Saltar al contenido

8

Elena de Winthuyssen y Urruela nació el 18 de febrero de 1852 en El Puerto de Santa María siendo la mediana de tres hermanos: Pastora, su hermana mayor  y Felipe, el pequeño y que murió joven y soltero.

Su padre, Juan de Winthuyssen Martínez de Baños, nació el 18 de agosto de 1819 y fue capitán de fragata; hijo de Pedro de Winthuyssen y Bustillo, natural del Real Arsenal de la Carraca, que fue capitán de Caballería y Caballero de Paja de S. M. el rey Carlos IV y que casó en la parroquia de San Martín de Madrid con Felipa Martínez de Baños. Ambos abuelos paternos de Elena. Su madre, Inés de Urruela y Barreda, nació el 21 de agosto de 1822 en Cádiz y fue la pequeña de una familia numerosa; el padre de ésta José Julián de Urruela y Casares, nacido el 7 de enero de 1780 en la Nueva Guatemala de la Asunción era hijo de Gregorio Ignacio de Urruela y Angulo natural de la villa de Retes, Álava, que  se trasladó a Guatemala en 1774 a bordo de una fragata y se casó allí, en 1779, con María Josefa de Casares y Olaberrieta, hija, ésta, de padres españoles.

Embarcó, Julián, en 1802, con destino España junto a José Frayle y Jorro, con la intención de fundar una casa de comercio en Cádiz que respondería al nombre de URRUELA HIJOS Y JORRO. Es en Cádiz en donde se unió en  matrimonio con la onubense Pastora Barreda Ortiz de Zarate y con la que tuvo seis hijos.

En los años treinta del siglo XIX se trasladaron a El Puerto, donde Julián fijó su residencia en el número 75, por aquel entonces, de la calle Larga, actualmente conocida como ‘Palacio de Winthuyssen’. De fachada barroco tardío con alguna referencia neoclásica y de interior ecléctico, donde se combinan diferentes estilos, neogótico, neoclásico y mudéjar por unos preciosos arcos lobulados localizados en algún que otro salón. Allí mismo viviría Inés de Urruela con su marido Juan de Winthuyssen y tendrían a sus hijos. El 13 de agosto de 1845 falleció Julián y pocos años después su esposa. En 1865 pasaron a vivir los Winthuyssen Urruela a un anexo de la mansión con el número 9. Irían con ellos dos sobrinos de Inés y primos de Elena: Julián y Olimpia García de Polavieja y Urruela. /En la ilustración, óleo de Juan de Winthuyssen.

En febrero de 1880, contando Elena con 27 años de edad, casó con el Maestro Mayor  Titular de Obras del Ayuntamiento de El Puerto de Santa María: el jerezano  Miguel Palacios y Guillén, nacido en 1841; poseedor éste del título oficial de la Escuela  Superior de Arquitectura de Madrid además de ser perito agrimensor y tasador de tierras. Los recién casados se trasladarían ese mismo año al nº 14 de la calle Diego Niño en donde nacerían sus seis hijos: los hermanos Palacios Winthuyssen, fijando, poco mas tarde y definitivamente, su residencia en el número 6 de la Avda. Rodrigáñez, al final del Paseo de la Victoria, en las inmediaciones del Monasterio de la Victoria.

 

En la foto familiar tomada en el número 6 del Paseo de la Victoria, aparecen reunidos en primer lugar y en un extremo sentado, don Miguel Palacios y Guillén y su nieta Elena Palacios Muñoz-Seca y en el otro extremo doña Elena de Winthuyssen y de Urruela. De izquierda a derecha y de pie: doña María Teresa Muñoz Seca, tras don Miguel, le siguen a ésta su hermana Antonia Muñoz Seca, su marido don Manuel y hermanos de éste, don Antonio y doña Pilar Palacios Winthuyssen; doña Catalina Beigbeder y Gallegos y su marido don Pedro Nolasco Palacios Winthuyssen posando junto a Elena, su madre. A la izquierda de don Miguel, su cuñada Pastora de Winthuyssen y de Urruela siguiéndole un jesuita amigo y vecino de la familia que esta sujetando a dos de los nietos del matrimonio y doña Olimpia García de Polavieja y de Urruela. En el suelo Manuel Palacios Muñoz-Seca junto una prima suya. La foto la tomaron con la gruta, de fondo, que otro hijo de doña Elena y de don Miguel les hizo. 22 de octubre de 1914.

El 27 de noviembre de 1899 perdía Elena a su madre a la edad de 76 años y tres años mas tarde, en 1902, a la edad de 83 años, a su padre, el ya retirado capitán de fragata, que viviría sus últimos años en la casa de la calle Diego Niño.

 

Sepelio aparecido en la Revista Portuense en 1925.

En su nueva residencia al final del Paseo de la Victoria, sobre la que ya escribí con el título de “La huerta de tía Pilar”, (nótula 857 en GdP) pasaría el matrimonio formado por Elena y Miguel el resto de su vida. El 12 de octubre de 1925, a los 74 años de edad, fallece Elena de Winthuyssen y Urruela. (Texto: J. Manuel Rguez Gay-Palacios. 'Juan de Winthuyssen').

1

Vista de El Puerto. Anton van Wyngaerden. Detalle. /Foto: Fito Carreto.

Durante cuatrocientos años aproximadamente, estuvo oculta en Viena una ilustración de El Puerto de Santa María fechada en 1567, y llevada a cabo por el especialista en vistas urbanas: el belga Anton Van den Wyngaerden, quién con una precisión a caballo entre la topografía y el arte del fotógrafo, recorrió la España de Felipe II con el real encargo de realizar grabados de las principales poblaciones del país para editar un Atlas que nunca vio la luz.

Este dibujante recorrió El Puerto del Siglo de Oro. Conoció distintas vistas de la Ciudad y las plasmó en sus obras: El Puerto desde el camino de Sanlucar, desde la otra banda del río Guadalete, desde la Bahía de Cádiz. Se hospedó en pensiones de la época: ¿quizás la de la calle Ganado, por aquel entonces llamada calle de la Zangarriana?.

Wyngaerden recrea El Puerto del último tercio del S. XVI. Recoge en su Vista desde el Sureste detalles de naos en el río Guadalete, algunas como la réplica de La Niña que en breve surcará la Bahía. Esboza “Las Ruynas de puente antyque que solía essre? por porte Real”. Nos deja unas vistas inéditas del Castillo y la Iglesia Mayor, sin sus actuales reformas aquel, o antes de la reconstrucción de ésta. Coloca en lugar preponderante las montañas de sal y la explotación de las salinas porque estas “producían tanta sal que acontece muchas veces cargarse juntas 50 o 60 naos, y varcas de sal para Flandes, Ingalaterra, y otras partes”, según se recoge en crónicas de la época. O vistas de la desaparecida Ermita de Guía en la desembocadura del Guadalete, junto a la Playa de la Puntilla, con un molino de viento al lado.

La vida que se refleja en el grabado --que muy pocos conocían aunque fue editado hace varios años en sendas publicaciones por Richard L. Kagan en su libro Ciudades del Siglo de Oro (1986) y reproducido como cartel promocional por la concejalía de Turismo (2002) y estudiado por el historiador Miguel Angel Caballero (2008)--, es la que hemos imaginado muchas veces oyendo a los especialistas en historia hablar de un El Puerto dinámico, que se empezó a hacer a sí mismo hace 730 años, aunque llevando en su interior lo aprendido con acierto desde la época de los fenicios. La reproducción es de uno de varios bocetos ya que el original pereció en un incendio.

Reproducción completa de uno de los bocetos, el editado por la Concejalía de Turismo. /Foto: Archivo de Oronoz.

Otros autores, con posterioridad, han dibujado El Puerto con la poesía, la literatura, la música, la escultura, la investigación, la gestión política, o la iniciativa empresarial, creando instantáneas de una Ciudad en que siempre ha estado en constante movimiento, que hacía que quienes la habitan y la visitan -no solo en verano- quedaran prendados de su calidad de puerto acogedor. Ahora El Puerto que pintara Wyngaerden reclama otra instantánea, otra fotografía. Esperemos que ésta no quede oculta otros 400 años. (Texto: José María Morillo).

8

De izquierda a derecha: Salvador Navarro Marquina , Miguel Sibón Pantoja, Manuel Julbes Cuellar, Aurelio Sellés Nomdedeu, Juan Vargas (cantaor y propietario de la Venta de Vargas) y José Brea “Breíta”. Más a la derecha y al fondo está Rafael de Jerez (tocaor de guitarra).

Frente al número 7 de la calle Capillera -- mi casa--  conocida en aquel tiempo por ‘la Casa del Cabo Mulero’, tenía José Brea ‘Breíta’, una Gallera de pollos ingleses de peleas, que exportaba a Sudamérica. Este hombre, nacido en Cádiz, fue una enciclopedia viviente del flamenco; conocía todos  los cantes, bailes y artistas de este género. Era cuñado del insigne cantaor gaditano Manolo Vargas, contertulio de Agustín 'el Melu' en el gaditano Bar Andalucía y del bailaor Antonio Vargas, apodado ‘el Cojo Peroche’. De este simpático artista --se quejaba su cuñado ‘Breíta’--, cuando venía de Cádiz a El Puerto de visita, «ese día me quedaba sin habanos y sin whisky».

Era la calle Capillera una calle con mucho ambiente, junto a mi casa había una tonelería de dos socios: ‘El Torero’ y Agustín Álvarez, padre del que llegaría a ser alcalde comunista, Antonio Álvarez. En la esquina estaba la tienda de comestibles de Joselito ‘el Gallego’ que con el tiempo sería conocida como Bar Jamón y cuyo hijo Pepe Fernández ha levantado ese hermoso restaurante en la rotonda del Molino Platero.

Pero volviendo a esa gallera, en ella trabajaba un matrimonio de raza gitana, ‘la Jeroma’ y Curro Canales, gran entendedor en cuidar y poner a punto los pollos, para las peleas. Cuando tenían mucho trabajo venía Paco Gatica, persona conocedora en gallos de esta especie.

LOS FLAMENCOS DE ‘BREÍTA’.
Gran aficionado al flamenco y a los toros, 'Breíta' había sido novillero, por su casa pasaron: Antonio Ordoñez, Rafael Ortega, ‘Limeño’, Miguel Báez ‘Litri’, Juan Antonio Romero ‘Ciclón de Jerez’,  Manolo Caracol, Lola Flores, Pericón, ‘Beni de Cádiz’, ‘Paquera de Jerez’, Amor Rodríguez, Aurelio Sellés ‘el Tuerto’, Manolito Barrera ‘el Soldao’, Fernando ‘Terremoto’, ‘Sordera Jerez’, ‘Sernita , ‘La Perla de Cádiz’, Manuel Bermúdez Junquera ‘Anzonini’ (ver nótula núm. 524 en GdP), Manuel Parrilla, Fernando Gatica, Pepa Campos, Félix de Utrera y Roberto Iglesias, un buen guitarrista, portuense. /En la imagen de la izquierda, Manuel Bermúdez Junquera, 'Anzonini de El Puerto'.

Me comentó el guitarrista Félix de Utrera que cuando José ‘Breíta’ iba a Madrid, tenía asegurado dos meses de supervivencia, dada la cantidad de amistades y conocimientos que tenía en la capital, en aquellos años de los sesenta que fueron también muy duros. Le agradezco a José Brea, al que yo considero amigo,  la extensa  información  y datos que aportó al flamenco. (Texto: Antonio Cristo Ruiz).

 

 

6

Alfredo Jorge Suar Muro tenía 37 años y había nacido en Argentina -aunque posteriormente se nacionalizó español-, desde donde había emigrado junto a su mujer, María Teresa Decarlini Méndez. El matrimonio tenía dos hijos, Jorge y María Ana, de 8 y 6 años cuando Suar Muro fue asesinado. Vinieron a España a finales de los setenta, "porque esto era más seguro". "Alfredo estaba convencido de que si seguíamos en Argentina acabarían por matarlo. Estaban desapareciendo médicos. Los llevaban para curar heridas de bala. Nunca volvían. Nada de testigos" (Diario de Cádiz, 21/03/2009). /En la imagen, Alfredo J. Suar.

Después de pasar por Génova, donde Alfredo se especializó en Pediatría, la familia se instaló en El Puerto de Santa María. Allí echaron raíces, y Alfredo se enamoró de los toros y las ferias. "Por fin, después de tanta sinrazón, de tanto miedo, éramos felices. Vivíamos en un lugar en el que podíamos pasear con tranquilidad en la calle, donde se podía charlar, tomar algo en la terraza de un bar" (Diario de Cádiz, 21/03/2009). Además de su consulta de pediatría aceptó trabajar como médico de la cárcel de El Puerto de Santa María desde dos años y medio antes de ser asesinado. Sigue contando el Diario de Cádiz que "allí se hizo rápido con la población reclusa, ‘no miraba a la gente por el delito que hubieran cometido’ e incluso los etarras tenían tal confianza en él que no comían hasta que el doctor Suar no hubiera probado la comida. Es verdad que había muertos cada semana, pero el terrorismo parecía un conflicto lejano". /En la imagen, María Teresa Decarlini, la viuda de Suar.

14 DE OCTUBRE DE 1983.
A las 18:00 horas del 14 de octubre de 1983, un individuo entró en la consulta del doctor Alfredo Jorge Suar Muro, médico pediatra y facultativo del penal de El Puerto de Santa María, saliendo con él a los pocos minutos en dirección desconocida. Testigos presenciales vieron entrar al doctor Suar Muro en un coche empujado por dos personas,  mientras un tercer individuo también se introducía en el vehículo.

Horas después, empleados de la residencia sanitaria Fernando Zamácola de Cádiz vieron un vehículo Ford Escort con las puertas abiertas en las inmediaciones del hospital. Los trabajadores se acercaron al turismo y descubrieron el cuerpo del doctor Suar Muro sentado en el asiento del copiloto, recostado hacia atrás y con un impacto de bala visible bajo la oreja izquierda. Los pistoleros de la banda, tras secuestrarlo en su consulta, le habían disparado con un revólver del calibre 38, además de en la cabeza, en la columna vertebral, como se comprobó posteriormente.

MARTÍNEZ BASTARRICA.
El asesinato del médico de la prisión de El Puerto de Santa María se produjo después de que familiares de presos de ETA denunciaran públicamente en un periódico de San Sebastián la atención sanitaria, según ellos deficiente, que recibían los reclusos de esa cárcel. El mismo día en que se descubrió el cadáver del médico, familiares de Juan Carlos Martínez Bastarrica, preso en ese penal, habían denunciado que el etarra no recibía la atención médica adecuada a su hemiplejia progresiva, que se manifestaba en la parálisis de su cara y del brazo y pierna derechos. Los familiares del preso sostenían que los primeros síntomas de la hemiplejia habían sido detectados veintidós días antes y que ningún especialista lo había examinado todavía. Además, según la familia, la solicitud de que Martínez Bastarrica fuera trasladado a un centro hospitalario fue rechazada por la Dirección de la prisión.

DESMENTIDO.
Estas supuestas negligencias médicas fueron desmentidas oficialmente por el director del penal, que dio a conocer el parte médico del Hospital Mora de Cádiz, donde estaba siendo tratado Martínez Bastarrica, según el cual el paciente presentaba una paresia, es decir, una parálisis muy residual que tendría que evolucionar de manera espontánea, además de con los complejos vitamínicos que se le estaban suministrando (ABC, 21/10/1983).

REIVINDICACIÓN.
El 18 de octubre la banda terrorista asumía el crimen y aprovechaba el comunicado de reivindicación para amenazar de muerte a todos los funcionarios de prisiones. En el comunicado se decía que los funcionarios de las cárceles donde había "prisioneros políticos vascos" eran "objetivos militares y, por tanto, reos de la justicia popular". La campaña se frenaría si hubiese "una reconsideración consecuente en el ejercicio de su tarea profesional". La reivindicación provocó una gran sorpresa en medios policiales, porque hasta ese momento no se había asociado el asesinato del doctor Suar Muro con un atentado terrorista de ETA y la Policía lo atribuía a delincuentes comunes. "No se me olvidará nunca. Un policía que vino a casa fue muy gráfico. Con una carpeta abierta en las manos la cerró y dijo: ‘Carpetazo. Ha sido ETA’", contó su viuda al Diario de Cádiz en el año 2000.

ABC del 20 de abril de 1983. 

PRIMERA VÍCTIMA DE ETA EN ANDALUCÍA.
El doctor Suar Muro fue la primera víctima mortal de la banda terrorista ETA en Andalucía y el primer atentado contra un funcionario de prisiones. A día de hoy ningún miembro de la banda ha sido juzgado por este crimen. Los dos atentados siguientes de ETA en Andalucía fueron también contra funcionarios de prisiones. El 11 de agosto de 1989, un paquete-bomba destinado a un funcionario de prisiones, Dionisio Bolívar Muñoz, acabó con la vida de la madre de éste, Conrada Muñoz Herrera.  El 28 junio 1991 explotó un paquete bomba enviado por ETA a la cárcel de Sevilla I, que ocasionó la muerte del funcionario de prisiones Manuel Pérez Ortega, de los reclusos Donato Calzado García y Jesús Sánchez Lozano, así como del visitante Raimundo Pérez Crespo, familiar de un interno de la prisión.

Centro de Reinserción Social 'Alfredo Jorge Suar Muro', en Jerez.

CENTRO DE REINSERCIÓN SOCIAL.
En enero de 1984 el portavoz del Consejo de Ministros, Eduardo Sotillos, comunicó que el Gobierno iba a remitir al Parlamento un proyecto de ley extraordinario que permitiese conceder una pensión excepcional a María Teresa Decarlini, viuda del doctor Suar Muro. El proyecto de Ley fue aprobado en mayo de 1984. En octubre de 2004 el Gobierno creó en Jerez de la Frontera un Centro de Reinserción Social que lleva el nombre del médico asesinado. Antes, en el año 2000, se le concedió la Cruz al Mérito Civil a título póstumo y el Ayuntamiento de El Puerto de Santa María le dedicaba una calle.

Calle Dr. Alfredo Jorge Suar Muro, en la Costa Oeste.

En octubre de 2008, con motivo del veinticinco aniversario de su asesinato, Instituciones Penitenciarias realizó una ofrenda floral en el monolito dedicado al doctor Suar Muro a la entrada del penal de El Puerto.

Viuda, hija y nieta del médico asesinado, colocando flores en el monolito que le recuerda a la entrada del Centro Penitenciario Puerto I.

LA HIJA EN EL 25 ANIVERSARIO.
María Ana Suar, hija de Alfredo, escribió hace tres años una carta en el diario La Voz Digital con motivo del vigésimo quinto aniversario del asesinato, donde, entre otras cosas, decía: «Querido papá: Hoy, 14 de octubre, se cumplen 25 años sin ti. El tiempo pasa volando pero casi todo sigue igual. No sabes lo difícil que se me hace educar a mis hijas en valores como libertad, justicia, generosidad, amistad, compromiso, respeto o perdón […] Cuando me preguntaron por qué yo no tenía papá, la única respuesta que encontré fue que te llevó la Virgen rápidamente para cuidar de los niños que están en el cielo, sentados en las nubes. Ha pasado un cuarto de siglo y poco cambia en España. ETA, en su cobardía, continúa matando por la espalda, dejando viudas y huérfanos, privándonos de libertad por conseguir la suya, con tanto orgullo como para convertirse en mercenarios y sin la humildad suficiente para pedir perdón […]». (Texto: María José Grech).

«Este hombre del casino provinciano/ que vio a Carancha recibir un día»

Antonio Machado,

En el inicio del retrato satírico de un señorito andaluz ‘Del pasado efímero’.

Toreaba ‘Cara’ en nuestra Plaza. Habría la natural expectación en la ciudad, animada como siempre con la presencia de tantos forasteros que aunque nunca dejan de acudir a la tradicional llamada de los toros en El Puerto. Faltaba poco para la hora de comenzar el espectáculo, y ya el cordón de la multitud se deslizaba en animados comentarios por la calle Santa Lucía, camino del bizarro coso taurino, cuando el coche de la cuadrilla de José Sánchez del Campo, que había desviado ligeramente su itinerario, camino de la Plaza, se detenía de pronto  ante la fachada de una noble casa de la calle de las Cruces. Vivía allí D. Agustín del Toro, un ilustre y conocido portuense, a la sazón Teniente de Alcalde de su municipio, y que en funciones de tal debía presidir la corrida de aquella tarde.

«--Venía, D. Agustín, a pedirle a usted un favor…» --comenzó, grave y azorado el maestro, con esa timidez que los toreros tienen siempre delante de las personas de consideración. El caballero le infundió ánimos con una sonrisa de amabilidad. «--Tu dirás…». Y ‘Cara-Ancha’, mal que bien, se expresó: el caso era que el hombre deseaba lucirse aquella tarde ante los espectadores portuenses. Quizás --repetimos que ignoramos fecha y circunstancia-- la espinilla de alguna actuación reciente, no de su completo agrado; tal vez el deseo de afianzar su cartel en El Puerto, Plaza reconocida como de prestigio por toda la torería contemporánea; o acaso la intención de levantar su nombre en aquella competencia que durante tanto tiempo la afición trataba de establecer nada menos con con ‘Lagartijo’.

Lo que fuera. Pero ‘Cara-Ancha’ quería lucirse en aquella tarde torera del Puerto. Y, con todos los respetos, venía a pedirle el Sr. Presidente que, si a bien lo tenía, abreviase en lo posible el tercio de varas, para que el toro llegase enterito y con bríos a la faena de muerte. Ahí era nada: lidiar uno de aquellos bisontes de entonces, con seis años bien cumplidos y muchas arrobas de peso, sin que los piqueros detuvieran apenas con su vara el empuje y la fuerza del animal.

Sonrió D. Agustín del Toro. Y despidió al espada con nuevas palabras amables y la promesa de acceder con gusto a su petición. En efecto. Cuando ya en el transcurso de la corrida llegó el momento esperado por el matador, se oyó, ante el asombro de toda la Plaza, el agudo toque de clarín que señalaba el cambio a la suerte de banderillas. Se armó la marimorena. El público, indignado, protestaba del pronto cambio de suerte e increpaba con furia a la presidencia. Y entre el clamor colectivo que pedía: «¡Caballos, más caballos!», se escuchaban individuales y airadas voces que dirigían recuerdos nada expresivos para los antepasados, vivos y difuntos, de la ilustre presidencia.

Pero nada alteró el estado de las cosas. Se pusieron los tres reglamentarios pares de banderillas, si bien en medio d e una auténtica tempestad de protestas, que poco a poco, y por el natural cansancio, iba bajando de tono. Después sonó de nuevo el clarín, y José Sánchez del Campo, tras el brindis de ritual, se dirigió hacia la fiera, aún con el último eco de las protestas sonando en los tendidos, y realizó tal faena de muleta, culminara con una gran estocada recibiendo, que los espectadores se olvidaron por completo del reciente escándalo y trocaron las ya acalladas voces iracundas por la más firme y unánime salva de aplausos. ‘Cara-Ancha’ había logrado sus propósitos.

Grabado de 'Cara-Ancha' en plena faena.

Poco después, y cuando el público se dispersaba, abandonado ya el resonare coso, y con el comentario de la gran faena de ‘Cara-Anda’ como tema principal y casi único de sus conversaciones, la calesa de los toreros se detenía de nuevo ante la residencia de don Agustín del Toro. Descendió el espada y penetró en la casas, siendo en seguida recibido por su dueño. «--Don Agustín…»-- y de nuevo le dio las gracias, esta vez con una mayor y lógica expresividad. Y con ella, sus excusas. Puesto que por complacer su petición se había levantado aquel alboroto y el presidente se había visto obligado a escuchar los piropos de la enfurecida multitud.

Quitó importancia don Agustín a la cosa. Y llano y natural, introdujo a su visitante, a través del jardín, en la grata penumbra de la bodega. Charlaron cordialmente, y probaron distintas muestras de los ricos caldos que en ella, silenciosamente, se iban haciendo año tras año, con el incomparable saber hacer de la madre naturaleza. Así iba transcurriendo los minutos, cuando el Sr. Presidente notó que el torero parecía ocultar algo entre los pliegues del capotillo de paseo que, según tradición de entonces --y ello además, parece ser la justificación lógica de esta prenda-- llevaba echado sobre los hombros. /'Cara-Ancha' se retiró del toreo en 1894. En la localidad sevillana de Aznalcázar, se dedicó la vida pública ocupando la  alcaldía durante varios años, donde murió el 31 de marzo de 1925.

«--¿Que llevas ahí?»-- no pudo evitar la pregunta. Y ‘Cara-Ancha’, con una amplia sonrisa de hombre bueno y tímido, abrió el vuelo del capote mientras decía: «--Por tocar a banderillas antes de tiempo ha tenido usted, D. Agustín, el sofoco de esta tarde. Yo, en agradecimiento, le traigo esto como recuerdo». Y le mostraba el palo forrado de rizados papelillos, manchado con sangre aún fresca del morrillo del toro. Celebró D. Agustín el obsequio. Y ya con la banderilla en su mano siguieron coloquialmente sobre diversos puntos. Hasta que al ir a venenciar de nuevo sobre unas copas, el anfitrión se quedó un momento indeciso con las banderilla en la mano, sin saber, de momento, donde soltarla.

La banderilla que clavó 'Cara-Ancha' en el techo de la bodega de D. Agustín del Toro, más tarde de la firma Cuvillo y Cía. /Foto: Rasero.

«--Deme usted, D. Agustín --dijo sonriente el matador-- que aquí hay un precioso sitio para ella». Y tomándola de la mano del otro, báscula fuertemente su brazo y la lanzó con fuerza al techo de la bodega, donde quedó fuertemente clavada por su arponcito, en una de las vigas de la escuadra de la techumbre. Tiempo ha pasado desde entonces. Las personas y las cosas se han ido sucediendo en el transcurso evolutivo de los tiempos. Pero el techo de aquella bodega --que luego sería de la firma Cuvillo y Compañía-- seguía clavada [hace 43 años cuando se escribe este artículo] desafiando a la ley de la gravedad y al paso de los años, la banderilla de José Sánchez del Campo ‘Cara-Ancha’. (Texto: Manuel Martínez Alfonso).

2

Imagen del helicóptero siniestrado el pasado domingo, en la confluencia de las calles San Juan con Melero y Postigo. /Foto: Fito Carreto.

EL INNOVADOR TRABAJO QUE HACÍAN LOS TRIPULANTES DE LA AERONAVE.
¿Quieren ver a qué se dedicaban los pilotos y operadores de vídeo que viajaban a bordo del helicóptero siniestrado en El Puerto? ¿disfrutar de los paisajes?¿saben que la tecnología que usaban acababa de ser presentada como un producto estrella en Alemania? ¿que el trabajo de la empresa Traffics (en realidad una operadora turística) servirá para un sistema de reservas on line, orientado a iPhone y iPad? Pues todo eso lo contaba en El Mundo de Andalucía, en su edición papel del pasado martes. Aquí, en este blog ofrecía un adelanto y, de propina, dos vídeos y la foto de la aeronave siniestrada. De nada, me encanta internet. Por eso, tras tantos años enredado es un placer mostraros estas imágenes, que nadie, excepto El Mundo, ofrecía en las numerosas informaciones al respecto.

La aeronave, realizando sus trabajos de filmación sobre la costa española. /Foto: Rotorflug Helicopters

TRABAJANDO POR EL TURISMO.
Fuentes de la compañía explicaron  que realizaban trabajos para consolidar reservas de viajes on line mediante vídeos aéreos de las zonas costeras tanto en Mallorca como en la zona mediterránea peninsular, accesibles a través de Internet (Google Maps) mediante dispositivos inalámbricos (‘tablets’ y ‘smartphones’). Era uno de los primeros vuelos de la oferta Heliview, comercializada por la compañía Traffics, que era el nombre insertado el fuselaje de la aeronave.

El helicóptero accidentado, según fuentes de Aviación Civil (Ministerio de Fomento), es propiedad de la compañía aérea germana Rotorflug Helicopters, de Frankfurt, que cuenta con una sede en el aeropuerto de Son Bonet de Mallorca. La unidad siniestrada estaba siendo usada para la filmación de contenidos multimedia para un programa de reservas hoteleras on line que comercializa mundialmente desde hace pocos meses la compañía turística germana Traffics.

Este tipo de aeronave, Bell 206 Jetranger, es una de las favoritas, por su gran estabilidad, de fotógrafos y operadores de filmación. Desde pasado mes de enero, el  equipo siniestrado ha volado cientos de horas en el Bell JetRanger filmando localizaciones de instalaciones hoteleras que luego son ofrecidas en alta definición en la web del operador turístico Traffics.

INFORME.
Un portavoz de Aviación Civil informó a El Mundo que la CIAIAC (Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil) ha notificado sobre el accidente al país de la empresa, Alemania, a Estados Unidos –que fabrica el motor Rolls Royce con que va equipado- y a Canadá, país de la compañía Bell Helicopters.

El helicóptero siniestrao en El Puerto de Santa María, en su base de Mallorca. / Foto:  Rotorflug Helicopters

El informe preliminar podría concluir en pocos días. Los expertos consideran que el helicóptero siniestrado es uno de los más seguros en la actualidad y de menor coste de mantenimiento por la calidad de sus componentes. Con capacidad para el piloto y cuatro tripulantes, el Bell 206 Jetranger de Rotorflug Helicopters fue fletado para realizar un reportaje de vídeo entre Jerez y Málaga, según el plan de vuelo aportado a la torre de control del Aeropuerto de San Pablo.

COMPAÑÍA CON 30 AÑOS DE EXPERIENCIA.
Georgios Kipros, gerente de Rotorflug Helicopters, se negaba, a preguntas de El Mundo, a facilitar información detallada sobre el accidente, argumentando que se pronunciarán una vez que los especialistas de la CIAIAC concluyan su informe oficial y la policía española haya terminado sus investigaciones periciales. «--Hasta ese momento no vamos a hacer declaraciones ni tampoco facilitar datos de los tripulantes», afirmó Kipros desde Frankfurt. /En la imagen de la izquierda, Georgios Kipros, gerente de Rotorflug Helicopters

La compañía Rotorflug GmbH, establecida desde 1972 en Friedrichsdorf, cerca de Frankfurt, ofrece trabajos aéreos (carga, ensamblaje, corte, ambulancia, filmación, fotografía, etc.), vuelos de negocios, de incentivo y panorámicos. Cuenta con 30 años de experiencia en todos los aspectos relacionados con el vuelo de helicóptero y dispone de certificado de mantenimiento y su propia escuela de vuelo. Rotorflug GmbH también opera en Berlín, Kiel, Kaiserslautern, Koblenza, Egelsbach, Munich y Rostock.  (Textos: Pepe Contreras).

25

Aclaro, que no son perritos calientes, por si alguien asocia el título, a la ingesta de salchichas por parte de un yanqui pobre. La  mañana de antesdeayer , trece y martes, por romper el maleficio, ni me casé ni me embarqué, simplemente hice algo inhabitual. A las 10, hora en la que se supone debería estar trabajando, como el resto de los ciudadanos que lo intentan, me senté en una de las mesas del mentidero de El Puerto, en El Cafetín de la Placilla (ver nótula núm. 003 en GdP); el solícito camarero, al segundo, estaba ante mí dispuesto a recoger la comanda. No había muchos veladores ocupados; de ahí la rapidez en servirme un café con leche y churros recién hechos.

Sonaban las 10 horas; puntual, según me informo, como todos los días, llega a su puesto de trabajo el indigente de los perritos. De la mano, una cuerda que al final se convierte en dos bridas a las que lleva sujetos sendos perritos, humildes, pobres como él, no pertenecen a ninguna raza conocida; tienen escaso tamaño; ojos de listos.

Los perritos obedecen a su amo simplemente observado sus gestos. De inmediato, los perritos, tratan de encontrar la mejor postura, a lo largo del escalón del escaparate de una tienda; mientras él, deja sobre el suelo, un mugriento zurrón, medio saquito de pienso y  una especie de plato, que ha confeccionado sobre la marcha con un trozo de papel de aluminio. Con rutinaria precisión, introduce su mano en el bolsillo, extrae dos o tres monedas y las sitúa en el interior del recipiente que ha fabricado. Mira a sus perritos y les ordena que les dejen espacio para él. Se resisten unos segundos, pues ya había logrado su mejor acomodo. Levanta un poco la voz, y logra que se separen dejando justo el espacio para que él se siente.

Poca gente circula a esa hora; raro, porque es la justa para ir al mercado; desconozco si es a causa de la crisis o del sueño, pues ahora las marías, a falta de otras distracciones, apuran las noches viendo el circo, en el que despellejan entre sí, los comentaristas - copresentadores - indagadores de vergüenzas ajenas y propias de la más… más… y más… y menos… menos… y menos… de las televisiones que padecemos.

El indigente, con su barba cuidadosamente descuidada de seis o siete días;  siempre se le ve igual, con una sonrisa franca, y un poder de comunicación con la que sabe captar la simpatía, y casi siempre, la conmiseración de las gentes; le hace una carantoña al niño que su mamá transporta en el cochecito, al tiempo que levanta la vista hacia la madre, y le dice: «--¡Vaya niño guapo, se parece a su madre!» Y ya tenemos la madre abriendo el bolso y dejándole una moneda. Los sábados por la mañana, no permanece sentado en el escalón, tiene mucho trabajo con el ir y venir de las mamás.

No es ambicioso; debe tener su tope de necesidad y no quiere más. Saca para su tabaco y probablemente para comer; dormir no sé donde lo hará, pero seguro que su simpatía le habrá logrado un refugio.

Esta mañana como digo, no había mucha gente; se quedó sentado en el escalón y mirándome, levantó el saquito de pienso añadiendo: «--¡Este es del caro! ¡No es del corriente!» Yo le respondo: «--¡!Que bien viven los perros!» «--¡No lo sabe Vd. bien, en la carnicería me dan los recortes de jamón y se lo mezclo con el pienso! ¡Viven como reyes!» Así están de dóciles sus perros, y de lustrosos, y de obedientes… ¿y él? Sin duda, es más feliz que el común de los vecinos que cruzamos la Placilla, ensimismados en cómo resolver los grandes problemas con los que nos levantamos a diario. Así tiene siempre esa sonrisa, y sus perros, que no sonríen, siempre están moviendo la cola de alegría. (Texto y fotos: Alberto Boutellier Caparrós).

Tweet

1

Esta es la historia de un porteño que vivió entre los ríos Besaya y Guadalete, del que hoy se cumplen 110 años de su muerte.

Domingo José Morante de Lamadrid y López Seco se instala en El Puerto de Santa María posiblemente entre 1850 y 1853, con treinta y pocos años de edad, procedente de una parroquia cántabra llamada Cañeda, cerca de Reinosa, (Cantabria), estableciéndose como comerciante con  una tienda de género de mercadería en uno de los lugares mas céntricos de la población, la calle Larga, concretamente en los bajos de la casa número 139 antiguo, invirtiendo probablemente su herencia legítima paterna y sus propios ahorros en dicho negocio.

Demostrando prudencia, José Morante, en previsión de que los negocios no marchasen como esperaba, había dejado algunas propiedades rústicas en su tierra natal, propiedades a las que solo visitaría de nuevo en alguna escapada que hizo a su terruño en los años venideros, antes de entrar en achaques.

Sobre sus primeros pasos en El Puerto de Santa María no sabemos mucho, aparte lo indicado y la información que nos facilita él mismo en un testamento que realizó el 4 de Septiembre de 1854 en la notaría portuense de don José Miguel Pau. En esa fecha declara tener 33 años, estar soltero y tener por bienes “un establecimiento de género de mercadería en la calle Larga de esta ciudad, unas tierras de labor en su país de origen –Cantabria- y las ropas de su uso”. En las disposiciones, mandaba se distribuyesen cinco mil reales de limosna a los pobres necesitados el mismo día de su entierro y, en otra manda aparte, legaba algunos bienes a su tío materno Juan Antonio López Seco y a su hermano Manuel, designando por única y universal heredera a su madre, doña Maria López. /Emilia Seytre Enriquez de Guzman, esposa de nuestro protagonista

Afortunadamente este documento no tuvo efectividad, puesto que el Sr. Morante prolongaría algunos años más su vida, cruzando, incluso, la imaginable línea que separa el siglo XIX del XX, estableciéndose de forma total en El Puerto y encabezando una larga genealogía de sucesores portuenses que entroncaron con significadas sagas locales.

Volviendo al momento de la vida de Domingo José Morante, que se hace llamar e incluso firma como José solamente, hemos visto como en los días postreros del verano de 1854 establece su voluntad en previsión de un fatal desenlace. Aunque el negocio le absorbe gran parte de su tiempo, cultiva buenas amistades, integrándose plenamente en la sociedad local. Deducimos que Juan Bautista Marichalar y Antonio Honorato Seytre, ambas personas nombradas sus albaceas en el testamento antes citado fuesen dos buenos amigos. El primero, conocido industrial y comerciante, “especulador de vinos”, es decir, exportador y vendedor a mayoristas, con una fábrica de aguardiente en la Ribera del Río y un talante liberal que le llevaría a formar parte, años después, del primer Ayuntamiento Revolucionario Provisional tras la insurrección militar de 1868, la  denominada popularmente “La Gloriosa”.

La calle Larga, una imagen insólita de la misma, casi sin tráfico.

Estaba casado con una dama integrante de la selecta sociedad local de la época: Concepción Winthuysen Martínez-Baños, matrimonio que no tuvo descendencia. Y el segundo, de nacionalidad francesa, del comercio como él, que desde hacia varios años se había trasladado a El Puerto desde Cádiz, donde residió anteriormente.  Debió frecuentar la casa de su amigo, situada en el número 92 antiguo de la Calle Larga, en la acera par actual, entre las calles Espíritu Santo y de la Plata, que había enviudado y vivía con su única hija Emilia. Podemos imaginarnos a los tres, paseando una soleada mañana dominical por el frondoso y romántico Paseo de la Victoria, a escasos metros de la casa de don Antonio Honorato, aledaño al monasterio del mismo nombre,  deshabitado en esos años, abandonado por los franciscanos Mínimos que durante más de tres siglos lo tuvieron como residencia conventual. Emilia, recién cumplidos los diecisiete años, escuchaba embelesada las narraciones que hacía de su lejana tierra natal el amigo de su padre.

MATRIMONIO.

Esta admiración de la joven adolescente hacia el comerciante montañés debió ser reciproca y si a ello añadimos la complicidad paterna y la falta de prejuicios por la diferencia de edad, en pocos meses se concertó el compromiso y, finalmente la boda, que tuvo lugar en la Iglesia Mayor Prioral el día de Nochebuena del mismo año en que había formalizado sus últimas voluntades, en 1854.

Tienda en el crucero de las calles Larga (número 139 antiguo) y Luna, situada a la izquierda.

José Morante aportó al matrimonio un capital de cien mil reales, valor estimado del género que tenía en existencia en esa fecha en la tienda de mercadería que regentaba y de la que era dueño. Estaba situada en pleno centro, próxima al crucero de las dos calles principales y céntricas del casco urbano: Larga y Luna, popularmente conocida como “Las Cuatro Esquinas”.

La novia, hija de Antonio Honorato Seytre Charreron y de Josefa Enríquez de Guzmán, llevó una dote de 200.000 reales, cantidad correspondiente a su legítima materna que fueron invertidos en su totalidad por el joven matrimonio en la adquisición de una viña nombrada “La Panameña” en el termino de Jerez de la Frontera por la que pagaron 170.000 reales y en la propiedad de la mitad del palco número 19 del Teatro Principal de Cádiz.

Los primeros años de casado el matrimonio se instaló en la casa que tenía arrendada su suegro, propiedad de la familia Oyarzabal. Un par de años después nacería el primer hijo, una niña, a la que bautizaron imponiéndole el nombre de la abuela materna: Maria Josefa, y pocos días antes de dar a luz al segundo, al que nuevamente impusieron el nombre del otro abuelo: Antonio Honorato, falleció su padre, que solo que contaba 54 años de edad. Finalizaba el mes de enero de 1858.

La calle Nevería, en el primer cuarto del siglo pasado.

Tras el fallecimiento de don Antonio Honorato Seytre los Morante Sytre se trasladaron de forma provisional hasta encontrar una casa en la que instalarse definitivamente,  que pudiesen adquirir en propiedad y estuviese cercana a la tienda de mercadería. El nuevo hogar lo instalaron en la calle Nevería, en el piso principal de la casa número 3, realquilados por una joven viuda, natural de Gibraltar, llamada Dolores Ginés Ruiz, casa situada a una manzana de distancia del lugar de trabajo del cabeza de familia. En este año de 1859 se incorporó a la unidad familiar la madre de don José, contando asimismo con tres personas de servicio. Allí nacieron, en 1861: Lorenzo y en la primavera de 1863 una niña a la que impusieron el nombre de Emilia.

Por esas fechas José Morante había ya comprado un espléndido inmueble, situado en otra de las arterias mas céntricas y comerciales de la ciudad, la calle Luna, a menos de cincuenta metros de su tienda de tejidos. a las hermanas María del Carmen y Trinidad Ortiz Veristani, que vemos en la imagen de la izquierda.

Cuando los negocios funcionaban y la mejora económica de la familia era una realidad palpable, un grave contratiempo vino a enturbiar la buena racha familiar. Emilia I –así la llamaremos para distinguirla de otra de igual nombre que nacería posteriormente- murió de neumonitis el día 9 de julio de 1863, cuando contaba tan solo tres meses de vida.    Meses después nacería un nuevo hijo, en este caso varón, que ocuparía el 4º lugar entre los hijos vivos, al que bautizaron como Emilio. Y detrás de este, escalonados en el tiempo, muchos más hasta completar once hijos de los cuales solamente seis de ellos traspasaron la barrera de la infancia y llegaron vivos a edad adulta. Fueron, por este orden: María Josefa, Antonio Honorato, Lorenzo, Emilio, Emilia y María del Carmen Morante Seytre.

Consolidado el negocio, José Morante y su familia gozarán de una desahogada posición económica y él, aparte de sus ganancias como comerciante con el legado económico de su buen amigo y padre político se convierte en pequeño propietario, pues a la reciente adquisición del inmueble en calle Luna hay que añadir las posesiones agrícolas antes citadas,   y otro inmueble en calle Cantarería número 2,  casa de una sola planta, con 224 metros cuadrados de superficie, comprada conjuntamente con un almacén-bodega en calle Santa Clara, esquina y vuelta a la de Cantarería, es  decir, lindera con la antes citada, en donde iría almacenando –cultivando, es la palabra adecuada- diversos caldos hasta lograr con los años una excelente bodega, con productos reputados y apreciados entre sus contemporáneos.

Calle Cantarería, bodega que, junto a la esquina con Santa Clara perteneció a Morante.

Ambos inmuebles fueron adquiridos conjuntamente a don Faustino González Barbadillo.  Con ellos y en ellos, aparte de incrementar su patrimonio familiar, José Morante encontraría en este nuevo negocio de crianza y tráfico de vinos, especialmente en su vejez, una fórmula perfecta, todo un estímulo para sobrellevar la soledad de su viudedad y sus últimos años de vida.

Volviendo a la secuencia de su vida, habíamos dejado al matrimonio pendientes de trasladarse a la casa de Luna 32, una casa  que había reformado a su gusto, remodelando la fachada. el Maestro Pablo José Arduña.  La espléndida mansión ocupaba una superficie total de 306 metros cuadrados con un total de 26 habitaciones o dependencias, distribuidas 8 de ellas en el piso bajo y el denominado “entresuelo”, entre el bajo y la primera planta o principal que tenía 9 habituaciones, al igual que la segunda, así como una amplia “azotea” es decir, terraza y cubierta al mismo tiempo, donde tender y ventilar las ropas, cortinajes, etc.. y en donde figuraba una zona cubierta para instalar los lavaderos y el cuarto donde hacer la colada, tan en boga en la época.

La calle Luna, a la derecha, la tienda de Morante y más arriba su vivienda, en el número 32 antiguo.

En 1869 estaban instalados en ella, posiblemente desde hacía varios años, el matrimonio, cuatro hijos y su madre, doña María López Seco, que en esa fecha contaba 69 años de edad, que se había trasladado en la década anterior desde Cañeda, de donde era natural y donde residía hasta entonces, para incorporarse al núcleo familiar.  Le acompañaban en estos años tres sirvientes cántabros de bastante edad, de los de entonces, es decir de los que durante toda su vida, desde la juventud hasta la senectud que ahora empezaban a desarrollar habían estado al servicio de la familia y en él continuaban hasta la muerte, bien del que servían, o la suya propia, integrándose en el “cuerpo de casa” –así denominaban al servicio interno- que completaba una joven doncella de la localidad. /Imagen de la vivienda que adquirió, reedificó y ocupó en la calle Luna, junto a calzados Noel.

Así fueron transcurriendo los años, los lustros, las décadas, desarrollando una vida laboriosa y familiar, entregado en cuerpo y alma a sus negocios y aficiones, viendo crecer a sus hijos, a los que proporcionó  una esmerada educación. Dos de los varones siguieron la carrera militar y el tercero y mas pequeño de ellos le ayudo y acompañó en la tienda de tejidos. Algunos se casaron, comenzaron a florecer los nietos y celebró con felicidad sus bodas de plata matrimoniales. Sería esta la  primera generación portuense de los Morante Seytre. /La nieta de Morante, María Febrés Morante, con  los Ruiz Golluri, en la casa de la calle Cielos.

Por todo lo indicado, el fallecimiento de su esposa supuso un fuerte golpe, algo más que la perdida de un ser querido. Perdía una buena amiga y confidente, una solícita  compañera y una fiel y cariñosa esposa, especialmente en esos años últimos en los que la mayoría de los hijos se habían emancipado. El luctuoso hecho tuvo lugar el 7 de Agosto de 1888 cuando, apenas había rebasado doña Emilia el medio siglo de existencia.  Durante muchos años, puntualmente, el viudo y los hijos organizaran cultos en el aniversario de su muerte,  evidenciado que permanecía vivo su recuerdo.

En la bodega de su propiedad de calle Santa Clara almacenaba medio millar de botas de selectos productos, cuya valoración suponía el 45% del importe de los bienes, 120.000 pesetas. La especialidad de este buen viticultor, pues cultivaba en viñas propias la uva, viñas –dicho sea de paso- situadas en el lugar mas estimado de la zona Jerez, Marchanudo, en terrenos albarizos, ideales para el cultivo de la variedad utilizada en los mas selectos vinos. En su hacienda realizaba las faenas de vendimia y en su bodega transformaba el mosto en vino, siendo su especialidad un “Amontillado”, vino muy hecho, sin marca, criado en siete soleras o añadas, proceso que garantizaba, sin duda, un producto exquisito. De este rico caldo, tenía el Sr. Morante, en 1888, nada menos que 353 botas, es decir, más de 175.000 litros de dicho producto. En el resto de vasijas almacenaba “Palo Cortado”, “Oloroso”, “Pedro Ximenez” y otros vinos de varias clases ocupando tres docenas de botas, así como 22 botas de vinagre, una de aguardiente y 65 de vinos bastos y ácidos. Solo tenemos referencia de dos marcas propias, aunque no se embotellaban como tal, pues su venta era por arrobas, medida que tiene 16 litros. Se llamaban “Canilla y Perruno” y “Perruno Chico” y en esa fecha tenía siete y seis botas en existencia, respectivamente.

Mapa de la 'España del Caciquismo'.

José Morante también hizo sus pinitos en política en edad jubilar. Hemos encontrado referencias en la prensa local que así lo indica, siendo citado entre la docena de vocales –ocupando el primer lugar- que componían el comité local del partido Liberal Conservador, en el año 1894, que presidía don Francisco Miranda Hontoria, Capitán de Fragata retirado. Figuraban en dicho comité comerciantes y bodegueros como él, tales como Carlos Hernández Carrera y Felix Gonzalez Urruela, así como un paisano que años después alcanzaría notoriedad en la gestión municipal: Severiano Ruiz Calderón, perpetuándose su memoria al rotular con su apellido el principal paseo y parque público de la localidad, el denominado “Parque de Calderón” que discurre paralelo al río.

José Morante formó parte de los '12 Magníficos', encabezados por Tomás Osborne, creadores de la sociedad de la Plaza de Toros.

Es bastante probable que don José participara en este comité conservador más por compromiso social que por vocación, aunque el ideario del partido se ajustaba a sus convicciones, talante y comportamiento, no era del tipo de personas que le gustase figurar por figurar.  Un hecho que confirmaría esta suposición ocurrió en la primavera de 1895. Reunido el comité para decidir la candidatura del partido a las próximas elecciones municipales, asistieron tan solo la mitad de los componentes. Hubo dos propuestas o listas; una, encabezada por Alfredo Figueroa,  a propuesta  del presidente y la otra candidatura,  propuesta por el Sr. Ruiz Calderón, encabezada por Domingo José Morante. Sometidas a votación hubo empate a cuatro votos, decidiendo dos votos por correo, tal como hoy lo conocemos, definidos como “representaciones por escrito” en la prensa de la época, precisamente uno de ellos de José Morante, que votó a favor de la candidatura presidencial, auto eliminándose.

Coincidiendo con su viudedad comenzaron a agravarse los achaques propios de la edad, a pesar de ser de una fuerte constitución, sin duda. A fines de 1894 fue operado en su propio domicilio por los doctores Isorna y Moresco, prestigiosos galenos gaditanos que se desplazaron en tren desde la capital para una intervención que debemos suponer leve, tal vez de las vías respiratorias altas, intervención que fue calificada como exitosa por la prensa local que se hizo eco de la misma.  Apenas un año después conocemos por el mismo medio que había sufrido y superado una grave dolencia, y en Noviembre de 1900, ya octogenario, nuevamente fue operado por el doctor Isorna, en esta ocasión auxiliado por un equipo de cuatro facultativos, extirpándole un epitelioma en la comisura del labio.

Vista desde el Restaurant de La Puntilla, a cargo del Hotel París, en 1910. /Colección Thomas IEFC

Cuidado por su hija menor Maria del Carmen, con la que pasaba temporadas en la casa que tenía en las viñas, especialmente los meses de verano y las convalecencias de las operaciones, respirando el benéfico aire campestre, transcurrió el último tramo de su vida. Convertida en crónica su enfermedad desde hacía varios años, en los primeros meses de 1901 esta se agravó, entregando finalmente su alma a Dios el miércoles, 14 de Agosto de ese año, hoy hace 110 años, después de recibir los Santos Sacramentos y la Bendición de Su Santidad, según se indicaba en la esquela mortuoria publicada en la “Revista Portuense”..

Emilia Morante, hija de nuestro protagonista, con su segundo marido, Joaquín Ruiz López (alcalde de El Puerto entre 1904 y 1905 y entre 1907 y 1909), en la Quinta de los Ruiz, luego de Terry, hoy Hotel Duques de Medinaceli.

Tal como indicamos en el enunciado del capítulo, el río de la vida de este emigrante montañés, como señaló Jorge Manrique, llegó al mar. En su dilatado curso, abundaron las aguas mansas y fértiles, que fueron bien aprovechadas en laboriosas norias y productivos regadíos, dejando abonada sus orillas con el limo de su ejemplo.  (Textos: Antonio Gutiérrez Ruiz. A. C. Puertoguía). (Fotos: Magdalena Rodríguez Lara y Archivo GdP).

7

José Alonso Martín nació en Madrid el 29 de agosto de 1935. Tenía tres hermanas: Maruja, Carmen y Conchita y estaba casado con la portuense Eloisa Govantes Pico, a la que conoció cuando llegó a nuestra Ciudad en 1960. Fallecía el pasado domingo en Cádiz, a la edad de 75 años.

1935
Manolo Prieto, el creador del Toro de Osborne, presenta diversas obras en el "XVII Salón de los Humoristas" celebrado en Madrid y obtiene 2 primeros Premios en el Concurso de Carteles Turísticos Pro-Guipúzcoa organizado por la Diputación de Guipúzcoa. Se funda la Bodega Obregón. Abre al público en junio el Cine Orpheo, en Puerto Escondido, permaneciendo funcionando hasta noviembre de 1941. En junio, Luis Cómpanys, expresidente de la Generalidad de Cataluña, ingresa en el Penal de El Puerto.  Era alcalde de la Ciudad, José Luis Macías Caro. Rafael Alberti le dedica la elegía ‘Verte y no verte’ a Ignacio Sánchez Mejías, ‘Poesía (1924-1930)’ y ‘Versos de Agitación’. Muñoz Seca estrena las obras ‘El Gran Ciudadano’, ‘Papeles’, ‘El rey Negro’, ‘La Plasmatoria’, ‘Soy un sinvergüenza’ y ‘Triple Seco’.

Muere el fundador de la Revista Portuense, Dionisio Pérez Gutiérrez.  Muere el Conde de Osborne, Tomás Osborne y Guezala, en posesión de este título pontificio desde junio de 1900. Su hijo, Ignacio Osborne Vázquez se hace cargo de la bodega hasta 1972. Nacen el humanista Rafael Esteban Poullet, ediácono Francisco Prieto Ramos, adscrito a la Parroquia del Carmen y San Marcos y el corredor local Pedro Rizo Pérez.

Gran Vía, 19 con los Almacenes Rodríguez a la derecha en el edificio obra de Modesto López Otero. A la izquierda podemos ver la parte trasera del Oratorio del Caballero de Gracia, tal y como eran antes de la reforma llevada a cabo en los años 70/80 que le dejó su aspecto actual.

ALMACENES RODRÍGUEZ.
Como hemos señalado, Pepe Alonso llegó a nuestra Ciudad el año 1960, como representante de zona de los afamados Almacenes Rodríguez, gran almacén instalado en el número 19 de la Gran Vía madrileña. Edificados en 1921 fue inaugurado por Alfonso XIII y contaba con 9 plantas dedicadas al mundo del hogar: muebles, electródomésticos, ropa de la casa… Desapareció en 1977 levantándose un edificio que nada tiene que ver con la Gran Vía que albergó primero la sede de las Cajas Rurales y, actualmente, unos juzgados.

Eloisa Govantes Pico que luego sería su mujer, José Alonso Martín, Milagros Govantes Pico y Marina Rábago Vega, de espaldas en la Feria de 1964. Perteneció, a sus inicios, a la Peña 'El Binomio' con su caseta en la Feria.

ASOCIACIÓN DE ARMADORES DE BARCOS.
Una vez cerró Almacenes Rodríguez, fue contratado por la Asociación de Armadores de Barcos de Pesca, presidida por Genaro González Padilla a la que también pertenecía José, el hermano de éste. Colaboró también en asuntos de secretaría particular de María del Carmen Osborne Fernández.

MADRIDISTA ACÉRRIMO.
Contrajo matrimonio con nuestra paisana Eloisa Govantes Pico el 9 de septiembre de 1967. Y como era un grandísimo aficionado al Real Madrid, en la despedida de soltero, los amigos le gastaron una de esas bromas de tanta retranca que siempre se han dado  en El Puerto: lo obligaron a lucir durante bastante tiempo la camiseta con los colores del Atlético de Madrid.

BAR CENTRAL.
En El Puerto se integró con la reunión de jóvenes que solían parar en el desaparecido Bar Central, en el crucero de las calles Larga y Luna, donde hoy se encuentra el Banco de Andalucía. Allí trabó amistad con Manolo Pico, Angel Zamacola, Luis Poullet, Paco Acosta, Jacinto Cossi, Vicente González, los hermanos Bononato, Peña… todos ellos fundadores de la novísima hermandad del Dolor y Sacrificio, de la que pronto pasaría a formar parte nuestro protagonista.

Reyes Magos de 1979, de pié Miguel Lobato Quintero, Juan Martín Vélez, Rafael Sevilla López, rey Baltasar, rey Gaspar, Javier Merello Gaztelu a la sazón alcalde de la Ciudad, Enrique Pedregal Valenzuela, rey Melchor, José Antonio Español Caparrós. Agachados, Pepe Alonso Martín, Luis Poullet Ramírez, n.n. y Felipe Bononato Saez.

HERMANO MAYOR.
Tal fue su grado de implicación con el Dolor y Sacrificio que llegaría a ser Hermano Mayor de la cofradía entre los años 1973 y 1975. Tres años mas tarde colaboraría con dicha hermandad en la organización de la Cabalgata de Reyes Magos de ese año, encarnando a SSMM los Reyes de Oriente Rafael Corzo Ganaza, Francisco Sordo Díaz y Juan Díaz Sara.

De izquierda a derecha, el diputado de UCD, Antonio Morillo Crespo, desconocido, el ministro Juan Antonio García Díez, Pepe Alonso y Luis Frontela, durante una visita a la clínica de dicho doctor, hoy Santa María de El Puerto, en su etapa de concejal.

CONCEJAL DE UCD.
En 1979 formó parte de la lista que Unión de Centro Democrático, presentaba a las primeras elecciones municipales tras la dictadura, encabezada por Victor Unzueta Gabiola, resultando elegido concejal de la corporación municipal y, si bien UCD ganó las elecciones no lo hizo por mayoría absoluta, alcanzando la alcaldía el comunista Antonio Álvarez Herrera, merced al pacto de los partidos de izquierdas: PC, PSOE, PSA. Fueron compañeros suyo de candidatura Antonio Ariza Albaiceta, Daniel Arias Fernández, Antonio Cordero Velázquez, Enrique Miranda García, Carlos Campoy López, José Luis Poullet Ramírez, Manuel Fernández de la Trinidad, Elías Martín Velázquez, Antonio Nogués Ropero, Manuel Pacheco Albalate, entre otros. /En la imagen, Pepe Alonso, concejal de la Corporación Municipal, con 43 años.

Representantes de la primera corporación municipal democrática, Eduardo Pérez (PSA), Manolo Moreno (CD), el alcalde Rafael Gómez Ojeda (PCE), Rafael Valera (PSOE) y Pepe Alonso (UCD).

En animada convivencia en la Feria de Primavera, la última que se celebró en Crevillet, brindando con Fino Pavón con el edil comunista Miguel de Santiago en presencia de otro concejal, Luis Poullet. A la izquierda vemos a Manuel Rodríguez, concejal del PC y al entonces secretario de la alcaldía, Pepe Gil.

Colaborador de la Parroquia del Carmen y San Marcos, tenía una fuerte amistad con el desaparecido presbítero Ramón González Montaño, con nótula núm. 232 en GdP. También colaboró con AFANAS.

Los que habían sido concejales en los ayuntamientos democráticos y los que lo eran aquel 6 de diciembre de 2003, posan juntos y revueltos tras el acto institucional celebrado en el Auditorio Municipal del Monasterio de la Victoria, a la finalización del acto conmemorativo del XXV Aniversario de la Constitución Española. Fila superior: Ignacio García de Quirós Pacheco (PSOE), Alberto García (IU). Siguiente fila: Miguel Cirera Jiménez (PSOE), Francisco Sánchez Gatica (PSOE), Miguel Marroquín Travieso (PSOE), José Alonso Martín (UCD), José Fernández Sánchez (IP), Antonio Sánchez González (PSOE), Pedro López Fernández (PCE), Francisco Lara Fernández (PSOE).
Siguiente fila: Fernando Jiménez Romero, Secretario General del Ayuntamiento, José Valiente Moreno (PSOE), Eduardo Bocarando Gándara (PCE), Antonio Muñoz Cuenca (PSA), Manuel Rodríguez González (PCE), Victor Unzueta Gabiola (UCD), Ignacio García Rodríguez (IU), José Luis Romero Pacheco (PSOE).
Siguiente fila: Patricia Ybarra Lalor (PP), Juan Ramón Castillo (PP), Carmina Porra Pérez (PP), Rafael Vallejo (PP).
Siguiente fila: Jaime Pombo (IP), Manuel Romero (IP), Silvia Gómez (IP), D, Carlos Montero Vítores (PP), Carlos Campoy López (UCD), Rafael Valera Rey (PSOE), José Galán (PP), Juan Arana (PP), Pepa Conde (IU) Rosario Sentís (IU), Julio Acale (IU).
Siguiente fila: Vicente Sucino Rico (PSOE), Francisco del Castillo (PP), Carlota Benjumeda (PP), Juan Gómez Fernández (PP), Joaquín Corredera Andrés (PSOE), Carmen Lara (IP), María Jesús Sánchez (IP), Yolanda Nimo (IP), Consuelo Gamero (PSOE), Lola Caballero (PSOE), Manuel Moreno Romero (CD-PP), Antonio Alvarez (PCE-PSOE), Francisco Corbacho (PSOE), José Antonio Navarro (PSOE), Maria del Carmen Martín (PSOE), Manuel Pérez Blanco (PP), Carlos de la Flor Morales (PSOE), Enrique Moresco (IP-PP), José Manuel Cauqui (IP).
Agachados: Manuel González Cordero (IU), José Antonio Castro Cortegana (IU), Mª Angeles Fernádnez Bustabad (IP), Hernán Díaz Cortés (PP-IP) Fernando Gago García (PSOE-IP). (Foto Jorge Roa).

2

Hoy martes a las 21:00 horas, en la sede social de la Academia de Bellas Artes ofrece una conferencia el Dr. en Historia Juan José Iglesias que versará sobre "El Puerto de Santa María en la época del Marqués de la Ensenada". Será presentado por el académico Javier Maldonado Rosso.

Zenón de Somodevilla y Bengoechea, I Marqués de la Ensenada nació en Hervías, (La Rioja), en 1702 y falleció en Medina del Campo, (Valladolid), el año de 1781. Procedente de una familia de hidalgos, fue incorporado al servicio de la Monarquía por Patiño, quien le reclutó como oficial del Ministerio de Marina durante la preparación de una expedición a Ceuta en 1720.

Ascendió progresivamente en la carrera burocrática hasta el puesto de comisario de Marina en El Ferrol (1730). Pero lo que le encumbró políticamente fue su eficaz labor como organizador de la escuadra española destinada a reconquistar Nápoles para el príncipe Carlos (el futuro Carlos III) durante la Guerra de Sucesión de Polonia (1733); sus servicios fueron premiados con el título de marqués de la Ensenada en 1736.

Desde entonces ocupó los más altos cargos de la Monarquía: secretario del Consejo del Almirantazgo (1737), intendente de Ejército y Marina de la expedición a Italia durante la Guerra de Sucesión de Austria (1741)… y, en 1743, secretario de Estado y del Despacho, ocupando simultáneamente tres de las cuatro carteras ministeriales existentes: la de Hacienda, la de Guerra y la de Marina e Indias. Su poder se completó con cargos como los de notario de los reinos de España, lugarteniente general del Almirantazgo, superintendente de las Rentas de Millones y de Tabacos, miembro del Consejo de Estado… La muerte de Felipe V en 1746 mejoró aún más su situación, pues el nuevo monarca, Fernando VI le confirmó en todos sus cargos y le nombró además secretario de la reina (1747).

MINISTRO UNIVERSAL.
Convertido prácticamente en ministro universal, Ensenada encaminó su política hacia el fortalecimiento del Ejército y la Marina en previsión del inevitable conflicto que, a la larga, tendría que sostener España con Inglaterra por sus intereses coloniales enfrentados, conflicto en el que desconfiaba de poder contar con la ayuda de Francia. Para ello se esforzó por impulsar la economía productiva de la Península y el comercio con América, mejorar el rendimiento del sistema fiscal, fortalecer el control de la metrópoli sobre las Indias y reconstruir la flota.

DESPOTISMO ILUSTRADO.
En ese ambicioso programa destacan medidas como las nuevas ordenanzas militares, el envío de «espías industriales» a Europa para modernizar la construcción naval española, la creación del Real Giro, el levantamiento de un catastro general de la riqueza de las 22 provincias castellanas --el famoso «Catastro de Ensenada»--, el proyecto de simplificar la Hacienda y hacer contribuir a los estamentos privilegiados a través de la Única Contribución, la construcción de canales y carreteras… en definitiva, una acción de fortalecimiento del poder real y de fomento de la riqueza del país, que le sitúan en el ámbito del ‘Despotismo Ilustrado’ propio de su época.

CAÍDA EN DESGRACIA.
Su posición en la corte fue socavada desde 1746 por el secretario de Estado Carvajal, representante de los intereses ingleses; tras la muerte de aquél en 1754, Ensenada cayó del gobierno por la acción combinada de las protestas inglesas y del malestar que sus iniciativas fiscales habían causado entre los estamentos privilegiados. Fue desterrado en Granada y, posteriormente a El Puerto de Santa María.

“Vista del Puerto de Santa María”, óleo sobre lienzo, 70 x 95 cm, 1781-1785 (propiedad del Museo del Prado, en depósito en el Museo Naval de Madrid)

ENSENADA, EN EL PUERTO.
Zenón de Somadevilla viviría la segunda parte de su destierro por dos años y medio en El Puerto de Santa María. El jueves 15 de diciembre de 1757 llegó a dicha Ciudad el marqués de la Ensenada, procedente de su destierro de Granada. Una enfermedad aconsejó en 27 de septiembre anterior, por medio del médico José de Nájera, «para curar el accidente de pecho que padecía» que se trasladara a una ciudad con aires más húmedos y menos fríos que los de Granada. El rey Fernando VI había resuelto el 26 de octubre que residiera en El Puerto «por la benignidad del clima». Así el 19 de noviembre salía de Granada, tardando casi tres semanas en llegar a nuestra Ciudad, el 15 de diciembre de 1757, acompañado de un religioso y un oficial. /En la imagen portada de
‘Don Cenon de Somodevilla, marqués de la Ensenada; ensayo biográfico formado con documentos en su mayor parte originales, inéditos y desconocidos (1878)’,  de Antonio Rodríguez Villa. Madrid.

En El Puerto el Comandante Juan de Villalba le puso en su casa, para su resguardo y el de sus bienes cuatro hombres con un cabo de escuadra «por hallarse situada su habitación en un extremo del pueblo y los muchos robos que allí se acometen». El Ministro de Estado Ricardo Wall le indica, días después que  «por no aprobarlo S.M. el Rey retire a su cuartel los cuatro hombres y el cabo que en casa de Ensenada había puesto de guardia, porque ni corresponde al estado actual del señor Marqués, ni se halla preso» y que deberá considerarse confinado en el recinto de la Ciudad, como lo estuvo en Granada, y que «no deberá en modo alguno pasar a Cádiz». /En la imagen, edición actual del volúmen de Antonio Rodríguez Villa sobre el Marqués de la Ensenada.

La envidia y encono de sus émulos llegó hasta el punto que se falseó su vida tranquila trocándola  como si fuera licenciosa. Tuvo que intervenir el Arzobispo de Granada para desmontar la infamia. A Ensenada le hubiera gustado haber continuado su destierro «donde vivir con más quietud y menos bulla», y es que le repugnaba ir a puertos de mar, por razones que no explicaba.

LIBERACIÓN.
El 13 de mayo de 1760, en la Gaceta de Madrid, se publicaba el decreto mediante el cual el nuevo rey, Carlos III, (a la izquierda de la imagen) levantaba el destierro que el de la Ensenada mantenía en El Puerto, si bien recibiría el traslado del mismo con anterioridad a la fecha de la publicación, pues el 6 de mayo ya estaba en Madrid.

Tras la liberación recibió los cargos de consejero de Estado y Hacienda y miembro de la Junta del Catastro. Seis años más tarde, en 1766, fue acusado de haber participado en el motín de Esquilache y nuevamente confinado, esta vez en Medina del Campo, donde murió en 1781.

CATASTRO
Desde 1749 se realizó, en los 15.000 lugares con que contaba la Corona de Casrtilla (entre los que no se cuentan los de las provincias vascas, por estar exentas de impuestos), una minuciosa averiguación a gran escala de sus habitantes, propiedades territoriales, edificios, ganados, oficios, rentas, incluyendo los censos; incluso de las características geográficas de cada población. Fue ordenada por el rey Fernando VI a propuesta de su ministro el Marqués de la Ensenada y recibe hoy el nombre de Catastro de Ensenada.

En la imagen de la izquierda portada del ejemplar de Juan José Iglesias Rodríguez, "PUERTO DE SANTA MARIA EN 1752, según las Respuestas Generales al Catastro del Marques de la Ensenada". (Madrid,1991). Ed. Tabapress/ Ayuntamiento. de El Puerto de Santa Maria. 157 págs. 15 x 23 cm. Indice: Puerto de Sta. Maria en el siglo XVIII. Respuestas Generales.

Mapa General de España y Portugal con la división provincial del momento (1782) por D. Tomás López. Biblioteca Nacional.

RESPUESTAS GENERALES.
El resultado a este Interrogatorio de 40 preguntas, al que respondieron las 22 provincias que a mediados del siglo XVIII conformaban la corona de Castilla, es lo que conocemos como “Respuestas Generales” realizadas entre 1750 y 1756, al tener que repetirse todas las relativas a Murcia, -excepto Caudete-. Se pretendía obtener información precisa sobre diversos aspectos de cada población: su extensión y límites, tipos y calidades de las tierras, clases de árboles y frutos, número de vecinos y sus bienes, riqueza, impuestos, rentas y un largo etcétera, que proporcionaría a la administración un profundo conocimiento del territorio, del que en esos momentos carecía.

En 1869 sus restos mortales fueron trasladados al Panteón de Marinos Ilustres de San Fernando, y empezaron a editarse obras retrospectivas sobre su labor al frente de la política española. (Basado en textos de Antonio Rodríguez Villa).

En su honor se construyó el Petrolero de Flota "Marqués de la Ensenada" partió el pasado 20 enero de la Base Naval de Rota, para integrarse en la agrupación de la OTAN, SNMG-1, ante una de sus últimas navegaciones antes de pasar durante el segundo semestre del presente año a situación Delta y posterior baja de la Lista Oficial de Buques de la Armada.

3

Julio Bernardo Fuentes Bobo nació en Zamora el 2 de julio de 1930, --hace 81 años-- hijo de Bernardo Fuentes e Isabel Bobo, siendo el mayor de tres hermanos. Llegó a nuestra Ciudad destinado al Instituto Laboral --hoy de Santo Domingo-- en el Curso 1960-61, donde impartiría clases de inglés y donde, dos años mas tarde se casaría con Carmen Oñoro López, el 22 de diciembre de 1963, con quien tuvo tres hijos: Raúl, Raquel y Elsa y ya, dos nietas. Vive en Salamanca desde 1979.

1930
El año de su nacimiento, el rey Alfonso XIII visita las cuevas cantera de la Sierra de San Cristóbal. Se crea el Instituto Colombino de El Puerto. El Castillo de San Marcos es declarado Monumento Nacional. Rafael Alberti publica su libro de poesías 'Sermones y Moradas'. Ese año se casa con María Teresa León.  Se produce relevo de alcaldes, siendo elegido el 26 de febrero José Luis de la Cuesta Aldaz y el 18 de marzo, Eduardo Ruiz Golluri. El 6 de junio se desborda el río Guadalete por el temporal de lluvias, arrastrando millares de haces de trigo y cebada y muchos animales muertos. El restaurador Juan Botaro da a conocer ese año la autoría, por parte de Juan de Mesa, de la imagen del San Francisco Javier, custodiada en la iglesia de San Francisco. Se funda la Hermandad de la Misericordia y Ntra. Sra. de la Piedad. Nacen ese año, también,  José Luis Mediana Gutiérrez, 'Peligro', conocido dependiente de la tienda de la calle Cruces 'Casa del Curita' y Juan Carreto Aparicio, canónigo magistral que fue de la Colegial de Jerez.

Es larga y compleja la relación de centros docentes en los que estudió a lo largo de su vida. Las Escuelas de Náuticas de Cádiz y La Coruña, entre 1949 y 1958. Entre 1970 y 1986 en las Universidades de Barcelona  y Oviedo.

Visita que hicieron los hermanos fundadores de la Hermandad del Dolor y Sacrificio a la Base Naval de Rota en 1960. De izquierda a derecha y desde atrás hacia delante: Angel Ferrer Zamacola; desconocido; desconocido; Felipe Bononato Sáez; José Jacinto Cossi Mora; desconocido; desconocido; desconocido; desconocido; José Manuel Pico Tosar; Manuel Pico Ruiz Calderón; desconocido. Fila siguiente: Tomás Osborne Domecq; desconocido; Julio B. Fuentes Bobo; Vicente González Lechuga; desconocido; Francisco Acosta Higueras; Fernando Gago García; Guillermo Romero Rivas. En primer plano, Francisco Javier Osborne Domecq, como hermano Mayor de la Hermandad, haciendo entrega de de un obsequio a un militar americano.

DOCTOR EN FILOSOFÍA Y LETRAS.
Es Doctor en Filosofía y Letras y Piloto de la Marina Mercante. Ha ejercido la docencia del Inglés regularmente en institutos de enseñanza media de diversas poblaciones españolas, --en El Puerto estuvo entre 1960 y 1967, año en el que es destinado a (Sabadell), Barcelona, así como en organismos universitarios --Instituto Universitario de Ciencias de la Educación, y Escuela Universitaria de Estudios Empresariales-, alternando en su juventud dicha actividad con la navegación, siempre que surgía la ocasión y no existía incompatibilidad. Se jubiló en el I.E.S. "Lucía de Medrano" de Salamanca como catedrático de inglés, donde vive en la actualidad.

De izquierda a derecha, Juan Carlos Benjumeda, Isabel Fuentes, Julio Fuentes, Aguilar --era Jefe de la Comisión del Carbón en El Puerto) y de espaldas, Tomás Copano, Práctico del puerto, en junio de 1963, frente al porche del chalé de nuestro protagonista que le correspondía como profesor del Instittuo Laboral.

LLEGADA A EL PUERTO.
En El Puerto vivió, --entre 1960 y 1967-- primero en la calle Luna, en la pensión existente en la casa que hace esquina con la calle Nevería y, posteriormente, ya casado con Carmen Oñoro, en la entonces calle Rodríguez de Valcárcel --hoy Giner e los Ríos--, uno de aquellos chalés pareados que ocuparon durante años los profesores del Instituto Laboral. Rememora: «Aquella fue una época no solo importante, sino fundamental en mi existencia. Son tantas las personas de las que me gustaría saber… Comprenderéis mi ‘disgusto’ al saber que se había hecho en 1999 un homenaje al profesorado de mi Instituto, pero nadie me lo había comunicado».

Imagen del Instituto Laboral, hoy Santo Domingo, visto desde la planta superior.

INSTITUTO LABORAL.
En el Instituto Laboral, emprenderá una lucha constante para «asimilar unos programas y metodología del Inglés disparatados, procurando enseñar lo mejor posible a excelentes muchachos, muy  motivados». Imparte, además, clases además en el Colegio de las HH Carmelitas. Y, no menos importante, clases bisemanales en Radio Puerto, la emisora del Instituto Laborl, donde por ello coincidía con Pepe Morillo y Hortensia Renedo.

De izquierda a derecha, Angelines Ayuso, Fernando Gago y Juio Fuentes en una escena de 'La del Manojo de Rosas', representada a beneficio del Comedor de Ancianos de Acción Católica, con el que también colaboraba nuestro protagonista. Mayo de 1961

‘LA DEL MANOJO DE ROSAS’.
Pronto se integró en la vida cultural de El Puerto: «Con mi rápida incorporación a la zarzuela “La del manojo de rosas” devolví la tranquilidad a su director, el Maestro Francisco Dueñas, algo de lo que me siento orgulloso. El papel de Espasa era clave entre los “no cantantes”, y cierto actor había abandonado los ensayos y la obra cuando todo iba muy adelantado».

CRUZADOS.
Colaboró con la revista local ‘Cruzados’: «Entre mis colaboraciones destaca una en clave de humor, poco después de cuya publicación –coincidencia, o no-  el Ayuntamiento se encargó directamente del servicio de recogida de basuras. Se titulaba “Historieta con aroma», tema y título sugeridos por mi compañero de Instituto  y amigo Enrique Bartolomé Y mi colaboración con el periódico llegó más allá: me propusieron que me encargara de la publicidad a comisión, acepté y --para sorpresa de algunos, incluido yo mismo, pues aunque desciendo de una amplia familia de comerciantes nunca había tenido ninguna actividad comercial--, en vista de los resultados me ‘fichó’ una agenciapublicitaria portuense, “Survallas”.

Miembros de la directiva de Medusa para 1964, de la que formaba parte Julio Fuentes.

MEDUSA.
Siguiendo con el Teatro, recuerda que en una obra que se representó organizada por la Agrupación Cultural ‘Medusa’ que «Siendo yo director-actor de la lectura de ‘La visita que no tocó el timbre’, cuando tenía que entrar una voz grabada se retrasó más de lo conveniente (en el magnetófono estaba Rafael Esteban Poullet),  conseguí salvar la situación con mis ‘dotes’ de ventrílocuo  sin que el público se diera cuenta del cambio».

ESCRITOR Y TRADUCTOR.
Su afición a la escritura raras veces lo ha mantenido inactivo, como lo prueban las numerosas colaboraciones en diversas publicaciones nacionales y locales y la traducción de varios libros. Ha obtenido premios y distinciones en algunos certámenes.

Libros de autoría propia:
‘La novela del mar en Occidente’, Salamanca 1999, Plaza Universitaria Ediciones.
‘Memorias de un soñador’, Salamanca 2003 (patrocinado por) Caja Duero.
‘La lupa en el ojo ajeno’ (comedia con mensaje), representada -que no publicada- por el grupo "Audacia" en Salamanca y provincia en 2009.

Traducciones:
‘El fútbol’ y ‘Las carreras de automóviles’, Barcelona 1976, Ed. Plaza & Janés.
‘La Compañía’ de John Ehrlichman, Barcelona 1976, Ed. Argos Vergara.

OTRAS AFICIONES.
Aficionado a los idiomas, senderismo, la grafología, el teatro, la música clásica, lectura, ... participa en una tertulia en Salamanca que se viene reuniendo desde 1995, primero como Tertulia ‘Escudos IV’ y en la actualidad bajo el nombre de ‘Rona Dalba’ nombre del hotel que les da cobijo.

En la imagen, Julio B. Fuentes, a la izquierda durante la charla que ofreció en la veterana tertulia salmantina 'Rona Dalba', que versó sobre 'Las tribulaciones de un escritor novel'. A la derecha, Luis Gutiérrez, moderador de la tertulia.

Este verano, como curiosidad, proponemos hacer un viaje a las localidades españolas donde El Puerto de Santa María tiene dedicada una calle, un pasaje, una avenida, un callejón… Unas son kilométricas; otras, apenas unos metros. Unas están en urbanizaciones nuevas, otras, forman parte del entramado del casco histórico. Como muestra les acercamos una selección de 15 calles ‘portuenses o porteñas’, encontradas en una navegación de urgencia por Google Earth. Pero hay más...

Calle Puerto de Santa María. 11206. ALGECIRAS (Cádiz).

Calle Puerto de Santa María. 47715. BERCERO. (Valladolid).

Calle Puerto de Santa María. 11001. CÁDIZ.

Calle Puerto de Santa María. 07310. CALPE. (Alicante). Estamos hermanados con la Villa de Calpe.

Calle del Puerto de Santa María. 30310. CARTAGENA (Murcia).

Pasaje Puerto de Santa María. 14014. CÓRDOBA.

Calle del Puerto de Santa María. 41703. DOS HERMANAS. (Sevilla).


Calle Puerto Santa María. 04230. HUÉRCAL DE ALMERÍA. (Almería).

Calle Puerto de Santa María. 28043. MADRID. (Capital de España).

Calle Puerto de Santa María. 11179. MEDINA SIDONIA. (Cádiz).

Calle del Puerto de Santa María. 11530. ROTA. (Cádiz).

Avenida del Puerto de Santa María. 11540. SANLÚCAR DE BARRAMEDA. (CÁDIZ).

Calle Puerto Santa María. 03189. SAN MIGUEL DE SALINAS. (Alicante).

Calle del Puerto de Santa María. 46015. VALENCIA. (Capital de la Comunidad Valenciana).

Calle Puerto de Santa María. 23300. VILLACARRILLO (Jaén).

Existen otras calles denominadas 'El Puerto de Santa María' en Benalmádena (Málaga); Conil (Cádiz); Guadix (Granada); Rincón de la Victoria (Málaga) y San Fernando (Cádiz), además de en otras poblaciones.

9

En la anterior nótula dedicada a este portuense de nacimiento, se informaba que vino al mundo la víspera del día de la Patrona, Ntra. Sra. de los Milagros, del año 1940, siendo sus padres Luis Ceballos Fernández de Córdoba y Magdalena Jiménez Sancho, haciéndose asimismo referencia a su parentesco con la familia bodeguera local de Jiménez Varela. En el extenso texto de la nótula se refieren numerosas facetas biográficas de su actividad profesional como ingeniero de montes y de la vocacional como "Mago Fauco". En esta segunda nótula, inspirada en las fotos que ha tenido la gentileza de remitir Rafael Ceballos a GdP, vamos a dar a conocer algunos datos de sus ascendientes maternos de los que, las tres generaciones anteriores: madre, abuelo y bisabuelo, nacieron y vivieron gran parte de su existencia en suelo portuense. Precisamente se publicó esa nótula en el 85 Aniversario de la Boda de sus padres.

Antigua fotografía de los números 7 y 9 de la calle Larga.

La casa en la que nació Fauco --mellizo y sietemesino--, el número 7 moderno de la calle Larga, cuyo interior  contiene un bello patio porticado, fue labrada en el siglo XVIII por un cargador gaditano de origen irlandés llamado Tomas Patricio Rian Harold, casado con Margarita Therry Macnamara, que la utilizó inicialmente como villa de recreo para pasar temporadas, pues estaba rodeada de huertas y naranjales. Algunos de sus descendientes vivieron en ella hasta el primer tercio del siglo XIX, pasando después la propiedad a manos de la familia Vergés López, cuyos herederos la arrendaban. Entre los inquilinos que tenemos detectados, citaremos a la familia Gª Polavieja Escribano, en el último cuarto del XIX y la familia Jiménez Sancho pasada la primera década del XX. Esta última la componian el matrimonio formado por Ernesto Jiménez González, (3º hijo de Ramón Jiménez Varela y Amalia González Urruela) y Rafaela Sancho Mateo y sus seis hijos: Ramón, Joaquín, María Josefa, Magdalena, Mercedes y Ernesto Jiménez Sancho, todos ellos  censados en dicho domicilio en los padrones municipales de 1920. Así pues, la madre de Rafael dio a luz en la casa en la que había vivido de soltera, en la que había pasado parte de su infancia y juventud, rodeada, además de sus tíos y numerosos primos que vivían todos ellos en la misma calle, entre la esquina de Espíritu Santo y la Plaza de los Jazmines.

Casa número 7 de la calle Larga, en la actualidad.

En la fotografía antigua, además de la casa natal de Rafael Ceballos, pueden observarse  la casa anterior, de una sola planta, que correspondería al nº 9. La que antecede y no se muestra en la foto antigua sería el nº 11, actualmente escoltada de andamios, a la que nos referimos en la nótula 756. /En la imagen inferior, lamentable estado en el que se encuentra el número 9 de la calle Larga, el número 11, escoltado de andamios, a continuación lleva cerca de 15 años en esa lamentable situación. Algún día contaremos la historia y quienes están detrás de ese lamentable estado que presenta lo que queda de inmueble.

Ambas mansiones formaban una sola y, en la fecha que estamos refiriendo -1920- era su propietaria y vivía en ella la familia Jiménez Guernica, que la integraban Eugenia Guernica Siloniz, viuda del hermano mayor de Ernesto, Ramón Jiménez González y sus cinco hijos: Amalia, Eduardo, Concepción, Pedro y Eugenia Jiménez Guernica. Y en el nº 9, en cuyo dintel pende una lápida de mármol, la única hembra de los Jiménez González, Amalia, viuda de Iribarren y su hija   Amalia Iribarren Jiménez. Los dos hijos varones, Ramón y Juan estaban en esa fecha en academias militares y la lápida que aludimos se colocaría años después en memoria de uno de ellos, Juan Iribarren, oficial del ejército de África, caído en la guerra con las cabilas marroquíes. Frente a ellos, en el nº 14 y 16 de esa misma calle, José, el hermano que le antecedía, casado con Nicolasa Loma Lavaggi y una extensa prole de diez hijos, los Jiménez Loma.

TOMA DE DICHOS.
Magdalena Jiménez Sancho celebró su primera comunión en la capilla del colegio de las Carmelitas, junto con otras nueve alumnas, en una estación del año que hoy es inusual: el 22 de noviembre de 1910 y celebró sus esponsales, una costumbre que precedía a la boda, equivalente a la denominada “toma de dichos” el 22 de mayo de 1926. El párroco de la cercana iglesia de San Joaquín, que se llamaba Salvador Martín, se desplazó al domicilio de la novia y le tomó la promesa matrimonial, levantando acta, en la que firmaron como testigos dos amigos de la familia: Emilio Morante y José Portillo. A su vez, el prometido hizo lo mismo en la parroquia de la villa de Coca, provincia de Segovia, en donde residía y trabajaba, ejerciendo de director de la fábrica que en dicha villa tenía  la “ Unión Resinera Española” (LURE).

La pareja nupcial, el 31 de mayo de 1926, hace 85 años. /Foto: González Ragel.

ESPONSALES.
Una vez identificados los progenitores, especialmente Magdalena Jiménez, nieta del creador del emporio bodeguero, pasemos a contarles la ceremonia nupcial, toda una boda de rumbo, con los pelos y señales con los que nos lo cuentan sus contemporáneos, en la crónica de sociedad de la Revista Portuense. Hacía unos meses que se había casado su hermana María Josefa, concretamente en septiembre de 1925, con José Arvilla Hernández, ingeniero industrial, quien llegaría a ser Director General de CAMPSA. Su hermano Joaquín había sido el padrino, ante la falta del padre y ahora también daría el brazo a Magdalena para conducirla al altar de la Patrona, donde se oficiaría la ceremonia a las doce de la mañana del 31 de mayo de 1926.  Para llegar hasta aquí, culminando el noviazgo y el paso previo de petición de mano, Magdalena y Luis tuvieron que conocerse y enamorarse y el primero de estos supuestos tuvo lugar en Madrid, en la casa del ingeniero agrónomo portuense Wistremundo Loma Lavaggi, cuya esposa era María Luisa Fernández de Córdoba. El tío de Magdalena, José Jimenez, estaba casado con una hermana de Wistremundo, Nicolasa Loma y, posiblemente, acompañando a algunas de sus primas Jimenez Loma, que eran nada menos que siete, pasaría una temporada en la capital del reino, coincidiendo con el hermano de la señora de la casa y… Cupido hizo el resto.

Invitados a la ceremonia nupcial. / Foto: González Ragel.

La boda se celebró con la iglesia a rebosar, llena de invitados y curiosos, la novia hizo la entrada en el templo a la hora en punto, cuando en el campanario se inició un sonoro revuelo. Vestía un rico traje “George” bordado en cristal blanco, sujetando el velo a su cabeza una diadema rusa de azahar. Como anticipamos, entró del brazo de su hermano y padrino de bodas, Joaquín Jiménez, sosteniéndole los extremos del manto sus primitos Isabelita y Juan Luis Jiménez Tamplin. El novio daba el brazo a su madre y madrina, la Sra, Viuda de Ceballos, siguiéndoles la madre de la novia, Rafaela Sancho, viuda de Jiménez a quien daba el brazo el conde de Gondomar, mientras interpretaba al órgano la tradicional marcha nupcial de Medhelsón el profesor La Rubiera.

Rafaela Sancho Mateo y tres de sus hijas:  María, Magdalena y Mercedes. La primera abuela y la última madre, espectivamente de Rafael Ceballos Jiménez. La fotografía está tomada en la Plaza de los Jazmines.

Bendijo la unión el arcipreste, doctor Núñez Galván. A la salida de la comitiva se interpretó la “Marcha Festiva” de Jauregui, trasladándose los invitados –que pasaban del centenar- a la casa de la novia donde Pepe Caballero, un prestigioso cocinero jerezano, había preparado el siguiente menú: de entremeses, jamón dulce, anchoas y olivas; consomé royal; huevos a la bohemia, en salsa Riche y los entrantes: filete de pescado a la Orly; suprema de pechuga y turnedós de ternera a la polonesa. Postres: helados, crema a la neva, frutas al kök, bizcocho de bodas y café. Vinos: Fino Javelín, Rioja Cepa Borgoña, Oloroso los 45, Pedro Ximenez Los 10, Moscatel XXX, Champan Continental, Coñac Varela y Crema Cacao Pico (el único superviviente 85 años después).

Anuncio del 'Gran Champagne Continental' de Hijos de Jiménez Varela.

El reportaje fotográfico lo realizaron los fotógrafos jerezanos Javier González y Alberto del Castillo, tras lo cual marcharon el automóvil hacia Algeciras, desde donde proseguirían viaje a diversas poblaciones del norte de África y después a otras capitales españolas y del extranjero, fijando su residencia en Coca (Segovia).

Castillo de Coca (Segovia).

Luis Ceballos Fernández de Córdoba, que había nacido en San Lorenzo de El Escorial en 1896 falleció en Madrid en 1967 y su esposa, la portuense Magdalena Jiménez Sancho, murió a los 89 años de edad en Pozuelo de Alarcón, en 1991. Ella y su marido tenían  tratamiento de Excelentísimos Señores. Está enterrada en la cripta de la catedral de Nuestra Señora de la Almudena.  (Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz. A.C. Puertoguía)

3

La presencia del galeón “Andalucía” en Puerto Sherry, atracado en su muelle, en las mismas aguas que bañan los restos del fuerte de Santa Catalina de El Puerto, cuya rada albergó en siglos precedentes navíos y tripulantes de significado protagonismo en nuestra historia. Además de generar una admiración mayúscula por la belleza y fidelidad de la réplica, produce una cierta nostalgia a los que nos gusta especialmente la historia, en el más amplio sentido de la palabra, incrementada con la presencia de otra excelente réplica, la de la nao o carabela “Santa María”, amarrada en un muelle paralelo al del galeón. Esta pequeña añoranza sentimental experimentada en el luminoso paseo por nuestro puerto deportivo, batido por el viento de Levante el pasado domingo de Feria, me anima e inspira la presente nótula, de la que es protagonista  una dama del siglo XVII, época de la que data el galeón “Andalucía”. /En la imagen, el pintor Diego Velázquez.

En la imagen, el galeón 'Andalucía' y la nao 'Victoria', atracados en el Puerto Deportivo.

El imponente lienzo de Velazquez con el que hemos iniciado el título de nuestra colaboración, que tiene más de nueve metros cuadrado de superficie y 375 años de antigüedad fue encargado por Felipe IV al genial artista sevillano para formar parte de la decoración, junto a otros lienzos encargado a Carducho, Maíno, Jusepe Leonardo y Antonio de Pereda del Salón del Reino del palacio del Buen Retiro, donde fue instalado originalmente.

"La rendición de Breda" o"Cuadro de las lanzas". Óleo sobre lienzo. 307 x 367 cms. Autor: Diego Velázquez. 1634-1635. Museo del Prado. Madrid.

El cuadro conmemora la conquista de la ciudad de Breda, en Flandes, en poder de la Casa de Orange desde 1590, retratando la escena del protocolo de su rendición. El acto inmortalizado en el cuadro tuvo lugar el 5 de junio de 1625, del que hoy se cumple el 386 Aniversario y los dos personajes centrales son: el que entrega las llaves de la ciudad, Justino  de Nissau y el que las recibe para la corona española, el general Ambrosio Spinola Doria, I marqués de los Balbases, Duque de Sesto, Caballero del Toisón y Gobernador de Milán y Flandes.

CONEXIÓN PORTUENSE.
Su biznieto Felipe Spínola Colónna –aquí entra la conexión portuense- casó en la iglesia de Santa María la Real de la Almudena con Isabel María de la Cerda y Aragón el 20 de noviembre de 1682, recién cumplidos 15 años, pues ella había nacido en El Puerto, en el palacio de Medinaceli, en la calle de los Oficiales, hoy Palacios o del Palacio, el 30 de octubre de 1667. El marido, tan solo uno o dos años mayor que ella, pues había nacido en Milán en 1665 o 1666, según indican biógrafos diferentes, poseyó los títulos de IV Marqués de los Balbases, fue Gentilhombre de Cámara de S.M. y Virrey y Capitán General de Sicilia, además de caballero de la Orden de Santiago y Comendador de la misma. Era hijo de Pablo Spínola, marqués de los Balbases, Comendador Mayor de León y del Consejo de Estado de S.M., nieto de Filippo Spínola, II marqués de los Balbases y duque de Sexto que fue el primogénito de Ambrosio Spínola. /En la imagen, Ambrosio Spínola Doria.

Nuestra protagonista, Isabel María de la Cerda y Aragón, era hija del VIII Duque de Medinaceli, VIII Conde del Puerto de Santa María y varios títulos más, Juan Francisco de la Cerda Enriquez de Ribera, del Consejo de Estado de S.M., Sumiller de Corps y Caballerizo Mayor de Carlos II, su Privado y Primer Ministro, Adelantado Mayor de Castilla y Condestable de Aragón,  descendiente por la rama paterna del Infante Fernando de la Cerda y, por tanto de su padre, Alfonso X El Sabio y de Luis IX de Francia, por la esposa de este, Blanca de Francia. Fue su madre, Catalina Folch de Cardona, Duquesa de Segorbe, Cardona, Lerma, Condesa de Ampurias y marquesa de Comares y por esta rama materna, descendiente de San Francisco de Borja, su sexto abuelo. /En la imagen, San Francisco de Borja.

Es bastante probable que el joven matrimonio se instalara en el Milanesado, donde nacerían sus cinco hijos: Juana, que casó con el marqués de Castel-Rodrigo; María Teresa, con el Duque de Mirandola; Jerónima que casó con su primo Nicolás Fernández de Córdoba y de la Cerda, X Duque de Medinaceli y Ana María, con el Duque de Arcos. El único varón, heredero del marquesado, Ambrosio Gaetano, enlazaría con otra pariente: Ana Catalina de la Cueva y de la Cerda, todos ellos con sucesión a excepción de María Teresa.

En 1707 residía en Palermo (Sicilia. Italia). En las fiestas navideñas de ese año enfermó, falleciendo poco tiempo después, en 1708. Tenía 40 años. /En la imagen, grabado de la catedral de Palermo

BAUTIZO EN LA PRIORAL.
En la página oficial de la Fundación Casa Ducal de Medinaceli solamente se cita el año de su nacimiento, sin completar la fecha ni el lugar del mismo. Para que no quede duda del paisanaje de esta ilustre dama del siglo XVII, reproducimos el texto de su acta bautismal, tal como figura en el folio 219 del Libro nº 37 de Bautismos, conservado en la caja 77 del archivo parroquial de la iglesia Mayor:

«En la ciudad del Puerto de Santa María, el jueves diez de noviembre de mil seiscientos sesenta y siete, Yo, el Doctor Alonso Holguín, Vicario en ella y Cura más antiguo en la iglesia Mayor de esta ciudad, bauticé en la capilla del palacio del Excmo. Señor Duque de Medinaceli, marqués de Cogolludo, conde de esta ciudad y Gran Puerto de Santa María, Señor de las villas de Deza, Enciso y Lobón, de los Consejos de Estado y de Guerra, Capitán General de la Mar Océana, Costas y Ejércitos de Andalucía, a Isabel María, hija del Excmo. Señor Don Juan Francisco Thomás Lorenzo de la Cerda, Duque de Alcalá y Lerma,  marqués de Denia, Adelantado Mayor de Castilla, Conde de Santa Gadea y Buendía y de la Excma. Señora Doña Catalina, Antonia, Gabriela, Josefa, Benita María de Aragón y Sandoval,  Duquesa de Alcalá y Lerma, marquesa de Denia y condesa de Santa Gadea y Buendía, su legítima mujer. Fue su padrino el Señor Don Tomás Antonio de la Cerda, marqués de Laguna, Comendador de la Moraleja en el Orden de Alcántara y Mestre de Campo del Tercio provincial de Sevilla, encárguele el parentesco espiritual y la obligación que tiene en fee de lo cual lo firmé» . (Textos: Antonio Gutierrez Ruiz. A.C. Puertoguía).

1

Pehr Löfling o Pedro Loefling, nació en 31 de enero de 1729 en Valbo Gastrikeland (Suecia), hijo de Erik Löfling y Bárbara Standman. Estudia con un profesor privado hasta que, con 16 años se matricula en la Universidad de Upsala, en un principio para estudiar Teología empero, influido por el profesor Carlos Linneo se apasiona por la Botánica y acaba cursando estudios de Medicina. Tutor del hijo de Linneo y ayudante de sus profesor, presenta tu tesis escrita sobre ‘Yemas y Retoños de los Árboles’ e ingrea en la Real Academia de Ciencias Sueca. /A la izquierda, silueta del científico.

ESPAÑA Y VENEZUELA.
Con 21 años viajará a España recomendado por su mentor, a instancias del rey Fernando VI, donde permanecerá entre 1751 y 1754, realizando una serie de colecciones de zoología, --especialmente ictiología-- y botánica, que enviará a Carlos Linneo a Suecia, entre las que se encontraban especies nuevas. Publicará sus estudios en la Gaceta de Madrid en 1752 y, a título póstumo, su mentor dará a conocer su único artículo científico Iter Hispanicum, eller resa til Spanska Länderna uti Europa och America 1751 til 1756 (1758), pues falleció, prematuramente con 27 años, en la actual Venezuela, a orillas del río Caroní, en la Misión de San Antonio de Caroní (Bolívar, Venezuela), siendo enterrado al pié de un naranjo junto a la iglesia, en la Misión de Santa Eulalia de Merecuri.

Quizás fue este El Puerto que, 30 años antes, conoció Pedro Loefling, visto desde el Matadero Viejo, detrás de la actual estación de Ferrocarril. “Vista del Puerto de Santa María”, óleo sobre lienzo, 70 x 95 cm, 1781-1785 (propiedad del Museo del Prado, en depósito en el Museo Naval de Madrid) [P1151]. Autor: Sánchez, Mariano Ramón (Valencia, 1740-1822).

1753. EL PUERTO.
Pedro Loefling permaneció por espacio de algo mas de tres meses en nuestra Ciudad, en 1753, mientras esperaba partir en la expedición que le llevaría a los límites del Sur de América o del Orinoco (en el viaje  realizó descripciones de peces, moluscos, crustáceos y medusas, y ya en Venezuela realizaría una interesante descripción de flora y fauna) y elaboró durante aquel periodo de tiempo, con la ayuda de los pescadores de El Puerto, el Primer Tratado Español de Descripción de Peces.

La sueca Solveig Nordin recoge en un estudio sobre su compatriota que «En Iter Hispanicum se puede leer sobre los peces que Loefling preparaba para la Reina de Suecia y probablemente algunos todavía están en Estocolmo, Suecia en el Museo Nacional de Ciencias Naturales (Naturhistoriska Riksmuséet). [algo que la autora no tiene aún contrastado durante la redacción de este texto]

Se reproducen las páginas 93 y 94 del Iter Hispánicum En la segunda página, hace referencia a los 50-60 peces de El Puerto de Santa María que fueron enviados a la Reina de Suecia.

Traducción libre del texto, escrito por Loefling el 18 de diciembre de 1753, del Iter Hispanicum. «El 20 de Octubre, la misma fecha de llegar a Madrid hace 2 años, resultó ser mi primer día de viaje en mi Viaje Americana, y el 2 de noviembre llegué aquí al Puerto de Santa María y el 5 de noviembre a Cádiz, donde me quedé un poco mas de 2 semanas antes de regresar de nuevo junto con mi compañía al Puerto de Santa María, como aquí se presentan más posibilidades de realizar estudios de la Naturaleza, mejor que en Cádiz que está cerrada. Por fin me he dedicado a los peces, y me he entrenado en la Ictiología, además de haber preparado entre 50 y 60 Especies de Peces en “Spiritu Vino” para Su Real Majestad La Reina, los cuales serán mandados con el primer barco a Suecia por el Sr. Cónsul BELLMAN (en Cádiz).» /Portada de Iter Hispanicum, eller resa til Spanska Länderna uti Europa och America 1751 til 1756 (1758)

Loefling partió de la Bahía de Cádiz  la madrugada el 15 de febrero de 1754 en dirección a la que sería la actual Venezuela. Ya no volvería, quedando allí para siempre.

PISCES GADITANA. OBSERVATA GADIBUS ET AD PORTUS Sª MARÍA. 1753. Mens. Nov. et Decemb.
La abreviatura Loefl. se utiliza en los géneros creados ó especies descritas por Pedro Loefling. Algunos de los nombres vernáculos y nombres científicos dados por Löfling a la fauna marina de la Bahía de Cádiz, durante su estancia en El Puerto de Santa María en el Primer Tratado Español de Descripción de Peces:

anchova: Clupea encrasicholus; anguilla: Muraena anguilla; araña: Trachinus draco; armado: Trigla coccyx; azedia: Pleuronectes; borracha: Trigla; borriquete: Perca marina; breja: Sparus; burel: Scomber trachurus; cadella: Galeus Glaucus; cazon: Squalus Galeus; chucho: Raya; dorada: Sparus aurata; faneca: Gadus; galera: Cancer; herrera: Sparus oblongus; lenguado: Pleuronectes; lisa: Mugil; morena: Muraena; perrillo: Gobius niger; pescada: Gadus; pintarroja: Squalus Canicula; rape: Lophius; robalo: Perca labrax; rubio: Trigla cuculus; sabalo: Clupea; safio: Muraena; sardina: Clupea sardina; tapaculo: Pleuronectes; vaca: Raya maxima; xibia: Sepia.

Placa situada en la esquina de la calle Guadalete esquina Avda. de la Bajamar, en agosto de 2010.

PLACA DE RECONOCIMIENTO.
En la calle Guadalete, en una esquina del antiguo Hospital Municipal, con la vista puesta al río, se descubrió el pasado 11 de agosto de 201o una placa en reconocimiento del científico sueco que vivió durante unos meses en nuestra Ciudad y del trabajo realizado. El alcalde de la Ciudad Enrique Moresco, el presidente de la Academia de Bellas Artes de Santa Cecilia, Manuel Pico Ruiz Calderón y el presidente de la Asociación de Amigos de la Cultura Científica, Francisco González de Posada uno de los impulsores de la iniciativa, presidieron el acto. La Asociación Ecologista, en palabras de su Coordinador Local, Juan Clavero Salvador, valoraron positivamente esta distinción. También, en el Real Jardín Botánico de Madrid, se encuentra una placa a la memoria del joven sueco desaparecido prematuramente a causa de unas fiebres en la expedición a los Límites del Orinoco.

SOLVEIG NORDIN.
Solveig Nordin Zamano, compatriota sueca de Pedro Loefling (idealizado en el grabado de la izquierda) hizo en mayo del 2008 un recorrido por España, utilizando como guía de su periplo, el Diario de Viaje escrito por nuestro protagonista, en su viaje desde Madrid el 20 de octubre de 1753  hasta llegar a Cadiz el 5 de noviembre, que refleja en algunas entradas y comentarios en su blog: http://rutahistoria.blogspot.com/ (Texto: José María Morillo).

4

Llegaban contratados por algún noble o monarca, moro o cristiano, para ayudar en las batallas y poner su fiereza al servicio del mejor postor. En aquellas guerras civiles castellanas del siglo XIV (que nos gusta una guerra civil), Enrique II contó con las tropas mercenarias del condestable francés Du Guesclin, quien por su intervención directa pudo asesinar al hermano, Pedro I, el que siempre andaba liado con el pago de los servicios de su sicario favorito, el inglés Eduardo de Woodstock, príncipe de Gales y conocido en la Historia como el Príncipe Negro. A cambio de una buena soldada y un pellizco en botines o saqueos, escapando de las hambrunas, ingleses, franceses o alemanes venían aquí a quitar y poner reyes o a ayudar a los señores. Cogían el gusto a esto de guerrear y vaguear y terminaban por quedarse y echarse al monte.

Varios siglos antes de Curro Jiménez los bandoleros alemanes y de otros territorios europeos se refugiaban por las serranías castellanas y andaluzas, viviendo de la extorsión y del pillaje. Eran un número apreciable para que se convirtieran en la pesadilla de muchos de nuestros pueblos (con historias que darían para una serie más interesante que Bandolera). Para acrecentar el temor y su leyenda, estos alemanes se autodenominaban "wolfs", los "lobos". Con el colmillo a punto para robar, violar o matar. Los niños se acostaban con la amenaza de que se iban a presentar los "golfs".

Durante un buen tiempo los "golfs" formaron parte del paisaje porteño y de la Bahía de Cádiz y la actitud desalmada y campante que tenían de la vida terminó por acuñar el término de "golfos" para cualquier parásito social. Y así nos ha llegado la palabra, mientras que el golfo geográfico, como el Golfo de Cádiz, procede del "golfus" latino, nada que ver con el título simplón de Golfus de Roma.   (Texto: Francisco Andrés Gallardo).

16

Manuel Ruiz-Cetrino Pérez de la Campa es un matemático y maestro que, aunque nacido en Córdoba en el año 1935, estuvo relacionado con nuestra Ciudad donde impartió clases entre 1955 y 1960, apenas con 20 años hasta los 25. Sus padres, Emiliano y Josefina, solo tuvieron ese hijo, al principio de la Guerra Civil, cuyo matrimonio se vio truncado por la contienda, lo que daría como consecuencia una infancia dura. Su inclinación por las matemáticas se manifestó a los 7 años de edad, ocupando en la escuela siempre el primer puesto en dicha materia, derivando su vocación por la enseñanza, en la cordobesa Escuela Normal de Magisterio, al no poder continuar estudios de licenciatura, aunque las matemáticas serían siempre su devoción.

Manuel tiene escrita una novela costumbrista cuya acción transcurre en El Puerto de Santa María, así como ensayos de matemáticas y un nuevo método para las reglas fundamentales: sumar, restar, multiplicar y dividir. Es miembro de la Real Sociedad Matemática Española. Jubilado, vive en la actualidad en Peñafiel (Valladolid).

El año del nacimiento de nuestro protagonista, 1935, fue enterrado en El Puerto Tomás  Osborne y Guezala, Conde de Osborne quien se encontraba en posesión de este título pontificio desde junio de 1900. Estaba casado con Felícitas [sic] Vázquez, de cuyo matrimonio fueron sus hijos, Elisa, casada en abril de 1917 con el  Marqués de la Candia;  Enriqueta, María, casada en febrero de 1915 con José Gamero Cívico, Ignacio casado en abril de 1921 con Ana María Vázquez Torres), José Luis, casado con Ángeles Domecq, hija de la Marquesa viuda de Casa Domecq  y Antonio.

Manuel Ruiz Cetrino, a la derecha, durante una interpretacion de 'El Divino Impaciente'

UNA NOVELA DE EL PUERTO.
El año de su nacimiento moría uno de los propietarios de Bodegas Osborne y quizás, casualidades de la vida, fue lo que le inspiró a escribir una novela cuya acción transcurre en El Puerto de Santa María, en el entorno del marco de producción de los vinos del Jerez-Xérès-Sherry.

LA VENDIMIA DE LA NAVAJA.
La trama de «La Vendimia de la Navaja» era de época, en la que podemos reconocer calles y paisajes de El Puerto. Una prostituta había sido brutalmente asesinada y sus restos abandonados. El maestro Tomás Alameda se interesará por este sobrecogedor caso que estremece a la población y que viene a unirse a la desaparición en extrañas circunstancias de un padre de familia al que se le imputa un importante robo. Con la España rural y las relaciones en una bodega al fondo, esta inédita novela escrita en 1960 por  Manuel Ruiz-Cetrino transcurre en El Puerto de Santa María, ejemplo de una ciudad española que se despierta al desarrollismo con todos los fantasmas del pasado como guardianes. Ruiz-Cetrino era una joven promesa literaria a finales de los 50 pero su osadía creativa en unos tiempos muy complicados ahogaron su producción.

HISTORIA DE AMOR.
Además de en El Puerto, impartió clases en Málaga, Peñaranda de Bracamonte (Salamanca), Lugo y Peñafiel (Valladolid), donde reside ya jubilado. En nuestra Ciudad vivió una relación de amor imposible, que todavía recuerda, --permanece soltero-- y que le hizo abandonar El Puerto al que ha viajado, muchos años, después en varias ocasiones. Además estuvo un tiempo apartado de la docencia oficial, impartiendo clases particulares en su vivienda, en la calle Diego Niño. De aquel amor, prefiere que, aunque su otra protagonista ya no vive, la apasionada historia que vivieron permanezca en el anonimato.

AMIGO DE MIGUEL DELIBES.
Amigo del  vallisoletano, Miguel Delibes, director del periódico El Norte de Castilla, con el que coincidió y con quien se carteaba, leyó un fragmento de ese manuscrito y le recomendó entonces que retocara algunos párrafos, demasiados duros para la época. Otro amigo censor, madrileño, que se guarda en el anonimato, incluso le aconsejó que ni siquiera se atreviera a hacerlo público. «La vendimia de la navaja» era una novela demasiado arriesgada para 1960, porque habla de la corrupción del régimen y su vinculación con las empresas más poderosas de cada comarca.  Una pena, porque la vocación literaria de Ruiz Cetrino desapareció ante la frustración vivida entonces. Eso sí, Ruiz Cetrino colaboró con su nombre y con seudónimo en El Norte de Castilla y La Voz del Sur.

Faena de estiba de botas a un camión.

FRAGMENTO  DE LA NOVELA.
«--Maestro ¿hace un chica?-- le espetó Pastrana, despertándole de sus pensamientos por la plaza de España.
Pastrana, el guardia municipal, iba de paisano y le llamaba desde la puerta de la Taberna Buhigas, en la calle Pagador.

--Ahora mismo se me hace tarde-, se disculpaba Tomás.
--Todavía tiene noche para meterse en su casa. Todo no va a ser leer y escuchar el parte, hombre-- invitaba el agente, con la mano en el ademán de pedirle que se acercara.
--Venga esa copa--, aceptó el maestro, aún aturdido por la narración del abogado desatado.
El sol se estaba emborronando por los perfiles de la Iglesia Prioral y una cigüeña planeaba por el cielo rojizo. Una primavera radiante se apoderaba del Puerto de Santa María, un vaho de los dioses africanos que churruscaba la piel de la ciudad. Una perezosa melancolía se acomodaba en el atardecer. La estampa de aquel cadáver en el melonar se agigantaba en los recuerdos del maestro cuando franqueaba la puerta del local de Buhigas».
/A la izquierda un joven Manuel, en su etapa porteña.

Para leer más de 'La Vendimia de la Navaja' pulsar aquí.

Esta obra narrativa, inédita hasta enero pasado, ha visto la luz en una tirada corta. Y es que Manuel, a sus 76 años, no ha querido que aquellos recuerdos novelados, pasaran al olvido.

11

Natalie Hildon nació el 7 de enero de 1976 en Darlington, County Durham, al Noroeste de Inglaterra, año bisiesto, año del Dragón, según el horóscopo chino. Ese año se celebraron los Juegos Olímpicos en Montreal (Canadá). Hija de Jeffery y Norma Hildon, tiene un hermano, Matthew, responsable de proyectos informáticos para la banca. Vive motivada por su pasión por el deporte y hace de su profesión un placer. Hace más de 14 años que trabaja en el sector del Fitness y del Bienestar, es decir de estar en forma y el buen estado físico, estando en posesión de numerosas titulaciones de Group Fitness, además de la Licenciatura de Ciencias del Deporte, por la Universidad de Leeds Metropolitan (Carnegie).

EL PUERTO EN 1976.
El año que nació Natalie,1976 era alcalde de la Ciudad Manuel Martínez Alfonso. El Grupo Blend, el 30 de enero de 1976, ofreció en la Casa de la Cultura un recital sobre la producción musical de los Beatles en la década de los sesenta. En el Cine Moderno se proyectaba, en la Gran Gala Taurina Cinematográfica, un documental considerado como una joya taurina, con las figuras del toreo: Joselito, Belmonte, Manolete, Arruza, Ordóñez y El Cordobés.

SS.MM. los Reyes de España en su fugaz visita a El Puerto el 1 de abril de 1976.

SS.MM. los Reyes de España hicieron una fugaz visita a El Puerto, que presenciamos, en su primer viaje oficial a la provincia, el 1 de abril. El 21 de  agosto de ese año se celebró un Festival de Música, organizado por el Partido Comunista, en el Polideportivo; actuaron Carlos Cano y Manuel Genera desplegándose entre el público una bandera andaluza que los propios comunistas del servicio de orden retiraron. Se corearon gritos de ‘Amnistía y Libertad’ y no hubo que lamentar ningún incidente con las fuerzas del orden. Allí estuvimos para contarlo. En la Librería Alberti se podía leer una pintada «Comunistas de mierda».

Aquel verano se constituyó en El Puerto un grupo político de centro derecha: el Grupo de Acción Regional, primer intento de la Unión Regionalista Andaluza en torno a Luis Jáudenes que afirmaba: «Andalucía reclama una representación proporcionada a su peso político». El Partido Demócrata Andaluz tributa también, en El Puerto,  un homenaje al profesor Carlos Ollero, pionero del reformismo, al que asistió entre otros, Solead Becerril.

El ex alcalde de El Puerto, Fernando T. de Terry, el Secretario del Ayuntamiento y el Jefe de la Policía Local, Jaime Fernández Criado y Manuel López, respectivamente se sentaban en el banquillo de los acusados imputados por  supuestos delitos de usurpación de atribuciones, coacciones y amenazas, prevaricación, detención ilegal y exacción ilegal de impuestos. Aunque resultaron absueltos, fue un bombazo informativo y un aviso de que algo estaba cambiando en España.  Se proyectaba un nuevo complejo carcelario en El Puerto, en la carretera de Sanlúcar, Puerto 1 y Puerto 2, para presos de máxima seguridad y cárcel provincial de preventivos, que llevaría a la desaparición como penal del Monasterio de la Victoria.

Darlintong (Inglaterra).

INFANCIA Y ESTUDIOS.
Su infancia transcurrió en Darlington, hasta que se fue a Leeds estudiar a la universidad. Después de terminar la carrera se trasladó a Newcastle y en 1998 hizo las maletas y se fue a dar la vuelta al mundo. Durante ese viaje se afincó seis meses en la ciudad de Cairns (Australia) para trabajar en un gimnasio. De vuelta a Inglaterra vivió cuatro años en Newcastley otros seis en Durham, hasta que se vino a vivir a El Puerto de Santa María. De los 10 a los 16 años estudió en el colegio Branksome Comprehensive School (Darlington), hasta los 18 en el instituto Darlington Sixth Form College. La carrera en Sport Science la hizo en la  Leeds Metropolitan University.(Carnegie). Después de la carrera continuó estudiando y haciendo diversos cursos en el área del fitness para mantener su alto nivel de conocimiento en esta área.

Leeds Metropolitan University.(Carnegie).

EL MUNDO DEL DEPORTE.
Se puede decir que el deporte es su vida. Empezó la gimnasia con sólo 3 años y hasta los 21 años practicó con regularidad esta actividad. Además, durante ese periodo fue capitán de los equipos de Volleyball y Netball de su instituto. En la universidad continuó con la gimnasia y descubrió las clases de aerobic y con eso su pasión. A partir de entonces, convirtió su hobby en su profesión.

Natalie con su pareja, Robert Kirkland, en un viaje a Méjico.

Con un grupo de alumnas en Inglaterra, la tercera por la izquierda, abajo.

LLEGADA A EL PUERTO.
Gran aficionada a conocer otras culturas, es una entusiasta de la gastronomía a la que le encanta viajar por el mundo, leer y estudiar. Llegó a El Puerto en septiembre del año 2010 dado que su pareja, Robert Kirkland, también inglés, había conseguido una plaza como profesor de Educación Física en un colegio de El Puerto: El Centro Inglés. Dio un giro a su vida viniéndose a vivir a España para disfrutar de la vida al aire libre. De inmediato se enamoró de la ciudad y de su gente. Sobretodo le impresionó la calidez de los portuenses, en contraste con Inglaterra. Le encanta nuestro estilo de vida y nuestra comida. Estos seis meses de estancia solo refuerzan aún más la primera impresión que tuvo de El Puerto.

YAFIT Y HORAS DE SOL.
Al llegar a El Puerto pronto se dio cuenta del potencial que se crea al juntar las muchas horas de sol y un paisaje ideal entre playas y palmeras. Unir su amor al deporte con el paisaje natural fue descubrir la fórmula adecuada: tenía que dar clases al aire libre. Así surge Yafit una empresa de fitness que ofrece una amplia variedad de servicios exclusivos, su mayoría al aire libre.

La visión que mueve a Natalie es proporcionar sesiones creativas para personas que no han sido capaces, hasta ahora, de encontrar un tipo de actividad física que les motive a alcanzar sus objetivos de fitness. Se puede elegir entre clases en grupo y al aire libre con el “Yafit BootCamp”, el “Yafit Outdoor Yoga”, y el “Yafit Outdoor Pilates”, o clases privadas de “Yafit Personal Training” (a domicilio). Además se ofrece el “Thai Massage” a domicilio y Yoga creativo para niños.

ACTIVIDADES DEPORTIVAS.
Durante su jornada laboral da clases de BootCamp, Yoga, Pilates, Personal Training, diferentes modalidades, FightTeam y danza. Después de esta intensa jornada, Natalie todavía tiene energía para hacer su propio entrenamiento, que es al final lo que la mantienen en tan buena forma. Sus actividades preferidas son Ashtanga Yoga para equilibrar su mente y cuerpo, así como entrenar con pesas para mantener un nivel bajo de grasa corporal.

Se la puede ver trabajar con grupos al aire libre en días alternos por las mañanas en la Playa de Santa Catalina, a la altura de El Ancla y por las tardes en la Playa de la Calita.

5

Jesús Redondo Abuín, gallego de la Parroquia de Asados, Ayuntamiento de Rianxo, Partido de Padrón, (La Coruña), nació a las cinco de la madrugada de 12 de marzo de 1939. Dejó su casa con 17 años, siempre implicado en la lucha política obrera en la clandestinidad y luego abiertamente: emigrado a Francia, Bélgica, refugiado de la ONU y protegido en Moscú por el Partido Comunista, conoció España también a través de sus cárceles como preso político con sendas condenas de 3 y 8 años de privación de libertad, que no cumpliría completas: "Fueron 3.000 días y 3.000 noches entre recuento y recuento y entre traslado y traslado. Y estas las cárceles de mi peregrinaje: Barranco Seco, Cádiz, Puerto de Santa María, Córdoba, Jaén, Carabanchel, Calatayud, Soria, Segovia, Coruña y A Parda". En 1968, en los sucesos de Sardinas del Norte (Canarias), recibió un tiro en la pierna tras la dura represión de las fuerzas de seguridad de la dictadura.

En el Penal de El Puerto Jesús trabaría conocimiento con Marta Marroquín Travieso, militante comunista que llevaba alimentos, apoyo y conversación a los presos políticos, con quien acabaría formando una familia. No sería hasta 3 años después, en Segovia, donde se conocerían, antes solo se limitó en el Penal del Puerto a hacereles saber a la dirección, que Jesús era un ser con identidad propia, no un número. Ambos viven en Galicia, unieron sus vidas el 10 de marzo de 1975, tienen un hijo, aunque regresan a El Puerto en alguna ocasión. Este es su relato:

Jesús Redondo Abuín, Juanín y Gerardo Iglesias en la cárcel de Segovia. El día de la Merced, festividad de Institutciones Penitenciarias, se autorizaban hacer fotografías.

Esto viví en el viejo Penal del Puerto de Santa María entre el 30 de abril de 1970 y el 6 de diciembre de 1971.

Lo peor que puede pasarle a un pueblo es que le arrebaten la libertad. Fue lo que nos pasó aquí de aquella. Lo que no dejó de pasarnos en cuatro interminables décadas. Longa noite de pedra le llamó a aquello Celso Emilio Ferreiro. Y en cuatro palabras lo dijo todo enteramente. La humedad del mundo cabía en ellas. La humedad entera. Cuatro décadas de muerte, cárcel, destierro. O en el orden que lo dijera Rafael Alberti, el camarada Rafael: destierro cárcel, muerte. No es hora de vindicación. Lo sé. Tampoco de silencio. Hay que recordar. Recordar. Y recordar. Recordar sin ira. Pero recordar. Para que no se repita aquello jamás.

Antigua fachada principal del Penal de El Puerto.

Quedarse sin libertad es lo peor que a un pueblo le puede suceder. Lo peor que puede sucederle a una persona es que la empareden. Que eso es lo que eran los presidios de aquella: paredes, paredes, paredes. Paredes y aniquilamiento. El régimen franquista fue el más inmoral y despiadado de la historia. De toda la historia. Segó un millón de vidas para poder vencer. Pero no enterraron muertos sino simiente. Como Castelao dijera. No logró convencer. No podía ser. Don Miguel de Unamuno ya se lo advirtiera. La tortura estaba al orden del día. Sus penitenciarías eran la prolongación de sus comisarías. No hay más que recordar los nombres de los tres energúmenos que estaban de aquella al frente de cada uno de los tres argumentos fundamentales de la política del que decía que él no se metía en política para no meterse en líos: Camilo Alonso Vega, Ministro de Gobernación; Antonio de Uriol y Urquijo, Ministro de Justicia y Jesús González del Hierro, Director General de Prisiones.

MATADERO DE HOMBRES.
Y lo peor que podía pasarle de aquella a un preso era ir a dar con sus huesos al penal del Puerto. Al viejo y tristemente célebre penal del Puerto. Era un matadero de hombres. Todo allí estaba concebido para el exterminio físico y psíquico. Llegaba la conducción, la metían en un recinto lóbrego, y lo primero que se oía era un ¡firmes! intimidatorio, emitido a pleno pulmón por el Jefe de Servicios de Turno (el del 30 de abril de 1970 era uno que le llamaban La Calva) y acto seguido vociferaba con voz forzada: Llegaron ustedes al penal del Puerto, ¿entendido? Van a cruzar tres patios antes de llegar al celular y van a ir en fila india sin intercambiar ni una mirada ni una palabra con nadie, así vean a un hermano, ¿entendido? Pues, andando. Y la fila india cruzaba los tres patios flanqueada por funcionarios con cara de mármol. /En la imagen de la izquierda, galería de celdas.

DESNUDOS Y VIOLENTADOS.
Al llegar al celular estaba esperando la plantilla de aquel departamento, con su jefe al frente, quien recibía en posición disciplinada las órdenes que le daba el Jefe de Servicios, y éste regresaba a su despacho. Y el poder absoluto en aquel ámbito pasaba a residir en los funcionarios allí destinados, en este orden jerárquico: jefe del departamento, resto de funcionarios y el preso de confianza llamado cabo. Y en plan bárbaro el jefe de departamento ordenaba: ¡firmes!, desnúdense uno a uno y vayan pasando conforme les vayan llamando para ser cacheados. El cacheo consistía en dar botes en cuclillas y terminaba con una insoportable colonoscopia digital, practicada por el propio preso/cabo, por si se llevaba alojado en el colon algún objeto o sustancia ilegal. A continuación se chapaba a los cacheados en celdas intercaladas. Para aislar bien aislado.

Con Marcelino Camacho, en un encuentro sindical en Canarias.

NEGATIVA Y CELDA DE REDUCCIÓN.
Cuando me tocó el turno me negué a pasar por aquello con mis mejores maneras. De poco me sirvieron las buenas maneras. Tuve que terminar siendo tajante: para hacerme eso tienen que atarme, les dije. El funcionario jefe de departamento montó en cólera y me ordenó en el peor tono del despotismo desilustrado: pase inmediatamente a la cuatro. Era la celda de reducción, la cuatro. Era un auténtico potro de tormento. Cada vez que un funcionario le amenazaba a un preso con la cuatro, el preso se echaba a temblar. No pocos se auto lesionaban, preferían salir para el hospital de gravedad. La celda de reducción era el lugar adecuado para poner autoridad. Y al terminar con todos entró a por mí rodeado de los demás funcionarios y del preso de confianza como dispuesto a cualquier disparate. El diálogo entre él y yo duró nada y menos. El: está usted en el penal del Puerto. Yo: información superflua, bien lo veo. El: aquí cuando hay que apalear se apalea. Yo: el que me ponga la mano, tiene que estar dispuesto a llegar al asesinato. El: no se haga el valiente porque a los valientes los trasladamos de aquí en un santiamén en traje de madera y con los pies por delante. Yo: pues pásele mis medidas al carpintero. Vivía en Jerez, tenía una armería, le llamaban El Pistolas, sucedió hace treinta años. Lo digo sin ira. Pero lo digo. Se me hace bastante para pasarlo por alto.

Visitando el antiguo Penal de El Puerto, paseando por el claustro junto a su cuñado, Miguel Marroquín, el pasado verano de 2008.

VISITA DEL DIRECTOR.
Digo diálogo y fueron dos monólogos más bien. Pero le rompió los esquemas al jefe de departamento. A cuantos iban con él. Y no he vuelto a verlos. A la mañana siguiente vino a verme el Director del penal. No era usual. Y el despotismo ya fue ilustrado. Pero igual de brutal. «He visto su expediente» –me dijo-- «y trae usted seis faltas muy graves. Aún así creo que ha sido un error de la Dirección General haber autorizado este traslado. Pero aquí está. Y será uno más. Tengo a mi cargo 615 presos complejos y no pienso andar con distingos. De ningún signo. Este es un penal para presos con “exceso de condena”, “multirreincidentes” e “inadaptados”. No importa que en su caso no se dé ninguno de los tres supuestos. Aquí existen cuatro regímenes estrictos: Régimen General, Vida Mixta, Observación Disciplinaria y Celdas de Castigo. Celdas tiene usted para rato: los132 días que trae, y los que le sobrevengan. Que le sobrevendrán a la vista de su expediente. Y ya se lo advierto: aquí las sanciones se cumplen íntegramente. Ahora bien, mientras yo esté al frente del penal, ningún funcionario le pondrá la mano».

264 DÍAS EN CELDAS DE CASTIGO.
Vaya si me han sobrevenido castigos. Llegué a acumular 12 sanciones muy graves: 264 días consecutivos en celdas de castigo. Y, óiganlo bien, estos y no otros han sido los motivos: cuatro huelgas de hambre, tres colectivas --Las Palmas, Soria, Pontevedra-- y una sólo en El Puerto; llevar a juicio a un funcionario por abuso de autoridad (un tal Julio Cedrón, de Lugo); mirar con desacato a un funcionario; denunciar asesinatos y malos tratos, y exigir mediante escritos amnistía general y completa para todos los presos políticos. Eso que ni el Fuero de los Españoles prohibía el derecho de petición. Lo protegía.

PAPEL Y BOLÍGRAFO=SANCIÓN.
Pues cada vez que pedía papel y bolígrafo era indefectiblemente sanción sobrevenida. Pero papel y bolígrafo era lo único que podía esgrimir. Y lo esgrimía. No hacerlo no era posible. Uno no puede llamarse andana cuando escucha que están matando a palos a un hombre atado de pies y manos. Aun cuando fuese un delincuente. Aun siendo en el viejo penal del Puerto. Porque sean cuales sean sus circunstancias, cada hombre es en sí un hecho único e irrepetible.

Encabezamiento de una de las denuncias

SIETE SANCIONES.
He visto entrar allí hombres como castillos y a la vuelta de unos meses no eran ya ni la sombra de lo que habían sido. Los he oído agonizar a palizas. Me quejaba por escrito a la Dirección General, sanción al canto. He visto a un preso de la celda de enfrente a la mía (un tal Perogil) subirse al techo de la jaula y calcular el salto para dar exactamente con la cabeza en la esquina del camastro de hierro y poner fin a su martirio. Lo ha conseguido. Puse denuncia al Juzgado por asesinato inducido. Sanción suma y sigue. El Pistolas llegó a trincarle el pene a un preso con el gozne de la jaula y aporreárselo hasta partírselo. Me han impuesto siete sanciones muy graves en los veinte meses que estuve allí. Todas por lo mismo. Los partes los daba el funcionario de turno y las sanciones las ratificaba por unanimidad la Junta de Régimen: Director, Subdirector, Médico, Maestro y Cura. Cinco rangos distintos y un mismo objetivo: que el preso se adapte y no rechiste. Uno no se imagina a individuos así gastar gestos de cariño ni en familia.

Explicando a unos amigos y a su cuñado, Miguel Marroquín, las condiciones de vida en las galería.

HUELGA DE HAMBRE.
Me costó lo mío salir vivo de allí. Catorce días de huelga de hambre inclusive. Pero salí. Salí porque el zorro no pierde las mañas pero las fuerzas sí. Estaban prohibidas las huelgas, y se hacían más que en los países en que no estaban prohibidas. Estaban prohibidas las manifestaciones, y se hacían más que en los países en que no estaban prohibidas. Lo cual que por primera vez en 32 años la Bestia Parda tuvo que ocuparse en Consejo de Ministros de los pros y los contras de que se le muriese en el penal del Puerto un preso político --que tampoco existíamos-- y prevaleció lo segundo por fin. A eso debo el poder contarlo, y de chiripa. El sustituto del ultra Jesús González del Hierro se desplazó adrede a comunicarme que habían decidido retornarme a Segovia en cuanto estuviese en condiciones físicas. Y así ha sido.

Por última vez, tras las rejas del antiguo Penal de El Puerto.

CONDICIONES MEDIAVALES.
Supe lo que era el infierno sin necesidad de morirme. Además de un régimen penitenciario medieval, eran medievales las dependencias, los métodos de los carceleros y las condiciones de vida. La comida era insana y exigua: la tuberculosis y la desnutrición eran extendidas e intensivas. Entrar en celdas suponía perder los derechos subjetivos y tener que atenerse al rancho estricto. Durante nueve meses seguidos mi dieta fue: un plato de malta y un chusco, un plato de rancho y un chusco, un plato de líquido con un huevo duro y un chusco. Las celdas eran nichos de dos metros de ancho por 2,60 de largo por tres de alto; estaban dos metros por debajo del rasante del recinto y tenían un tragaluz de unos 50 centímetros; las camas consistían en una plancha de hierro empotrada en la muralla y en el suelo; tenían un lavabo y una taza de water (la de reducción un simple orificio) y un blindaje de barrotes de hierro o jaula entre la puerta y el catre de 1,40 de ancho por 1,30 de fondo para dejar fuera del alcance de un brazo la puerta al abrirla.

Con su mujer, Marta, delante de Nuestra Señora de París, en Francia. Año 2010.

COMPENSACIONES ECONÓMICAS.
Comprenderán que lo diga. No hay dinero que compense lo pasado por los presos en los presidios franquistas. No sería sufrible tanto suplicio si no fuese por la fe del carbonero que teníamos y por el sacrificio de nuestros camaradas y de nuestras familias. Hay tratadistas que dicen que el dolor es subjetivo. Los que eso dicen se enterarían de lo que vale un peine si tuviesen que soportar ser diestramente torturados  día y noche o nueve meses seguidos sin ver la luz del día en uno de los nichos de castigo del viejo penal del Puerto de Santa María. /Con su mujer, Marta Marroquin Travieso.

El millón y medio máximo ese sería un insulto de no ser que es un mero símbolo. Aún así, lo gratificante hubiese sido que las nuevas autoridades tomasen como primera medida darnos las gracias por los servicios prestados desde el papel del Boletín Oficial del Estado. Ese sí que hubiese sido un detalle. Pero no se hizo. Se ha tardado quince años. Y los que no tenían 65 años cumplidos o no llegaron a los tres de presidio han quedado ignominiosamente excluidos. Qué gran injusticia. Como injusticia ha sido haber hecho apechar a los heroicos guerrilleros antifranquistas veinticinco años con el estigma de bandoleros. Qué enorme injusticia. Quizá sea que las nuevas autoridades no sepan lo que es tener sitiada la vida o tenerla pendiente de un hilo o pisar un penal o pasar por un cuartelillo. Quizá sea que se piensen que la transición empezó en los Pactos de la Moncloa. Acaso esa fuese su bicoca. Acaso. Pero es la bicoca de muy pocos. Que conste. (Textos: Xesús Redondo Abuín. Julio 2001).

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies