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"Mi abuela Aurora, mi madre, mi tío Juan  y mi tía Aurora. Una tata, Pilar Casillas y Lola Blandino de negro, señorita de compañía, en la Playa de la Puntilla. Felices años 20 del siglo pasado." (Foto Colección LSA).

confesionarioHace cosa de dos años, estando yo en Roma, visité la Iglesia del Giesu, o sea, los  Jesuitas. En un confesionario de la derecha según se entra, estaba sentado un sacerdote anciano que llamó la atención. Sobre el confesionario había un letrero “P. Blandino,.”. Y es que el anciano sacerdote se parecía, era clavado,  a Lola Blandino. Tan es así que le pedí permiso para hacerle una foto [que no encuentra ahora]. El Padre Blandino accedió  y yo me quedé con su retrato para corroborar en El Puerto la identidad del parecido. Debe ser que los aires de familia no se pierden y que el origen italiano de Lola salía a relucir. Lola Blandino, nacida en el siglo XIX, finales, en El Puerto, era la imprescindible en mi casa. Y lo fue en casa de mi abuela Aurora, en casa de mi tía Aurora y en las de mis tías María Rosa y Carmen. Hay en los álbumes familiares multitud de fotos en que aparece Lola Blandino. Lo mismo está en los años 1920 en una excursión en burro a Fuentebravía, con mi madre, mi tia Aurora, mi tío Juan y las tías Terry del Cuvillo, en la Expo del 29...,  como en la Habana, cuando mi tía Aurora y mi tío Manolo se la llevaron para ser señorita de compañía de mis primas; o de paseo con nosotros, o en una corrida de toros en El Puerto, o en bautizos, en primeras comuniones... Lola Blandino era como de la casa. Frecuentaba mi casa y, después de haber vuelto de Cuba, se dedicaba a la costura y a hacernos babys “crecederos”, a sacarnos de paseo o simplemente a estar. Generalmente, se ponía en el cuarto de costura, sentada, con el tablero de cortar sobre las rodillas, y nosotros, cuando pasábamos por delante de ella, siempre le decíamos:

“Dolores, ¿Con qué te lavas la cara
que tanto te huele a flores?”

Y ella siempre respondía:

“Me lavo con agua clara
que Dios la manda del cielo”.

Lola cantaba con sones guajiros una coplilla que decía:

“La mujer que quiere a un chino
es que no tiene amor propio;
porque el chino fuma opio
y alborota a los vecinos”.

Y contaba la preciosa historia de “La mulata Corina”—“que orina”, decíamos nosotros--, o relataba los pormenores del ciclón que le cogió en la Habana, o las travesías en barco, o las fiestas en el Yacht Club... En El Puerto, Lola vivía en el entresuelo de una casa de la calle Ricardo Alcón  en compañía de su hermana Asunción y los dos hijos de ésta, Antonio y Maruja Muñoz Blandino. Antonio, su sobrino, hizo la mili en Artillería de Costa, en Cádiz, y yo no pude saber nunca, si cogió el traspaso del ropero del cuartel o qué. El caso es que no sé de dónde sacaría Lola tantas gorrillas cuarteleras de esas de borlón, con el emblema del arma de artillería, porque nos regalaba, de cuando en cuando, a nosotros unas cuantas, para jugar a los soldados.

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Fachada del Hospital Municipal San Juan de Dios, en el siglo pasado.

mantondemanilaCuando murió, al final de los 60 del siglo pasado, en el Hospital de San Juan de Dios, donde hubo que ingresarla, sus sobrinos, Antonio y Maruja, le trajeron a mi madre una enorme colección de fotografías familiares y el mantón de Manila de Lola; que había que verla con su mantón. Porque Lola tenía muy buena facha, aun de vieja; alta, delgada, muy derecha, de facciones muy agradables, siempre peinada igual, con algún parecido a la Señorita Rotermeyer, aunque siempre afable, bondadosa, con la misma prestancia romana que el Padre Blandino, S.J. que me asombró el parecido y el nombre, en Italia, hace cosa de dos años. (Textos: Luis Suárez Ávila).

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María Merello Álvarez-Campana nació hace 85 años en la calle Luna40,  el 26 de julio de 1924, casa en la que viviría hasta los 26 años. Fueron 14 hermanos y entre el mayor y ella, que era la mas pequeña, existía más de una generación de diferencia, con lo que, curiosamente tiene sobrinos de más de 70 años. Por cierto que el desaparecido periodista Agustín Merello (nótula núm. 262) era su sobrino favorito y a su hermano Faly (nótula núm. 306), lo recuerda también con afecto pues ella fue su confidente.

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La familia Merello Álvarez-Campana, en 1930. De pie, Carmen, Pepa María, Agustín, Rafael, José Ignacio, Jesús e Isabel Merello  - con el tiempo, Vda. de Terry- con abanico. Sentados: Luis Merello, la madre Mari Pepa Álvarez Campana Rivera; los tres vestidos de marineros: Francisco, Estanislao y Serafín, Mila, nuestra protagonista, la mas pequeña María y el padre, Jesús Merello Gómez.

Vivían junto al Teatro Principal por lo que padecían las colas e incluso, los niños, a hurtadillas veían algunos espectáculos, sorteando la prohibición de los mayores, desde una ventana que, en la azotea, daba al Teatro.  Estudió interna en un buen colegio en Sevilla, como premio a su actitud con los estudios: el Colegio del Sagrado Corazón de Jesús del Valle. Allí, curiosamente, se da otra paradoja, pues conoce -de verdad- a su hermana la segunda, monja de aquella congregación, con la que se llevaba algo más de 20 años de diferencia. Lejos de tener facilidades, la monja apretaba a María para que, sin tener privilegios, destacase. Eran muy estrictos. «--Allí trataron de educarme; no se si lo consiguieron. Creo que sí», afirma con una sonrisa que casi siempre permanece en su cara.

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El Teatro Principal y, a continuación, la casa donde nació y vivió María Merello, hoy destruida y sede de un banco.

JUGANDO A FINALES DE LOS AÑOS VEINTE.
De pequeña jugaba a todo, con la particularidad de que la estricta educación de la época impedía que niños y niñas jugaran juntos. Si alguna vez jugaban juntos en el jardín de la casa de la calle Luna,  (aquel jardín donde el sobrino de María, Faly Merello plantó una perra chica, a ver si crecía dinero y para sorpresa suya, con el tiempo se instaló allí un banco: El Banesto)  la voz de la madre organizaba a los niños con los niños y las niñas con las niñas, aunque sus hermanos inmediatamente anteriores eran varones. Bailar el trompo con la guita, montar en bicicleta, juegos de bolindres de barro, jugar con zancos hechos de madera, ...

ignaciovaldessancho_puertosantamariaMaría se casa en 1950 con Ignacio Valdés Sancho, hermano de Joaquín, fundador y director de la Revista 'Diez Minutos'. Aunque nacido en Sevilla, su familia materna y su propia madre era de El Puerto, emparentado con el bodeguero Hipólito Sancho García, padre del historiador Hipólito Sancho de Sopranis. Vivieron, a partir de entonces, en la planta baja de una casa de la calle Pagador, 16., donde tendrían de vecino a alguien que, con el tiempo, alcanzaría justa fama de escritor. Tuvieron siete hijos: Francisco de Paula (+), María, Berta (+), Ignacio (Director de Arte de Diario de Cádiz), Fernando, Berta y Jesús.  (En la imagen Ignacio Valdés Sancho).

EDUARDO MENDICUTTI
En aquella casa vivían en la planta baja y en el primero tuvieron a un vecino que hoy es un prestigioso escritor y columnista: Eduardo Mendicutti, con nótula propia en Gente del Puerto núm. 065; a su padre lo habían destinado a El Puerto como químico de la Fábrica de Botellas. Ya iniciada la década de los cincuenta del siglo pasado, María entretenía a sus hijos mayores: Francisco y María, a sus sobrinos Ignacio y Carlos Merello del Cuvillo y a Eduardo Medicutti con cuentos, rimas y juegos. Eduardo pedía permiso y bajaba a escuchar las narraciones de “Tía María” como la llamaba.

eduardo_mendicutti_puertosantamaria¿Acaso fue ese el origen literario del escritor? Veamos que dice propio Mendicutti: «Siempre cuento que mis precoces, bochornosos y --en su momento-- celebradísimos inicios literarios tuvieron que ver con Rafael Alberti, aunque es verdad que de un modo tan indirecto que a lo mejor más de uno piensa que eso es coger el rábano por las hojas.  El caso es que, cuando yo tenía 6 o 7 años y vivía en El Puerto, una vecina nuestra, María Merello, prima hermana de Alberti, nos contaba a sus hijos y a mí y mis hermanos, sobro todo en las tardes de lluvia, unos cuentos fascinantes que no he vuelto a leer o a oír en ninguna parte: al cabo de muchos años, María Merello me reveló que eran cuentos que ella había oído en su casa y que seguramente acabarán perdiéndose porque nadie los ha escrito nunca. Bueno, yo una vez escribí uno. Quiero decir que, un buen día, arranqué unas páginas de un cuaderno escolar, las doblé por la mitad y las cosí por el canto con un hilo, para fabricar un libro, y allí escribí una historia cuyo encanto al parecer no conseguí estropear del todo con mi, por lo demás, comprensible torpeza. Cuando los mayores de la casa leyeron el cuentecito cayeron todos en trance: «--Este niño va a ser un Pemá», repetían una y otra vez, arrebatados de admiración. Pero María Merello, en un momento en el que estábamos los dos a solas, con una sonrisa entre cómplice y pícara, me dijo: «--Al principio, todos los escritores se inspiran en otros, ¿verdad?». Porque ella sabía que aquel cuentecito estaba calcado de uno de los que ella nos contaba, pero no me delató. De haberlo hecho, y por culpa de la vergüenza, seguro que yo no habría vuelto a escribir jamás una sola palabra. No lo hizo, María Merello no le contó la verdad a nadie, y  eso me ayudó, como ninguna otra cosa en la vida, entonces y en el discurrir del tiempo, a descubrir el encanto, el desafío, el dolor, la alegría y el compromiso de la escritura. Solo puedo decir que siempre que se me ocurre preguntarme por qué demonios escribo, recuerdo aquellas tardes lluviosas de El Puerto, la voz levemente afónica y el acento delicado de María Merello, aquellos cuentos fascinantes que nos contaba, y hay en todo eso un eco misterioso y seductor de los versos de Alberti, un parentesco raro y enigmático que me permite evocar el feliz descubrimiento de la escritura y llena de sentido y necesidad el sinuoso empeño de escribir».

vespa_1955_puertosantamariaUNA MUJER EN VESPA.
En los cincuenta del siglo pasado, María también era popular porque era la primera mujer que viajaba en una moto Vespa, expresamente traída de Italia, de color verde claro. A finales de la década, en 1959 se van a vivir a Cádiz, ya que la profesión de marino mercante de su esposo lo requería, por su vinculación con CAMPSA, donde fue una persona muy querida. A su jubilación vuelven a El Puerto, a Las Viñas, a la calle Lagar, y con la desaparición de Ignacio Valdés, en abril de 2002,  cambia de nuevo de casa a su vivienda actual en la Costa Noroeste de El Puerto, donde recibe visitas de sobrinos y sobrinos nietos, además de las de sus hijos.

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En la imagen celebración de las Bodas de Oro de María Merello e Ignacio Valdés, celebradas en el año 2000. La fotografía está tomada en las escaleras del altar mayor de la Iglesia Mayor Prioral. Fila superior, de izquierda a derecha: Fernández, Raul, María, Jesús e Ignacio Valdés Merello; nuestra protagonista María Merello Álvarez Campana y su esposo Ignacio Valdés Sancho; Berta Valdés Merello, Maite Delgado Roig. El grupo de chicas jóvenes está compuesto por Berta Castro Valdés, Marta Valdés Delgado, Pía Muñoz Valdés, Lucía Valdés Delgado, Ana Muñoz Valdés y María Valdés Delgado. Volvemos a la izquierda de la imagen y, con el traje estampado, Ana María Osborne Gordon; en el primer escalón, de izquierda a derecha, Pepa Martín Salvador, José Muñoz Marrero, Margarita Parra Reguera,  y les siguen los niños Blanca e Ignacio Valdés Parra, Ana María Valdés Osborne, Teresa Valdés Delgado, Fernando Castro Abellan, y en el suelo Ricardo Castro Valdés y Fernando Valdés Osborne.

mariamerello_ac_manos_puertosantamariaCUENTOS, POESÍAS Y JUEGOS.
Como ya hemos señalado, María siempre destacó por su capacidad narrativa y de escenificación de cuentos y tradiciones populares y juegos de otra época. Y aún hoy sigue, con una memoria envidiable, cautivando a sus nietos y sobrinos nietos que se acercan a saludarla e incluso al autor de esta nótula, al que ha hecho una impagable representación de como dar vida a un ratón confeccionado con un pañuelo y un imperdible, como podemos ver en la fotografía adjunta. Practica la papiroflexia y, en general tiene habilidad para construir cosas con las manos. Independientemente de que Gente del Puerto tiene previsto recoger de su boca cuentos y poesías, hemos querido traer a esta página un par de poesías donde números y rimas, van de la mano. (En la imagen inferior, jugando a la 'gallinita ciega').

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Cuanto descansan...
Una hora duerme el gallo,
dos el caballo,
tres el santo,
cuatro el que no es tanto,
cinco el peregrino,
seis el teatino,
(clérigo regular de San Cayetano)
siete el estudiante,
ocho el caminante,
nueve el caballero,
diez el majadero,
once el muchacho y
doce el borracho.

Al carnero quieto.
Si bien María nos lo relata como poesía, en algunas partes se jugaban como una variante del “Salto del Múa”.

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Una es la rueda de la fortuna,
Tu y yo somos dos,
dos gorriones y un cipres, tres,
tres cuchillos y un planto, cuatro,
cuatro curas descalzos y un San Francisco, cinco,
cinco príncipes y un rey, seis,
seis sotanas y un bonete, siete,
siete carneros y uno mocho, ocho,
ocho borrachos y uno que no bebe, nueve,
nueve cántaros y  uno de miel, diez,
diez cántaros y uno de bronce, once,
once batatas y una berenjena, la docena.


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| Texto: Luis Suárez Ávila.

Cuando se haga la historia de la fotografía en El Puerto se hablará, sin duda, de Justino Castroverde y de Francisco Sánchez "Quico". Se hablará de Pantoja, de Rasero, de Fariñas, de "Rafa," de la "Galería Azul" o de Garpre. Seguramente nadie se acordará de "Cuéllar", el viejo, ni de "Cuéllar", el hijo. Pues, de entrada diré que "Cuéllar" el viejo no se llamaba "Cuéllar", sino José Alonso Mesa, y que "Cuéllar" el hijo, ni se llamaba "Cuéllar", ni era hijo del viejo. "Cuéllar", el hijo, tiene por nombre Rafael y por apellidos López Raya. Lo que ocurre es que "Cuéllar" el viejo lo recogió, lo adoptó y lo tuvo siempre por hijo.

...continúa leyendo "399. Cuellar. Foto al minuto."

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Hoy celebra su onomástica una de nuestras paisanas más conocidas y queridas: Milagros Govantes Pico. Y con ella, todas las porteñas de nombre Milagros, a las que deseamos un feliz día, lejos de las cocinas y las oficinas, de las despensas y de los despachos, de las labores y las labranzas. Nuestra Milagros de hoy, nació hace poco mas de 81 años, el 23 de agosto de 1928,  en la calle La Palma 21, siendo asistidas, madre e hija, por el Dr. Muñoz Seca, como era habitual en la familia Pico.

teresapicoferrer_puertosantamariaHija de Javier  Govantes de Soto, natural de Osuna (Sevilla)  y de la porteña Teresa Pico Ferrer, vino a nacer a El Puerto, como la mitad de sus 10 hermanos con ella, y bautizada en la Prioral para, a los pocos días regresar al Osuna paterno donde se crió y vivió su primera juventud.

Estamos en 1950. Al fallecimiento de sus padres, ocurrido en un corto periodo de tiempo entre ambos óbitos y con 22 años, las cuatro hermanas que quedaban solteras se trasladaban a vivir a El Puerto con sus tías maternas. Luego vivirían en Santo Domingo, 10, hasta las bodas de las 3 hermanas, quedando nuestra protagonista soltera –señorita prolongada-, empero, no nos parece elegante que, a nuestra Milagros, le cuelguen la coletilla eclesial de ‘virgen y mártir’. (En la imagen, la madre de Milagros, Teresa Pico Ferrer, en un óleo pintado por Guillermo Siloniz).

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La familia de Milagros, algunos componentes: Arriba, Lorenza Reinoso del Valle, la chacha que era de El Puerto y la Tata. Sentados, de izquierda a derecha: su tío Federico, su madre Teresa Pico,  su padre Javier Govantes con Cristobal, el hermano mayor en el regazo y su tía. (Foto Justino Castroverde).

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De izquierda a derecha: Carmen, Ramón, Milagros y Teresa (su madre) Pico Ferrer, en una fotografía tomada en El Puerto. (Foto: Justino Castroverde).

LA SECCIÓN FEMENINA Y EL SERVICIO SOCIAL
Se inició en el mundo laboral trabajando en la boutique existente en la calle Ricardo Alcón, de Joaquín Gaztelu, donde permaneció por espacio de cinco años. Allí es buscada por Juan Ignacio Varela Gilabert para encargarle la gestión de Delegada Local de la Sección Femenina.

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Durante una visita de Carmen Polo, la esposa del dictador Franco, a SAFA. Milagros es la tercera por la izquierda, de la fila superior, destacando por su altura.

Allí hicimos una buena labor. Enseñamos a cocinar, a coser, a bailar, a hacer gimnasia a muchas jóvenes de El Puerto”. Se trataba de la prestación obligatoria del Servicio Social. Aquella organización, donde además se impartía doctrina del régimen político, duraba entre tres y seis meses, en función de que la cooperante tuviera o no bachillerato. Muchas prestaron sus servicios en el comedor de San Agustín, el Asilo de Huérfanas, las Hermanitas de los Pobres, posteriormente Afanas, etc. Recuerda Milagros los Cursos de Socorrismo que, cada tres meses, se impartían a los distintos ‘reemplazos’ femeninos por el Dr. José Joaquín Muñoz Bela, padre de nuestro paisano Joaquín Muñoz Manzanera.

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En una Fiesta de Disfraces en el Club Náutico, el 18 de agosto de 1962. Milagros, arriba en el centro, iba disfrazada de Srta. Rotenmeyer. Sus alumnas, su pandilla de siempre, de izquierda a derecha empezando por arriba eran: Teresa Martínez Govantes, Chica Pico, Milagros Govantes, Elisa Govantes y Choni Lassaletta. Debajo, Pilar Nuchera, Pilar Martínez Govantes, Charo Villar (+) y Marina Rábago. (Foto Rafa).

Finiquitado con la transición política el Servicio Social, fue transferida, al depender del Ministerio de Cultura, a Deportes. Y allí estuvo destinada en lo que fue la OJE (Organización Juvenil Española) y hoy es sede de la Delegación Municipal de Deportes, en la calle Valdés. Concluido ese periodo finalizó su actividad en el mundo laboral en la Biblioteca Pública, hasta que se jubiló a los 63 años –hace ya 18- en las dependencias de dicha biblioteca situada en la Casa de la Cultura, donde tuvo como compañeras a Pilar Alcina, directora y Ana María.

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Toda una maestra en el baile 'por lo fino' o 'agarrado' la vemos en la Sala de Fiestas 'El Oasis' haciendo de pareja, a la izquierda, de su cuñado Pepe Alonso y a la derecha con un norteamericano bastante más alto que ella, como se puede apreciar en la fotografía.

CRUZ ROJA ESPAÑOLA.
Milagros ha sido voluntaria, durante más de 30 años de la Cruz Roja Española. Cuando se jubiló, acostumbrada a una febril actividad, estuvo colaborando con la vivienda asistida para ancianos que dicha entidad benéfica mantuvo en la calle Nevería. Allí les alegraban la vida, les buscaban novios, los casaban, les cantaban, le arreglaba las uñas a las señoras, … Les hacía feliz, en definitiva, sus últimos años de existencia. Considera que fue un error encerrarlos en un piso ya que los ancianos necesitaban el jardín del que disfrutaban en aquella casa.

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SM. el rey D. Juan Carlos, Milagros Govantes, desconocidos, SM la reina Doña Sofía y Joaquín Calero Muñoz, al fondo a la derecha, Antonio Caraballo Crespo. La fotografía está tomada en 1976, en la Plaza de los Jazmines, cuando los reyes recorrieron España visitando los distintos pueblos. Por cierto se comentó que, en un apretón de manos SM el rey, perdió el anillo del dedo izquierdo.

LA FERIA DE PRIMAVERA.

milagrosgovantes_ferrera_puertosantamariaEra y es una gran aficionada a la Feria, ¡ojú! donde cantaba flamenco –no existían aparatos de megafonía en aquellas Ferias de Ganado- y bailaba y enseñó a bailar a muchos. Recuerda que con el locutor de Radio Puerto, Fernando Durán, con nótula propia en Gente del Puerto núm. 227, se hartó a bailar sevillanas. Aunque también enseñó a bailar ‘agarrados’ o ‘por lo fino’ a otros tantos, entre ellos a Fernando Gago. (En la imagen de la izquierda, bailando con Eleuterio Ferrero, quien sería Químico de Volpa y de Bodegas Terry). En las ferias llegó a bailar con el famoso Pepe ‘El Escocés’, también con nótula propia en Gente del Puerto num. 119. La verdad es que siempre bailó con gente peculiar: si era más alto que ella, si era de fuera, si no sabía, ese seguro que bailaba con Milagros. Bastaba escuchar “-¿A que no eres capaz de sacar a bailar a ese?”, para que nuestra protagonista se dirigiera al interfecto y lo pusiera en la tesitura del baile. Y bailaba ¡of course! En cierta ocasión, en la Feria llegó a bailar con nuestro querido amigo Manolo Lojo y les corearon las sevillanas “Me casé con un enano, salerito, pa jartarme de reir”, dada la desproporción de las estaturas. Eso si, nunca necesitó una copa para cantar o bailar. Con una bastaba ya que el sentido del humor, de pasarlo bien, de animar y animarse, lo llevaba dentro.

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En la Feria de Primavera, Choni Lassaletta, Marina Rábago, Pepe Alonso, y desconocida. Abajo, Carmen Gaztelu, Milagros, desconocido y Monchi Merello. 5 de Mayo de 1964. La fotografía está realizada por un fotógrafo ambulante: F.S. Gordon.

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Milagros, en pleno baile de Sevillanas con Jesús Ruiz Aragón. Feria de Primavera de 1964. 5 de mayo. (Foto: F.S. Gordon)

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En el pescante, llevando las riendas, Milagros Govantes, a su lado su cuñado, José Alonso Martín; dentro de carruaje; Choni Lasaletta del Salto, Eloisa Govantes Pico,  Marina Rábago Vega y  Monchi Merello. En esta instantánea conduce una manola alquilada.

Como conocía el mundo del caballo, a la Feria solía ir con sus amigas conduciendo la ‘manola’ de Victoriana Díaz Molleda,  tirada por un mulo. Y en cierta ocasión –recuerda- fueron rodeadas por un grupo de jóvenes motoristas con ganas de requiebros, con tal mala fortuna que espantaron al semoviente.

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En la Feria, Milagros Govantes, esposa de Gómez de Ramón y Eloisa Govantes.

DE VIAJE, POR ESPAÑA Y EL MUNDO.
Milagros se ha divertido, sanamente, cuanto ha podido y más: “--me apuntaba a un bombardeo”. Se ha reído de su físico –su estatura- y ha hecho sonreír de buen grado a las reuniones con sus amigos, con quienes ha compartido momentos  inolvidables, en Ferias, fiestas privadas, de viaje… Ha recorrido medio mundo: toda España, Europa, Norteamérica y Sudamérica, y hasta Japón, donde en una plaza empezó a cantar ‘Y Viva España’ siendo rodeada por los nipones que allí se encontraban y corearon con ella la canción, dada la afición japonesa por la cultura y el folklore español. En Viena, cantó y gustó tanto que le salió un contrato –que rechazó- para actuar en la capital austríaca.

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Milagros, en una instantánea reciente, en el salón de su domicilio.

Sostenemos que el sentido del humor alarga, entre otras cosas, la vida y Milagros lo conserva impecablemente. A sus 81 años no ha perdido un ápice de esa actitud , aunque se lamenta –en privado- de algunos achaques que no vamos a reproducir aquí. Milagros ‘tiene de todo’ pero sobre todo tiene unas ganas de seguir siendo esa persona abierta que ha ayudado a todos y que, como todos los tímidos y creánme que en el fondo lo es, supera, dando pasos por delante de los demás. Los buenos pasos de baile de la porteña criada en Osuna, Milagros Govantes Pico.

La ciudad la ha despedido en la Prioral. Descanse en paz.

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manuelsanchezjimenez_puertosantamariaManuel Sánchez nació el 24 de diciembre de 1918 en la calle Jesús Cautivo, hijo de Manuel Sánchez y de Ana Jiménez, tenía cinco hermanos. Durante la Guerra Incivil  luchó, primero en el bando rebelde -era Falangista- y luego, apresado en Pozoblanco y llevado hacia la retaguardia contraria, estuvo cautivo en San Miguel de los Reyes (un monasterio de la Ciudad de Valencia), hasta que fue enrolado por el ejército de la República. Luego cruzó a Francia donde permaneció preso en un campo de concentración para aquellos españoles que venían huyendo, bien de la guerra, bien del ejército rebelde. Con 20 años, en 1938 y, a la vista de como estaba la situación en nuestro país, en la propia Francia, inmersa en la II Guera Mundial, lejos de regresar a España decidió emigrar a América, y se embarcó en dirección a Chile. Era un joven deseando ver mundo, un mundo mejor que el que le había tocado vivir. (En la imagen, Manuel Sánchez Jiménez, en una fotografía tomada hace 40 años).

EN OSORNO (CHILE).
En el país andino los comienzos no fueron fáciles, desde su llegada hasta poder establecerse en Osorno, pasó por múltiples vicisitudes. Osorno es una ciudad que toma el nombre del volcán del mismo nombre, en la zona sur de Chile en la región de Los Lagos, a 946 kms. de Santiago de Chile y 110 kilómetros de la capital de la región: Puerto Montt, y a 260 kilómetros de la ciudad argentina de San Carlos de Bariloche. En Osorno se casó, tuvo tres hijos y abrió un comercio de artículos deportivos. En El Puerto era aficionado al fútbol, hincha del Racing e incluso llegó a jugar en el equipo local, pero como él mismo confesaba "era de los malos". Seguía las noticias del fútbol español a través de las emisiones de Radio Exterior de España y en Osorno, colaboraba con el Club Deportivo Español, siendo presidente de la Sección de Fútbol de dicha organización deportiva.

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Antigua Estación de Ferrocarril de Osorno, hoy en otros usos, a donde llegó nuestro emigrante en Chile, a finales de la década de los 30 del siglo pasado.

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La Estación Marítima de Barcelona, el 7 de octubre de 1969, atiborrada para recibir a los expedicionarios de la Operación España. (Foto: Javier Ortega Figueiral).

OPERACIÓN ESPAÑA.
En 1969, el 26 de septiembre, se reunía el entonces ministro de trabajo, Romero Gorria, con el Club Internación de la Prensa, representantes de los medios de comunicación madrileños y corresponsales de la prensa extranjera para explicar la llamada “Operación España”. El ministro se refirió a los dos millones de españoles que vivían en hispanoamérica y como las Casas de España o regionales asentadas en aquellos países organizaban viajes de reencuentro con la tierra que los vió nacer. El régimen político de la época se hizo eco de la situación y de ahí surgió la “Operación España”. Dos requisitos había que cumplir: llevar más de 25 años fuera del país y acreditar no tener medios para realizar el viaje.
De esta manera, el 7 de octubre la expedición formada por 1300 españoles procedentes de hispanoamérica llegaba al puerto de Barcelona, a bordo de los trasatlánticos “Satrústegui” y “Cabo de San Vicente”, y en la motonave “Ciudad de Barcelona” dos centenares de emigrantes españoles afincados en Méjico y Cuba, y que habían llegado por vía aérea a Palma de Mallorca, desde donde partió dicha nave con destino a Barcelona, donde fueron agasajados suficientemente, antes de partir para sus ciudades natales o de origen.  La decana de los emigrantes, Úrsula Gasull, de novena y cuatro años, llevaba residiendo en Uruguay más de 50 años.

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De izquierda a derecha, el sargento Yeste, de la Policía Municipal, Manuel Sánchez, Juan Melgarejo, alcalde de la Ciudad y José Antonio Español, Ingeniero Jefe de la Junta de Obras del Puerto. Asistían al 'Derby' entre el Portuense y el Jerez Industrial. 12 de octubre de 1969. (Archivo Municipal. Foto Rafa).

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De izquierda a derecha, Juan Melgarejo Osborne, alcalde de El Puerto; Juan Ignacio Varela Gilabert, concejal; Juan Martín Vélez, Secretario Particular de la Alcaldía y el homenajeado, Manuel Sánchez en un agasajo que recibió por parte de la Corporación Municipal en el Hotel Meliá Caballo Blanco, el 22 de diciembre de 1969, poco antes de su tornaviaje a Chile. (Archivo Municipal. Foto Rafa).

LLEGA A EL PUERTO.
Manuel Sánchez, que tenía entonces 50 años de edad, se acogió a esta Operación España, y el 7 de octubre de 1969  se encontraba con los españoles retornados, recién llegado a Barcelona. Cuatro días más tarde, el 11 se encontraba en nuestra Ciudad siendo recibido por las fuerzas vivas. Era alcalde, a la sazón, Juan Melgarejo Osborne. Nuestro protagonista se pudo reunir con sus familiares: su madre Ana Jiménez, sus cinco hermanos, e infinidad de sobrinos y recorrer El Puerto que había dejado hacía más de 30 años.  Y además se propuso, durante su estancia de casi tres meses, conocer cuanto pudiera de Andalucía. Como anécdota curiosa, fue invitado por el Ayuntamiento de la Ciudad al derby entre los equipos de fútbol Racing Club Portuense y el Jerez Industrial. También estuvo en los toros, asistiendo a una corrida de un joven José Luis Galloso que empezaba a despuntar. Tenía intención de visitar Cádiz, desde cuyo puerto de pasajeros ralizó el tornaviaje en dirección a Chile a finales de diciembre del mismo año. El hombre había llegado a la luna en junio y nuestro paisano Manuel, a El Puerto en octubre.

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Vista de una parte del Yacimiento de Doña Blanca, desde los depósitos de agua. Foto tomada en enero de 2008. (Colección Vicente González Lechuga).

Se cumplen 30 años en estos días del inicio de las excavaciones en el yacimiento de Doña Blanca, situado nuestro término municipal, impulsada por el entonces profesor de Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid y hoy Doctor en Arqueología y Catedrático de la Universidad de Cádiz, Diego Ruiz Mata.

diegoruizmata_puertosantamariaAunque ya existían noticias por parte de eruditos locales como Francisco Ciria y Vergara y el investigador alemán Shulten que la identificó como el Puerto de Menesteo, no fue hasta la llegada a nuestra Ciudad en torno a 1979, de Ruiz Mata, cuando se propusieron las excavaciones sistemáticas del yacimiento del que su principal mentor ha llegado a firmar que acaso pudiera ser la Gadir fenicia ya que, en Cádiz no se encontraban registros arqueológicos que sustentaran la antigüedad de la ciudad. En una compleja teoría, Ruiz Mata componía la situación de las islas antiguamente, siendo Cádiz una necrópolis, Doña Blanca la ciudad y la isla de Sancti Petri un templo. Las teorías van y vienen, los estudios avanzan y retroceden, y diversas escuelas y arqueólogos están a favor y en contra de la misma. Pero no deja de ser un lugar apasionante que ha apasionado a cuantos en él han trabajado. Otra interesante teoría, la Sidunia árabe, ha sido expuesta por el profesor Borrego Soto, en la nótula 378 en Gente del Puerto. (En la imagen, el Prf. Dr. Diego Ruiz Mata).

muralla_donablanca_info_puertosantamariaEn un trabajo infográfico realizado a auspicios de la Fundación CEEI, Bahía de Cádiz, se afirma que el yacimiento presenta una importancia singular en el panorama de la colonización fenicia en el Mediterráneo occidental. Su excavación, entre 1979 y 1995, ha sacado a la luz restos de murallas, necrópolis y viviendas de entre los siglos VIII y III a. C. Con un excepcional grado de conservación, el yacimiento guarda las claves sobre el paso de los fenicios por la Bahía de Cádiz y su relación con los pueblos indígenas de la Baja Andalucía. (En la imagen, infografía de la muralla fenicia).

TRABAJOS DE CAMPO.
El poblado y la necrópolis del Castillo de Doña Blanca ha sido objeto, desde 1979, de un programa de investigación sobre la colonización fenicia en la bahía gaditana que abarca todo el proceso histórico, desde de los primeros contactos de estos pobladores y su implantación en la zona hasta que se produce su abandono, en torno al siglo III a. C. Desde dicho año y hasta la actualidad, se han efectuado varias campañas arqueológicas en el yacimiento, cuyo objetivo principal ha sido el análisis de la secuencia estratigráfica del poblado, así como el estudio de los aspectos defensivos y urbanísticos en sus diferentes épocas y de los rituales funerarios practicados. No obstante, dentro de este programa de investigación se han llevado a cabo otros tipos de estudios, centrados en aspectos como la alimentación, el paleoambiente, la geología, los metales y las pastas cerámicas.
Las excavaciones efectuadas hasta ahora, por tanto, permiten trazar un ajustado panorama del proceso histórico de la bahía gaditana en su amplia estratigrafía, desde comienzos del siglo VIII hasta finales del III a. C.

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Esta fotografía está tomada hace justamente 30 años: el 22 de agosto de 1979, en el primer corte de la excavación, que hoy se encuentra tapado con una estructura techada y que puede ser visitado junto a la torre mediaval. (Foto: Archivo Municipal. Foto Rafa).

CAMPAÑAS 1979-1981.
En las dos primeras campañas de excavación, llevadas a cabo en los años 1979 y 1981, se realizaron los primeros cortes estratigráficos en la esquina sureste del poblado, delante de la torre, que puso de relieve una amplia estratigrafía de poco más de 100 metros cuadrados de longitud y unos 9 metros de profundidad, cuyo resultado fue la aparición de ciertos vestigios o restos pertenecientes a sistemas defensivos superpuestos y que podían datarse entre los siglos V y IV/III a. C. Al mismo tiempo, este amplio corte dejó constancia de la existencia de varios restos de habitaciones de diferentes épocas, que revelaban la importancia histórica del yacimiento.

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Tres años más tarde, el 12 de agosto de 1982, las autoridades locales giran una visita al yacimiento de Doña Blanca. En el grupo de la izquierda podemos ver a los concejales andalucistas, Aniceto Cumbrera, José María Simón y Antonio Muñoz. En el grupo más numeroso, rodeando a Diego Ruiz Mata, la concejala Ana Perea, Manolo Espinar y el alcalde, Rafael Gómez Ojeda del PC, a su izquierda (derecha de la foto) el también concejal del PC, Mario Peluffo y el Teniente de Alcalde socialista Francisco Lara. (Foto Archivo Municipal. Foto Rafa).

CAMPAÑAS 1982 Y 1983.
Entre 1982 y 1983, las actuaciones estuvieron más orientadas hacia la excavación de una extensión aproximada de 1000 metros cuadrados, localizada en el extremo sureste del poblado, que se correspondía con una serie de estructuras urbanas pertenecientes a los siglos IV-III a. C., así como varios tramos defensivos pertenecientes a dos murallas superpuestas, reconocidas en el sector suroeste. Se realizaron además varios cortes estratigráficos en la zona, que sirvieron para reconstruir una secuencia desde el siglo VIII a. C. y proporcionaron estratos bien definidos de los siglos VII y VI a. C.
Otras campañas 1983-83, 1984-85, 1986-87, 1989 y 1991 y así hasta 1995.

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Fachada de 'El Cortijo' (Infografía de Juan José Delgado Aguilera).

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Entrada principal de acceso al paseo de la Victoria.

Enrique Letang DrouillionEsta caseta fue construida por la Comisión Técnica de Fortificación de la Costa Sur, bajo la dirección entre otros de Enrique Letang. En 1946 el Ayuntamiento decide la ampliación de la misma aunque tenía todavía carácter provisional, ya que se compartía su uso, como caseta de feria, con los militares antes citados. Estos trabajos de ampliación se le encargan al contratista Antonio Herrero de los Reyes, con la indicación de aprovechar al maximo los materiales existentes, siendo el importe de estas obras  de unas 23.000,00 pesetas. Para la Feria de 1947 se vuelven a hacer modificaciones en esta caseta, que ya para se denominaría "El Cortijo". El importe de estas obras fue de una 20.000 pesetas, según el presupuesto de hizo el ingeniero municipal Enrique Letang, manteniendo aún carácter de provisionalidad. (En la imagen Enrique Letang Drouillon).

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La fachada de la Caseta El Cortijo, en plena Feria de la Victoria, convenientemente preparada para la ocasión;  vemos a varios paisanos vestidos para la fiesta. (Foto Colección VGL).

cartelferia_1948_puertosantamariaEn 1948, cuando el Ayuntamiento decide que sea un edificio permanente le encarga al mencionado ingeniero Letang que elabore un proyecto que finaliza en los últimos días de Enero y que ya era como lo hemos conocido los que tenemos cierta edad, con sus pérgolas y su fuente en forma de cruz. El presupuesto de este proyecto fue de 65.000 pesetas. (En la imagen, el cartel de Feria de Primavera de 1948).

Se le pide presupuesto, de nuevo, al contratista Antonio Herrero de los Reyes y se acepta en febrero del mismo año para que inicie las obras pertinentes. Tuvo unas variaciones durante la construcción, que fueron hacer un torreón lateral de dos alturas con un balcón y una hornacina donde se ubicaría una imagen de la Virgen de los Milagros.?En 1960 Encarnación Jiménez Espinosa, que era la arrendataria del edificio, solicita permiso al Ayuntamiento para construir un bar al fondo del edificio cosa que aceptó la Corporación Municipal, y así siguió has 1965 que fue la última feria que se celebró en la Victoria.

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Boda celebrada en El Cortijo, en septiembre de 1959 (Foto Carlos Pumar Algaba).

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Fuente de Cruz en el Paseo de la Victoria, con patos y chorros.

En verano ya hasta finales de los sesenta, del siglo XX, por las tarde/noches la juventud de aquella fecha nos ibamos allí a divertirnos ya que nos ponían discos para bailar; por aquel entonces estaba de moda José Luís y su guitarra, Nat King Cole, etc. Muchos noviazgo salieron de allí.

portadaferia2_puertosantamariaA finales de la década de los ochenta del siglo pasado se reprodujo la fachada y primer patio de El Cortijo en el recinto Feria de Las Banderas, como sede de la Caseta Municipal. A lo largo de estos último 20 años, la caseta ha experimentado diferentes  pinturas en su fachada, y conocido mejoras en su interior. Pero, habitualmente, no deja de ser solo eso: la caseta de Feria ya que rara vez se ha usado para algo más que  espacio de recepción municipal, comedor y actuaciones, en Las Banderas. (Textos: Vicente Gonzalez Lechuga).

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La imagen se corresponde con el curso 1923-1924 (el último de la "segunda época" del Colegio de los Jesuitas antes de su conversión en noviciado), y está tomada en el patio central del colegio de San Luis Gonzaga. El jesuita es el Padre Nicolás Campos de Torreblanca (1881-1963), que fue rector del colegio de 1920 a 1924,  e hijo de los marqueses de Iznate. Los internautas podrían ayudarnos a identificar a alguno de los 6 alumnos que aparecen en la imagen, cuya identidad desconocemos. (Fotografía: Archivo de la Provincia Bética de la Compañía de Jesús. Granada).

La distribución de premios que tuvo lugar en el colegio de San Luis Gonzaga de la Compañía de Jesús el 29 de mayo de 1924 fue el último acto académico del curso 1923-24. Pero fue algo más que eso. Entonces se ponía fin, además, a la llamada "segunda época" (1875-1924) de un colegio de segunda enseñanza de gran raigambre en El Puerto de Santa María. Aunque fundado en Puerto Real en 1864, la institución se había trasladado al año siguiente a El Puerto, funcionando en un inmueble provisional hasta su instalación en el edificio de la plaza del Ave María en 1867. Permaneció clausurado durante el Sexenio Democrático (1868-74), reabriéndose en septiembre de 1875, en los albores del reinado de Alfonso XII.

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Un total de 11 rectores gobernaron el colegio de San Luis a lo largo del medio siglo que duró su segunda época. Desde octubre de 1920 era rector el padre Nicolás Campos de Torreblanca (1881-1963), natural de Málaga, hijo del senador Antonio Campos Garín, marqués de Iznate. Durante los cuatro cursos de su rectorado hubo una media de 17 jesuitas destinados en San Luis Gonzaga (frente a un promedio de 40 en 1901-05) y de 150 alumnos matriculados, siendo internos en torno al 80% de ellos (muy lejos de la cifra récord total de 272 colegiales en 1881-82). Y es que en el verano de 1920, ante la escasez de personal docente jesuita, el anterior rector se había visto obligado a comunicar a las familias que en adelante sólo se admitirían nuevos alumnos de instrucción primaria y de primer curso de bachillerato (cuya duración era de 6 años). Sin embargo, el padre Campos se esforzó por mantener el esplendor de otros tiempos. De él parte en 1922 la propuesta de consagrar la ciudad al Corazón de Jesús y levantar un monumento conmemorativo.

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Visita a El Puerto de SAR el infante Don Carlos de Borbón y la infanta Doña María Luisa, Llegada al Paseo de la Victoria, donde se celebró un acto religioso ante la Capilla de los Caminantes. El alcalde de la Ciudad, Ruiz Calderón, portando el estandarte. 15 de ocubre de 1921. (Foto Colección Vicente González Lechuga).

En junio de ese año se aloja en la residencia de los jesuitas Don Eustaquio Ilundain, arzobispo de Sevilla, de visita a la diócesis. El 21 de enero de 1923 se celebra en el colegio un "festival patriótico" en honor del infante Don Carlos de Borbón Orleáns (1908-36), alumno en el externado jesuita de Villasís (Sevilla). Al joven infante, hijo de Don Carlos y Doña Luisa (abuelos maternos del rey Don Juan Carlos), le fue concedida entonces la dignidad honorífica de Príncipe del Colegio.

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Sala de Visitas del Colegio San Luis Gonzaga.

Nada parecía indicar, pues, el inminente cierre del colegio cuando la Revista Portuense publica el viernes 30 de mayo de 1924 una crónica de los "brillantes" y "solemnes" actos de fin de curso celebrados el día anterior. Son las 6 de la tarde y en el abarrotado salón de visitas los alumnos y sus familias esperan la llegada de la presidencia, cuya entrada es saludada con la Marche Lorraine, que ejecuta al piano el maestro Legarra. Además del rector Campos presiden el acto el alcalde (Alfonso Sancho Mateos), el padre ministro (Francisco Gómez, S.J.) y el delegado gubernativo (señor Iribarren). Concurren también los padres Socorro, Martínez Ropero y Lambertini.

La distribución de premios comienza tras la intervención de los solistas Elías y Posadas. El padre rector da lectura a la extensa lista de premiados por su conducta y aprovechamiento "a mayor gloria de Dios, para esplendor de las ciencias, cultura de las letras y honrosa memoria de los alumnos del Colegio de San Luis Gonzaga." Es proclamado 'Excelencia de honor' José Ramón Lorente Pellicer, de 4º curso, obteniendo 'Premios de Excelencia' los estudiantes de 2º curso Álvaro Fernández de Castro Cabeza y Luis Arroyo Aznar. Los tres son muy aplaudidos al ocupar sus respectivos puestos en la tribuna destinada al efecto.

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Se intercalan piezas musicales, interpretadas por el coro de seises del colegio. Entre los galardonados figuraban portuenses como Juan Bootello, Luis Suárez, Manuel Rioja, Luis Cuvillo, Ramón Jiménez, Luis Merello, Jesús Merello, Eligio Pastor o Juan Piury. Cierra el acto el alumno de instrucción primaria Pedro de León Arias de Saavedra, que declama "de forma prodigiosa, con suma expresión y gusto" la poesía titulada Despedida a la Virgen.

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Procesión de los alumnos portando hachones encendidos, en el patio central del colegio.

El público se traslada después a la iglesia del colegio, donde tiene lugar un tedeum. Terminado éste se organiza una procesión de todos los alumnos, que portan veladores encendidos. José R. Lorente lleva la bandera de la congregación. Otros niños portan los pasos de San Estanislao y de la Inmaculada. Entre el ruido de cohetes llegan las imágenes al patio central. La Banda Municipal ejecuta entonces la Marcha Real y se incorpora a la procesión en su recorrido, por la galería izquierda, hasta el jardín. Allí, ante la gruta de San Ignacio, se hace estación y se cantan unos villancicos de Eslava. Vuelven al patio por la galería opuesta. Nueva estación y cantos corales. De regreso en el templo, finaliza la ceremonia con el canto del Adiós a la Virgen.

sangregorio_iznateIZNATE
Iznate es un pequeño pueblo de la Axarquía, limitado por Macharaviaya y Benamocarra, de la que le separan menos de cinco kilómetros.
El núcleo urbano tiene su centro en la Plaza de los Dolores, patrona de los iznateños y su edificio más importante es la iglesia de San Gregorio VII, construida en el s. XVI, que sobresale del resto del pueblo. A mediados de este siglo, el padre jesuita Nicolás Campos de Torreblanca, hijo de los marqueses de Iznate, donó gran parte de su caudal para la restauración del templo, de innegable arquitectura mozárabe. Además, donó a la parroquia un cuadro de San Francisco de Paula, atribuido a Zurbarán, una copia del Correggio y una Dolorosa, y un Salvador del s. XVII, que dotaron a la parroquia de una riqueza artística extraordinaria. (En la imagen, la iglesia de San Gregorio VII). (Textos: Bernardo Rodríguez Caparrini. Dr. en Filología Inglesa).

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Torre del Yacimiento de Doña Blanca. Imagen toma de la web Druta

En las primeras excavaciones del tell de Doña Blanca, dirigidas por el profesor Diego Ruiz Mata hace ya más de veinte años, a los pies de la Sierra de San Cristóbal, se hallaron los restos islámicos más antiguos de la provincia conocidos hasta ahora, fechados a comienzos del siglo VIII. El nombre de este yacimiento y el de toda la zona donde se localiza es, desde época medieval, Sidueña. En su solar hay vestigios importantísimos de la que tal vez fuera la capital del reino fenicio de occidente (¿*gâdir-a?), y otros de origen romano, visigodo e islámico. La posibilidad de relacionar estos indicios con la antigua Asido(n) y la Shidûna andalusí es demasiado sugestiva como para desecharla. La etimología y las fuentes escritas parecen darnos la razón, al tiempo que descartan, de un modo casi concluyente, la secular identificación de estos topónimos con la actual Medina Sidonia.
......

al-andalus

Mapa que aparece en el “Livre de Roger”. Sicilia, 1154. Copia del siglo XIII, Maghreb. Según datos del autor árabe Al-Idrîsî. España aparece mencionada como la “Península de Al-Andalus”.

En época andalusí, la primera capital de la cora o provincia de Sidueña fue la ciudad del mismo nombre. Algunos historiadores, al encontrar en las fuentes árabes la expresión madinat Shidûna, tradujeron Medina Sidonia. Pero el asunto ha traído de cabeza a todos los que estudiamos los anales de nuestra zona. ¿Y si traducimos la rección como "ciudad de Shidûna"? A los pies de la Sierra de San Cristóbal, justo donde se hallan las ruinas de la ciudad fenicia descubierta por Ruiz Mata en los años 80 del siglo XX, encontramos el pago de Sidueña. Curiosamente, algunas referencias en textos grecolatinos y, sobre todo, árabes, parecen situar en ese enclave a la antigua Asidon y su supuesta heredera andalusi Shidûna. Tras su ruina, la capital de la cora pasó a Jerez, llamada desde el siglo IX Šaris Shidûna. Jerez, sucesora de aquélla, alcanzaría su máximo apogeo a partir de finales del siglo XI. Desde el punto de vista intelectual, dio a las letras y las ciencias andalusíes un buen número de sabios.

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Posible ubicación de algunos de los topónimos mencionados
por al-'Udri (en negro) y al-Idrisi (en azul).
(Borrego Soto).
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Dijo el poeta y cadí jerezano Ibn Lubbal (m. 583=1187-8):

Cuando el que está afligido contempla el bello rostro
de la tierra de Sidueña, olvida su pena.
Parece que la mano de la lluvia hubiera cubierto
de verdes brocados sus valles y majadas.
Como un aladar por las mejillas del hermoso,
discurren los arroyos por sus marjales.

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Yacimiento de Doña Blanca. (Foto González Campos).

Esta tesis, por supuesto polémica y controvertida, debe corroborarse aún con el trabajo de arqueología en la zona. Serán estas futuras y previstas prospecciones las que darán o quitarán razones. Cabe recordar el expolio que el yacimiento de Doña Blanca lleva sufriendo desde hace siglos, pero también conviene mencionar el gran número de fosos de vertido que se hallaron en la década de los ochenta y los restos cerámicos islámicos en ellos contenidos, que evidencian la existencia de una población considerable a los pies de la Sierra de San Cristóbal en época andalusí. Esta circunstancia mereció una extensa tesis doctoral a cargo de María del Mar Mira, de la Universidad Autónoma de Madrid en 1988. Con todo, la reflexión es obligada: ¿qué hemos hecho mal en esta provincia para que nuestros políticos sigan dándole la espalda al riquísimo legado que todavía se conserva en nuestro suelo (Doña Blanca, Asta Regia, etc.)? ¿No sería su puesta en valor y explotación una de las vías o soluciones para la crisis económica que vivimos? (Textos y Traducciones de Miguel Ángel Borrego Soto. Licenciado en Filología Semítica e Hispánica por la Universidad de Granada)

Más información en: "De Asidón a Sidueña. Localización de Madinat Siduna en el yacimiento de Doña Blanca", Miguel Ángel Borrego Soto. Revista de Historia de El Puerto, nº 42, 2009, 9-34

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Adriano IV no es un vapor, es un porteño oriundo que navega en aguas del río Manzanares en invierno y en la calle Larga de El Puerto en periodos vacacionales. Adriano García-Loygorri y Ruiz  es hijo de Adriano García-Loygorri Murrieta y de la benefactora porteña Tula Ruiz Golluri, aunque nacido en Madrid el 30 de octubre de 1934, se siente muy vinculado a El Puerto, su  segunda residencia. Desde pequeño viene regresando a su casa de la calle Larga y antes, al domicilio de su madre en la Quinta de los Ruiz. Dicho edificio fue adquirido por el bisabuelo de  Adriano, el potentado Joaquín Ruiz quien, procedente de Cuba huyendo de una epidemia de peste, se estableció en nuestra Ciudad, adquiriendo la que se conoce como la Quinta de los Ruiz, luego de los Terry y hoy actual Hotel de cinco estrellas, Duques de Medinaceli.

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Quinta de los Ruiz. Se puede observar los descampados de los alrededores. (Acuarela propiedad de AGLR).

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Bodega de la Quinta de los Ruiz. (Acuarela propiedad de AGLR).

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La Quinta de los Ruiz, en la actualidad reconvertida en Hotel de cinco estrellas, vista desde los jardines del Paseo de la Victoria. Se puede observar el añadido de un piso sobre la antigua azotea.

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La Quinta de los Ruiz. Tapia y garita de los jardines históricos catalogados.

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Foto familiar realizada en las primeras décadas del pasado siglo en los jardines de la Casa-Quinta de la Familia Ruiz López (actual Hotel Duques de Medinaceli). De pie, de izquierda a derecha, Tula Ruiz Golluri (madre de nuestro protagonista), María Ruiz Golluri, Joaquín Ruiz López, Joaquín Ruiz Golluri y Ana Ruiz Golluri. Sentados, de izquierda a derecha: María Jesús Ruiz Golluri, Emilia Morante Seytre, María Febrés Morante y Eduardo Ruiz Golluri. (Foto e identificación de Antonio Gutiérrez Ruiz, de su trabajo inédito 'La Quinta de los Ruiz').

juangavalaylaborde_puertosantamariaEl padre de nuestro protagonista era Ingeniero de Minas, compañero de promoción y amigo de Juan Gavala y Laborde , casado con Ana Ruiz Golluri. Aquí en El Puerto se conocieron su padre y Tula, su madre, y aquí se enamoraron, casándose en la capilla de la Virgen de los Milagros el 12 de diciembre de 1932. Firmaron como testigos entre otros, el propio Juan Gavala y el Duque de Vistahermosa. Castroverde y Sánchez Pérez, realizaron numerosas placas  de la ceremonia. (En la ilustración, detalle del cuadro de Juan Gavala, existente en el Instituto Geológico y Minero de España).
Establecieron su residencia en Madrid, en una casa-palacio propiedad de los García Loygorri en la calle Amor de Dios, uno de los edificios que conforman la manzana donde hoy se encuentra la Academia de la Historia,. Allí vivieron con su hermano Narciso, soltero y tres hermanas solteras de Adriano padre. Como el casado casa quiere, se trasladaron a una nueva residencia, en la calle Juan de Mena, cerca del Parque del Retiro donde nació nuestro protagonista, en 1934 y su hermana, en plena efervescencia de la preguerra incivil.

munozseca2_puertosantamariaVICISITUDES EN LA GUERRA INCIVIL.
A Adriano no le gusta recordar aquellos episodios, precisamente porque es huérfano a resultas del conflicto civil. Prefiere dejar que los muertos entierren a sus muertos. Recordar es volver a revivir sufrimientos que no hacen sino ahondar en heridas casi cicatrizadas. De ambos bandos. Su padre fue detenido el 18 de julio, junto a su tío Narciso y fusilados en Paracuellos del Jarama a las pocas fechas, con 50 años, por los milicianos. Su tío Narciso estuvo, precisamente, con Pedro Muñoz Seca, (imagen de la izquierda) en los últimos trances. Otro porteño, el que fuera ministro de Gobernación entre 1941-1942, Valentín Galarza Morante, consiguió salvarse. Su propia madre, Tula, detenida igualmente con su hija de pecho, fue salvada de la cárcel por que el Embajador de Cuba aduciendo su nacionalidad –oriunda- cubana, de su abuelo. De Madrid viajaron a Valencia, de allí en barco a Marsella, luego en tren a San Sebastián y en un tren de tercera a El Puerto, alojándose en la Quinta de los Ruiz. Hablamos del año 1937.

tula_ruiz_golluri_puertosantamariaAdriano recuerda que su madre, con la guerra ganada por el bando rebelde, recibió una llamada de la policía para que confirmara que el acusador de su padre era un conocido zapatero del barrio. Ella les explicó a sus hijos, en un ejercicio de generosidad y para nada revanchista que “--Ni estoy segura, aunque existen ciertas pruebas, ni voy  a ser responsable del ajusticiamiento de nadie. Bastante tendrá con su conciencia y con lo que ha hecho”. Adriano, sigue recordando, que “hay que olvidar y ser generoso. Aunque cada uno tenga sus ideas y sus opiniones. No tiene sentido. Aquello no fue nada bueno”. (En la imagen, una joven Tula Ruiz Golluri, fotografiada por Raymundo en 1918. Foto Colección AGLR).

DOÑA TULA ‘EMBAJADORA’ EN MADRID.
Cualquier porteño con problemas económicos y que necesitara asistencia médica cualificada, sabía que tenía en Doña Tula una aliada para sus cuitas. En su casa de Madrid recibió a muchos ciudadanos para que le buscara el médico, lo acompañara a la consulta, le consiguiera la cama de hospital, el alojamiento, e incluso alguna ayuda económica –poca, dado que no disfrutaba de un patrimonio holgado-. Y eso es algo que en El Puerto no se olvida. Precisamente la corporación presidida por Fernando T. de Terry acordó rotular una plaza con su nombre en la Barriada Luis Caballero.

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Plaza Tula Ruiz Golluri, en el centro de la Barriada Luis Caballero. (Nomenclator 2008).

ADRIANO Y EL PUERTO.

ruizgolluri_psmAdriano está unido a El Puerto por muchas razones, familiares y personales, y el único inconveniente que señala es que está a 654 kilómetros de Madrid. Casado con Carmen Verastegui Villafiero, con quien ha tenido dos hijos, y de momento tres nietos, está emparentado con tres alcaldes de El Puerto:  su abuelo Joaquín Ruiz y López, en 1904 y 1907; su tío Eduardo Ruiz Golluri, en 1930 y José de la Cuesta Aldaz, en 1903 y 1930. La hija de éste, Pepa de la Cuesta, casó con el hermano mayor de su madre, Joaquín Ruiz Golluri. El hijo de ambos, Joaquín Ruiz de la Cuesta –primo de nuestro protagonista—reside en Barcelona con algo más de 80 años y una mente muy lúcida, con quien gestionamos ponernos en contacto. (En la fotografía, Eduardo Ruiz Golluri, tío de Adriano).

josedelacuesta_psmAlgún día contaremos en estas páginas las alambicadas circunstancias que propiciaron la súbita ruina del que fuera alcalde José de la Cuesta. Los cuatro Adrianos de la familia, su padre, el mismo, su hijo y su nieto, han estudiado en los Jesuitas o lo va a hacer, como es el caso de su nieto. (José de la Cuesta Aldaz, tío abuelo de nuestro protagonista).

Adriano ha sido concejal (1995-1999) y teniente de alcalde (1999-2003) en el Ayuntamiento de Madrid, con responsabilidades en Medio Ambiente. Estuvo en nuestra Ciudad, como no podía ser de otra manera, cuando el Ayuntamiento inició las dedicatorias de la Feria de Primavera a diferentes ciudades y comunidades autónomas. En este caso, Madrid, en 1998. Quienes le conocen dicen que es, como su madre, un hombre fundamentalmente bueno.

adrianogarcialoygorri_cuadro_puertosantamariaDISCURRIR PROFESIONAL Y ACADÉMICO.
Tiene tratamiento de Excmo. Sr. Es Doctor Ingeniero de Minas por la Universidad Politécnica de Madrid. Catedrático de Geología General, Geología Estructural y Cartografía Geológica en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas de de la Universidad Politécnica de Madrid. Sus principales trabajos y estudios han versado sobre temas geológicos, en particular sobre la geología de los yacimientos españoles de carbón, así como otras relativas a temas más generales de los recursos minerales y del medio ambiente urbano. En la actualidad es Académico de Número en las Reales Academias de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, en la que tomaría posesión en octubre de 1990 y desde 2008 es su Secretario General y también en la Real de Ingeniería desde 1995. Prestó sus servicios profesionales en la Empresa Nacional Adaro de Investigaciones Mineras, llegando a ser Vocal del Consejo de Administración y de su Comisión Permanente. Ha sido Director del Instituto Geológico y Minero de España (1978-1980) y Vicepresidente de su Consejo General y Presidente de su Comisión Permanente; Director General de Minas e Industrias de la Construcción (1980-1982) además de Consejero Nacional de Educación. Ha pertenecido a los Consejos de Administración de diversas entidades y empresas ligadas a la minería y a la energía. Desde 2003 es presidente del Consejo Social de la Universidad Politécnica de Madrid; y en el año que corre, ejerce también la presidencia de la conferencia de Consejos Sociales  de las Universidades Públicas en Madrid, siendo asimismo en estos momentos Director de la Fundación para el Conocimiento Madridmasd. En el ámbito internacional ha sido vocal del Comité Consultivo de la Comunidad Europea del Carbón y el Acero y de la Comisión de Investigación del Carbón en la Unión Europea; Presidente del X Congreso Internacional de Estratigrafía y Geología del Carbonífero y miembro del Comité de Honor del XI Congreso, y representante de España en la Comisión Permanente Internacional de los Congresos de Estratigrafía y Geología del Carbonífero. Ha sido Director Técnico Adjunto de Unidad Eléctrica, Vocal del Comité Mixto de la Asociación Gestora para la Investigación y Desarrollo tecnológico del Carbón (OCICARBON). (En la imagen, Adriano en un cuadro existente en el Instituto Geológico y Minero de España, del que fue su director y presidente. El cuadro es de principio de los ochenta del siglo pasado).

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Esperanza Aguirre presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid, junto al rector de la Universidad Politécnica de Madrid, Javier Uceda (en el centro), y el presidente de la Conferencia de Consejos Sociales de la CAM, Adriano García-Loygorri (izquierda). Foto: UPM.

Sus trabajos han versado sobre temas geológicos y, en particular, sobre la geología y estratigrafía de los yacimientos españoles del carbón. Es Académico de Número de la Real Academia de Ingeniería, Presidente del Consejo Social de la Universidad Politécnica de Madrid, presidente de la Conferencia de Consejos Sociales de la Comunidad Autónoma de Madrid  en el curso 2008/2009 y Director de la Fundación para el Conocimiento Madridmasd.

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De izquierda a derecha, Ana “Toti” Pérez, Carmela Bernal, Carmen Aguilar, Rosa Valiente, Francisca Pérez, Chari, Milagros Bernal y Gertrudis. 18 de Octubre de 1958. (Colección Encarni Pulido. Foto Rafa).

«Cada una de las vecinas ha sacado dos sillas, una para sentarse y otra para ponérsela por delante con el espaldar metido entre las piernas y enganchar con la perilla los hilos de seda color de oro que han de formar la malla. Lo primero es hacer el gorro, la parte que entra en el gollete de la botella, es la parte más difícil de hacer. Yo todavía no he podido aprenderlo, así que espero a que terminen uno para ayudar haciendo los nudos grandes que son más sencillos. Ellas en la perilla de la silla sujetan seis hilos de seda después de haberlos anudados por las puntas uniéndolos entre si de forma cruzada como si fuera una trenza, de esta forma se va formando el gorro muy compacto. Cuando una de ellas ha terminado el primer gorro, me lo da a mí y yo voy anudando las seis puntas entrelazadas unas con otras para formar los rombos grandes que cubren la botella. Tengo como herramienta, un billete de tren, esto es, un cartón de dos centímetros de ancho por ocho de largo, el ancho del cartón es la medida exacta entre nudo y nudo, de esta manera salen todos los rombos iguales y parejos. Cuando la tengo terminada, se prueba metiéndola en una botella de litro de Terry, se aprieta fuerte por la base y una de las mujeres da el visto bueno. Estas mallas se van uniendo en paquetes de doce para meterlas en una caja de cartón hasta que viene Cressi por ellas». Fragmento del libro “Tres días en El Puerto de María” de Salvador Cortés Núñez, “el Chigüi”. Año 2005. (Mas información de las Mallas de Terry en la nótula 151, “Soledad Peña y las mallas de Terry”).

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Derribo a piqueta del Palacio de Cumbre Hermosa, en la esquina de las calles Valdés y Avda. de la Bajamar. En la actualidad existen unos cascos de bodegas  de Gutiérrerz Colosía.

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Casa del Marqués del Castillo de San Felipe, donde se derogó la Consittución de 1812. En la actulidad, dicho edificio contiene un centro comercial que, parece maldito, sus negocios no levantan cabeza. ¡Acaso la derogación de la Consittución por Fernando VII trajo aquella maldición!

Yo, muchas veces, me pregunto por qué causas se derribaron los Baños Termales o el Palacio del Marqués del Castillo de San Felipe (Larga, 74) donde Fernando VII derogó la Constitución de 1812 y donde en su huida vivió Espartero; los palacios que rodeaban la plaza del Polvorista; el Palacio del Marqués de Cumbre Hermosa y el del Marqués de la Cañada; por qué causas se derribó la que se creía Capitanía General de la Mar Océana, en la plaza de la Herrería; por qué causas se derribaron tantos palacios de cargadores a Indias; por qué se permitió el expolio y derribo del Palacio del Marqués de Purullena (ahora ¿rehabilitado?);

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Interior amueblado del expoliado Palacio de Villareall de Purullena.

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Edificio de la que se creía Capitanía General de la Mar Océana, derribado a piqueta, hoy sede central de Romerijo y viviendas.

Por qué se permite que el Hospitalito no se acabe; porqué las Cruces de la Sierra fueron robadas y no se han repuesto; por qué la fuente que estuvo en la plaza de la Pescadería y hoy en el Parque de Calderón ha sido maltratada; por qué las estatuas de la Victoria se ha ido partiendo a trozos; por qué las gárgolas góticas de la Iglesia Mayor Prioral están colmatadas de higueras y muchas se han desprendido y perdido para siempre; por qué se cayó, sin oficio ni beneficio, el artesonado de la Ermita de Santa Clara; por qué se permite un andadamiaje durante siete años delante del Palacio de Winthuyssen, en plena calle Larga; por qué se permitió el derribo, porque estaba entero del molino de la calle Jesús Cautivo;

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Antiguo Hospital Municipal, en semiruina, comido por las termitas.

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A la derecha, a mitad de la fotografía, el relativamente reciente derribado Palacio de las Cadenas, en su parte trasera, donde vivieron en 1729 y 1730 los Reyes de España.

Por qué el Hospital de San Juan de Dios está cerrado y se va a caer solo y sin que nadie haga nada; por qué el casco histórico es una pura ruina, sin habitantes... Todo esto es anterior a esta Corporación Municipal, que ha heredado una ciudad degradada e irreconocible, que era hermosa y envidiable. A ella yo le pregunto: ¿por qué no se utiliza la Ley de Patrimonio con los propietarios del Palacio de las Cadenas -con lo que queda-y se les obliga, como es de ley, a su restauración meticulosa? Porque el que compra un BIC, sabe lo que compra y a lo que se expone y, si lo que espera es que se caiga, apaga y vámonos. Que la propiedad se deje de coñas, de apuntalamientos y de monsergas, que ya se autorizó impunemente por la anterior Corporación el derribo de la parte del Palacio que daba a la Bajamar. Menos mal, digo yo, que ahora está el PP en el Ayuntamiento. No tenga yo que decir, como otros: "¡Cuerpo a tierra, que vienen los nuestros!" . (Texto: Luis Suárez Ávila).

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escudo_benjumeda_puertosantamariaEl pasado sábado día 7 de Agosto, se celebró en la Bodega "San José" de nuestra Ciudad, la I Reunión de la familia Benjumeda  A dicho encuentro asistieron 150 (136 adultos y 14 niños) descendientes o emparentados con los  Benjumeda Martínez de Pinillos. Una buena parte de ellos residen fuera de El Puerto (Madrid, Sevilla, Almería, Cádiz, Jerez, ...) e incluso en el extranjero, en países tales como  Bélgica, Holanda, Austria o Estados Unidos de Norteamérica. Durante la jornada se conocieron muchos miembros de la familia que no tenían más referencia que por oídas, por escrito o que incluso desconocían de su existencia y otros que, por vivir en lugares tan distantes, hacía tiempo que no se veían.

LOS BENJUMEDA LLEGAN A LA PROVINCIA.
El primer Benjumeda del que provienen los 150 congregados, entre descendientes directos o emparentados, José Nicolás Benjumeda Romana, llegó a Cádiz en el siglo XVIII, descendiente de Juan Benjumeda y Góngora, natural de Marchena (Sevilla). Las calles existentes en Cádiz en la capital de Cuba --La Habana-- con el apellido Benjumeda fueron rotuladas como reconocimiento a los méritos de dos eminentes médicos de esta familia.

benjumeda_gens_puertosantamariaAsí, José Benjumeda Gens, nieto del primer Benjumeda llegado a Cádiz, Catedrático que fue y primer Decano de la Facultad de Medicina de la capital gaditana, y en Cuba la de su hijo José Antonio Benjumeda Fernández, Catedrático de la Facultad de Medicina de La Habana. (En la imagen, José Benjumeda Gens).

Hasta donde los propios Benjumeda tienen datado, este es el árbol genealógico: Miguel Benjumeda - Juan Benjumeda y Góngora (Marchena) - José Nicolás Benjumeda Romana (1699) llegan a Cádiz - Pascual Benjumeda Rodríguez (1759) - José Benjumeda Gens (1787)  - José Antonio Benjumeda Fernández (1817) - José Luis Benjumeda Miranda (1869) casado con Francisca Martínez de Pinillos, engendrando a seis hijos: los Benjumeda Martínez de Pinillos:

benjumeda_fdez_puertoantamariaJosé Luis (1894) creando la rama Benjumeda Molleda (José Luis “Neno” (+), María Loreto, Milagros, Covadonga, Manuel (+), Pilar, Francisco (+) y Jesús; Francisca (1899, creando la rama De la Torre Benjumeda (Antonio (+); María Teresa (1903), creando la rama Molleda Benjumeda (Jesús (+), Luis (+), Sinforiano (+) Teresa, Milagros, María Eulalia y José Antonio (+); Antonio (1904), creando la rama Benjumeda Abreu (Antonio (+) Milagros, Paca, Juan Carlos, (+), Victoria, María, Fernando, María del Carmen, Javier (+) y Loti; Úrsula (1906) creando la rama Díaz Benjumeda (Francisco, Manuel, José Luis, Enrique); y Manuel (1908) creando la rama Benjumeda Osborne (Juan, Jaime (+), Margoti, Gonzalo, José María, Josefina, Eduardo, Ignacio, Jaime, Manuel y Luis). Y luego todos los descendientes de éstos... (En la imagen, José Antonio Benjumeda Fernández).

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Los hermanos Benjumeda Martínez de Pinillos, las seis ramas de las que descienden los asistentes al Encuentro del pasado 7 de agosto en El Puerto. (Imagen de 'La Gaceta Benjumeda', periódico editado con motivo de la convocatoria)

DESCENDIENTES DE LA MISMA RAMA.
Los reunidos en la Bodega San José son descendientes de José Luis Benjumeda Miranda, cumpliéndose este mismo año el centenario de su fallecimiento. Así descienden de sus sus seis hijos que conforman las seis ramas que se reunieron el sábado: los Benjumeda Martínez de Pinillos. Los allí congregados constataron que e cumplían tres tradiciones en la familia: la primera es que la profesión de médico era una constante, aunque en la actualidad ninguno ha llegado a ser catedrático o decano de facultad, como fue el caso de algunos de sus antepasados. La segunda tradición es que se ha mantenido el nombre de José, existente en todas las ramas y transmitido a lo largo de las diferentes generaciones. La tercera es que el nombre de Úrsula, que tenía la tatarabuela, transmitido por la rama de los Díaz Benjumeda hasta sus actuales hijas, las más pequeñas.

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ASISTENTES.

Ni sabemos ni podemos poner el nombre de todos los asistentes, empero, si afirmamos que, entre otros estuvieron: Milagros Benjumeda Abreu, Vda. de Pedro Troya Zamudio.  María del Carmen Benjumeda Abreu, casada con  Rafael Díez Vergara, y sus hijos Rafael casado con Ana Andréu y Santiago;  María Asunción Benjumeda Abreu, viuda de Rafael de la Calle Romero, residente en Jerez.   Victoria Benjumeda Abreu, viuda de José Antonio Micheo de la Loma, con sus hijos Victoria Eugenia Micheo Benjumeda, residente en Holanda y casada con un coronel que trabaja para la OTAN: Cristóbal Guerrero Suárez; José Antonio, Iñigo, Marta, María Valvanera, Alvaro y Gonzalo (los dos residentes en Madrid), Fernando, Miguel casado con Aurora Gómez Agar y Manuel residente en EEUU, casado con Michelle Glass. Francisca Benjumeda Abreu, Viuda de Miguel Sánchez Cossio Muñoz. Carlota Benjumeda Abreu, casada con Vicente González Lechuga y sus hijos Vicente y Fernando González Benjumeda, casados respectivamente con María del Mar Conde y Carmen Noelia Martínez de Murga Guevara. María Eulalia (Marula) Molleda Benjumeda, acompañada de su marido Rafael Redel Hernández. También asitió su hija mayor Reyes y su marido Luís Cuervo Spottorno que vinieron desde Bruselas, ya que él trabaja en la  Comunidad Europea.

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Victorina Arrobas Vila, Viuda de Antonio Benjumeda Abreu y sus hijos Luis con su mujer Elke Hois, que vinieron de Austria; y Antonio con su esposa Aurora Bravo Garcés, que vinieron desde Sevilla. Fernando Benjumeda Abreu, único varón que queda vivo de dicha generación, su mujer María del Carmen García Román y su hijo Fernando Bernjumeda García. La viuda de Javier Benjumeda Abreu, fallecido recientemente, María del Carmen Lobato Galán, nieta de Patesca. José Luis Díaz Benjumeda, esposa, hija y sobrinas, residentes en Sevilla. Los Benjumeda Peñafiel, hijos de Juan Benjumeda Osborne: Alberto, Ana, Blanca, Jorge, Juan, Marta, Pilar y Rafael. Ademas, estuvieron el General de División del Ejército del Aire,  Manuel, Benjumeda Osborne y sus hermanos Ignacio, José María, Juan, Luis y Margoti, menos Josefina que vive en EEUU. Los Díez Benjumeda, entre ellos el artista pintor, autor del cartel de Feria de El Puerto, del año 2007, Santiago Díez Benjumeda. Piluca Benjumeda Molleda, viuda de Eduardo Ballesteros Morales, conocido analista clínico y sus hijos Begoña, Eduardo, Joselo, María y Pilar Ballesteros Benjumeda, y sus respectivos entre los que se encontraba el marido de Begoña, Antonio Ojeda Guerrero. Desde Almería, Rafael Molleda Fernández, casado con María Isabel Mata Almodóvar y sus hijas Isabel y Aurora. Desde Madrid, María Antonia Andrade García-Moreno, Vda. de Luis Molleda Benjumeda y su hija María Antonia, periodista, que trabaja en el gabinete de prensa del PSOE en la calle Ferraz.

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Desde Sevilla, María Úrsula Díaz Manzano y su marido José Manuel Luca de Tena Córdoba, con sus hijas Úrsula y Carmen, es la hija mayor de los Díaz Benjumeda y fue la promotora de llamar a la rama de Sevilla. Margot Benjumeda Osborne, casada con Enrique del Pino Bohórquez, residentes en Jerez, y sus hijos Margarita, Beatriz, Enrique, Miguel, Jaime, Patricio, con su mujer María del Carmen Ramírez Sánchez. María Angustias León Orozco, Viuda de Juan Carlos Benjumeda Abreu, con sus hijos, hija María Angustias, Juan Carlos casado con Rocío Luque, Enrique casado con Verónica O'Neale Moreno-Luque, ambos residentes en Jerez. Los Letang Arévalo, Ana y Enrique y los Letang Benjumeda: Enrique, José Luis, Juan, Marta, Raquel, Fernando, y Fernando Letang Velarde y Fernando Gil de Sola Letang y Francisco Gil de Sola Costell. Y Cristina y Ana Azcárate Benjumeda.  Los hermanos Javier, Juan y Patricia Gil de Biedma Benjumeda.

Y otros apellidos presentes emparentados con los Benjumeda, por alguna de sus seis ramas: Andreu, Berzal, Bebitori, Caamaño Aramburu, Cuervo Spottorno, Cruz, De la Torre Bononato, Elvira, Gálvez, Gómez, León Orozco, Lobato, Luca de Tena, Luque, Mata Almodóvar, Monguió, Pascual de Pobil, Brice Peton,  Redel, Rodríguez Mendoza y Rodríguez Romero, Rubio, Sebastián Garicano, Seoane, Soneira, Sordo, Federico del Valle, y los Worth del Pino, Carla y Margarita, cerrando la lista de 150 familiares reunidos.

ursulamiranda_cadizPREMIOS Y DISTINCIONES.

Como no podía ser de otra forma, al finalizar la comida, se hizo entrega de una Botella de Vino Conmemorativa «Señorío de Benjumeda» Rioja Crianza de 2007, etiquetado especialmente para la ocasión por Vinícola Jarrera. Así, en primer lugar repartieron a las personas de mayor edad de cada una de las seis ramas de la familia presentes en el Encuentro, que les fueron entregadas por las chicas de las generaciones más jóvenes. (En la imagen, Úrsula Miranda).

  • De la rama Benjumeda Molleda, para Mari Benjumeda Molleda, decana de la reunión. De la rama de la Torre Benjumeda, para Angelita de la Torre Bononato.
  • De la rama Benjumea Abreu, a Milagros Benjumeda Abreu.
  • De la rama Molleda Benjumeda, a Marula Molleda Benjumeda, agradeciendo su desplazamiento desde Madrid.
  • De la rama Benjumeda Osborne, a Juan Benjumeda Osborne, agradeciendo la numerosa presencia de esta rama en el evento familiar.
  • De la rama Díaz Benjumeda, a José Luis Díaz Benjumeda, quien durante el encuentro se reunió, tras muchos años, con su madrina Mari Benjumeda Molleda.

lagacetabenjumeda_puertosantamariaOtras botellas de “Señorío de Benjumeda” fueron entregadas a José Luis Letang Benjumeda, por ser el primero en apuntarse al evento. A Luis Benjumeda Arrobas, por su rápida respuesta al ser el primero en abonar las cuotas. A Jesús de la Torre Bononato, por sus gestiones en la celebración del encuentro. A Francisco Gil de Sola Costell, por su trabajo en las cuestiones organizativas. A Javier Sordo Letang, por la elaboración de un periódico conmemorativo. Otra botella para la desconocida Daniela, cuyo apellido no se conocía en el momento de celebrarse el ecuentro. A Manuel Micheo, que vino expresamente de EEUU para la ocasión, acompañado por su mujer, Michel Glass. Y otra por su inicial colaboración, poniendo en contacto a la mayoría de la familia, al colaborador de Gente del Puerto, Vicente González Lechuga, autor de las fotos que ilustran esta nótula. (En la imagen, portada de 'La Gaceta Benjumeda').

Las organizadoras del evento fueron las hermanas Raquel y Marta Letang Benjumeda, hijas del Comandante Letang Brouillon, constructor del desaparecido lugar de celebraciones y caseta de Feria ‘El Cortijo’ del Paseo de la Victoria. Para el próximo encuentro, dentro de tres años, Gente del Puerto se permite recomendarles entregar a los premiados botellas de Vino Fino, Oloroso y Amontillado, de alguna de las bodegas de El Puerto, unos vinos para paladares exquisitos, como son los de los Benjumeda.

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Antonio Collantes Ramos, con nótula numero 303 en Gente del Puerto,  conoció La  Placilla en todo su apogeo, a mediados de la década de los cincuenta del siglo pasado. Estuvo de aprendiz de peluquero, con 9 años, en la barbería de Manolo Cordones, frente al puesto de Agustín Vela. Conocía a todo el mundo y le llamaban el Oliver Twist pues era un niño pequeño que hacía los mandados de todos, de toda la Placilla: el Tobalo, el Peca, Juan el de Tejidos las 3B, el tío de Manuel Gutiérrez 'el Cochino' (nótula núm. 284), su benefactor que fue quien le compró su primer par de zapatos, ... Recordemos la aquella Placilla de los últimos años de la década de 1950.

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El puesto de Agustín Vela, al aire libre, pero protegido por toldos. (Foto Familia Vela)

Empezando por la calle Luna, en la pared de la derecha, nos encontrábamos con el Carrillo de Severo, (nótula núm. 104), a continuación estaba la entrada de artistas del Teatro Principal, (años mas tarde Kiliki montaría un bazar juguetería al aire libre delante de aquella fachada), luego estaba la frutería verdulería de 'La Bigotona' y a continuación la alpargatería 'La Jerezana'.

aceitunero__puertosantamariaLe seguía la antigua pescadería de los hermanos Gago, cuyos descendientes tienen el Bar 'El Nuevo Pescaíto' detrás de la Clínica Santa María de El Puerto. A continuación venía el Restaurante Económico 'La Placilla, de Manuel González Ceballos y aquella cafetera de agua caliente... cuyos primos regentaban el restaurante del Hostal Loreto. Hoy se encuentra otro establecimiento con el nombre de 'La Placilla', una tienda de electrodomésticos. Luis el de 'la Liebre' en una accesoria de la casa donde Agustín Vela (nótula núm. 326) tenía primero, su puesto y años mas tarde, una tienda de frutas. A continuación venía Juan, el de lo Tejidos Las Tres B (Bueno, Bonito y Barato); le seguía Encarna, 'la de la sangre con tomate' en un local ancho, profundo y oscuro donde se comía un guiso de sangre que 'quitaba como tó el sentío'. La tienda donde se vendía huevos y queso, y donde trabajaba Luis el de los Huevos (nótula núm. 203), que cantaba aquella copla de "Yo soy Luis el de los huevos, parezco una pescailla, pero cantando y bailando, valgo más que toa Sevilla". (En la imagen, Antonio 'el Aceitunero', delante de Casa Plácido, de la que era repartidor Luis 'el de los Huevos'. Foto Carlos Pumar Algaba).

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El almacén de Nicanor Gómez, esquina de La Placilla con Ricardo Alcón.

Doblando la esquina con la antigua calle Correo, hoy Ricardo Alcón, nos encontrábamos con una bodega de los Gil de Reboleño, donde Antonio Gil de Reboleño, en la actualidad prestigioso farmacéutico, ayudaba despachando vinos  a los hermanos Victoriano y Pepe, ambos porteros que fueron del R.C. Portuense. Enfrente la Tienda del Caracol, de vinos y tapas y a su lado el refino de Luis el de los Muertos (nótula núm. 150). A continuación y haciendo esquina el Almacén y Bazar de los Nicanor (nótula núm. 080), donde Lalo lucía una de las mejores y ceñidas cinturas de El Puerto, talle 34. Seguía la carnicería de Insúa, el Bar Rábago, y al fondo, en la calle Ganado, La Pastora (entonces de los Gómez, hoy de los Ojeda), la panadería donde se vendían avellanas tostadas, suspiros y aquellos panes blancos que quitaron tanta hambre... Allí trabajaba Ricardito.

Romualdo__2_puertosantamariaPero volvamos otra vez a la calle Luna. Iniciemos de nuevo el recorrido, esta vez desde la acera de enfrente al Teatro Principal y al carrillo de Severo. En la esquina con Luna el almacén de ultramarinos de los hermanos Genaro, donde hoy se encuentra una tienda de Telefónica. A continuación venía la ZapatEría Heredia y junto a ésta, años mas tarde, pondría Juanito Malete una frutería. Le seguía el Cafetín, de Angel Sordo y su hijo Maximino (nótula núm. 003), haciendo esquina con la calle Santa María. En la otra esquina de Santa María con La Placilla estaba el almacén de Leopoldo Castiñeira Gómez, el cual le preparaba a Antonio bocadillos de recortes de chorizo. Luego se econtraba la Barbería de Manuel Cordones. A esa casa, con entrada por la calle Santa María se iría a vivir la familia Saura, quien formara la conocida sociedad de trasnportes Alemán y Saura. En esa casa, igualmente, Carmelo Ciria Pino, instalaría la primera emisora por cable que los comerciantes del centro de El Puerto ofrecieron a sus clientes. Un amplificador, un micrófono, un tocadiscos y unos altavoces amenizaban las compras en La PLacilla a finales de los cicuenta. La Bota de Oro, zapatería aun existente en la calle Luna arriba, patrocinaba el concurso "Es Vd. la madrina de sus pasos" en "Las Mañanas de la Plaza", regalándose un par de zapatos a los ganadores. (En la imagen, Romualdo, mandadero y aguador. Foto Arturo Palomino).

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Un billete 'full' de 7.500 pesetas, con la imagen de José Sánchez Sousa, de la charcutería confitería Los Dos Pepes, nombre puesto en referencia a él y a su hijo Pepe. Realmente era un participación de un billete de lotería, con una fotografía del Bar Vicente, que antes de pasar a su actual propietario era regentado por el propio Sánchez Sousa.

laplacilla_losleones_puertosantamariaLuego vendría la tienda de Los Dos Pepes, el de los picos brasileños, extravagante personaje que bien merece nótula aparte. Baste recordar que viajaba en su Mini, con un maniquí sentado al lado en el asiento del copiloto y que editaba billetes de 500 pesetas con su efigie, que luego sería la Confitería La Perla. En la Casa de los Leones, hoy apartamentos turísticos, vivía la famlia de los Rodríguez Ceballos, propietarios del 'Bar Casa Paco Ceballos' el de las populares 'pavías rebozadas' y el "Bar Liba" al frente de cuyos establecimientos se encuentran en la actualidad Baldomero e Ignacio Rodríguez Sánchez, en el primero y Paco en el segundo.  Y cerrando el recorrido el Bar Vicente (nótula núm. 014) haciendo esquina con la calle Sierpes. Allí eran famosas las tertulias con Rafael Moreno Porto, 'el Lengue', Don Buenaventura,  Ramón Insúa, el tío de Manuel Gutiérrez Morillo, el Calé, Anzonini, el Chano y junto a otros cantaores, que con la fresquita se reunían a tomar café y a ver pasar a la gente que desfilaba por los ambientes de la Plaza. (En la imagen superior, una señora vendiendo frutas y hortalizas en la casapuerta de la Casa de los Leones. En la imagen inferior, los puestos al aire libre de la calle Sierpes).

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En el centro de La Placilla y adosado a algunas paredes, se instalaban puestos desmontables o no. El de Sal de Diego, los dos Aceituneros, el puesto de Bollos de Miguel Salguero (nótula num. 350), que saldría ardiendo, el puesto de charcutería instalado por el de los picos brasileños, montado por todo lo grande para la época... el puesto de ”quita y pon” de vajillas de cerámica de Domingo Ajenjo y el de verduras y hortalizas de María y el “Toto”,  el carrillo de Carmelita “La Rubia”. En la esquina de la calle Santa María se intalaba, cada 15 días, un camión con charlatanes de feria que vendían por lotes: 3 mantas, 2 sábanas, 1 peine y 1 bote de algo... También por esa esquina se hacían las descargas rápidas de los camiones con fruta y verduras de extraperlo procedentes del campo, es decir que no habían pasado por el puesto de Consumo y no habían pagado los arbitrios o impuestos correspondientes al Ayuntamiento.

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La churreria de Miguel Salguero, en un puesto de madera que salio ardiendo.

Y la picaresca de la época. En la España de entonces algunos ciudadanos aprovechaban las aglomeraciones en las tiendas, a veces con la complicidad del tendero, para 'rozarse', si no algo más, con alguna clienta inocente. En cierta ocasión una de las agredidas lo denunció ante la autoridad de La Placilla y, el guardia Salas destinado allí, aplicó la justicia sobre la marcha y además del guantazo que se llevó el agresor, propietario de una tienda, se lo llevó detenido dejando el negocio sin dependiente, ante la burla y el escarnio de su parroquia. También, en alguna tienda que por respeto a los herederos no mentamos, se organizaban improvisadas “Casas de Trato” para alivio del entorno de los amigos del dueño y clientes fijos, que tenían un triste plus en aquella época de penurias y pobreza.

jula_jula_puertosantamariaPERSONAJES POPULARES.

Muchos personajes populares (nótula núm. 144) deambulaban por La Placilla y La Plaza o Mercado, buscándose la vida. Romualdo ('Remujardo'), Joselito 'el Caca', mandadero al que los chiquillos mortificaban con sus bromas; Kiko 'el Betunero', Dominguito, el hermano de Antoñita, la novia víctima de 'El Arropiero'. 'Coquinete' un señorito venido a menos, sin oficio ni dinero que todos los días bajaba a afeitarse, limpiarse los zapatos, fumarse un puro o tomarse una copa de vino fino en 'La Perdiz' y todo sin costarle un duro, 'de gañote',  gracias a la bondad de sus 'patrocinadores': el barbero, el dueño del bar, un cliente que le pagaba el betunero y otro la copa de vino; el caso es que vivía como pudiente, sin trabajar. Otro personaje, 'Caneco', que siempre hablaba con su media lengua, de su hijo. Y Javier Julo Julo, o 'el Mula', personaje pintoresco, aficionado al vino tinto, que cada vez que era convidado soltaba la siguiente retahila: "--Me cago en los sentimientos católicos de las tuberías del Valdepeñas". (En la imagen, el Julo Julo, en una bodega de los Gil de Reboleño, posando en plan caricato ante la camara. Foto AGRI)

La plaza, el Mercado, era otro territorio, otro ámbito, otra gente...

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fernandomonguiobecher_puertosantamariaDe padre catalán -de ascendencia italiana- y madre austríaca, Fernando Monguió Becher (Madrid-1917 El Puerto de Santa María-1995) nació la víspera de Reyes, viviendo sus primeros años en Austria con su madre, Agnes Becher Seite, en la ciudad Waltersdorf an der March, fronteriza con Eslovaquia, donde realizaría sus estudios primarios. Regresa con su madre a España en 1927 y entonces aprende el castellano.

El año del nacimiento de Fernando es previo a la I Guerra Mundial. Se publica “Platero y Yo” de Juan Ramón Jiménez y Antonio Machado sus “Poesías Completas”. En Berlín se crea UFA (Universo Film AG), la famosa empresa cinematográfica. Ese año nace el economista y escritor español, José Luis Sampedro, el novelista británico Anthony Burgess y el mejicano Juan Rulfo, así como el que llegaría a presidente norteamericano John F. Kennedy e Indira Ghandi, --ambos asesinados en el ejercicio de sus cargos--, los actores Fernando Rey y Robert Mitchum. En 1917 recibe el Premio Nobel de la Paz el Comité Internacional de la Cruz Roja. Difícil lo tendría en los años venideros.

Estudia el bachillerato bilingüe en Madrid, en el Colegio Alemán, en alemán y español, trabajando como aprendiz en la sucursal del Banco Dresnerbank y luego en el Banco Germánico de la América del Sur. Previsor, sus ahorros los dedica a viajar y perfeccionar los idiomas, recorriendo Europa en unos años sumamente complicados: Alemania, Francia y la otrora española Filipinas, entre otros lugares del mundo que recorrió, gracias a sus conocimientos de sus lenguas maternas: alemán, español, además del inglés y francés y algo de italiano.

teatrodelacomedia_madridCON PRIMO DE RIVERA.
Desde muy joven se introduce en los ambientes políticos de la época.  Durante la II República se afilia al grupo político monárquico del Dr. Albiñana. Ello le permite entrar en contacto con el entorno de José Antonio Primo de Rivera y asistió al Teatro de la Comedia el 29 de octubre de 1933, formando con 19 años, parte de la guardia de vigilancia durante el acto allí celebrado que dio lugar a la fundación de la Falange Española, poco después. En 1934 es nombrado Jefe de la 3ª Falange de la 3ª Centuria de la FE de las JONS. Igualmente, en octubre de 1934 resulta elegido presidente del Sindicato de Empleados de Oficinas y al mes siguiente, en noviembre empieza la carrera de Derecho en la Universidad Central de Madrid. (En la imagen, vista del escenario con la mesa de oradores, en el Teatro de la Comedia).

Fue detenido -por tercera vez- el 22 de mayo de 1936 por custodiar en su casa unas armas que le había confiado la Falange, en aquel convulso Madrid de la preguerra incivil y encarcelado en la Modelo. Tres meses mas tarde, la cárcel es asaltada por los milicianos y se producen sacas de diversos grupos entre los que se encuentra Fernando Monguió, conocido entonces por Fernando Becher (su apellido materno).

fernandomonguio_carne_puertosantamariaMONGUIÓ, FUSILADO.
El 22 de agosto de 1936 ocurre la tragedia y tal y como cuenta Diario de Cádiz en un artículo publicado en noviembre de 1998: «En la madrugada del mencionado día junto a sus compañeros de celda fue dispuesto en el patio de la prisión para ser fusilado. Los siete impactos de bala que recibió le alcanzaron en brazos y piernas, mientras que varios cadáveres lo cubrían. La suerte le acompaño además cuando al guardián que efectuaba los tiros de gracia se le encasquilló la pistola. Pocas horas después, Agnes Becher, se personaba en la prisión para solicitar el cadáver de su hijo, aludiendo además a la doble nacionalidad de la familia. Fernando Monguió seguía vivo y se restableció de las heridas. [...] El nombre de Monguió permaneció en la relación del “Monumento de los Caídos” en Madrid, pese a que residía plácidamente junto a su mujer y diez hijos en El Puerto.» (En la imagen, el carné de falangista de Fernando Monguió).

Monguió inició, herido, un nuevo periplo por Europa, aquella Europa que conocía de su etapa de estudiantil. Fue atendido de sus heridas en la Embajada de Austria donde le facilitan un pasaporte de ese país. El 25 de agosto volaría hacia Alicante y de ahí a Lisboa. En septiembre llegaría a Hamburgo, saliendo de Altemberg (Alemania) de dicho país en dirección, de nuevo a Lisboa. Luego vendría Salamanca, Burgos...

fernandomonguio_teruelPRESO DE LOS REBELDES O “NACIONALES”.
Continúa Diario de Cádiz «Fernando Monguió también conoció la cárcel de bando nacional durante la Guerra Civil. Tras la muerte de Primo de Rivera apoyo a Hedilla en la negativa de fusionar Falange con los Tradicionalistas, como era el deseo de Franco, lo que le supuso unas semanas en prisión. Su valía como soldado y sus conocimientos de alemán le permitieron cobrar pronto la libertad, para incorporarse como instructor en las academias de militares de Avila y Miranda del Ebro. Recibió varias condecoraciones por su labor en la guerra y fue herido en la toma de Teruel.» Entre otras: la Medalla de Sufrimientos por la Patria, Medalla del Mérito Militar, Medalla de Campaña, Cruz Roja del Mérito Militar y Cruz de Guerra, además de la Medalla de la Vieja Guardia con Cinta del Yugo y las Flechas y Pasador de dos Flechas Blancas. (En la imagen, en el frente de Teruel).

SU VIDA PROFESIONAL Y EL PUERTO.
Finalizada la contienda, concluye la carrera de Derecho en 1943, renunciando a los “exámenes patrióticos”, aquellos en los que se aprobaba a los universitarios más por los servicios prestados en trincheras que por sus conocimientos. Oposita al Cuerpo de Corredores de Comercio y, en 1945 obtiene plaza en Santa Cruz de Tenerife. Se casa con la jerezana María del Carmen Vecino, con quien tendría  10 hijos, el mas pequeño de los cuales, Darío, se ha dedicado a estudiar y divulgar la vida de su padre. Luego pide traslado a la península para cambiar de clima y es destinado a Arcos de la Frontera, de allí a Sanlúcar en 1951 y 10 años después a El Puerto, el 5 de enero de 1961, donde ejercería su profesión hasta 1987, año de su jubilación y donde pasaría la mitad de su vida. Permanecería jubilosamente jubilado y con una importante actividad intelectual hasta el final de sus días, acaecido el 29 de octubre de 1995, con casi 79 años

fernandomonguio_libro_puertosantamariaACTIVIDAD INTELECTUAL.
Monguió se distinguió, complementariamente a su labor como corredor de comercio, abogado y procurador de los tribunales, por sus trabajos de investigación histórica y sus artículos periodísticos. Se diplomó en Genelogía, Heráldica y Nobiliaria por un instituto perteneciente al CSIC. Fue miembro de la Academia de San Romualdo de San Fernando, del Centro de Estudios Históricos de Jerez, del que llegaría a ser su vicepresidente. Perteneció al Instituto Argentino de Ciencias Genealógicas. Fue Caballero de de la Orden Hospitalaria de Cádiz y miembro de la Cofradía Nobiliaria de Caballeros de San Ildefonso y San Atilano, de Zamora. Hacía maquetas de barcos, pintaba, ...

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antonioalvarezherrera_1983_puertosantamariaAntonio Álvarez Herrera nació el 14 de abril de 1931, por lo que, al iniciarse la Guerra Incivil contaba con apenas cinco años de edad. Hijo de un tonelero, Agustín y de Antonia, (el padre era socialista y la madre comunista y estuvo presa durante la rebelión militar de 1936) nació y vivió en la calle Capillera, núm. 9. Estudió en el Colegio del Polvorista y luego trabajaría como aprendiz con su hermano Pedro en el taller de tonelería de su padre. Entraría en Bodegas Caballero de aprendiz –en la bodega haría de todo— fundamentalmente como arrumbador, jubilándose de Capataz. Se casó con Isabel Oreni Mayi y tuvieron tres hijos: los gemelos Agustín y Fernando y María Antonia, que pasa largas temporadas en Galicia.

El mismo día de su nacimiento se proclamaba Segunda República Española, el estado que existió en España en el período que abarca desde el 14 de abril de 1931, fecha de proclamación de la misma y de la salida de España del rey Alfonso XIII, al 1 de abril de 1939, fecha de la victoria definitiva del bando insurgente en la Guerra Civil Española que siguió al golpe de estado del 17 de julio de 1936.

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Proclamación II República. Manifestación ante el Ayuntamiento.

Durante este periodo se llevaron a cabo diversas reformas, como la agraria, pero que en la mayoría de los casos no cumplieron con las expectativas. A la par, la falta de progreso acrecentó también paulatinamente el malestar del proletariado. Tras múltiples huelgas, levantamientos populares y cambios de mano en el poder, se produjo un levantamiento por parte de militares rebeldes el 17 de julio de 1936 que desembocó en la Guerra Civil Española, que a Antonio le cogería con pocos años. Y luego vendría una dura posguerra.

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De Izquierda a derecha, Juan Fariñas Sabariego (el Cai), Antonio Álvarez, Rosso que está casado con Maruja Escalante y el Rubio, camarero durante muchos años del Bar Liba.

Antonio era un revolucionario carismático. Convencía y se hacía respetar; todavía recuerdan quienes estuvieron con él reuniones con el Gobernador Militar del Campo de Gibraltar o con los obispos Añoveros o Cirarda. Antes de militar en el Partido Comunista de España (PCE) fue enlace sindical en el sindicato vertical. Llegaría a alcalde merced al pacto de las izquierdas en 1979 y estaría en el puesto de primer edil dos años y cuatro meses, hasta que lo hicieran dimitir en septiembre de 1981. Volvería a la política de la mano del Grupo Independiente (GI) en 1983 y con el PSOE entre 1987 y 1991, partido en el que se integraría. La Corporación Municipal  le concedió el nombramiento de Alcalde Honorario en 2006, pero no pudo recogerlo por su fallecimiento, tras una larga enfermedad. En 2008, el Ayuntamiento Pleno le entregaría dicho título a la familia.

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Fila de arriba. Izquierda a derecha: Rafaelin jugador que fuera del Racing Club Portuense, desconocido, desconocido, Antonio Álvarez, desconocido, desconocido. Fila de abajo agachados: Izquierda a derecha: Pepe Ruiz, Bizco Amalia taxista y aficionado a la bici, familia de los Balcón y del Bar El Chino, desconocido y el ultimo de la fila es Parrita, el mejor aficionado del Racing de toda la historia.

DETENCIONES.
Vivió muchas detenciones a lo largo de su vida como activista sindical y político. La primera en 1964 tras una manifestación que acabó con encierro en la iglesia. En 1965 participó en un nuevo recorido reivindicativo que partió desde el Pilón de San Juan y,  a la altura de la calle Luna llegó la Policía y detuvo a Antonio Álvarez, Esteban Caamaño y algunos más, siendo llevados al Depósito Municipal Carcelario existente en la Plaza de Isaac Peral, junto al antiguo Ayuntamiento. Unos 300 trabajadores se concentraron en la Plaza, liberándolo al poco tiempo. La segunda detención la vive en 1967, convocada por el sindicato local de la Vid, que se va convirtiendo poco a poco en huelga general al adscribirse varios gremios. Lo acaban dejando libre. Lo juzgan en Madrid por estos hechos el Tribunal de Orden Público (TOP) y resulta absuelto.

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De izquierda a derecha, arriba, Francisco García Maíquez, apoderado que fué delantiguo Banco Central, el segundo es Pedro, tío de Antonio; a continuación Perico, su hermano, fallecido prematuramente; con sombrero Agustín, padre de Antonio; Antonio Álvarez es el quinto de esa fila, Antonio Peluffo, padre de Mario Peluffo y al final se encuentra Juan La O Ramírez, pescador. Agachado el primero de la izquierda es el Titi, tío de Antonio. La fotografía está tomada en la confitería de Perico, el hermano de Antonio.

De nuevo y con lo que se conoce como 'la caída de Chiclana' es detenido en 1968 junto con Federico Iglesias, lider provincial de CCOO. Vuelta a la huelga general de los trabajadores de la vid, con encierros en la parroquia de San Joaquín y en el Edificio del Sindicato Vertical, entonces situado donde hoy está el Edificio Vista Alegre, en Micaela Aramburu. En 1969 se produce una nueva huelga de los viticultores, además con denuncia del Convenio de la Vida, y se inicia una huelga del Metal (Matagorda, Bazán y Astileros de Cádiz) y al final de enero de 1970 la Policía Armada toma El Puerto. Lo detienen y junto a 26 más el TOP lo condena a cinco años de cárcel de los que cumple tres. En prisión lideró una lucha para mejorar las circunstancias de vida de los presos, tanto políticos, como comunes, lo que le produjo un agravamiento en sus condiciones carcelarias, pasando por las celdas de castigo; ello produjo una huelga de hambre en la cárcel, empezada, precisamente por los presos comunes. Por delito de asociación ilícita padeció la cárcel en El Puerto, Carabanchel, Jaén y Cádiz. Del desaparecido penal gaditano recuerda la perenne pestilencia del vertedero que se encontraba contiguo al recinto penitenciario.

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Fila superior, los profesores Ventura Lozano y Manuel Martínez Alfonso, a la sazón director del Instituto Laboral y con el tiempo uno de los últimos alcaldes del anterior régimen político, al final de la fila, Antonio Alvarez. El último de la fila de abajo de izquierda a derecha es Agapito de Serdio, hermano de Celestino del Bar las Cadenas. Es un curso de los llamados P.P.O, cursos de formación para distintas profesiones bajo la dirección del Ministerio de Trabajo de la época. Años de los 70.

LA TRANSICIÓN.
Antonio contribuyó a la creación de la Junta Democrática y con posterioridad, la Coordinadora Democrática, previos a la transición política. En enero de 1977, tras los asesinatos de los abogados de Atocha hubo una fuerte contestación y luego vendría la huelga de los marineros, que tuvo una fuerte represalia en El Puerto, con encierro en la parroquia de San Marcos. Esa Semana Santa, el sábado, se legaliza el Partido Comunista (Miguel Marroquín sería el secretario general del PCE local entre 1974-1981) y se empieza a configurar las CCOO en libertad, con Mario Peluffo Rojas como primer secretario local,  habiéndolo sido Antonio Álvarez hasta ese momento y habiendo ocupado igualmente, puestos de responsabilidad a nivel nacional y andaluz.

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Primer Corporación Municipal de los Ayuntamientos Democráticos. A la izquierda, Antonio Alvarez Herrera, antes de su proclamación como alcalde. Entre el público, funcionarios y militantes de partidos políticos. El salón estaba decorado en tonos rojos, antes del triunfo de 'los rojos'. (Foto Rafa).

PRIMER ALCALDE CONSTITUCIONAL.
En 1979 lidera la lista del PCE a la alcaldía de El Puerto, en las primeras elecciones democráticas y, merced al pacto de las izquierdas, con el apoyo del Partido Socialista Obrero Españo y Partido Socialista de Andalucía, obtiene la alcaldía, que ejercería durante dos años y cuatro meses (abril 1979- septiembre 1981). Durante aquel periodo, inexperto y convulso, empero ilusionante, Antonio capitaneó grandes logros: la creación de los Museos Municipal y el de Alberti, la recuperación del Palacio de Araníbar, para sede de Justicia, el Plan de Depuración Integral de vertidos de la Ciudad, el traslado de la Feria a su actual Recinto de Las Banderas, y las aprobaciones iniciales de las diferentes variantes de las que hoy, 30 años después, disfruta El Puerto, amén de los primeros pasos para el desdoblamiento de la antigua Nacional IV.

alvarezherrera_alberti1_puertosantamaria"--Los acreedores como Sevillana de Electricidad o la Confederación Hidrográfica, nos exigían el pago de sus deudas, para poner trabas a la labor de los ayuntamientos del PCE, como el de El Puerto. Tuve que pedir préstamos para salir del primer trance". De su truncada misión de la Alcaldía lamenta especialmente no haber podido llevar adelante el PGOU, que podía haber estado listo a principios de los 80. "--Con un Ayuntamiento estable el plan hubiera salido con prontitud y la ciudad llevaría años por adelante porque inversiones que pasaron a otros pueblos se hubieran quedado aquí". Alvarez, además de enamorado de El Puerto, comprende que pese a los vaivenes de la política local, la ciudad sale airosa porque "tiene lo que le falta a localidades de su entorno. Tiene mar, que no tiene Jerez o tiene espacio, que no tiene Cádiz", explicaba poco antes de su fallecimiento, en una entrevista concedida a Francisco Andrés Gallardo en enero de 2006, para Diario de Cádiz. (En la fotografía, Rafael Alberti felicitando a Antonio Álvarez por su nombramiento). (Foto Rafa).

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Este año en abril, se cumplieron 30 años de los ayuntamientos democráticos. Algunos concejales de aquella primera corporación se retrataron, a instancias de Diario de Cádiz, ante el retrato de Álvarez. De izquierda a derecha su sucesor, Rafael Gómez, del PCE, Paco Lara y Maria Angeles Fernández Cortabarría, del PSOE, Manuel Pacheco Albalate, de UCD, Manolo Moreno de Coalición Democrática y Antonio Muñoz Cuenca, del PSA. (Foto Andrés Mora).

Tuve la oportunidad de asistir a aquella entrevista que le hizo Gallardo; cuando Antonio recordaba junto a su mujer como aguantaban las torturas, los suplicios a los que eran sometidos en los calabozos de la prevención del antiguo Ayuntamiento que está siendo restaurado, hubo un momento que no se describir. Recordaba como se daban fuerzas, ya detenidos, cantando ‘La Internacional’. Antonio empezó a entonarla, con un nudo en la garganta, su mujer le siguió, rompiendo a llorar,… recordando. Se hizo el silencio. Y un trozo de la historia de El Puerto se vivió en aquellas cuatro paredes del partidito de la calle San Juán, de alquiler, donde el alcalde Álvarez percibió los últimos latidos de la Ciudad. Recordando.

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El 6 de enero de 1980, acompañando al Asilo de Ancianos a los Reyes Magos: José Ignacio González Lechuga, Julián Montero Fuentes y Miguel Lobato Quintero dieron vida a Melchor, Gaspar y Baltasar. en la fotografía aparece el sargento de la Policía Local, Yeste y, entre éste y Melchor, Franciso Acosta Higueras.

SALIDA DE LA ALCALDÍA.

Antonio quiso ser alcalde de todos los porteños y eso, o la incomprensión y la envidia de sus propios camaradas produjo su salida de la alcaldía, según dijeron, “por aburguesamiento”. La defensa ante sus compañeros por la buena gestión del gerente del entonces Patronato Municipal de la Vivienda, fue el detonante. Antonio hablaba con todo el mundo y no todo el mundo, o no sus propios compañeros, lo entendieron.

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En la Venta "El Maka", regentada por Ramona por aquellas fechas finales de los años 70. Hoy la dirige su hijo Ramón. Están Antonio Álvarez, Rafael Alberti e Isabel la esposa de Antonio; Carmelo Ciria, entre Alberti y Antonio Álvarez. Al fondo J.A Ariza González, conocido por 'Manlu'.

El 28 de agosto de 1981, va a hacer 28 años, el Partido Comunista de España, en sesión de su comité local porteño, aprobara la salida de la alcaldía de nuestro protagonista. No podía sentir mayor vergüenza Antonio Alvárez por aquellas infundadas acusaciones. Que sus propios compañeros le alejaran del poder con aquellos argumentos, a todas luces falsos. Ya no sería ni la sombra del activista precursor de las libertades que fue, antes de su muerte política por parte de sus correligionarios. Incluso pensó en algún momento acabar con su vida, tal era la carga de la ignominia que pretendían echar sobre él. Pero Antonio aguantó, aunque como decía: «--Dejar la alcaldía me dio vergüenza». Ya Antonio no volvió a ser aquel activista, pero si se hizo experto, más aún, en la condición humana.

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En la Feria de Primavera, Eusebio el chofer de la alcaldía, Mario Peluffo y Antonio Álvarez.

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VIII Trofeo Ciudad de El Puerto. De izquierda a derecha,  Rodrigo Mateo, por aquel entonces en Radio Juventud de Cádiz, que fue absorbida despues personal y Emisora por Radio Nacional de España y en escorzo, un jugador desconocido. En el centro con barba, Joaquin Duran Ayo, por aquel entonces director de la Cadena SER en Cádiz. Se solía poner el "mono" por aquellas fechas y bajaba al cesped a realizar las entrevistas, mientras Juan Manuel Pedreño retransmitía el Trofeo. Hoy forma parte de la dirección de Canal Sur. A continuación, Francisco Ferrer Palacios, a la sazón presidente del R.C. Portuense, Antonio Álvarez y a  la derecha un joven alcalde de Puerto Real, José Antonio Barroso Toledo.(La foto de Rafa está fechada el 15 de agosto de 1979).

Lola Galán, publicaba el 24 de septiembre de 1981, en El País una interesante crónica de la que extraemos: «Los desconchones de la casa en que vive no dan pie a imaginar que el aburguesamiento de Antonio Alvarez haya llegado demasiado lejos. La madre, de luto riguroso desde que hace seis años muriera el hermano mayor, barre las losas desniveladas de un pasillo que se abre a un patio interior algo destartalado ante los preparativos de una nueva mano de pintura. «--Ya lo ve usted: este es el chalé de Antonio, ¿qué le parece? Esta casa, donde hemos vivido con un montón de vecinos. ¡Ay que ver la gente que hay por ahí!... Y todavía iban comentando que un chalé de lujo que se está construyendo en el Buzo era para el alcalde...». Antonio Alvarez, sobrepuesto de la dura batalla, más dura en algunos aspectos que la propia clandestinidad, habla de los dos largos años de entrevistas, gestiones, tanteos, peticiones, propuestas. «--Todo depende de cómo se vean las cosas; para mí, ir a la Cinca de Pedro Domecq a negociar un tema y que él me acerque la silla para servirme el desayuno es un triunfo de la clase obrera, de todas aquellas luchas, y, sin embargo, sé que si me hubiera visto más de uno ya habría comentado: "¡Mira ése, qué bien le va de alcalde!". Y yo pienso que si sólo tenemos el Ayuntamiento, y el que gobierna en el país es UCD, habrá que negociar las cosas para sacar el dinero que necesitamos y no liarse en discusiones continuas».

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No reproducimos el contenido del acta de agosto de 1981 a la que hemos tenido acceso, aunque si su encabezamiento con los asistentes, toda vez que dicho documento, que consta de cuatro páginas, no está firmado por los integrantes de aquel Comité Local del PCE, así que la validez de los folios tendrían que corroborarla los asistentes. Será trabajo de politólogos e historiadores y otros investigadores sacar a la luz que pasó realmente en aquellos meses aciagos para la política de El Puerto, en 1981. Fue sustituido por Rafael Gómez Ojeda, el segundo de la lista quien, a preguntas de Gente del Puerto, afirmó que él nunca quiso ocupar el puesto dejado vacante por Álvarez, pero que la disciplina del partido así lo dispuso.

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GRUPO INDEPENDIENTE.
Antonio Alvarez volvió a la política de cargos de la mano de un partido de nuevo cuño y de corte local. El Grupo Independiente formado por personas de distintas ideologías, creyentes, agnósticos, empresarios, abogados, trabajadores, funcionarios, porteños y porteñas tenía como único denominador común que Antonio Álvarez volviera de nuevo a la alcaldía de El Puerto. Sin embargo, su gran error llevar a cabo una campaña de acoso y derribo en contra del  PCE. Aquello movilizó a los dirigentes comunistas y el día 8 de mayo de 1983, llegaron a obtener nueve concejales en las Elecciones Locales. Antonio solo uno.

LA CASA COMÚN DE LA IZQUIERDA.
Antonio se integró en el PSOE, con Juan Manuel Torres como alcalde compartiendo  labores de gobierno como Teniente de Alcalde de Vivienda, con el ahora inhabilitado ex alcalde Díaz, en aquel peculiar pacto entre el PSOE y el PP para expulsar a Izquierda Unida de la alcaldía y, ya entonces, observó que "iba por libre" según sus propias palabras. Un futuro edil de IP, entonces dirigente socialista, y ahora creemos que en el PSA, Pedro Alamillos, firmó su expulsión temporal del PSOE por apoyar a otro ex compañero, Rafael Contreras, tras la debacle electoral socialista  en 1991 dando paso a los Independientes Portuenses (IP) de Díaz. Antonio estaba ya muy por encima de las miserias de la política y entró ya en la Historia de El Puerto como alcalde honorario y reconocido por sus paisanos.

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ALCALDE HONORARIO.
El 16 de abril de 2008 en un Pleno Extraordinario y Solemne,  el Excmo. Ayuntamiento Pleno entregaba a María Antonia y a sus hermanos Fernando y Agustín –los gemelos–,  el Título de Alcalde Honorario otorgado a su padre, a título póstumo, en el Monasterio de la Victoria, todo un símbolo. En su discurso, el alcalde conservador de la Ciudad, Enrique Moresco, declaró entre otras que  “Antonio siempre fue un político de mente lúcida, que luchó por los intereses de sus compañeros en el mundo laboral y por la instauración de la democracia. Así está recogido en diversas publicaciones, en las que es considerado un icono de la transición democrática, en Andalucía. “Ser el acalde de todos los portuenses”, hizo que el 14 de septiembre de 1981 renunciara a la alcaldía. Confiaba el alcalde Álvarez en su despedida, tras  dos años y medio “que los ciudadanos vean en mí a quien nunca ha dejado de ser: un portuense que se entrega como sabe a su pueblo”. La grandeza del político se mezclaba con la grandeza del portuense, renunciando a un privilegio, regir los destinos de la nave municipal, ya que pensaba que “durante este tiempo habré contribuido a que sea menos difícil el avance hacia la sociedad que debe abordar de otra forma los problemas de la mayoría”. Álvarez vino a la política no para servirse de ella sino para ser su servidor; que murió sin posesiones; que concebía la actividad política como medio para transformar la sociedad mientras el seguía siendo el mismo, es un claro referente de persona honesta y por tanto, de político honesto. A los honores que ya tenía de bonhomía, honestidad, fortaleza y valentía se suma el de esta distinción que el Excmo. Ayuntamiento Pleno le otorga: como alcalde honorario de su Ciudad a título póstumo. Un claro ejemplo y referencia de alguien que supo amar a su tierra y a sus gentes, por encima de cargos y títulos y para quien la alcaldía no fue sino un instrumento más para ayudar a transformar la sociedad.”

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Por aquello de que El Corte Inglés se inventó celebrar el Día de la Madre el 8 de diciembre, día de la Inmaculada, --aunque la inventiva comercial lo ha trasladado ahora y desde hace años al primer domingo de mayo--se me ha venido a la memoria recordar  a tres madres portuenses, de hijos famosos de muy distintas épocas. Ser madre de famoso, de notable y recordable, no lo es cualquiera. Y si además esa madre ha nacido en El Puerto debemos recordarlo con particular empeño. Porque haber sido el troquel donde se ha forjado un hombre que ha dado gloria a las armas, al arte, a las ciencias o a las letras, es cosa de recordar y traer a la memoria colectiva. Me llaman la atención tres madres portuenses que me vienen al recuerdo:  Catalina del Puerto, Milagros Posadillo y Josefina Lozano. Dicho así seguramente no dan muchas pistas sobre los vástagos que  dieron a luz. Pero tienen el enorme mérito de ser madres portuenses, que pasaron anónimamente, a pesar de ser madres de famosos.

juandelacerda_puertosantamariaLa primera,  Catalina Del Puerto, conocida por los genealogistas como Catalina Vique de Orejón, pero que, en realidad se apellidaba Alonso Alonso, nació en esta Ciudad en el siglo XV. Fue la madre del único Duque de Medinaceli, Señor del Puerto y nacido, también, en esta Ciudad, Don Juan de la Cerda, II Duque de Medinaceli y II Conde del Puerto de Santa María, nacido en 1485. Esta señora era sirviente del Duque Don Luis de la Cerda y, a pesar de que Don Luis,  de su matrimonio con la Infanta Ana de Aragón y de Navarra, tuvo una hija legítima, llamada Leonor esta le premurió. Casaron a Leonor con un hijo ilegítimo del Cardenal Mendoza, pero el hijo de este matrimonio murió con un año y Doña Leonor a los 25. Se quedaba sin sucesión. Sin sucesión el Duque, que no quería dejar como heredero a su hermano Iñigo, y viudo y sesentón, en 1501, se casa con Catalina Alonso, Catalina del Puerto y así legitima a su hijo y heredero Don Juan. Este portuense ilustre, hereda el Ducado y los estados de Medinaceli y es educado esmeradamente. Fue un gran mecenas humanista y un gran protector de las artes. A él debe El Puerto la erección de muchos edificios entre los que se encuentran la terminación de la Prioral, la Puerta del Sol y el Monasterio de la Victoria.

GregorioMarañon_puertosantamariaLa segunda, Milagros Posadillo, es nada más ni nada menos que la madre del Doctor Don Gregorio Marañón Posadillo (1887-1960). Esta mujer portuense nació y vivió en el llamado Palacio de Oneto en la calle Larga. Gregorio Marañón, como es sabido, es un famoso médico, que dio días de gloria a la medicina, a la investigación, a las artes y las letras. Sus tratados y ensayos sobre endocrinología, sobre historia, sobre sexualidad, sobre literatura, publicados en Espasa, son de una actualidad increíble. Fue, además de médico eminentísimo, un gran humanista reconocido mundialmente y un político destacado. Gregorio Marañón Moya, su hijo, siguió frecuentando El Puerto,  y cuenta, en un artículo, que, con una concha que perteneció siempre a su familia, a él, su padre lo ·bautizó portuense” en las playas de El Puerto y con agua del mar de la Bahía. El nieto Gregorio Marañón Bertrán de Lis, frecuenta cada verano nuestra Ciudad. En estas fechas se celebra en Madrid una exposición  con el patrocinio de la Fundación Tyssen-Bornemiza de los pintores Sargent y Sorolla. En un lienzo de este último, un  magnífico retrato de Gregorio Marañón,  Joaquín Sorolla lo identifica en la leyenda al pie del cuadro “Gregorio Marañón Posadillo, 1929”. Posadillo, hijo de Milagros Posadillo, portuense.

octaviopaz_puertosantamariaLa tercera, es Josefina Lozano, que aunque hija de un comerciante de Cádiz y de una señora de Medina Sidonia, nació y vivió en El Puerto. Viuda la madre, ella y su hija Josefina regentaron una tienda de vinos en la esquina de la calle Luna y Misericordia, donde estuvo el Bar Navío y hoy hay una tienda de chucherías. Luego emigraron a Méjico, donde Josefina se casó con un hijo del general zapatista Don Irineo Paz, escritor y periodista liberal. Y es Josefina Lozano nada menos que la madre del Premio Nóbel de Literatura de 1990, Octavio Paz Lozano, nacido en Méjico, en la colonia Juarez, en 1914, poeta, novelista, ensayista, a quien tuve el honor de conocer y tenía a  gala su ascendencia portuense. Por cierto, que cuando le otorgaron el Nóbel, lo llamé por teléfono al Colegio de México, donde vivía, sin contar los cambios de hora. Así que lo desperté a media noche. No obstante, muy educado, me agradeció la llamada, aunque, de verdad, me debía haber mandado al cuerno, por haberle importunado en su sueño.
Por hoy, vaya el recuerdo de esas tres madres portuenses, anónimas, como tantísimas mujeres, como casi todas las madres, de hijos famosos que han brillado en el mundo.  Y es que esta Muy Noble y Muy Leal Ciudad de El Gran Puerto de Santa María es mucho Puerto. (Textos: Luis Suárez Ávila).

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“Gruta del Paseo de la Victoria”. Atribuido a Francisco Lameyer Berenguer (1825-1877). Copia colección de Vicente González Lechuga. Original Archivo Municipal. Información facilitada por Francisco M. Arniz Sanz. La citada gruta o rocalla ha sido destruida y ha desaparecido en la actual remodelación que se está efectuando del Paseo.

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La Gruta o Rocalla del Paseo de la Victoria, con estatuas clásicas en su interior y exterior.

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“La Gruta del Paseo de la Victoria”. Acuarela. Luis Suárez Rodríguez. 1965.

No sabemos a ciencia cierta que oscuro encantamiento ha podido cernirse sobre el Paseo de la Victoria, para convertirlo de amplio y hermoso espacio dedicado al ocio y recreo que fue en su tiempo, en el escuálido resto de aquéllo que ha llegado hasta nuestros días. Amputado por la carrtera Nacional IV, usurpado en parte por el Instituto de Bachilerato 'Pedro Muñoz Seca', 'coronado' por una pasarela de uso y diseño inciertos, conserva todavía, pese a todo eso, una magnífica arboleda, hermosos vestigios de bancos y parterres presididos por la Ermita de los Caminantes. Es preciso recuperar el Paseo de la Victoria. La infrautilización de este recinto para sus usos específicos se contradice totalmente con la necesidad de espacios libres en la Ciudad histórica, tan necesitada de ellos.

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Bancos, verjas, rosaledas y emparrados, pasado de un Paseo que ya no es...

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Emparrado y zona de asientos en el Paseo.

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Cuando el paseo era efectivamente un lugar de paseo los festivos y al atardecer del verano.

Dentro de la compacta trama que históricamente ha conformado la ciudad de El Puerto, son escasos los espacios libres que, configurados como parques y/o jardines, esponjan el tejido urbano, sirviendo además para la realización de funciones de ocio y recreo fundamentalmente. La inclusión de estas áreas exentas de edificaciones dentro de la trama urbana se hace imprescindible, tanto para propiciar la estancia sosegada o lúdica de los ciudadanos, como para oxigenar el ambiente urbano, al margen de otras consideraciones más técnicas que, desde el punto de vista urbanístico, puedan aducirse, tales como actuar de filtro o bisagra entre diferentes piezas de la ciudad, configurar perspectivas proyectada, y otras que probablemente cualquier lector encuentre más alejadas de sus vivencias cotidianas.

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Puerta principal de acceso al Paseo de la Victoria. A la izquierda de la imagen.

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La Ermita de los Caminantes. Certamen de Pintura en la calle.

El Paseo de la Victoria ocupa una amplia suferficie quasi triangular, de unos diez mil metros cuadrados aproximadamente, entre la avenida de la Estación, la carretera Nacional IV y la llamada avenida de Fray Bernal Boyl, que partiendo como vía única de la Plaza de los Jamines, el punto donde confluyen las calles Larga y Cielo, ve frustrada su vocación de camino hacia Jerez por una serie de giros y obstáculos que impiden su clara trayectoria. Quedamos pues, en que nos encontramos en el mismísimo borde N-E de la Ciudad Histórica.

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Paseo de la Victoria cuando aquel parque neoclásico estaba en todo su explendor: las cuatro estátuas de terracota representan a las cuatro estaciones. A la derecha los arcos de hierro de la rosaleda y la casa del guarda y jardinero, Domínguez, cuyo escudo de piedra se puso, en tiempos de Rafael Sevilla como Hermano Mayor de la Hermandad del Rocío, en la casa de El Puerto en la aldea del Rocío.

INCLUIDO EN LA 'ZONA DE RESPETO'

Legalmente, según la delimitación vigente del Conjunto Histórico de El Puerto de Santa María --BOE 28.01.1981--, el Parque de la Victoria se encuentra incluido dentro de la 'Zona de Respeto' del mismo, y por tanto le son de aplicación todas las cautelas de protección que, en aras del manteniumiento de la imagen urbana y su valor histórico patrimonial, puedan darse. ¿Cuales serían, entonces, los elementos a tutelar en el Parque de la Victoria? Vamos a fijarnos en su trazado, en el que se distinguen dos partes bien diferenciadas, una con alineación de árboles, bancos y parterres, que constituye el Paseo, y otra más extensa que correspondería al Parque.

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Plano de El Puerto de 1730. La letra M (+) es el Convento del Espíritu Santo. La Letra Ñ (+) es el Monasterio de la Victoria. Las letras (p) y (q) son registros de agua. (Poster Plano editado por la Delegación Municipal de Turismo).

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Copia de un supuesto plano de El Puerto de 1787. Si bien en dicho plano, en su conjunto, aparecen inexactitudes para la fecha, mostramos aquí la zona del  Paseo de la Victoria ya con arbolado, paseos y fuente, todo ello junto al Monasterio de la Victoria, antes de que la carretera Nacional IV amputara parte de su recorrido. (Copia propiedad de F.G.G.)

En esta segunda zona es posible apreciar, a simple vista, como ha habido un recorte importante y traumático de su superficie por el trazado de la Nacional IV. En efecto, si estudiamos planos antiguos de El Puerto como el de 1730, o los de 1812, 1835, e incluso posteriores a la implatanción del ferrocarril, como el de 1940, pero con la característica común de no existir la actual CN-IV, nos damos cuenta de la extensión del Parque y su trazado.

Sus orígenes parecen estar en los antiguos parque y huerta del Monasterio de la Victoria, sirviendo de filtro y antesala entre éste y la ciudad, y que habiéndose conservado en su probable trazado primitivo durante varios siglos, ha llegado a nuestros días totalmente cercenado y degradado en su uso. El actual corte rectilíneo con una pequeña inflexión responde, por supuesto, a criterios de rapidez, fluidez del tráfico y economía (claro, el camino más corto entre dos puntos es la línea recta), la calidad ambiental, y demás zarandajas poco prácticas, fueron obviadas.

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Una de las fuentes del Paseo de la Victoria, la del Cortijo, en una fiesta de verano.

SE AMPUTÓ UNA PARTE IMPORTANTE DE NUESTRA HISTORIA.
En aras de un mal entendido progreso, se amputó una parte importante de nuestra historia, cuya motivación, por ende, se ha revelado en el transcurso del tiempo totalmente ineficaz, como cualquier sufrido conductor habrá podido, sin duda, comprobar frecuentemente. Eran otros tiempos. Se cambiaba caoba por formica, se sustituía la madera por aluminio, y en aras de la modernidad se cometieron algunos desastres, de los cuales el trazado de nuestro parque bien puede ser una muestra.

Pero no acaban ahí las desdichas del otrora magnífico trazado, según podemos imaginarnos por los planos que han llegado a nuestros días. En un claro ejemplo de... ¿improvisación?, ¿falta de visión?, se vuelve a amputar un trozo del Parque y se sitúea en él un edificio 'en serie', ajeno por completo a su entorno (el actual Instituto de Bachillerato Pedro Muñoz Seca), con nulo tratamiento para relacionarlo de alguna forma en el Parque y que crea además unos espacios residuales, sumamente difíciles de recuperar.

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El Monasterio de la Victoria, visto desde el Paseo. Certamen de  Pintura en la Calle.

Tal parece que la historia reciente del Parque contará con voraces enemigos que se lanzarán sobre su superficie con intención de no dejar rastro alguno del mismo. Con las mismas aviesas intenciones, debió de construirse la pasarela peatonal que 'remata', en sentido literal, el Parque, degradando el último resquicio posible. Para mayor escarnio, la proximidad durante lustros del antiguo Penal hizo del Parque una zona marginal, cuyas connotaciones parece que van remitiendo.

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Paseo de la Victoria, cuadro de Juan Lara. (Original de la colección de Francisco M. Arniz Sanz)

HAY QUE RECUPERAR EL PASEO DE LA VICTORIA.
Es preciso recupear el Parque. Debiera ser un objetivo claro de esta Ciudad, y su consecución no es imposible. La CN-IV va a ser sustituida por su variante, el antiguo Penal no existe, la potenciación del Monasterio d ela Victoria y su rehabilitación están próximas; todo parece que confluye para conjeturar que pueden avecinarse buenos tiempos para la recuperación del Parque. Pese a todo, los restos que tantos años de mala fortuna han legado no dejan de ser hermosos, con ese aire decadente que da el abandono de los jardines. Su arbolado es todavía magnífico y de un volúmen importante. Su situación es privilegiada como pulmón del Conjunto Histórico y transición entre los nuevos barrios y la antigua ciudad.

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Camino de Urdax, o de la Estación. A la derecha, el Paseo de la Victoria, hoy Instituto.

Su estado de abandono es consecuencia de las causas antes citadas, y no será posible recuperarlo sin eliminar éstas. El nivel de utilización es asimismo bajo, animándose puntualmente en las horas de entrada y salida del Instituto. En este sentido, las recientes iniciativas de organización de festejos en el Parque se revelan como positivas, con el fin de ir difuminando la mala imagen que con respecto a los usos sustenta, así como para acercar el parque al ciudadano, motivando a los más jóvenes a frecuentarlo, y sug¡riendo a los mayores antiguas escenas de paseos y festejos indudablemente nostálgicos, que propicien la reflexión acerca de lo que estamos haciendo a nuestra Ciudad.

Si el ejemplo de la evolución urbanística de El Puerto, fuera el Paseo de la Victoria, no tendríamos ninguna duda en afirmar que no vamos por el buen camino. (Textos: María Jesús Rodríguez-Tourón Escudero. Arquitecta).

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Kiosko de Bebidas en el Paseo de la Victoria. A la izquierda una reunión de vuelta de caza, con los perros. (Foto Colección Carlos Pumar Algaba).

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El Kiosko de bebidas debió tener muchas mesas y funcionar bien, a la vista de los numerosos camareros que posan en la fotografía: cinco. A la derecha de la imagen podemos observar un piano que amenizaría las veladas de las tardes noches de verano. (Foto Colección Carlos Pumar Algaba).

"Hacia 1865 ya debía existir el tercer local, una caseta de madera con tejas propia de Andrés García Villa y lamada Ventorrillo Las Delicias. Su hijo Andrés G. Aguayo en los primero años 70 lo transformó, hasta fines del siglo, en El Tren. Al parecer lo carácterístico de estos establecimientos fue la venta --como en la famosa zarzuela-- de agua, panales (azucarillos) y aguardiente" Enrique Pérez Fernández, de su libro: 'Taberna y Bares con Solera'.

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“Ermita de los Caminantes”. Óleo sobre tabla. 50×70 cms. Anónimo. Donado por Valerio Marín a la Academia de Bellas Artes de Santa Cecilia.

PASEO INTEMPORAL POR LA VICTORIA.
«El paseo de la Victoria de esta ciudad era citado a principios del presente siglo como modelo por su acertada disposición, emplazamiento, frondosidad y hermosura. Ahora, de tan renombrada belleza nada le queda a este paseo como no sean estos lozanos y celebrados plantíos de naranjos, estas dos calles formadas por hileras de frondosos chopos y este emparrado de hierro, recientemente' colocado en una de ellas, que ostenta en todas las estaciones su descardado y duro esqueleto por la destrucción de las vides que antes lo cubrían con sus verdes pámpanos y dorados frutos. Como ve, los jardines que antes embellecían han desaparecido totalmente por incuria de los vecinos, que antes lo cultivaban de manera espontánea. En su lugar lo que queda ahora son estos extensos eriales cubiertos de maleza y, entre ella, algunas acacias de tres espinas lánguidas y enfermizas, poco apropiadas para dar sombra ni para formar bosque. En mi silencio, me entristece esta lamentación por la Victoria.

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Pero Juan de la Vega tiene múltiples proyectos para el futuro del parque: construir una verja, asientos, un ancho paseo en el salón de Cristina con pedestales, estatuas y jarrones, un paseo para carruajes, una fuente y una glorieta; disponer espacio para colocar en las temporadas de feria juegos de caballos, cunas, balancines y teatros portátiles, así como formar sinuosos bosquecillos a la inglesa... Su voz ha cambiado de tono: ahora es entusiasta, y sus ojos brillan al imaginar tantos proyectos. En sus manos sostiene un bello plano, de colores brillantes, en el que se adivinan ya los contornos de lo hecho realidad. También muestra un bellísimo dibujo de la fuente que planea construir sobre el risco. ¡Qué hombre admirable el arquitecto!» (Texto: Juan José Iglesias Rodríguez. Doctor en Historia).

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Miguel González Díaz nació en la calle Cantarería en 1938, hijo de Antonio y de Josefa, es el tercero de cuatro hermanos. Estudió en el Colegio de La Pescadería y en el de la Calle Luna. El servicio militar los hizo en la Base Aérea de La Parra, en Jerez en 1958. Es aficionado a la cacería, ha tirado a perdices, conejos, codornices, zorzales, tórtolas, liebre, según las fechas.

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La calle Cantarería en los años cuarenta del siglo pasado.

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Miguel, de niño, posando en el Colegio de La Pescadería. Curso 1950/51

El año de su nacimiento, 1938, lo es también, del bailarín ruso Rudolf Nureyev y de la actriz prematuramente fallecida Natalie Wood. Es el año en el que los porteños del Puerto de Santa María de los Buenos Aires (Argentina) inauguran el estadio de fútbol del River Plate; en EEUU, la transmisión por radio de “La Guerra de los Mundos” provoca el pánico en varias ciudades. Se estrena una de las pocas películas durante la contienda: “La Casta Susana”, Alemania e Italia aceptan la propuesta británica sobre la retirada de voluntarios en nuestra conflagración, mientras en Alemania Hitler se autoproclama Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas. El gobierno rebelde de España firma el decreto fundacional de la ONCE. Ladislao Biró Pearl S. Buck gana el Premio Nobel de Literatura y Ladislao Biró inventa el bolígrafo.

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Foto de recuerdo de su paso por el Aeródromo de la Parra, cuando efectuó el Servicio Militar en 1958.

espumosos_val_001_puertosantamariaESPUMOSOS VALDELAGRANA.
Su padre, Antonio González Atienza empezó el negocio de los Espumosos Valdelagrana en la calle Nevería, en el tramo comprendido entre Luna y Palacios. Sobre los años cincuenta del siglo pasado, le compró la empresa a Maximino Sordo y luego se instala en la calle Jesús Cautivo, número 2. Allí el padre, los cuatro hermanos y un buen número de trabajadores --hasta ocho llegó a tener-- se dedicaron a la fabricación y distribución de los refrescos carbonatados "Espumosos Valdelagrana" y el Agua de Seltz, o dicho de otro modo, los sifones. En gaseosas de sabores eran líderes, en El Puerto por encima de La Casera, su  gran competidor que solo fabricaba gaseosa blanca. Así tenían gaseosa de colores, o de sabores, por mejor decir: Naranja, Limón, Cola, Plátano y Menta. También pusieron de moda la gaseosa de Fresa, algo que vieron por la zona de Levante y que trajeron como novedad a El Puerto. La Ciudad ya había conocido otras fábricas de refrescos con anterioridad,  la de Tosar, a principios del siglo XX con nótula propia número 63, y luego la de Guillermo Rivas, autorizada para envasar las naranjadas y limonadas: Zeppelin, con nótula propia número 315 en Gente del Puerto.

espumosos_val_002_puertosantamariaLA FABRICACIÓN.
En la primera etapa de la fábrica casi todo se hacía a mano: lavar las botellas en unas grandes pilas con un guisopo, relleno de las botellas con máquinas de cuatro brazos... Pero Miguel modernizó la empresa contratando un moderno tren de embotellado y otras máquinas que automatizaron el proceso de fabricación y ampliaron la capacidad de producción de Espumosos Valdelagrana. La nueva fábrica estaba compuesta por una máquina saturadora que mezclaba el agua con el anhídrico carbónico para llenar los sifones y gaseosas, a 10 atmósferas (10 atm) de presión. Luego el tren de embotellado tenía una máquina lavadora de 36 botellas; a continuación se depositaba el jarabe del refresco correspondiente (naranja, cola, etc.) y seguidamente una máquina con ocho brazos llenaba las botellas con agua carbónica. La presión que se le metía a los sifones era tal que de ahí inventaron la redecilla de plástico que lo envolvían: si reventaba una botella, por simpatía, podían reventar otras 15 o 2o, con el consiguiente riesgo para el trabajador y la pérdida consiguiente de los envases que no eran precisamente baratos. Trabajaban día y noche. De noche lavaban y rellenaban las botellas y de día hacían el reparto en seis motocarros de la marca 'Isocarro'.

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Miguel González, en el interior de Caza y Pesca, uno de los negocios familiares.

isocarroLOS ISOCARROS Y EL REPARTO.

España empieza a despertar y a cambiar la tracción animal por el motor de explosión, para el transporte de mercancías. A principios de la década de los cincuenta del siglo pasado, en 1951,  se funda en España la Iso Motor Italia, S.A. tras alcanzar un acuerdo con la compañía italiana Iso SpA para fabricar motos y triciclos a motor bajo licencia dentro de nuestro país. Fueron especialmente célebre los motocarros del que deriva el nombre comercial de isocarro, que posteriormente denominó de forma genérica los triciclos a motor empleados en el transporte en España, muchos de ellos híbridos artesanales entre una moto y un eje rígido trasero adaptando algún vehículo en desuso de cuatro ruedas. Eran la flotilla de vehículos más usada en aquella España de posguerra que se vino a usar con modelos más sofisticados, pero isocarros al fin y al cabo, hasta bien entrada la transición política en nuestro país. Tras Vespa y Lambretta, una vez más la tecnología del motor italiana se aliaba con la industria española.

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De izquierda a derecha, con una motocarro de reparto, Gabriel del Hotel Loreto, Miguel González y Antonio Gutiérrez, quien estaría 4o años en la empresa.

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Uno de los hermanos de Miguel, Manolo González, con uno de los 'isocarros' de reparto en los pinares de La Puntilla; también distribuían una marca de cerveza.

El reparto era duro en las playas de El Puerto. A pleno sol, con la carga a tope y sin descansar. En La Puntilla había que dejar los motocarros muy lejos de los bares y transportar las mercancías a pulso, ante la falta de carreteras de acceso directo a la zona de casetas y bares. Llegaron incluso a contratar a las reatas de burros que los arrieros llevaban de vacío para buscar arena a la playa y así aliviar el esfuerzo de los repartidaroes. En Valdelagrana era similar la problemática, con el agravante de que había que buscar las mareas bajas --a veces de madrugada-- para con la aréna húmeda y mas compacta llevar el género. Las botellas de gaseosa iban en cajas de madera de 10 unidades y las de sifón en cajas de alambre de 6 unidades.

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Burros cargando arena en las dunas de la Playa de La Puntilla.

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La desaparecida Fábrica de Hielo, en esta margen del río Guadalete.

sifones_puertosantamariaEL DEPÓSITO Y VENTA DE HIELO.
En la fábrica de gaseosos se vendía también hielo, que elaboraba industrialmente la Fábrica de Hielo situada en el muelle pesquero y que surtía a los barcos que iban a hacer su faena por los caladeros del Atlántico. Pero en el Depósito de la calle Jesús Cautivo lo vendían en trozos a los clientes para las neveras de playa, y también distribuían barras enteras por los bares de playa, a donde no llegaba la energía eléctrica y por tanto las neveras tenían que ser, forzosamente, de hielo. Un buen día de verano llegaban a vender 18.000 kilos de hielo, unas 600 barras a 30 kilos cada una.
La distribución de hielo fue, precisamente el argumento que le valió a Espumosos Valdelagrana para hacer que la venta de sus productos fuera masiva. Y es que, al suministrarles el hielo a los chiringuitos de playa era condición obligatoria que estos adquirieran, también, los productos de la empresa porteña, frente a la feroz competencia de la gaseosa La Casera, cuya fábrica para esta zona de Andalucía se econtraba en Jerez, a la altura de Cuatro Caminos. Corría el año 1955 y, recuerda Miguel, que un tal Jorge, directivo de La Casera en Jerez, llegó a afirmar, en referencia a la marca Espumosos Valdelagrana que "--Llenar las botellas de refrescos de colores, era cosa de pobres", poca vista acabó teniendo el fino directivo.

antoniogonzalezatienza_puertosantamariaEL PRINCIPIO DEL FIN DE LOS ESPUMOSOS.
En octubre de 1973 fallece el padre de Miguel, Antonio González Atienza, y cada hermano se dedicará a regentar, ya de forma individual, cada uno de los negocios familiares. Así, Antonio llevará 'Caza y Pesca'; Manolo una tienda de muebles existente en la calle Vicario; Pepe una tienda de electrodoméstico que existía en la calle Ganado junto a una barbería, frente a la Antigua de Rueda y Miguel que continuará con la explotación de Espumosos Valdelagrana y que ya había impulsado con anterioridad en vida de su padre. La fábrica de la calle Jesús Cautivo permanecería abierta durante dos años más hasta que, en 1975 --cuando en nuestro país empieza la transición política-- cierra sus puertas por las razones que vamos a conocer. (En la imagen, Antonio González Atienza).

cazaypesca_puertosantamariaLos costos de producción y distribución eran superiores a los precios que se pagaban por los productos y la fábrica dejó de ser rentable. Se pagaban dos pesetas por un sifón y cuando intentó subirlo a cuatro pesetas para ajustar los costos y beneficios, no tuvo la acogida esperada. Otros productos de multinacionales, implantados a nivel nacional, acabarían ocupando su espacio, con ofertas mas interesantes para los negocios de hostelería y con ellos ya no pudo competir, lo que le abocó al cierre. Conseguiría vender la lavadora automática de botellas a una empresa de Torre Donjimeno y el resto del tren de embotellado --que estaba prácticamente nuevo con apenas ocho años de uso-- a una fábrica de refrescos de Sevilla. (En la imagen, 'Caza y Pesca' en la calle Ganado, uno de los negocios familiares de la familia González, que vendía radios y televisores. Precisamente Miguel  colocó la primera antena de TV que se instaló en El Puerto, en el Bar Puente de Manolo Muñoz, en el año 1957).

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DISTRIBUCIONES GONZÁLEZ.
Pero Miguel no se para y, con 37 años se mete en el mundo de la distribución de productos de terceros, algo que ya conocía puesto que con anterioridad al cierre de Espumosos Valdelagrana ya había representado y distribuido algunos mercancías para la hostelería. Absorbe los 8 trabajadores que tenía e instala en el Polígono Industrial Salinas de San José, Distribuciones González, un nuevo negocio a lo grande, contando con nuevas furgonetas de reparto y representando a Tinto Savin, Leche La Merced luego Puleva, Café Saimaza, Zumos Fruco, Tortas Inés Rosales, pastelería industrial, los vinagres Cala de Jerez y Gari, de Chiclana, los vinos Viña Cruz y Monte Viña, ... Distribuciones González estaría funcionando 26 años, hasta el año 2001.

Undabeytia.-Pues-nos-vamosLos caminos de gaseosa La Casera y de Miguel se volvieron a encontrar, ofreciéndoles éstos que les distribuyera sus productos en El Puerto, ya con caseras de distintos sabores... Como los márgenes comerciales que le proponían no le parecieron ajustados a la realidad, Miguel le volvió la espalda a La Casera, en esta ocasión como distribuidor, después de haber sido durante muchos años competidor directo, una especie de lucha entre David y Goliath.

Distribuciones González convivía con otras distribuidoras existentes en la localidad pero los tiempos siguen cambiando y, con la llegada de los Cash & Carry, con el nuevo concepto de  acopio de mercancía su empresa deja de ser competitiva. Miguel describe el mundo de la empresa como un barco en alta mar en el que, una vez enrolado, no te puedes bajar porque te ahogas. (En la imagen, un cuadro hiperealista de Undabeytia: 'Pues nos vamos').

lucia_gonzalezperez_puertosantamariaPara colmo una enfermedad hoy felizmente superada, le obliga a prejubilarse con 63 años, lo que le obliga también a cerrar el negocio de la Distribución. Hoy vive felizmente retirado del mundo de los negocios, disfrutando de su familia en los Altos del Berbén.

Su hija Lucía González Pérez, vinculada al asociacionismo comercial desde hace ocho años, ha sido nombrada recientemente  Gerente de la flamante asociación que aglutina a las existentes en El Puerto para dinamizar el comercio,  bajo la denominación de Centro Comercial Abierto-Centro Histórico de El Puerto de Santa María, que pretende hacer de el centro porteño un centro del comercio tradicional con las ventajas que ello supone y con las mejoras que aportan las grandes superficies. (En la imagen, Lucía González, Gerente del Centro Comercial Abierto).

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