Cuando escribí sobre el ‘Panorama Bélico’ en las páginas de Diario de Cádiz el 23 de febrero de 2003, no imaginaba que el artículo pudiera servir para conocer unos hechos que acontecieron en el litoral gaditano hace más de 65 años. Porque el caso es que algunos marineros, especialmente patrones y motoristas de embarcaciones pesqueras, hicieron posible que numerosos represaliados políticos del franquismo a los que les era casi imposible atravesar las fronteras, pues los controles fascistas eran severísimos, pudieran salir de España. /En la imagen, el pesquero Correa, posiblemente fuera una de las embarcaciones que transportara antifascistas a Tánger y Casablanca; barcos de ese calado y tonelaje tenían capacidad para transportar represaliados.
Categoría: Marítimos
2.567. La pesca del Marlín. Desde Puerto Sherry.
El Golfo de Cádiz es uno de los mejores lugares del mundo para la pesca deportiva de altura. Puerto Sherry goza de renombre en esta modalidad de pesca, en concreto, por ser un punto de partida idóneo para la pesca del marlín, habiéndose llegado incluso a celebrar torneos en sus aguas con resultados realmente asombrosos como se puede apreciar en las imágenes adjuntas. En el clásico libro El viejo y el mar de Ernest Hemingway, el pescador porfía contra un marlín azul.
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2.541. Conversación entre dos Marinos de Guerra, portuenses, del siglo XVIII.
La acción transcurre en el Puerto de San Joseph, Estrecho de Magallanes, 10 de Enero de 1789.
Los oficiales del paquebote Santa Eulalia pasaron a su compañero de expedición el Santa Casilda, a excepción de su comandante capitán de fragata don Fernando de Miera que se encontraba enfermo y el primer piloto don Antonio Castellanos que quedó de guardia. Objeto de la reunión de oficiales de ambos paquebotes era discutir el plaN a seguir para cumplir el objetivo de la expedición, es decir, terminar el levantamiento del Estrecho de Magallanes, concretamente, desde un punto cercano a donde estaban anclados, Puerto de San Joseph, hasta el Océano Pacífico. Lo de discutir es una forma de hablar, pues el comandante de la expedición, capitán de navío don Antonio de Córdova, ya había decido el plan a seguir.
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2.533. Rederos, profesión de arte y de fondos marinos.
Allí estaban en el muelle los hermanos Vélez remendando las artes, José Manuel, Juani, Fermin, Gabriel, cada uno por un lado y todos bajo la mirada atenta y maestra de Manolo, el padre de todos ellos, mi tío Manolo el Vélez, bien reconocido y valorado en estas lides.
Las gallinas inglesas, pequeñas ellas, andurreaban de un sitio para otro picoteando en las redes para llevarse los pequeños restos ya seco que estaban aún incrustados. En un lateral aquellos polleros repletos de grandes y vacilones pollos de pelea de pechuga roja que como el mejor de los boxeadores mostraban sus grandes y afilados pullones, bien cuidados y protegidos por una especie de dedales y preparados para la lucha en los mejores reñieros.
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2.523. Corrida de ánsares, naumaquia y fallas marítimas. El Guadalete festivo (3)
Hoy evocaremos tres actividades festivas que se celebraron en el Guadalete con el vínculo de que sólo se celebraron en una ocasión, en 1849, 1850 y 1940. Afortunadamente, la ‘corrida de ánsares’ –una bestialidad innecesaria-, por decisión de nuestros convecinos se cortó de cuajo. Presenciar un combate naval simulado desde el Vergel del Conde debió ser una curiosa experiencia digna de que hubiera arraigado, al igual que las fallas marítimas que organizó, en tiempos muy difíciles, la colonia pesquera alicantina asentada en El Puerto. /En la imagen, pesqueros, junto al muelle del vapor, en 1945.
2.511. El equipo de piragüismo del Real Club Náutico, Subcampeones de España de Velocidad.
Los palistas del Real Club Náutico de El Puerto, se subieron al podio de subcampeones, con un equipo en K4 formado por Jorge Alvores, Juan Pedro Martín, José Antonio Céspedes y Juan Luis Monroy, los cuales han sido capaces de lograr un brillante segundo puesto.
2.504. Encuentro Gastronómico de la Sal y el Estero
Un nutrido grupo de empresas relacionadas con la gastronomía, entre ellas las más representativas de la ciudad, organizan para septiembre unas jornadas de 3 días en el Castillo de San Marcos en las que mostrarán las posibilidades de los mariscos y pescados de estero, uno de los tesoros por descubrir en la provincia de Cádiz. /En la ilustración, imagen que anuncia las jornadas y que reproduce unas salinas. El dibujo abre la página web del evento.
La cocina de los esteros es el próximo tesoro a descubrir en la provincia de Cádiz. Tras la explosión de la cocina del atún rojo de almadraba, ahora la desconocida gastronomía relacionada con los esteros y las salinas, y protagonizada por pescados, mariscos, la sal y las algas, comienza a captar el interés del mundo de la gastronomía. ...continúa leyendo "2.504. Encuentro Gastronómico de la Sal y el Estero"
2.499. RICARDO RODRÍGUEZ VIDAL. ‘Rulera’
En febrero de 2002 le referí a Rafa Navas, actualmente director de Diario de Jerez, que Joaquín Sánchez Rodríguez 'Joaquín' estaba íntimamente relacionado con el mundo de la mar: el abuelo paterno, Juan José Sánchez, conocido por ‘El Rubio’, fue trabajador portuario y su abuelo materno, Ricardo Rodríguez Vidal, también fallecido, conocido por el apelativo cariñoso de ‘Rulera’, había sido pescador.
Contaba Rafa Navas, entonces en las páginas de Diario de Cádiz, la excelente trayectoria futbolística de Joaquín y vislumbraba que, por su buen hacer con el balón, iba a ser elegido para jugar en la Copa del Mundo de Corea y Japón.
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2.498. José Manuel Vargas Rosa. Intermareal
El mar respira, y a dejarse humedecer por su aliento salvaje y milenario ha dedicado el fotógrafo José Manuel Vargas (El Puerto de Santa María, 1952) cuatro años de paciente dedicación artística. El resultado se puede disfrutar en Intermareal. Una mirada entre mareas, un foto-libro de flamante edición a cargo del sello Peripecias, y en una exposición del mismo nombre que hasta el próximo 12 de julio estará abierta en la Sala El Molino del Conjunto Monumental Alcázar de Jerez. Geología, arte y poesía en veintitantas imágenes que regalan una imagen inédita de nuestra costa.
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2.484. Antonio Gutiérrez Jiménez. Restaurador
Cuando las primeras luces de la mañana comienzan a dar pelea a la oscuridad de la noche, Antonio emprende el ritual diario de buscar entre subastas y mercados el mejor género de frutas, verduras, mariscos y pescados que sepan poner el acento a su manera de interpretar la buena gastronomía.
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2.462. José Luis Villaplana Montes. Director Provincial del Instituto Social de la Marina.
Han pasado seis años desde que se publicara este artículo de Antonio Carbonell en Diario de Cádiz, en mayo de 2009. No solo se han mantenido el estado de cosas, sino que ha empeorado. El último párrafo no tiene desperdicio.
2.441. EN COCHE DE CABALLOS POR LA FERIA.
En el coche de caballos tipo ‘faetón’ (carruaje descubierto, de cuatro ruedas, alto y ligero), los dos mozos que van al pescante (asiento exterior desde se maneja las mulas o caballos) el cochero y lacayo (*) también apodado como ‘macho vara’, son desconocidos por nosotros. Este coche tiene los asientos vis a vis, denominación aplicable a los carruajes que teniendo doble asiento en su interior, uno en sentido de la marcha y otro de espaldas a éste, sus ocupantes van mirándose. Por cierto que no es mala la reunión que va sobre el faetón.
En la imagen, de izquierda a derecha, el armador Miguel Pineda y dos desconocidos, el mecánico ya jubilosamente jubilado Antonio Almagro ‘Pleti’, Alejandro Navarro, empresario, patrón y armador de barcos, y el empresario de la automoción, y presidente del Club de Vehículos Históricos de El Puerto, Fosco Valimaña Cogollo de Tudela --cambió su segundo apellido, 'Lechuga', al trasladar su residencia a la Urbanización Vistahermosa. /Foto: Colección Alejandro Navarro.
(*) Lope de Vega en una de sus comedias hablando de la etimología del nombre lacayo dice en estilo jocoso que se compone de aca o haca y ayo:
Tu llevarás tu aca,
Pues yo seré de aca el ayo, y creo
Que porque enseña, y es del aca el ayo
Le dieron este nombre Alacayo.
2.440. LOS HOMBRES DE LA MAR EN LA FERIA. Caseta ‘La Ostrea’.
El desaparecido hostelero muy vinculado con el mundo de la mar, Juan Espinosa Palacios instaló durante años, en la década de los setenta y principio de los ochenta, la caseta de Feria ‘La Ostrea’, de la sociedad ’Ostras del Sur', tanto en la de El Puerto de Santa María, como en la de Jerez, con su compadre y amigo Carmelo (el taxista que acompañaba a Manolito Gutierrez 'el Cochino' en sus desplazamientos a Madrid, un hombre legal ya jubilosamente jubilado, --de confianza--, amigo también de Luis Fernández Chulian, también Exportador de Pescados y Mariscos) y un portugués que se llamaba José Manuel Seixas Dos Anjos; era también un tipo grande de carácter este portugués y portuense de toda la vida que nos dejó no hace muchos años. Juani se reunía con buena gente... Juan Espinosa, que nos dejó para siempre en junio de 1999 --con 57 años--, se aventuró también en la Feria del Campo de Madrid, llevando los productos de la zona. Eran famosos los concursos de apertura y presentación de ostiones, que él preparaba y conocía como nadie.
En la imagen tocado con gorra vemos al portugués José Manuel Seixas Dos Anjos, José Antonio Romero Zarazaga y Manuel Gutiérrez 'El Cochino' y su inseparable puro, en la caseta de la Ostrea. Al fondo, en la otra mesa, vemos a José Luis Gómez Bermudo, Jefe de Publicidad de Osborne.
Manuel Vázquez León en el centro de la imagen y su hijo José con sombrero de ala ancha, delante de la caseta ‘La Ostrea’ de la Sociedad ‘Ostras del Sur’. Junto al primero, Pepín Camacho Negreira, hilador de toda la vida con su cuarto de redes.
De izquierda a derecha, el que fuera concejal de Fiestas con IP Jaime Gutiérrez Perea, José Antonio Burgueño, abogado de la Asociación de Exportadores, Luis Fernández Chulian, Cuevas’, Manuel Perez Pichaco (Manolo Montero) y Juan Nimo.
De izquierda a derecha, desconocido, Juan Crespo, Diego Mora, Luis Fernández, Juan Nimo, Manolo Montero, Jaime Gutiérrez Perea y su padre Pepe Gutíerrez ‘el Chofer’.
De izquierda a derecha, Javier Rendón, d, Paco ‘Chupito’, sobrino de Cristóbal Romero, Juani ‘Jilguero’ (+) y Lechuga.
Otra numerosa reunión de hombres de la mar entre armadores, marineros y rederos. El ciudadano con la gorra y el puro que aparece a la izquierda de la imagen era patrón de pesca, conocido como Pepito Jamón, Ventura, Pepe 'el Chofer', Eloy, Gabriel sobrino de Manolito 'el Cochino', Javier Rendón, Javier Romero 'el Abuelita'. Agachados, 'Kiki' jugador que fue del Racing Club Portuense que se nos fue siendo joven y Jarilla. /Fotos: Colección AP.
2.435. LA CASA DEL FARO DEL GUADALETE. La condesa de Valdelagrana.
Frente a Bahía Mar, donde está el aparcamiento de un supermercado, en 1891 el Estado expropió a la condesa de Valdelagrana, María del Carmen Fernández de Córdoba, propietaria desde 1886 del Coto de la Isleta y Valdelagrana por herencia de su padre el XV duque de Medinaceli, una parcela donde se encontraba, ya a comienzos de la década de 1870, unas luces de enfilación del Guadalete para la orientación de los barcos que entraban en la ría (entonces aún sin murallas de canalización, que no se construyeron hasta 1951), en una casa inmediata a la carretera nacional. Fueron conocidas como las luces del Guadalete, el faro, casa del faro y casa del farista, cuyas últimas ruinas -antaño tres edificaciones de desigual tamaño- fueron demolidas en 1998. /En la imagen de la izquierda, retrato de la condesa de Valdelagrana y de Gavia, Mª del Carmen Fdez. de Córdoba y Pérez de Barradas (1865-1949).
La otra banda en 1962: la flecha marca la situación de la Casa del Faro. Enfrente, al otro lado de la carretera, la fábrica de cemento y la del guano. / Foto cedida por Miguel Sánchez Lobato.
La otra banda en 1962: la flecha marca la situación de la Casa del Faro. Enfrente, al otro lado de la carretera, la fábrica de cemento y la del guano. / Foto cedida por Miguel Sánchez Lobato.
Acerca de estos terrenos que ahora han urbanizado parcialmente en ‘la otra banda’, Mariano López Muñoz escribió en 1926 este espléndido –y aún actual- testimonio: “Fijemos nuestra atención en esa desconsoladora calva del terreno, desde el puente aquel [San Alejandro] al faro que está allá. Habrá quien crea que el espectáculo no debe interesarnos; que no debemos esforzarnos en gastar ahí dinero, entusiasmos, energías, sólo por el placer de que vengan nuestros descendientes a disfrutar lo que ahora les preparemos. [...] ¿Dónde nos sentamos en este camino que cruza la injustificable ería junto al río de los blandos rumores, frente a una Ciudad tan bella? Ni un banco, ni una fuente; seis u ocho poyos mal cuidados, hundidos y hendidos en tan largo trecho. […] Este es un paseo natural y magnífico de invierno, frente a una Ciudad meridional. Ni un grupo de árboles frondosos, ni un rústico y tranquilo acomodo para sentarse a leer. Ya sólo en la extensa explanada se encuentra un lugar amable, en torno de la Caseta del Faro, cosa de civilización y de hombres modernos; sitio que, si también no lo abandonan, pronto será oasis apacible en el camino... [...] Hasta el huertecillo del Faro llega el vocerío de los chiquillos que juegan en la plaza del Polvorista.” /En la imagen de la izquierda, Mariano López Muñoz.
En la imagen de la izquierda, el niño Rafael Alberti Merello.
Evocaré los nombres de los empleados que en el faro trabajaron y en la casa aneja vivieron. En 1870 ya estaban aquí asentados, con sus esposas e hijos, Eugenio Franco, un pontevedrés de Marín, y el jiennense Isidro Zafra. El ‘oficial de faros’ que debió conocer López Muñoz cuando escribió el texto reproducido era Manuel Pirnat, de 46 años, roteño, como su mujer María Liaño y su hija Teresita. Estuvieron aquí entre 1916 y 1927. Lugar y farero –o acaso el precedente- que Rafael Alberti conoció antes de 1917 -cuando con su familia marchó a Madrid- y plasmó en estos versos de Marinero en tierra (1925):
“¡Torrero, que voy perdido
y está apagado tu faro!
Noroeste. Nada claro
por el cielo, ¡y te has dormido!
¡Que se ha dormido el torrero
y nadie del astillero
talar su sueño ha querido!
Corre, ve, viento marero
y dile a algún marinero
que el faro no está encendido! ”
El Puerto desde ‘la otra banda’ que conoció López Muñoz. / Foto, Gaspar Veneroso.
En 1928 comenzó a trabajar en el faro el ceutí Antonio Cabezas Martos, casado con Josefa Martos, acaso su prima y tal vez hija de farero dado que nació en las melillenses islas Chafarinas. Cuando estalló la guerra civil aquí continuaban, pero tras la contienda se deshabitó. Fue, propiamente dicho, el último farero.
A fines de los 40 habitó la casa el canario Mamerto Robaina, que era patrón del barco-remolcador Guadalete, propio de la Junta del Puerto. En los años 60 vivía en la Casa del Faro, con su familia, el guarda del muelle, Francisco Torres Parra, y a comienzos de los 70, con el mismo oficio, el segoviano Luis García.
Cuando se canalizaba el Guadalete en 1951 y la Casa del Faro perdió su enclave ribereño. / Foto cedida por Luis Serrano.
El Puerto de Santa María nunca tuvo su particular Triana. Ahí sigue la orilla de ‘la otra banda’, la ‘desconsoladora calva del terreno’ que escribió el bueno de don Mariano hace 88 años, a la espera de no sé qué. Y mejor no mirar enfrente, donde sigue abandonado a su mala suerte el Adriano III en el abandonado varadero del abandonado río del Olvido, al que El Puerto le debe su propia existencia, su antiguo esplendor y que hoy sigue siendo la viva imagen y el espejo de su decadencia.
Desde luego, más de uno ha hecho méritos para que le ocurra lo que le ocurrió a uno –lo contó mi amigo Luis Suárez- con el fantasma de Clemente, el inclemente guarda de la plaza Peral. / Texto: Enrique Pérez Fernández.
Esta noche, a las 20:00 horas, inauguración de la exposición 'Flamenca' de la pintora Manuela Callealta (ver nótula núm. 1.883 en Gente del Puerto) , en el ZEC Espacio Creativo (Larga, 83). Manuela, sketcher de la bahía de Cádiz, nos muestra su visión del flamenco en acuarelas. La exposición comienza el día 1 y termina el 31 de mayo.
2.403. FEDERICO FERRER SAHUERVAIN. Dos veces diputado por El Puerto.
Federico Ferrer Sahuervain fue diputado por el distrito de El Puerto de Santa María por dos veces en el marco de las elecciones de noviembre de 1864: la primera elección se declaró nula, pero volvió a resultar electo en una segunda elección de carácter parcial escrutada el 27 de marzo de 1865. /En la imagen de la izquierda, escena del Congreso de los Diputados en el siglo XIX.
Federico Ferrer Sahuervain (indistintamente escrito con r y con l así como con b y con v) nació en Cádiz posiblemente hacia 1825. El único dato sobre su fecha de nacimiento procede de un poder para testar que otorgó en octubre de 1865 en el que indicaba, tan sólo, que era “mayor de cuarenta años”. Hijo legítimo de Benito Ferrer y Antonia Sahuervain, desconocemos sus raíces y la profesión paterna, pero el conjunto de información disponible no deja lugar a dudas sobre la solvente posición económica de su entorno familiar. Federico se dedicó al mundo de los negocios y de la empresa y muy pronto se situó en una sólida y sobresaliente posición, dueño de una casa mercantil, Federico Ferrer, que en el momento de su muerte abarcaba múltiples negocios en Cádiz y en el resto de España y movía un ingente capital.
Ferrer quizás contó con un punto de partida y de apoyo en el ámbito familiar, aunque nada dicen al respecto los diversos documentos testamentarios. Sí cuentan que su padre le dio un adelanto de su legítima con ocasión de la celebración de su matrimonio, que tuvo lugar en Cádiz el 16 de diciembre de 1843. Se casó con María del Carmen Rabech López, también natural de la capital gaditana e integrante, como Federico, de una familia acomodada. Ella aportó al consorcio en concepto de dote 270.000 reales de vellón que se sumaron a los casi doscientos mil con los que contribuyó Federico. Con este capital inicial, a los que se añadieron más adelante otros 400.000 donados por una tía de María del Carmen, la pareja levantó una empresa de dimensiones muy considerables. Un patrimonio material al que agregaron otro, humano, aún más importante: seis hijos, Francisca, Federico, Onofre, Jaime, María del Carmen y Benito Ferrer Rabech.
La calle Aurora, donde vivió nuestro protagonista en El Puerto. A la izquierda la plaza del Polvorista, a la derecha la casa de Roque Aguado.
Federico fue, indudablemente, el alma de esa empresa, que en 1865 se ocupaba en negocios tan amplios y diversos como los que muestra esta relación: desde actividades mercantiles comunes de la zona, como la venta de vinos, y actividades bancarias también habituales en los hombres de negocios gaditanos (Federico Ferrer fue accionista del segundo Banco de Cádiz, que se creó en 1846, así como del Crédito Comercial de Cádiz, fundado en 1860), hasta otros afanes menos usuales, como diversos negocios de transportes por carretera en el marco provincial y entre Cádiz y Madrid. También obras de construcción de altos vuelos, que edificaban, por ejemplo, carreteras tanto en la provincia de Cádiz como en otros puntos dispares de la geografía nacional. Asimismo, y sólo por señalar los quehaceres más destacados, la contrata de servicios con el Estado, ya fuera la participación en el suministro a presidios, la provisión de utensilios para las tropas o la construcción de un hospital provincial.
Tal despliegue de operaciones permitió a Federico Ferrer Sahuervain acumular un patrimonio mueble e inmueble verdaderamente importante. Múltiples acciones invertidas en diferentes sociedades bancarias, billetes hipotecarios, valores nominales, títulos del tres por ciento y diferentes depósitos a los que se añadía la propiedad sobre numerosas fincas. Ochenta y una en total, divididas entre rústicas y urbanas, adquiridas muchas a particulares pero otras muchas procedentes de Bienes Nacionales, que se repartían por toda la provincia de Cádiz, la mayoría en El Puerto de Santa María y en la capital, y el resto distribuidas por Jerez, Arcos, Rota, San Fernando, Chiclana, Medina, Conil, Vejer y Algeciras.
DIPUTADO POR EL DISTRITO DE EL PUERTO.
El empresario gaditano también se interesó a partir de un momento dado por el mundo de la política. Fue en los años sesenta. Más concretamente, cuando concluyó el extenso periodo unionista liderado por O’Donnell. En octubre de 1863 concurrió por primera vez a las elecciones generales. Lo hizo como candidato a Diputado a Cortes por el distrito de El Puerto de Santa María, la población en la que residía desde bastante tiempo atrás, al menos desde principios de los años cincuenta. A pesar de su amistad con el ministro de Hacienda, Manuel Moreno López, el candidato de la Unión Liberal, Francisco Barca, le superó en número de votos y no pudo pisar el hemiciclo. Debió surgirle entonces la oportunidad de ser diputado provincial y no la rechazó. Y en las siguientes elecciones a Cortes de noviembre de 1864 volvió a presentarse por el distrito portuense, esta vez como candidato apoyado por el Gobierno, en manos del Partido Moderado. Ahora sí la relación de votos se invirtió y fue Francisco Barca el que se quedó sin poder pisar la Carrera de San Jerónimo.
El Congreso de los Diputados a finales del siglo XIX.
Sin embargo, tampoco Federico Ferrer llegó a hacerlo. Su acta electoral, sobre la que existían protestas y reclamaciones, pasó el primer trámite de admisión –el beneplácito de la Comisión de Actas- pero fue impugnada en la sesión del 19 de enero de 1865 por el diputado Posada Herrera, que denunció numerosas presiones y manipulaciones en el proceso electoral portuense y puso el dedo en la llaga sobre el propio Federico Ferrer por su condición de diputado provincial y, sobre todo, de contratista de diferentes obras y servicios públicos. Tan potente fue su discurso que, a pesar de que hubo diversas intervenciones a favor de la admisión de Ferrer, la Cámara rechazó el dictamen favorable de la Comisión por 78 votos contra 57. Una nueva votación resolvió que la comisión dictaminara de nuevo, cosa que hizo un mes después, el 21 de febrero, proponiendo que el acta se declarara nula. El dictamen, no obstante, iba acompañado de dos votos particulares, uno que sostenía que nada había cambiado para modificar la primera resolución, y otro que pedía que se ampliase la información que pudiera contribuir a validar o a anular el acta. Nuevamente se desencadenó un debate que se prolongó durante las dos sesiones siguientes y finalmente, el día 23 de febrero, se aprobó la propuesta presentada por la mayoría de la comisión. La anulación del acta dio lugar a una elección parcial que revalidó el triunfo electoral de Federico Ferrer en su tierra portuense. El 27 de marzo fue confirmado el escrutinio y el 26 de abril siguiente el Congreso pasó a la Comisión correspondiente la nueva acta de El Puerto de Santa María.
Ilustración de una sesión en las Cortes en el S. XIX.
Todo quedó ahí. El Diario de Sesiones del Congreso no registra más noticias sobre qué pasó a continuación. Y Federico Ferrer nunca tomó posesión, ni siquiera presentó su credencial. Ignoramos los motivos. Quizás el durísimo ataque de Posada Herrera le hizo reflexionar y abandonar. Aunque es más probable que fueran otras las razones: Federico Ferrer murió el mismo año 1865, el 27 de octubre, tras una enfermedad que no sabemos cuándo comenzó ni cuánto duró. Falleció en su casa de la calle Aurora, en El Puerto de Santa María. Dejaba una joven viuda y seis hijos menores de edad. A ella le hizo un encargo especial: que cuando constituyera de nuevo su casa mercantil mantuviese la denominación Federico Ferrer. /Texto: Lola Lozano Salado. Universidad de Cádiz
Fuente: Diego Caro Cancela (dir.): Diccionario Biográfico de Parlamentarios de Andalucía (1810-1869), Sevilla, Centro de Estudios Andaluces, 2010, tomo I, pp. 486-488.
2.399. EL PUERTO DE SANTA MARÍA. Con la vela, ‘trending topic’ en medio mundo: más de 40 países.
Traemos a Gente del Puerto la importantísima repercusión mediática de la X Semana Olímpica Andaluza celebrada hace unos días en aguas de la bahía de Cádiz, desde El Puerto de Santa María, donde se encuentra la sede de la Federación Andaluza de Vela.
Más de cuarenta países del mundo han estado pendientes de la X Semana Olímpica Andaluza a través de las redes sociales durante los días previos y su celebración en aguas de la bahía de Cádiz, con base en El Puerto de Santa María. De Portugal a Thailandia, pasando por Brasil, Eslovenia, Australia, Cánada, Perú o Argelia, han seguido la prueba organizada por la Federación Andaluza de Vela, en la que han tomado parte 450 deportistas de 32 países, a los que hay que añadir otro centenar entre entrenadores y acompañantes.
Las cifras hablan por si solas, 37.500 personas alcanzadas de forma directa sólo en Facebook, y 379.527 indirectos a través de "amigos de amigos". Si tenemos en cuenta que en publicidad cada "click" está valorado en 0,33 euros, cualquier anunciante habría logrado un retorno de 125.243, 91 euros.
La X Semana Olímpica Andaluza ha sido protagonista en los principales medios de comunicación locales, regionales y autonómicos, con portada en los dos principales periódicos (Grupos Joly y Vocento) y una página diaria durante siete días. Ha contado con referencias en la prensa nacional y en todos los medios digitales, además de apariciones con entrevistas e información de su desarrollo en las principales cadenas de Radio, y la Televisión autonómica.
Pero además, la regata es noticia en las principales publicaciones de medio mundo y portada en la página oficial de la ISAF (Federación Internacional de Vela) y en publicaciones de países como la Republica Checha, Suiza, los EEUU, Sur Africa, Italia, Turquía o Francia.
Sin lugar a dudas, la regata ha experimentado un salto cualitativo y cuantitativo que no debe pasar desapercibido de cara a futuras ediciones y a la hora de conseguir apoyos para los que el retorno ya estaría más que demostrado. La preferencia de muchas flotas extranjeras por navegar en nuestra aguas, unido a las comodidades que ofrece el Centro Especializado de Tecnificación Deportiva, y la capacidad organizativa de la Federación Andaluza de Vela, nos convierten ya en un referente en la organización de eventos de máximo nivel y en ciudad mundial de la Vela. /Texto y fotos: Mara Escassi.
2.393. INUAUGRACIÓN LÍNEA DE CONTENEDORES EL PUERTO-ITALIA.
En la instantánea de Rafa, podemos observar al entonces alcalde de la Ciudad, Manuel Martínez Alfonso (ver nótula núm. 1.051 en GdP) y al ingeniero director de la Junta de Obras de El Puerto --hoy Autoridad Portuaria-- José Antonio Español Caparrós (ver nótula núm. 1.892 en GdP), en el puente de mando del buque de carga que inauguraba el transporte de mercancías entre el muelle comercial de El Puerto de Santa María, en la Otra Banda, y una ciudad italiana cuyo nombre no conseguimos averiguar. /Foto: Archivo Municipal.
2.379. ISAAC PERAL, EL PUERTO Y PEDRO DE MERCADER I ZUFÍA.
Fragmento de óleo sobre lienzo de Isaac Peral y Caballero.
En una antigua guía turística de El Puerto de principios del siglo XX que se conserva en mi casa, pero que no tengo a mano, aparece una foto del famoso sumergible y de “La Carraca”. En la “Guía del buen comer español” de Dionisio Pérez (Post-Thebussem) editada en 1929 por el Patronato Nacional de Turismo --que conservo-- en su página 89 se puede leer :
"En 1891 ofrecióse a Isaac Peral un banquete en el barrio de Guía, del Puerto de Santa María, en el que figuraron veintiún platos, todos de pescados y mariscos y todos preparados al estilo de los marineros , que son los habitantes de aquella barriada”. No se dice en el libro de Dionisio Pérez si el banquete fue en homenaje a Isaac Peral y su tripulación por el éxito de las pruebas de inmersión de su famoso sumergible en aguas de la Bahía de Cádiz.
En su nótula núm. 351 Javier Maldonado Rosso hace mención del banquete que se celebró en el desaparecido Hotel Vista Alegre (desapareció el hotel y ya de paso, más tarde, también el elegante edificio del XIX que lo albergaba) para festejar la inauguración del alumbrado eléctrico portuense en el que estuvo implicado como principal promotor el famoso inventor cartagenero. El citado hotel estaba en el Vergel del Conde O’Reilly, al lado del río, por tanto en el barrio marinero.
Se trata de dos banquetes en su honor pero por motivos diferentes. Si en 1894, desvinculado de la Armada, es cuando comienza su actividad empresarial en el nuevo sector de la producción y suministro de energía eléctrica en El Puerto, parece que el banquete de 1891 citado por Dionisio Pérez en su libro, debería ser en homenaje a la botadura del sumergible el 8 del 8 de 1888 y las exitosas pruebas posteriores, como así se dice en el pié de la foto del submarino que aparece en esta nótula 351 que comento.
Pruebas oficiales del Submarino Peral verificadas en la Bahía de Cádiz el año 1890. Pulsar sobre la imagen para ampliar.
El Puerto fue acogedor y agradecido con el marino inventor y empresario, reconociendo su talento y valía y honrándole --que yo sepa-- por lo menos con los dos banquetes que se citan, y la dedicación de la plaza del Ayuntamiento donde se encontraba la Eléctrica Peral o fábrica de la luz portuense.
Electra Peral Portuense, en la calle Larga, esquina y vuelta con Descalzos o la plaza que lleva el nombre del ilustre marino y empresario, con fachada también en Diego Niño. La imagen es del 9 de agosto de 1914.
Recibo de 30 pesetas expedido por Electra Peral Portuense a nombre de Antonio Valimaña el 25 de mayo de 1938, por consumo de electricidad en el Cine Orpheo, en la calle Puerto Escondido.
Todavía los antiguos siguen llamando a la fábrica de luz “Eléctrica Peral”, aunque después haya sido “Sevillana de Electricidad”, y hoy sea “Endesa”.
Pedro de Mercader i Zufía, Almirante de la Armada, bisabuelo de mi mujer, y tatarabuelo de mis hijos (portuenses como yo) , nació en Barcelona en 1857 y murió en la misma ciudad en 1928. Descendiente directo de Wifredo el Velloso (Guifré el Pilós ). Falleció antes de heredar el título de Conde de Belloch que pasó directamente su hijo. Hermano, a su vez, del Vizconde de Belloch. Familia, por tanto, de rancio abolengo catalán además de ilustres marinos. Su hija, Joaquina Mercader y Bofill, casó con el también conocido marino Juan Antonio Suanzes y Fernandez, Marqués de Suanzes, abuelos de mi mujer y, por tanto, bisabuelos de mis hijos. /En la imagen de la izquierda, Pedro de Mercader y Zubía.
Pedro de Mercader i Zufía fue uno de los Tenientes de Navío que con su compañero y jefe del proyecto, Isaac Peral, y otros marinos realizaron la primera inmersión del famoso sumergible en aguas de la Bahía de Cádiz. Cuenta la familia, no sé si exagerando un poco, que encaneció prematuramente como consecuencia de las emociones originadas por las pruebas y sucesivas inmersiones en las que participó mi lejano pariente político.
El Submarino Peral estrenó en 2013 sala en el Museo Naval de Cartagena (Murcia), donde se investigará cómo detener la oxidación interior del casco
Siendo Almirante del Arsenal de la Carraca, en San Fernando, salvó dicho sumergible del desguace y hasta hace poco se ha podido admirar en el puerto de Cartagena. Después de su restauración se le ha buscado un lugar más a cubierto en el Museo Naval de Cartagena. /Texto: J.S.A.
2.379. JUAN DE AUSTRIA, EN EL PUERTO.
El único vínculo que mantiene Juan de Austria con nuestra ciudad este importante personaje de nuestra historia moderna, del que dentro de unas semanas se cumple o conmemora el 470º aniversario de su nacimiento en Ratisbona (Baviera, Alemania) hijo natural y reconocido de Carlos I, hermanastro de Felipe II, del que tuvimos noticia en nuestra infancia, aparte de por los libros de historia, gracias a la popular película “Jeromín” de Luis de Lucía, basada en una obra del mismo título del jesuita jerezano, con ascendiente portuense, Padre Coloma (Ver nótulas 434 y 1805), es la glorieta que lleva su nombre, situada en la confluencia de la calle San Juan con la Avenida de Sanlúcar.
Parece probado que Don Juan de Austria, en su calidad de Capitán General de la Mar, estuvo en varias ocasiones en la entonces villa ducal de El Puerto de Santa María, antes y después de la fecha en que tuvo lugar la batalla naval de Lepanto: octubre de 1571, cuya flota coaligada, constituida por más de doscientas galeras, denominada “Santa Liga”, comandó. Gregorio Marañón (nótula1.846) lo sitúa en El Puerto en 1565 y también un año después de su victoria contra los turcos, debiendo solucionar la rebelión de los moriscos de las Alpujarras, se traslada aquí para recoger a Luis de Requesens, Comendador Mayor de Castilla, general de las galeras denominadas de la Guarda del Estrecho y uno de los más notables jefes militares, junto con Farnesio, Colonna y Bazán, bajo sus órdenes en Lepanto. Lo llevó al conflicto como su lugarteniente y cuando se solucionó fue nombrado Requesens gobernador de los Países Bajos, cargo en el que le precedería.
Grabado de Namur (Flandes).
Nosotros aquí nos vamos a referir a una visita y estancia en concreto, la que realizase en el verano de 1568, diez años antes de que falleciera en Namur, la ciudadela flamenca que acababa de conquistar. Por aquella fecha, protagonizó un incidente que marcaría el rumbo de la historia de la monarquía española. Su sobrino Carlos, hijo mayor de Felipe II y heredero del trono, huérfano de su madre, la reina María de Portugal que falleció en el parto, tenía su misma edad y se había educado conjuntamente con él en la Universidad de Alcalá. Debemos suponer que, aparte el parentesco, gozaban de una buena amistad y camaradería, tanta como para hacerle partícipe (Carlos a Juan de Austria) de su intención de rebelarse contra su padre pues simpatizaba con la causa flamenca.
Advertido el rey y considerándose traicionado el Infante Carlos, a pesar de que las condiciones física y dotes militares eran notablemente inferiores a las de su medio tío paterno, le acometió con su espada en un ataque de histérica furia, siendo reducido por los sirvientes y encerrado en sus aposentos. Ante la gravedad de su conducta y la inestabilidad mental del príncipe de Asturias, (fue tachado por sus contemporáneos de excéntrico y cruel) su padre Felipe II lo procesó y mandó encerrarlo en el castillo de Arévalo, donde falleció meses después de inanición, al negarse a recibir ninguna clase de alimentos, según una de las numerosas versiones existentes. /En la imagen de la izquierda, el rey Felipe II.
Juan de Austria,’ mientras tenían lugar estos hechos, preparaba una campaña contra los corsario que asolaban el Mediterráneo. En los primeros días de junio salió de Cartagena, y según relata Lorenzo Vander Hammer en la biografía del personaje que publicó en 1627,”entró en la bahía de Cádiz con quince galeras que reforzaban las cinco que allí dejó”. Con pilotos expertos en el conocimiento de la zona “salió a buscar corsarios que decían andaban a Poniente. Amanecieron las galeras sobre la barra de Sanlúcar saliendo a la mar abierta para evitar los bajíos hasta dar fondo frente al río o torre de Oro, zona también conocida como Arenas Gordas y Playa de Castilla”, aproximadamente a la altura de la actual Matalascañas, donde posteriormente se construirían las denominadas “torres de almenara” por ser lugar habitual de aguada de corsarios y piratas, “volviendo a despalmar (limpiar y untar con sebo el fondo de una embarcación) a El Puerto de Santa María”.
Escuadra de Galeras.
“Encontró allí tan solo una guarnición de 811 soldados y escribió al marqués de Mondejar pidiendo enviase más gente para reforzar las galeras. Visitó la casa de las Municiones y fundición de la artillería, y el castillo alcazaba, discutiendo con los prácticos el sitio para un muelle que se ocuparía, posteriormente, de construir el capitán Florio de Alapetchi.
Durante su estancia, antes de salir el día de San Pedro Apóstol con las treinta galeras que había reunido para la expedición de castigo, rumbo a Argel, apadrinó a Francisco Manso de Andrade, hijo del Comendador y gobernador de la ciudad, Antonio Manso. Conocemos este hecho puntual que nos permite saber de buena tinta una faceta social y humana de ésta época tan alejada, más allá de la crónica militar, gracias a un erudito local, el Doctor Don Teodomiro Ibáñez que localizó el acta bautismal en la que figura dicho dato, en el folio 323 vuelto del libro de bautismo de la iglesia, hoy basílica, Mayor Prioral del año 1568, según refiere Cesáreo Fernández Duro en su obra “Tradiciones infundadas”. El bautizo está fechado el día 23 de junio.
La desaparecida Casa de los Manso de Andrade, en la plaza de Colón.
Finalizamos informando que Antonio Manso, jefe del clan familiar de los Manso de Andrade, era oriundo de Oleiros, en el centro de Portugal. Se estableció en esta ciudad en el primer tercio del siglo XVI como factor, autorizado por los reyes de Portugal para adquirir trigo y expedirlo por algunos puertos de Andalucía. Tenía sus casas principales, llamadas de “los Escribanos” por tener establecida en ella todo el papeleo de la factoría en el edificio que reproducimos en la foto, paralelo al castillo de San Marcos y frente a la actual Plaza de Colón. Dicha casa tenía frontero el almacén de su propiedad, con el sitio que llegaba hasta el muelle, una concesión de los duques de Medinaceli. Posteriorenmente, en el siglo XVIII, fundaron un Mayorazgo y se trasladaron a Medina Sidonia, siendo el conocido Doctor Thebussem uno de sus descendientes. /Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz. A-C Puertoguía.