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El nombre antiguo de la calle Federico Rubio es Pozuelo. Tiene una extensión aproximada de 830 metros de longitud, naciendo en la calle Santa Fe y terminando en la calle Micaela Aramburu de Mora, aunque, en realidad, continúa hasta el río Guadalete con la denominación de calle Domingo Veneroni.

En nuestra opinión, el cruce transversal con la calle Santa Lucía, supone un punto estratégico porque en él confluyen las vistas del ya conocido palacio de Villarreal de Purullena (ver nótula núm. 1.127  en GdP) al norte, el río Guadalete al sur, la Iglesia Mayor Prioral al este y la Plaza de Toros en el centro de la plaza de Elías Ahuja. /La calle Federico Rubio vista desde la esquina con la plaza de Bizcocheros.

NOMBRES.
Pozuelo, es el nombre anterior que, según dicen los estudiosos del patrimonio portuense,  respondía a la cantidad de pozos que se encontraban dentro de los múltiples patios existentes a lo largo de toda la calle, de los cuales se abastecían sus moradores (En la imagen de la izquierda, podemos ver uno de los azujelos que dan nombre a la calle, existente en la actualidad).

Federico Rubio es el nombre actual en homenaje a Federico Rubio y Galy,  hombre prolífico y de grandes aptitudes profesionales, políticas, artísticas, personales  y humanas. (Ver nótula núm. 1.163 en GdP) .

Lo primero que nos llama la atención de la calle, es que, llamándose Federico Rubio, no aparezca ninguna placa conmemorativa en toda ella, llegando a pensar que el insigne Doctor, no habría nacido en la citada vía urbana. Para el grupo ha supuesto un autentico descubrimiento, tanto la biografía como la calidad humana de Federico Rubio y Gali, del que sólo teníamos una vaga referencia, sorprendiéndonos favorablemente la importancia de sus actuaciones en los campos político, social, literario, científico, etc. /En la imagen, dibujo de Federico Rubio.

Respecto a las construcciones, destacar las distintas casas palaciegas o de Cargadores a Indias que podemos encontrar en ella, lo que demuestra la riqueza de las familias que, con anterioridad, la habitaban. El hecho de que las construcciones más importantes se concentren en el tramo que va desde la calle Micaela Aramburu de Mora, hasta la calle Santa Lucía, nos hace pensar que, en este punto se encontraba el límite de la zona ‘noble’ de la población.

Fachada lateral de la antigua Lonja del Pescado, o Resbaladero.

Casa de los Gavilanes, con fachada revestida completamente de azulejos.

Establecimento de bebidas de Antonio Herrera que estuvo durante la primera mitad del siglo XX y tras la restauración del Castillo por Hipólito Sancho.

Esquina y fachada lateral del Castillo de San Marcos. Año 2000. /Foto Mata.

Casa y Taller de mecánica de barcos de los hermanos Prieto, que se encontraba en el lateral del Castillo de San Marcos. Luego se constituyó la cooperativa Tamarco. Despareció al cesar la actividad. En la actualidad no existe el edificio que lo acogía y se recuperó la vista actual de este lateral del castillo.

La misma esquina de la imagen anterior. Año 2002. /Foto Mata.

La panadería ‘La Pajarita’, también conocida como ‘Antiguo Horno de las Cañas’, es una establecimiento con solera de los que quedan pocos en El Puerto, a pesar de que ha vivido en sus instalaciones diferentes reformas y mejoras, desde 1925, para dar un trato moderno a sus clientes, acorde con los tiempos. (Ver nótula 1057 en GdP).

...continúa leyendo "1.330. CALLE FEDERICO RUBIO. Por otro nombre del Pozuelo."

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Una grúa manual de principios del siglo pasado presidirá la recreación en el muelle de Las Galeras de la actividad portuaria de la época.

La Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz, en colaboración con el Ayuntamiento de El Puerto a través de la Concejalía de Patrimonio Histórico, creará en el que fuera el primer muelle de carga de dicha ciudad, el muelle de Las Galeras (anexo al Parque Calderón) y junto al primer tinglado para almacenamiento de la mercancía, un espacio de recreación al aire libre de la actividad industrial y portuaria portuense.

La creación de dicho conjunto expositivo conlleva la recuperación de parte del patrimonio industrial y portuario de la ciudad. Estará presidido por una grúa manual de principios del siglo pasado y delimitado por la antigua barandilla del cantil del muelle. Una farola de la época, un noray y toneles de vino (que era la carga tradicional) completan el conjunto, que se erigirá junto al primer tinglado de la ciudad, actualmente conocido como La Cristalera y cuya autoría se le atribuye a un discípulo de Eiffel.

Pasos previos para la maniobra de estiba en el cantil del muelle, junto al tinglado portuario, hoy Bar La Cristalera.

Espacio expositivo en el muelle que se está acondicionando para la recreación histórica, junto a La Cristalera.

...continúa leyendo "1.327. EL PUERTO RECUPERA SU PRIMER MUELLE DE CARGA."

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Romualdo Peña Montes, ‘Remujardo’ el aguador, había nacido el 2 de abril de 1920, --hijo natural de Dolores-- que tenía pues casi 92 años cuando, el pasado día 17 de febrero, nos dejaba en la Residencia Ancianos de las Hermanitas de los Pobres, junto al recinto ferial de ‘Las Banderas’, donde vivía hacía ya muchos años.

Era una persona muy querida por todos los portuenses que le trataron. En sus comienzos como aguador solía ir descalzo y con un aro con dos cubos alrededor del cuerpo. Cogía el agua en la fuente del Hospitalito y en la de las Galeras y las repartía a las casas que no tenían. Los niños de aquel tiempo se metían mucho con él, para hacerlo enfadar, pues se enfadaba ¡y como!, pero con gracia. De Romualdo --’Remujardo’-- ha escrito el profesor Rafael Sánchez González:

«Una de las características de nuestra ciudad a lo largo de su vigencia contemporánea, ha sido la existencia de una serie de personas convertidas por el tiempo en personajes de público reconocimiento que han sabido mantener una relación interdependiente con la propia ciudadanía. Eran personas que muchas veces se encontraban con la palabrería del que pasaba junto a él, pero con el suficiente vigor para contestar a su manera a las pertinentes referencias.

Romualdo Peña Montes, se dejaba querer y he aquí en uno de los múltiples posados fotográficos, de Estudio, en los que participó. Vivía hasta su traslado a la Residencia de Ancianos en el número 70 de la calle Ganado. ...continúa leyendo "1.310. ROMUALDO PEÑA MONTES. ‘Remujardo’ el Aguador."

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La historia de Rives Pitman es un viaje de ida y vuelta que empieza en Alemania, tiene su estación principal en El Puerto y continúa por otros países europeos como Inglaterra y Francia. Al igual que otras muchas firmas del Marco de Jerez, el origen de la empresa está ligado a la peripecia de un hombre de negocios extranjero, Augusto Haupold, quien recaló hace 130 años en Andalucía como cónsul germano. El diplomático fundó la Bodega de Jesús, María y José, que en su origen se centró en elaborar y comercializar vinos y brandies.

HAUPOLD Y RIVES.
A mediados de la década de los años veinte del siglo pasado creemos que el que fuera alcalde de El Puerto en 1938, Antonio Rives Brest (ver nótula núm. 1.257 en GdP) era una especie de socio industrial de Haupold, en la división de productos destilados, cuyas marcas llevan su apellido, lo cual nos hace presuponer que fuese el propietario de la patente industrial de los mismos. Asimismo, era el concesionario de los perfumes naturales que este fabricaba y encargado de organizar una red comercial a nivel nacional para su venta. En el diario ABC de esos años pueden localizarse anuncios suyos solicitando agentes y distribuidores para los productos de la fábrica de esencia de Augusto Haupold.

La trayectoria de esta sociedad experimentó un cambio de rumbo que volteó las tornas de su historia. Así ocurrió cuando, en 1965, se hizo con el timón de la bodega Augusto Romero-Haupold, actual presidente y nieto del fundador. El directivo no sólo es el responsable de la actual denominación de la enseña –a la que rebautizó como Rives Pitman–, sino que recorrió un camino inverso al que emprendió su abuelo.

TENDENCIAS DE MERCADO.
Si el diplomático alemán había descubierto en España las virtudes de las bebidas clásicas andaluzas; Romero-Haupold –que pertenece a la tercera generación de la familia y que ya es un empresario portuense al cien por cien– decidió volver a Europa para buscar productos con éxito, más allá de lo que ya se hacía en el entorno gaditano.

En este proceso, la firma descubre “el glamour londinense de la ginebra, que se consumía como un espirituoso de caballeros, o la gran aceptación de los zumos concentrados en Francia, donde se denominan sirop”, asevera el presidente. Ambas bebidas se incorporan como productos estrella de la compañía, que da un paso que, a su vez, será una constante en el resto de su historia: vigilar el mercado para desarrollar aquellos caldos con una clara tendencia al alza.

...continúa leyendo "1.307. AUGUSTO ROMERO-HAUPOLD. Entre destilados y caballos."

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Alfonso Sancho Mateos (Jerez de la Frontera, 1858-El Puerto de Santa María, 1952) ha sido un personaje desconocido para el gran público durante más de medio siglo, hasta que la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento portuense editó en 2007 la biografía que dediqué a los primeros años formativos de "el hombre del negocio de vinos más capacitado en toda esta región, y sobre todo en las labores y el tratamiento de la viña", como le definió en 1923 Luis Pérez Gutiérrez, director de la Revista Portuense. /En la imagen de a izquierda, Alfonso Sancho. Foto: Colección Bernardo Rodríguez Sancho.

Tras estudiar con los jesuitas en El Puerto (1867-68) y en Inglaterra (1871-74), Alfonso Sancho pasa directamente a Hamburgo y de allí a París (1877), en cuya Escuela de Comercio se diploma en 1879. Durante un año y medio (1880-81) representa en Londres a Sancho Hermanos, la firma bodeguera de la que era socio su padre, el abogado portuense Antonio Sancho Díez de Alda-Sopranis.

Del matrimonio (1884) entre Alfonso Sancho y Mercedes Peñasco nacen tres hijos: Félix, Alfonso y Mercedes. Además de vicecónsul de Chile y de Argentina en El Puerto de Santa María, el negocio del vino le obligará de nuevo a trasladarse al extranjero: con su mujer y su hijo Felix viaja a París, donde vivirá varios años. Alfonso Sancho Mateos fue el primer presidente (1900-01) de la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia, después sería vocal de su junta directiva y, desde 1903, socio de honor de la institutición. Fue además, vocal electo de la Junta Loca de Instrucción Pública y presidente de la Junta Municipal del Censo Electoral cuando se implantó en 1907 la Ley Maura. /En la imagen de la izquierda, un joven Alfonso, alumno de Beumont College (Inglaterra), entre 1871-74. Fuente: Archivo Britannicum Societatis Iesu (Londres), obtenida por el autor de esta nótula.

En 1905, propietario ya de la viña El Caribe, se establece en El Puerto. Con su primo hermano Alfonso Sancho García --padre del historiador Alfonso Sancho Mayi-- crea la firma Alfonso & Hipólito Sancho (c/ Aurora, 23)  que funcionará hasta 1914. También, en 1905 crea junto a su hermano Antonio  la empresa vinatera A. & A. Sancho (c/ Valdés, 1 y 1 duplicado, donde actualmente están las Bodegas 501), ésta con escritorio asimismo en su domicilio de Dr. Palou, 13 y agencias en París, Burdeos, Londres y Nueva York.

Junto al amontillado 'Quijote' y el fino 'Caribe', marcas emblemáticas de la casa, destacaban por su calidad 'el Fino 'El Abuelo' y el amontillado solera 'Majestad'. También se comercializaban, entre otros vinos, los amontillados 'S' y 'Sí', la manzanilla 'La Jota', el oloroso 'Único' (especial para enfermos, el tres cortados 'Hércules' y el digestivo 'Pax'.

Algunas etiquetas de Alfonso e Hipólito Sancho y A&A Sancho.

...continúa leyendo "1.281. ALFONSO SANCHO MATEOS. Alcalde y bodeguero."

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Francisco de Paula Gil de Partearroyo y Arena era hijo de Joaquín Gil de Partearroyo, III Marqués del Castillo de San Felipe, bodeguero y mesonero, arrendatario de la antigua y prestigiosa taberna mesón ‘El Toro’ situada en las proximidades de la Aduana Vieja, y de Victoria de la Arena Vigo, ambos naturales y vecinos de Villanueva de Mena (Burgos), villa en la que habían contraído matrimonio en 1845, avecindándose posteriormente en nuestra ciudad, en la que nacieron otros dos hijos, hermanos de Francisco de Paula. Joaquina, mayor que él y otro varón que falleció en edad párvula.

El padre murió el 30 de julio de 1855 y la madre el 13 de marzo de 1864. Los bienes de la testamentaría fueron: buenos vinos y vasijas depositadas en la bodega de la casa nº 4 de calle Santo Domingo, inmueble de propiedad y residencia familiar, así como una participación en la hacienda de viñas denominada ‘La Palma’.

Luis Suárez Ávila, delante la vivienda y bufete de abogado, donde viviera el Marqués del Castillo de San Felipe.

Francisco Nicolau, letrado que tenía su bufete en el número 19 de la calle San Juan, --en el mismo domicilio donde actualmente lo tiene el también abogado, erudito escritor y colaborador de GdP, Luis Suárez Ávila--, se ocuparía en calidad de tutor legal de nuestro protagonista de la administración de los bienes heredados. Nicolau se casó con la hermana de Francisco de Paula y se fue a vivir con ellos donde, influido por el entorno, el futuro Marqués del Castillo de San Felipe, estudió leyes, casándose al terminar la carrera (1872 o 1873) con una gaditana, doña Josefa Martínez de Azpillaga y Aguirre, dos años mayor que él. El nuevo matrimonio se instaló frente a la casa de su hermana. Adquirió una enorme casona, esquina de San Juan y vuelta con Cruces, casa que pasando los años sería el domicilio de la familia Terry Cuvillo. En 1886 creemos que falleció su esposa, Josefa Martínez, aunque es un dato que no hemos podido verificar documentalmente.

...continúa leyendo "1.271. FRANCISCO GIL DE PARTEARROYO Y ARENA. Alcalde de El Puerto en 1900. IV Marqués del Castillo de San Felipe."

Fotografía aérea de El Puerto de Santa María, Bahía de Cádiz, con la ubicación actual de las factorías Fenicio-Púnicas, siglos VI-III a. C., localizadas hasta el año 2.004.

Lo que para los fenicios era una delicatessen, en la actualidad posiblemente no se emplearía ni para cebar a los gorrinos. «Creo que hoy en día no soportaríamos el sabor de las salazones de entonces», afirma, contundente, Eduardo Ferrer Albelda, doctor en Historia por la Universidad de Sevilla. Aquellas apestosas viandas era manjares para los paladares griegos, que los importaban desde las factorías del Estrecho y Mediterráneo: «Era el gusto por el lujo, por lo exótico, por lo que llegaba de lejos», explica Ferrer, que afirma que esa pasión por la salazón gaditana y mediterránea «se ha relacionado con la expansión de Atenas en el siglo V a. C.». Esos alimentos «se producían en la zona de Cádiz, concretamente en El Puerto de Santa María, pero en toda la bahía se han hallado factorías que datan de esa época».

Fotografía aérea con la reconstrucción ideal de la costa Noroeste de la Bahía de Cádiz, y la ubicación de las factorías Fenicio-Púnicas, siglos VI-III a. C., con respecto a la costa, y la posible vertebración siguiendo vías de comunicación.

LAS CONSERVERAS (FACTORÍAS DE SALAZÓN).
Si bien griegos, fenicios y púnicos salivaban ante la perspectiva de untar uno de sus guisos con esas salazones, al parecer compartían con los europeos actuales el olfato: «La mayoría de las factorías estaban alejadas de la ciudad. Por el olor, que debía de ser bastante desagradable», subraya el doctor en Historia. Lo cual es lógico si se tiene en cuenta cómo se elaboraban aquellas sabrosas delicatessen. Un paso esencial era macerarlas al sol en unas piletas: «Allí se pudrían las tripas y se añadía la sal», explica. El resultado, una pasta «muy sabrosa, muy fuerte», con la que se acompañaban distintos tipos de alimentos. También producían trozos de pescado salado, como la mojama. Filetes de carne de pescado secos que aún hoy, estos sí, se consideran bocata di cardinale.

...continúa leyendo "1.264. CONSERVAS DE HACE 2500 AÑOS. Las Delicatessen de El Puerto."

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La foto a la que ponemos este amplio pié es un recuerdo familiar de Juan Antonio Lores Palacios, biznieto de Antonio Rives Bret, alcalde de la ciudad, mejor dicho Presidente de la Comisión Gestora Municipal, como acredita su bastón de mando, en 1938.

Me ponen en el compromiso de citar algunos datos biográficos del personaje que acompaña al General Queipo de Llano, proclamado Hijo Predilecto y Adoptivo de la ciudad y a un grupo de autoridades militares en lo que parece el acto inaugural, en  1938, de la  plaza de Cristóbal Colón, en donde situaran un monumento a sus caídos los vencedores de la contienda civil. En este espacio, antigua plazoleta del carbón, nuestros abuelos asistían en las noches de verano a los folletines cinematográficos que se proyectaban por capítulos en los felices años veinte que luego, en la postguerra, tendría su prolongación en un solar existente en uno de sus laterales donde se ubicó un cine de verano que tomó su nombre del de la nueva plaza.

Hoy día parece fácil y sencillo documentarse sobre cualquier tema, gracias a esa impresionante y gigantesca enciclopedia que es la red. Y de hecho, en muchos casos y ocasiones, lo es. Pero no siempre. A veces, redactar unas pocas líneas que contengan datos fiables y contrastados suponen  horas de investigación en archivos y bibliotecas reales, no virtuales, en donde  pueden consultarse viejos legajos, documentos, y periódicos antiguos y así obtener los escasos datos que he podido reunir para  los lectores de GdP para poder al menos proporcionar algunas pinceladas biográficas de la personalidad y actividades de este paisano que fuera primera autoridad de los portuenses casi tres años, en años difíciles y comprometidos, desde febrero de 1937 hasta diciembre de 1939.

Según figura anotado en los padrones municipales, nació en El Puerto en 1862. Bien joven y recién casado con otra portuense, Lola Lobo Tera y conjuntamente con un hermano llamado Joaquín (que fallecería en La Habana en 1916) emigraron al continente americano, estableciéndose inicialmente en Cuba, pasando después a Uruguay, en cuya capital, Montevideo, nacieron dos hijos: un varón que falleció joven y Lola Rives Lobo, de la que desciende la familia portuense de los Lores Palacios. Pasada la primera década del siglo XX,  retornó a su ciudad natal con su familia, adquiriendo una casa en calle Santa Lucía número 21.

...continúa leyendo "1.257. ANTONIO RIVES BRET. El alcalde de la Plaza de Colón."

Tras año y medio de espera, el recinto portuario portuense abría las nuevas instalaciones comerciales de la lonja en la madrugada del lunes 20 al martes 21 de noviembre de 2006. El Delegado de Diario de Cádiz en El Puerto en aquellos años, era el único periodista que, a las cinco de la mañana asistía al acontecimiento como fedatario del acontecimiento.

La sala de primeras ventas prosiguió hasta finales de año con el tradicional sistema de subasta y altavoz hasta que se puso en marcha el proceso informatizado. Informatización ya instalada en la sala de segunda ventas, de pescado procedente de otros puertos , que bullía de personal desde un primer instante, con problemas por la masificación para adquirir las tarjetas entre los compradores y el imprevisto adelanto en más de media hora en su apertura.

Ambas instalaciones serían a partir de entonces de gestión directa de la Autoridad Portuaria, al quedar desierto el concurso de concesión directo y la declinación de la Cofradía de Pescadores de proseguir con la explotación ante la previsión de falta de ingresos para asumir el servicio. La hoy desaparecida Cofradía, la tercera más antigua de España, vigente desde la fundación de El Puerto  en 1281, explotaba la lonja  desde 1929 y finalizó su concesión de forma oficial el 31 de agosto de 2004. Durante 2005 y 2006 efectuaba el servicio de forma interina.

A LAS CINCO DE LA MADRUGADA.
Al filo de las cinco de la madrugada se inauguraba sin ninguna ceremonia en especial la amplia sala donde a partir de aquel 20N empezaron a llegar las capturas. Cuatro barcos que faenaban en la Bahía de Cádiz, mediante trasmallos y artes tradicionales, traían una cantidad muy reducida de pescado y un limitado número de especies (sargos, borriquetes y doradas en su mayoría), a la espera de la primera jornada de las embarcaciones del Golfo que recalaban aquella madrugada tras aguardar dos meses de veda (o paro biológico). Del volumen de unas 220 cajas que se subastaron, algo más de 2.?000 kilos, se dispararía a lo que ofrecieron después los más de treinta barcos previstos para el día siguiente.

...continúa leyendo "1.249. LA NUEVA LONJA DEL PESCADO. A cinco años de su inauguración."

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Ignacio Fernández Sánchez tiene 42 años. Con su uniforme de color blanco y rojo y su gorro inmaculado tiene cierto aire de pastelero francés y es que sus creaciones, según el mismo reconoce, están inspiradas en la confitería más famosa del mundo, la de este país. Fernández, el maestro pastelero de La Casa de Chocolate,  no es un neófito. Lleva en la profesión 27 años, desde que con 15 se estrenara en el negocio familiar, el que adquiriera su padre José Fernández, conocido como Pepe el del Bar Jamón. En La Merced, la confitería que todavía sigue perteneciendo a la familia y que gerencia su hermano Manuel, ha llevado a cabo toda su carrera hasta ahora en que ha decidido emprender aventura propia.

Ignacio se ha formado mucho en estos años. Ha viajado, ha realizado cursos y ha tenido curiosidad. Todo esto le permite ahora afrontar esta nueva etapa creando «algo que creo que es diferente aquí en El Puerto, con unos dulces diferentes, con una estética muy cuidada, muy suaves al paladar, de cierta influencia centroeuropea y con mucha presencia del chocolate, un producto que me gusta mucho y al que le veo muchas posibilidades».

Lo primero que llama la atención cuando te acercas a la nueva pastelería de la calle Luna es una gran cristalera desde la que se puede ver como el equipo de la Casa del Chocolate  trabaja en el obrador. La pastelería acaba de abrir en pleno centro de El Puerto en el local que ocupaba la joyería Santos, en la esquina de Luna con Nevería. Ahora se venderán otras joyas, esta vez dulces.

...continúa leyendo "1.244. IGNACIO FERNÁNDEZ SÁNCHEZ. La Casa del Chocolate."

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Antonio Cairón Olmo, nacido el 13 de diciembre de 1948 es hijo del pescador Manuel ‘Ventura’ Cairón, quinto hijo de nueve hermanos quien, hasta los siete años vivió en la Casa Palacio de Reynoso, --convertida en casa de vecinos, luego Parroquia de San Marcos en sus inicios y sede provisional del Ayuntamiento--, en la Plaza del Polvorista, donde vivió sus juegos de infancia y donde estudió en el colegio ‘Sagrado Corazón’ existente donde hoy se ubica una sucursal bancaria, haciendo esquina con la calle Sol.

1948
Ese año en El Puerto, Fernando C. de Terry se hace con una punta de caballos cartujanos y empieza a crear la famosa ganadería que sería símbolo de sus bodegas. El Club Náutico se refunda en 1948 y se celebra la primera Regata Snipes que se celebra en El Puerto.  Rafael Alberti termina su libro de poemas ‘A la Pintura. Poema del Color y la línea (1945-1948)’.  La población reclusa del tristemente conocido Penal del Puerto fue el 1 de enero de ese año de 245 penados.  Manolo Girón es nombrado sacristán de la Iglesia de San Joaquín. También en 1948, el Racing Club Portuense recibía la visita del Puerto Real, ganando por 5-1. Fueron alcaldes de la ciudad ese año, Joaquín Calero Cuenca y Eduardo Ciria Pérez.

Pronto iniciará ‘el Gasolina’ su vida laboral, pues si bien empezó a estudiar el bachillerato en el Instituto Santo Domingo (entonces Instituto Laboral) lo abandona para trabajar en el surtidor de gasolina del Caballo Blanco, frente al desaparecido hotel del mismo nombre, de ahí su apodo de ‘el Gasolina’.

El Audi SRS6 de S.M. el Rey don Juan Carlos.

ANÉCDOTAS.
En cierta ocasión en la que SM el Rey vino a despedir a su hijo el Príncipe Felipe que embarcaba en el Juan Sebastián Elcano, y una vez que dejó al Rey en el barco, tuvo necesidad el chofer del coche oficial de repostar en la estación de servicios donde trabajaba nuestro protagonista. Antonio le pidió permiso al conductor para sentarse en el ‘asiento de respeto’ es decir el que ocupa don Juan Carlos en sus desplazamientos, a lo que accedió éste y Antonio ocuparía por unos instantes el ‘trono’ móvil del monarca.

...continúa leyendo "1.241. ANTONIO CAIRÓN OLMO. El Gasolina."

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La jerezana Ángeles Valenzuela Carribero, casada con Eugenio Pedregal, natural de El Arahal (Sevilla), madre de Paquita, Conchita, Eugenio, Miguel, Enrique, José María y Angelita, una numerosísima y conocida prole de El Puerto de Santa María.

Pronto se quedaría viuda y para sacar adelante a tan larga descendencia regentaría un almacén, el que aparece en la imagen, en la esquina de San Bartoloméy Federico Rubio, donde hoy está el Bar Triana. Negocio que compatibilizaría con Muebles Pedregal, que empezó con los muebles en bruto en el número 7 de la calle San Juan, trabajadora incansable, que a veces no dormía de noche, trabajando, para poder cumplir los compromisos de la pequeña empresa. /En la imagen, Paquita Pedregal en el almacén.

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La nueva presentación de las Tejas de El Puerto.

Las Tejas de El Puerto refuerzan aún más su vinculación con la ciudad y su carácter de producto típico de la localidad con la nueva imagen de la firma presentada el viernes en el Aula de Estudios Alfonsíes, en el Castillo de San Marcos, uno de los monumentos a los que hace alusión la nueva marca escogida por la familia Ibañez Herrera: Cien palacios.

De izquierda a derecha, el pintor Humberto Parra, el emprendedor José Manuel Ibáñez y el concejal de Comercio, Raul Capdevila.

El nombre, que junto a toda la nueva imagen de la empresa ha sido creado por la  empresa gaditana ODM, la firma del diseñador gráfico gaditano Pedro Alvarez, el creador también de chocolates ‘Pancracio’, mantiene el mismo aire clásico de la imagen de la empresa portuense y sus característicos envases en latas pero refuerzan su vinculación con la ciudad al reproducir como imagen en los envases dos monumentos emblemáticos de la ciudad, la fuente de las Galeras, situadas junto al muelle donde amarrara el Vaporcito, que también se reproduce en la estampa, y el palacio y la Casa de los Diezmos, un edificio situado en la plaza de la Herrería.

Los dos monumentos han sido recreados para la ocasión por el pintor Humberto Parra, un especialista en pintura taurina y costumbrista que ha realizado dos obras en tonos pastel y ambientadas en el siglo XIX que son las que ilustran tanto las nuevas latas como las etiquetas y bolsas de la nueva marca. /En la imagen de la izquierda, el periodista Antonio García Barbeito.

Asimismo en la parte posterior de las latas y en las bolsas se reproduce una poesía de Antonio García Barbeito en la que juega con el lema de El Puerto de Santa María como ciudad de los cien palacios.

«Pueblo de los Cien Palacios,
cien barcos de piedra dura
al pie de la mar; soñando.

Escudos en las fachadas:
cien mascarones de proa
abriendo tu luz salada.

Piedra que en el aire canta
al admirar la Bahía…
Cien Palacios tu levantas,
Puerto de Santa María».

José Manuel Ibáñez, el gerente de la empresa, señaló en la presentación que la nueva marca permite identificar aún más a las tejas con su ciudad de origen y permite identificarlas más fácilmente. Asimismo esto permitirá a este pequeña empresa familiar acometer nuevos proyectos con la creación en el futuro de nuevos productos.

La familia Ibáñez Herrera, durante la presentación, en la que se obsequió a los asistentes con una lata del producto.

Las nuevas latas ya están disponibles en la tienda de Cien Palacios en la calle Misericordia de El Puerto que también será remodelada para adaptarse a la nueva imagen de la empresa. La firma comercializa en la actualidad cuatro productos: tejas de almendra, tejas de piñones, tejas de coco y tejas de almendra y chocolate.

Las tejas comenzaron a elaborarse en 1995 en la antigua panadería de la familia. Gómez de Requena, muy conocida en El Puerto. Con posterioridad la empresa decidió centrarse únicamente en la producción de este peculiar producto. Ahora, en noviembre de 2011 acaban de presentar su nueva marca comercial, Cien palacios, que hace alusión al sobrenombre de El Puerto de Santa María, conocido como la ciudad de los cien palacios.

La tienda se adaptará a la nueva imagen de marca de 'Cien Palacios'.

En tan sólo 15 años la familia Ibáñez Herrera, que produce este producto, ha logrado que sus tejas se hayan conseguido en un producto típico de la ciudad, todo un logro. Las tejas, unas pequeñas y crujientes galletas, cuyo ingrediente principal son las almendras, fueron creadas por José Manuel Ibáñez en base a una receta encontrada en un libro antiguo de pastelería francesa sobre galletas. Luego fue perfeccionando la fórmula hasta hoy día en que la firma elabora cuatro especialidades: tejas de almendra, de piñones, de almendras y chocolate y de coco. La segunda gran clave de su éxito está en la presentación en vistosas latas con decoraciones de monumentos de El Puerto. (Texto y fotos: Pepe Monforte).

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Parece que fue ayer cuando se caía una moneda de una peseta, e incluso una perra chica o una gorda y hasta sonaba a dinero. Vd. habrá comprobado de ciencia propia que hoy [el artículo está escrito en la década de los noventa del siglo pasado] se cae al suelo una moneda de quinientas pesetas y no suena a nada. La verdad es que la peseta está depreciada, desprestigiada y vilipendiada. Ya se sabe, según ha dicho Solves, preclaro dirigidor de la economía patria, que la culpa de todo la tiene el P.P. /En la imagen de la izquierda, Antonio Leiva Aguilar 'Severo'.

Vd. con una peseta en el bolsillo hace el ridículo. Vamos, el ridículo se hace hasta con dos mil duros en el bolsillo y aun con más. Tiempo hubo en que con una perra chica, convenientemente golpeada sobre el cristal de la vitrina de un carrillo o sobre el mármol del mostrador de un almacén de ultramarinos, se alertaba al dependiente y hasta le producía al dueño ese sonido una especie de orgasmo financiero venial.

Cuando una patulea de niños, cada uno proveído con su perra chica o su perra gorda, se acercaba a un carrillo, lo de cajón era golpear con la perra y añadir gritando:¡Oiga, despacháaa!. Alrededor del Teatro Principal, siempre hubo un especial clientela fija. Alrededor del Teatro, se instalaron los carrillos, primero, el de Severo; luego, durante un tiempo el del "Guardapavos"; y luego el de Carmelita "La Rubia", frente por frente, en la parte más estrecha de "La Placilla" a la entrada de la calle San Bartolomé. /En la imagen de la izquierda, la tercera mujer de Severo, Rafaela Morón Suárez.

DEL CAMPO AL CARRILLO.
A "Severo" lo hizo vendedor de chucherías su médico, don Rafael Rioja. Fue unos años antes de la guerra civil. Pero Severo, no se llamaba Severo; Severo se llamaba Antonio Leiva Aguilar. Lo de Severo le venía de su padre y de su abuelo. Severo era de campo. Tenía una finquita en el Pago de Cantarranas, en las arenas, y otra en un lugar llamado "Los Navazos". La verdad es que don Rafael Rioja le encontró no se sabe qué dolencia y le aconsejó, como primera medida, dejar el campo.

Con las quinientas pesetas que obtuvo con la venta de las fincas, Severo se vino a vivir a la calle del Postigo mandó construir un hermoso carrillo, con ruedas de bicicleta, vitrina, depósito en la parte inferior, cubierto todo con un gran toldo de lona graduable. Con este armatoste, Severo se instaló, primero que nadie, en la boca de la Placilla, sobre el muro del frontero Teatro, justo al lado de la puerta del Bar "La Concha". Allí, Severo se convirtió en el "Rey de las pepitas", porque pepitas se llamaron siempre a lo que hoy son pipas e incluso piponazos.

El Carrillo de Severo, atendido por su mujer, Rafaela.

LAS TRES BODAS DE SEVERO.
Severo, como Fernán Caballero, se casó tres veces. Severo, de sus matrimonios dejó una prole compuesta por Anita, Milagros, María, Juan José y Paco, éste último fallecido. Severo, ceñido por su gran cinturón, con los pantalones caídos, la barriga pronunciada, su sombrero o su boina, se convirtió en el recaudador del "peaje" a la Placilla. Por cierto que Severo ha quedado en dichos populares. Cuando a un niño se le veía con la correa apretadita, por debajo del ombligo, y los pantalones faltos de tiro, se le decía: «--Anda, hijo, que te pareces a Severo, el del carrillo».

Pues bien, aquel lugar donde Severo asentó su negocio, además de ser un incesante "pasito de tórtolas", tenía el aliciente de las sesiones matinales de los domingos en el Teatro, esto es "la infantil", en la que todos nos divertimos viendo "Piter Pan", "La Dama y el Vagabundo", "Blancanieves y los siete enanitos" e incluso lloramos a lágrima tendida con "Marcelino, pan y vino", comiendo pepitas, tostadas y saladas, con ese puntito único que les daba Severo, quien aparece en la imagen de la izquierda.

PIPAS TOSTADAS.
Y nada de bolsas de plástico, ni fórmulas cualitativas. En cucuruchos de papel de periódico, que lo que no mata engorda, allí se expedían, una chica, una gorda, e incluso dos reales en casos de economía boyante, las sabrosas pepitas. Tal era la cantidad de pipas que vendía que, en numerosas ocasiones, tuvo quejas de Manolo, de Pepe y de Eduardo Nuchera por el cúmulo de cáscaras que quedaban en el patio de butacas, en las plateas, en los palcos y, sobre todo, en el "gallinero", una vez concluidas las sesiones cinematográficas. Pero, en particular eran famosas las llamadas al orden de Güelfo, el diligente y eficiente portero y acomodador, cuando subía de tono el crujido de las pipas o alguno se ventoseaba en el "gallinero". "De ahí para abajo, todo el mundo a la calle", decía,  y requería a los serenos "Pacuqui", Espinosa, "Merengue" o cualquier otro para que evacuara a los crujidores o al presunto ventoseador.

Severo fue a más. Su principal fuente de riqueza fueron las pepitas de girasol, pero no abandonó nunca el "paloduz", el citrato, las algarrobas molidas, los caramelos, los altramuces, y mil y una chucherías, además del triquitraque, las mechas y piedras de mechero, el tabaco de cuarterón, el papel de fumar, las cerillas, etc., etc. etc. El carrillo lo guardaba, de noche en la parte trasera, por la calle San Bartolomé, de "Las Columnas", propiedad de Quintín Puente, pero donde tenía su cuartel general era en una accesoria de la calle Cielos, justo enfrente de la calle Santa Clara, destinada a almacén y tostadero.

LA COMPETENCIA: GUARDAPAVOS Y LA RUBIA.
Pronto, a Severo le salieron competidores. A su lado colocó el carrillo, aunque efímeramente, el "Guardapavos". Así dicho, seguramente no sabrá Vd. de quien se trata, pero si le digo que era el "tío de las cadenas", que salía de penitencia en la procesión del Nazareno, con una enormes cadenas atadas a los pies, detrás del paso de Cristo, ya habrá Vd. caído de quién se trata.

Rafaela y su hija Milagros, casada con José Rebollo 'el Rubio', en el carrillo.

Frente por frente, se le instaló a Severo, Carmelita "La Rubia", con un carrillo bien surtido, que regentaba ella misma pero, sobre todo, su sobrino, José Rebollo "El Rubio", quien --lo que es la oligarquía y la endogamia tanto en el negocio del vino, como entre las nobles familias de cargadores a Indias, como entre los propietarios de carrillos de chucherías-- se casó con una hija de Severo llamada Milagros. "La Rubia" durante el día atendía, con su sobrino, el carrillo de la Placilla y, por la noche, su kiosko del Parque, en la esquina de enfrente de la tribuna de la música.

OTROS CINES.
Tras del invento de Severo, en los aledaños de otros cines, como en el "Macario", por ejemplo, se instalaron una pareja de viejos, con su carrillo. Eran José de los Reyes y de los Reyes, "El Chato Paterna", y su esposa. Enfrente puso su carrillo una buena anciana, llamada Juana, que tenía un rodete y en su cara y en sus manos tenía señales de padecer de vitíligo. A la puerta del cine "Colón", recuérdese, también, el carrillo de Manuel Álvarez "El Cochero" y  a "El Gamba" con su negocio de higos de Lepe metidos en miel. Y en todos los cines, las capachas de piñones: "¡Piñones, como cabezas de gorriones!", que pregonaban, y cada vez a la medida, un cajoncito de madera muy pequeño, se le añadía más y más papel de estraza doblado en el fondo en franco fraude comercial. /Rafaela Leiva, en el carrillo del lateral del Teatro Principal.

LAS VENTANITAS.
No es lugar este para hablar de las "ventanitas" que surtían, en las cercanías de los colegios, migas, academias y escuelas, a los más pequeños. Estas "ventanitas" regentadas por tal cual viuda de un carabinero, o por una viejecita de "estado honesto" proporcionaban el suplemento necesario a la pensión de viudedad o a la ayuda del montepío tan escuetas.

Puede decirse que Severo --a la izquierda de la imagen fotografiado en la calle Postigo-- fue el pionero del carrillo de chucherías y que Carmelita "La Rubia" lo fue del kiosko. Perdidos ambos, un Concejal del Ayuntamiento portuense, Juanito Ponce, propuso a la viuda de Severo cambiar el carrillo por un kiosko. Así se hizo y, mientras estuvo en pie el Teatro Principal, se mantuvo en su mismo sitio. Luego, incendiado el Teatro, se trasladó a la Plaza de Juan Gavala, donde se mantiene. Pero ya, los niños no hablan como antes, porque la caja tonta les ha homogeneizado el lenguaje, no tienen tatas, y sus maestros son de fuera. No hay perras chicas, ni perras gordas, ni moneditas de dos reales, ni las pesetas suenan a dinero, ni se golpea la vitrina, ni el mostrador al grito de "¡Oiga, despacháaa!". (Texto: Luis Suárez Ávila).

Más información en GdP:
104. SEVERO. El carrillo de la ilusión.

8

Elena de Winthuyssen y Urruela nació el 18 de febrero de 1852 en El Puerto de Santa María siendo la mediana de tres hermanos: Pastora, su hermana mayor  y Felipe, el pequeño y que murió joven y soltero.

Su padre, Juan de Winthuyssen Martínez de Baños, nació el 18 de agosto de 1819 y fue capitán de fragata; hijo de Pedro de Winthuyssen y Bustillo, natural del Real Arsenal de la Carraca, que fue capitán de Caballería y Caballero de Paja de S. M. el rey Carlos IV y que casó en la parroquia de San Martín de Madrid con Felipa Martínez de Baños. Ambos abuelos paternos de Elena. Su madre, Inés de Urruela y Barreda, nació el 21 de agosto de 1822 en Cádiz y fue la pequeña de una familia numerosa; el padre de ésta José Julián de Urruela y Casares, nacido el 7 de enero de 1780 en la Nueva Guatemala de la Asunción era hijo de Gregorio Ignacio de Urruela y Angulo natural de la villa de Retes, Álava, que  se trasladó a Guatemala en 1774 a bordo de una fragata y se casó allí, en 1779, con María Josefa de Casares y Olaberrieta, hija, ésta, de padres españoles.

Embarcó, Julián, en 1802, con destino España junto a José Frayle y Jorro, con la intención de fundar una casa de comercio en Cádiz que respondería al nombre de URRUELA HIJOS Y JORRO. Es en Cádiz en donde se unió en  matrimonio con la onubense Pastora Barreda Ortiz de Zarate y con la que tuvo seis hijos.

En los años treinta del siglo XIX se trasladaron a El Puerto, donde Julián fijó su residencia en el número 75, por aquel entonces, de la calle Larga, actualmente conocida como ‘Palacio de Winthuyssen’. De fachada barroco tardío con alguna referencia neoclásica y de interior ecléctico, donde se combinan diferentes estilos, neogótico, neoclásico y mudéjar por unos preciosos arcos lobulados localizados en algún que otro salón. Allí mismo viviría Inés de Urruela con su marido Juan de Winthuyssen y tendrían a sus hijos. El 13 de agosto de 1845 falleció Julián y pocos años después su esposa. En 1865 pasaron a vivir los Winthuyssen Urruela a un anexo de la mansión con el número 9. Irían con ellos dos sobrinos de Inés y primos de Elena: Julián y Olimpia García de Polavieja y Urruela. /En la ilustración, óleo de Juan de Winthuyssen.

En febrero de 1880, contando Elena con 27 años de edad, casó con el Maestro Mayor  Titular de Obras del Ayuntamiento de El Puerto de Santa María: el jerezano  Miguel Palacios y Guillén, nacido en 1841; poseedor éste del título oficial de la Escuela  Superior de Arquitectura de Madrid además de ser perito agrimensor y tasador de tierras. Los recién casados se trasladarían ese mismo año al nº 14 de la calle Diego Niño en donde nacerían sus seis hijos: los hermanos Palacios Winthuyssen, fijando, poco mas tarde y definitivamente, su residencia en el número 6 de la Avda. Rodrigáñez, al final del Paseo de la Victoria, en las inmediaciones del Monasterio de la Victoria.

 

En la foto familiar tomada en el número 6 del Paseo de la Victoria, aparecen reunidos en primer lugar y en un extremo sentado, don Miguel Palacios y Guillén y su nieta Elena Palacios Muñoz-Seca y en el otro extremo doña Elena de Winthuyssen y de Urruela. De izquierda a derecha y de pie: doña María Teresa Muñoz Seca, tras don Miguel, le siguen a ésta su hermana Antonia Muñoz Seca, su marido don Manuel y hermanos de éste, don Antonio y doña Pilar Palacios Winthuyssen; doña Catalina Beigbeder y Gallegos y su marido don Pedro Nolasco Palacios Winthuyssen posando junto a Elena, su madre. A la izquierda de don Miguel, su cuñada Pastora de Winthuyssen y de Urruela siguiéndole un jesuita amigo y vecino de la familia que esta sujetando a dos de los nietos del matrimonio y doña Olimpia García de Polavieja y de Urruela. En el suelo Manuel Palacios Muñoz-Seca junto una prima suya. La foto la tomaron con la gruta, de fondo, que otro hijo de doña Elena y de don Miguel les hizo. 22 de octubre de 1914.

El 27 de noviembre de 1899 perdía Elena a su madre a la edad de 76 años y tres años mas tarde, en 1902, a la edad de 83 años, a su padre, el ya retirado capitán de fragata, que viviría sus últimos años en la casa de la calle Diego Niño.

 

Sepelio aparecido en la Revista Portuense en 1925.

En su nueva residencia al final del Paseo de la Victoria, sobre la que ya escribí con el título de “La huerta de tía Pilar”, (nótula 857 en GdP) pasaría el matrimonio formado por Elena y Miguel el resto de su vida. El 12 de octubre de 1925, a los 74 años de edad, fallece Elena de Winthuyssen y Urruela. (Texto: J. Manuel Rguez Gay-Palacios. 'Juan de Winthuyssen').

4

José Contreras López, ‘Ochele’, nació el 6 de marzo de 1926 en la calle de la Arena, segundo hijo del matrimonio formado por José Contreras y Milagros; fueron sus hermanas Dolores, que hoy tiene 88 años, Milagros, José y Concepción así que se crió entre todas las mujeres. Su padre era encargado en una explotación agrícola de los Terry en la carretera de Fuenterrabía.

1926
El año de 1926, año de nacimiento de Ochele, Rafael Alberti publicaba su libro ‘La Amante’,  relato poético de un viaje en automóvil; Hipolito Sancho y Rafael Barris, publicaban su obra ‘El Puerto de Santa María en el Descubrimiento de América’; Pedro Muñoz Seca tiene un año muy prolífico, publica ‘Poca Cosa es un hombre’, ‘La Cabalgata de los Reyes’, ‘El espanto de Toledo’, La novela de Rosario’, María Fernández’, ‘El sonámbulo’, ‘Seguidilla Gitana’ y ‘La señorita Ángeles’. En 1926 existían en El Puerto, en los Jesuitas, las congregaciones religiosas de la Inmaculada, San Luis Gonzaga y San Estanislao de Kostka. En marzo se bendice la imagen del Cristo yacente perteneciente de la Hermandad de la Soledad; su autor, Juan Bottaro Palmer hizo una transformación de la imagen de crucificado a yacente. Nacen el zapatero Miguel Morales Augusto y el sacerdote Pepe Carmé Ramírez.

Fotografía en el colegio de Bellas Artes, antiguo Convento de Santo Domingo, poco antes de la Guerra Civil, en la etapa final de la Segunda Republica. El maestro de escuela don Salvador Adame Castro en el centro de la fotografía con todos sus alumnos: Salmerón, los hermanos Arniz, Gabriel Cuevas Flores, Carrasco de la Bandera, los hermanos Villarrubia, Luis Gago García, los hermanos Valiente… y los 23 seleccionados por el destino: Francisco Domínguez Ramos, Enrique Gago García, Francisco Ramírez Bermúdez, Benítez, José Contreras López, Contreras, José Molina Benítez, José Zerola, Sánchez, Benjamin Lora Atalaya, Guerrero, Rafael Sevilla López, José Buhigas Guilloto, Cobo, Chaparro, Antonio Domínguez Ramos, Antonio Gallardo Carvia, Esteban Caamaño Bernal, José Camacho Velazquez, Manuel Lora Atalaya, Cordero, Francisco Gutiérrez de Celis y Manuel Fernández. En la fila cuarta, de izquierda derecha, el niño cuarto con boina es Atienza, quien falleciera en la División Azul. En la fila de abajo, de izquierda a derecha, el penúltimo, flanqueado por Chaparro y Enrique Gago García, es Manuel Carrillo Lucero, con nótula en GdP.

De pequeño, Ochele --sobrenombre por el que también era conocido su padre-- estudió en el Colegio de Bellas Artes, situado en el antiguo Convento de Santo Domingo --hoy Instituto-- hasta que, con 13 años se salió para ayudar a su padre en las tareas del campo, continuando su formación por las noches, recibiendo clases particulares del Teniente de la Guardia Civil Juan de Miguel, en la casa donde hoy vive el abogado y colaborador de estas páginas Luis Suárez Ávila. Luego vendría el servicio militar que haría en la Base Aérea de La Parra donde tuvo, entre otros compañeros, al también porteño Eduardo Zamorano Lechuga. /En la imagen de la izquierda, Ochele el 13 de agosto de 1946, en el Servicio Militar en la Base Aérea de la Parra.

De izquierda a derecha, Ochele con guardapolvo y sombrero blancos, Joaquín, el Calé, Pedrusco, Fernando González Rivera, el de arriba desconocido, Ariza, Panete,  y Milagros la mujer de el Calé. Abajo con el palo Bartolo y desconocido, en la Plaza

LA RECOVA.
Con 27 años, en 1953 entrará a trabajar en el Mercado de Abastos con la Recova, primero en la nave de Pescado, donde tuvo de vecinos a Julio ‘el Pescadero’, ‘el Calé’, que vendía gandinga (mondongos o asaduras), y en frente a Juan Gago, hermano de Enrique Gago padre de los actuales dueños de el bar ‘El Pescaíto’. La recova, contrariamente a lo que se suele pensar, no comercia en exclusividad con pollos, gallinas y huevos y productos derivados de éstos, sino que también comprende la venta de pavos, conejos, cabritos y ovejas. Por 3.000 pesetas de 1953 consiguió un puesto de Gandiga que el adaptó para la venta de la Recova que compró a Miguel y, con la ayuda de Miguel Ortega quien le cedió la cámara para almacenar el género empezó con la aventura de emprendedor. /Ochele, a la derecha de la imagen, delante del Bar Vicente.

DIFÍCILES COMIENZOS.
Pero los comienzos fueron malos pues al principio de instalarse en la Plaza su mujer, Isabel Áspera Ganaza (con quien ha tenido tres hijos, los tres maestros: José Luis, Milagros y Miguel Angel) enfermó gravemente y estuvo mas de cuarenta días convaleciente en el Hospital de Mora de una grave enfermedad. Nuestro protagonista iba a diario a Cádiz en el Vapor; y eso que se mareaba, pero en aquellos días le desapareció el mareo como por ensalmo. Recuerda Ochele que el farmacéutico José Antonio Fernández-Prada le fiaba  los medicamentos, llegando a alcanzar el débito las 15.000 pesetas de la época, y le decía: «--Ochele, tranquilo, primero hay que curarla, luego ya vendrá cumplir con los pagos». Y Ochele, cuando se curó, cumplió. «--Tenía entonces más trampas que un pajarero, pero hice frente a mis compromisos y, felizmente, salimos adelante». Fue pagando escalonadamente y, de la bicicleta Ginzo pasó a una motocicleta Somato y de ahí a su primer coche, un Simca 1000, matrícula CA-504111. /En la imagen de la izquierda, Ochele en el puesto de la Plaza en 1972, atendiendo a una familia alemana.

El eslogan de la Recova de Ochele.

ALGO TIENE
El tiempo pasaba, el puesto de Ochele cambiaba de ubicación y pasaba a la parte de las carnes. La plaza se modernizaba y las vitrinas llegaban a Mercado de Abastos. Recuerda a un veterinario muy exigente, Don Bartolomé, pero necesario para garantizar el buen estado de los alimentos que se exponían a la venta, con quien tuvo una relación muy cordial, pero cada uno en su sitio. A lo largo del desempeño de su labor profesional hizo grandes amistades con todo el mundo, tiene don de gentes y ha sabido atender a abuelas, madres, hijas y nietas con el mismo agrado y todavía le buscan y saludan cuando lo encuentran a su paso. Ochele se jubiló con 66 años, en 1992 cediéndole el puesto a su amigo Juan Manuel Barrero Marchena, (con nótula núm. 244 en GdP), a quien estuvo ayudando algunos años mas durante los fines de semana. Ochele tiene en su poder varios reconocimientos como de la ATA (Asociación de Trabajadores Autónomos) y la Asociación de Comerciantes ‘Puerto Centro’.

Ochele en el puesto de la Plaza, cuando el kilo de pollo costaba 72 pesetas.

PROVEEDOR AL POR MAYOR.
Ochele fue proveedor de establecimientos de hostelería al por mayor, entres estos el Cangrejo Rojo, el Club El Buzo en Vistahermosa y el Hotel Puertobahía. En estos sitios dio con buena gente y otra no tanto. Recuerda, aunque prefiere olvidarlo, a un cocinero de Lebrija que trabajó en uno de estos establecimientos que le exigía una comisión por servir los pollos. Ante la negativa de Ochele, éste le dijo «--Que poco vas a durar aquí»; tras diversas jugarretas por parte del citado cocinero, la dirección del establecimiento zanjó la complicada situación que se producía, conociendo la probidad de nuestro protagonista, poniendo al lebrijano de patitas en la carretera, momento que aprovechó Ochele para recordarle lo poco que él iba a durar en aquel trabajo. Y es que Ochele siempre se negó a dejar comisiones a los compradores, dado lo ajustado de los precios de las aves. En cierta ocasión un marinero que avituallaba un barco de pesca, ante la exigencia de pagarle la comisión, amenazó con irse a otro puesto donde si le atendían su demanda: «--Yo puedo invitarte de mi sueldo a unas cervezas, pero del dinero de la empresa no te voy a pagar comisión alguna», invitándolo a irse a la competencia.

Reunión de antiguos alumnos del Colegio de Bellas Artes en Abril de 1984. Más información en la nótula num. 259 en GdP. Ochele está en la fila superior, a la derecha, junto a Benjamín Lora.

Ochele vivió en la calle San Juan desde que se casó en la casa de imprenta Prado;  allí conoció los primeros pasos del torero José Luis Galloso que era vecino y después, en propiedad en la vivienda que construyó en frente en el número 27 de la misma calle, donde en la planta baja se encuentra la Peña Madridista, anteriormente la Peña Galloso, antes una casa de muebles y al principio un pequeño supermercado.

6

Luis Peinado Cabrera, atendiendo a una cliente.

Hace poco más de 10 años cerró el ‘Almacén de Suárez’, una típica tienda de montañés, en la confluencia de las calles Misericordia y Luna, cuando se jubiló el último de sus dependientes: Luis Peinado Cabrera, perteneciente a la familia de los Chaparro. Desde muy jóvenes entraron a trabajar en ese almacén de ultramarinos y coloniales, primero Alfonso Peinado Cabrera y, luego Luis su hermano, ambos ejemplo de laboriosidad y honradez. Llevaron el establecimiento como si les perteneciera, dado el interés y el tiempo que le dedicaban. Abrían antes que nadie y cerraban igual de tarde, incluso domingos y festivos.

La tienda de Ultramarinos en el año 2000 /Foto: Luis Serrano.

Alfonso, que había sido jugador del Victoria, ni lesionado y enfundado en escayola faltaba al trabajo, tal era la devoción por la tienda de Ultramarinos: abría y cerraba a la hora que quería, pero siempre ampliando el horario de la jornada laboral. De hecho, cuando se casó Alfonso, ese día fue a trabajar. Y al siguiente, también. Lo extraordinario es que este hombre no tuviera en su poder la Medalla al Mérito del Trabajo, con algún tipo de distintivo.

El Almacén de Suárez, en una foto de los sesenta, desde la casa de los Valimaña, en la calle Luna.

Lo cierto es que esta tienda permanecía abierta, en pleno centro de El Puerto, casi tanto o más que la de los Chinos actuales, mucho antes que estos hicieran su aparición por la que antes se conocía como la Ciudad de los Cien Palacios. La verdad es que la propiedad les requería para que guardaran el horario de comercio, pero todos los requerimientos eran imposibles.

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El almacén era propiedad de los Sucesores de Luis Suárez Cofiño (el fundador) los hermanos Suárez Ávila y los hermanos Moresco Suárez. En la actualidad  es un bar, la Trastienda de Concha,  que aprovecha parte de las  antiguas estanterías y anaqueles como  mobiliario del establecimiento de hostelería.

1

Miguel Angel Mena Rodriguez, nace el 2 de Marzo de 1962 en el número 8 de la calle Vicario, en la vivienda entresuelo que sobre el Bar ‘El Brillante’, existe todavía en el edificio de la desaparecida Pensión ‘Las Columnas’. Hijo del porteño Eugenio Mena Ponce y de la jerezana María Luis Rodríguez Pantoja, es el menor de cinco hermanos: Eugenio, Manuel, Antonio (ver nótula 132 en GdP), José y Miguel.

En la imagen, Eugenio Mena Ponce y María Luis Rodríguez Pantoja y su hermano Eugenio; debajo Manuel, Pepe, Miguel y Añoño.

1962
En 1962 era alcalde de la Ciudad Luis Portillo Ruiz. Manuel Martínez Alfonso publica su libro «El Puerto de Santa María en la Literatura Española». Se rueda en El Puerto la película ‘La Becerrada’ con Fernando Fernán Gómez; la Plaza de Toros y el Vapor, espacios inmortalizados. Rafael Alberti publica ‘Poemas Escénicos’ primera serie. Se inauguraba el Hotel Meliá ‘El Caballo Blanco’. El ayuntamiento concede la Medalla de Oro de la Ciudad al dictador y Jefe del Estado, Francisco Franco. Se inauguraban las viviendas de La Pescadería, reciente y parcialmente derrumbadas para recuperar la Plaza del Carmen. Empieza a realizar su labor docente el Colegio La Salle que, en septiembre, inaugura el Curso 1962/63. Nacen el investigador Bernardo Rodriguez Caparrini, el compositor carnavalesco Luis Galán, la actriz Montse Torrent, el navegante Epi Unzueta Melgarejo y el fotógrafo Manuel Bernabé Gatica. 1962 fue el año del Concilio Vaticano II.

ENTRE VICARIO Y SIERPES.
Sus primeros pasos en el mundo del trabajo los dará detrás de un mostrador: entre el Bar ‘El Brillante’ y enfrente, en Tejidos Muro. Sus 49 años los ha vivido en ese tramo de la céntrica calle Vicario, junto al Mercado de Abastos y la calle Sierpes. Esta última, escenario de su infancia, pasaba las tardes jugando con sus amigos, todos del vecindario, hijos de familias muy conocidas en El Puerto como son ‘los Lengues’, muy dados a jugar a los toros con capote y carro con cuernos (ver nótula 443 en GdP).

En la imagen, el padre de los Hermanos Moreno, Rafael Moreno Porto, ‘Lenguito’, en una foto en el puesto de la Plaza, en los años sesenta. La familia vivía a escasos metros, en la calle Sierpes.

También con los nietos de Juana ‘la del Liberato’, o los nietos de ‘la Portuguesa’ entre otros. Recuerda con especial cariño a Paco ‘el Carpintero’, a Ernesto, Antonio, Rafael y ‘el Rubio', todos de la carpintería Lobo en la calle Sierpes y que todavía mantiene su actividad con Paco Lobo al frente (ver nótula 159 en GdP). Fueron muchas las tardes que pasaba observando trabajar a Paco Lobo, el que estaba en el banco de trabajo más cerca de la calle. Probablemente él le inculcaría su afición al modelismo y a trabajar la madera. Cuenta que era una delicia verle barnizar a ‘muñequilla’. También recuerda con cariño a Eloy Fernández Moro (ver nótula 087 en GdP), y a sus hijos Manolo y Eloy, que trabajaban en la tienda de Ultramarinos esquina Sierpes con Vicario, «a quien de pequeño todos los niños del barrio le pedíamos ‘mijititas’ de galletas, que eran las que se rompían en las cajas, ya que antes las galletas se vendían a granel».

A la izquierda, su hermano Antonio, del bar El Brillante, Miguel en el centro, y a la derecha su hermano Pepe.

Su infancia estuvo muy marcada por su entorno, conviviendo con personajes muy conocidos en el Puerto de varias generaciones y muy vinculados al Mercado de Abastos, tales como Romualdo (‘Remujardo), ‘el Cojo Patino --guarda de la Plaza--, ‘el Rinro’, ‘el Guarigua’, ‘el Chirri’, al que todos los Domingos le compraba con parte de la paga las famosas ‘tajaítas’ --¿Quien recuerda lo que eran las ‘Tajaítas de Garfín’?--. Y con vendedores del mercado como Miguel Ortega, Fale, Eloy, Ventura, ‘el Cochino’, Lavi, ‘los Lengues’,…  Era la época en la que en la pequeña calle Sierpes había cuatro bares: Milindri, Las Delicias, Pancho y Los Pepes.

La calle Sierpes, en la década de los sesenta del siglo pasado. Como se puede observar en primer término a la izquierda, los puesos de verduras se encontraban adosados y al aire libre, con el toldo de protección plegado. A la derecha, la ristra de bares de la calle en aquellos años.

Vivió la reforma del mercado, cuando era de una sola planta, y los vendedores de frutas y verduras que tenían sus puestos en la Calle Sierpes, pasaron a la nueva planta alta.

De izquierda y derecha y de arriba abajo: Torres, Rivera Medina, Herrera, Cabral, Neva y Peinado. José Manuel (+), Alberto, Montesionos, Juan Vicente (+), Rojas (+), Bernabé, Sucino y Mesa. Aragón, Blanca, Peinado, Áspera, Ordóñez, Miguel Mena, Lojo y Moscoso. Bautista, Egea, Pera, Péculo, Bayard, Beltrán, Véles, Hermoso y Magrañal. A la derecha, el Hermano Julio González Joaquín.

Estudió en el Colegio La Salle Santa Natalia, donde hizo su Primera Comunión el día 15 de Mayo de 1969, con siete años de edad. Desde los siete a los catorce años y en concreto los últimos cuatro tuvo como profesores al Hermano Julio y a Joaquín Corredera Andrés. Con catorce años compagina los estudios de bachillerato en el Instituto Muñoz Seca con trabajos en la tienda de Tejidos Muro.

Su hermano Pepe y Miguel, con Antonio Pérez Muro y Carmela, en la Playa de Santa Catalina, a la altura de 'El Buzo'.

TEJIDOS MURO.
Marcó su infancia la convivencia con los vecinos de enfrente, Antonio Pérez Muro y su mujer, Carmela quienes, al no tener hijos lo acogían a él y a sus hermanos con un gran cariño, especialmente a Miguel, el mas pequeño. Hasta tal punto que reconoce que ha sido afortunado al disfrutar de dos padres y dos madres, viviendo con ellos como si fuesen su familia, no en vano, todavía algunos clientes creen que es hijo del citado Muro, del que todavía recibe muestras de afecto de antiguos clientes y amigos. De éste hereda él y su hermano Manolo el negocio y la finca donde se ubica el comercio. Desde muy pequeño correteaba por la tienda de la que hoy es copropietario, primero con su hermano Manolo, y al fallecimiento de éste, con su cuñada Mª del Carmen.

En la imagen de la izquierda, con su mujer, Kiki, en la tienda de tejidos Muro.

En aquel entonces, lejos aún de llegar las grandes superficies, el comercio de El Puerto tenía sobrecarga de trabajo. Había que ir hasta los domingos a marcar remesas y colocarlas en las estanterías. Hasta cinco dependientes a la vez trabajaban en apenas 50 metros de local.  Guarda muy gratos recuerdos de Daniel Pérez Muro, hermano de Muro y de Julio Alcón Vallejo. Ambos, dependientes de mucha solera.

Por aquel entonces, su hermano Pepe ayudaba a su padre en el Bar Brillante, y al tener éste que hacer el servicio militar, Miguel estuvo un año y tres meses trabajando de camarero en El Brillante con su padre Eugenio. Año en el que cumplió los dieciocho años y terminó el Bachiller.  Cursando Tercero de B.U.P. y trabajando en El Brillante, conoce a la que hoy es su mujer, Elena Francisca Muñoz Marín ‘Kiki’: todos los profesores les decían que formaban una buena pareja y la pareja acabó contrayendo matrimonio en mayo de 1987, fruto del cual tienen dos hijos, Miguel y Pedro.

En la imagen de la izquierda, con el actual Secretario Local del PSOE de El Puerto, Ignacio García de Quirós, también de la quinta de Octubre de 1980, en la Base de la Parra, con quien llegó a compartir Escuadrilla y litera.

EL 23F
En Octubre de 1980 hace el servicio militar en la Base Aérea de La Parra, en la Policía Aérea. Recuerda que estando de permiso, y trabajando en la tienda en el almacén, por la tarde preguntaron por él dos guardias civiles, y el Sr.Muro, se puso muy nervioso, pues estaba oyendo la radio. Era el 23 de Febrero de 1.981. «--Me comunicaron que al toque de  diana debía presentarme en la Base Aérea de la Parra y que me ocupara de localizar a Juan Ruiz y a Gilbau, dos compañeros portuenses de mi reclutada. Fueron tres días muy tensos y sin poder comunicar con mi familia. Por la mañana al marcharse, y como ya dormía en la casa del Sr. Muro desde que tenía doce años,  recuerda que a las seis de la mañana y con lágrimas en los ojos, el Sr. Muro me dio un adiós un tanto especial. ‘--Por favor ten mucho cuidado’, y metió 1.500 pesetas de las de entonces en el bolsillo de su guerrera. ‘--Por si acaso te hace falta’. Teniendo en cuenta que su nómina en a aquel entonces eran de 3.900 Ptas. Por supuesto al restablecerse el permiso intenté devolverlas, algo que no aceptó. ‘--Lo importante es que estés aquí’ le dijo. El Sr Muro le  tenía verdadero pánico a vivir otra guerra, teniendo en cuenta que este hombre vivió la Guerra Civil y estuvo en la Batalla del Ebro, sufriendo heridas y viendo morir a muchos compañeros suyos».

Al término del servicio militar, ya pasó a la categoría de dependiente, hasta que se jubila Pérez Muro, y tanto él como su hermano Manolo pasan a régimen de autónomos.

Con Rafael Vital Gordillo, a la sazón presidente de ACOCÉN y el Notario José Ramón Salamero Sánchez-Gabriel y Miguel actuando como Secretario de la entidad, en una de las campañas realizada por el colectivo de comerciantes.

ACOCÉN.
Todavía con Muro al frente del negocio,un grupo de comerciantes constituyen ACOCEN en 1984, una de las asociaciones más veterana de la provincia, siendo su primer presidente hoy de Honor  Antonio Jiménez, de Perfumerías Big-Ben. «--Son muchos los comerciantes que han aportado trabajo y esfuerzo en pro del comercio de la ciudad» cuenta Miguel. Juan Franco, de cafetería Milord, a la sazón presidente de ACOCÉN en 1984 le visitó proponiéndole representar a los comerciantes de la calle Vicario, asistiendo a una directiva y empezaría sus cargos directivos como Secretario con Manuel Muñoz Bellvís como presidente y luego con Paco Güelfo de ‘Gigantes’. Con ambos vivió momentos difíciles para el asociacionismo comercial de El Puerto. En 1999, no se presentaba nadie al cargo de presidente, dando un paso al Frente Rafael Vital Gordillo, de Ferretería ‘La Plaza’, con quien permaneció en el cargo de Secretario.

Durante la campaña de captación de abonados para el Racing, Miguel, segundo por la izquierda, posa entre otros con Pepe Rodríguez de la Flave, Muñoz Cuenca, Pepe Mesa y José Luis Galloso.

Cuatro años mas tarde la asociación vivió una profunda transformación tanto por parte de los asociados como de la directiva, profesionalizando la gestión y acometiendo proyectos y campañas que ofrecieran alternativas a la fuerte implantación de otros modelos comerciales. Desde el año 2.003 hasta la fecha es Presidente de ACOCEN y ha defendido un modelo asociativo moderno y eficaz, siendo esta asociación la única que, mayoritariamente ha impulsado el actual Centro Comercial Abierto (CCA).

SS.MM. Los RR.MM. 2007, Melchor (Luis Benvenuty), Gaspar (Milagros Muñoz), y Baltasar (Miguel Mena).

Ha sido rey Baltasar en la cabalgata de 2007 junto a Luis Benvenuty (ver nótula núm. 516 en GdP) y Milagros Muñoz, dándose la circunstancia de que a Miguel le entregó la corona Abraham Paz y él, al año siguiente a Carmelo Navarro (ver nótula núm. 750 en GdP), ambos jugadores del Cádiz C.F. La Estrella de la Ilusión fue la periodista Noelia Hidalgo y el Cartero Real, el actor y productor Enrique Miranda (ver nótula núm. 406 en GdP).

AFICIONES.
A pesar de que su trabajo le deja pocas horas libres, es muy aficionado a la pesca y al deporte de la raqueta, y practica el tenis y el paddle, haciéndose socio de la veterana entidad deportiva Club Náutico donde participará en diferentes campeonatos sociales de tenis, pádel y concursos de pesca. Es seguidor de la Armada Española y cada vez que puede va a la Copa Davis. La pesca es otra de sus grandes aficiones.

Miguel, a la derecha de la imagen, con un grupo de amigos del Club Náutico delante de la Plaza de Toros de Las Ventas (Madrid).

REAL CLUB NÁUTICO.
El presidente del Real Club Náutico, Joselito Escribano (ver nótula núm. 956 en GdP) ha contado con él incluyéndole en la candidatura ganadora de las últimas elecciones del pasado mayo en el citado Club, como vicepresidente del mismo.  Son momentos difíciles en puertas de la nueva concesión administrativa con Autoridad Portuaria. Muchas tareas que afrontar y un gran proyecto por acometer. Manifiesta que «--Tenemos que hacer un Club más permeable con la sociedad portuense, aumentar la participación asociativa, cambiar los estatutos de la entidad, el reglamento interno…..y por supuesto mantener y mejorar el alto nivel de competición en las diferentes regatas y eventos deportivos que organiza el Club. No en vano la Semana Náutica Internacional es la regata de cruceros más antigua de España. Su prestigio y el trabajo de quienes han colaborado hasta ahora, bien merece que prestemos nuestro esfuerzo y colaboración». Afirma que «la nueva directiva la conforman una mezcla de juventud y experiencia que seguro mantendrá en buen Puerto a nuestro querido Club Náutico». 

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Nació  en Cádiz, en pleno Campo del Sur, esquina a Garicoechea, el 19 de febrero de 1950, junto a la antigua Lonja de Frutas conocida como ‘El Palenque’. Sus padres, Juan y María de los Ángeles, lo criaron siendo el hermano  mayor de una familia muy numerosa, ya que fueron 14 los hijos habidos en el matrimonio, dos de ellos fallecidos cuando eran bebés. Durante su infancia vivió muy directamente con su padre el negocio familiar de bar en frente del Palenque hasta los ocho años  y recuerda de aquella época las subastas de la fruta, las descargas de camiones a las que el mismo se sumaba.

Foto de familia numerosa. Juan es el primero por la izquierda. Año 1965.

A partir de entonces se trasladan al barrio del Mentidero a vivir a casa de sus abuelos y abren una droguería en el Campo del Sur, frente al antiguo Cine Nuevo, donde empieza a intercalar el colegio con su trabajo en el negocio familiar.

ENTRE SALESIANOS Y LA PESCA.
A los once años ingresa en el colegio de los Salesianos donde continúa combinando estudios con trabajo hasta que, a los catorce años, su padre cae enfermo y Juan deja los estudios para ayudar al mantenimiento de toda su familia comenzando a trabajar de botones en la oficina de su tío, Molinero, que era exportador de pescados. Además no había descarga de barcos en las que Juan no participara para añadir algunas pesetas mas al mantenimiento de su familia. /Juan, en una imagen de su Primera Comunión.

DE TALLERES ATLÁNTICO A MIKAY.
Su gran interés por la mecánica hace que su tío Molinero lo coloque de aprendiz en Talleres Atlántico, sin embargo el sueldo no permitía la subsistencia de su madre y hermanos por lo que a los cinco meses decide empezar a repartir dulces del obrador MiKay con un triciclo desde las seis de la mañana hasta las cinco de la tarde. Este esfuerzo permitió que su familia pudiera ir saliendo hacia delante y tal fue el éxito de sus ventas que llegó a ser de los mejores vendedores de la casa.

DE LA ROSA DE ORO A LA PIRULETA.
De hecho, La Rosa de Oro lo contrató mejorándole las condiciones (1.000 pesetas diarias ) y con un mayor surtido de productos, como los célebres ‘minipicos’, para su venta, lo que le permite alcanzar una de sus ilusiones. que es cambiar el carro triciclo por un 4L furgoneta, lo que le permitió ampliar aun más su clientela de forma que la casa Fiesta, creadora de la ‘piruleta’ le hace su primer contrato fijo para la venta de su producto.

Será entonces cuando Juan es llamado a filas para cumplir el Servicio Militar. Durante los meses de campamento alquila el reparto a otro de sus compañeros vendedores, reparto que, transcurrido el campamento, vuelve a recuperar ya que el Servicio Militar Juan lo hace como asistente, lo que le permite compatibilizar esas funciones con su actividad comercial. Y es que nuestro protagonista no descansaba ni siquiera en un tiempo que, en general era poco provechoso y una interrupción en la vida de cualquier españolito de la época.

Coincidiendo con estos cambios fundamentales en su vida se produce otro importante acontecimiento como es su enlace matrimonial en 1971 con Josefina Reyes Vara, nacida en Valverde del Camino (Huelva) aunque por motivos laborales su familia se desplazó a Cádiz, donde se conocieron.

Durante la Convención de Phoskitos, recibiendo la acreditación como mejor vendedor de España en 1974.

PHOSKITOS: MEJOR VENDEDOR DE ESPAÑA.
Su primer gran éxito comercial comenzó en el año 1972 a los veintidós años de edad, consiguiendo la distribución en Cádiz Provincia, junto con un socio, de un nuevo producto desconocido hasta entonces que era la pastelería industrial Phoskitos. Su trayectoria dentro de esta estructura de distribución empresarial le llevo a obtener en 1974, el premio al mejor vendedor de España con un regalo consistente en el famoso coche Mini.

DISTRIBUIDOR EN SEVILLA.
Posteriormente, en 1975, ya en solitario, acepta la distribución oficial de los phoskitos en Sevilla donde se traslada junto con su mujer y sus dos hijos Olga y Juando a una casa en propiedad en la Calle Sanchez Arjona, entre Triana y Los Remedios. Casi a los dos años de estar viviendo en Sevilla, se encuentra con un gran problema y es que en el verano de 1976 existe una importante partida de productos que por el sofocante calor, no tenia buena salida por lo que Juan se inventó una fórmula para atraer al consumidor. Lo que hizo fue añadirle a cada pastelito, como su viniera así de fábrica, un globo de la famosa Heidi y en otra partida un polo Flag. Esta iniciativa se trasladó a nivel nacional, copiando su táctica de ventas el resto de distribuidores y posteriormente a otros nuevos productos. Como consecuencia de esta innovadora  iniciativa recibió un gran homenaje por parte de los propietarios de la marca Nutrexpa.

Recibiendo el coche 'Mini' regalo al mejor vendedor de España de Phoskitos.

REGRESO A CÁDIZ.
El clima de Sevilla es un importante obstáculo porque tanto él como su familia no terminan de adaptarse y en el verano de 1976 decide volverse a Cádiz y empezar desde cero. En ese momento recuerda una de las propuestas que le hicieron en Barcelona, en una de tantas convenciones de distribuidor a la que asistió, donde le plantearon la distribución para Andalucía de una fábrica de carnes dedicada a la producción de pinchitos morunos, perteneciente a un empresario cordobés quien,  tras montar una fábrica en Barcelona estaba en plena expansión.

LA TÁCTICA DEL FALSO ALMACENAJE.
Juan le buscó distribuidores para el resto de capitales y él se quedó con Cádiz provincia. La introducción de este producto fue muy compleja. Juan empleó la táctica de dejar el producto en los distintos establecimientos con la excusa de no tener sitio para mantenerlos refrigerados. El costo era de 14 pesetas frente a las 15 pesetas en las que se vendía al publico en aquel entonces el pincho de fabricación local. Los lunes cuando se acercaba a “recogerlos” podía comprobar que ya se había consumido parte de su producto y así poco a poco, gracias a la mayor calidad, se fue demandando cada vez mas hasta colmatar el mercado de tal manera que se vio  obligado en un momento dado a fabricarlo en la zona puesto que la fabrica de Barcelona llegó a no dar abasto con el ritmo de ventas de Juan. Para darle una imagen distinta a su producto, Juan comenzó a envasarlos ensartados en puntas de junco en lugar de en alambre como era tradicional, lo que le dio una extraordinaria mejora en la presencia y vista de cara al consumidor.

EL FRACASO DE LAS PALMERITAS.
La proliferación de fabricas y la alta competencia hicieron que Juan poco a poco fuera abandonando este sector para dedicarse, sin saberlo en ese momento a principios de 1977, al único negocio de su vida que seria un  gran fracaso como fue la producción y venta de ‘palmeritas’. En este caso su gran capacidad comercial sucumbió ante la ineficacia de la fabricación. Nunca se logró un producto con la suficiente calidad debido a un cúmulo de circunstancias y problemas de los que hoy en día Juan ni siquiera quiere recordar. «--Mejor olvidar», afirma  Juan.

NACEN LOS ÁNGELES NOCTURNOS.
Tras lo acontecido anteriormente, en el año 1979, quiere cambiar su vida y buscar nuevas vías de negocio. Observa la gran carencia de servicios médicos de urgencia a domicilio y el cierre inminente de la clínica del Dr. Frontela. Es por ello que gracias a la ayuda de varios amigos que le prestan 250.000 pesetas, tras los sondeos que sirven de base para convencerlos, comienza el montaje de  lo que será en el futuro su gran proyecto empresarial hasta el día de hoy como fue la implantación de Los Ángeles Nocturnos, para lo que se traslada a El Puerto alquilando un local en la Calle Alquiladores, totalmente adaptado para oficina, con un trastero con una pequeña cocina, una aseo y una salita, donde se trasladó con su familia tras alquilar su casa de Cádiz por el mismo precio que pagaba por el local que eran 25.000 pesetas.

Juan Vaca, saludando a Antonio Álvarez, alcalde de El Puerto cuando Juan se instala en nuestra Ciudad.

LOS COMIENZOS.
En ese reducido espacio, Juan y su mujer Fina, acometieron el reto comenzando por la contratación de una medico Maria del Carmen Gálvez y un ATS Eduardo Ibáñez Gándara ambos localizables en su domicilio a través de emisora de radioaficionados. El horario de atención al servicio de urgencias era de 10 de la noche a 8 de la mañana. El de oficina era de 10 de la mañana a 1 de la tarde y el resto del día se empleaba en la captación de socios. «--No me preguntes cuando dormíamos» nos dice Juan, porque incluso teníamos que sacar tiempo para la pegada de carteles publicitarios y atender a los niños.

Juan Vaca con Julio Pérez Flores, a la sazón presidente de la Tertulia Flamenca 'Tomás El Nitri', de la que Juan llegaría a ser directivo.

Como anécdota Juan relata que para darle un carácter de sólido grupo empresarial a su idea, él se presentaba como delegado de una gran empresa de Madrid dedicada a la prestación de este tipo de servicios que quería implantarse en El Puerto. La respuesta del público fue la deseada y el desarrollo de este negocio dedicado a la salud hasta nuestros días, Juan lo resume de la siguiente forma:

CRONOLOGÍA
 1980. El 10 de marzo comienza a funcionar el servicio nocturno de urgencias.
 1981. La marcha de la empresa permite contratar a un administrativo y Juan y su familia se trasladan a vivir a la urbanización Las Viñas.
 1982. Adquieren las oficinas en Edificio Centro donde se traslada la empresa y se comienza a experimentar con las consultas externas.
 1984. Adquieren una casa en calle Cielo donde instalan una policlínica con gran variedad de especialidades cambiando la denominación de Los Ángeles Nocturnos por la nueva L.A.N.S.Y.S. (Los Ángeles Nocturnos, Seguridad y Servicios).
 1984. Ese mismo año, Juan crea la primera central de ‘busca personas’ en la provincia de Cádiz , prestando servicio a las instituciones mas importantes como son el Hospital de Jerez, Residencia de Cádiz, Diario de Cádiz, Policías Locales, Policía Nacional, veterinarios, etc.…. En total mas de 400 abonados a los famosos ‘buscas’.

Los taxistas no estuvieron de acuerdo con al central de Radio-Taxi que instaló Juan y se manifestaron en huelga delante del consistorio.

1984. Igualmente acoge en su edificio la primera delegación del Diario de Cádiz en El Puerto.
1985. Junto a Juan Custodio Cárdenas constituye LANSYS VIVIENDA que promociona en régimen de cooperativa para los socios del servicio medico. Las promociones fueron viviendas unifamiliares en Cuatro Pinos, en El Tejar y en Avenida del Cisne.
1986. Inaugura la primera televisión de El Puerto, canal 21, junto a otros dos socios. En el mismo año inicia la primera central de radio-taxi en la Ciudad.

De cámara, en el Cine Moderno, durante los Carnavales de 1986, con la creación de la primera televisión local de efímera vida: Canal 21.

1989. Traslado de la policlínica al edificio Aduana en la Calle Micaela Aramburu, donde se amplían de forma considerable todos los servicios.

Juan Vaca y Publio Cordón, felicitándose por el convenio suscrito entre Lansys y Previasa.

1990. Firma de convenio con Previasa, propiedad de Publio Cordón, para la atención médica de los asegurados con Previasa y ésta a su vez, asegura a los asociados de LANSYS a nivel nacional.

1992. En las mismas oficinas de LANSYS, Juan, en su afán de atender las necesidades de los profesionales de la Ciudad, constituye la ‘Guía Azul’ que nace en El Puerto y la desarrolla posteriormente a nivel nacional, llegando a ser la tercera mas importante de España en esa sector.

En la imagen de la izquierda, el Teniente de Alcalde Diego Caro Cancela, Juan Vaca Ramos y Enrique Pedregal Valenzuela, primer presidente de la Asociación de Empresarios durante la entrega en 1992 del premio al Mejor Empresario, en el Casino Bahía de Cádiz.

1992. La Asociación de Empresarios del El Puerto, otorga por primera vez el premio al mejor empresario del año, recayendo dicho galardón en Juan Vaca, no solo por lo acontecido en un solo ejercicio sino por su trayectoria y proyección de la Ciudad hacia el exterior.

Con Juan Antonio Marin Domenech, presidente del Club de Marketing, recibiendo el galardon en 1993.

1993. Juan recibe el galardón al Prestigio Empresarial de la Bahía de Cádiz por parte del Club de Dirigentes de Marketing de Cádiz.

Juan fue en la lista que lideró con Alianza Popular, Indalecio Rábago, saliendo de concejales los que figuran en la fotografía superior además del citado Rábago. Durante el mandato, solo Rábago y Cerezo permanecieron en AP, pasando el resto al Grupo Mixto, en unos cuatro convulsos años.

CONCEJAL DE ALIANZA POPULAR.
Entre tanto, compatibilizando el desarrollo de esta sociedad, Juan acometió  durante los años 1987 a 1991 sus responsabilidades como Concejal de AP (Alianza Popular) en las áreas de Playas y Parque Móvil. Pudo realizar grandes avances en esos años gracias a sus ideas sacadas de sus múltiples viajes a las más importantes zonas turísticas de nuestro país. Podemos comprobar que aun hoy día siguen patentes tales actuaciones como son la implantación de las sombrillas y hamacas de alquiler, la vegetación exótica como las palmeras en la arena de la playa, las duchas, servicio de urgencias independizado, donde aun continua, de la Oficina de Turismo,  la nivelación de la arena a costo cero por convenio con la Base Americana de Rota con un ahorro entonces de mas de 40 millones de pesetas.

Durante la izada de la primera bandera azul conseguida por El Puerto. El segundo por la izquierda es Indalecio Rábago, Juan Vaca Ramos, Antonio Álvarez y José Antonio Navarro delante de la Oficina de Turismo de Valdelagrana.

Como dato negativo Juan recuerda que con todo el dolor de su corazón tuvo que retirar las casetas familiares, pero comprende que por diversos motivos higiénicos fue una decisión inevitable. La imagen actual de los chiringuitos también fue iniciativa de Juan en su afán de dotar a nuestras playas de la mayor calidad que ciudadanos y visitantes merecían. También fue la primera vez que esta concejalía lograba obtener la Bandera Azul de los Mares Limpios de Europa para El Puerto.

Colaborando con el personal municipal en la colocación de 'bardos' para la creación de dunas artificiales en las playas.

Juan nos cuenta la anécdota de uno de los chiringuitos mas conocidos de El Puerto que era el de Pedrito en La Calita, hoy en Puerto Sherry. Juan quiso cambiar la imagen de estos establecimientos pero no contó en principio con la afluencia de otros industriales venidos de fuera para adjudicarse la concesión de los mismos, como pasó en este caso, ya que él pretendía que siguieran trabajando los mismos, a ser posible, vecinos de la ciudad que ya vivían de este negocio. Le costó muchísimo pero «recuerdo que junto a Antonio Romero ‘el alcalde chiquito’ consiguió excluir a estos subasteros por motivos técnicos y permitirle a Pedrito continuar con su negocio». /En la imagen, caracterizado para la ocasión en la Fiesta de Moros y Cristianos, durante el Hermanamiento con la Ciudad de Calpe.

Una vez roto el pacto de gobierno que los populares mantenían con los socialistas, con Juan Manuel Torres como alcalde de El Puerto, Juan siguió trabajando en estos temas junto al nuevo concejal, el socialista Miguel Marroquin, quien le permitió continuar mano a mano para culminar su proyecto político.

CANDIDATO DEL PA.
Entre los años 1991 y 1999, Juan no tiene relación política con ningún partido , dedicándose a su proyecto LANSYS y a otros varios como telefonía móvil y Club de Ahorro de LANSYS, entre otros.  Llega la primavera de 1999 y Juan se presenta como candidato a la Alcaldía por el PA tras acudir a su llamada y una vez con vía libre a su nuevo proyecto político consigue aglutinar en La Bodega El Cortijo a más de 1.600 personas, según estimaciones de Diario de Cádiz en los periódicos de la época.

De izquierda a derecha, Ricardo Chamorro, Delegado Provincial de Turismo, Chano Sucino, candidato en la lista del PA junto con Juan Vaca, y Antonio Ortega, Consejero de Turismo, Comercio y Deporte de la Junta de Andalucía, en la campaña de las municipales de 1999.

Juan no se muestra nada contento con sus actuaciones en plena campaña política y hoy confiesa  haber cometido muchos errores. No estuvo a la altura de las circunstancias en momentos críticos. La realidad es que incluso contando con esto que Juan nos relata, consiguió dos concejales a pesar de no contar con ninguno dicha formación política en el mandato anterior. Juan no terminará dicho mandato  en las filas del PA debido diferencias con la ejecutiva local y nacional de dicho partido y ahora, recuerda que «--el proyecto de ciudad que se esta diseñando en la actualidad coincide plenamente con gran parte de mi proyecto de entonces que hoy está en la picota como es la unión del Casco Histórico con Valdelagrana y los aparcamientos subterráneos en Plaza de Toros entre otros muchos».

Juan Vaca con Manolo Toimil y señora. Toimil iba en la lista de nuestro protagonista.

INTERVENCIÓN QUIRÚRGICA.
Tras el ultimo paso por la vida política de nuestra ciudad, Juan tiene que ser intervenido quirúrgicamente, lo que le obliga a retirarse de de todo tipo de actividad profesional y así ha continuado hasta estas fechas. Insiste en que esto no ha finalizado su carrera de emprendedor aun y que tiene mucha fuerza y ganas de hacer nuevas cosas, aunque aún «no es momento de comunicarlas hasta que puedan ser una realidad». No quiere dejar pasar la ocasión de agradecer a los ciudadanos de El Puerto la cariñosa acogida que ha tenido en nuestra Ciudad tanto él como su familia y «espero seguir creando nuevos proyectos para El Puerto, algunos de los cuales están en un punto bastante avanzado», finaliza.

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