Javier Tosar Barrera (1943-2025, aproximadamente (*), pertenece a una de las afamadas familias portuenses 'Del Tuvo'. Hoy ya no tiene nada de aquello, pero les vamos a contar en esta misma nótula, en que consistía 'aquello'[*]. Javier mantiene que su apellido es de procedencia gallega, aunque su familia lleva instalada en El Puerto más de 300 años.
(*) EDITADO. Javier sostenía con su habitual sentido del humor en 2008, fecha en la que se redactó esta nótula, que el llegaría al año 2025, aproximadamente. Casi lo consigue (23.10.2024).
Javier Tosar Barrera (1943-2025 approximately), belongs to the 'Del Tuvo' family, one of the well-known portuense families. These days the family is not what it used to be, but we shall let you in on what ‘it used to be’ refers to in this excerpt [*]. The surname has Galician origins, although his family has been living in El Puerto for more than 300 years.
Javier Tosar Barrera (1943-2025 aproximadamente), pertenece a una de las afamadas familias portuenses 'Del Tuvo'. Hoy ya no tiene nada de aquello, pero les vamos a contar en esta misma nótula, en que consistía 'aquello'[*]. El apellido es de procedencia gallega, pero su familia lleva instalada en El Puerto más de 300 años.
Javier Tosar Barrera (1943-2025 approximately), belongs to the 'Del Tuvo' family, one of the well-known portuense families. These days the family is not what it used to be, but we shall let you in on what ‘it used to be’ refers to in this excerpt [*]. The surname has Galician origins, although his family has been living in El Puerto for more than 300 years.
Es una persona amante de todo lo que huela a cachondeo, de ahí que fuera fundador de la caseta de Feria 'Los Cachondos', que durante más de 20 años se instaló en la Feria de Crevillet y en la actual Recinto de Las Banderas. Allí se cantaban estas letrillas con música de la sevillana de El Pali, 'En la Puerta Correo': "Que cachondeo,/ la Peña Los Cachondos,/ que cachondeo,/ la Peña Los Cachondos,/ mi arma, que cachondeo". También fue cofundador de la agrupación carnavalesca 'La Compacorogota', y autor del palabro que da nombre a la misma, sobre la quel existe un artículo en esta página web. Igualmente organizó, con otros cachondos, durante dos años seguidos, un Concurso de Feos que tuvo un gran éxito y del que, en su momento daremos cumplida información aquí, en Gente y Habitantes de El Puerto, independientemente de las responsabilidades civiles y penales que puedan derivarse de su arte. Trabajó durante 14 años en la Compañía General de Carbones, S.A. (antigua Fábrica de Hielo) que era la suministradora de las imprescindibles barras de hielo a los barcos pesqueros. Posteriormente y durante 25 años, trabajó en la Banca. Actualmente y desde su jubilosa jubilación, ejerce de Ociólogo en todo el mundo y parte del extranjero.
FÁBRICA DE CERVEZAS Y GASEOSAS F. TOSAR Y CIA.
"El 15 de agosto de 1901 quedó inaugurada una magnífica fábrica de cervezas y gaseosas en la calle Cielo, del Puerto de Santa María. Pertenece a F.Tosar y Cía y la maquinaria es de construcción perfecta y procedente de Alemania donde existen estas clases de fábricas. Tiene capacidad para producir diariamente de ocho a nueve mil litros de cerveza. El motor de vapor ha sido realizado por la fábrica de bicicletas Anglada. Tras la bendición, los invitados al acto probaron la cerveza que fue elogiada por los médicos presentes". Diario de Cádiz. (16.08.1901).
Efectivamente, [*]'aquello' fué la Fábrica de Cervezas Tosar, fundada por el abuelo de nuestro amigo Javier, quien se encuentra entre los sucesores de esta antigua familia portuense. La fábrica estaba ubicada en lo que hoy se conoce como las viviendas de los trabajadores de Terry, Larga, 10, con fachada a tres calles: la propia Larga, Espíritu Santo y Cielo. El director de la fábrica el ingeniero Mr. V. Esteban Roissard, había estado al frente, durante años de, una de las fábricas mas importantes de Londres. La sociedad fabricante de semejantes líquidos estaba formada por Francisco Javier Tosar Zurutuza, Juan Osborne Guezala y Manuel Tosar Zurutuza. La fábrica producía cuatro clases de cervezas: Munich, PIlsen, Pale-ale y Stout (cerveza negra para enfermos).
Asistieron a la inauguración de la fábrica ilustres invitados de Jerez, Cádiz y Sevilla. De El Puerto, según la crónica de Revista Portuense, se encontraban entre otros, los siguientes invitados: Ruíz de Cortázar, Varela y Campos, el alcalde, Sr. Puente, Pitman, Pazos y Ortega, Arvilla, Figueroa, Jiménez González, Barrios, Bela Nerini, Gaztelu, Martínez Colom, Pico y Lobo, Sancho, Vaca, Peñasco, Carbia, Mendiola, Ameneiro, Rodríguez Vázquez, Alberti, Paullada, Piury, Portilla, Romero Lora, Gutiérrez Zalazar, Fuentes Benzo, Lavaggie, Hano, Dosal, Pérez Leyras, Muñoz Seca, Rivero, Pastor, Barba González, López Ceballos, Hernández, Cárdenas Burgueto, Arjona y de la Cruz. Ortíz de Villate, Oneto y Verges, Canónica, Rioja, Fernández Paullada, Pinera, Barra, Máiquez, de la Prada, Álvarez Abarran, Reyes y Varela de la Tejera.
Representando a la prensa, en la inuaguración, estaban por el Diario de Cádiz, José Carrajal; por el Heraldo de Cádiz, Santiago Casanova, por la Revista Portuense y El Imparcial, Luis Pérez Gutiérrez; por El Progreso de Sevilla, Galván; por El Observador, Guillermo Alberti; por El Cocinero, Joaquín Figal; por El Porvenir, Biensoba y por El Noticiero Sevillano, Palomo. Escribe el cronista de la Revista Portuense: "Dos aspectos ofrece para nosotros la nueva industria que desde ayer funciona en El Puerto: El primero por lo que se refiere a esta significa un paso gigantesco dado en el camino de buscar nuevos horizontes al capital invertido en condiciones de alimentar una numerosa clase obrera que hay perece porque el único negocio que daba trabajo a centenares de brazos, desaparece y se hundo a los embates de la adversidad y la competencia: y es claro que es necesario felicitarse de que haya hombres que sustrayéndose a los halagos de la fortuna y las satisfacciones de un negocio ya creado, emprendan esta labor de titanes, con riesgo de su tranquilidad y capitales. El otro punto de mira, es la alegría que debe producir a todos, que un producto fabricado en nuestra ciudad lleve su nombre a todas partes, y se haga de un crédito y fama que sea solicitado con verdadero requerimiento".
Tres años despues, en 1904, los mismos socios de F.Tosar y Cía., crearon una nueva sociedad: 'La Cervecera Portuense', con un capital social de ¡¡un millon de pesetas de entonces!!: nos estamos refiriendo al 14 de junio de 1904, actuando como Secretario Gerente, Francisco Javier Tosar Zurutuza. El 27 de agosto de 1904, la Revista Portuense publica un artículo firmado por Justo Espinosa Ibáñez, donde relata un día de toros en El Puerto. Casi al final refiere: "Opíparas comidas en los cien restaurantes, tiendas y cafés al aire libre, rociadas con los exquisitos vinos de Gaztelu, Cuesta y Osborne y cerradas con el incomparable cognac de Terry, sin dejar de amenizarlas con su vencedora cerveza Tosar y coronarlas con el champagne Jiménez Varela. En una próxima ocasión hablaremos aquí sobre las 'cuevas portuenses' todavía existentes en la Finca El Caracol, en cuyo subsuelo se criaba el champagne portuense. Pero esa es otra historia.
Original propaganda de la época (1905), impresa en Tipografía L. Pérez, donde se afirma que 'Es la Cerveza de menos circulación en España'. En la misma propaganda se anunciaban: la Imprenta de José Leal García., servicio permanente. El Gabinete de Barbería de Francisco Blandino. Justino Castroverde, fotógrafo. el Colegio San Estanislao Kotska. El Taller de Sastrería de José Fernández. El Jardinero Vicente Atienza. El almacén de Ultramarinos de Antonio Terán y Rodríguez y los Calzados de Todas Clases de su hermano Manuel. El Colmado de Bonifacio González, entre la Plaza de la Herrería y El Parque. Y otra original publicidad: "No comprar en ninguna parte sin probar antes el legítimo vino de Valdepeñas de la renombrada casa de D. José Manuel Pérez".
'Sic transit gloria mundi' Así pasa la gloria del mundo. Donde estuvo la fábrica, luego, tras su cierre y en su solar, habitaron en chabolas existentes en su interior algunas familia indigentes de El Puerto, entre ellos Federico Aldana, en la foto. En 1954, la firma bodeguera Fernando A. de Terry, creó una promoción de viviendas para sus trabajadores, que todavía sigue en pié y de la que se guarda un grato recuerdo: la política social de las Bodegas Terry para con sus trabajadores, modélica en el marco del Jerez-Xérès-Sherry. (Esta última foto pertenece al Archivo Municipal de El Puerto de Santa María).
Javier Tosar Barrera (1943-2025 aproximadamente), pertenece a una de las afamadas familias portuenses 'Del Tuvo'. Hoy ya no tiene nada de aquello, pero les vamos a contar en esta misma nótula, en que consistía 'aquello'[*]. El apellido es de procedencia gallega, pero su familia lleva instalada en El Puerto más de 300 años.
Javier Tosar Barrera (1943-2025 approximately), belongs to the 'Del Tuvo' family, one of the well-known portuense families. These days the family is not what it used to be, but we shall let you in on what ‘it used to be’ refers to in this excerpt [*]. The surname has Galician origins, although his family has been living in El Puerto for more than 300 years.
Es una persona amante de todo lo que huela a cachondeo, de ahí que fuera fundador de la caseta de Feria 'Los Cachondos', que durante más de 20 años se instaló en la Feria de Crevillet y en la actual Recinto de Las Banderas. Allí se cantaban estas letrillas con música de la sevillana de El Pali, 'En la Puerta Correo': "Que cachondeo,/ la Peña Los Cachondos,/ que cachondeo,/ la Peña Los Cachondos,/ mi arma, que cachondeo". También fue cofundador de la agrupación carnavalesca 'La Compacorogota', y autor del palabro que da nombre a la misma, sobre la quel existe un artículo en esta página web. Igualmente organizó, con otros cachondos, durante dos años seguidos, un Concurso de Feos que tuvo un gran éxito y del que, en su momento daremos cumplida información aquí, en Gente y Habitantes de El Puerto, independientemente de las responsabilidades civiles y penales que puedan derivarse de su arte. Trabajó durante 14 años en la Compañía General de Carbones, S.A. (antigua Fábrica de Hielo) que era la suministradora de las imprescindibles barras de hielo a los barcos pesqueros. Posteriormente y durante 25 años, trabajó en la Banca. Actualmente y desde su jubilosa jubilación, ejerce de Ociólogo en todo el mundo y parte del extranjero.
FÁBRICA DE CERVEZAS Y GASEOSAS F. TOSAR Y CIA.
"El 15 de agosto de 1901 quedó inaugurada una magnífica fábrica de cervezas y gaseosas en la calle Cielo, del Puerto de Santa María. Pertenece a F.Tosar y Cía y la maquinaria es de construcción perfecta y procedente de Alemania donde existen estas clases de fábricas. Tiene capacidad para producir diariamente de ocho a nueve mil litros de cerveza. El motor de vapor ha sido realizado por la fábrica de bicicletas Anglada. Tras la bendición, los invitados al acto probaron la cerveza que fue elogiada por los médicos presentes". Diario de Cádiz. (16.08.1901).
Efectivamente, [*]'aquello' fué la Fábrica de Cervezas Tosar, fundada por el abuelo de nuestro amigo Javier, quien se encuentra entre los sucesores de esta antigua familia portuense. La fábrica estaba ubicada en lo que hoy se conoce como las viviendas de los trabajadores de Terry, Larga, 10, con fachada a tres calles: la propia Larga, Espíritu Santo y Cielo. El director de la fábrica el ingeniero Mr. V. Esteban Roissard, había estado al frente, durante años de, una de las fábricas mas importantes de Londres. La sociedad fabricante de semejantes líquidos estaba formada por Francisco Javier Tosar Zurutuza, Juan Osborne Guezala y Manuel Tosar Zurutuza. La fábrica producía cuatro clases de cervezas: Munich, PIlsen, Pale-ale y Stout (cerveza negra para enfermos).
Asistieron a la inauguración de la fábrica ilustres invitados de Jerez, Cádiz y Sevilla. De El Puerto, según la crónica de Revista Portuense, se encontraban entre otros, los siguientes invitados: Ruíz de Cortázar, Varela y Campos, el alcalde, Sr. Puente, Pitman, Pazos y Ortega, Arvilla, Figueroa, Jiménez González, Barrios, Bela Nerini, Gaztelu, Martínez Colom, Pico y Lobo, Sancho, Vaca, Peñasco, Carbia, Mendiola, Ameneiro, Rodríguez Vázquez, Alberti, Paullada, Piury, Portilla, Romero Lora, Gutiérrez Zalazar, Fuentes Benzo, Lavaggie, Hano, Dosal, Pérez Leyras, Muñoz Seca, Rivero, Pastor, Barba González, López Ceballos, Hernández, Cárdenas Burgueto, Arjona y de la Cruz. Ortíz de Villate, Oneto y Verges, Canónica, Rioja, Fernández Paullada, Pinera, Barra, Máiquez, de la Prada, Álvarez Abarran, Reyes y Varela de la Tejera.
Representando a la prensa, en la inuaguración, estaban por el Diario de Cádiz, José Carrajal; por el Heraldo de Cádiz, Santiago Casanova, por la Revista Portuense y El Imparcial, Luis Pérez Gutiérrez; por El Progreso de Sevilla, Galván; por El Observador, Guillermo Alberti; por El Cocinero, Joaquín Figal; por El Porvenir, Biensoba y por El Noticiero Sevillano, Palomo. Escribe el cronista de la Revista Portuense: "Dos aspectos ofrece para nosotros la nueva industria que desde ayer funciona en El Puerto: El primero por lo que se refiere a esta significa un paso gigantesco dado en el camino de buscar nuevos horizontes al capital invertido en condiciones de alimentar una numerosa clase obrera que hay perece porque el único negocio que daba trabajo a centenares de brazos, desaparece y se hundo a los embates de la adversidad y la competencia: y es claro que es necesario felicitarse de que haya hombres que sustrayéndose a los halagos de la fortuna y las satisfacciones de un negocio ya creado, emprendan esta labor de titanes, con riesgo de su tranquilidad y capitales. El otro punto de mira, es la alegría que debe producir a todos, que un producto fabricado en nuestra ciudad lleve su nombre a todas partes, y se haga de un crédito y fama que sea solicitado con verdadero requerimiento".
Tres años despues, en 1904, los mismos socios de F.Tosar y Cía., crearon una nueva sociedad: 'La Cervecera Portuense', con un capital social de ¡¡un millon de pesetas de entonces!!: nos estamos refiriendo al 14 de junio de 1904, actuando como Secretario Gerente, Francisco Javier Tosar Zurutuza. El 27 de agosto de 1904, la Revista Portuense publica un artículo firmado por Justo Espinosa Ibáñez, donde relata un día de toros en El Puerto. Casi al final refiere: "Opíparas comidas en los cien restaurantes, tiendas y cafés al aire libre, rociadas con los exquisitos vinos de Gaztelu, Cuesta y Osborne y cerradas con el incomparable cognac de Terry, sin dejar de amenizarlas con su vencedora cerveza Tosar y coronarlas con el champagne Jiménez Varela. En una próxima ocasión hablaremos aquí sobre las 'cuevas portuenses' todavía existentes en la Finca El Caracol, en cuyo subsuelo se criaba el champagne portuense. Pero esa es otra historia.
Original propaganda de la época (1905), impresa en Tipografía L. Pérez, donde se afirma que 'Es la Cerveza de menos circulación en España'. En la misma propaganda se anunciaban: la Imprenta de José Leal García., servicio permanente. El Gabinete de Barbería de Francisco Blandino. Justino Castroverde, fotógrafo. el Colegio San Estanislao Kotska. El Taller de Sastrería de José Fernández. El Jardinero Vicente Atienza. El almacén de Ultramarinos de Antonio Terán y Rodríguez y los Calzados de Todas Clases de su hermano Manuel. El Colmado de Bonifacio González, entre la Plaza de la Herrería y El Parque. Y otra original publicidad: "No comprar en ninguna parte sin probar antes el legítimo vino de Valdepeñas de la renombrada casa de D. José Manuel Pérez".
'Sic transit gloria mundi' Así pasa la gloria del mundo. Donde estuvo la fábrica, luego, tras su cierre y en su solar, habitaron en chabolas existentes en su interior algunas familia indigentes de El Puerto, entre ellos Federico Aldana, en la foto. En 1954, la firma bodeguera Fernando A. de Terry, creó una promoción de viviendas para sus trabajadores, que todavía sigue en pié y de la que se guarda un grato recuerdo: la política social de las Bodegas Terry para con sus trabajadores, modélica en el marco del Jerez-Xérès-Sherry. (Esta última foto pertenece al Archivo Municipal de El Puerto de Santa María).
Álvaro González Rodríguez, sobrino biznieto del fundador de Bodegas Obregón, es la tercera generación que se encuentra en el negocio de la Vinatería. Desde la Bodega de la Calle de la Zarza, el vino fino a granel, en rama y embotellado, las buenas reuniones que allí se dan, con degustaciones gastronómicas e incluso cante los sábados y domingos, hacen de las Bodegas Obregón una referencia obligada para conocer de verdad a El Puerto profundo y sus gentes.
Álvaro González Rodríguez, great-grandson of the founder of the Bodegas Obregón (winery), he’s part of the third generation involved in the wine making business. The Bodega on Calle de la Zarza, dry sherry by the litre, from the processing stage to bottling; the good times had there, with gastronomic tasting sessions and even flamenco singing on Saturdays and Sundays, make the Bodegas Obregón a visit not to be missed in order to really get to know El Puerto and its people in depth.
Fue abierta en 1954 por su fundador, José Luis González Obregón, en lo que fue una antigua carbonería. Álvaro también ejerce como crítico taurino en la radio local y tiene una buena escritura que, seguro, veremos por aquí en algún artículo con referencia a El Puerto.
El experto en vinos de la zona, otro portuense, Javier Maldonado, escribe para el folleto que publicó la Concejalía de Turismo sobre esta bodega: "Desde sus inicios y durante muchos años la actividad de Bodegas Obregón fue la de almacenista, esto es, la crianza y envejecimiento de sus vinos para su venta en bodegas exportadoras. Con el paso del tiempo, amplió la actividad de su empresa dedicándose al embotellado de sus propias marcas de vinos, brandies y licores, así como a la venta de vinos en rama en varios bodegones y tabernas de su propiedad. Actualmente Bodegas Obregón es una empresa que desarrolla todas las actividades vinícolas: cría vino con marca propia, envejece vinos para su venta a otras empresas bodegueras y mantiene abierta dos singulares bodegas en El Puerto: Taberna La Draga (Plaza de Bizcocheros) y el Bodegón de Obregón (en calle Zarza), la más antigua y una de las más peculiares tabernas de la ciudad. De la calidad de sus vinos dan cuenta los premios internacionales obtenidos en 1996 bajo marca Lustau Almacenista (Obregón). El Fino de El Puerto, de Lustau Almacenista (Obregón) fue galardonado como Vino del Año por el Financial Review, una de las más prestigiosas publicaciones de Australia. El Amontillado de El Puerto , de Lustau Almacenista (Obregón) consiguió medalla de plata en el World Wine Championship, celebrado en Chicago.
Bodegas Obregón es una pequeña empresa familiar que ha sabido hacerse un sitio en el sector vinícola gracias a diversificación de actividades y a la calidad de sus productos, que siempre han gozado del reconocimiento de los consumidores de la zona y que desde tiempo más reciente se han ganado también el aprecio de los expertos y el publico de otros continentes, donde han cosechado prestigiosos premios. Como valor añadido, la taberna con la que cuenta en la calle Zarza es la más antigua de cuantas funcionan en la ciudad. En pleno Barrio Alto se puede considerar el escenario donde aún se repiten algunas de las clásicas y tradicionales escenas de El Puerto. En este tipo de bodegas o bodegones confluyen la doble naturaleza de depósito y despacho de vinos, además del lugar de consumo del mismo siendo además espacio donde conviven diferentes aspectos del patrimonio portuense: el histórico, el cultural y el etnográfico. Tanto el lenguaje utilizado, las medidas, los útiles y herramientas aún se mantienen vivos y con pleno sentido en su entorno originario.
Uno de los ejemplos son los diferentes tipos de vasijas utilizadas como son los toneles (1500 litros), bocoys (40 arrobas que son 640 litros), botas (500 litros), medias botas (250 litros), cuartos de botas (125 litros) y octavos de botas (4 arrobas que son 64 litros) que podemos encontrarnos en su interior. Mediante la operación conocida como Trasiego, se vierte en ellos el vino procedente de las criaderas o bodegas madre. Una vez en su interior y mediante estudiadas mezclas entre ellos se adaptan al gusto y paladar del público consumidor. El resultado se denomina en el argot bodeguero Vino de Jarreo. Para su elaboración se lleva a cabo una de las operaciones más bellas de la labor vinatera: Peinado del vino, realizada por el capataz, consistente en precipitar los 12 litros de la tradicional jarra desde la altura de la cabeza sobre otra colocada a los pies del operario. Con esto se consigue romper el vino, es decir, airearlo facilitando así que el proceso de mezcla sea uniforme y homogéneo.
La empresa Bodegas Obregón, fue fundada en 1935 por D. José Luis González Obregón (El Puerto de Santa María, 1905-1995). Está inscrita desde entoces en el Consejo Regulador del Vino por lo que sus caldos gozan de la Denominación de Origen Jerez- Xérèz- Sherry. D. José Luis González Obregón fue uno de los grandes expertos en vinos y brandies del Marco de Jerez con el que afortunadamente ha contado la vinatería de la zona. Comenzó su actividad bodeguera muy joven, pasando por diferentes puestos y llegando a ser Capataz General de la empresa Hijos de Jiménez Varela S.A. cuyo prestigio por la calidad de sus caldos se debió en parte a sus buenos oficios y profundo conocimiento de la vitivinicultura. En 1935 , inició su actividad empresarial, montando una primera bodega en la calle Ricardo Alcón y poco después otra en la calle Zarza. Amplió el negocio con otras en las calles Arenas y santa Fé. En esta útima continúan actualmente las principales instalaciones de la empresa y la mayor parte de sus criaderas y soleras de vinos y brandies."
Esta última fotografía está tomada en el Patio de las Bodegas de Hijos de Jiménez Varela que se dedicaba a la tonelería (donde hoy se encuentra el Hotel Bodega Real, en la calle Alvareda). En ella, con corbata, José Luis González Obregón (casado con Isabel Lobo Morillo). A la derecha de Obregón está Rafael Valiente Moreno (hermano del que fuera concejal de urbanismo en la primera legislatura democrática de 1979) y a su izquierda Manuel Fernández Galloso (tío del matador de toros “Galloso” y que tenía dos apodos un era “El Churrete” y otro ” El Perla”, que es como cariñosamente lo conocía sus familiares y amigos), el que está trabajando la bota es Luis Amenedo Sánchez y el muchachito que está con la duela en la mano es un Raposo Rasuelo (ya confirmaremos el nombre pues es pariente de los que tienen la confitería en Las Nieves). Datos facilitados por Rafael Valiente a petición de nuestro imprescindible colaborador Vicente González Lechuga, a cuya colección pertenece esta fotografía.
Se llama Ingrid Kunst. Es la mujer de Fernando Álvarez Pasaje, hombre vinculado por las ramas paterna y materna a la hostelería en El Puerto. Dirige junto con Fernando el restaurante La Marítima, en Valdelagrana.
Her name is Ingrid Kunst. She’s Fernando Álvarez Pasaje’s wife, a man linked by his paternal and maternal ties to the catering business in El Puerto. She manages the restaurant La Marítima in Valdelagrana together with Fernando.
El establecimiento toma el nombre de aquella otra Cervecería Marítima, negocio familiar propiedad de su suegro que estuvo situado en la calle Luna abajo en la confluencia con la Plaza de las Galeras Reales; hoy ocupa ese espacio hostelero un restaurante chino. En Valdelagrana, Ingrid ha sabido dar una peculiaridad a los platos que allí se sirven: pescados de la bahía a la espalda y guisos marineros, con vistas al mar. Ingrid llegó a España hace 20 años procedente de su Alemania natal y conoció a Fernando en el Camping de Valdelagrana, donde su familia regentaba el bar de dicho acampamento. Ha estudiado turismo buscando, además de una mejora en su formación académica, una piedra filosofal para este establecimiento de hostelería. Son tiempos difíciles: Ingrid sabe que continuando con la buena materia prima y el mejor trato personalizado es como se sobrevive en tiempos de crisis. Veamos ahora una receta de CABALLAS CON FIDEOS. Ingredientes para 4 personas:2 uds. Cebolla, 3 dientes Ajo, 1 hoja Laurel, 1 Tomate frito (750 grs.), 2 uds. caballa (grande), 500 gr. fideos (gordos), 1 copa vino fino, 3 cucharadas sopera de aceite de oliva. Elaboración: Se limpian las caballas y se hierven a fuego lento en una cacerola con abundante agua durante unos 30 minutos. Se sacan las caballas y se dejan enfriar. El agua de hervir las caballas se reserva. Se pone a calentar el aceite en una cacerola y se refrien la cebolla picada y los ajos cortados a láminas algo gruesas. Cuando la cebolla esta tomando color, se le añade la mitad del tomate frito y el vaso de vino y el laurel. Se hace un sofrito y se le añade el agua de las caballas. Se lleva a ebullición y se le añaden los fideos y el resto del tomate. Mientras los fideos hierven a fuego moderado unos 30 minutos, se limpian las caballas de espinas y se demenuzan en trozos medianos. Cuando ya están los fideos se añaden los trozos de caballa y se remueve. Se deja reposar un par de minutos y se sirve muy caliente.
Luichi y Juan son dos portuenses de toda la vida. Gente con sentido del humor, hedonistas, pero que se las han visto y deseado en otros tiempos para ser... como ellos son. Nunca han estado en el armario porque no tenían armario donde esconderse.
Luichi and Juan have always lived in El Puerto. They have a sense of humour, they’re hedonistic, but in the past they’ve had to hide…what they are. They’ve never been in the closet because they don’t have a closet to hide in.
Parguelas que no lo disimulan, dicho sea con el máximo respeto; decirles otra cosa sería ofenderles o dar un rodeo de forma innecesaria buscando lo políticamente correcto. A fin de cuentas son gente del pueblo, con esa inteligencia natural que da la calle; a los que ves y te ven venir.
Luichi ha estado desenvolviéndose por el mundo de la hostelería: pinche de cocina en el desaparecido Club Mediterranee, o en el Náutico. Rociero desde siempre. Tiene la desvergüenza respetuosa en esa sonrisa del que sabe. Del que ha vivido lo suyo.
Su compañero, en la fotografía, es Juan el Zapatero. De siempre le hemos visto con muletas. Hoy los tiempos cambian y un cómodo -y acorde con los tiempos- carro eléctrico le sirve para desplazarse: a él y a su pelucón. La tienda de reparaciones de calzado artesana estuvo en la calle Federico Rubio al final, junto al desaparecido Bar La Lucha, oliendo el río. Hoy es frecuente verlos por el mercado -la foto está tomada en la esquina de La Placilla con la calle Luna- o paseando por las céntricas calles de El Puerto. Son portuenses de toda la vida.
«Esquina de Palacios con Nevería continúa abierto el Bar Apolo, establecimiento que ya en 1826, cuando era de Juan Ladrón, se llamaba Café de Apolo (como el gaditano que existió en la Plaza de San Antonio, célebre durante los años de las Cortes). En 1874 lo llevaba Ceferino González, en 1889 José Molleda Colosía, en 1894 Severiano Díaz Dosal..., hasta que en junio de 1907, tras reformar el local, lo reabrió el montañés, de Polanco, Antonio Ortega Cuesta, entonces dueño, en la Plaza de la Pescadería, de La Lucha.
Siguió al frente del negocio hasta el 15 de julio de 1934, cuando lo traspasó -Antigua de Apolo lo llamaban entonces- a Cándido García Vila. Este especializó el local en tapas variadas, marisco fresco del día, menudo a la andaluza y, sobre todo, pescado frito, para lo que abrió al lado una freiduría, que hoy sigue abierta; de las pocas -parece mentira- que existen en El Puerto.
A Cándido le sucedió en la dirección del Apolo, en 1939, Tomás Helvant. Mediada la década de 1940 pasó a manos de Ramiro Gómez Bernáldez, al tiempo que José Leira se hizo cargo del freidor. El 20 de junio de 1959, Ramiro inauguró enfrente, también esquina Palacios con Nevería, en el solar que hasta comienzo de los 40 ocupó la Capilla de la Sangre, una cervecería bar, La Mina, cerrada a finales de los 70.» Todo esto nos lo cuenta Enrique Pérez Fernández, en su libro “Tabernas y Bares con Solera.
En La Mina trabajó desde 1968 Juan Rodríguez Verano, quien a partir de 1981 se hizo cargo del Bar Apolo, que continúa regentando, en la actualidad, con su hijo Juan Diego Benítez Maestro, los cuales aparecen en la foto a color. Es popularísima su "tortilla a la gallega", que preparan desde siempre y para la que tienen encargos de muchas familias y reuniones de El Puerto. Y de gente muy principal.
Juan Rodríguez Verano worked in La Mina from 1968, and from 1981 took over Bar Apolo, which he still runs with his son Juan Diego Benítez Maestro (both in the colour photo). His ‘Galician Omelette’, which has been on the menu right from the start, is very popular and they have orders from many families and important people for numerous celebrations in El Puerto.
La Tienda de Apolo hacia 1920, en tiempos de Antonio Ortega. Al fondo la cocina, el espacio que hoy ocupa el no menos popular Freidor Apolo, regentado por el gallego aportuensado, José Luis. (La foto pertenece a la colección de J.J. López Amador).
Esta foto, está fechada en la década de los sesenta del siglo pasado, cuando el Bar Apolo pertenecía a Ramiro Gómez Bernáldez, posiblemente en la fotografía, con traje de calle. Después de este aspecto, el Bar Cervecería Apolo ha sufrido diversas reformas, algunas de la mano de su actual propietario Juan Benítez Verano. (Foto Colección V. González Lechuga).
El Castillo de la Pólvora, batería de La Laja o vulgarmente Castillito, son las denominaciones que recibe una de las defensas de la Edad Moderna, que formaban el cordón defensivo costero de El Puerto, contruidas todas ellas con motivo de las irrupciones violentas de piratas, turcos y berberiscos, así como de corsarios holandeses y británicos, y que dejaron de utilizarse de forma efectiva a comienzos del siglo XIX. La batería de La Laja como estructura defensiva se considera (BIC) Bien de Interés Cultural, en función de la disposición adicional segunda de la Ley 16/85, del Patrimonio Histórico Español, hoy convertido en bar restaurante de playa.
En la fotografía, María Garrido, a sus 73 años supervisa y coordina las tareas en los fogones de El Castillito, bar-chiringuito en la Puntilla, playa eminentemente del pueblo. Emigrante a Francia, cuando volvió se hizo cargo del Castillito que hoy regena su yerno, Juan Guerrero, con miembros de la familia y empleo ocasional de verano.
In this photograph, María Garrido, at 73, supervises and coordinates the kitchen in El Castillito, bar/chiringuito in La Puntilla, a beach emblematic of El Puerto. She emigrated to France and on her return she took over at Castillito which today is run by her son-in-law, Juan Guerrero, who is helped out by other members of the family and seasonal workers in the summer.
María ha dado numerosos hijos y nietos a los negocios de turismo y hostelería; su familia regentaba, con su pariente Ismael, el popular Salón-Baile de “Jalisco” en la calle Santa Clara. El Castillito se llena de día turistas y lugareños; con la noche, la gente bien de Vistahermosa. Desde que el buen tiempo alcanza al Castillito, hasta su ocaso otoñal, permanece abierto todos los días. En invierno solo los fines de semana, para esparcimiento de las familias completas que acuden al figón. El gran eucalipto que lo apuntala, a un lado, es seña de identidad del baluarte reconvertido en bar, plasmado en miles de fotos y cientos de lienzos y acuarelas. También algunos escritores, como Alberti o Suárez, han dejado referencias al Castillito:
«Cada día me gustaban menos los libros, estudiar. En clase, y durante varias semanas, me pasé llenándoles los márgenes blancos de pequeños Balvaneras, seguidos melancólicamente por una abierta V de gaviotas. Las rabonas aumentaron. Mientras que en casa, después de la fingida vuelta del colegio, me dedicaba a copiar exactamente el anuncio del barco, en la playa y por la orilla del Guadalete iba llenando las hojas de un cuaderno con acuarelas y dibujos de paisajes marítimos, levantando generalmente al fondo de ellos la relumbrante sal de las salinas, petrificada en pirámides, los castillos de Santa Catalina y de la Pólvora, sin faltar nunca Cádiz, diluido entre mástiles y brumas de chimeneas.» Rafael Alberti Merello. La Arboleda Perdida. Pg. 74
«Castillito, ¡quien le fuera!
¡Castillito de la pólvora;
lejos, allá en la bahía
de mi infancia marinera! Rafael Alberti Merello. El Alba del Alhelí. Pg. 241
«Entraban los Merello, a recogernos a mi padre y a nosotros para ir de excursión a la playa, por el Camino de los Enamorados, entre tunas, pitas, espinos aromos, vinagreras, tomatitos del diablo... para acabar pintando acuarelas o haciendo apuntes a lápiz del Castillo de la Pólvora o de los arrieros que, con sus recuas, cargaban arena para la fábrica de botellas.» Luís Suárez Ávila. “Consecuencias y secuelas de los buenos principios: el neopopularismo en Rafael Alberti”. Culturas Populares. Revista Electrónica 4 (enero-junio 2007).
La Peña Casa Lucas, que toma el nombre de un bar existente en la calle Larga desde finales del siglo XIX hasta la década de 1970, justo donde hoy está ubicada la Copistería HIVA, organizó un homenaje en el Restaurante “El Resbaladero” a José Poquet, conocido armador al que llamaban “Tio Pé”.
The ‘Casa Lucas’ Club, who took their name from a bar in calle Larga that was open from the end of the 19th century until the 1970s, right where the Stationers HIVA is located, organised a tribute to José Poquet, a well-known ship-owner who was known as "Tio Pé", in the restaurant "El Resbaladero"
José Poquet Cabrera, natural de Calpe, era Presidente del Pósito de Pescadores en los años 1934-1941, lo que hoy sería la Cofradía de Pescadores, concejal del Ayuntamiento de El Puerto desde el 3 de febrero de 1952 al 21 de mayo de 1958 y Diputado en Cortes en la legislatura 1943-1946 por el grupo de Representación Sindical. La foto está fechada el 27 de diciembre de 1956, con motivo del 25 aniversario de la vecindad. de Tio Pé en El Puerto. Vicente González, amante de la fotografía y poseedor de una gran colección de imágenes de El Puerto, identifica así la fotografía, con algunas correcciones que hemos efectuado:
En la fotograía primera, la de arriba: de izquierda a derecha: Eduardo Cossi Aboza, Juan Puyana (natural de Rota y mancebo de la farmacia de José A. Fernández Prada), Jacinto Cossi, detrás de pié Rafael Vélez (Falu), Antonio Gálvez Torres (tenía una tonelería en la calle Pagador), a su lado semiescondido, Antonio de la Torre (maestro nacional con un centro escolar que lleva su nombre), Matías Ayuso (Practicante), Francisco García Máiquez (bancario y muy aficionado a la pesca), Antoñito Castilla (empleado de la Imprenta Pérez Pastor), detrás Francisco Lara Izquierdo (empleado de Aguas), Francisco Rascón, sentado Paco Máiquez, José Lucas Morillo León (Delegado de Sucursal de la Caja de Ahorros de Cádiz y actor de teatro aficionado), Manuel Lojo Espinosa (Director de la Agencia del Instituto Nacional de Previsión y concejal del ayuntamiento portuense a finales de los sesenta y principio de los setenta del siglo pasado), de pié Javier Fernández Prada, (agente de seguros) el homenajeado José Poquet Cabrera, detrás un poco escondido el pintor Juan Lara Izquierdo, a la sazón funcionario de la Ayudantía de Marina, no sabemos quien pasa la mano a “Tio Pé”, pero si que a su lado, en el centro de un grupito está el funcionario municipal Manuel García Sánchez, padre del que fuera concejal Manuel García Campos, Federico Jiménez, Daniel Rascón, José Muñoz Carrera, Manuel Nieto (empleado de Ferrocarriles Epañoles), Manuel Camacho Cala (capataz de Osborne), a la derecha, al fondo, Juanito Salas Martínez, Ignacio Pérez Garcés, Cayetano Vélez, Fernando Torrent (empresario fabricante de tapones) sentado en el vértice de la mesa, entre otros que no se reconocen, uno de ellos es José Brión.
El desaparecido recientemente Manolo Lojo, secretario emérito y perpetuo de la Peña, publicó en 2002 un volúmen con el título de “Casa Lucas”, donde cuenta anécdotas, relaciona actividades y detalla correrías de los tertulianos de aquella bendita y todavía añorada institución de la ingesta vínica:
«En pleno centro de esta maravilloso Puerto, muy cerca del cruce de la calle Larga y Luna, conocido por «Las Cuatro Esquinas», donde se desarrollaba la vida activa de la ciudad, tanto comercial como administrativa, festiva o sentimental, era además lugar de paseo nocturno especialmente en festivos y domingo, en la finca señalada con el número ciento diez, en su planta baja, estuvo situada la tienda conocida por «Casa Lucas» [...] «Ocupaban todo el frente de este clásico despacho un envejecido mostrador y tras el mismo, sobre un llamado caballete cinco hermosas medias botas de roble americano y un barrilito de dos arrobas para el vino dulce. Las medias contenían el vino de El Puerto. Siempre de las bodegas Osborne y Cª y en un principio fueron el “Amontillado X”, conocido por el “Nº 10”, luego el llamado “El Caballo” y últimamente el “Fino Menesteo”. Los vasitos en los que se servía el vino, de los llamados “chica” y “chico”, se llenaban directamente del barril, estando cada uno provisto de su correspondiente canilla.»
Está en Puerto Escondido, pero a la vista de todo el mundo. Su restaurante se llama “Aponiente”. Antes nos deslumbró con «El Tambuche». Está innovando con las técnicas de cocina: lo mismo usa unas brasas de huesos de aceituna para las carnes y pescados; igual clarifica los caldos con algas diatomeas; por lo mismo cuece en arena de playa langostinos del lugar, crea una gelatina con las escamas de los pescados o aprovecha el pescado “de descarte” de los arrastres para otros usos alimentarios. I+D con la Universidad de Cádiz y un gran capacidad de comunicación que le hacen estar en los foros nacionales e internacionales de la cocina. Jerezano de nacimiento es un buen representante de El Puerto de Santa María que ha escogido establecerse aquí y desde aquí se hace, a través de los medios de comunicación, del mundo. Prensa, televisión, producciones propias... Ángel León nos asombra.
Nos deja gastronómicamente boquiabiertos con el “Cartucho de camarones con emulsión de velo de manzanilla». Estos son sus ingredientes: Para el cartucho: 250 gr. Harina de garbanzo, 750 gr. Harina de trigo. 40 gr. Perejil, 50 gr. Cebolleta, 1 l. Caldo clarificado de lechuga de mar, 0,20 gr. Sal. Para el relleno: 1 Kg. Camarones, 150 gr. Garbanzo tostado, 60 gr. Cebolleta. Para la flor de velo: 1 l. Manzanilla, 1 l. Caldo de carabineros, 0,1 Kg. Lecitina de soja. Y esta su elaboración: Para el cartucho: Hacer la mezcla de las tortillas, freír a fuego suave. Una vez pre-cocidas enrollar en un cucurucho metálico. Congelar y atar con un hilo. Para el relleno: Picar la cebolleta en daditos, el perejil muy fino y hacer un polvo de garbanzos. Para la flor de velo: Reducir la manzanilla a la mitad, incorporar el caldo de carabineros Una vez frío añadir la lecitina de soja y emulsionar con el robot hasta obtener un aire de manzanilla. Y estos son el acabado y su presentación: Freír los cartuchos inmediatamente antes de servir. Quitar los hilos. Escaldar durante 10 seg. los camarones en agua. Mezclar con el picadillo de cebolleta y perejil. Colocar en el plato una raya de polvo de garbanzos, el cartucho relleno de los camarones. Acabar con el aire de manzanilla. En la foto Ángel León, en la Playa de La Puntilla. ¿Se puede ser más portuense?
Escribe el investigador y escritor Antonio Gutiérrrez Ruiz, especializado en porteños del siglo XIX: «Tengo tan solo unos remotos recuerdos infantiles en los que la veo, tal como la retratas, impoluta, vestida de blanco, con un primoroso roete encanecido y un mantoncillo rojo-haciendo juego con el color de las bocas del canasto en el que portaba toda su mercancia- cruzado sobre el escuálido y anciano pecho. Era renegra como el Piyayo, curtido el rostro de venerables arrugas y, desgraciadamente, con poca o ninguna voz para pregonar, en una época en la que los viajeros foráneos de los trenes se asomaban curiosos y admirados a las ventanillas cuando paraba en la estación de El Puerto a ver y oir el pregón de los vendedores ambulantes...» (Foto superior: Colección V.G.L. Foto inferior: Colección J.M.M.)
La desaparecida Catalina Santos, «La Guachi» tiene una avenida en Valdelagrana, --antes esa vía se denominaba Maria Ana Mateo, Vda. de Terry-- bautizada así en el periodo del gobierno comunista a primeros de la década de 1980 y, también da nombre al restaurante cervecería que Romerijo tiene en el centro, donde se puede ver una fotografía a color de la exótica vendedora de mariscos. El fundador del Grupo Romerijo, José Antonio Romero Zarazaga le profesaba gran cariño, dándole nombre a esa primera cervecería que abrió en 1975. También en la imagen que servimos a continuación, en una publicidad de Osborne de Fino 'Coquinero', aparece en un cristal pintado a mano que se encuentra en el Bar-Café 'La Moderna' de Jerez. Curiosamente no hemos encontrado ninguno en El Puerto.
"Simpática y pintoresca Sra. que vendía marisco por las playas y calles del Puerto allá por los años cuarenta y cincuenta. Se ayudaba con una cesta de mimbre y grandes dotes de persuasión e ingenio, que le permitía vender cualquier marisco que se propusiera a las personas y clientes que ella sabía que podían permitirse ese lujo. Solía acompañarse para ayudarse en la venta de una cancioncilla pegadiza y alegre que en aquellos tiempos era típico de los vendedores callejeros, pregonando a los cuatro vientos las excelencias de sus productos. Vestía siempre ropa blanca impecable sobre la que destacaba un mantoncillo rojo con flecos que se dejaba caer sobre los hombros y ataba a la cintura como muestra la estatuilla. (En Nuestras instalaciones) Por su gracia, simpatía y eficacia en tan difícil labor a su avanzada edad consiguió gran popularidad en El Puerto convirtiéndose en un personaje entrañable y ya hoy legendario". Nono Romero Sánchez.
CATALINA “LA GUACHI”
Grito de cartel premiado;
salpicón de sangre y sal;
ejército de coral
sobre nieve desplegado.
De salitre va cuajado
el eco de su pregón;
y, a juego con su mantón
-siempre enhiesto cual bandera-
se enciende la cabellera
con un clavel reventón.
«Los saharauis son apátridas y lo seguirán siendo hasta que puedan dotarse de nacionalidad propia mediante la creación de un nuevo Estado en el territorio, lo que sólo será posible tras la realización de un referéndum de autodeterminación». Juan Soroeta.
La RASD (República Árabe Saharaui Democrática, en árabe ????????? ??????? ????????? ???????????) es un estado formado por la antigua colonia española del Sahara Español (1880-1976), anexado en 1976 por Marruecos y Mauritania y anexado totalmente en agosto de 1979 por Marruecos, al renunciar Mauritania a la zona que ocupaba. La nación saharaui (ahl al-sahel, gentes de la costa) es reconocida como Estado por la Unión Africana y por más de ochenta Estados -la mayor parte de ellos africanos y latinoamericanos-, que aceptan la nacionalidad saharaui de sus ciudadanos. La historia reciente del Sahara hace sonrojar a las gentes de buena voluntad: tras la guerra de África en 1860, España logró el reconocimiento de la línea costera saharaui. En la Conferencia de Berlín acerca de África, se le reconoció a España una extensión de desierto adyacente a su zona costera de Río de Oro. En 1920, la colonia se constituyó en el Protectorado del Río de Oro; en 1934 integró con Ifni en el África Occidental Española, y en 1957 se convirtió en una provincia de España. Su independencia fue planteada por la ONU a España en 1967, pero la disputa entre Mauritania, Marruecos y Argelia por el territorio supuso un serio obstáculo. Tras la Marcha Verde de miles de marroquíes hacia el Sahara -planificada por el rey Hasan II aprovechando la enfermedad terminal al final de la dictadura del anterior Jefe de Estado, Francisco Franco-, se firmaron los Acuerdos de Madrid en 1975, por los que España cedió el Sahara a Marruecos y a Mauritania, los cuales tuvieron que enfrentarse luego con el saharaui Frente Polisario, apoyado por Argelia. La mayor riqueza del Sahara son las abundantes minas de azufre con las que cuenta el territorio. Durante el periodo final en que España controló el Sahara, se convirtió en una de los primeros productores de fosfatos. En España, el 20 de noviembre de 2007 el Tribunal Supremo dictó una sentencia en virtud de la cual se reconocía a una demandante, nacida en 1968 en Smara (territorio del entonces denominado Sahara Español), la condición de apátrida, por no poseer nacionalidad alguna (ni española, ni argelina, ni marroquí).
Mechu, en la fotografía, es una saharaui apátrida que para poder tener estatus de reconocimiento, para ser una ciudadana con un mínimo de derechos, tuvo que nacionalizarse en Argelia y así poder moverse por el mundo, aunque los saharauis ni son argelinos ni pretenden serlo. Trabaja en el sector de la hostelería en nuestra Ciudad, en un establecimiento situado en –fíjense que nombre más paradójico- la Plaza de la Cárcel: en la cafetería del Hotel Los Cántaros.
Durante muchos años, las Freidurías de Pescado, vulgo Freidores, han sido los negocios de hostelería que más popularidad alcanzaron y que más hambre quitaron en El Puerto, como en otros municipios de la Bahía de Cádiz. Fueron los gallegos, provenientes de su tierra natal los iniciadores de esta industria que aún continúa en la calle Nevería esquina y vuelta con Palacios, junto al Bar Apolo. Atrás quedaron otros freidores: calle Luna abajo, esquina con Jesús de los Milagros; calle Cruces, esquina con Postigo, o calle Nevería, esquina con Ganado: siempre mirando las esquinas. Solían comunicarse con algún bar anexo, mediante una puerta interior, aunque el negocio de hostelería era de otro propietarios. Hoy Romerijo se ha sumado a la tradición y tiene, junto al del Apolo, un Freidor que garantiza la supervivencia de estos establecimientos, al que se han sumado las tiendas de “comida rápida” a la española: es decir los asadores de pollos y de mil cosas mas.
Buscando en la hemeroteca de La Voz de Cádiz encontramos un artículo sobre los freidores: «Las primeras freidurías que se instalaron en la Bahía de Cádiz, regidas por oriundos de tierras gallegas, se establecieron en simples portales, mostrando el pescado ya frito en barreños en la calle, que era donde tenía lugar la venta. Pasó el tiempo y los modestos industriales, venidos de lejos, hubieron de modernizarse por imperativos de las autoridades locales. Se aumentó la cantidad de las especies que se ofrecían para dar satisfacción al variado gusto de los consumidores. Los fogones de leña se sustituyeron por otros de carbón de cok y petróleo hasta llegar al butano y más tarde a la electricidad. Igualmente, los peroles evolucionaron hacia las modernas freidoras de mayor capacidad y que permitían una mayor economización del aceite. Casi todos los freidores acudían a la lonja del muelle pesquero para comprar su mercancía, desde tiempos muy lejanos. Estas compras que hacían las freidurías eran normalmente de un pescado de inferior calidad y lotes de bastina (cazón, rayas y otras), que gracias a la sabiduría del corte y la preparación, se convertían en el plato favorito de las clases gaditanas más modestas. No olvidemos cómo trabajaban estos gallegos de los freidores. Desde ir de madrugada al muelle para comprar y cargar en carros el pescado para el freidor, hasta lavarlos, cortarlos, adobarlos y freírlos.»
¡Que tiempos aquellos en el que un papelón de pescado salvaba la comida de una familia! ¿Quien se acuerda de los cartuchos de “mijitas” del freidor, trozos curruscuítos y pequeños? Antes eran establecimientos exclusivos de pescado y, a lo sumo podías encontrar patatas fritas al ajillo, las gaditanas «Patatíbiris», paquetes de aceitunas y picos. Hoy la oferta es mayor, y además se han sumado a las máquinas freidoras las croquetas, empanadillas y pavías, que vienen a salvar de los altos precios del pescado, un encargo en el Freidor, al que afirman, «hay que ir a pagar --casi-- con tarjeta de crédito». En la foto, José Luis, del Freidor Apolo, toda la vida de Dios despachando pescaíto frito. Su establecimiento se comunica con la Cervecería del mismo nombre, famosa por su «tortilla gallega». Pero ese es otro personaje y otra historia.
Describamos la foto: El primero por la izquierda con la camisa blanca es Vicente Sordo (Hermano de Maximino) y que le da el nombre actual al establecimiento, a su lado está Antonio Valimaña Lavilla; el más pequeño de todos es Manolo García Gómez, Manolín, que trabajaba allí desde los 12 años y se acaba de jubilar; desconocemos quienes son los otros integrantes de la foto que están en el centro (animamos a los lectores a ayudarnos a identificarlos así como la fecha en que fue tomada la instantánea). A la derecha, al otro lado de la barra, se encuentra Manuel Osborne Vázquez y por último, Campuzano, el camarero que está tras la barra a la derecha. (Foto: Colección V.G.L.).
Este Campuzano, llegaba al mostrador dando gritos guturales con la comanda de los clientes. Existe una anécdota entre Campuzano y dos viejas señoras que no tiene desperdicio: éstas salieron un día de la misa sabatina de las 8 de la mañana en la Prioral, ante la Virgen de los Milagros. Hacía mucho frío y acordaron ir a «Los Pepes» y tomarse unas copitas de anís. Llamaron con mucho sigilo a Campuzano y, con gran misterio, en voz muy baja para que nadie las oyera, encargaron las dos copitas. Campuzano llegó al mostrador y dijo con su gran torrente de voz: «¡¡Dos copas de Periquito para las viejas que están en el rincón».
Veamos que nos cuenta Enrique Pérez Fernández, en su libro de «Tabernas y Bares con Solera»: «Vicente es miembro de una familia tradicionalmente dedicada al mundo de la hostelería, de origen montañés, cómo no. Su padre, Francisco Sordo Rubín, trabajó y llevó en Jerez El Colmado, entre las calles Hondas y Arcos, en donde estuvo también su abuelo Mateo, y en la calle Lancería, junto a la plaza del Arenal, la Tienda del Parque. (Acuarela de Vicente Vega).
Natural de Camijanes, llegó a El Puerto de Santa María en septiembre de 1937, cuando tenía 15 años, para trabajar con su hermano Maximino, que días antes de estallar la Guerra Civil se había hecho cargo de El Resbaladero. Continuaron juntos en La Fuentecilla, y tras permanecer algún tiempo en el Bar Pavoni, se independizó y en marzo de 1950 comenzó a dirigir a Los dos Pepes, al que rebautizo como Bar Vicente. Retomaba así el local de la familia Sordo, pues José Ruiz Sordo, “el Rubio”, era primo de su padre, quien en 1926 abriría un establecimiento de vinos, café y licores con el nombre de Las Mellizas. En 1945 se lo traspasó al portuense José Sánchez Sousa, que lo llamó Los Dos Pepes (él y su hijo) y, en 1950 como hemos dicho, lo tomó Vicente Sordo.
Durante todos estos años, por el Bar Vicente han pasado y se han formado numerosos profesionales del gremio, abriendo muchos de ellos con el paso del tiempo sus propios negocios. El local mantiene el sabor de siempre, apenas modificado desde los años 20. En los veranos era habitual instalar veladores en el exterior, hacia la Plaza, como lo hacían los demás establecimientos de la calle Sierpes." La pintura que ilustra este texto es de Clara Borges).
"En nuestros días (1999), junto a Vicente trabaja su hijo, también Vicente, todo un experto en el difícil arte de “saber estar” detrás de un mostrador, Pedro Barba, Antonio Cairón, Inmaculada González (buena cocinera), Manuel Robles y Antonio Selma.» La foto está tomada desde la tienda de frutas y verduras de Genaro.
El Bar Vicente, en la actualidad: los anaqueles, cuadros y reclamos publicitarios de detrás del mostrador. Un cartel de Toros con el Niño del Matadero, otro con Paquirri; fotos de José de los Reyes, 'El Negro' y 'Carrurra', un especjo de 'Coñac' Decano, de Caballero; botellas antiguas de vinos de Osborne, un escudo del Cádiz, una foto de Curro Romero, jarras singulares, un cuadro de la vecina Casa de los Leones,...
Clientes del Bar Vicente en un día cualquiera: Vicente Sordo hijo, tras la barra; Luis Suárez Ávila, Salvador Cortés Jiménez, Francisco Navarro Mariscal, Antonio Fernández Galloso, sentado, desconocemos el nombre del señor de la derecha. Foto tomada el 14 de noviembre de 2008. (Colección J.M.M.).
La economía de lenguaje dio a luz un día a la marca Romerijo. En los 60 del siglo pasado, los telegramas de la pequeña empresa de marisco de El Puerto a los mercados centrales iban firmados como Manuel Romero G. (Hijo), pero el telegrafista propuso ahorrar tres palabras en cada envío. El resultado, Romerijo, un icono que cincuenta años después se ha convertido en reconocible en todo el país y que se configura como un referente más en el ideario del turismo de la provincia.
Romerijo es una empresa familiar con más de 55 años de historia (desde 1952) dedicados a la compra manipulación, elaboración y venta de mariscos y productos del mar, tanto crudos como cocidos y fritos. Tienen un volumen de ventas de 250 toneladas de mariscos y otras 200 toneladas de pescaíto frito, al año. La filosofía empresarial mantiene un claro compromiso medioambiental, habiendo suscrito diversos protocolos para sustentar los principios de calidad, exigidos por los principales organismos que la garantizan, así como cumplimientos de garantías europeas e incluso norteamericanas.
Productos provenientes de los puertos de la Bahía de Cádiz, sus aguas y su entorno, como El Puerto, Chipiona, Cádiz, Huelva etc. y de otras muchas costas de España, tales como la del Mediterráneo, Cantábrico, de Galicia. De fuera de España: Marruecos, Argelia, Irlanda, Italia, Escocia, Noruega, Mauritania, Sudáfrica, etc. Tras tantos años de experiencia en el mercado minorista y mayorista, Romerijo ha sido artífice de la expansión y el desarrollo comercial de una gran zona de aperitivos, tapeo y comidas, produciéndose el fenómeno que se le llegara a cambiar la denominación a un tramo de la calle: en lugar de Avenida del Parque y Vergel del Conde, al nombre actual de Ribera del Marisco.
Si es agradable a la vista observar sus vitrinas con más de 30 especies de diferentes especies de mariscos y sus variantes (buey de mar, cigalas, gambas, langostas, langostinos, nécoras, patas y bocas rusas, percebes, quisquillas, bígaros, bogavantes, camarones, cañaíllas, mejillones) y otras exquisiteces, también lo es, a efectos de comodidad, poder degustar sus productos desde cualquier rincón de España haciendo uso de Internet.
En la fotografía (Colección V.G.L.), José Antonio Romero Zarazaga, fundador de la firma Romerijo. Gozaba de gran prestigio entre los compradores de marisco de los mercados de Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla. Esta fama como exportador, propició que el prestigio de su establecimiento se extendiera por toda España y dio paso a un floreciente negocio de venta al menudeo que hoy perdura, corregido, mejorado y ampliado por sus sucesores.
Su hijo José Antonio, actual gerente e impulsor de la firma como la conocemos hoy, es uno de los gurús del marisco, una religión que reúne ante sus mesas a 15.000 fieles cada fin de semana. Y tal y como afirma: “Romerijo y El Puerto están casados por la iglesia, indisolublemente unidos”. En su honor y, porque le profesaba gran cariño, el fundador del Grupo Romerijo, José Antonio Romero Zarazaga, le puso su nombre a la primera cervecería que abrió en 1975, hoy Restaurante La Guachi, personaje con nótula propia en Gente del Puerto.
"Sonríe aunque sólo sea una sonrisa triste,
porque más triste que la sonrisa triste,
es la tristeza de no saber sonreír."
A Sonia, camarera del Cafetín, vestida de faena y de calle.
Sonia Barba Cuevas, es hija de José Antonio Barba Garcés, que regenta el Bar 'Aquí te Espero', en la calle Valdés, casi enfrente de la Plaza de Toros, y sobrina de Pedro, camarero de toda la vida del Bar Vicente. La profesión de Sonia no le ha venido por casualidad...
"Esquina a la calle Santa María continúa abierto El Cafetín, también conocido desde hace muchos años como el Café Moderno. En 1895 era una taberna de los hermanos Sinforiano y José Molleda Colosía, llegados a nuestra cuidad desde el valle cántabro de Herrerías en 1874, cuando eran niños. Antes, un pariente de éstos, Eladio Díaz Colosía, tuvo aquí instalada, en la década de los 70 y 80, una fábrica de fideos; industria que ya se había establecido como tal, en una primera etapa, 1800. Acaso a ella pertenecieron las grandes vasijas que en los años 50 se descubrieron en el subsuelo, donde siguen. En 1913 en negocio, ya con el nombre de Café Moderno, estaba en manos del portuense Juan Carvajal Vázquez, quien lo mantuvo hasta fines de los 30. En 1913 y 1914, asociado con Luis Bononato, estableció una sucursal en el Parque Calderón; y otra, a solas, entre 1925 y 1927.
Como decimos, fue en los últimos años 30 cuando tomó el local José López Herrera, aunque por poco tiempo, pues en 1941 pasó a ser de Ángel Sordo Díaz, de sólida tradición familiar en el gremio, como tuvimos ocasión de mencionar en el anterior capítulo. Quienes tengan edad para ello, ¿recuerdan sus seis barriles? Cuatro a un lado: de amontillado El Caballo (Osborne), de fino Menesteo (Osborne), de fino C (Cuvillo) y de moscatel de la bodega de Manuel Rodríguez Garrido, el de Los Caracoles; al otro lado los de la manzanilla Argüeso y fino Tambor de la taberna La Burra. Muy solicitado fue también un estupendo tinto, de un tal Nicanor, de Cádiz, establecido en la calle Sacramento, que traía “el Tragelia” en el vapor. Y aquellas botellas, alargadas, de casi un litro, de la cerveza Cruz Blanca (cuyo depositario en El Puerto era Ezequiel Cortínez, quien llevó, en la plaza de la Pescadería, la taberna La Lucha), envasadas en cajas pesadísimas. Desde 1968, cuando murió Ángel, continúa llevando el establecimiento su hijo Maximino. Se reformó en 1965, cuando perdió el cuarto reservado que tenía junto a la casapuerta de Santa María, por donde entraban las mujeres –sólo las mujeres- tras tocar un timbre, objeto de deseo de algunos puñeteros chavales, que sabían que el dependiente, para abrir la puerta, tenía que dar un rodeo cruzando el salón interior y la cocina. En 1975 adquirió el aspecto actual, ampliado hace tres años con un servicio de confitería." Enrique Pérez Fernández Tabernas y bares con Solera. Una historia de la hostelería en El Puerto de Santa María. Año 1999
El Cafetín en 1958. Tras el mostrador, Maximino y Ángel Sordo; delante, de izquierda a derecha, "Aguilocho". Juan, "el Pirata", Antonio Guerra, "Juan Villarreal", "el Rubio". Rafael "el de las Aguas" y Antonio "el Gallo". (Foto Colección Manuel Guerra)
Caricaturas de Ruiz Cuevas, realizada el 30 de diciembre de 1985. En ellas aparecen, de camareros de sala, a la izquierda Rafael Troncoso y Julio Barcia; en la Barra, de verde oscuro, hablando con éstos, el propietario Maximino Sordo Alonso. En la cocina/churrería Juan Pauyata; y detrás del mostrador, a la derecha, Eduardo Mora y Juan Angulo, de verde claro. No estaba Sonia, pero si preguntan dicen que es la que está a la izquierda de la foto, sentada en la estantería. Era muy pequeña entonces...
La Fuente de las Galeras, por su cercanía a río Guadalete, la convierten en un lugar histórico para dar refugio a las Galeras Reales, para aprovisionamiento de de los barcos con sus aguas y por hacer su parada el popular Vapor de El Puerto. La pasión de Lucky por la historia de El Puerto se aprecia en las paredes del local, con copias de documentos registrados en el Archivo de Indias, relacionados con el Vergel del Conde y de la ya inexistente Capilla de las Galeras, que da su nombre a la taberna. La Fuente de las Galeras construida tal y como indica su inscripción en el año 1735 durante el reinado de Felipe V, pero su imagen actual es de 1842, ya que con la reforma de la traída de las aguas se la dota de seis grifos, además de un solado y un alicatado con Losas de Tarifa. Lo que la mayoría de los clientes buscan en la Taberna La Galera Real son los comentarios jocosos y las sentencias de su propietario, Luis Rivas, Lucky para los amigos, todo un filósofo en la forma de ver, sentir y vivir la vida en este rincón de Andalucía la Baja.
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