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Las agujas del frío de la madrugada las recuerdo clavadas en mi cara infantil, sorprendido, medio despierto de un sueño-vela, inquieto, expectante, ilusionado, cuando salíamos mi padre, mis hermanos y yo, calle San Juan abajo, para la Prioral a eso de la una de la noche del Jueves al Viernes Santo. Mi padre vestía la túnica de nazareno, del Señor, y , nosotros, las dalmáticas de acólitos. /El autor de la nótula, revestido de acólito, en la época que recrea.

Recién peinados, con fijador ‘Lucky’, revestidos de nuestras albas de encaje, planchadas y rizadas por las Madres Capuchinas y, encima, las dalmáticas moradas, con su cuello y su fiador, oliendo a alcanfor, que se mezclaba con el amargo humo de la retama, del horno de pan vecino, con la humedad de la rociada, con el frío, atravesábamos la puerta del Taller. Allí nos esperaba el Arcipreste del Partido, el Cura Propio de la Prioral, el Dr. Don Antonio Cía Moreno, con su sotana, su bonete de borla roja y su larga boquilla liada de 'papel de oficio' del Juzgado que le proporcionaba su sobrino Antonio Carmona, desde que el médico le dijo una vez que se retirara del tabaco.

«--Ya está aquí la Comunidad de Venerables Granujas», decía el Cura, señalándonos a los que vestíamos dalmáticas. Nos habíamos estrenado en salir en el Nazareno, la Venerable, Ilustre y Antigua Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santa Cruz en Jerusalén, María Santísima de los Dolores, San Juan Evangelista, Orden Tercera de Servitas y Cofradía de Ánimas de San Nicolás de Tolentino, a la imagen y semejanza de la ‘Madre y Maestra’ de Sevilla. La Cofradía se fundó en el siglo XVII, en el convento del Sr. San Agustín, donde tuvo capilla propia, con camarín, un buen retablo, y muchas arañas de cristal que lo iluminaban. El Nazareno, con eso de venerarse en el Barrio de Guía, fue erigido en Protector de las Galeras Reales de España, que tenían su base e invernadero en el frontero río Guadalete desde tiempo inmemorial. /En la imagen, Antonio Cía Moreno, párroco de la Prioral en aquella época.

Aquel era el primer trasnoche de nuestras vidas y todo nos sabía a nuevo, nos sorprendía, nos sobrecogía y nos ilusionaba. Allí, con túnicas nazarenas -del Señor o de la Virgen-, las caras que habíamos conocido en el "desayuno del Nazareno", que se daba en mi casa, no bien acabada la misa de Comunión del Quinario y antes de la Función Principal: Don Francisco Quijano Rosende, Don Antonio de la Torre, José Ríos Santaorosia, Don  José Bononato, Carlos Zamora, 'Poniqui', Antonio González Rivera, Stenterello Rosario Ventura, Fernando Arjona, Eustasio Torrecillas, mis tíos José Moresco y Diego Muñoz, Lorenzo Boragno, Domínguez, Piñero, Rafael, Miguele Forte, Jesús Rodríguez Neto, José Muñoz Carrera, Tato y Paquito Quijano, Arturo Garrido, Paco Blandino y casi para de contar.

Los nietos del autor de la nótula y un nieto de Serafín Álvarez-Campana, de monaguillos, en la procesión de la Patrona.

A la salida procesional, la salvaban, las ‘representaciones’ multicolores, con sus guiones, sus estandartes, sus varas.... y  las mujeres, en tan gran número, que ‘en manada’ como se decía, ocupaban más de un centenar de metros lineales. Le daba cierto toque de ancestral manifestación barroco-religiosa la presencia del ‘Tío de las Cadenas’, y el ‘Tuerto del Resbaladero’ con la cruz al hombro, y Milagros Góngora Caballero, vestida de túnica y antifaz, la única mujer a la se le permitió ceñir el hábito nazareno porque tenía una promesa de ir detrás del Cristo pidiéndole por la salud de su hija Manuela.

Cuando Antonio Bernal Ortega, Antoñito ‘el Sacristán’ se dirigía a la Puerta del Perdón de la Iglesia y tomaba la soga de la campana grande, todo el mundo callaba. Treinta y tres veces sonaba el badajo sobre el bronce. Eran las treinta tres campanadas, por los treinta y tres años de la vida de Cristo. Silencio. Y se hacía un silencio sepulcral. Se abría la Puerta del Sol. La gente se esperaba reverente y callada en la plaza y por la calle Palacios abajo. Se acababa de recoger, en la Capilla de la Aurora la Humildad y Paciencia. Los mismos cargadores que la habían llevado, llevaban ahora los dos pasos de ‘El Silencio’. Yo no sé cómo esos hombres tenían cuerpo para tanto.  Los guiones flameaban por la plaza, las ‘representaciones’ salían tras sus estandartes. Luego, un pequeño número de penitentes nazarenos con la túnica y la capa de lana virgen blanca y los vivos, la botonadura, el cíngulo y el antifaz, morados. En rojo, sobre el hombro de las capas, a la izquierda, campeaba el Corazón de María traspasado por las siete espadas y, dentro de él, la Cruz quíntuple de Jerusalén. El estandarte bordado que hiceron en Valencia, en ‘Casa Garín’, y, por fin, el paso del Cristo. /A la izquierda, Antonio Bernal Ortega, Antoñito 'el Sacristán'.

Luis, Jesús y Juan Suárez Ávila, de pequeños, revestidos para acompañar al Nazareno.

Delante, inquietos, los acólitos de las dalmáticas moradas. Guiándolo, el hermano Luis Suárez Rodríguez, con túnica y antifaz y, debajo, la cuadrilla de los ‘Paquis’: ‘El Niño Chico’, ‘Tarugo’, ‘Panete’ y Gatica, de pateros. Las órdenes, escuetas, casi rumoreadas, sin que se percibieran, sino por ‘los de abajo’: (¿Prevenidos?; ¡Los delante a la derecha los de detrás a la izquierda!, o viceversa y ¡Fondo!). Tan sólo el llamador de hierro rompía aquel silencio. Con paso corto, arrastrando las alpargatas, sin mecido, hacia delante, el Nazareno de Pedro Roldán, con su túnica de terciopelo rojo, que le hiciera doña Cruz Hernández con las cortinas del salón de su casa-bien-venida-a-menos, y su rica Cruz de laca oriental barroca, hacía su aparición, entre los cuatro candelabros con veintiocho parabrisas con sus velones, sobre el ‘paso’, de caoba y cedro, que encargara el hermano Juan Avila y tallara José Ovando Merino.

La Guardia Civil, de gala, con correajes amarillos, y tricornios de fieltro, galoneado de castillos y leones, se incorporaba, escoltando el paso, con los fusiles a la funerala.  Detrás, la figura, escueta y alta, impresionante, del ‘Tío de las cadenas’, un vendedor ambulante de caramelos, que por promesa se ataba a los tobillos unas gruesas cadenas de cinco metros de longitud, ‘ida y vuelta’, que iba arrastrando desde que salía hasta que entraba la procesión. Y el ‘Tuerto del Resbaladero’ y ‘Saldiguera’ y Milagros Góngora Caballero, y multitud de mujeres.

De pronto, en el recogimiento de la noche, cortaba la saeta. ‘Silencio, pueblo cristiano…’ Era Pellicer, o Laynez, o ‘el Azotea’, o Arana, o Juanito Arjona, o Milagritos Forte, o Esperanza López, o Matiola, o Gatica... Cada vez que hacía ‘fondo’ el paso del Cristo, cada vez, una saeta. Era inevitable.  Una saeta, o dos, o tres. Calle Palacios abajo, Vergel, Plaza de las Galeras, calle Luna. Mi padre procuraba ordenar ‘fondo’ al pasar el paso en la esquina con la calle Misericordia y, entre los visillos del balcón, aparecía la silueta de la cara de su madre, mi abuela María de los Ángeles. Y mi padre miraba hacia arriba y se complacía de poder complacerla.

Calle Larga, a la derecha... El escueto paso de palio, con sus diez varales, de la Virgen de Ovando, confortada por el San Juan de Pedro Roldán, firmado tres veces, requiere detenerse en él. Lo primero, por el atuendo de sus imágenes: la Virgen vestía la saya y el manto de tisú de oro que le regaló don Francisco Quijano, el esposo de la camarista, Doña Luisa Aquino y Arnosa, la diadema de plata dorada que diseñó y regaló mi tío Juan Avila. Iba radiante, con el rostrillo de encaje, salpicado de joyas, y, en su mano derecha un pañuelo bordado. El San Juan, que vestía mi madre, llevaba una túnica que había sido del Cristo, y un mantolín que se le hizo del traje de una novia judía-sefardita de Marruecos. Se tocaba la impresionante cabeza de Roldán, con un nimbo de plata barroco que todos los años se le pedía a las monjas Comendadoras del Espíritu Santo. /En la imagen de la izquierda, María Santísima de los Dolores.

El palio, sin ser rico, era elegante. Morado, de terciopelo, estaba bordado en oro con motivos vegetales, cartelas con símbolos de la pasión y, en el fondo, al centro, el escudo de la Hermandad. Los respiraderos fueron obra del maestro Arjona, en lo que a carpintería se refiere, y, de mi padre, las excelentes cartelas pintadas con escenas de la calle de la Amargura. Pero al paso, por lo reducido, le decían ‘la caja de cerillos’. Ahora, que lucía, con la cera ardiendo y los gladiolos y los alhelíes blancos, entresacados con papaver, como el mejor paso de Sevilla.

Lo mandaba el hermano Don Antonio de la Torre González, a quien se conocía, pese a estar su rostro tapado, por cierta berruguita negra con  pedúnculo que tenía en el párpado derecho, junto a la nariz, que le salía por uno de los ojos del antifaz nazareno, y , por la tos, (Ején, ején) que tenía, de vez en cuando, como un tíc nervioso.

Detrás del paso, de preste, siempre iba Don Antonio Lobo, de capa morada, con bonete. Este sacerdote se prestaba humildemente a todos estos menesteres enojosos y cansinos, y estaba presente de celebrante o de capero en todos los entierros y capellanías, porque, aunque suspendidas las licencias para confesar, tenía que ingeniárselas para sacar adelante a su prole clandestina y sacrílega. Murió santamente, como había vivido, aunque esclavo de su fogosidad juvenil y de la carne débil --o dura, según la parte--, en el Hospital de Venerables Sacerdotes de Sevilla.

Dejamos al Cristo enfilando la calle Larga, a la derecha. Y bien larga que se hacía, porque la procesión llegaba hasta la Plaza de los Jazmines y volvía por la calle Cielos, Vicario y a su templo. Serían las siete de la mañana cuando el Nazareno entraba por la Plaza de la Iglesia, abarrotada de fieles, porque infieles es que no los había en aquellos años, o, por lo menos, no se manifestaban como tales.

El paso del Cristo entrando en la Prioral por la Puerta del Sol.

Nada de palmas, ni de vítores. Un respeto religioso presidía todo el cortejo. Y el ambiente. Silencio. El paso del Cristo daría la vuelta sobre el empedrado de la Iglesia. Con las maniguetas, casi daba en las columnas. Pero no las rozaba. Fondo y para dentro. Acaso una saeta o dos. Silencio. Mujeres; penitentes de la Virgen. A la altura de la casa de don Francisco Muñoz Seca se apreciaba la luz de la cera del paso de palio. Silencio.

Cuando la Virgen con San Juan, daban la vuelta sobre el empedrado y entraban por la Puerta del Sol, las dos pesadas hojas se cerraban. La procesión había terminado. Y el silencio seguía. El Alcalde dictaba todos los años un bando ordenando la suspensión de los espectáculos, la prohibición de la circulación rodada, el cierre de los bares... Silencio. Era ya Viernes Santo y el silencio se estrenó a las doce de la noche, una hora antes de salir por las puertas de la Prioral ‘El Silencio’. (Texto: Luis Suárez Ávila).

El Domingo de Ramos de 1877, recibió El Puerto de Santa María la visita de Alfonso XII (1857-1885). El joven monarca de 19 años llegó a la estación a las 10:30 de la mañana desde Cádiz. Lo que sigue es una crónica del acontecimiento acaecido el 25 de marzo de 1877, a través de lo publicado entonces por los periódicos El Comercio y Diario de Cádiz. /En la imagen de la izquierda, Alfonso Francisco Fernando Pío Juan de María de la Concepción Gregorio Pelayo de Borbón y Borbón que reinó, tras la restauración borbónica hasta su muerte prematura con 27 años, víctima de la tuberculosis,  como Alfonso XII entre 1874-1885, con el sobrenombre de ‘el Pacificador’.

El rey entró en la Bahía a bordo de la fragata Vitoria de la escuadra real, el 22 de marzo de 1877. Un mes antes había salido por tren desde Madrid  para embarcarse en Cartagena, recalando la flota en Alicante, Valencia, Tarragona,  Barcelona, Islas Baleares, Almería, Málaga y Cádiz.

La fragata Vitoria, botada en 1865. tenía 90 metros de eslora, que funcionaba a carbón con una dotación de 600 hombres. Tenía 30 cañones lisos de 68 libras (20 cms.) y coraza de planchas de hierro de unos dos metros bajo la flotación hasta la altura de la cubierta alta.

Ante la llegada del monarca, en sesión celebrada el 19 de marzo en las Casas Consistoriales de la calle Santo Domingo (actual Instituto de E.S), había acordado el Ayuntamiento librar "diez mil pesetas para sufragar los gastos que se originen", así como distribuir 500 hogazas de pan para que "las clases más necesitadas participen del júbilo de que se halla poseída la Municipalidad por tan fausto acontecimiento". La Corporación promete asimismo un rancho extraordinario a los presos y a los enfermos del hospital. De igual modo, se socorre a los conventos y al Asilo de Huérfanas con 40 pesetas cada uno. La comisión que organizó la recepción del rey la formaban los concejales de la Comisión de Fiestas, Sres. García Encinas, Barra y Carrera, a la que se agregan los ediles de la Portilla, García Alonso y Pacheco, y como vecinos colaboradores Manuel Rodríguez, Roldán, Carlos Cuvillo, Joaquín Rodríguez Guerra, Juan de Benito y Manuel Pico.

Estación de Ferrocarril en el último tercio del siglo XIX.

Aquella mañana, D. Alfonso descendió del tren en El Puerto con uniforme de capitán General del Ejercito. Le acompañaban, entre otras personalidades, el Presidente del Consejo de Ministros (D. Antonio Cánovas del Castillo), el ministro de Estado (D. Manuel Silvela), el Capitán General de Andalucía, los Gobernadores Civil y Militar de la provincia  y el Sr. de la Viesca, alcalde de Cádiz. En la engalanada estación esperaban el Excmo. Ayuntamiento en pleno bajo mazas, el diputado provincial D. Francisco Nicolau y numerosos vecinos. Le da la bienvenida en nombre de los aproximadamente 22.000 habitantes del municipio, el alcalde accidental D. José de Pazos, que lo era por renuncia del titular  Sr. Gil de Partearroyo, Marqués del Castillo de San Felipe.

Así describía Diario de Cádiz (26-3-1877) las primeras etapas de la visita: "Su Majestad entró en El Puerto en un hermoso carruaje con cuatro caballos castaños, dirigiéndose la comitiva por la plaza de los Jazmines a la C/ Larga, donde había un bonito arco de triunfo; siguió por la C/ de Luna a la Iglesia Mayor Prioral, donde se entonó el "Te-Deum", visitando S. M. a la patrona de la ciudad Ntra. Sra. de los Milagros. Después, siguiendo el camino de la C/ de Palacio, pasando por otro arco construido con vasijería de los envases de vino, que se hallaba colocado entre las calles de San Bartolomé y de Moros. Muchos edificios particulares de la población se hallaban engalanados, distinguiéndose también el Casino, la casa de la Compañía de aguas y el Club de regatas." Los arcos mencionados habían sido diseñados por el maestro mayor de obras, D. Miguel Palacios. El Casino aludido podría ser "El Primitivo" o el "Casino Nuevo", ambos en la C/ Luna. La "Compañía de Abastecimiento de Aguas a Cádlz" tenía sus oficinas en la C/ Larga n° 74, siendo Ingeniero de la misma D. Arturo Wright, quien, además, presidía el "Club de Regatas".

"Pero lo más notable" -escribe El Comercio (27-3-1877)- "era la animación del pueblo, el panorama que formaban tantas mujeres hermosas, ocupando apiñadamente los balcones, agitando con Indecible entusiasmo sus pañuelos, cubriendo de flores y palomas el carruaje del Rey".

El episodio central de la jornada lo constituyó sin duda la visita que hizo Alfonso XII a las bodegas del filántropo gaditano y diputado a Cortes D. José Moreno de Mora Vitón (1825-1908), situadas en la C/ de los Moros (actual bodega 'Mora' de Osborne): "El regio viajero visitó la bodega del Sr. Mora, enterándose minuciosamente de cuanto atañe a la industria vinícola, y haciendo al dueño de la casa preguntas muy oportunas referentes a ella." (Diario de Cádiz)

Bodegas Osborne, en calle Fernán Caballero, a la derecha el actual Teatro Municipal Muñoz Seca se atisba en la esquina.

Recibió el Sr. Moreno de Mora a D. Alfonso a la entrada de la bodega, dirigiéndole breves palabras y terminando con tres vivas al rey, repetidos por los trabajadores. Comienza la visita por la "Bodega Vieja", de vinos añejos, y de allí va a la de "San José", donde inspecciona los lagares, calderas y útiles de vendimia. Después de examinar los jardines y el almijar donde se asolean las uvas, recorre S.M. la tonelería, en cuyo centro había "un primoroso templete de elegantes proporciones que se había formado con duelas, ordenadas de manera que producían una ilusión completa." (El Comercio) Pasó por último Alfonso XII al salón de muestras y al escritorio, firmando en el álbum de visitas de la Casa.

Finalizada la visita, el rey "se dignó aceptar el almuerzo que le fue ofrecido por el Sr. Moreno de Mora en el elegante comedor de su elegantísima casa [C/ de los Moros, 7], y honró a la distinguida esposa de nuestro diputado [Dña. Micaela Aramburu] llevándola del brazo a la mesa y sentándola a su derecha. Sentábanse a la mesa unas 30 personas más, habiendo tenido el Sr. Moreno de Mora la delicada consideración de permanecer de pie atendiendo respetuosa y dignamente a S. M." (El Comercio).

Patio central del Colegio San Luis Gonzaga.

Antes de dejar El Puerto, estuvo Alfonso XII "algunos momentos" en el colegio de San Luis Gonzaga. Allí sería cumplimentado por el rector, P. José María Vélez. La visita del monarca al internado jesuita, aunque breve, prueba el prestigio de un centro docente reabierto sólo un año y medio antes, habiendo sido suprimida la Compañía de Jesús durante la Revolución de 1868. En el curso 1876-77 había en el colegio 184 alumnos (54 externos y 130 internos). Es posible que D. Alfonso hubiese podido saludar ese día al alumno Salvador Bermúdez de Castro O'Lawlor, que llegaría a ministro de Estado durante el reinado de Alfonso XIII.

Se trató de una estancia de unas 4 horas, opinando Diario de Cádiz que "Su Majestad y la regia comitiva abandonaron la ciudad del Guadalete muy satisfechos del recibimiento que habían tenido". Tras visitar Jerez, Sevilla, Granada y Córdoba, llegó finalmente D. Alfonso a Madrid el 5 de abril de 1877. (Texto: Bernardo Rodríguez Caparrini).

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Hace más de treinta años, le llamaban ‘Loco’ por correr. Salía de trabajar y a correr. Los fines de semana, se levantaba temprano y a correr. Correr, correr, correr... ¿De que o quienes huía Pedro Rizo el ‘Maratón Man’ de El Puerto? ¿Huía de si mismo? ¿Huía de la vida?

Pedro Rizo era de los antiguos: Trabajar mucho en la construcción, fumar sin parar dos 0 tres cajetillas diarias y ennegrecer sus pulmones . Crearse una dependencia con el tabaco que lo iba a matar. Sus copitas... bueno de vez en cuando. Mala vida para un trabajador de la construcción. El se lo notaba pues por la mañana, toser, escupir, el pecho...

Un buen día fue al médico y este lo asustó: O dejaba el tabaco poco a poco o sus pulmones no aguantaban más. En verdad Pedro se acojinó y tomó una decisión radical: dejar el tabaco. Así, sin más. Estaba claro: huía de su enemigo el tabaco, la nicotina. El había encontrado ese remedio providencial y creyó en él. El deporte, la carrera, lo podía salvar. He hablado mucho con él sobre este tema y él cree a pies juntillas en este remedio providencial cuando ya tiene mas de setenta años. Me dice a mí cuando estoy próximo a su edad y tengo algún problema de agobio o de ansiedad, que me ponga a correr.

Cree en lo que hace y su salud se ha mejorado muchísimo. Come de todo, duerme estupendamente, todo le cae bien e incluso comiendo, se toma una copita. Se le quitó la tos, los problemas del tabaco y los que antes se metían con él --porque claro, ver a un tío en calzones blancos corriendo por El Puerto en los años setenta, en que no había cultura del deporte y la salud, manda huevos-- pues los que antes se metían con él ahora lo envidian y andan con bastones, barrigones, y otros que no pueden ni andar.

XVII Carrera Popular de San Silvestre (Chipiona).

XXXI Carrera Urbana Ciudad de Jerez.

Corriendo en El Cuervo (Sevilla).

1935.
Pedro Rizo nació en El Puerto en el año 1935. Menudo año. Nació en el Barrio Alto. Hijo de un trabajador del campo o de lo que saliera, con un montón de hermanos, tuvo una niñez durísima, ¿Cómo no? Pasó hambre... si su padre se quedaba parado, le quitaban hasta el médico y tenían los críos que ir con sus madres si enfermaban --no tenían seguro de paro-- al médico de la Beneficencia en el hospital de San Juan de Dios en Micaela Aramburu. Desde aquí, un recuerdo imborrable a aquellos médicos de Beneficencia que con escasísimos medios y ayudados por la farmacia --preciosa, por cierto-- del hospital y sus monjas las Hijas de la Caridad de inmaculada y almidonada cofia, atendían y aliviaban como podían de tantísimos males todos derivados de la miseria y la pobreza con que malvivía gran parte de la población de El Puerto. Don Servando, Don Antonio García Sánchez, Don Agustín Fernández son un ejemplo de aquellos médicos de la Beneficencia.

Con unos compañeros de carrera. /Foto: Sebas Rey.

LAS CUATRO REGLAS.
Pedro estuvo hasta los nueve afios en el colegio de San José de Calasanz vulgo Hospitalito. Aprendió las cuatro reglas y lo que era menester de lectura para un niño que tenía que trabajar pronto para ayudar en su casa. Y efectivamente se colocó con nueve años guardando vacas en la finca La Carlota. Ganaba un duro y mantenido. Esto de 'mantenido' parece que no pero tiene su importancia: era lo primero que buscaban aquellos padres cuando colocaban a un crío en el campo: por lo menos tenían la seguridad de que comían el plato de potaje caliente. Eso no faltaba en los campos. La olla grande o lo que dice el vulgo 'cucharón y paso atrás'.

EL CAMPO.
Trabajó después con la azada en el campo. Todavía me acuerdo yo de aquellos jornaleros portuenses que al llegar al 'Lejío' (Egido) después de una jornada agotadora, venían andando desde La Negra, Atalaya, o la Canal, tras estar todo el día cavando con la azada. Derrengados, sedientos, los sombreros descoloridos, las manos destrozadas... y llegar a sus casas, aquellos patios corraleros del Barrio Alto a tomarse un lebrillo de gazpacho o lo que hubiera de sustento. Algunos con la 'zoleta' al hombro de escardar trigo o cebada.

Carrera Nocturna de San Silvestre 2010, donde fue homenajeado Pedro Rizo. (Chipiona). /Foto: Sebas Rey

PICAPEDRERO.
Después del campo, Pedro Rizo con 18 años se colocará de 'picapedrero' en la empresa Ginés Navarro, haciendo la carretera Jerez-El Puerto por el nuevo trazado que nosotros hemos llamado siempre 'La Trocha’, es decir el antiguo camino de Jerez sin pasar por El Portal. Ganaba de 'picapedrero', es decir de partidor de piedras a mano, golpeándolas con un martillo de mango largo o 'machota' sujetando a veces las piedras, con los pies con el consiguiente peligro, 214 pesetas la quincena. El golpe tenía que ser certero porque te podías machacar los dedos de los pies. Los accidentes eran frecuentes y había que voltear el martillo sujeto por el extremo del mango con las dos manos, describir en el aire una especie de semi circunferencia y golpear con fuerza la 'piedra madre', es decir la piedra grande. Después las más pequeñas se partían más fácilmente si se puede decir así porque fácil no había nada... las piedras de San José del Valle son muy duras, muy buenas para aquellas carreteras. Picapedrero... un oficio maldito. Manos ensangrentadas, pies hechos de sangre y moratones, gafas de motorista antiguo en los ojos para que las esquirlas de piedra no te dejaran ciego. Ocho horas diarias.

TONELERO.
Después Pedro, nuestro ‘Maratón man’, si él nos permite que lo llamemos así, trabajó --yo creo que Pedro ha trabajado más que maratones ha hecho-- durante cinco o seis años en la tonelería de Jose Luis Huertas en la calle Cruces y luego en la construcción hasta su jubilación.

Pedro Rizo se casó en el sesenta y tres y tuvo tres hijos: dos hembras y un varón. Ha cumplido con ellos en la vida.

RECORRIDOS.
Como ha cumplido en sus carreras y maratones por circuitos de Sevilla (20 maratones); Jerez (10 maratones); Cádiz, San Fernando, Rota y Chipiona; Vía Verde Coripe-Olvera; maratón popular de El Puerto de Santa María, Córdoba, Vejer,  Sanlúcar, Trebujena. De todo ello guarda trofeos, placas, reconocimientos, diplomas, homenajes... en su pequeño piso de una 'corrala' de la calle Santa Clara, en cajones, estanterías, armarios y hasta debajo de la cama, tanto trofeo, tanta chatarrería dorada con santo y seña grabados de sus premios y participaciones. Su mujer soporta con paciencia que le tenga ocupada toda la casa con tanto trofeo, ya que ella no sabe donde meter ni siquiera un paño de cocina. Pero Pedro soporta con estoicidad tanta protesta.

MÉDICO DE SI MISMO.
Moliere, el gran comediógrafo francés, en su obra 'El médico a palos»' creo que insertó la frase «Médico, cúrate a ti mismo». Pedro, sin ser médico, se ha curado a sí mismo y hoy es consciente de la importancia que tiene la decisión que tomó en su día, de correr para buscar la salud ya que el tabaco le iba a matar. Aparte de eso, la carrera y el maratón le ha dado un aliciente en su vida, pues viaja, conoce gente, ha sido nombrado deportista del año en El Puerto, ha recibido galardones, homenajes... de todo. Pero claro eso exige esfuerzo, soledad, el entrenamiento de día a día con lluvia, fría, viento, calor, sudores, sed, calambres. Pedro tiene un correr fácil pues apenas levanta los pies del suelo. Parece que no corre, pero ponte a su lado y verás. /Foto: Miguel Díaz.

A la pregunta que le hago de qué espera ya de la vida, me responde que «--Vivir lo mejor posible». Comer, beber su copita, salir, hasta que le llegue la hora. Cada mañana que se levanta, piensa que tiene un día más de vida. Pedro es muy austero y vive con una pensión corta pero se apaña. Le encanta correr por la sierra pues es un ecologista nato. En el argot de los maratonianos le llaman Pedro 'el Viejo'. Ya es algo para pasar a la historia. Ya saben Pedro 'el Cruel', Pedro 'el Grande'...

De izquierda a derecha, Pedro Rizo, Fernando Mora Eliso, director a la sazón de SAFA-San Luis, Antonio Muñoz Cuenca y Luis Benvenuty Morales, en 2008,, curante la presentación del Libro 'Paisajes y Paisanaje'0 del autor de esta nótula, en el que figura nuestro protagonista. /Foto: Carmen Álvarez.

EL PAISAJE.
Conoce perfectamente todo el paisaje portuense: Camino Viejo de Rota, cañada del Verdugo, camino de los Romanos, Molino Platero... muchas piedras, arbustos y retamas son testigos de su entrenamiento diario y confidentes suyos pues son señales que le indican lo que lleva recorrido, y lo que le falta. En su correr diario, salvo cuando va con amigos del Club Alcanatif, Pedro es un solitario que va .metido en su mundo interior ensimismado, sudoroso. Su entrenamiento diario es su verdadero maratón pues ahí no hay premios, ni halagos, ni trofeos. Está él solo con sus pensamientos y el camino. Como es duro, Pedro va pensando en las mil cosas del día para hacerlo más llevadereo. Y así durante treinta años. Es un guerrero. Su fuerza, su voluntad, su tesón, su esfuerzo... Pedro es un héroe de Salamina, un hombre de la calle Santa Clara... un luchador. Vive y vivirá para contarlo. (Texto: Antonio Muñoz Cuenca).

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Matilde Montero García, Maty, nació en Cádiz y si bien sus padres Eloy Montero y Matilde García Pacheco, eran de la capital, sus abuelos maternos eran de El Puerto: vivían en la calle Diego Niño. La familia se vino a vivir a El Puerto y el padre montó una sastrería en la Calle Larga, donde vivió de pequeña en el núm. 114, principal. Segunda de tres hijos, tenía una hermana mayor que ella 19 años, de un anterior matrimonio de su padre, que era viudo.  Vivió con pocos años la explosión de Cádiz, que en El Puerto se hizo notar, rompiendo cristales con estruendo. Se casó con el gallego Arturo Rial, natural de Vigo, en marzo de 1965, con quien tiene dos hijos, Arturo Eloy y María Matilde. Esta es su historia, contada por ella misma.

“Yo nací el 30 de diciembre de 1941, así que acabo de cumplir mis primeros 69 años. Tanto mi padre como mi madre eran naturales de Cádiz, pero mi padre se vino a trabajar al El Puerto, contratado, en la que por entonces era una gran tienda de tejidos con sastrería, porque mi padre era sastre. Pronto se cansó de estar tan sujeto y se estableció por su cuenta trabajando en casa, desde que yo tengo uso de razón.

En la Feria de Jerez, el 30 de abril de 1944, aparecen en la imagen Pura Montero Mela, Paco Montero; Ana, mujer de Antonio Pantoja, natural de Gibraltar y Matilde García Pacheco, madre de nuestra protagonista que contaba ya con poco mas de dos años.

Excursión a Sevilla --visita al Alcázar-- en junio de 1944. Entre otros, aparecen los padres de Maty, Eloy Montero, el sastre de la calle Larga y Matilde García Pacheco;  Paco Montero y Antonio Pantoja y su mujer Ana.

El matrimonio tuvo tres hijos, soy la del medio entre dos hombres, por lo tanto fui la niña querida, el ojito derecho de mi padre. Éste sacándolo de su oficio apenas sabía nada, leer, escribir y poco más. Mi madre, por el contrario había tenido una buena educación para aquellos tiempos; tenía  una letra preciosa, no tenía faltas de ortografía, sabía taquigrafía, mecanografía y las ‘labores propias de su sexo’, como coser, bordar,...; era una maravilla, doy fe de ello, porque me enseñó mucho en mis años de espera para casarme.

CARMELITAS, COLOMA Y LABORES.
Desde los 3 años que fui al colegio de Las Carmelitas hasta que terminé con 16 o 17, puedo decir que fue un periodo muy bonito. Mis recuerdos y anécdotas son todas preciosas; aquellos juegos en el patio de la palmera, aquellas procesiones por las principales calles de El Puerto cantando y llevando en andas a la Niña María. Recuerdo cuando, ya más mayorcitas, nos metíamos en el patio de San José para comernos las deliciosas naranjas mandarinas a escondidas de las hermanas, que claro con lo que huelen pronto nos cogían.

Primera Comunión el 31 de mayo de 1949, contando nuestra protagonista 7 años y medio, Iglesia de HH. Carmelitas. De izquierda a derecha, fila delantera, Maria Teresa Alba Medinilla, Pilar Poullet Ramirez, Carmen Lores Romero, desconocida, Matilde Montero Garcia, Cecilia Sevillano Sánchez, Lourdes Lizaso Solinís, Maria Teresa Tejada Prieto, Manolita Buhigas Cabrera, Maria Luisa Ortega Duran y desconocida. Nombre de las tres desconocidas y no ubicadas: Cristina Respeto Roselló, Maria de la Soledad Pérez Vela y Vicenta Crespo Ivars. Fila segunda, de izquierda a derecha, Marita Enciso, Angelina Crespo, María José Nuchera. Las cuatro de segunda fila: Marita Enciso Dominguez, Angelina Crespo Matiola, Maria Jose Nuchera Alcantara y desconocida. Los niños desconocido Manuel Serrano Garcia, desconocido, Miguel Cachetta de la Rubiera, Javier Moresco Suarez, desconocido, Pepin Nogués Ropero, Jaime LLorca Ortiz y Jose Miguel Merchante Gutierrez. Entre los desconocidos estan estos nombres, pero no sabemos ubicar: Jose Luis Garcia León, Luis Crespo Ivars y Manuel Palomino Galan.

De izquierda a derecha, Pili Guerra, Lisazo, Maty y Lucila Romero Andicoverri, de la farmacia de la calle Cielos que tenía su padre.

Cursé mis estudios de bachillerato yendo a Jerez al Instituto ‘Padre Luis Coloma’ a examinarme. Completados aquellos era imposible seguir estudiando más, a no ser que te desplazara a Cádiz o supongo que a Jerez también, lo que era imposible para la economía familiar, ya que más bien era de subsistencia. Por lo tanto no he desempeñado ninguna cátedra, no he tenido ningún puesto importante en ninguna empresa, pero si he llevado mi titulo de ama de casa con orgullo y responsabilidad. Ese título, ya lo sabéis todo por experiencia, es estar las 24 horas del día de guardia, saber de todo y estar dispuesta para cualquier emergencia.

La Coruña en 1970. Prueba de carga del viaducto de Linares Rivas. /Foto: Alberto Martí Villardefrancos.

VIVIR EN LA CORUÑA.
Dejé El Puerto en 1965, cuando me casé y me fui a vivir a las tierras de Galicia. ¡Que os voy a decir de esas tierras tan divinas! Nunca tuve problemas en ella, la familia de mi marido me recibió de maravilla, y nosotros nos instalamos en La Coruña. Gracias a que mi marido fue y es muy trabajador y, en sus buenos momentos, supo compaginar varios trabajos a la vez, --y bueno supongo que también mis granitos de arena--, nos fuimos situando económicamente bastante bien, sin lujos. Le hemos dado un piso a cada hijo, solo tenemos dos. Y nos quedan los que vivimos allá y acá.

¿HEMOS AVANZADO?
No creo que mi vida sea como para figurar en Gente del Puerto, es igual a todas las demás de mi generación donde en nuestro carnet de identidad en nuestra profesión poníamos 'Sus Labores'. Y o lo digo con orgullo frente a estos tiempos en que todas las chicas están sacando sus buenas carreras y con buenos puestos de trabajo, pero que desde la perspectiva de los años me pregunto ¿hemos ganado? Ahora tienen todo el tiempo ocupado, estresado, no pueden tener hijos sin contar con alguien de confianza que se pueda hacer cargo de ellos; para eso están los abuelos que se ven todos paseando a los pequeños. La casa..., en fin que más queréis que os cuente.

Tramo de la calle Larga, entre Ganado y Plaza de Isaac Peral.

EL PUERTO A FINALES DE LOS 50.
Estos días hablando con unos familiares de la juventud de hoy día me decían: “--En en nuestra niñez y juventud no habíamos disfrutado, no teníamos nada”. Difiero de esa opinión, yo he tenido una niñez plena, durante la juventud me divertí todo lo que pude en aquellos tiempos. Nuestros paseos calle Larga y calle Luna en el invierno. En el verano el Parque arriba y abajo. Y la playa de La Puntilla, eso era el no va más, todos nuestros amigos, conocidos al alcance de la mano, todos hablando nuestro idioma: el portuense. Yo no me quejo al revés lo evoco con cariño.

Reconozco que si tengo una envidia mala corrosiva y maligna con respecto a la juventud de hoy. Aclaro, los medios que tienen para los estudios, el acceso a la cultura, los idiomas y la independencia que pueden desarrollar para llegar a donde se lo propongan.

Patio de la Casa Palacio Oneto, en la calle Larga, frente a calle Luja.

¡QUE PENA ME DA EL PUERTO!
Ni sus habitantes, ni sus políticos hacen nada por él. En todas las ciudades que conozco vivir en el centro histórico es signo de prestigio, distinción y poder económico. Aquí por el contrario, es como si fuera una cosa antigua, de viejos. El Puerto es bonito por muchas cosas, pero esas casa señoriales que, a cada dos pasos tropezamos con alguna de ella, propio de esta parte del país. Pues bueno un tanto por ciento bastante alto están en ruina, cayéndose a pedazos, cerradas, tapiadas u luciendo una valla desde hace mucho tiempo y en la calle más emblemática de la ciudad. ¿No podría el Ayuntamiento, al mismo tiempo que da licencia de obras para bloques en el extrarradio, exigir la reparación de una de estas casas?  Si, ya sé que sería complicado, pero algo se tendría que hacer.

¿Conjunto Residencial? /Foto: Antonio Gutiérrez Ruiz.

Hay otro aspecto que también me apena. ¿Qué pasa que la gente no pasea? Se sale un domingo y no hay ni un alma por las calles, las cafeterías cerradas y a veces te preguntas que, si no tienes algún plan,  es preferible quedar en casa.

Hay una ciudad cercana de la que no quiero dar su nombre, que es un lujo pasear por su centro, sus cafeterías a rebosar, su plaza del Cabildo, su paseo a orillas de la playa... Se echa de menos aquellos paseos de la juventud. Pero para más inri , si hay una fiesta, una procesión o una actividad extraordinaria no se puede andar: todo el mundo a la calle. Y yo digo, si El Puerto es de por sí una fiesta diaria, debían de pensar que cuanto más ambiente más atractivo se ve a los ojos de los visitantes”.

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Si durante las décadas de los años sesenta o setenta del siglo pasado, una persona se hubiese puesto un chándal y lanzado a nuestras calles a correr a diario, como mínimo hubiese recibido de sus conciudadanos, una mirada de burla o de asombro. Muy probablemente, escucharía de cualquiera al pasar las palabras de: “uno, dos, papa y arroz...”, o estas otras más fuertes y que son verídicas: “un pico y una pala...”.

Está claro que en estos últimos tiempos ha cambiado la mentalidad de las personas hacia el deporte. El auge que ha supuesto la práctica deportiva en nuestra sociedad, por los beneficios físicos y psíquicos que conlleva, ha movido a muchas personas en nuestras ciudades ha efectuar una puesta a punto de su cuerpo mediante entrenamientos metódicos y continuados. Uno de estos medios más usados por personas de toda edad y condición ha sido la práctica atlética, en su modalidad de fondo.

Carrera Popular de 'Los Frailes'. 15 de julio de 1984.

Y de esta forma, la demanda de competiciones para poder comprobar el nivel alcanzado por unos y otros durante la temporada, motivó que muchos ayuntamientos, hayan promovido durante estos años un sinfín de carreras populares, conque lograr estos objetivos de salud y concienciar a los menos decididos a su práctica. En el Puerto de Santa María, los primeros pasos dados por las instituciones locales en este sentido son dos competiciones que se inician en 1979 con un gran éxito de participación: el Cross Escolar Ciudad del Puerto,  el día 10 de junio; y el Cross Popular Ciudad del Puerto el día 15 de agosto.

En Las Nieves, 11 de agosto de 1985.

A lo largo de la década de los años ochenta del siglo pasado, surge con fuerza en las distintas asociaciones de vecinos, un sinfín de actividades lúdicas y recreativas que nacen para animar a sus vecinos principalmente a participar, y que tienen su culmen en sus fiestas populares; entre ellas las llamadas “Carreras de Barrio”. No importa el grado de preparación, lo importante es correr y a la vez pasar un buen rato; fueron muchos los portuenses que de alguna manera se animaron a practicar el sano hábito de la carrera. Podríamos hacer referencia a muchas de estas asociaciones: Malacara, Sudamérica, Las Nieves, Valdelagrana, Los Madrileños, Fermesa, San Jaime, Crevillet, San Juan, Los Frailes, etc.; en otras ciudades: La Asunción, San Benito, Murallas de San Carlos, Peña Dosa, Santi Petri, Barrio Jarana, García Gutiérrez, Fuente Amarga, etc.

I Carrera 'Peña Madridista Chiclanera'. 14 de julio de 1985.

ORÍGEN DEL CLUB, GRUPOS.
El club de atletismo Alcanatif no surge de la noche a la mañana, sino que hay un movimiento de atletas autodidactas, casi paralelamente a la recién creada escuela de atletismo en SA.FA., personas de mediana edad, procedentes en su mayoría de otros deportes y aficiones, y que encuentran en el atletismo una válvula de escape de sus obligaciones cotidianas y una filosofía de vida sana. Estos comparten la idea de agruparse como medio para la mejora de su actividad deportiva propia y extensión a todas aquellas personas que puedan encontrar en la misma, el incentivo necesario para su práctica. Estos grupos son varios y de naturaleza distinta:

Carrera Barriada Liberación. Jerez, 7 de julio de 1985.

  • Los practicantes desde carreras populares a maratones, personas que ya tienen amplia experiencia en participación en pruebas cortas y largas. Sus entrenamientos dominicales parten siempre de la explanada del cementerio, y durante la semana lo hacen de forma particular: Pedro Rizo Pérez, Luis Caballero Jurado, Miguel Alvarez Pérez, Fernando Martín Mora, Joaquín Paloma Vega, Gabriel Ponce de León, Miguel Rivas Quintana y su esposa Mª Carmen, Francisco Sánchez Ramírez, José Sánchez Espinola, Antonio Corredera Muñoz, ‘Cheroqui’,...
  • El segundo grupo son participantes en carreras populares y pista, preparan distancias cortas y medias y durante la semana, su lugar de concentración es siempre la pista de atletismo y zonas aledañas. Entre ellos podemos citar: Juan López Reina, Sebastián Jiménez Benítez, Juan Beuzón Zarzuela, Manuel Murillo García, Manuel Gallardo Camacho, Francisco García Hermoso, José Mª Beato Benítez, Luis Caballero Calatraba, Angel González Mendoza, Manuel Redolosi...

Carrera Popular 'Fuente Amarga'. Chiclana, 5 de mayo de 1985.

En poco tiempo se reúnen un nutrido grupo de corredores, que además de entrenarse habitualmente, los domingos acuden a carreras de barrio y populares representando al ‘Bar Transporte’, el patrocinador de aquellos años, que aporta a algunos corredores zapatillas y equipación gratis. Una parte de este amplio grupo,  además prepara la distancia por excelencia, la más emblemática, el maratón, siendo muchos de ellos pioneros en participar con poca preparación y experiencia en la Maratón que nace en Sevilla en 1.985, y que ha cumplido la edición número veinticinco con tres corredores portuenses que han participado en todas sus ediciones.

Barriada 'La Asunción'. Jerez. 6 de junio de 1985.

PRIMEROS PASOS. CONSTITUCIÓN.
El Club de Atletismo Alcanatif e constituyó formalmente el día 28 de octubre de 1.986, según su acta fundacional. Esta fue la culminación de un largo proceso, que llevó a un numeroso grupo de deportistas dispersos por toda la ciudad, practicantes en su gran mayoría de las distancias de medio fondo y fondo, a plantearse esta posibilidad para promover el deporte en general, y muy especialmente cubrir el vacío existente hasta entonces, en la práctica del atletismo en nuestra ciudad. En meses anteriores, se habían venido produciendo muchos encuentros, especialmente durante el verano de aquel año 1.986 en la Ciudad Deportiva, que concluyó finalmente en varias reuniones con la determinación firme de la fundación del club, elaborándose unos estatutos sociales tomando como modelo los correspondientes al club de Rugby Portuense aportados por Miguel Alvarez Pérez.

VIII Carrera Popular 'Ciudad de El Puerto'. 15 de agosto de 1986.

DENOMINACIÓN.
Para la elección de un nombre apropiado, se barajaron varios, todos relacionados o identificados con El Puerto de Santa María, por ejemplo: ‘Vaporcito’, ‘Santa María’, ‘Menesteo’, etc. pero finalmente, destacó la propuesta de quien suscribe de ‘Alcanatif’, porque después de consultar la historia portuense, Alcanatif había sido el nombre antiguo dado a la ciudad por los árabes y cuyo significado es el de "Puerto de las Salinas ó Puerto del Faro".

LOS PRIMEROS SOCIOS.
Se elabora la primera relación de socios, quedando ésta encabezada por Luis Caballero Jurado, como primer Presidente; y a continuación, Pedro Rizo Pérez, al ser el socio de mayor edad, un veterano de cincuenta y un años, ejemplo para todos nosotros, con bastante cualidades y dispuesto a llegar muy lejos.

DIRECTIVA.
La primera Junta Directiva quedó compuesta por los siguientes socios: presidente, Luis Caballero Jurado; vicepresidente, Pedro Rizo Pérez; secretario, Juan Beuzón Zarzuela, tesorero, José María Beato Benítez y vocales Miguel Álvarez Pérez, Manuel Gallardo Camacho, Fernando Martín Mora, Sebastián Jiménez Benítez, Francisco García Hermoso y Juan López Reina.

VIII Carrera Popular 'Ciudad de El Puerto'. 15 de agosto de 1986. Acostado, el famoso 'Ratón'.

INSTITUCIONES.
Los promotores del club, eran conscientes de que la entidad trascendería de sus meros deseos, convirtiéndose en realidad superior con el paso del tiempo. Pero también comprendieron que, todo ello, resultaría mucho más viable si se conectaba con las instituciones deportivas existentes. Por eso, tras la constitución formal del Club, se pasó posteriormente a la inscripción en los Registros Públicos correspondientes, Federación del mismo y sus componentes y conexión con el entonces Patronato Municipal de Deportes del  Ayuntamiento.

Control triangular en pista. 22 de octubre de 1988.

En todo este tiempo, el club ha pretendido ser una institución para el deporte, en el que tengan cabida tanto personas jóvenes como mayores, cualesquiera que sean las motivaciones iniciales de la práctica atlética, pretendiendo a su vez, convertirse en un acicate más para el desarrollo de la misma, agrupando al máximo de deportistas portuenses que, de hecho, practican cualquier modalidad atlética por su cuenta y riesgo, sin ningún tipo de conexión, para que hallen en el mismo, la forma de mejorar su práctica, con la intercomunicación y acceso a medios técnicos de los que se carecerían individualmente.

Cross Chipiona Campo a Través. 20 de noviembre de 1988.

ESCUELA MUNICIPAL DE ATLETISMO.
Ya en octubre de 1991, el club presenta al entonces Patronato Municipal de Deportes un proyecto sobre la elaboración de la futura Escuela Municipal de Atletismo, vieja aspiración de este grupo de atletas, que finalmente tras muchos avatares y no menos altibajos, actualmente atraviesa un magnífico momento, con un gran potencial de niños y niñas, dirigidos técnicamente por varios monitores, que realizan una labor encomiable, al frente del cual se encuentra como máximo responsable Ángel González Perea.

XIII Carrera Urbana de Chiclana. 24 de octubre de 1993.

CONSOLIDACIÓN.
Desde nuestros comienzos en 1986, son ya varias las generaciones de atletas que han mantenido vivo este proyecto de futuro, jóvenes en su mayoría, pero también adultos, que han crecido iniciándose en el atletismo base; y de ellos, algunos han participado y conseguido triunfos en Campeonatos Autonómicos y Nacionales. En la actualidad el Club de Atletismo Alcanatif lo forman un número cercano a doscientos atletas portuenses de ambos sexos, con un número elevado de jóvenes, en edades comprendidas entre los siete y los setenta y cuatro años.

VI Media Maratón de Jerez. 24 de noviembre de 1996.

RECONOCIMIENTO.
No queremos dejar pasar la ocasión para reconocer públicamente el trabajo desarrollado por ciertas personas, que han aportado su tiempo en estos años, en mayor o menor medida, tratando de formar deportistas. Incluso con el riesgo de olvidar mencionar a algunas de ellas, hemos de señalar entre otras a: Juan Alvarez García, Manuel Redolosi, Manuel Acal Díaz y su señora Manoli, Juan M. Cordón, Juan M. Garay Valle, Luis Caballero Calatrava, Lali Espinar Grajera, Juan L. Merino Buhígas, Raúl Gutiérrez Ortega, Alberto Romero Fernández, Ángel Mª González Arias y Ángel Mª González Perea.

En el plano estrictamente deportivo, sus actividades atléticas abarcan todos los campos, tanto competiciones federadas como escolares: competiciones en pista, en ruta, campo a través, triatlones y duatlones, maratones y otros.

V Carrera Popular 'Puerto Menesteo'. 28 de noviembre de 1999.

CARRERA POPULAR.
Uno de los objetivos deportivos de esta entidad siempre ha ido enfocado a intentar fomentar este deporte entre sus conciudadanos, buena prueba de ello ha sido el logro de conseguir organizar la Carrera Popular ‘Puerto de Menesteo’, por cuanto tiene de orgullo y satisfacción una competición de esta índole en un momento en el que no existía ningún tipo de competición atlética popular en nuestra ciudad, y que después de tantas ediciones, desde noviembre de 1995, se ha convertido en un importante referente provincial, alcanzándose en años sucesivos cifras récord de participación de corredores venidos de todos los puntos de nuestra provincia.

Sobre este asunto, queremos agradecer a entidades públicas y privadas, así como a numerosas personas, por su afán de ayudar a conseguir estos resultados en nuestra ‘prueba estrella’, muy especialmente a la disposición de la Concejalía de Deportes por su importante contribución; así como por el reconocimiento público que viene realizando año tras año dicha Concejalía, sobre nuestra Carrera Popular, al considerarla como una de las actividades más importantes que se celebran durante el año en la ciudad.

Excursión a Grazalema. 23 de noviembre de 1999.

OTROS EVENTOS DEPORTIVOS.
También queremos hacer referencia a otros eventos que de manera anual venimos realizando, como son: el comienzo de la temporada, ‘Subida al Puerto de las Palomas’, ‘Travesía Puerto-Rocío’, excursión de primavera o la fiesta final de temporada. Asimismo de la ayuda que venimos prestando en la organización de competiciones: campo a través escolar, liga en pista escolar y milla urbana que celebra anualmente nuestra Concejalía de Deportes del Excmo. Ayuntamiento; así como en otras competiciones de colectivos vecinales o colegios que así lo solicitan.

Con el paso del tiempo se puede ver que son centenares las personas que en un momento determinado se acercaron al club buscando compañeros, planes de entrenamiento, ilusión por mejorar, y también aportaron su forma de ver las cosas y su tiempo para intentar conseguirlas. Por último, no sería justo si después de tantas alusiones y reconocimientos, no se dedicara unas pocas líneas para alabar a las decenas de personas, socios que han ocupado los distintos cargos dentro de la Junta Directiva, con mayor o menor dedicación y acierto, pero indiscutiblemente, sin cuya entrega en todos estos años, no hubiese sido posible conseguir ni el primero de nuestro objetivos.

Si de alguna forma te sientes identificado con nuestras inquietudes deportivas y tienes ganas de aportar tu ayuda a este proyecto, te invitamos sinceramente a participar del mismo. No importa tu preparación o estado físico, ponte en contacto con nosotros, nunca es tarde y serás bienvenido. (Textos: Juan Beuzón Zarzuela).

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A Vicente Sordo Gómez, con mi amistad.

Es una inacabable algarabía,
donde todo es posible e inaudito:
desde la tapa insigne al numerito,
que vende silenciosa “La Alegría”.

Una alegre y flamenca bulería
en la barra ... Se bebe Fernandito
su quinto “valdepeñas”, como un rito
solemne, alrededor del mediodía.

Todo tiene un acento costumbrista:
en la puerta la foto de un artista
se cuelga del cristal, calladamente.

Y el tiempo que parece se ha quedado,
al pie de La Placilla ensimismado,
colgado en la pared del “Bar Vicente".

Todo tiene el sabor recio y añejo
de aquel Puerto de ayer, tan aldeano,
donde imperaba el trato campechano
no falto de sapiencia y de gracejo.

Baja de La Angelita el Puerto viejo,
campesino y sufrido, al par que humano.
Gesticula al hablar su recia mano,
dando al ambiente un aire de festejo.

“Los Dos Pepes” ayer ... Hoy, padre e hijo,
en un constante y cálido amasijo
de lealtad y servicio a sus clientes,

escriben, sin saberlo, lo que historia
mañana habrá de ser ... Que en la memoria
del Puerto han de quedar los “Dos Vicentes”.

Paco del Castillo.
3 de octubre de 2002.

Fotos: Bar Vicente

Mas información en Gente del Puerto.
014. BAR VICENTE. O Las Mellizas (el Rubio), o Los Pepes.
655. MANUEL GARCÍA GÓMEZ. El Tabique.

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De izquierda a derecha, sentados, Isabel, Teresa, Mari Pepa, Javier, la madre Carmen, Rafael, la hija de Helga y Juan, Maite Gargallo y Helga Müller (esposa de Juan). De pie, María Lobo (esposa de Enrique), Mari Carmen, Juanito (hijo de Juan y Helga), Pepe, Juan, Chema Martínez, Milagros y Enrique. Fotografía tomada en el domicilio familiar de la calle Larga en 1991, con motivo del 80 cumpleaños de la matriarca de los Esteban Poullet: María del Carmen Poullet Vargas, (1911-2006), que todavía viviría sus buenos 15 años.

Faelo, Mimi, Mari Carmen, Maripe, Pepe, Enrique, la desaparecida Conchita, Tere, Javier, conocido como Bini, Luis, Juan e Isabel: seis varones y seis hembras, se quedaron huérfanos, también de madre --María del Carmen Poullet Vargas-- en 2006, en este Puerto en el que, de acuerdo con el orden biológico, se nos están yendo tantos y tan buenos referentes. Su padre, José Esteban Pérez, falleció en 1973.

Los Esteban Poullet –aunque asociados al mundo de los productos de enología- han destacado siempre por algún aspecto relacionado con el mundo de las artes, don que debe venirles de su tío abuelo Antonio Poullet, quien fuera profesor en la Academia de las Bellas Artes de Santa Cecilia. La Fábrica de Productos Enológicos estuvo funcionando en el número 15 de la calle Larga, junto a la vivienda, desde 1905 hasta que, a finales del siglo XX, tuvo que cerrar víctima de la enésima revonversión del sector vitivinícola de la zona. /En la imagen de la izquierda, capilla de casa de los Esteban Poullet, en la calle Larga.

Así, Faelo se ha relacionado con la literatura y las composiciones escultóricas y de pintura. Pepe, gran aficionado a la egiptología y los viajes, ha sido uno de los grandes contadores de las cosas de Egipto cuando aquí se consumían menos paseos por el mundo. Luis, el hombre de los inventos del Laboratorio de ‘Touston’, donde con técnicas de artesano construía sus propios instrumentos, para probar algo más que el poderoso influjo de la Luna. Juan, cantautor, quien anduvo por Barcelona de compañero de su paisano Javier Ruibal, y donde conoció a tantos de aquella farándula en la que él no se veía.

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Portaretrato de Carey. De izquierda a derecha, Rafael, Milagros, María del Carmen, Mari Pepa, Pepe, Enrique, Conchita, María Teresa, Javier, Luis, Juan Manuel e Isabel.

La casa de los Poullet, la de toda la vida desde 1921 hasta 1999, la de la calle Larga número 13, ha sido escenario de muchos encuentros literarios. Ha visto el paso de muchos poetas, escritores y artistas: Fernando Quiñónes, Pilar Paz Pasamar, Pepe Belmonte, Julio Rivera, Dolors Alberols, ... Eran las celebradas Tertulias de ‘El Ermitaño’, en la década de los ochenta, durante aquellas noches de verano, en un jardín clásico, donde la magia de la noche envolvía a los asistentes.

Precisamente en esa década de los ochenta del siglo pasado, los Esteban Poullet celebraron los 200 años de la llegada del primer Poullet a estas tierras, con un macroencuentro familiar en el que recordaron a su ancestro Claudio, quien proveniente de cierto municipio francés fronterizo con España, acá que se vino alistado en las tropas de los ‘Cien Mil Hijos de San Luís’. Si, aquellos que al mando del Duque de Angulema vinieron a liberar al malajoso rey del paletó, Fernando VII, y que parece lanzara una maldición a la Ciudad donde abolió la Constitución de ‘La Pepa’.


Fotografía de Carnet de Familia Numerosa en dos imágenes. Parte 1 de 2. (Año 1955). Fila superior: Isabel, Carmen Poullet Vargas, Conchita, José Esteban Pérez, Tere. Debajo: Luis, Javier y Juan.


Fotografía de Carnet de Familia Numerosa en dos imágenes. Parte 2 de 2. (Año 1955). Fila superior, de izquierda a derecha: Mari Pepa, Mari Carmen, Rafael, Milagros. Debajo, Pepe y Enrique.

Mientras que los Esteban Poullet siguen tomando el pulso a El Puerto desde el número 13 –otra vez- de la céntrica calle Misericordia esquina y vuelta con Luna (en medio habitaron una vivienda en la calle Jesús de los Milagros y un piso en la calle Larga frente a su antigua vivienda), razones de trabajo o de familia hace que Pepe y Tere se encuentren en Madrid, e Isabel en Vitoria. Pero en cuanto pueden se les ve por las calles de El Puerto recuperar el sol y la sal de la Bahía de Cádiz que por allí escasea, y por los que tienen que venir a repostar con cierta frecuencia a este Puerto que les vio crecer y sentir, con todas las claves de portuensismo que no es que hayan desaparecido, sino que parece que ya no se lleva hacer gala de las mismas.

Los Poullet, por el contrario, clásicos y modernos a un tiempo, son el ejemplo de aquel  portuense de procedencia extranjera, que escoge instalarse en un nuevo territorio, lucha por engrandecerlo y deja en sus descendientes una gran semilla: aman a su ciudad y sin embargo tienen al mundo por frontera. Y es que, como ellos, se puede ser portuense y universal, tal y como nos enseñaron nuestros más preclaros paisanos. Y ahí están, viéndonos y siendo vistos, como una seña de identidad más de El Puerto.

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Pepe Mendoza, al principio de su intervención. /Foto: Jorge Roa.

Anoche se celebró el Pregón de la Fiesta de los Patios. Un escritor de lujo, Pepe González Mendoza arropado por un grupo de amigos y colaboradores, hizo las delicias de cuantos tuvimos ocasión de escucharle, de saborear sus retruécanos, de disfrutar de sus ocurrencias, de desplazarnos el corazón en un terremoto de emociones, de movernos el lacrimal en un tsunami de remenbranzas, de recordar con él, recordando.

Recordando a su padre: «Ese niño soy yo, el hijo de Josefa y Rafael, el arrumbador que hace cosa de cuatro años se mudó al olvido, que ya no me reconoce cuando me mira con sus ojos perdidos y turbios, y que me contempla con la misma sensación de lejanía con la que yo le recuerdo montado en aquella bicicleta Orbea verde con la que salía cada mañana de casa, muy temprano, a buscar trabajo, cuando ya no había faena en la bodega para los eventuales». /En la imagen, Rafael González, padre de nuestro pregonero.

NACIMIENTO TUMULTUOSO.
«Entre 1960 y 1969 nacieron en España 7.275.719 niños y niñas. Fue la década de mayor número de nacimientos de todo el siglo. 1964, por ejemplo, ostenta el record de ser el más fecundo del milenio pasado, no he logrado averiguar por qué. El caso es que vine a nacer el 14 de marzo del año en el que más mujeres dieron a luz, a pesar de la oscuridad de la época. La competencia para todo, imagínense, fue, y sigue siendo, brutal. No es lo mismo jugar en el equipo de una clase de 20 alumnos, como las de hoy en día, que formar parte del once de gala en una de 60. /En la imagen de la izquierda, el padre del pregonero, Rafael González, en una foto de juventud.

O ganar el concurso de dibujo en la Campaña Navidad con Amor, o conseguir un buen trozo de arena mojada en La Puntilla para hacer un castillo en condiciones. Hasta para formar parte de una comparsa juvenil de las malas había en mi adolescencia pruebas de acceso.

EN CASA DE LA ABUELA.
Pero en fin, no nos desviemos. Mi llegada al mundo tuvo lugar en la calle Curva, enfrente de la cárcel, en casa de mi abuela paterna, Luisa, una mujer de carácter que hizo que a los pocas semanas mis padres, Rafael y Josefa, cogieron las de Villadiego, conmigo a cuestas, y alquilaran dos habitaciones en el número 17 de la calle San Sebastián. Para celebrar que mi padre hubiera cortado definitivamente su cordón umbilical, y nuestra recién inaugurada independencia, mi madre apareció un día por el patio con un llorón que iba a estimular todavía más la competitividad, en esta caso doméstica, de la que he hablado antes.

El llorón, rubio como mi padre, se llamaba Paco, cosecha del 65, y de pronto lo autoproclamaron, por la cara, hermano mío. Algunos años más tarde, en 1969, me enteré por la vecina que mis padres estaban buscando una niña, noticia que me asustó mucho pues por aquella época, tanto del Lute, como del Arropiero, como de los hermanos Malasombra, se podía esperar cualquier cosa. La chiquilla jamás apareció, pero sí que encontraron a otros dos llorones a los que pusieron el nombre de Rafael y Ángel, también hermanos míos por parte de padres. Recuerdo que le pregunté una vez a mi madre sí seguía buscando a la niña desaparecida y le sentó muy mal.

Ángel, Rafael, Paco y Pepe González Mendoza ya creciditos, en un viaje de hermandad, nunca mejor dicho, en el que visitaron los patios de Londres. Al fondo vista parcial de la torre del Big Ben, en cuyo patio escucharon una toná típica de Inglaterra.

UN CABALLO LLAMADO MUERTE.
Por lo demás, viví mi adolescencia en la Barriada Francisco Dueñas, el famoso Distrito 21 en el que tantos chavales de mi quinta cabalgaron a lomos de un caballo llamado muerte, en los primeros 80. / Paco, el hermano rubio de la familia, sobrado de pelo y ganas de conocer la vida.

Yo tuve la suerte de contar con algunos maestros que me condujeron por veredas menos peligrosas, y con una novia, Isabel, que se convirtió pronto, como en la canción de Franco Battiato, en mi centro de gravedad permanente. Pese a mi insultante juventud he tenido tres hijos y he plantado algunos árboles, pero para hacer todo en la vida me falta escribir un libro. De momento, ensayo con columnas de opinión en Diario de Cádiz, internet y hasta en el Pregón de la Fiesta de los Patios».

EL PREGÓN, PROPIAMENTE DICHO.
El Pregón de Pepe, fue un pregón en el que, siguiendo a Vivaldi, jugaba en el patio con las Cuatro Estaciones; cada una daba cabida a tres patios, como las mas grandes casas de vecinos. El Verano, el patio de la playa, el del trabajo y el del Centro. El Otoño, el patio del colegio, el patio de butacas y el patio de la radio. El Invierno, el patio del Penal, el patio del Cementerio y el patio de la Navidad. La Primavera, el patio del bar, el patio de la Feria, el patio de vecinos.

El Pregonero, en plena tarea comunicadora. /Foto: Jorge Roa.

Y así lo fue desarrollando, uno a uno, patio a patio, corazón a corazón y nosotros ahora nos constreñimos en un agujero negro para dejarles unos pasajes de ese rato tan evocador y divertido de anoche, centrándonos en los patios del Centro y de la Radio.

EL PATIO DEL CENTRO.
«Por el patio del centro, sigue danzando, sólo hay que saber mirar, una cuadrilla de periodistas, fácilmente sobornables, que ejercen el oficio de contar lo que pasa en las calles a cambio de un cigarrito del carrillo Severo, una chiquita en La Burra, un café en Los Pepes, o, simplemente, la voluntad. Siempre al filo de la noticia y las aceras, es verdad que difunden rumores que rara vez se confirman. Que, como la mayoría de los políticos locales, hablan un idioma ininteligible.

Que sus ademanes tan poco versallescos y el empeño obsesivo por ajustar el paso a los demás, invitan casi siempre a guardar las distancias. Pero son los reporteros más dicharacheros del barrio viejo, y se mueven por las calles del Centro como una chirigota de desheredados.

Por ahí va Tonino, la ilusión pero también la bronca de todos los días, terror de electricistas y albañiles, trabajadores que se encomiendan a la Virgen de los Milagros cuando, desde las alturas, sienten que la escalera empieza a bailar al ritmo del bastón de esa lengua viperina tan poco dotada para la diplomacia.

Aquí llega Chamaco, en cuya voz se inspiró la niña del exorcista, bebedor insaciable, mitad marinero en tierra, mitad pirata berberisco, con camarote permanente en la antigua lonja, donde duerme rodeado de gaviotas y de gatos.

Aquél es el Baba, discípulo aventajado de Kung Fú, que soporta estoicamente callos y durezas, con tal de no someter a sus pies a esa cárcel angustiosa que son los zapatos. Su andar, deslavazado y torpe, no le impide transitar cómodamente por la vida, y él es feliz palpando el suelo sin intermediarios. Hasta luego.

Era La India, apoyada en su viejo bastón pintado con los colores de la bandera española, siempre dispuesta, también, al combate dialéctico. El del carro es el Guarigua, con sus "cemitas" que saben a gloria bendita. Y el de la boina, Romualdo, piropeador incansable de vecinas de todas las edades.

El pasado, como ven, no se ha ido. Ni tan siquiera está pasado. Y nuestros protagonistas, sólo hay que saber mirar, siguen deambulando, -un cigarrito, una chiquita, un café, la voluntad-, por las calles del centro».

EL PATIO DE LA RADIO.
En un divertido concurso, donde la inteligencia y el estar atentos nos puso a todos sobre la pista de que no hay que perder la curiosidad por saber que esto pasó en tu Ciudad al mas puro estilo mendozino, puesto en escena con las voces de Teresa Almendros, Delegada de Diario de Cádiz y el Cura --y abogado-- Ángel Angulo. Teresa preguntaba y Ángulo respondía.

«¿De dónde era el Palomo que fue testigo en la alternativa de Galloso? De Linares ¿Cómo se llamaba el caballo-anuncio de Terry, que paseaba a una bella rubia por la playa y la miraba sin cortarse un pelo de la crin? Descarao ¿Qué calle ardía, sin consumirse, cuando el Dios del Antiguo Testamento llamó a Moisés? La calle Zarza ¿Quién es el torero más fresco del barrio? El Bimbo. Hombre sosegado que tenía las llaves de la noche. El Sereno.

Sierra, entre Jerez y El Puerto, en la que hubo una autoescuela. San Cristóbal. ¿Qué fontana italiana fue durante mucho tiempo un bar entre Luna y Nevería? El Trevi. ¿De qué color era el vestido, con qué estado de ánimo apareció y cómo llegó a las puertas de la gloria el niño del pasodoble de Los Simios? Blanco, triste y gateando.

¿En qué bodega se jubiló el más famoso escudero de la literatura universal? En las bodegas Sancho. Veterano comparsista, cuyo nombre artístico no se puede comprender ni explicar. 'El Misterio' ¿Cómo se llama el banderillero que tiene una tienda de confecciones en la calle Ganado? 'El Formidable'. Femenino del asno, con reservados, en el que muchos trabajadores, tras terminar su jornada laboral, se tomaban catorce. La Burra. Playa que tiene el color de la manteca. La Colorá. ¿Cuál era el apodo del chavalillo que tuvo sus quince minutos de gloria en un programa de Torre Bruno y que se hizo viejo con la entrada de euro? 'El Pejeta'. Plaza purísima sobre la que descansa un colegio. La plaza del Ave María.

¿Qué grupo de sevillanas de los 70 fundó también una parroquia? Los del Carmen. En chino, confín de un Estado; en portuense, doctor que sigue dando nombre a un hospital. Frontela ¿Cuál es el bar de la esquina del muelle del vapor con el que algunos autónomos se refieren también al Impuesto sobre el Valor Añadido? El Liba. Bollo de pan caliente, pro hebreo, que vendía el Guarigua por la mañana temprano. Cemita. Ártrópodo crustáceo encarnado; en su segunda acepción: zona caliente de una de nuestras playas a la que acudían muchos varones para darle una alegría a la vista. El Cangrejo Rojo. Para Laurén Postigo, eran de España; para nosotros, de La Pastora. Los Suspiros».

Y concluía Mendoza: «El patio de vecinos, llevan muchos años los Amigos de los Patios Portuenses recordándonoslo, es ese lugar en el que si no entramos o nos salimos, estamos perdidos. El modelo es el patio, un patio abierto, humano, solidario y bien abastecido. Un patio acogedor para personas civilizadas. Un patio en el que todo es digno de ser discutido, excepto las condiciones que hacen posible la discusión como personas. Porque vivir juntos exige, así nos lo enseñaron nuestros mayores, aprender a convivir. Aquella gente pobre y trabajadora, para la que vivir era desvivirse, la misma generación que puso en pie el armazón ético y estético que hoy configura la mejor de nosotros mismos. Aquellas mujeres y hombres que tenían un corazón como una casa. Como una casa de vecinos».

2

"El Puerto de Santa María vive horrorizada la inminente ejecución de un pobre desgraciado. En los momentos en los que se preparaban las fiestas para la inauguración del puente de San Alejandro, ha llegado la triste noticia. El Tribunal Supremo ha confirmado la pena de muerte para Antonio Roldán y éste será ejecutado, salvo que medie a última hora el indulto del Rey, en el lugar destinado para ello en El Puerto de Santa María, es decir, la plaza del Polvorista, cerca de la ribera del río. Ayer le fue leída al preso la condena definitiva y, a continuación, fue puesto en capilla. Desde Granada y Albacete han llegado dos verdugos con los terribles instrumentos para ejecutar la pena. El triste cortejo saldrá el domingo de la Cárcel y recorrerá la plaza de la Herrería, Ribera del río, Pescadería, calle de la Aurora y plaza del Polvorista. A las ocho de la mañana debe estar cumplida la pena. El alcalde y las autoridades portuenses están haciendo gestiones para que llegue el indulto y librar a El Puerto de este suceso". Publicado hace 127 años en Diario de Cádiz. 21 de marzo de 1884.

Plaza del Polvorista, en el siglo XIX, con el Cuartel de Artillería al fondo, hoy Teatro Municipal Muñoz Seca y viviendas de empleados de Osborne.

GARROTE VIL.
«El garrote como instrumento ejecutor de la pena de muerte se comenzó a utilizar en España en el siglo  XIII, tratándose en un principio en una forma de ejecución por medio de estrangulamiento con un artificio fabricado con cuerdas y palos. Los primeros garrotes eran un simple nudo corredizo con un palo que lo retorcía y estrechaba un círculo en torno al cuello. Esta cuerda fue substituida por una argolla o collar de hierro accionado como un torniquete. Luego se le aplicó un tornillo que al girarlo, reducía el diámetro y estrangulaba .

Ejecución en una cárcel de Cuba.

Ejecución en una cárcel de Filipinas. ¡Vaya trabajito el del verdugo!

Ahora bien, mientras la guillotina no fallaba nunca en aquello para lo que había sido creada, el garrote no siempre causaba la muerte, pues su eficacia dependía en gran meddia de la fuerza física del verdugo y de la resistencia del cuello del pobre infeliz. Aún así, el nada eficaz invento lo exportamos a otros lugares del mundo, como Cuba o Filipinas, con quien tuvimos relaciones desde El Puerto de Santa María». Druida de la Historia.

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Francisco Artola Beuzón nació en El Puerto de Santa María el 4 de Marzo de 1927. La rebelión fascista de 1936 le dejó sin padre, un carpintero socialista que murió fusilado. Siendo un niño comenzó a trabajar en distintos oficios hasta que a los 18 años entró en una bodega como arrumbador. Unió su vida a la de Lola Ibáñez en 1954. Militante del Partido Comunista de España desde 1958 ha desarrollado una importante labor sindical y política , sobre todo durante la dictadura. Su trabajo político le llevó a la cárcel durante varios años.

Jueces del Tribunal de Orden Público, en Madrid, finales de la década de los sesenta del siglo pasado.

En 1970 fue detenido junto con unos cincuenta militantes de todo el Marco de Jerez de los que acabaron ingresando en prisión cinco: Paco de las Flores, Paco Artola, Paco Cabral, Emilio Chulián y  Manuel Romero Pazos con su hermano Juan. El proceso lo dirigió el tristemente célebre TOP (Tribunal de Orden Público) que aplicaba la ley 45/1959 de Orden público. Fue presidente del Foro de la Memoria Histórica de El Puerto. Y personaje protagonista de un libro parar enseñar español a los noruegos.

Dolores Ibáñez Serero, ‘Lola’, nació en El Puerto el 18 de Febrero de 1927. Trabajó desde muy pequeña para ayudar a sacar adelante a su familia, su madre y dos hermanas. Trabajó en la fábrica de fundas de garrafas que hubo en el Molino y limpió los suelos para otros. Limpiando una de esas casas conoció a Paco que pasaba cada día por la puerta camino de la bodega y allí tenía su paradita para querer y mirar.Por amor, acompañó a Paco en la vida y durante su militancia comunista de 50 años y llegado el momento lo siguió por las diferentes cárceles --Cádiz, Carabanchel, Jaén, …-- donde él cumplió tres años de cárcel; en ella confiaban las familiares de los presos para llevar sus peticiones a los carceleros.

Lola mantenía el contacto de los presos con las organizaciones solidarias del exterior. Sus hijos recuerdan como les aliviaba la ausencia diciéndoles que su padre estaba en la mili. A Lola la recordamos todos y todas trabajando siempre, de pie en la sede, en la calle, en las manifestaciones y cuando las piernas ya no la dejaron, batiendo huevos o pelando patatas en la trastienda de la caseta de la feria, sentada si, pero siempre en su trinchera discreta. Muchos y muchas no sabíamos hasta hoy ni sus apellidos pero hemos aprendido de ella la fuerza del amor y la solidaridad y el ejemplo del trabajo tesonero. Murió en 2009. (Texto: Juan Rincón).

LA VIDA DE PACO CONTADA POR ÉL MISMO.
"Me llamo Francisco Artola Beuzón estoy consumiendo el ultimo tercio de mi vida. Nací en el Puerto de Santa Maria, miembro de una familia modesta, mi padre carpintero, mi madre trabajadora domestica cuando era soltera (antes muchacha de servicios).

Soy el mayor de tres hijos, dos varones y una hembra, esta la mas pequeña. Mi hermana murió muy joven afectada de tuberculosis, por falta de medios económicos no se curó, pues aunque de estraperlo, en el mercado negro se podía adquirir la estreptomicina que a tantas personas salvó en aquella época.
Esto añadió a mi madre uno mas de sus grandes sufrimientos, pues cuando yo tenía nueve años, estalló la Guerra Civil de 1936, a mi padre en Septiembre de ese mismo año lo asesinaron por sus ideas socialistas de Carlos Marx y de Pablo Iglesias, que aun viven, digo la vigencia de su filosofía, aunque sus congéneres actuales traten de enterrarlos en lo mas profundo del globo terráqueo.

A mi madre también la asesinaron, solo que lentamente, pues una vez viuda con tres hijos de corta edad, no tuvo más remedio que ponerse a trabajar de lo que sabia hacer. Hasta para eso le pusieron condiciones.

Mi hermana no estaba bautizada por voluntad de mis padres, aunque mi padre era agnóstico, mi madre creyente y la época fue en plena vigencia de la República, acordaron que fuera ella la que cuando tuviera criterio propio tomara la determinación que más le apeteciera.

Paco Artola y su mujer, Lola Ibáñez, con su hija, en una foto familiar.

Hubo que bautizarla con cuatro años de edad, por imposición, si no era así, no admitían a mi madre en ninguna casa de lavandera. Entre las ricas del Puerto y algunas correveydiles formaban unas conferencias religiosas donde vigilaban las conductas de las personas. Todo menos persuadir a la propia Iglesia de que no apoyaran a quien faltaba al quinto mandamiento de la Ley de Dios, según la Iglesia Católica y única en aquellos tiempos. No quiero contar todas las penalidades que mi madre tuvo que soportar a lo largo de toda su vida, seria largo y muy triste.

Mi padre, profesional de la carpintería, hombre de carácter mas bien serio pero muy bueno, no lo digo yo, se lo he escuchado a muchas personas que habían tenido trato con el, incluidos algunos adversarios políticos, pues lo recordaban como una gran persona. Puedo contar muchas cosas que ningunas serian agradables y por lo tanto sigo con mi vida, aunque palparan como los acontecimientos me marcaron.

ABANDONO DEL COLEGIO.
Salí del colegio con apenas diez años, estaba en un colegio de los llamados de pago, no porque mis padres pudieran pagar, fue por parentesco entre el maestro D. Alfonso Cárdenas y mi madre que eran primos hermanos y por esa razón no le cobraba sus honorarios. Este colegio estaba considerado como uno de los mejores del Puerto, pues a el afluían los niños de clase media y clase media alta.

Escuela de Alfonso Cárdenas, en la calle Luna, frente al desaparecido Teatro Principal, hoy convertida en una entidad bancaria.

Dejé de ir al colegio porque como mi madre se tenia que ir a trabajar desde las nueve de la mañana hasta muy tarde, de noche, nosotros no teníamos quien nos cuidara ni obligara a nada, yo hice mi primera robona, la verdad es que me gusto ese régimen de libertad que experimentaba, sin darme cuenta que estropeaba mi vida para el futuro.

No muy convencido volví al colegio. El nuevo régimen obligo a todos los colegios laicos a dar el catecismo y otras obligaciones religiosas, pues en este colegio en ese aspecto lo único que se daba era Historia Sagrada como asignatura. Varios niños condiscípulos míos iban con indumentarias de flechas falangistas y ornamentadas con muñequeras y cintos cubiertos con balas y balines de fusil o pistola. Estos niños por lo visto escuchaban en sus casas las tropelías que hacían los fascistas y en el colegio las repetían con regocijo delante de mí. D. Alfonso con mucho sigilo pudo prohibir aquellos signos exteriores, pues el también tenia miedo.

Con su mujer, en una playa portuense.

PRIMEROS TRABAJOS.
Trabajé en muchas actividades distintas, cuando esto sucedía mi madre se ponía contenta, lo que no quería era que vendiera periódicos por las calles, que también los vendí, recogí maletas en la estación de ferrocarril y transporte canastas al hombro desde el palenque donde se subastaban los productos del campo a los puestos de fruta y verduras.

Mi primer trabajo donde estaba recogido un porrón de horas, era en una bodeguita pequeña que había en la Plaza Peral donde me aprovecharon bastante, pues aparte de las horas establecidas, tenía que hacer mandados para la casa, hasta que me aburrí y me fui.

DE AYUDANTE DE COCHERO.
Para no entrar en detalles después de la bodega trabajé en un Hotel de mandadero y friega platos, con un coche de caballo, de ayudante. El cochero era un sevillano que acababa de salir del Penal por delito común, un granuja, me llevaba en el pescante del milord no porque le hiciera falta, sino porque eran los tiempos de la Guerra Civil y El Puerto fue deposito de italianos que venían muchos de ellos obligados, para apoyar a los franquistas. Estos cuando pagaban el servicio le daban propina para el picolini, que era yo y el picolini no veía ni un céntimo.

TORTAS CALLEALTA Y ENOLOGÍA POULLET.
Trabaje en un obrador de tortas de polvo, merengues y bollos de leche que los hacia muy ricos Pepe Callealta. En una fabrica de productos químicos y otras materias relacionadas con el vino, su propietario era D. Rafael Poullet, su fabrica era pequeña, pero él un gran emprendedor.

POSGUERRA.
Todo esto dentro del periodo bélico español. A partir de la posguerra nuestra trabaje en una fabrica de mosaicos, de ayudante de estraperlista, en una granja de conejos, en un chalet de cochero, en este trabajo me despidieron por ladrón, pues había una cocinera de un pueblo de la sierra, creo que del Gastor que tenía al marido enfermo y preso en el Penal del Puerto por sus ideas políticas, como es natural necesitaba ayuda y mi madre también. Pues bien yo cogía parte del pienso del que les echaban a las bestias, lo metía en una talega y lo vendía, mitad para la cocinera y mitad para mi madre, esta situación duró poco, pronto me cogieron y me pusieron de patitas en la calle.

Rondaría los catorce años cuando trabajé en una granja, esta de gallinas ponedoras, para ayudar a las muchachas a la limpieza, retirar el estiércol, traer los huevos al Puerto y llevar los componentes de los piensos al campo.

Con su desaparecida compañera, Lola, en una foto para el recuerdo.

Por aquella época yo era una espindarga, solo tenia pescuezo. Cuando intentaba ligar con algunas de las compañeras, que todas me gustaban, (aunque tenía alguna predilección por alguna) me rechazaban, diciendo que era un niño muy largo. En cambio cuando se arrimaba algún camperito con traje a la medida y mascota lo aceptaban, pues estos, con el estraperlo estaban riquitos y los demás no nos comíamos una rosca. En este trabajo me cambiaron de gallinero a cochero. Trabaje la temporada de verano y me auto despedí como en otros trabajos, por incompatibilidad con los que mandaban, o por no transigir con las imposiciones agotadoras en el trabajo.

BODEGAS GONZALEZ BYASS.
La racha de muchos embarques de coñac para la Guerra Mundial, absorbió mucho personal para los embotellados y yo encajé en uno donde me dejaron parado por falta de trabajo. A partir de ahí alterne embotellado con peón de albañil y algunas paradas por medio, hasta que por fin en Octubre de 1945 me colocaron en la bodega de González Byass en El Puerto. Donde salvando los dos años de servicio militar y cerca de tres que me tuvieron secuestrado por antifranquista, fue mi lugar de trabajo hasta mi jubilación.

Un gerente de González Byass D. Rafael Fernández de Haro que vivía en una casa anexa a las bodegas del Puerto, decía de mí que era una lástima no haber estudiado alguna carrera técnica, pues creía que yo tenía aptitudes para ello. Con mi situación de huérfano todo lo más que hubiera sacado era el bachillerato, pues una carrera era del todo imposible y menos con mí lastre, pues el mecenazgo solo lo ejercían los pudientes para la carrera de cura.

EL PARTIDO COMUNISTA.
De joven por influencia quizás de lo que fue mi padre, estuve buscando al Partido Socialista en la clandestinidad, jamás di con el, en cambio no tuve que hacer muchos esfuerzos para contactar con el Partido Comunista de España, en el cual sigo militando y me siento muy honrado, pese a que le auguren un porvenir poco atractivo. Milito en el, desde Marzo de 1958. Antes había colaborado en recogidas de ayudas a los presos políticos y otros cometidos antifranquistas.

Por aquella época el Partido Comunista en la clandestinidad, a través de Radio España Independencia Estación Pirenaica. Hizo un llamamiento al pueblo español invitándoles a una jornada de reconciliación entre los españoles. Este llamamiento me hizo reflexionar y me afilié al partido, yo creo que mas por luchar contra el régimen franquista que por ideología.

En el transcurso del año 67 o 68 un amigo me presentó a un falangista antifranquista, este hombre aunque muy mayor, cuando estoy escribiendo esta líneas aun vive. El no me conocía físicamente pero si la existencia de la familia de Francisco Artola Velázquez, mi padre. Nada mas dirigirme la palabra, me dijo, «--Cuanto daño le hemos causado a sus familias ¿Vd. Que opina?» A mí en esos momentos se me arremolinaron todas las canalladas que había soportado, tanto nosotros como muchas familias, las cuales fueron sutilmente perseguidas por el régimen establecido. Me acordé de la jornada de reconciliación y le contesté:  «--Mire Vd., yo no puedo olvidar pero no pienso vivir toda mi vida odiando». «--No esperaba menos de un Artola», me dijo.

Alguien se preguntará ¿Cómo habiendo militado tanto tiempo en un partido y asumiendo cargo en el, no figure en las instituciones? Jamás lo he deseado, pienso que otras personas podrían ser más competentes que yo, además tengo un falso complejo del ridículo y huyo de lo público, el cual tal vez me traicione.

LA FAMILIA.
Dejando esa parte de mi vida y sus implicaciones políticas, hay otras mas alegres de reflejar en esta modesta presentación. Se trata de mi compañera y mis hijos. Vivimos una larga etapa de novios, nueve años, pues no había forma de unirnos por escasos ingresos los míos y nulos los de ella. No quiero contar las vicisitudes que pasamos los dos, esto seria motivo de otro capitulo y no es mi intención.

Con Lola, su mujer, en unos Carnavales.

La verdad es que dentro de nuestras carencias económicas, hemos sido y aun somos muy felices en nuestro matrimonio. Fruto de nuestra pareja tenemos dos hijos, una hembra y un varón, la hembra nos ha dado tres nietas y el varón dos nietos, esta descendencia nos han transmitido un extremado cariño, el cual nos ha servido de estimulo para vivir.

De izquierda a derecha, Paco Artola, Manuel Moro y Carmelo Ciria, durante el Primer Encuentro Provincial Republicano celebrado en las Dunas de San Antón el 10 de octubre de 2009.

Tal vez haya pasado por mi vida la oportunidad de vivir un poco mas desahogado económicamente, pero tengo un hondo sentido de la colectividad y si hubo ocasión no supe atraparla habiendo perjudicado a mi familia, a la cual públicamente pido perdón".  (Texto: Paco Artola Beuzón. 14 de febrero de 2008).

3

Paseo de la Victoria cuando aquel parque neoclásico estaba en todo su esplendor: las cuatro estatuas de terracota representaban a las Cuatro Estaciones.

Con la reciente remodelación, entre los elementos ornamentales clásicos de este Parque, han vuelto a presidir mediado el recinto estas réplicas en mármol de las cuatro estatuas  que antaño estaban a la entrada del mismo, cuyos originales se encuentran a salvo de los vándalos en el Museo Municipal. Es decir, que sobre los pedestales donde otrora estaban las terracotas de Las Cuatro Estaciones Vestidas, hoy están Las Cuatro Estaciones Semidesnudas de mármol, acaso más protegidas en el interior, que en la fachada del Paseo. Empero, sin vigilancia ¿cuanto durarán las estatuas y demás mobiliario urbano que se acaba de incorporar al Paseo? /Foto inferior: Fito Carreto.

Fernando Sánchez García nos envía estas cuatro imágenes --óleos sobre tabla de 32x43 cms.--, que fueron pintados cuando los originales desaparecieron de la fachada del Paseo, imaginamos que ante el temor de que sufrieran actos vandálico y que podemos ver en la foto inferior.

Fernando reflexionaba, imaginaba y pensaba que...

De ellas se dice que decían:
I.  ¡Estoy de El Puerto hasta aquí!
II. Yo voy a juntar para irme.
III. Yo ya he juntado.
IV. Pues yo ya me voy.
¿se fueron para siempre?     ¿volverán?

Fernando Sanchez García.

I.  ¡Estoy de El Puerto hasta aquí!

II. Yo voy a juntar para irme.

III. Yo ya he juntado.

IV. Pues yo ya me voy.

«Tu hermosura nos la mostraba antes de entrar en ti, presidiendo tu entrada cuatro cariátides sin arquitrabe que sostener; solo sosteniendo, la inmensidad del espacio. Estas esculturas representaban las cuatro estaciones del año, que por fortuna, después de haber ornamentado el chalet de algún munícipe colaborador del régimen anterior, se encuentran hoy depositadas en el museo municipal para su restauración». Paco Artola Buzón.

Más información: El Paseo de la Victoria, la Memoria Amputada.

El 13 de agosto de 1937 nace Federico Rodríguez García, ‘el Cote’ a la corta edad de cero años, en Sanlúcar de Barrameda, en el seno de una modesta familia que por aquel entonces ya contaba con tres hijos, pero que no había hecho nada más que empezar a ‘producir’, pues lo intentaron como unas 10 veces más. Nació el mismo años que otros casi tan famosos como él, tales como Lina Morgan, Amparo Baró, Robert Redford o Jane Fonda.

Si bien es cierto que ‘el Cote’ no niega haber nacido en Sanlúcar, al igual que Dolores, su madre, no lo es menos e insiste en ello que se crió y se considera de El Puerto. ¿Acaso por un pique con su padre, Antonio Rodríguez Tello, ‘el Rubio’? Su padre, figura carnavalesca portuense, procedente del mismísimo Cádiz y bautizado en Sevilla –y por lo tanto un poco señorito, suponemos--. O será porque no aguantó ni cuatro días de vida en Sanlúcar antes de que se lo llevaran a El Puerto. Los hay flojos.

En 1937, ajenos a semejante evento, tropas de japoneses un poco siesos atacan con gas a chinos en Shanghai, impidiendo con bastante antelación la apertura de unas dos millones de tiendas en España, de las cuales un buen puñado abrirían en El Puerto. Y luego nos quejamos de la crisis, como si fuera sólo culpa de nuestros gobernantes. El 14 de enero fallecía en El Puerto, José A. Ruiz de Cortázar y Sanginés, Interventor de Fondos del Ayuntamiento, casado con Luisa Tosar y Zurututza, apellidos de mucho ringo rango en nuestra Ciudad. Fueron alcaldes de El Puerto, Francisco Quijano Rosende y Antonio Rives Brest.

Los Burros Inteligentes. 1961.

Fantasía Bandolera. 1962.

CURRÍCULÁ CARNAVALERA.
Desde pequeñito, como el arbolito, se mete en el mundo del Carnaval y ya muy joven, con 24 años empieza a cosechar éxitos en el Gran Teatro Falla, como autor. En 1961 obtiene el segundo premio por su letra ‘A las provincias andaluzas’ interpretada por la agrupación ‘Los Burros Inteligentes’, ese año en fuerte disputa con ‘Los Quasimodos’ de Manuel Camacho Francés, ‘el Chusco’, con la que hubo una fuerte y sana competencia. Al Año siguiente, 1962, obtiene el primer premio por la presentación de la agrupación ‘Fantasía bandolera’. Será en 1963 cuando, en colaboración con el citado ‘Chusco’ revalida el primer premio por la autoría de ‘El lazo del matrimonio’ interpretado por la agrupación ‘Los Maridos Modelos’. Ya en 1965 con la agrupación ‘Los Amigos de la Capa’ revalidará otro primer premio por la letra ‘Un recuerdo’ y, al año siguiente, en 1966 otro primero por la letra de ‘La inundación de Chiclana’, con la agrupación ‘Los Gondoleros de Venecia’. /En la imagen de la izquierda, busto de José Camacho Francés, 'el Chusco', existente en la calle Guadalete. (Foto: Col. José Luis Sara).

LLEGA A MADRID.
Estamos en 1967. ¿Qué se le habría perdido en Madrid, que estaba por entonces repleto de madrileños, aunque mucho menos devastado que cuando nació? La respuesta básica la podemos encontrar en su amor al Carnaval, que le lleva de gira por toda España con la Peña ‘Los Majara’,  de la que es coautor habitual junto con Manuel Camacho Francés, 'el Chusco'. Intervienen en la grabación del especial de Nochevieja de TVE caracterizados como The Beatles. /En la imagen de la izquierda, 'el Cote' con su entonces novia el 30 de octubre de 1967.

En 1969 perpetra matrimonio en Madrid. Una respuesta más profunda y definitiva a  ¿Que se le había perdido en Madrid?, o más bien a lo que había encontrado en Madrid, lo que le retuvo algo lejos de su querido Puerto de Santa María. De por vida, en lo sucesivo y hasta la fecha, es el amor de su vida y a la que continúa considerando un bombonazo, Gloria Llorente Fernández, con la que posa en esta foto.

Después de muchas horas extras, en pastelerías varias, y trabajos alternativos, alguno muy sospechoso porque los desempeñaba de noche, nace su hijo Enrique el 2 de marzo de 1974. A pesar de lo guapísimo que era y sigue siendo, nadie se atreve a dudar que es suyo. La prueba de que le salió tan bien está en que no le hizo falta tener más.

HOMENAJE EN CHICLANA.
En 1985 es homenajeado en Chiclana de la Frontera, en la ‘V Noche grande del Carnaval’, por la letra de su pasodoble ‘La inundación de Chiclana’, relativa a una espectacular riada que había tenido lugar en la ciudad años atrás, y que resultó premiada en 1966 por el jurado del Concurso de Agrupaciones. El protagonista del texto de la canción, "un niño con una pala, quitando barro con ganas", que de niño había ayudado a pulso a superar la tragedia, le hizo entrega en persona de un cuadro con una escultura de Ignacio Felgueras, que ahora decora su salón comedor, junto a las pinturas que él mismo ha ido ‘plagiando’ de artistas como el mismísimo Velázquez. Comparte auditorio con su familia y con el entonces vicepresidente del gobierno, Alfonso Guerra, apodado en vivo y en directo "borrico" en una de las actuaciones. Con ‘doh cohone’..
Para escuchar el pasodoble, pulsar aquí.

PREGONERO EN EL PUERTO.
En 1993, siendo concejal de Fiestas el independiente Jaime Gutiérrez Perea, es elegido para pronunciar el Pregón de Carnaval de El Puerto. La emoción le embarga en el tablao instalado al efecto en la Plaza de las Galeras Reales, al que llegó en un coche de época del amigo Fosco Valimaña, siendo presentado por el desaparecido Paco Soto. El embargo emocional, la capa española que lució en recuerdo de aquellos 'Amigos de la Capa', y las copas de vino fino de El Puerto consiguieron que el Pregón fuera, realmente, embargado.  (No comment). Tampoco nos consta que tuviera más embargos. Actuaron tres comparsas: 'Los Griposos' con el ex alcalde Gómez Ojeda como integrante, 'Los Bartolos Vagos' y una tercera cuyo nombre  era 'Los reyes de la paciencia' relacionada con la pesca y los pescadores.  /Foto: Col. José Luis Sara.

El año 2001 asiste a la lectura del Proyecto de Fin de Carrera de su hijo, Ingeniero de Telecomunicaciones por la UPM (“las siglas, las abreviaturas y los cuernos solo los conoce el que los pone”). En el fondo, nunca le ha gustado mucho la fama que le precede,o. Cuentan que declaró: "--Hoy vengo como 'padre de', y no como yo mismo. La estrella es él. Por favor, respetadlo".

El 10 de agosto de 2010 adelanta la celebración de su 73 cumpleaños, en compañía de sus seres queridos que se encuentran lo bastante cerca como para hacerle el favor de ir a degustar sus tartas. Por falta de existencia de velas suficientes, que hubieran hecho parecer este cumpleaños una procesión, se recurre a 7 velas de un color, y 3 de otro. Aqui podemos observarle soplando... las velas, claro. En la actualidad permanece en Madrid, jubilosamente jubilado, pendiente del Carnaval en la distancia. (Texto: Enrique R. Llorente).

De izquierda a derecha, ‘el Chique’, Modesto Barragán, Jesús Franco del Valle, Manolo Casal, Luis Galán, Juan Franco y Francisco Andrés Gallardo. La instantánea está tomada en un Festival de Carnaval que se celebró en el entorno de la Ribera, en un casco bodeguero, hace ya 14 años, cuando los protagonistas de la imagen no peinaban canas ninguno de ellos. Era la entrega  del Puente San Alejandro de la Peña ‘El  Corribolo’ para Manolo Casal fue el  25 de enero de 1997. El acto fué presentado por Francisco Andrés Gallardo  y Modesto Barragán fue el que introdujo al premiado.

La peña cultural y carnavalesca Corribolo  había decidido por unanimidad de su junta directiva otorgar el IX Puente  de San Alejandro al entonces jefe de informativos de Canal Sur Radio, el isleño Manuel Casal , quien estuvo durante un tiempo vinculado a El Puerto trabajando en la emisora local de la Cadena SER  (1985-1989), hasta que se incorporó a Canal Sur. Pero se comprometió a hacer el Carnaval de 1989, y ahí estaba  el profesional, el periodista, manteniendo el compromiso. Manolo Casal fue el pregonero de 1988. Inolvidable.

La junta directiva del Corribolo  había decidido, como decimos,  otorgarle esta distinción para reconocer así su «larga y dilatada carrera por difundir la cultura más genuina y popular, como lo es el Carnaval de la Bahía de Cádiz». La directiva de la peña señalaba en un comunicado que en esta entidad, como «en todas las peñas portuenses, nunca podremos olvidar aquellos años en que la cañailla voz empezó a calar hondo en nuestra Ciudad, donde a través de la radio fue un sabio difusor de nuestras culturas y costumbres».

El Corribolo  quería agradecer así a Manuel Casal  la importancia que otorgaba al Carnaval en Canal Sur Radio y Televisión, y pretendía que la concesión de este galardón al locutor de ese medio «sirva también para afianzar estrechamente nuestros lazos con el Guadalquivir y para que Manuel Casal  guarde siempre en réplica uno de nuestros tesoros -el desaparecido pero recordado por todos puente  de San Alejandro- en lo más hondo de su corazón».

Rafael Ciria, ‘Majara' y rociero, socio fundador de la peña Corribolo , también fue distinguido esa noche.Diversas agrupaciones ofrecieron sus ensayos generales en la cita celebrada aquel viernes, que se extendió hasta entrada la madrugada. El acto se celebró en la discoteca Otro Mundo, en Pozos Dulces. ex Taxco, al lado de Bodega El Cortijo; ahora es un restaurante.

Manolo Casal  ostentaba en aquellos años la dirección de los espacios y retransmisiones de Carnaval en Canal Sur. Luego sería Jefe de los Servicios Informtivos, Director de Canal Sur Radio y, en la actualidad, es Director Comercial de la RTVA.

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Luis Galán, en el muelle del Vapor, detrás el río Guadalete.

Luis Galán Pérez nace en la calle Yerba el 7 de Noviembre de 1.962 en el seno de una familia humilde y trabajadora. Hijo de Carmen y de Luis, ambos nacidos en El Puerto. Su padre, actualmente jubilado, fue carpintero y ebanista de los de siempre, por lo que Luis pasó su infancia entre olores de serrín y de geranios del patio de su casa. Una casa familiar del Barrio Alto conocida popularmente como la casa de María la de Guindate, tía abuela de Luis. Su bissabuelo era Antonio González Franco, hermano de Abelardo, ‘el Manco Guindate’ o ‘Manco de los Cuatro Mil Reales’, con nótula núm. 495 en GdP. Es el menor de dos hermanos, y aunque el mayor, Pepe Galán, siempre demostró una afición desmesurada hacia la tauromaquia, Luis prefería oír música y devorar libros de cualquier tipo.

DESDE PEQUEÑITO.

De niño, compartía su tiempo jugando a ‘la palmá’ entre la calle Santa Fe, Mazuela, Yerba y especialmente… la calle del Ganado. Era fiel visitante de la antigua Biblioteca Municipal ubicada por aquel tiempo en el anexo del Ayuntamiento, en la Plaza Isaac Peral, donde Antonio Femenía, bibliotecario, archivero y corresponsal de Diario de Cádiz, le proporcionaba libros que, por su ubicación en las estanterías altas, no podía atrapar. Descubre la poesía de la Generación del 27 y fascinado, comprende que aquello le iba a marcar para toda su vida. Tanto es así, que se aísla, se aparta del resto de los niños del vecindario para dedicarse casi en exclusiva en su tiempo libre a la lectura y la escritura, comenzando a elaborar cuentos a la edad de 9 años. Los veranos de la infancia de Luis eran en la playa de La Puntilla y, gracias a una caseta de madera de franjas rojas y blancas construida por su padre, podía incluso dormir allí la mayoría de las noches. Así que vivió muchos amaneceres en la playa que más tarde se convertiría en su mayor fuente de inspiración para las coplas de Carnaval. Su playa, --su novia, como él la define--, sería una constante en sus letras.

Pepe y Luis Galán, en una foto 'oficial' en el Colegio Safa.

EN EL COLEGIO.

Comenzó sus estudios en las Escuelas Profesionales Sagrada Familia, pasando luego a Safa-San Luis tras la unión de ambos centros. Durante la mayoría de los cursos, sería elegido Delegado, llegando a asistir a los claustros de profesores reivindicando los derechos de los alumnos, algo impensable en aquella época. Allí haría sus primeros pinitos en su gran afición: la escritura. En el colegio reconocen sus cualidades concediéndole diversos premios literarios a nivel interno. Sus redacciones son leídas de forma reiterada por los profesores al resto de la clase. Destacó ganando concursos de redacción de Navidad con Amor, Cuentos de la Hispanidad, y otros concursos de ámbito local e incluso regional. En Antonio Nogués Ropero, su querido profesor, encontró un aliado perfecto para sus inquietudes literarias, siendo éste su acompañante a Sevilla cuando se alzó con el segundo premio de Andalucía de Redacción.

Comparsa 'Lunarito Flamenco'. El primero por la derecha Pedrito García y el tercero Luis. También aparecen Ramón García Núñez y Eduardo García Leiva. EL

CARNAVAL, DESDE LOS 15 AÑOS.

Con quince años, y compaginando sus estudios de Administrativo, escribió su primera comparsa: ‘Lunarito Flamenco’, de la mano de su gran amigo y descubridor: Pedrito García. Cuenta Pedrito que Luis entró en la comparsa como componente, ya que su afición le venía de oír a uno de los hermanos ‘Guarigua’ y a su tío Antonio ‘Guindate’ cantar coplas de ‘Los Cuasimodos’. A los pocos días de ensayo, Luis se ofreció a poner letra a la música, y ahí empezó todo. Al día siguiente de ofrecerle la oportunidad de probar con su faceta como letrista, entregó cuatro pasodobles completos y de una calidad extrema. Tanto es así que en Cádiz criticaron que los mayores escribiesen para adultos, ante el desconocimiento que el autor contaba con quince años. A posteriori, la prensa se retractó y comenzó la leyenda.

Comparsa Infantil 'Los Lazarillos'. Primer Premio Infantil en 1979.

PRIMER PREMIO INFANTIL EN EL FALLA.

Sería al año siguiente, en 1.979, con ‘Los Lazarillos’, cuando Luis asumiría la autoría completa de la agrupación y consiguiera el Primer Premio de Comparsas Infantiles del Concurso Oficial del Teatro Falla.

La comparsa 'Húngaro Gitano' de 1979

PRIMER PREMIO JUVENIL EN EL FALLA.

Ese mismo año, 1979 Antonio Catalán, mítico director de Cádiz, le ofrece la oportunidad de escribir una comparsa de las consideradas de élite, ‘Húngaro Gitano’, entrando en la Gran Final de Adultos. Su carrera en el mundo del carnaval había comenzado. Al año siguiente, vuelve a conseguir el Primer Premio, esta vez en la modalidad de Juveniles con la comparsa ‘Niños de Écija’.

'Niños de Écija'. José María 'el Vinagre' es el primero por la derecha.

SERVICIO MILITAR, CALABOZO Y PRIMEROS PREMIOS.

Su consagración definitiva en la modalidad de Adultos, la consigue con la histórica ‘Heridas de España’, en el año 1.982, comparsa recordada por todos los aficionados y cantada por la mayoría de componentes de todas las agrupaciones. En 1.983, consigue hacer doblete: Primer Premio de Comparsas, con ‘Don Dinero, y Primer Premio de Chirigotas, con ‘La Quinta de Beethoven’. Es sacado a hombros al más puro estilo torero del desaparecido Teatro Principal.

Primero Premio de Comparsas 1983. 'Don Dinero'

Primer Premio de Chirigotas 1983. 'La Quinta de Beethoven'. Estas dos agrupaciones las escribe realizando el Servicio Militar, aprovechando el tiempo que pasa en los calabozos para escribir. No en vano, a causa de su rebeldía ante el ejército, pasa mucho tiempo en arrestos contínuos hasta el punto de que los mandos del cuartel deciden ‘licenciarlo’” tres meses antes con permiso indefinido hasta el día de la finalización de la prestación militar, por entonces obligatoria.

'Heridas de España', en 1982. En el centro de la imagen, aparece el padre de Luis.

LA GENTE DEL PICK UP.

El productor discográfico Rafael Izquierdo, concierta una entrevista con el coronel para que Luis pueda asistir a la grabación de la agrupación ‘Heridas de España’, cuyo repertorio también lo finalizó en el cuartel. En la negociación para la concesión del permiso, Luis acepta disolver una especie de comuna creada dentro del cuartel, aunque nunca cumplió con su pacto y siguió al frente de 'La Gente del Pick Up', convirtiendo dicho grupo de rebeldes en una chirigota a petición de los mandos del cuartel para que actuasen en la fiesta de la Patrona del recinto militar. La sorpresa fue mayúscula cuando todos esperaban algo dicharachero y el repertorio estaba plagado de quejas, reivindicaciones y críticas al Ejército y a los mandos con nombres y apellidos, siendo arrestado de nuevo.

Fotografía histórica con los autores del Carnaval Portuense, en 1984, en los comienzos de la restaurada fiesta en El Puerto.

Luis Galán, recogiendo en 1986 de manos del concejal de Fiestas de El Puerto, José Luis Sánchez Alonso, el Premio para su comparsa 'Poquita Cosa', en presencia del también concejal Manuel Rodríguez y el colaborador de la Comisión de Carnaval, Sr. Pérez.

CAMBIO DE RESIDENCIA.

De vuelta a su trayectoria carnavalesca, siguió cosechando éxitos y premios hasta que en 1.987, se traslada a Andalucía Oriental a trabajar en Pepsico Foods International, como Administrativo y posteriormente como Jefe Regional Administrativo, residiendo en Málaga, Granada y Almería.

En 1992, recogiendo el IX Vapor de Oro que otorga la Peña 'La Mezquita'.

PREGONERO Y VAPOR DE ORO.

Hace 19 años, en 1.992, El Puerto le rinde homenaje nombrándole Pregonero del Carnaval de nuestra y 'Vapor de Oro' de la Peña 'La Mezquita', realizando un Pregón itinerante por los rincones más carnavalescos de la Ciudad. No se guarda copia alguna del Pregón de Luis Galán, ya que fue recitado íntegramente de memoria. Para el pregón, sus amigos y antiguos componentes de agrupaciones suyas del Bar Camas, montan la 'Antología de Luis Galán', estrenando varios pasodobles. Quedaría para la historia el pasodoble a la Calle Luna, cantado por primera vez en la inauguración de la remodelación de dicha calle, que reproducimos en los comentarios, pulsando más abajo.

'Antología de Luis Galán', creada para el Pregón de Carnaval de El Puerto 1992.

LOS GITANOS. Regresa a El Puerto en 1994, y en 1.997 entra de lleno, de nuevo, en el mundo de Carnaval, formando el grupo conocido como la comparsa de ‘Los Gitanos’. Tras dos clasificaciones seguidas en semifinales, en el año 1.999, año glorioso para el Carnaval porteño, consigue el Primer Premio absoluto en Cádiz, con la agrupación ‘La Parra Bomba’. Ese mismo año es premiado con el Premio Pemán de las Letras, se le otorga la insignia ‘Gaviota de Oro’ de Cádiz y obtiene el Primer Premio de Pasodobles.

Luis Galán, cantándole a 'la mas grande' Rocío Jurado, con la comparsa de 1999 'La Parra Bomba', la obra cumbre, hasta ahora, de nuestro protagonista.

Este año cumplió su sueño como comparsista: ganar los tres primeros premios en las tres categorías de la comparsa, Infantil, Juvenil y Adultos. Como anécdota curiosa, peculiar y hasta sublime de este año, Luis decide cantar en la Gran Final del Teatro Falla un pasodoble dedicado a la Playa de La Puntilla, hecho inédito hasta ahora, esparciendo literalmente arena de la playa portuense recogida por él mismo horas antes de actuar, por todo el escenario del Teatro capitalino. En los comentarios, podremos leer el pasodoble 'A La Puntilla desde Cádiz'.

En los camerinos del Falla, tras la actuación de la comparsa 'Marinero en Tierra'. De izquierda a derecha, Juan Antonio Guerrero, concejal de Fiestas de Cádiz, María Asunción Mateo, Vda. de Rafael Alberti, Luis Galán, Fernando Gago, concejal de Fiestas del Ayuntamiento de El Puerto y varios componentes de la agrupación. Año 2000.

ESCRIBE A LOS MAJARAS. Es al año siguiente, año 2000, cuando salda una vieja cuenta pendiente: escribir a ‘Los Majaras’ y lo hace de la mano del músico y amigo Vicente Esquerdo, bajo la dirección de Pedro, el ya mítico estandarte de las coplas de Carnaval en El Puerto, con la comparsa 'Marinero en Tierra'. Aquel que cuando Luis era un crío leía las letras de sus agrupaciones infantiles tras la barra del bar Los Majaras en la calle del Ganado, ese año las canta y consiguen meterse en la Final del Concurso de Agrupaciones de Cádiz.

Con el maestro Rafael de Paula, en el Pub 'El Convento'. Año 1999.

Por aquel entonces, Luis Galán trabaja como encargado y administrativo del desaparecido Pub El Convento, donde vive la noche y la bohemia y aprovecha para conocer a un sinfín de personajes famosos que pasan por allí. Comparte noches de arte y conversación con Rafael de Paula, Javier Ruibal, Silvia Marsó, Joaquín Sabina, Vittorio y Luchino, Pau Dones, María Pineda, Emilio Muñoz, Ángel Nieto, y otras muchas caras conocidas..

Con el maestro de periodista y letrista, Antonio Burgos Berlinchón.

PREGÓN DE LOS PATIOS.

En el año 2000 recibe el galardón ‘Puente de San Alejandro’ de la Peña Corribolo, y en el año 2002, comienza a colaborar con Mar Barrera en su programa matinal de la cadena SER con una sección semanal titulada ‘Desde La Puntilla’, a la vez que escribe semanalmente una columna de opinión en la edición de El Puerto en Diario de Cádiz. Ese mismo año es elegido para pregonar la Fiesta de Los Patios, entregándose por completo a su barrio, con el que siempre se ha sentido comprometido.

En el Bar 'La Gallera', de izquierda a derecha, Luis Galán, José María 'el Negro', Fermín, Antonio Martín, Enrique Gago y Juan. Año 2003.

SAN ROQUE, MÁLAGA Y… PERSONAJE ENTRAÑABLE

En el 2005, es elegido ‘Pito de Oro’, año en el que se retira del mundo de Carnaval ya que su nuevo destino laboral, San Roque, donde ejerce de Administrativo en una empresa constructora, le impide vivir los ensayos día a día, aunque colabora con varios tangos del Coro de La Viña de Cádiz. Un año más tarde se traslada a Málaga, donde conoce a la que hoy es su pareja, Mar García Barranquero. Durante estos años, ha colaborado de forma anónima con varias agrupaciones del Puerto y de Cádiz, y aunque su nombre no figura en la autoría, los buenos aficionados reconocen cada letra que aporta. En el año 2010, recibe un nombramiento que Luis, como él mismo declaró, nunca pensó que le otorgaran: 'Personaje Entrañable', --vaya con el nombrecito-- del Carnaval de El Puerto ya que debido a sus letras comprometidas, nunca dejó indiferente a nadie.

De izquierda a derecha, Luis Galán, Antonio Catalán, Antonio Martín y José María 'el Negro'.

LOS AMIGOS.

Entre sus amistades de siempre, cabe destacar a José María García Flores ‘el Negro’, quien ha compartido con él muchas facetas y aventuras, Vicente Esquerdo, Javier Benitez ‘Gran Visir’, José Luis Sánchez ‘el Selu’, Manuel Gordillo ‘el Muerto’, Francis Muñoz ’el Torero’, Raul Villanueva, Paco Guerrero ‘Paquito Web’, Juan Luis Rincón Ares, con quien comparte opiniones y escritos y, como no, al desaparecido Paco Soto, con quien vivió madrugadas de conversaciones sobre la fiesta que los unía. A este elenco más íntimo, habría que sumar decenas de amistades cosechadas a través de tantos años de Carnaval.

De izquierda a derecha, Javier Ruibal, Luis Galán, Manuel Gordillo 'el Muerto' y el desaparecido Paco Soto.

LA MÚSICA: MIKE OLDFIELD.

Al margen de su afición principal, el Carnaval, Luis Galán siente debilidad por la música, destacando predilección por su paisano Javier Ruibal, con quien mantiene una antigua amistad. Admira profundamente a Mike Oldfield, habiendo realizado miles de kilómetros para asistir a sus conciertos, llegando a incluir en su comparsa ‘Por Cai Repicando’ las famosas campanas tubulares que hizo importar de Irlanda.

LA LITERATURA.

Entre sus autores literarios favoritos, se encuentran Herman Hesse, Antonio Muñoz Molina, Carlos Ruiz Zafón, Friederich Nietzsche, José Saramago y los poetas Miguel Hernández y Rafael Alberti, rindiendo un homenaje personal a este último con su Comparsa ‘Marinero en Tierra’, cuyo repertorio supervisó la propia María Asunción Mateos, aportando su voz en off en la presentación. Dicha presentación, en palabras de María Asunción, parecía escrita por el propio Rafael.

Luis Galán, disfrazado de Quasimodo, con el futbolista porteño Joaquín.

En el año 2004 colabora muy implicado en el pregón de Joaquín Sánchez, con quien inicia una amistad que hoy persiste, y ese mismo año, compone su última agrupación, contando con la música de Antonio Martín, viéndose cumplido uno de sus sueños: poner letra a la música de unos de los autores más admirados de la historia del Carnaval. En los comentarios, podremos leer el último pasodoble que Luis le escribió a El Puerto.

Con 'el Negro' y Vicente Esquerdo, en la Taberna Obregón.

AÑORANZA.

Lejos de El Puerto, añora las albóndigas del Bar Vicente, las merluzas rebozadas de Casa Paco Ceballos y las galeras de El Pescaíto; el Vino Fino en rama de la Taberna Obregón en la calle de la Zarza, la cervecita y la miel de Ultramarinos La Giralda, las coquinas del coquinero de la calle La Palma, la butifarra de los tablajeros Ortega y el Lengue, y los olores a vino por las calles de las bodegas --por Campo de Guía-- y los aromas a océano que respiraba desde una piedra del espigón que la considera su piedra. Siente nostalgia de aquellos paseos por la Bajamar hasta llegar a La Puntilla, los churros de la Placilla, las papas fritas del Parque Calderón, el café al caer la tarde en El Castillito, y como no, todos los días a las nueve de la noche, recuerda que es la hora del ensayo, pero que no asistirá.

Con su pareja, Mar, en la Playa de La Puntilla.

En la actualidad vive en Málaga, dedicado a su trabajo como Jefe de Servicio en Peugeot, y tras varias relaciones, confiesa haber encontrado la paz y la felicidad con la que hoy es su pareja: una malagueña llamada Mar. Parece ser que la unión del Mediterráneo y el Atlántico es posible en la vida de este autor inquieto, comprometido, portuense, gaditano, y sobre todo, enamorado de su playa de La Puntilla.

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Juan Muñoz, en las antiguas puertas de Taquilla de la Plaza de Toros. (Foto: Fito Carreto).

Juan  Muñoz Aparicio nació en 1934 en la calle Nevería, 32 --en el lugar que luego estaría ocupado por una fonda--, primer hijo del matrimonio formado por Juan Muñoz Villanueva (+1939) y Luisa Aparicio García (+2000). Su otro hermano, Manolo, con nótula núm. 803 en GdP y su primo el cura Juan Carreto, con nótula núm. 904 en GdP, huérfano de madre al fallecer ésta en el parto sería, prácticamente, el tercer hermano. Falleció el año 2005.

En la imagen, el Batallón Infantil, en formación por las calles de El Puerto en 1934, el año del nacimiento de Juan.

En 1934, el Ayuntamiento estuvo presidido ese año por tres alcaldes, desde junio del año anterior hasta marzo, por Francisco Cossi Ochoa; de marzo a Octubre, por Francisco Tomeu Navarro y, desde octubre hasta enero de 1936 por José Luis Macías Caro, padre de Luis Macías Rubio. El Consistorio, creemos que en el último trimestre del año, acordó que fueran días festivos locales, las festividades religiosas del Corpus, la Virgen del Carmen y la Virgen de los Milagros. Rafael Alberti funda junto a su esposa, María Teresa León, la revista revolucionaria ‘Octubre’ e iniciará una gira por diversos países americanos. Alberti publicará, ese año, ‘Bazar de la Provindencia’ y ‘La farsa de los Reyes Magos, dos farsas revolucionarias’. Agrupaciones carnavalescas de El Puerto participan en el Carnaval de Isla Cristina (Huelva).

El Teatro Principal, cerró sus puertas durante la Semana Santa, de 1934 reabriéndolas el sábado de Gloria, con la película ‘Melodías de Arrabal’, en la que intervenía Carlos Gardel junto a Imperio Argentina.

Manolín y Juan Muñoz Aparicio, en una foto oficial del Colegio de Alfonso Cárdenas.

Pero volviendo a nuestro protagonista, Juan se quedó huérfano de padre muy pronto, con apenas cinco años por lo que su madre, Luisa ‘la del Cosario’, viuda a los 33 años y con otros familiares a su cargo, fue la que sacó adelante a esta familia numerosa y ya, monoparental. Juan vivió una infancia difícil en plena Guerra Civil y posguerra.

El colegio de Alfonso Cárdenas, en la calle Luna, frente al dessaparecido Teatro Principal.

Estudió en el colegio ‘privado’ de Alfonso Cárdenas, en la calle Luna, cursando a continuación Comercio, estudios que abandona pronto para incorporarse al mundo laboral, algo que será una constante para el resto de su vida.

Empezó muy pronto, en el Cosario --mezcla de agencia de transportes, mensajería y gestoría--, situado en la esquina de Nevería con Palacios, frente al Bar Apolo. El Cosario Vda. de Juan Muñoz  desaparecería en 1971, con la llegada de las modernas agencias de transportes. Allí laboraban hasta los domingos.

| Antonio Gil y Juan Muñoz en el escritorio de Conservas Sur.

CINCO TRABAJOS A LA VEZ.
Juan llegaría a estar trabajando hasta en cinco sitios simultáneamente: a las seis de la mañana entraba  en una bodega. A las ocho, en la desaparecida fábrica de Conservas Sur. A las dieciséis en los desaparecidos Tejidos López, en calle Nevería. A las dieciocho, como representante de Conservas Sur, en Jerez. Y, además, era Subjefe de Taquillas en la Plaza de Toros, bajo las órdenes de Juan Martín Vélez y con Antonio Gil como compañero.

La fábrica de Conservas Sur, con nótula núm. 333 en GdP, recordaba Juan, eran una fábrica de ‘delicatessen’, productos tales como la mermelada de naranja agria de los árboles de las calles de El Puerto, se vendía en el Corte Inglés y en Inglaterra y en Alemania las sardinas en aceite sin piel ni espinas. La Salsa India, o la de Tomate, hubieran triunfado hoy ante los paladares más exigentes.

De pie, de izquierda a derecha, José Arjona González, Juan Muñoz Aparicio, María Isabel Morató Payares, Guillermo Romero Rivas, Francisco Bollullos García, Manuel García Sánchez y Jesús Ruiz. Agachado, desconocido y Antonio Gil González.

PRIMERAS VACACIONES, EN LA MILI.
Las vacaciones las disfrutó, por primera vez, durante el Servicio Militar, con 19 años, en el buque escuela de la Armada Española, Juan Sebastián Elcano, como marinero de reemplazo. Allí engordó 10 kilos durante nueve meses, los que duraron el viaje de instrucción de los guardamarinas. Y las siguientes vacaciones, 21 años después, cuando entró a trabajar en la desaparecida Caja de Ahorros de Cádiz --hoy integrada en Unicaja-- lo que le permitió prescindir de otros trabajos complemenarios. Y es que Juan, si pensaba que más cornadas daba el hambre, nunca permitió, a fuer de trabajar y trabajar,  que le cogiera ese toro.

En el desaparecido campo de fútbol ‘Eduardo Dato’. de pie de izquierda a derecha, José Arjona González, Manuel Jurado (trabajaba en la Cruz Campo), Joaquín Camacho Gordillo, Agustín Fernández González, Juan Garcelá, José Antonio Lojo Rodríguez, Manuel García Sánchez, Guillermo Romero Rivas, Antonio Gil González. Agachados: Manuel Jarque "Chicharito", Fernando Arjona González, Carlos Quiñonero Anguiano, Carlos Quevedo Janina, Juan Muñoz Aparicio, desconocido, desconocido.  Delante: José Lucas Morillo León, recién salido de una enfermedad por eso no jugó, recibiendo un homenaje de sus compañeros y amigos. (Foto: Fariñas).

Una prolífica vida laboral en la que fue cosechando amistades y conocimientos para sacar adelante, también, a la que sería su abundante prole. Casado con Carmen Rivas Acal, tuvo siete hijos y un agregado viviendo con ellos --siempre le gustaron mucho los niños-- a los que podía ver poco, pero a los que su mujer supo dar una sabia educación para que todos salieran adelante, además de los nueve nietos que les dieron.

De izquierda a derecha, Ramón Bayo, Juan Muñoz, José Luis Tejada, José Antonio Lojo, Andrés Perles y Francisco M. Arniz. Precisamente se trata de la inaguuración de la Exposición de Pinturas de Arniz, en la Caja de Ahorros de Cádiz de la Plaza del Polvorista. (Foto: Colección Francisco M. Arniz Sanz).

En el Salón de Plenos del antiguo Ayuntamiento, en un homenaje a José Luis Feria Fernández, José Luis Galloso, econ motivo de su triunfo en Madrid, como novillero, cuando cortó 4 orejas saliendo por la Puerta Grande. De pié, de izquierda a derecha, José Pérez Lechuga, propietario del Bar 'El Niño' en calle Zarza, Antonio Fernández Galloso, Francisco Ragel, puede ser Juan Luís de los Ríos, José Luís Galloso", Mateo Navarro y Juan Sánchez, picadores y Leopoldo López León, banderillero, formaban parte de la cuadrilla de Galloso y Soriano. Agachados: Antonio Gil González, Juan Muñoz Aparicio y con gafas, Jesús Vela Morillo. 1 de junio de 1971. (Foto: Rafa).

JEFE DE TAQUILLAS.
De su etapa de Jefe de Taquillas de la Plaza de Toros , en la que fue auxiliado por algunos de sus hijos, guardaba muy buenos recuerdos, y otros no tanto, que se fueron con él para siempre a la tumba, como a Juan le gustaba decir. Y muchas amistades. Entre las anécdotas vividas, nos recordaba lo   rumboso que era Manuel Benítez ‘el Cordobés’, el desapego al dinero que siempre tuvo para con  los más necesitados. Atendía con generosidad a quienes buscaban su ayuda, e incluso a quienes no se la pedían.

Con su mujer, Carmen, en los tendidos d ela Plaza. (Foto: Garpre).

Y otra anécdota vivida junto a Luis Miguel Dominguín. En la década de los sesenta, la esposa de cierto Gobernador Civil le pidió al maestro , mediante recadero, que le firmara un abanico, a lo que este se negó debido al estado de trance torero en el que se encontraba, con el castizo «--Que se meta el abanico en el c***» . Y ni lo firmó, ni fue puesto a disposición de la autoridad tampoco, aunque por mediación de la Vda. de Miguel Castro Merello, lo firmó 15 días más tarde en otra visita a El Puerto.

HOMENAJE PÓSTUMO.
Juan desaparecería prematuramente el 28 de marzo del año 2005. Ese año, en la corrida a caballos de la Feria de Primavera, se guardó un emotivo minuto de silencio, en memoria y recuerdo de quien, durante 57 años trabajó en las taquillas de la Plaza de Toros, los últimos como Jefe de Taquillas, con las diferentes empresas que regentaron el coso taurino.

Descubrimiento del azulejo en el homenaje póstumo a Juan Muñoz, en las taquillas de la Plaza de Toros.

Unos meses después, el 8 de agosto, Juan Muñoz Aparicio recibiría un homenaje póstumo en el bodegón que alberga las taquillas de la Plaza. Fue descubierta una placa realizada en azulejos por Pepita Lena Terry, ante la presencia de su viuda e hijos, los presidentes de la Plaza de entonces, Fernando Gago e Ignacio García de Quirós, y diversos oficios auxiliares de la la Fiesta: veterinarios, médicos, personal de puertas, etc…

Azulejo situado en el bodegón de taquillas de la Plaza de Toros.

SEGUIDILLAS DE LA PLAZA REAL DE TOROS
DE EL PUERTO DE SANTA MARIA

A la buena memoria de Juan Muñoz Aparicio, taquillero mayor de la Plaza Real.
por Luis Suárez Ávila.

¡Toros en El Puerto!
trenes, vapores,
faluchos de la hora,
los breacks, los coches;
y los piqueros,
en caballos cruzados
van caballeros.
Van caballeros,
y en manolas de mulas,
van los toreros.

¡Toros en El Puerto!
Suenan clarines,
que no los tocan hombres:
son serafines.
Arce y Viñas:
¡Que despejen la plaza!
¡Salgan cuadrillas!
¡Salgan cuadrillas!
y detrás, Atalaya
con sus mulillas.

¡Toros en El Puerto!
Arena de oro,
regada con la sangre
de tantos toros.
De toros, toros,
que lidiaron El Lavi
y Paco de Oro.
¡Vaya toreros!
Mazantini y Redondo
y El Chiclanero.

¡Toros en El Puerto!
grita el gentío.
Que torean Guerrita
y Lagartijo.
Toros de Ortega:
seis en un mano a mano
y uno, de prueba.
Seis, de Gallardo,
con un toro de prueba,
en mano a mano.

En una cena en el campo de fútbol en el estadio José del Cuvillo. En primer término podemos ver a Fernando Arjona Cia. 24 de agosto de 1973. (Foto: Rafa).

Juan se lamentaba, en los últimos años de su vida, que en la sociedad actual hubiera «menos altruismo y mas agresividad, menos gente sana. Pero gracias a Dios también hay buena gente que son la esperanza de que el mundo no acaba».

Maksim (Máximo) Paliazhakin, violinista y Piotr (Pedro) Shaitor, contrabajo, son dos músicos naturales de Bielorrusia, formados en la Orquesta Filarmónica Nacional de Minks, capital de su país, aunque cuentan ya, con 10 años de residencia en España.  A nuestra Ciudad ya han venido en otras ocasiones y ayer pudimos disfrutar, de la interpretación de algunas piezas de música de cámara en un tramo peatonal de la calle Luna.

En su repertorio cuentan con grandes compositores clásicos: Mozart, Vivaldi, Bach, Brahms... Incluso aceptaban peticiones, como el Canon de Pachelbel, que también sonaba ayer. Sevilla, donde residen hace 10 años --han colaborado, también con la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla--, Córdoba, Huelva, Cádiz, Jerez, son otros de los escenarios callejeros donde deleitan con sus impecables interpretaciones, acompañados por las 'minus one' en el reproductor, es decir, la reproducción de los instrumentos de acompañamiento en 'playback'. /En la imagen, Maksim Paliazhakin.

Amenizan fiestas, ceremonias religiosas y civiles, y se les puede localizar en los teléfonos: Maksim (646433621) y Piotr (628494887). /En la imagen, Piotr Shaitor

Considerada como una de las formaciones orquestales más experimentadas de su país, la Orquesta Filarmónica Nacional de Bielorrusia, con sede en su capital de Minsk, ha cimentado su prestigio internacional a través de una prolífica labor, en la línea de la mejor tradición musical rusa.

La Orquesta Filarmónica Nacional de Bielorrusia

Ampliamente conocida en el ámbito de los estados de la extinta Unión Soviética y del Este de Europa, la Orquesta Filarmónica Nacional de Bielorrusia, a raíz de los cambios políticos acaecidos en 1991 y la consiguiente apertura, ha participado en importantes giras, ciclos y festivales en el extranjero, extendiendo su actividad a países como Alemania, Holanda, Francia, Italia, Grecia o España, donde tomó parte del programa cultural de los Juegos Olímpicos. Asimismo, esta destacada orquesta está llegando a un amplio sector de público a través de su intensa producción discográfica con diversos sellos europeos. Su repertorio incluye lo más representativo de la música sinfónica, con especial dedicación a compositores rusos y bielorrusos, tanto clásicos como contemporáneos. (Texto: Carlos Muñoz Gómez).

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Aunque la palabra «portón» está definida por la Real Academia de la Lengua como puerta principal de una casa, o la puerta que separa el zaguán del resto de la casa conocida como ‘puerta de la calle’, aparte de puerta de toriles que da a la Plaza, que es otra acepción, en El Puerto llamamos así, especialmente, a las puertas de acceso de bodegas y cocheras y cualquier otro almacén o accesoria, que es una habitación que tiene entrada distinta y uso separado, del resto del edificio principal.

Presentamos en esta primera entrega, siete imágenes originales de Antonio Gutiérrez Ruiz.

Calle Santa Lucía. Antigua cochera.


Plaza de Juan de la Cosa o Bizcocheros. Bodega del Castillo de
San Marcos, propiedad de Bodegas Caballero, antes de
González Rico Hermanos.


Calle Durango. Accesoria.

Bodegas José de la Cuesta (Caballero. Calle San Bartolomé.


Calle La Palma. Bodegas Osborne.

Otro portón de Osborne, puede que por Valdés o Comedias, ¿o
quizás La Palma o Los Moros? El lector nos dirá...

Portón de la casa natal de Ángel Urzáiz, en el número 6 de la calle del mismo nombre nombre.

Esta casa fue labrada en los primeros años del siglo XIX en una parcela segregada de la finca colindante de calle Larga por Joseph Bellido, Factor de las Reales Provisiones y Víveres de la ciudad de Cádiz y Comisionado de Guerra de los Reales Ejércitos. A destacar de ella, aparte su armonía y belleza arquitectónica, que fue cuna de Ángel Urzaiz. Al que ostentó en varias ocasiones la cartera ministerial, lo parió entre esos muros doña María Dolores de la Cuesta Núñez, una joven viguesa, en 1856. Y la Corporación Municipal, sesenta años después, en 1916, coincidiendo con el nombramiento de este portuense de nacimiento Ministro de Hacienda, acordó poner su nombre a la calle donde está ubicada la casa, antes denominada Curtidores, Sarmiento, Puerto Chico y de la Plata. En 1930, al reestructurarse el callejero se ratificó esta denominación que continúa vigente.  El actual propietario es Mr. Thorpe quien la adquirió a la familia Osborne Tosar. Precisamente de estos últimos, los Tosar, fue sede de las oficinas de la empresa vinícola, sala de degustación y despacho al detall de sus productos y gabinete para reuniones y negocios. (Textos: Antonio Gutiérrez Ruiz. A.C. Puerto Guía).


Rafael Ricardi, en una imagen tomada en octubre del pasado año en el Parque Calderón. / Foto: Mónica Cebeiro.

A Rafael Ricardi Robles, nacido en 1960,  le conocen muchos vecinos de El Puerto como ‘el Caballito’ por su forma de caminar, que, según dicen, recuerda el trote de un equino. Su hermana Milagros relata en su casa de El Puerto de Santa María que sufrió de joven un accidente de moto que le dejó destrozada la columna vertebral. Su padre, Rafael, calafateador, y su madre, Josefa, vendedora de cupones de la ONCE, engendraron 12 hijos (uno de ellos, Manuel, epiléptico, murió ahogado en el mar; y otra hija murió siendo bebé).

Rafael era un chico bajito, tímido e introvertido, que cobraba unos duros por una pensión de la Junta de Andalucía. Es analfabeto. Tuvo con una mujer una hija que hoy cuenta 24 años. Pero rompió con ella y se enredó con una toxicómana a la que apodan 'la Negra', que, según la familia, "salía a la carretera a prostituirse" y con la que tiene un adolescente de 16 años. Lo que se conoce como una familia desestructurada. /En la imagen, Rafael de joven.

Rafael no trabajaba. Si acaso, como gorrilla: dirigiendo las maniobras de los automovilistas que intentaban aparcar en las calles de El Puerto. «--Dormía en la calle, estaba sucio y desnutrido. Le buscamos hasta siete centros de desintoxicación y de todos se escapó. Todos los hermanos sufrimos mucho entonces. ¡Y nos cansamos de él!», admite Milagros, madre de tres niños y convertida en improvisada portavoz de los Ricardi, pero que siempre mantendría algún tipo de relación con su hermano.

DELITO Y CONDENA.
En 1995 Rafael era detenido acusado de dos delitos de violación que no cometió. El 15 de octubre de 1996, la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Cádiz, dictaba sentencia y consideraba a Ricardi culpable de las violaciones sufridas por M.C.A.P, el día 12 de agosto de 1995. Fue condenado a dos penas de 18 años, como violador y cooperante de otro encapuchado no apresado. /En la imagen, Rafael Ricardi, en la foto de identificación policial.

Rafael Ricardi fue condenado en virtud del reconocimiento fotográfico y de voz realizado por la víctima y por un informe de ADN efectuado en 1995 por el Instituto Nacional de Toxicología, en el que se decía que se habían encontrado alelos (forma alternativa de un gen) del semen del acusado, pero también otros que no se correspondían ni con el acusado ni con la víctima.

Informes posteriores, realizados con mayores avances tecnológicos, evidenciaron con mayor certeza que Rafael Ricardi no había cometido el delito por el que había sido condenado. En abril del 2008 la Policía detuvo a otra persona, Juan B.G.  cuyo ADN coincidía con las muestras conservadas en el Instituto de Toxicología en relación con el hecho por el que fue condenado Ricardi.

RETRATO ROBOT
Autorizada por un juez, la policía acudió a prisión y obligó a Juan B.G. a dejarse extraer una muestra de saliva. Los análisis confirmarían que su perfil genético coincide con el encontrado en una de las violaciones en la que también intervino supuestamente su compinche. Las caras de ambos tenían muchas similitudes con los retratos-robot elaborados por la policía desde hace varios años. Sobre todo el de Juan, el individuo alto, calvo, con bigote, confeccionado años atrás con la descripción dada por una mujer que descubrió que estaba siendo seguida por dos hombres durante varios días. Eran ‘el Alto’ y ‘el Bajito’. /En la imagen, el entonces Comisario Provincial de Policía, José María Deira y Raquel Díaz, junto a otros responsables de la investigación, mostrando un retrato robot de uno de los implicados en los sucesos.

Los investigadores convencidos ahora de que Ricardi era inocente y que posiblemente fue confundido con Fernando P. porque éste también tiene «un defecto muy peculiar en la vista»: un ojo más grande que otro y, sin las gafas que usa habitualmente, tiene la mirada como hundida. ¿Sería a esto a lo que se refería Carmen, la chica de la motocicleta violada el 12 de agosto de 1995?

LA POLICÍA DUDA.
«--Creemos que este hombre no cometió las violaciones por las que estaba condenado. Pero la verdad es que está vivo gracias a los 13 años que estuvo preso, porque comía a diario y se aseaba; si no, la droga le habría matado en la calle», comentaba un policía. No obstante, éste admitía que es muy duro estar recluido y más aún si eres inocente. La inspectora gaditana Raquel Díaz, siguiendo instrucciones del entonces comisario provincial, José María Deira --con nótula 835 en GdP-- , había dedicado los últimos años  a aclarar la oleada de violaciones que hubo en El Puerto y sus alrededores y había visitado repetidas veces a Ricardi en el Penal de Topas (Salamanca), donde cumplía prisión. /En la imagen, el ex comisario provincial, José María Deira.

NUEVA SENTENCIA Y LIBERTAD
El Supremo aceptaba el 18 de septiembre de 2008  el recurso de revisión interpuesto por los abogados de Ricardi contra la sentencia. Según la sentencia del Tribunal Supremo «existen nuevos elementos de prueba que permiten acreditar de modo indubitado la inocencia del acusado», y que se llega a identificar en los restos de semen perfiles genéticos que coinciden con certeza «casi total» con los correspondientes a uno de los sospechosos y con menos índice de probabilidad con el otro, mientras que no se han detectado restos de ADN perteneciente a Rafael Ricardi. Al portuense, encarcelado desde hacía 12 años y ocho meses, le quedaban más de dos años para saldar sus cuentas con la justicia. Fue condenado a dos penas de 18 años (como violador y cooperante del otro encapuchado no apresado) por el antiguo Código Penal, que permitía redenciones por trabajos.

El excarcelado, con gesto cansado, barba de varios días y pelo muy canoso que le hacían parecer mayor de los 48 años con que contaba en el momento de la salida de la cárcel salmantina de Topas, vestía camiseta negra, pantalones piratas de color azul y calzado deportivo y, nervioso, apenas hizo declaraciones a los medios de comunicación, tan sólo para asentir que ahora sí se sentía ya libre, tras serle concedido el tercer grado penitenciario, hasta la revisión de su condena. /Foto Fito Carreto.

La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo declaraba nula la sentencia de la Audiencia de Cádiz por la que se condenaba a Rafael Ricardi por dos delitos de violación que no cometió y por los que  pasaría 13 años en prisión. Recuperaba la libertad el 25 de julio de 2008 tras dejar la cárcel de Topas.

Rafael Ricardi en una imagen actual.

INDEMNIZACIÓN.
El 31 de diciembre de 2010, dos años y medio después de recuperar la libertad, Rafael Ricardi recibía en una cuenta corriente 555.600 euros mediante transferencia del Banco de España, como indemnización por los casi 13 años pasados en prisión. Nada que ver con los 10 millones de euros que solicitaba su defensa, pretensión que abandonó tras comprender que tardaría años de pleitos en resolverlo. Y el ahogo económico era evidente. Hasta entonces una paga de 400 euros al mes como desempleado recién salido de prisión era su sustento.  «--Esto no está pagado ni con todo el dinero del mundo», afirma, aunque admite que el dinero recibido servirá de ayuda». 120 euros por cada día de prisión injusta. (Basado en textos de Jesús Duva e información de prensa).

Rafael Ricardi ofreciendo una conferencia de prensa a los cuatro días de su excarcelación.

8

«El día 23 de febrero de 1984, el jueves pasado hizo 27 años, una nube de humo negro cubría el cielo de la calle Luna y cientos de portuenses fuimos testigos impotentes de la incineración provocada del Teatro Principal. Con él quemaron también el espíritu de su creador Nicolás Setaro, el de tantos actores y actrices que pasaron por sus tablas, el de varias generaciones de porteños que aprendieron entre sus muros de terciopelo a amar el noble arte de Talía, y como no, acallaron igualmente de un fogonazo lleno de desvergüenza inmobiliaria la voz de un pueblo indolente con sus cosas, con su calles, con sus casas. Aunque las comparaciones siempre son odiosas, sabemos de otros lugares con el mismo padecimiento –Liceo de Barcelona-, que no dudaron ni un instante en ponerse manos a la obra el día inmediatamente posterior a tan luctuoso suceso incendiario». Manolo Morillo

Aquella madrugada el Teatro Principal de El Puerto, construido en 1845, había quedado completamente destruido a consecuencia de un incendio cuyo foco, según fuentes de toda solvencia consultadas por Diario de Cádiz, se había localizado en el aljibe del propio teatro. No fue posible, en los primeros momentos, cuantificar las pérdidas por la desaparición del edificio, para el que el Ayuntamiento había iniciado los trámites necesarios para declararlo Monumento Histórico Artístico.

Los bomberos, actuando desde La Placilla. (Foto: Pedro Lara. Colección Manolo Morillo).

Diario de Cádiz, recogía la triste noticia: «Entre las tres y las cuatro de la mañana del 23 de febrero de hace 27 años un penetrante olor a madera quemada y el crujir de las viejas tejas de la techumbre del noble edificio, despertaron a los vecinos del inmueble de al lado que, alarmados ante la columna de humo que se colaba por las ventanas de sus casas avisaron a los bomberos y a la policía municipal. Cuando llegaron los bomberos el incendio afectaba al escenario y al patio de butacas, teniendo dificultades para realizar su trabajo al encontrar rotas las bocas de agua más cercanas, por lo que tuvieron que utilizar otra situada en la calle Nevería. Ante lo incontrolable de la situación, fueron avisados también los bomberos de Cádiz, Jerez, Chiclana y los de la Base Naval de Rota para colaborar en la extinción del fuego. La magnitud de la catástrofe se vio acrecentada al prender rápidamente las vigas de madera que servían como soporte al techo del coliseo portuense, que rendido ante el fragor de las nocturnas y traicioneras llamas, cayó fulminantemente sobre el patio de butacas impidiendo cualquier posibilidad de salvación. (Las tres fotos anteriores pertenecen a la Colección de Carlos Pumar Algaba).

Los bomberos, actuando en el interior, con mangueras y máquinas. (Foto: Pedro Lara. Colección Manolo Morillo).

Ruinas del Teatro Principal, tras ser sofocado el incendio.

Acomodadores del Teatro, entre otros, Robles, Manuel Güelfo y Miguel o Antonio Cíes, que fue jugador del Sevilla F.C. (Foto: Colección VGL).

Sobre las ocho y media de la mañana, el fuego consiguió ser dominado, aunque por razones de seguridad permaneció en el lugar un retén de bomberos. No sólo se había destruido el teatro, sino que se habían visto afectadas viviendas cercanas al mismo, siendo la de mayor trascendencia el derrumbe del dormitorio principal de la familia Astorga Trillo, que tuvieron que huir del humo y las llamas en ropa de cama y con lágrimas en los ojos ante la desgracia que les sorprendió esta fatídica noche de febrero.

Interior del Bar 'La Concha', en la planta baja del Teatro, que daba a la confluencia de las calles Luna y Placilla. (Foto: Colección de V.G.L.).

REACCIONES.

  • Juan Leiva y su madre Rafaela, propietarios del 'Carrillo de Severo' que durante años había abastecido de golosinas y frutos secos a los espectadores que acudían al teatro, fueron llamados con urgencia para que retiraran sus enseres del edificio entre los que se encontraba una bombona de butano, que de haber explotado hubiera añadido mayor desgracia al siniestro.
  • Maximino Sordo llamó sobre las tres de la mañana a Manolo Ramírez, titular y heredero del negocio familiar “Zapatería La Jerezana” ubicado en los aledaños del teatro que daban a “La Placilla”, que forzó la situación ante las fuerzas de seguridad que acordonaban la zona, para que le dejaran pasar hacia su negocio con el fin de poder retirar el género que guardaba y la documentación del mismo.
  • A los propietarios de “Electrodomésticos Milar” les sorprendió el fuego en su casa del Camino de los Enamorados donde dicen, veían las llamas desde la azotea de su casa, teniendo que posponer un viaje que tenían previsto para el día siguiente al tener que ocuparse del arreglo de su establecimiento.
  • Por las inmediaciones del teatro se acercaron también Prudencio Rábago, Genaro, El Tete, Manolo Ojeda, Camilo Liz y Macario Valimaña entre otros,  miembros de la tertulia del “Bar La Concha”, pudiéndose observar sus caras desencajadas ante la desgracia que les estaba tocando vivir.
  • Un numeroso grupo de personas que se encontraban arremolinadas entre la farmacia de Fernández Prada y la tienda de comestibles “La Giralda”, mantenían el comentario generalizado de que el incendio había sido provocado, ya que la versión que corría de un cortocircuito se descartó inmediatamente al saberse que el suministro eléctrico había sido cortado en octubre de 1983.

Programa del Teatro Principal. Función de Despedida. 1883. (Colección Tomás Ramírez).

LA PROPIEDAD.
Los propietarios del Teatro, Juan Sánchez, Ángel Sáenz y Antonio Collado –accionistas de una empresa de Jerez--, permanecieron en el lugar durante varias horas, manifestando a Diario de Cádiz que no tenían ni idea de cómo se había producido el incendio. Uno de los propietarios afirmó que el siniestro se hubiera evitado si el Ayuntamiento hubiera concedido una licencia de obra «--Ya que hubiéramos construido los locales aprovechando la estructura». El pasado mes de octubre, el Ayuntamiento en Pleno acordó iniciar un expediente de declaración del Teatro Principal como monumento histórico artístico, por lo que se paralizaba cualquier tipo de obra en el mismo.

Postal circulada de la fachada del Teatro Principal, firmada por el abuelo de los Moresco Suárez y fechada en 1904.

DATOS HISTÓRICOS.
En 1842 la Junta de Beneficencia de esta ciudad elaboró un proyecto para construir un teatro por acciones en el local que poseía «calle de Luna, esquina a la de San Bartolomé conocido por el nombre de Trabajadero de la Compañía, agregándole el antiguo Reñidero de Gallos que se halla a su espalda».

SS.MM. los Reyes de Oriente, a su paso por El Puerto después de la Cabalgata, en el Descanso y Entronización de los Reyes en el Teatro Principal. Año 1929. (Foto Colección Vicente González Lechuga).

El objetivo de este teatro era el de sufragar las necesidades de un asilo piadoso. El capital se conseguiría a través de 80 acciones de 2.000 reales y otras 20 más que representaría la Beneficencia, como dueña de la finca, y se estableció una comisión integrada por un miembro del Ayuntamiento, Jacobo Oneale; un vecino, Carlos Carreras y un vocal de la Junta de Beneficencia, Miguel Pajares. Sin embargo un año más tarde la única esperanza de que se llevara a efecto el teatro era una proposición de data a censo hecha por Críspulo Martínez, ya que la Diputación había prohibido «invertir cantidad alguna de fondo de Beneficencia en la obra, ni pueda distraerse para pago de premios de los accionistas ni algún otro objeto» y las circunstancias de que el comercio de extracción de vinos estaba en el mayor abatimiento por un tratado con Gran Bretaña aconsejaban dejarlo para una época más próspera.


Teatro Principal, a la izquierda. Debajo el Bar 'La Concha', enfrente el Bar 'Las Columnas. Año 1930 (foto: Centro Municipal de Patrimonio Histórico).

La esperanza se cumplió, Críspulo Martínez (ver nótulas núms. 311 y  319 de Gente del Puerto) tomó a censo el solar y en mayo de 1845 estaba a punto de concluirse la construcción del teatro. El 18 de junio de 1845 la Academia Nacional Gaditana de las Nobles Artes elaboró un informe del reconocimiento del edificio en el que resaltaba, «por su importancia y novedad», una serie de detalles de la construcción, sobre todo de los palcos, el cielo raso y la cubierta; señalaba que las madreas eran de pino de Flandes, que el ornato era «bello y elegante y dispuesto con tanta ligereza y buen gusto que nada deja de desear» y que su cabida era de 1.200 personas sentadas y 300 de pie, para concluir: «en suma, este bello teatro, por su acertada y bien entendida construcción, su decoración y cabida, es digno de figurar en una capital».

El Teatro, en la década de los cuarenta del siglo pasado. (Foto: Colección VGL).

"La Venganza de Don Mendo" Comedia en verso de Pedro Muñoz Seca, representada en el Teatro en la década de los cincuenta del siglo pasado. Pepe Morillo, a la derecha, en el papel de Don Pero. Intervinieron Manuel Sánchez 'Zutanito' como Don Mendo y Milagros Lage, como Magdalena; Manolo Gago García, Angelines Ayuso, Lolita Nimo y un largo etcétera hasta completar el amplio reparto de personajes de la obra. En primer término, el piano situado en el foso y, detrás, 0la concha' cubierta con un paño, espacio donde se colocaba' el apuntador', que recordaba la obra a los actores por si había algún despiste. (Foto: Colección JMM).

Rondalla actuando en el Teatro Principal. Niño con pandereta, Gómez Giménez. Primera fila delante, Enrique Esteban Poullet, José Luis Villar Guerrero, Fernando Arjona González, Juan Arjona Acá. Segunda fila, Antonio Pérez Brea, José Sánchez González, Enrique Miranda García, Manuel García Mateos, Diego García Mateos. Tercera Fila, Joaquín Albert, Manuel Sánchez Caballero, Francisco Ramírez Tallón, 'Koki'. 10 de octubre de 1962. (Foto: Colección V.G.L.)

Proclamación de la Reina de las Fiestas y sus damas de honor de la Fiesta de la Hispanidad,  que recayó en Isabel Portillo Cía. Al micrófono, el mantenedor del acto: José Cádiz Salvatierra, de Jerez. Año 1964. (foto: Archivo Municipal).

Entrada bajo mazas, de la Pastora Mayor y su corte de Pastorcillas en la Gala de Navidad con Amor. Podemos ver al Jefe del Negociado de Fiestas, Antonio Romero Castro, al centro. 25 de diciembre de 1973. (Foto: Rafa. Archivo Municipal).

138 separan la creación del Teatro con esta fotografía de 1983, con la celebración del Concurso de Agrupaciones Carnavalescas. Un año mas tarde, ardería pasto de las llamas.

Los últimos espectáculos que los portuenses hemos podido contemplar en «nuestro teatro» ha sido el concurso de agrupaciones carnavalescas, así como la preselección de participantes que actuaron en el concurso de baile a celebrar durante los días de Feria».

Edificio que ocupa el espacio donde otrora estuvo el Teatro Principal, en la confluencia de las calles Luna y Placilla. Octubre de 2006 (foto: CPA).

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