrodillaban. ¡Que preciosidad! Lástima que como tantas otras cosas se haya perdido. Lo malo de esta fiesta eran esas pelotas blancas, con las que te ‘bombardeaban’, sin compasión. ¡Eran temibles!  Terminabas con ganas de  devolver  todos y cada uno de los pelotazos, pues  algunos te lo daban con saña. Cuándo te volvías, para recriminarles, te sonreían como si hubieran hecho “la gran cosa” y  poco menos hubiera que llevar al chaval a hombros. Para evitar que siguieran dándome, me las ingeniaba para preguntarles: “—Oye, ¿y tu hermana?”. Si me contestaban, les mentía diciéndoles que era amiga suya; si colaba, se acababan los pelotazos. Si no, era así…pies para que os quiero, pues peligraba nuestra retaguardia.

Plaza del Polvorista en la actualidad. Foto: Jorge Roa.

PLAZA DEL POLVORISTA.
Otros domingos, nuestros paseos matinales, nos llevaban a la plaza del Polvorista. Ahí instalaron, una pista de coches de choque, convirtiéndose en lugar de encuentro con otras amigas, con quien nos las prometíamos felices pues íbamos todas monísimas, pero…. fue solo entrar en la pista,  y se abalanzaron  por nosotras,  como si del enemigo se tratara. Al bajar del coche de choque, me  pregunté: “¿donde están las trenzas con las que entré?”. Ni idea.  Las había perdido y ni me había enterado. Lo que si sé es que salí, con un moratón enorme en el costado, que me obligo a visitar a D.Agustín Fernández --nuestro  entrañable médico-- . Este hombre, no daba crédito, al verme y me pidió que no volviera amontar. Esta claro, que le hice caso. A esos brutos, ya ¡ni mirarlos!


PASEO DE LA VICTORIA.
Muchos fueron nuestros paseos matutinos y nuestras tardecitas de paseo. Nuestro Puerto en esa época era una delicia, para la vista  y por qué no, para los sentidos. Para la vista, porque todos nuestros Parques, estaban diseñados con el mayor de los encantos y especial cuidados. Si nuestros pasos nos llevaban al Paseo de la Victoria, ya no solo era una delicia para la vista, también para los sentidos. Salían a recibirnos, nuestras Cuatro Gracias --tan coquetas ellas-- nos saludaba el bonito Merendero, y como no, nos ofrecían asiento, esos íntimos  e inolvidables bancos: Tu y yo. Como buenos anfitriones, hasta nos obsequiaban con música. ¿Que mas se podía pedir?  Pues tristemente…que lo hubieran respetado. Ya sé que a estas alturas, estos paseos, resultan ñoños, pero eran otros tiempos.

Detalle de los bancos 'Tu y yo' que aaparecen en el centro de la imagen del Paseo de la Victoria de mas arriba.

Empezaban a construirse las primeras barriadas, pero la vida se centraba, prácticamente en las calles del centro. Bien para surtirnos de alimentos, colegios, tiendas de tejidos, zapaterías, droguerías, barberías, cines etc.

Los días de fiesta, en los que el buen  tiempo invitaba a pasear, estas calles se llenaban  de gentes; unos con el firme propósito de distraer a los niños, otros de pasar un tranquilo día y conocer a otras personas. Carecíamos de consolas,  ordenadores y cosas así, pero no creáis que no nos divertíamos: con una china, un clavo, un trompo, una pelota, una muñeca, una cuerda, un poco de triquitraque,  y mucha imaginación  éramos realmente felices. (Texto: María Jesús Vela Durán).

Hubo un tiempo en El Puerto que las relaciones humanas se practicaban más fuera de las casas que en las mismas, desde los niños en edad de jugar a los adultos,  había necesidad de estar cerca unos de otros, puede ser que la amistad nos produzca deleite y relacionarnos con los demás nos dá seguridad y  calor humano;  tal vez porque la cultura del momento fuese esa, o porque los medios de comunicación no estaban aún tan difundidos, me refiero concretamente al fenómeno de  la televisión. /A la izquierda el desaparecido Teatro Principal, punto importante de reunión dentro del entorno de calle Luna, en la esquina con San Bartolomé terminaba el paseo por calle Luna. (Foto: Rasero. Colección de Vicente González Lechuga)

Existían lugares más o menos emblemáticos o conocidos, podían ser un casino, una plaza, la calle, la playa, una asociación, un bar, un cine, un teatro,  etc.; estos lugares los podíamos definir como puntos de encuentro. El Punto de encuentro, podía ser algún sitio donde la gente se reunía por cualquier causa, podía ser que hubiera  mucha o  poca gente, dependía de nuestro momento anímico de estar más o menos acompañado;  gente para saludar, platicar, discutir de fútbol, política, ensalzar o criticar al que fuese, hablar de la próxima corrida de toros o el partido de fútbol del Portuense. Había necesidad de verse con los demás, casi nos rozábamos unos con otros en determinados momentos, el punto de encuentro podía ser considerado  un lugar en el que te sentías protegido, un sitio para descansar, vernos rodeado de gentes nos hacía sentirnos seguro, reconfortado, casi feliz; no hay cosa más desagradable que la soledad no deseada.


Antiguo depósito de agua de la Plaza de las Galeras, Punto de Encuentro, lugar que los vecinos del barrio alto denominaban “Allá abajo”. (Fotografía Colección de Vicente González Lechuga)

Me hacía mucha gracia, escuchar en el barrio alto, allá por los años cincuenta del siglo pasado a los muchachotes de más o menos veinte años decir: «--¿Dónde vas?», «--Voy allá abajo». “Allá abajo”, era considerado en el barrio alto en ir desde donde estuvo el Cine Macario hacia el río, más o menos por la plaza de las Galeras, en ese lugar estuvo instalado un depósito de aguas en forma de copa, este depósito tenía en su base una serie de escalones que hacían de él un lugar para el descanso y la contemplación del paisaje de algunos ciudadanos de entonces. Probablemente por los motivos que desconozco, o tal vez por la reordenación del lugar, el Ayuntamiento estimó necesario demoler aquel emblemático Punto de Encuentro. Tal fue el desencanto de muchos portuenses, que la comparsa ‘Los Cuasimodos’ en 1961, dirigidas por el inolvidable Manuel Camacho Francés “El Chusco”, compuso un cuplé lleno de ironía y gracia para denunciar el enfado que produjo en parte de los ciudadanos la demolición del depósito de agua de las Galeras, Punto de Encuentro en aquellos años; espero acertar en la letra, decía así: «Catorce taladradoras/ y setecientas espiochas/ gastaron los albañiles/ en tirar del Parque/ la famosa copa./ Debían de haberla dejado/ en honor a su memoria/ o jugarla en un partido/ entre el Racing y el Vitoria/ lo que más gracia me hizo/ eran dos que había al lado/ que con lágrimas en los ojos/ decían desconsolados/ ¡ Ay mi copa del Parque!/ porque te habrán tirado/ cuando todos los veranos/ le dabas sombra a los parados”.

Calle Larga lugar que paseábamos los portuenses, a la derecha se ve la plaza de Isaac Peral, ahí terminaba el paseo por esta calle.  (Fotografía Colección de Vicente González Lechuga)

Había también un Punto de Encuentro, que era el paseo que los portuenses en aquellas fechas utilizábamos a partir de la festividad de la Virgen de los Milagros, que era el tramo en calle Luna desde San Bartolomé a Larga y calle Larga desde el tramo de Palacios a Plaza de Isaac Peral. Era curioso nuestro comportamiento cuando paseábamos, no había costumbre de pasar de los límites establecidos, es decir que llegabas a aquel entorno buscando a tus amigos o amigas y los encontraba seguro. Era raro ver circulación de vehículos por estas calles en estas horas, si pasaba  decíamos que era alguien de fuera de El Puerto que se había despistado. Este paseo que se utilizaba a partir de la festividad de la Patrona hasta más o menos el Corpus estaba bastante concurrido desde las siete de la tarde hasta las diez y media ó once de la noche, el reloj de Joyería Díaz estaba de guardián permanente para recordarnos la hora de recogida;  había bastantes bares, comercios, pastelerías y sobre todo el aliciente del Teatro Principal. Habría que destacar como lugares de encuentro dentro de este entorno, el Bar Central, Casa Lucas y el Puerto Bar entre otros. Recuerdo el eslogan del Bar Cádiz: “Menudo a la andaluza todos los días en el trece de Nevería“. Había un trozo de la calle Ganado, subiendo desde Larga, que también podía ser considerando paseo, hasta la esquina con Nevería, en ese lugar se encontraba el Restaurante Antigua de Cabo, El Hotel Loreto, la tienda de fotografía de Pantoja que estaba abierta los domingos por la tarde el Bar La Solera, la secretaría del Racing Club Portuense que casi siempre estaba abierta, el Bar Pontevedra y el freidor de pescado de la Familia Villar.

Calle Larga, detrás del coche se vé el restaurante La Fuentecilla (hoy Bankia) paseo de los portuenses en los años cincuenta del siglo pasado. (Fotografía Colección de Vicente González Lechuga)

En  el verano, el paseo se trasladaba al Parque Calderón, este sitio se consideraba el Punto de Encuentro en el verano. El Parque como lo denominábamos era distinto a como está ahora, entonces  el paseo era más amplio y diáfano pero no por que tuviera más superficie sino porque ahora parece más agobiado que antes, prácticamente estaban  los mismos bares y quizás algún quiosco más, menos atracciones de tiovivos, había un lugar para la banda de música que amenizaba las noches  con pasodobles y romanzas de zarzuela, los bancos de mampostería con hierro forjado y las fuente de la ranita y jardines: el paseo del Parque llegaba hasta el comienzo del puente de San Alejandro.


Parque Calderón, Punto de Encuentro en el verano, comprueben ustedes que parece más claro y diáfano. (Fotografía Colección de Vicente González Lechuga)

Poco a poco, los medios de comunicación se hicieron dueños de la voluntad de la mayoría de los ciudadanos, se popularizó le televisión y la gente que sábados y domingos empleaba la calle como un gran salón social, empezó a poco a poco dejar las calles semidesiertas,  se instalaron  cómodamente en sus casas para ver programas y programas dirigidos exclusivamente para  que el ciudadano, viva para consumir y hacernos sedentarios.

¿Qué les parece a ustedes esta esquina para para iniciar un nuevo Punto de Encuentro? Fijénse en esos paisanos como buscan apoyo para descansar sus piernas de la artrosis que le han ocasionado algún kilo de más. (Fotografía de Vicente González Lechuga)

El Punto de Encuentro, actualmente se ha fabricado para que las gentes vayan a él, están ubicados generalmente en los centros comerciales, no nombraré ninguno. El centro comercial está pensado como un gran edificio funcional, que  la tienda principal es un hipermercado y a su alrededor calles que se puede pasear por ellas, con cantidad de tiendas de artículos de consumo, además incluyen lugares de ocio, esparcimiento y diversión, como cines, bares y restaurantes. Estos Puntos de Encuentros son lugares que tienen exclusivamente un fin comercial y económico. Pero los Puntos de Encuentro situados dentro del casco antiguo de nuestra ciudad en otros tiempos, también tenían una actividad comercial lógica; pero además poseían  una connotación sociológica, pues era un espacio de intercambio  de opiniones y pareceres, que además cumplían ampliamente con los mismos requisitos de las antiguas plazas del pueblo, Punto de Encuentro, lugar de manifestación de intereses de los ciudadanos entre sí. /Texto: Francisco Bollullo Estepa.

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El que fuera presidente de honor del Racing Club Portuense, José del Cuvillo Sancho, escribía en un número especial de la Revista Cruzados, allá por 1968, sus impresiones sobre el Club del que fuera su presidente y cuyo estadio titular lleva su nombre, con motivo de haber sido el Campeón del Grupo XII de la Tercera División de la Liga Nacional, en la temporada 1967/68. Cumplía 40 años la entidad. Hace 44 años.

En la imagen de la izquierda, José del Cuvillo Sancho.

CUARENTA AÑOS EN EL RECUERDO.
Por el privilegio de la edad, yo así lo considero, porque Dios lo ha permitido y porque quien pudo hacerlo para ello me requiere, ahí van unas líneas entre cuyos hilvanes, quisiera poner lo más puro y lo más noble de mi afecto, junto con el fervor de algo transcendental y entrañable. En estos días, el ‘Racing’, lo diremos con el nombre de ayer familiar y localista, cumple 40 años. En estos días también, el Racing conquista el campeonato. Tremenda coyuntura para quienes estamos ya, como yo, muy lejos de la juventud. Pero que nos queda, don divino, un fuego inextinguible en el corazón.

De verdad, de verdad, que en mis pobres veleidades con el pensamiento escrito, jamás me vi mas confuso. Es tan grande el tema, que no se como salir airoso. Tengo ante mi un mundo de luces y sombras. Unidas, dispersas, cambiantes, saltando siempre ante mi frente.

En la imagen de la izquierda, Mariano López Muños.

Me veo en aquella lejana plaza del Polvorista con sus árboles y su polvo. Vuelvo a ver a mi lado a aquel gran portuense y gran amigo que se llamó Mariano López Muñoz, gordo, torpón, como una galera vacilante. Me parece que le vuelvo a escuchar con su cara de fraile alternando la zumba con la ternura. Y mientras tanto, entre las protestas de las vecinas de los viejos caserones, los primeros chavales ‘racinguistas’, corrían tras la pelota…

El Racing en la Plaza del Polvorista, en febrero de 1930.

Vuelvo a tener entre mis manos la Revista Portuense con las crónicas de Penalty, verdaderos pecados deportivos. Vuelvo a recordar aquellos partidos veraniegos donde a título de festejos se disputaban las copas donadas por el Municipio. Y el ‘Campo de los Ranos’. Y la Gimnástica. Y el campo del Tiro de Pichón. Y después la guerra, la guerra de Franco. Mas tarde, la mayoría de edad del Racing, el acceso a la Tercera División, con su tremendo tinglado. La noble lucha deportiva con los Clubs de la provincia, destacando atrás Puerto Real y después el Jerez Deportivo. Y [el campo de Eduardo Dato] que crece, que se puebla de tribunas, que se amplía el graderío. Y luego, los años de tensión deportiva, rondando los primeros puestos…

¡Ay Señor, cuánto y cuánto recuerdo! y entre tantas luces, no podían faltar las sombras. Joaquín Gálvez y Antonio Ortega, malogrados, vencidos por la muerte. Como ya he dicho, en estos días cumple el Racing cuarenta años. En estos días también el Racing conquista el Campeonato. Dicho así queda bien en términos castrenses. O si lo queremos mas ello, recordemos a Juan Ramón, cuando dejó escrito: ‘No la toques más!/ que así es la rosa’.  Delante de nosotros está abierto el futuro, un futuro donde las banderas se agitan incansables… ¡Ay Señor, cómo pesan pero que bien pesan sobre mis hombros estos cuarenta años en el recuerdo!. /Texto: José del Cuvillo Sancho.

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Las viejas glorias de los equipos de fútbol ‘Zeppelin’ y ‘San Javier’ mantuvieron un encuentro de fútbol en el campo de las Escuelas La Salle, el 28 de noviembre de 1965, terminando el encuentro con la victoria de los ‘zeppelinistas’ por dos a uno.


En la imagen, los dos equipos posaban para la prensa y la posteridad. Presentaban las siguientes alineaciones. Por la Peña Zeppelín: Poniqui, (Manolín), López (G. Romero), Gandu, Salmerón I (J. Cárave), Lupo II, Barri, Rafaelín, Ginés, Nene y Chele. Por el San Javier: Aguirre, Mojarra, Sopa, Simeón, Caco, Serrano, Cárave, Victoriano, Tronqui, Villanueva y Terry. /Foto: Fariñas.

El equipo de la Peña Zeppelin, con José Manuel de Terry Galarza, en el centro.

Fue un partido de presentación de la Peña Zeppelín, programado al principio para fines benéficos, como todos en los que tomaban parte estas ‘viejas glorias’ a beneficio de los damnificados de las inundaciones en la vecina Chiclana de la Frontera. Pero no se pudo hacer uso del campo del Racing por lo que se trasladó al campo de La Salle, sin recaudación.

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La playa de la Puntilla es una de las playas más populares de El Puerto de Santa María. No es precisamente la más bella, la que tenga el agua más limpia, la arena más fina o la más tranquila.

¿Qué es lo que tiene la playa de la Puntilla entonces? Tiene a quienes le dan su vida, los portuenses. Está situada entre la desembocadura del río Guadalete y la playa de La Colorá, arropada por los pinares que pueblan las dunas de San Antón y bañada con el olor a pescadito frito del bar El Castillito, despertando pasiones en los estómagos de quienes toman el sol al mediodía.

Cuando los médicos recomiendan esconderse de los rayos del sol, a eso de la 1:30 de la tarde, la Puntilla comienza a tomar cuerpo. Por el Camino de los Enamorados van llegando a pie familias completas del centro de la ciudad: abuelos, padres, primos, nietos, tíos, amigos, padrinos, y agregados, que ataviados como si de un equipo de combate se tratara, llevan consigo sillas, tumbonas, toallas, esterillas, sombrillas, neveras, tupperwares, juegos de mesa... y al perro de la familia. Todo de las tonalidades más llamativas posibles, menos el perro, claro. Se crea así un paisaje de tonalidades vivas y chillonas alrededor de la orilla de la playa, que con la dura luz del mediodía parece un cuadro de Kandinsky.

A la tarde, con los rayos del sol comenzando a menguar en intensidad, la vida que parecía haber desaparecido bajo las sombrillas tras haber acabado con los bocadillos de filete empanados de la abuela, la tortilla de la cuñada, las cervecitas de oferta en el súper y la sandía enterrada en la orilla de la playa, parece despertar. Un niño que intenta nadar cerca de la orilla comienza a llorar desconsoladamente. Sale corriendo del agua y se abraza a su abuela metiendo la cabeza entre sus pechos. Se ha abierto una herida en un brazo, sensible con la sal del agua. A la poca profundidad que tiene el mar de esta playa, hay que añadirle la gran cantidad de piedras que la pueblan, de cuyos familiares se acuerda más de un portuense cada verano.

Un grupo de chavales juega al voleibol en una improvisada pista marcada con chanclas Los veraneantes que tomaban el sol en las inmediaciones del nuevo terreno de juego, comienzan a mudarse de lugar, cubiertos de arena como croquetas antes de un baño de aceite.  Algunos aprovechan para darse un paseo por la orilla y llenar sus manos de todo tipo piedras moldeadas por la marea así como de conchas con brillos y colores hipnotizantes. Acabarán en mesas de trabajo, lavabos y maleteros de coches. Pero no hay que preocuparse, la cantidad de regalos del mar de la playa de la Puntilla nunca se agota.

Cuando el sol comienza a resguardarse, las familias preparan su vuelta al hogar. Una pequeña odisea que se cumple tras conseguir despertar al abuelo, que mimetizado con la tumbona es incapaz de responder a llamadas, sacar al niño del mar, que se resiste a marcharse, y quitarle el bañador a la prima pequeña, que le da vergüenza que la vean desnuda sus primos de Sanlúcar.

Con la noche ya entrada, la playa queda prácticamente vacía. Algunas parejas se dejan ver, resguardándose entre pequeñas palmeras esparcidas por la arena. Si uno desea darse un paseo por la orilla a estas horas, debe de tener la delicadeza de no romper con su intimidad. Basta con no acercarse a los grupos de datileras ocupadas, reconocibles por los tintineos de litros de cerveza que se van consumiendo entre risas y el olor de algún que otro cigarrillo aliñado. Siguiendo la línea de la costa, puede llegar a un pequeño espigón, ir hasta el final del mismo, y observar con la paz que aporta la brisa salada de las noches de verano, el interior de la bahía de Cádiz.

Antigua vista aérea de La Puntilla, o Punta de La Laja o la Laxa.

TIEMPO ATRÁS.
Antiguamente se llamaba Playa de la Laxa. Posteriormente pasaría a conocerse como la playa de La Laja y finalmente tomaría la denominación actual. El nombre data de mediados del siglo XVII, debido al fuerte construido para defender la ciudad. Sobre sus restos se encuetra situado el bar El Castillito. Por esta época Juan Camacho Jayna mandó plantar los pinares de las dunas de San Antón para evitar que el viento se llevara la arena. (Texto: Adrián Morillo) /Fotos: Diputación de Cádiz.

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Dos productoras audiovisuales portuenses han participado en un festival de cortometrajes internacional itinerante denominado "The 48 Hour Film Project", que se ha celebrado en Sevilla, recibiendo Manolo Morillo el premio al Mejor Actor y la cinta el premio Segunda Mejor Película, durante la gala celebrada el pasado sábado.

CORTANDO LA RUTINA - FPY & VARADAS PRODUCTIONS from FPY & Varadas Productions on Vimeo.

La peculiaridad de este concurso es que todas las obras participantes han tenido que realizarse íntegramente en 48 horas. Esto ocurrió hace dos fines de semana pasado, cuando, el viernes por la tarde, se realizó un sorteo de género para cada equipo y se asignó un personaje, objeto y frase para todos los equipos. De modo que al equipo portuense le tocó género "cine mudo", y todos los participantes tenían que incluir en su cortometraje: un/a peluquero/a denominado/a Julio/a Rodríguez, una bolsa de basura y la frase "puede ser peligroso".

Actores y equipo de rodaje durante la filmación del corto en El Puerto.

El equipo de los jóvenes portuenses, compuesto por Producciones Varadas y Fpy Productions, se denomina FPY&VARADAS PRODUCTIONS estuvo grabando en la peluquería Rossem de El Puerto de Santa María. El resultado obtenido les ha dejado muy satisfechos, piensan que ha merecido la pena, tanto por la calidad humana de los compañeros como por la sensación de haber realizado un trabajo bien hecho y, como no, por los galardones obtenidos.

Actores y equipo técnico tras recibir los premios el pasado sábado.

En cuanto al equipo artístico, han podido contar con un grupo de actores experimentados provenientes de la compañía de teatro Olvido Producciones, entre los que se encuentran: Manolo Morillo, Lola Teja, Eva Rodríguez y Esther Pumar, además de la actriz de reconocido prestigio en Alemania Sonia Serrano.

Manolo Morillo, junto a Carmen Tamayo elegida 'Mejor Actriz' del certamen.

Todo el trabajo desarrollado se ha realizado sin ningún tipo de beneficio económico por parte de los implicados, por lo que el esfuerzo y la pasión que le han puesto debe ser más valorada aún si cabe.

Más información en El Puerto Film Office

Esta foto de 1989 (perdón por el encuadre) fue tomada en el legendario interior de «La Burra», (ver nótula núm. 489 en GdP) una tasca con reservados del siglo XIX que daría cerrojazo definitivo unos meses después.

El segundo por la izquierda es el poeta Ángel Mendoza, acompañando a unas noruegas en los camarotes de 'La Burra'.

Son las últimas semanas de un agosto más caluroso de lo normal en 1989 y estábamos brindando por el feliz viaje de vuelta de un grupo de muchachas de Oslo a las que habíamos servido durante un par de meses como anfitriones, animadores turísticos y poco más , para nuestra desgracia, [escribe Ángel Mendoza, nótula núm. 597 en GdP].

Aunque la imagen recuerde el final de muchas cosas,aunque ese mediodía de vino y risas desatadas pusiera colofón a algo más que a un verano, en verdad está llena de principios, de realidades importantes que empezaban, sin que fuera consciente del todo en ese momento el jovenzuelo, aparentemente despreocupado, que levanta la copa de oloroso.

Cierto que nunca más volveríamos a quedar en «La Burra», porque un día ya no hubo más Burra; cierto también que a la década que abarcó nuestros mejores años le quedaban dos telediarios, y que el verano siguiente ya no tuvimos edad para el derrame caprichoso de tanta juventud, y que no tardaríamos en estar todos seriamente ennoviados y que, además, poco después caería el Muro de Berlín, para desgracia de nuestros ideales subversivos a juego con la etapa vital.

Los 'camarotes' de La Burra. /Foto: Fito Carreto.

Es verdad que fueron los años en los que se nos abrieron las puertas de Europa y que aquel continente extraño y moderno, que provocaba atracción y miedo en dosis esquizofrénicamente similares, aterrizó para nosotros en el aeropuerto jerezano de La Parra a bordo de un British Airways una mañana de julio de 1989.

Porque las noruegas no venían directamente de su país, sino de Inglaterra, donde habían pasado una temporada. La mitad del año, aproximadamente, se la tiraban de aquí para allá, pues trabajaban, a la vez que hacían sus carreras universitarias, durante los meses restantes. Estudiaban porque había en los países nórdicos un generoso sistema de becas y trabajaban porque había trabajo para todos, mientras nosotros esperábamos alguno de los 800.000 empleos que había prometido Felipe González, a la sazón, presidente del Gobierno de España.

El aeropuerto de La Parra, antes de la reforma de 1991 donde se reforzaría su uso civil.

Por si fuera poco, además vivían emancipadas desde los 16, gracias, sobre todo, a lo de poder trabajar y a una mentalidad mucho menos protectora por parte de sus entornos vikingos. Así pues,aquellas chicas venían en realidad de otro planeta, porque aunque teníamos su edad, no habíamos ido más allá de Málaga y Granada, en el viaje de 8 º, no teníamos ni idea de lo que era una tarjeta de embarque, no habíamos dado un palo al agua y aún tardaríamos otros 18 años por lo menos en abandonar nuestros hogares paternos.

Ellas nos ponían los ojos como platos, con su castellano de sueca de película de Alfredo Landa, relatándonos excursiones de ensueño por las islas griegas o describiéndonos los sobrecogedores barrios de la Praga vieja, y nosotros les contábamos las cogorzas tan simpáticas de las últimas barbacoas en La Muralla, o les hacíamos reír con el chiste del inglés, el francés, el chino y el español. Así era la cosa antes de que llegaran las becas Erasmus, los intercambios juveniles con cargo a la Junta y el principio del fin de un miedo paleto, secular y obstinadamente chauvinista que nos había retenido durante décadas más acá de los Pirineos. /En la imagen de la izquierda, un joven Alfredo Landa.

No recuerdo si a alguno le dio por comprobar la fama que tenían de experimentadas y desinhibidas, más que nada por si había que confirmar la nuestra de machos ibéricos feroces y potentes. A lo más que llegamos fue al beso de despedida antes de marcharse cada noche, a pasar calor sobre sus pieles temerariamente enrojecidas por falta de protección. Ellas, a soñar con sus próximos viajes, lejanos e intrépidos. Y nosotros,a soñar con ellas. (Texto: Ángel Mendoza).

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Las ‘Figuritas en la Arena’ mal denominadas en la modernidad ‘Castillos en la Arena’, por el propio ayuntamiento que nos invade que es el causante de tal tontería. De toda la vida han sido ‘Figuritas en la Arena’, castillitos se hacían  en otros horarios, para que cuando viniera el agua este luchara contra las olas, mientras que las figuritas en la arena, se hacían en la bajamar y su final era derruirla a pisotones.

Figura de arena en La Puntilla. 17 de agosto de 1978. /Archivo Municipal. Foto Rafa.

Yo creo que en los ayuntamientos actuales, debe haber una figura, como en las tribus indias, del concejal ‘viejo’, el cual debe aconsejar o poner freno a desmanes propios de los ayuntamientos de ahora, léase concejales del tres al cuarto, que actúan sin conocer nada de viejas tradiciones y costumbres; pero en fin eso es lo que nos toca vivir y que Manitú nos coja confesaos.

Recuerdo que la tarde, --siempre eran por la tarde--, cada grupo íbamos cogiendo una parcela en función de lo que fuéramos a hacer, con mas o menos voluntad y destreza, ya que en el terreno que correspondía a la altura de las casetas de Paco Neto, la competencia, se centraba en dos artistas: uno era Macario, el de los cines y otro era Repiso, --¿como se llamaba?--; se que se fue a Suiza y allí se quedó como artista, sus hermanos eran Fernando, Paco y otros, los sobrinos de Doña Boni. En estos dos radicaba la representación del arte efímero de arena y anilina de ña Droguería Cárave. Casi siempre ganaban ellos, los demás íbamos de comparsa con el barco o la pelota de cascos de colores. Macario nos deslumbraba y nos hacía levantar la moral con aquellas esculturales  mujeres,que parecía la cartelera de Gilda, que esa noche estaba anunciada en el Cine Macario, mientras que Repiso, era mucho mas arte, un poco amanerado, pero con dotes artísticas, aunque lejos de lo buena que estaban las figuras de Macario.

Castillo de arena en La Puntilla. 17 de agosto de 1978. /Archivo Municipal. Foto Rafa.

En determinado momento, se armaba un revuelo, «--¡Ya vienen, ya vienen!». Eran los miembros del jurado que para Luis Suarez, eran, Paco Bernardo, Jose Carlos García, Dueñas, etc. pero que para mi eran los del Ayuntamiento, ya que siempre se veía venir la figura larguirucha de Juanito Martin, que acompañaba al alcalde y alguno que como está esto hoy en día, serían concejales que se unían al paseo, y que sería la única vez que pisaban la playa y ni falta que  hacía. Hoy en día debería ocurrir lo contrario, que fueran mas y examinaran las playas, para colmo este año ni siquiera han ido para izar las banderas azules.

Tras el examen de las figuras, vendría la consabida entrega de premios, que de eso ya ni me acuerdo, pero que de dinero no había nada, quizás una muñeca, un tren una medalla de calamina con su cinta de color, pero que para el ganador era como una olímpica. Y esa era una más de las fiestas que existían en La Puntilla y en la que todos terminábamos pintados con la cara de color. (Texto: José Luis Calle. Un sevillano en El Puerto).

El cocinero de las latas, afincado en El Puerto de Santa María, publica un nuevo volumen en el que recoge más de un centenar de sus afamadas recetas “impostoras” con productos de lata y congelados El centro cultural del Círculo de Lectores de Madrid acogió días pasados la presentación del libro “Falsarius Chef, recetas de cocina con latas, botes y congelados para cocinar como un auténtico chef” , el sexto libro que publica el cocinero afincado en El Puerto de Santa María. La nueva publicación significa un salto cualitativo muy importante para el escritor ya que por primera vez una de las grandes editoriales españolas, Plaza y Janes, se fija en él y edita este nuevo volumen.

De hecho la presentación fué  por todo lo alto con la presencia en el acto de Monserrat Domínguez, la hasta  hace unos días directora del programa “A vivir que son dos días” de la Cadena Ser y que ha pasado ahora a dirigir uno de los proyectos más innovadores de la prensa española, la introducción en España de Huffington Post (Veáse el Diario de Falsarius), una especie de gran enjambre de blogs sobre diferentes temas que tiene gran éxito en Estados Unidos.
Falsarius mantiene una intervención semanal en el programa de ‘A vivir que son dos días’ con sus famosas recetas.

Mikel Iturriaga (el Comidista), Montse Domínguez y Nacho Cuñat (Falsarius Chef), a la falsaria manera.

También acompañará al cocinero de las latas Mikel Iturriaga del blog El Comidista, una de las más prestigiosas publicaciones sobre gastronomía que se hacen actualmente en España. El programa incluyó también la firma de libros del cocinero en varias casetas de la feria del libro de Madrid. El nuevo volumen sigue la misma línea de Falsarius, aunque es el más gordo de sus libros hasta ahora. Recoge más de un centenar de recetas y tiene 450 páginas, con numerosas fotos realizadas por el propio Falsarius.

Falsarius, con Mario Vaquerizo, firmando ejemplares de su obra en la Feria del Libro de Madrid.

Falsarius en este nuevo libro recoge algunos de sus éxitos anteriores, incorpora platos nuevos y juega en sus textos con la palabra con una ironía que hace que el libro sea mucho más que una recopilación de recetas que, para colmo, salen. En el nuevo libro de Falsarius, que ya está en las librerias, contiene recetas como el “tomate inclinado de Pisa” o los “chanquetes al Greenpeace” en el que cocinero recrea el famoso plato utilizando un paquete de gulas de norte que pasa por rebocina de “Royal”. Para acabar de dar el toque a la “receta timo” de los chanquetes Falsarius propone poner por lo alto unas gotitas de limón.

RECETA DE ATÚN.
El libro no puede abrirse de mejor manera que con una receta de atún. Parece como si el cocinero hubiera acertado hasta en eso, comenzar su capítulo de recetas con un producto en plenta temporada. Aunque claro, la fórmula no está preparada precisamente con atún rojo de almadraba sino que su “túnido tibio en ensalada” está hecho con un tarro de bonito del Norte en aceite de la marca “Frisa” que se acompaña con un bote de patatas cocidas en conserva y una lata de cebolla frita…buen humor, simpatía, pero también todo muy práctico. Son las claves de este personaje surgido en 2007 y que se estrenó en internet con un blog de recetas. Ese mismo año vendría su primer libro publicado por la Compañía Oriental de la Tinta, la pequeña editorial familiar de Nacho Moreno y Paloma Puya.

El cocinero es todo un fenómeno en internet. Su pérfil en facebook está a punto de llegar a los 18.000 seguidores y su página  (verla aquí) cuenta con miles de visitas. Las recetas tienen, en muchas ocasiones, alusiones a la actualidad. Así se pueden encontrar un “arroz arrisotado a la Berlusconi” con gambones congelados o un guiso marinero a la Obama hecho con alubias blancas de bote y dos latas de calamares en salsa americana. También hay un “foie en tiempos de crisis” hecho con un medallón de mousse de pato envasado al vacío convenientemente “tuneado” con salsa de arándanos de bote y una copa de Pedro Ximénez, ese sí auténtico.

DE LAS PAPAS ALINÁS A LA ROPA VIEJA.
En el libro, que también incluye una amplia sección de postres,  también hay alusiones a la cocina gaditana y se pueden encontrar versiones “impostoras” de platos como las papas aliñás. Las hace con patatas cocidas de bote, cebolla, perejil, sal, vinagre y aceite de oliva virgen extra. Le pone también una latita de atún gaditano. El cocinero propone que para dar el timo total en vez de “papas aliñás” cuando se sirvan a los amigos se pueden titular como “papa de mar”. En otra receta se hace alusión a la “ropa vieja”, el plato que se realiza con restos del puchero. Para realizar su versión utiliza una lata de cocido madrileño de Litoral, 2 dientes de ajo y un poco de tomate. (Texto: Pepe Monforte).

Entrevista a Falsarius Chef, en la Cadena SER.

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Este artículo de opinión ha sido publicado originalmente en la sección de Opinión en el periódico 'El Mercantil Valenciano', en su versión en internet: www.levante.emv.com,  firmado por Joaquín Rábago.

Permítanme que les hable hoy de El Puerto. Me refiero por supuesto a El Puerto de Santa María, la ciudad de “los cien palacios”. Una ciudad con un espectacular castillo mandado edificar por el rey sabio sobre el solar de una antigua mezquita en pleno centro, propiedad hoy de una bodega, y numerosas casas de cargadores a Indias con sus pintorescas torres vigía. Lugar estrechamente vinculado también a las gestas colombinas y donde el piloto de la Santa María, Juan de la Cosa, realizó en 1500 el primer mapamundi que incluye los territorios hasta ese momento descubiertos de América.

La entrada de la Fundación Alberti, de incierto futuro.

Una ciudad cantada por Rafael Alberti, el de “La Arboleda Perdida”, y asociada a otro gran poeta andaluz y universal, Juan Ramón Jiménez, que estudió también aquí con los jesuitas. Y antes que a ellos , a la escritora romántica Cecilia Böhl de Faber, que firmó como Fernán Caballero, y cuyo padre, Juan Nicolás, fue, además de notable hispanista, cónsul honorario de la Liga Hanseática. O al autor de “Cuentos de la Alhambra”, el estadounidense Washington Irving, a quien hay dedicada una placa en la casa donde se alojó.

Las piedras se caen de la Iglesia Mayor Prioral.

¿No tiene esa ciudad – gastronomía aparte- todos los activos para ser un auténtico imán del turismo nacional e internacional? Pues ¡desengáñense!. El Puerto es hoy una imagen de desidia colectiva. Algunos de los palacios de los cargadores a Indias se encuentran en estado de abandono cuando no amenazan ruina. Las piedras se caen de su espectacular iglesia prioral.

El centro, en parte peatonalizado, parece a ciertas horas del día una ciudad fantasma, situación agravada por la apertura de grandes centros comerciales en las cercanías. En los lugares más emblemáticos de la ciudad sólo hay abierto algún bar de aspecto un tanto cutre. Y la plaza frente al castillo o el paseo del río Guadalete, a la altura de los muelles donde atracan los barcos de pesca, están totalmente desaprovechados para el turismo.

La Placilla, otrora el centro vital de El Puerto. /Foto: Fito Carreto.

Cuando uno pregunta a los vecinos y comerciantes, la queja es unánime. El centro de la ciudad está muriendo. Cierran los comercios y no abren nuevas tiendas capaces de atraer a una clientela joven. Las casas palacio, muchas de ellas compradas, según cuentan, en los años previos a la burbuja inmobiliaria a las viejas familias propietarias con exclusivos fines de especulación, resultan inasequibles para los jóvenes, que se ven obligados a irse a vivir a barriadas lejos del centro, lo cual contribuye a la decadencia de este último.

Pintadas en el Convento de las Comendadoras del Espíritu Santo.

Restaurar una casa antigua o pintar simplemente una fachada desconchada exige, según se quejan los comerciantes y miembros de algunas cofradías, un oneroso papeleo burocrático y sumas de dinero que muy pocos quieren afrontar. Y es notorio que unas pintadas atraen siempre otras nuevas y el deterioro no hace sino agravarse.

Muelle de los catamaranes en El Puerto.

El Puerto está unido a Cádiz por un excelente servicio de catamaranes y la travesía de la bellísima bahía es una experiencia siempre placentera. Pero hay un problema: el último catamarán sale de Cádiz con dirección a El Puerto a las diez de la noche y el último tren, diez minutos más tarde, por lo que si uno asiste a un espectáculo en el teatro Falla o a cualquier otro acto por la tarde, tendrá que ir en coche o regresar en taxi. ¿No tendría sentido que hubiera un último servicio por barco a las once o doce de la noche aunque el precio del billete fuese , por ejemplo, el triple de la tarifa normal? Sería en cualquier caso más barato que la gasolina empleada en el viaje particular y el necesario aparcamiento en Cádiz y lo agradecería además el castigado medio ambiente.

Pintadas en la Plaza del Castillo, delante del emblemático edificio y de la Oficina de Turismo.

¿Cómo es posible, se pregunta uno, tanta falta de imaginación, por decirlo suavemente, en las autoridades y tanta falta de orgullo y, por el contrario, desidia y resignación colectivas entre los vecinos de una ciudad que, con tal de que se lo propusiera realmente, podría ser puntera en turismo? ¿No es un ejemplo muy elocuente de lo que falla en nuestro país? (Texto: Joaquín Rábago).

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