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Presentamos un gran estreno, el de la guía gastronómica de El Puerto de Santa María, un resumen bastante detallado de todo lo bueno que se puede encontrar en esta ciudad que las guías gastronómicas nacionales e internacionales sitúan como la capital gastronómica de la provincia ya que es la que cuenta con establecimientos con mejores calificaciones.

Por eso, la revista de internet 'Cosas de Comé', ha querido realizar un recorrido gastronómico detallado por esta ciudad que incluye más de cien direcciones y que van desde sitios para desayunar pasando por pescaderías, heladerías, tiendas gourmet, carnicerías o bodegas, hasta llegar a bares y restaurantes. Se trata de dar una visión global de todo lo que tenga que ver con comer y beber.

Los establecimientos han sido seleccionados en función de su calidad o en función de que tengan alguna peculiaridad que pueda hacerlos atractivos para el visitante. No se trata de una guía especialmente destinada a turistas, sino a todas las personas, incluso de la misma ciudad, que quieran conocer todos sus detalles. Se trata de un servicio de uso público para todos los aficionados a comé y a bebé.

La guía (ver aquí como se utiliza) se estructura en función de 12 apartados principales en torno a los cuales se van clasificando todos los detalles. Cada establecimiento que se nombra cuenta con su propia ficha en la que aparecen fotos, una pequeña descripción y un mapa de localización para llegar facilmente hasta él, además de los horarios y datos prácticos.

...continúa leyendo "1.267. GUÍA GASTRONÓMICA DE EL PUERTO."

Rotonda de los toros de Osborne. /Foto: Utrera & Trigueros.

Fin de semana en el Puerto de Santa María, visitando a la familia. Siempre, desde el primer viaje que hice a Sanlúcar cuando tenía poco más de veinte años, me tiró mucho esta Andalucía Baja, tan horizontal y luminosa, tan distinta de la mía nativa, la interior y adusta, la de Jaén y Granada. Días breves sin conexión a internet, comidas caseras, tapas en barras memorables, caminatas al sol y con un viento marítimo, noches de sueño de una profundidad espeleológica, favorecida por ese sosiego de encontrarse al nivel del mar y sin nada que hacer.

A mediodía, en la barra del bar Vicente-Los Pepes, junto al mercado de abastos, una caña y una tapa de albóndigas de choco son la felicidad del paladar. A este bar le tenemos todavía más cariño porque era el favorito de mi padre, y porque el dueño, Vicente, se acuerda con emoción de él cada vez que nos ve. /En la imagen de la izquierda, Vicente Sordo padre. Foto: Bar Vicente.

En el Puerto hay una arquitectura magnífica, entre señorial y popular, de palacios de comerciantes del siglo XVIII, con las fachadas desconchadas por la humedad, con dinteles neoclásicos, con patios de columnas, con esos torreones sobre los tejados que se llaman vigías de naviero, que permitían ver de lejos los barcos que se acercaban por la Bahía. Donde hay comercio hay bulla y hay pluralismo. Quizás la bahía de Cádiz es uno de los pocos lugares de España donde se puede ver la gran perspectiva ultramarina que tuvo el país.

...continúa leyendo "1.266. ANTONIO MUÑOZ MOLINA. Mirando al sur."

El día 20 es San Sebastián. Y esta Ciudad no lo celebraba desde por lo menos hace más de un siglo y medio, aunque es su Copatrón, hasta el año pasado. Desde el siglo XV tuvo ermita cercana al Castillo y, luego, otra ermita con hospital en el llamado Ejido de San Sebastián, donde permanece la Cruz, aunque bien mermada de base, en la esquina de Santa Fe y Durango, y, donde estuvo un Hospital de Nuestra Señora del Amparo y San Sebastián que yo alcancé a conocer de pequeño.

El culto a San Sebastián decayó en esta Ciudad hace bastante tiempo, de tal forma que, aunque era Copatrón, no había imagen ninguna del Santo, hasta que hace muy poco se descubriera, en las labores de restauración que el Cristo de Flagelación, era una reconversión de una imagen de San Sebastián con una cabeza nueva del siglo XVIII.

                          

La Cruz de San Sebastián, en lo que fué el Egido del mismo nombre.

En pintura, hay un buen lienzo que se conserva en la Parroquia de San Joaquín y un óvalo, en que están la Virgen de los Milagros, junto con San Francisco Javier -el otro Copatrón--, y San Sebastián que está en una casa particular de la calle Santa Fe, pero que, según Hipólito Sancho figuraba en un estandarte de la Esclavitud de Nuestra Señora de los Milagros. Fuera de eso, solamente recuerdo un San Sebastián de pequeño tamaño, del XVII, en cedro policromado que es propiedad de Camilo González Selma y otro, también pequeño, obra de Ángel Pantoja, que tiene la Hermandad del Dolor y Sacrificio.

...continúa leyendo "1.265. SAN SEBASTIÁN. Copatrono de El Puerto."

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Por la puerta principal del edificio de la imagen -la Casa de los Sancho- se accedía, en la primera planta al Colegio de Infantil de La Divina Pastora. Allí ejercieron Doña Francisca González Sousa y Doña Lola Sancho.

A continuación, en la misma calle Luna se encontraba la Barbería de “Pichilín” y , frente a la Farmacia de Fernández-Prada, ‘El Único’ tienda de Vinos Finos, abierto entre 1920 y 1974.  Luego, a finales del siglo pasado se instalaría en esa misma tienda la Cuchillería Navarro. Un poco más arriba la tienda de moda ‘Lolita y Serafina. En primer término a la izquierda, acceso a ultramarinos 'La Giralda'. /Foto: Colección de Vicente González Lechuga.

Llevaba  algún tiempo, oyendo, lo bien que  lo iba a pasar en el  colegio. Cada  día veía desfilar a mis hermanos, y la verdad, era que  ellos perecían contentos,  así que esa mañana  cuando la cálida voz de mi madre, me decía que me levantara, que había que arreglarse para el cole, el corazón me dio un vuelco. «--Qué no mamá, que no quiero ir», «--Que sí tonta, vas a estar con muchos niños».  Lo mejor de ese día era que por fin iba a estrenar ese bonito uniforme de tonos azules y camisa celeste, que  desde hacía algunos días colgaba en mi armario; y ese vaso tan raro, de anillas plegables de color naranja, sin olvidar los recios zapatos Gorila, que venían con una pelota verde.

Cuando llegué  al colegio,  salió a recibirme, la señorita Lola Sancho, su cara dibujaba una amplia  y agradable sonrisa, mi madre me acompañó hasta  la clase, pero  al primer descuido,  desapareció. Ni Tita, protagonista de ‘Como agua para chocolate’ lloro tanto!. Para calmarme me pusieron con mis hermanas,  así pasé varios días hasta que por fin, empecé a acostumbrarme,   y  cesaron las lágrimas.

...continúa leyendo "1.260. COLEGIO LA DIVINA PASTORA."

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Antonio Jiménez Salguero, nació en El Puerto, el 2 de Abril de 1902. Este hombre marcó unos años de los treinta a los sesenta, en esta Ciudad, donde muchos porteños o portuenses recordamos su arte y le reconocemos como parte de nuestra historia y patrimonio de El Puerto. Poco hablador, de profesión limpiabotas o betunero, de talla media para aquella época. Lo recuerdo con su caja en la mano y su banquito debajo el brazo, camino de la cadena de bares, que en aquellos tiempos arropaban a la plaza de Abastos: Bar los Dos Pepes, Bar Casa Pancho, Bar los Milindris, Bar Rueda, Bar El Nº 3, Bar la Burra, y Bar Juan Rabago, entre otros. Esta fue su ‘zona de caza’ zapatos. En algunas ocasiones visitaba los Casinos de la calle Larga, y algunos establecimientos de la zona centro. Cuando sacaba el dinero, que el creía que era suficiente, marchaba para casa, y siempre decía: «--Mañana el Pare Dios dará». Vamos a relatar una buena colección de anécdotas de su vida. /Foto: Colección LSA.

Nunca bebía metido en faena, siendo muy responsable en su trabajo, aunque algunos digan lo contrario. En sus buenos tiempos, vestía chaqueta oscura y calzaba botas de tacón cubano, y pañuelo al cuello, tocado con una gorra, siempre aseado. En verano cambiaba chaqueta, por una camisa cubana, y las botas, por alpargatas.

Como buen calé, supersticioso, el día que salía a la calle y veía algo raro o extraño, volvía a su domicilio, se encamaba hasta la mañana siguiente. Tenia muchos clientes y amistades tales como, Ramón Insua, dueño de varias carnicerías, Federico Sanchez Pece, secretario del Ayuntamiento, Natalio Jiménez, oficinista de Osborne, amigo y un monárquico defensor de los derechos del Conde de Barcelona.

Y Luis Bootello, jefe de estación de El Puerto, gran aficionado, por su casa pasaron grandes artistas, como fueron Caracol, Lola Flores, Ramón Velez, El Beni de Cadiz, y José Brea ‘Breita’, decía del Caneco: «fue un hombre que no le gustaba cantarle y bailarle a cualquiera, tuve que rogarle mucho, para poder verlo actuar». Podría mencionar machas mas personas relacionada con el, pero creo dejarlo aquí, porque sería interminable.

La calle Sierpes, en el lateral de la Plaza de Abastos.

En estos tiempos los mayetos de Rota, y camperos de El Puerto, exponían y vendían sus producto de frutas y hortalizas, en la Placilla; los días de venta para Antonio, eran su salvación, betunaba muchos pares de botas y zapatos de los señores camperos, de este rincón. Cuando entraba tiempo lluvioso y no podía trabajar, miraba al cielo exclamando, «Pare, déjame trabajar un poquito».

...continúa leyendo "1.252. ANTONIO JIMÉNEZ SALGUERO. ‘El Caneco’, duende y gracia."

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Cabalgata de Reyes Magos, interior de la Plaza de Toros en los comienzos del siglo XX

LOS REYES DE LA CRISIS.

No sé por qué me querrán
tan poco los Reyes Magos.
Si les pido videojuegos
me escriben que son muy caros,
les pido el mejor balón
y me traen el más barato,
llevo queriendo una bici
desde los dos o tres años.

¡Mira que me porto bien,
mira que les hago caso!
Estoy pensando en volverme
canalla, pegón y vago.

          Ángel Mendoza, diciembre 2011

Cabalgata de Reyes, a su paso por la Plaza de Isaac Peral. Década de los cincuenta del siglo pasado. En primer plano, a la izquierda, borroso, uno de los organizadores del evento, Repeto. /Foto: Academia Bellas Artes.

Desde 1952 a 1977, en unos muy difíciles años, la Academia se embarcó en la organización de la Cabalgata de Reyes Magos. Fueron años en los que el desfile alegraba a los más pequeños, y, después, se repartían obsequios en los centros asistenciales y entre las familias más necesitadas. Para conseguir todo esto se organizaban rifas, festivales musicales, taurinos, deportivos, teatrales, cualquier idea era buena para conseguir los medios necesarios para llevar ilusión a los menos favorecidos de la ciudad.  (BBAA)

...continúa leyendo "1.251. REYES MAGOS EN EL PUERTO (IV)"

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María Luisa Cárave García nació el 19 de octubre de 1940 en la calle Pozuelo, 47, donde vivió toda su vida. Segunda hija del matrimonio formado por Juan Cárave Carrasco --fundador de la desaparecida Droguería Cárave de la calle Ganado, junto a la Divina Pastora-- y María García Escazúa, ambos de El Puerto. Milagros, Juan y Mari son sus otros hermanos. A los 7 años se quedó huérfana de padre, quien fallecería en 1947, con apenas 35 años, no así su madre que nos dejó hace ahora tres años. Luisa fallecía el 26 de diciembre de 2010, hace hoy un año.

Estudió en el Colegio de las Esclavas. Pronto empezaría a trabajar, primero en la Compañía Telefónica Nacional de España (CTNE) en la calle Larga, junto a Las Novedades y luego en Gráficas Andaluzas, primero en la calle Alquiladores y posteriormente en el número 27 de la calle Larga, a donde se trasladó la empresa, precisamente donde se alojara el Duque de Angulema, durante la ocupación francesa de 1823 al frente de los ‘Cien Mil Hijos de San Luis’; también en 1832 fue casa del prolongado veraneo del infante Francisco de Paula Antonio y su familia. Trabajaría, pues María Luisa, en una casa que había sido alojamiento de gente muy principal, vecinos de El Puerto por un tiempo.

María Luisa, tercera por la derecha, en la Feria de Primavera de 1968. /Foto: Rafa. Archivo Municipal.

Paseaba por todos los rincones de la Ciudad que recorría de punta a punta. Prueba de su interés por la vida y su tesón fue que, cumplidos ya los 65 años, asistía a la Academia de Bellas Artes ‘Santa Cecilia’ para recibir clases de pinturas, llegando incluso a exponer sus creaciones, con gran éxito. Fue militante del Partido Popular, en cuyas listas electorales figuró no en puestos de salida aunque si testimoniaba con su presencia la pertenencia al mismo. Perteneció a la Archicofradía y Esclavitud de los Milagros y era, también, hermana de la cofradía del Resucitado.

...continúa leyendo "1.240. MARÍA LUISA CÁRAVE GARCÍA. Cooperante."

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Desde el pasado viernes 16 de diciembre , La Bodeguilla del Bar Jamón y La Herrería-La Draga organizan: Sentidos y equilibrio “Maridaje de vinos y tapas” maridado por Spiritsherry Enoturismo y con la colaboración del Grupo Caballero. Se maridaran cuatro vinos del Grupo Caballero con tres tapas y un postre respectivamente en cada uno de los establecimientos. Un menú de tapas y postre maridados por 15 euros durante todas las fiestas navideñas. Ambos establecimientos pertenecen a la Ruta Urbana del Vino, Brandy y el Vinagre de El Puerto de Santa María.

En asuntos de amoríos gastronómicos lo divertido es experimentar, jugar a combinar sabores y texturas. Y descubrir el placer de acertar y notar que se origina algo nuevo, inédito. Y lo mejor es que cada uno encuentra su propia armonía, o maridaje… y disfruta comiendo y bebiendo…. Quien así lo anuncia es Spiritsherry, la empresa de enoturismo que ha asesorado a estos hosteleros en su propuesta.

La Bodeguilla del Bar Jamón y La Herrería-La Draga ambos situados en pleno centro de El Puerto de Santa María, inician el pasado viernes una interesante experiencia que se prolongará durante todas las fiestas y es la puesta en marcha de un menú especial en cada uno de los establecimientos en el que se proponen 3 tapas y postre acompañados de 4 vinos de bodegas Caballero.

Para ver los menús a mayor tamaño, pulsar sobre la imagen.

El precio de los menús es de 15 euros por persona y están compuesto por tapas especialmente diseñadas para la ocasión y que han sido luego combinadas con los vinos por la empresa gaditana Spiritsherry, especializada en enoturismo.

Mamen y Rafael, de la Bodeguilla del Bar Jamón.

Así La Bodeguilla del Bar Jamón propone el siguiente menú de tapas y postre:
•    Fino Pavon maridado con fritos de pimientos con chistorra navarra
•    Amontillado Don Luís maridado con tortitas de gambas al ajillo
•    Oloroso Rio Viejo maridado con pequeña hamburguesa de Kobe con helado de queso Payoyo
•    Pedro Ximenez maridado con delicia de crema de orujo con nueces de macadamia

Francis, de La Herrería-La Draga.

Por su parte La Herrería-La Draga propone estas tapas y su correspondiente postre:
•    Fino Pavon maridado con mejillones con mousse de pimientos y vinagreta de manzana
•    Amontillado Don Luís maridado con pez de espada con crema de puerros
•    Oloroso Rio Viejo maridado con brascada de mechada con piquillos y mermelada de cebolla
•    Pedro Ximenez maridado con daditos de trufas trucados

Estos menús estarán durante las Navidades en los dos establecimientos y se servirán tanto al mediodía como por la noche, en los horarios habituales de los establecimientos, con el acompañamiento de los vinos del Grupo Caballero. (Textos: Pepe Monforte).

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Ángel Lara, tras el éxito de la carpeta que presentó a finales del pasado octubre ha editado una nueva serie, edición limitada a 100 carpetas con 3 reproducciones de obras del artista portuense, numeradas y firmadas por el autor. La temática no puede ser mas porteña: una imagen del Castillo de San Marcos y dos del Vapor, estas últimas pintadas en 2008. Un motivo  perfecto para regalar El Puerto, en estas fiestas.

El pintor Ángel Lara muestra de nuevo su homenaje a la ciudad donde ha crecido y por la que siente una profunda admiración y pulsión estética. Esta vez lo hace con una nueva carpeta de dibujos editada de forma exquisita, que lleva por título El Puerto romántico, una declaración de intenciones, con la que quiere llamar la atención sobre la pérdida de patrimonio que viene sufriendo la localidad en su propia idiosincrasia y en su legado sentimental, como las centenarias palmeras del Parque Calderón o el vapor Adriano III.

El Adriano III. 2008.

La idea surgió a finales de verano, cuando se produjo el hundimiento de este símbolo de la Bahía. En ese momento, Ángel Lara celebraba en las instalaciones del Real Club Náutico una exposición cuyo cartel anunciador reflejaba precisamente la imagen del vapor atracado en su muelle, en la Plaza de las Galeras. «En esos días ocurrió el desastre del vapor y me di cuenta de que esa imagen se podría no volver a repetir», señala el pintor, que advierte con preocupación que «existe un Puerto al que no dábamos importancia porque creíamos que iba a durar para siempre, pero que estamos perdiendo».

Ángel Lara ha querido exteriorizar su compromiso con su entorno y a modo de homenaje reivindicativo ha editado los dibujos. «Cuando las cosas faltan es cuando meditamos y reparamos sobre la pérdida -observa el artista-. El vapor ha sido un poco de todos. De niño, yo he llevado el vapor hacia Cádiz, y eso era un conocimiento del mar que teníamos la gente de El Puerto. Esta ciudad ha tenido una relación apasionante con el vapor. Ha depositado en el barco su idiosincrasia, su experiencia del mar y la Bahía. Ha sido un placer poder viajar en él», subraya. /La imagen que completa la carpeta, el popular Castillo de San Marcos, una visión recurrente en la vida diaria del artista.

A la vez, con esta colección quiere llamar la atención sobre la pérdida de idiosincrasia cultural, de las «cosas únicas que no tienen otros pueblos. Como sigamos perdiendo estos bienes corremos el riesgo de convertirnos en un pueblo más, un pueblo sin identidad», advierte. Para Ángel Lara la ciudad vendría a ser «como una muchacha hermosa que podría entrar en franco deterioro. Debemos volcarnos y cuidarla algo más», insiste. (Carlos Benjumeda. Diario de Cádiz).

De la carpeta anterior, de octubre de este año, aún quedan seis ejemplares.

Los interesados en la carpeta pueden obtenerlas llamando a los teléfonos 669324546 o 606842363, o bien en el correo electrónico: pintorangellara@gmail.com

Ángel Lara en Facebook.

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Adelaida y Milagros Pérez Navarro son dos hermanas porteñas que viven en la calle San Juan. Hermanas a su vez del Gran Visir de la Cabalgata de Reyes de este año, Manolo Pérez Navarro ‘el Trompeta’ quienes tienen otro hermano más: Antonio.

Durante muchos años han sido ‘colaboradoras familiares’ o lo que es lo mismo han trabajado en el servicio doméstico en varias casas de nuestra Ciudad. Forman parte del paisaje humano de El Puerto. /En la imagen de la izquierda, Milagros Pérez Navarro.

Sin su presencia, un acto cultural que se organice en El Puerto no está completo. Y para ello se informan con todo tipo de guías, en la Oficina de Turismo, a través de la radio… Si desean saber cual es la agenda cultural de la semana, o de actos públicos abiertos, ellas son, junto con la Oficina de Turismo y las páginas de internet, el mejor medio. Están cumplidamente informadas y gozan de una privilegiada memoria, recordando cuales son los actos del día.

Una entidad que se precie contará con Adelaida y Milagros entre su auditorio fiel, ya sea la Academia de Bellas Artes, la Fundación Alberti, la Concejalía de Cultura, la presentación de un libro a instancia de cualquier entidad, una exposición de pinturas de Ángel Lara o la muestra sobre Diplomas de Patrimonio Histórico. /En la imagen de la izquierda, Adelaida Pérez Navarro.

Allí estarán Milagros y Adelaida. Y es un placer poder seguirlas viendo en este tipo de manifestaciones, porque arropan con su entusiasmo la cultura local, por encima del desinterés y la incurría de muchos paisanos, algo característico de El Puerto.

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«En el siglo XIX, los lugares que tradicionalmente acogieron el tranquilo deambular de los portuenses –aparte de algunas áreas de ocio, como las caminatas que solían hacerse por el Camino Viejo de Rota al molino Platero, o en 'la Otra Banda' al pinar del Coto de la Isleta– fueron, a partir del siglo XVIII, el paseo del Vergel del Conde, ampliado en 1895 con la creación del Parque Calderón, y el paseo de la Victoria, y desde 1889 la plaza Isaac Peral. Hasta principios de nuestro siglo, fueron tiempos en que río y ciudad, fundidos, conformaban un mismo paisaje, materializándose el hecho de ‘vivir cara al río’: A un lado la ciudad, al otro el Guadalete, y en medio el vergel del Conde y su prolongación del parque Calderón.


El Cantil del Muelle y el Parque Calderón en 1870, sin urbanizar, ‘un sitio intransitable e inmundo’.

EL PARQUE CALDERÓN.
La muralla de encauzamiento del río entre la plaza de la Herrería y el puente San Alejandro, comenzaba a levantar en 1873, no se culminaría hasta 1884. Pero a los diez años, en septiembre de 1894, ante el mal estado que presentaba la nueva muralla y la más antigua –de 1735- frontera al paseo del Vergel, el maestro de obras del municipio, Miguel Palacios, requirió al Ayuntamiento la necesidad de su inmediata reparación. El proyecto formado por Palacios incluyó la rehabilitación del terreno ganado al río en la década de los 70, «un sitio intransitable e inmundo», al decir de entonces. Buena ocasión se presentaba para que el aspecto de la ribera entre el Vergel y el puente ofreciera una imagen más digna para un lugar tan señalado y principal de la población.

El Cantil del Muelle y el Parque Calderón, delimitado por unas rejas, a principios del siglo XX. La actividad portuaria, separada de la zona de ocio.

La Corporación surgida tras las elecciones municipales de junio de 1895, presidida por el conservador Severiano Ruiz Calderón, sería la encargada de ejecutar las obras de la ampliación del paseo, iniciadas en julio y concluidas, en su mayor parte, en febrero de 1896, mientras la reforma del muelle se prolongó algunos años más.

ACTOS FESTIVOS.
Desde la fundación del Parque Ruiz Calderón, al igual que desde 1846 venía ocurriendo en el Vergel, el ayuntamiento organizó, entre el 24 de junio, festividad de San Juan, y el 14 de agosto, víspera de la Feria de la Victoria, numerosos actos festivos y lúdicos en ambos paseos con el principal fin de atraer la llegada de turistas. Por citar algunos de los mas señalados de una extensa lista, mencionaremos las veladas marítimas, los teatros y cines de verano, los conciertos de la Banda Municipal, las barracas de la feria, las tómbolas y rifas, las casetas de baile, las regatas y cucañas marítimas frente al Parque, los fuegos artificiales... Y con ello, los establecimientos de bebidas, que en su tiempo fueron toda una institución, como la Caseta de Martínez, la de Pedro Morro o la de Luis Bononato, los kioscos de Pasage, de “el Chico”, de Murga, el Puesto de Fernando, El Parque, El Recreo, y otros tantos que el paso del tiempo dejó en el olvido» (Texto: Enrique Pérez Fernández).


El fotógrafo Cuellar --que no se llamaba Cuellar- delante del Bar Santa María.

REMODELACIÓN.
En 1996 se conmemoraba el centenario de la inauguración del Parque de Ruiz Calderón, que se abría como espacio de esparcimiento de aquellos portuenses en febrero de 1896 ejecutado bajo el mandato de la corporación presidida por el conservador Severiano Ruiz Calderón. La Tertulia ‘Un alto en el Camino’ reunía en torno a su mesa a uno de los coautores técnicos que ejecutó la remodelación de dicho Parque descendiente, precisamente, de aquel alcalde, el arquitecto Ramón Pico Valimaña.

‘NO HAY DIRECTRICES POLÍTICAS EN LA REMODELACIÓN DEL PARQUE’.
El proyecto no dejaba indiferentes a ningún porteño y al mismo asistieron, además de los habituales contertulios, los también arquitectos Alfonso Rodríguez Serrano, Jorge Gutiérrez Colosía y Rafael de los Santos.

Tertulia de 'Un Alto en el Camino', en 1996. /Foto: Andrés Mora.

Pico Valimaña exponía aquel 1996 un resumen del proyecto, desglosando las actuaciones que se pensaban acometer en el Parque, Pozos Dulces y calles de la Ribera. Reiteraba que el Ayuntamiento le solicitó un diseño sencillo y práctico, retirando el epíteto faraónico. «--Se me ofreció la idea para desarrollarla sin cortapisas, sin directrices políticas alguna, un nuevo parque moderno, imaginativo, abierto a la Ciudad y al río», recogía en su crónica de Diario de Cádiz el periodista Francisco A. Gallardo, que incluso recibió el guiño de «que rozara lo utópico». Un proyecto englobado en la remodelación de la Ciudad y en toda la bajamar del Guadalete.

El Parque, ya con la remodelación, con el palmeral intacto. /Foto: Jorge Roa.

PROPUESTAS.
Los contertulios hicieron sus propuestas: se rechazó por falta de espacio, la ubicación de un anfiteatro, un recinto al aire libre para espectáculos. Sin embargo se insistió en la colocación de un templete de música, que inicialmente no se encontraba previsto, como otras mejoras en las que trabajaron los arquitectos redactores, como la habilitación de un espacio para contenedores o varios servicios públicos; la instalación de una carpa desmontable era rebatida por los hosteleros presentes y ninguna objeción al aparcamiento subterráneo de la plaza del Pescador.

Pico defendía la carretera que se ubicaría en el cantil del río porque confiaba en que, debido a los cambios viarios de la localidad y de los distintos aparcamientos, no crearían un tráfico denso, recordando que la acera inmediata al río sería ampliada a 12 metros, como el Paseo José Luis Tejada, durante la revisión del proyecto.

«El paisaje del Parque Calderón está cambiado; las palmeras se han transformado en un Parthenón de desmochadas columnas, cuyos capiteles han sido pasto de un invasor incontrolado que amenaza con convertirlo en un parque amputado» (Alberto Boutellier Caparrós). /Foto: Pepe Hidra.

LA REALIDAD.
La realidad ha sido otra, no es necesario comentarla, basta por pasear por este más que centenario lugar de encuentro de los porteños. Unido a ese presente que es hoy el Parque, el desastre en el palmeral por culpa del ya tristemente famoso picudo rojo, o la desaparición del Carrusel de los Caballitos --ojo podrían volver si encuentran algún tipo de ayuda para su restauración-- las cunitas y los tradicionales puestos, han conformado un espacio público que no es una de las mejores imágenes de la Ciudad, en pleno conjunto histórico.

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El Colegio Oficial de Tapatólogos de la Provincia de Cádiz en colaboración con la revista Cosas de Comé  quiere aportar a la sociedad un documento para que todos los aficionados a la ensaladilla, que somos millones, tengan un sitio donde acudir en busca de buenas tapas para no ir al libre albedrío y no encontrarse con sorpresas. Para ello se ha creado el “informe ensaladilla” un dossier (que palabra más fina) que incluye desde la definición de la ensaladilla  hasta sus diferentes clases y las formas en que se puede encontrar, haciendo mención también a los males que la aquejan. A continuación publicamos el documento de trabajo que recoge algunos de los bares donde se sirven magníficas versiones de la ensaladilla en El Puerto, y que no está terminado. ¡Cojan el tenedor! y añadan sus propuestas para la guía.

Bar Apolo.
Calle Palacios esquina con Nevería.
Ensaladilla rusa, considerada el canon ‘clásico en ensaladilla’, heredera de la que se hacía en el desaparecido bar de enfrente ‘La Mina’. Lleva, además de las patatas, mayonesa,  aceitunas y chícharos. Suele ir a-tuneada, es decir con pedacitos de atún en aceite. Sigue el precepto de escuela, de adornarla con unas tiras de pimiento morrón y huevos cocido, además de repellarla con la mayonesa.

Bar La Herrería
Plaza de la Herrería número 2. No cierran entre semana.
Ensaladilla recomendada para la guía por Pepe Monforte, al autor del ‘Informe Ensaladilla’, por lo que nos remitimos a éste para ponderar sus cualidades.

Bar El Nuevo Portuense
Calle Luna número 31. Cierra los domingos
Ensaladilla clásica, con muchos ingredientes, pero muy bien ejecutada. Su autor es el cocinero portuense Diego Conejero Chaparro. Esta ensaladilla “marida” a la perfección con otra tapa estrella de este bar las sardinas empanás. Proponemos hacer pareja con ambas.

Bar El Pescaito
Calle Atalaya número 9 (Por detrás del Hospital Santa María de El Puerto). Cierra los martes, excepto en los meses de julio y agosto que abre todos los días.
Ensaladilla de doble cúpula, muy sencilla en los ingredientes, pero extraordinariamente jugosa. Aquí también proponemos otro “maridaje” y es acompañarlas con los boquerones en adobo del mismo establecimiento que comandan los hermanos Enrique y Antonio Gago.

Bar Er Beti
Calle Misericordia número 7. Cierra los miércoles
Ensaladilla servida al pegotón, clásica y jugosa. Lleva pocos ingredientes: pimientos morrones, huevo duro y un poquito de atún. Utilizan, como muchas buenas ensaladillas, la mayonesa de Hellman’s. Los picos del Horno de Roque perfectos para el panidaje.

Bar Levante
Avenida de la Bajamar número 2. Cierra domingos por la noche y lunes completos.
Ensaladilla típica de los bares de cocina moderna en cuanto a la forma, cilíndrica, y muy original en cuanto a ingredientes ya que lleva pulpo y langostinos. Ambos se ven, además. Creada por el cocinero Carlos Municio. La mayonesa es casera realizada con aceite de girasol y leche. No lleva huevo.

Casa Paco Ceballos
Ribera del Marisco, junto a Romerijo. Cierra los miércoles
Ensaladilla muy original ya que se presenta en una especie de “mousse” integrada por una muy suave mayonesa, las patatas y el huevo cocido, nada más. Fue creada por Paco Ceballos el fundador de Casa Paco Ceballos. La pareja ensaladilla y pavia de merluza es impresionante. Cualquier tapatólogo debe probarla.

La Bodeguilla del Bar Jamón
Misericordia número 5. Abre todos los días
Es una muestra de las ensaladilla clásica, de las que llevan atún. Por su forma entraría en lo que se llama la ensaladilla ‘al pegotón’ que es la que se sirve en el plato (un elegante plato hondo) mediante un hábil toque de cuchara por parte del cocinero. Una de las mejores cosas de esta ensaladilla es la generosidad en mayonesa, cosa que le viene perfectamente porque es suave. El índice de tropezones (proporción entre patatas y otros ingredientes) es perfecto y se pueden ver trocitos de zanahoria, huevo duro, atún en conserva y chicharitos, un ingrediente que cada vez se ve menos en las ensaladillas. Aunque lleva en la carta desde el principio, la ensaladilla actual es obra de Mamen Serrano.

Bar Pijota.
Calle Curva sin número. Abre todos los días excepto los domingos por la noche y los lunes. (En julio y agosto sólo cierra los lunes al mediodía).
Ensaladilla de gambas recomendada para la guía por José Daniel Lorenzo

Bar Pepito.
Calle Crucero Baleares número 7
Ensaladilla recomendada para la guía por Jesús. Se trata de una ensaladilla de tipo minimalista servida en forma cupular. Sólo lleva atún y patatas y el toque fundamental es una mayonesa casera hecha con huevo pasterizado. La ensaladilla la creó la cocinera Antonia Bonmati allá por la década de los 60 del sigloXX cuando abrió el bar y ahora su hijo, David Fernández Bonmati, mantiene la misma fórmula. Se sirve con picos de la panadería Santa María de El Puerto.

El Faro de El Puerto.
Ctra. de Fuenterrabía, Km. 0,5.
Ensaladilla Rusa de gambas con un toque de Vino Fino del Restaurante El Faro de El Puerto. En una próxima nótula en Gente del Puerto revelaremos la Fórmula magistral del Ensaladillismo.

ENSALADILLISMO.
Defininición. Se ocupa de estudiar todo tipo de ensaladillas desde la inmigrante, la rusa, hasta las del país, la de gambas o la de pulpo, uno de los últimos fenómenos de esta ciencia y que está en auge. Defínase como ensaladilla a toda preparación que sobre una base de papas cocías lleve como ingrediente necesario la mayonesa y a partir de ahí, echalé imaginación…que no quiero yo decirle lo que he llegado yo a ver como ingrediente de una ensaladilla.

El colegio establece como rama aparte del ensaladillismo a la papaaliología o estudio de las papas alioli, aunque admite como obra del ensaladillismo a las ensaladillas en que la mayonesa lleva un toque de ajo, siempre que lleven algún ingrediente más que las separe de las papas alioli (patatas, ajo, mayonesa y perejil).

Los ensaladillistas deben atender a la hora de estudiar esta ciencia a varios aspectos. En primer lugar observarán sus ingredientes y distinguirán entre los imprescindibles: patatas y mayonesa;  básicos: zanahoria y huevo, y los “embellecedores” entre los que deberiamos citar a todos los demás ingredientes que se le agregan, incluidos los chícharos (guisantes).  Sobre estos últimos se ha escrito mucho para dilucidar si la verdadera ensaladilla gaditana los lleva o no. De todos modos la corriente “chicharista”, que defiende la inclusión de este ingrediente parece ir en declive en pos de un estilo más “minimalista” de las ensaladillas con menos ingredientes. (Texto y Fotos: Pepe Monforte).

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Manuel Delgado Villegas ‘el Arropiero’, el asesino en serie, con 48 crímenes confesados, era incapaz de sentir culpa o de empatizar con sus víctimas, según el investigador que lo detuvo y que recorrió con él los escenarios de sus delitos. Salvador Ortega Mallén convivió durante tres años con el asesino múltiple más prolífico de la historia de España, Manuel Delgado Villegas, ‘el Arropiero’, un sociópata incapaz de sentir cualquier empatía con otro ser humano y absolutamente indiferente con el sufrimiento que causó a las 44 personas que confesó a la Policia haber matado y las otras cuatro que admitió ante su abogado, en varios casos con episodios de necrofilia.

Ortega, catedrático en Criminalística y Medicina forense y experto en estupefacientes, destinado entonces como policía en El Puerto de Santa María, lo detuvo y después viajaron juntos para reconstruir los escenarios por los que deambuló este transeúnte asesino, entre ellos Ibiza. «No sabemos cómo llegó a la isla». Allí acabó con la vida de la francesa Margaret Helene Boudri. Deambulando por el campo para hacerse con algo de comer llegó a Can Planas, donde vio luz y a la muchacha dormida en una habitación. La estranguló, pero después le asestó un par de cuchilladas leves para despistar a los policías y lavó el cuerpo. Cuando regresó custodiado para la reconstrucción «decía que habían cambiado el colchón», rememoró el investigador, a quien el inquilino le explicó que solo habían cambiado la funda. Se la volvieron a poner sin decirle nada al asesino, que al volver a verla la reconoció al instante. /Recorte de prensa de la época.

De izquierda a derecha, el criminalista Salvador Ortega que durante tres años junto a otro experto en criminología, Manuel Alcalá a la derecha, viajaron con el asesino en serie --quien aparece en el centro de la imagen-- por toda la península, “con una maleta de sumarios por resolver, buscando pistas de los crímenes que cometió”. “Con mucha dificultad nos ganamos su amistad, y gracias a estos viajes en los que nos movíamos por la calle y dormíamos juntos pudimos imputarle siete asesinatos”. Este fue “El primer y único viaje de este tipo que se ha llevado a cabo por ninguna brigada criminal”. Además Ortega resaltaba que con el escaso sueldo que ganaban no les daba para sufragar los gastos y tanto él como el juez, tuvieron que pedir sendos créditos para continuar con la investigación.

Fruto del tiempo que viajaron juntos, el criminalista asegura que si le dijeran que El Arropiero mató a 120 personas, «no le pondría pegas», tal era su indiferencia ante la vida. En la radio escucharon un día que en Mexico habían hallado más de cien cuerpos enterrados en la finca de un asesino. Delgado se sintió provocado: «Jefe, déjeme suelto cuatro días, que ese hijoputa no mata más gente que yo», asegura Ortega que le dijo El Arropiero totalmente en serio.?? Era analfabeto, disléxico y tartamudo, pero «no era imbécil». Buscó coartadas hasta para el crimen por el que le cogieron, el de una chica discapacitada mental que frecuentaba y que se prostituía entre los camioneros. En pleno coito, El Arropiero decidió que ella no le podía «poner cuernos» y la mató con sus propios leotardos. El curioso juicio moral de un vagabundo que también ejercía de chapero por un plato de garbanzos. Cuando le interrogaron dijo que había ido al cine y sacó su mitad de la entrada rasgada. «¿Quién conserva eso?» se preguntó el comisario. Por eso llamó al cine para ver si coincidían las películas que El Arropiero decía haber visto con las que proyectaron, y no coincidían. /Portada del documental.

El asesino y su captor.

Terminó por confesar su primera muerte y les llevó hasta el cuerpo. Después, por si acaso, Ortega le preguntó por otro cadáver hallado, el de un joven víctima del 'golpe de la muerte' (un golpe seco en el cuello) que aprendió en la Legión, que se haría tristemente célebre, y así empezó el recuento de sus víctimas. ??Lo anárquico de sus desplazamientos y la nimiedad de las causas por las que podía desatarse su violencia hicieron que no se le relacionara, hasta su confesión, con la mayoría de los delitos que cometió, incluso algunos de ellos pasaron por accidentes. Es el caso de Venancio Hernández, quien apareció muerto en el río Tajuña, en Madrid. El Arropiero, huyendo de la policía tras una reyerta, le pidió comida. «Viéndolo fornido como era, Hernández le dijo que trabajara como todo el mundo». El asesino admitió que «hasta que no oyó 'que dejaba de hacer glugú' no paró». ??Era oportunista, como cuando vio a un hombre dormitando en la playa del Garraf, en Barcelona, y le abrió la cabeza con una piedra para afanarle el reloj y la cartera. Del mismo modo zanjaba sus líos de faldas, y así sucedió cuando se emparejó con una señora mayor y «muu gorda» que vivía con su sobrina en Italia. Aquella le sorprendió encamado con esta. «Formaron tal escándalo que las tuve que matar a las dos», justificó El Arropiero.

Programa de "Dossier 21" (1993) de RTVE dedicado a la figura de Manuel Delgado Villegas, "El Arropiero", uno de los más conocidos asesinos en serie de la historia de nuestro país. El programa, que cuenta con una entrevista al personaje, del policía que lo detuvo y de caras y espacios conocidos de la Ciudad, algunas de los años 70, no llegó a ser emitido en su día por televisión española

Más información en GdP
201. El Arropiero. El vagabundo de la muerte.

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Integrantes del equipo de la Peña 'El Troncho', el 21 de junio de 1961

Bonitos recuerdos se agolpan mi mente de aquellos años, entre 1957 a1963, con los amigos de la Peña ‘El Troncho’: Antonio Miranda Garcia, Luis Soriano, Manolo Rojas, Luis Gatica, Juan y Antonio Reinado Ojeda, Miguel Marroquin, Manolo Murga, Manuel Ferruti, Roberto Vega, Manuel Romo Martínez ‘Lolete’, Ramón Suarez, José Antonio Sánchez, Luis Sucino Rico ‘Luini’ y ‘el Tito’. Formamos un equipo de fútbol, el Troncho CF, con las camisetas de color blanco, rayas negras, y calzones blancos. Recorrimos muchos pueblos de la provincia de Cádiz, y participamos en campeonatos locales de El Puerto, durante varios años, siendo campeones en algunas competiciones. Este tiempo fue el más bonito de mi juventud, tuve muchas amigas allegadas a esta entidad, a las que no quiero mencionar por si molesto.

Teníamos muchas actividades y me viene una a la memoria: todos los años por el mes de julio, nos íbamos a la playa, toda la noche, con comida y bebidas. Recuerdo el uniforme de los peñistas: niqui negro y pantalón azul añil. Los fines de semana hacíamos guateques. La mayoría de las veces  en el patio de la casa de Roberto Vega, en la calle Cielos, quien tocaba estupendamente el acordeón y que hoy ya no está con nosotros.

Integrantes del equipo de la Peña 'El Troncho', el 1 de mayo de 1962.

En El Puerto, jugué con vario equipos de fútbol, tales como El Casamata, en la selección del colegio de San Luis Gonzaga, y otros que arbitraban  ‘el Gordo’ Gatica, Juan ‘Chiqueté’, Morrito Morro y Antonio Ortega ‘el Churra’. (Texto: Antonio Cristo Ruiz).

Más información de la Peña El Troncho en GdP:
225. La Solidaria Peña El Troncho.

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Estrenando la motocicleta marca EGO en el Paseo de la Victoria el 6 de enero de 1958. Al fondo, el edificio de la Sericícola. De izquierda a derecha Vicente González Lechuga, Manuel García Sánchez, Manuel de la Rosa Vela y Juan Luís Bermudez Tejada

La imagen está tomada en la carretera de Sanlúcar, el mismo día: Manuel García Sánchez, Juan Luis Bermúdez Tejada y Vicente González Lechuga.

Garate, Anitua y Compañia, G.A.C. fue una empresa, eibarresa (Guipúzcoa)dedicada a la fabricación de bicicletas y motocicletas entre las que destacó la popular mobylette. La G.A.C. se fundó en Eibar a principios del siglo XX y como el resto de las fábricas de las de entonces, se dedicó a la fabricación de armas, en particular de pistolas. Una de las más populares de las que produjo fue el modelo Lira, conocida como La Lira que era una copia de la Manlincher de calibre 7,65 mm.

 La G.A.C. fue la primera de las empresas armeras que emprendieron el camino de la conversión a la bicicleta, pronto le seguirían otras como Orbea y BH. Para fomentar su uso y dar a conocer el producto en 1927 Eulogio Garate, Hermogenes Larrañaga y Eulogio Bustindui fundaron el Club Ciclista G.A.C. antecesor del Club Ciclista Eibarres, y comenzaron a organizar diferentes pruebas ciclitas por todo el país, de ellas saldrían las actuales competiciones como la bicicleta eibarresa, hoy conocida como euskal. A comienzos de la años 60 del siglo XX G.A.C. complementa su línea de productos con la fabricación, bajo licencia, de las motocicletas mobylette que rápidamente se popularizan en toda España.

 El crecimiento de la empresa hace que a principios de los años 70 decida abandonar las viejas instalaciones eibarresas, en el barrio de Txonta, y se traslade a unas modernas y amplias instalaciones de el barrio abadiñotarra de Matiena. Entonces la empresa contaba con una plantilla de cerca de medio millar de trabajadores. En este traslado del estrecho valle del Ego a las amplias campas del duranguesado la G.A.C. también fue de las pioneras. A ella y a otras empresas eibarresas de debe en nacimiento urbano de Matiena y la importancia industrial de Durango. /Fotos: Colección Vicente González Lechuga.

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María Vera, portorrealeña con ascendencia porteña afincada en nuestra Ciudad es la mujer de quien fuera Secretario General del PCE en El Puerto (1974-1981) y concejal del PSOE (1987-1991), Miguel Marroquín Travieso. Su historia es representativa de muchas mujeres que apoyaron a sus maridos en la conquista de la libertad que hoy gozamos, sufriendo privaciones, sintiéndose señaladas y en una situación de miedo permanente ya que desconocían en que circunstancias se encontraban sus maridos cuando eran detenidos por sus ideas políticas, o cuando sería la próxima vez. María Vera nos cuenta su historia.

«--Mi padre era de izquierdas. Mi madre en cambio, nunca se interesó por la política. Supe que a mi padre le interesaba la política y que era de izquierdas cuando conocí a Miguel: mi padre y él no paraban de hablar siempre de política. En mi casa nunca se escuchó ningún tema referente a la política, de manera que yo, tampoco me interesé por ella hasta que conozco a Miguel.  Entonces tenía yo 15 años. Miguel comenzó a llevarme a reuniones y, cuando cumplí 17 años también yo ingresé en el Partido. Mi padre lo asumió bien, en cambio mi madre no; cuando cayó Miguel preso, me decía: ‘Mujer, tan joven y lo que ya estás sufriendo, lo que estás pasando…’ Y era cierto, pero yo lo quería mucho y deseaba estar  a su lado».

¿Perteneció Vd. a la Sección Femenina? [rama femenina de la Falange Española, constituida en 1934 y disuelta en 1977]. María nos contesta rápidamente: «--No, yo solo pertenecí al Partido Comunista». ¿Como conoció a Miguel?. «--Mi madre era de Puerto Real, pero mis abuelos vivían aquí, en El Puerto de Santa María. Yo pasaba mucho tiempo con mis abuelos y me hice amiga de la hermana de Miguel. Yo tenía 15 años y él 17». /Publicidad de la Sección Femenina.

«Me fui enterando poco a poco que Miguel estaba metido en política. Al principio me decía: ‘Me voy a una reunión’ (antes no se podía ni nombrar al PC). Yo me preguntaba que para que iba a una reunión, una reunión de que… Hasta que me dijo que pertenecía al PC, y como estaba enamorada de él no me importó. Empezamos a trabajar los dos. Me uní con las mujeres que también estaban en el Partido y asistía a movilizaciones.

LA CAIDA DE LOS SETENTA.
Recuerdo la caída de los setenta, cuando muchos amigos y compañeros cayeron presos. Y por supuesto, mi marido. Hubieron muchas concentraciones para intentar sacarlos de la cárcel. Nos metimos en la Iglesia Mayor tres días. La policía intentaba entrar pero no podía. Hubo muchos palos… No conseguimos nada, a Miguel se lo llevaron a Cádiz, donde estuvo tres meses. Después lo trasladaron a Madrid para el juicio y le condenaron durante tres años, luego volvió a caer a los seis meses y cumplió una condena de 18 meses en Palencia. Estuvo en muchos sitios, en Jaén, Madrid, Palencia, en El Puerto, en Cádiz. En el Penal solo estuvo cuatro noches, pero según él fue el mas horrible… /Logotipo realizado en hierro del Partido Comunista.

No me quedaba tranquila cuando mi marido salía por las noches a tirar octavillas o a reuniones, pero… ¡Que iba a hacer! Siempre estaba muy asustada y, cuando tuve a mi hija peor, aunque realmente el miedo y la angustia siempre fue la misma. Era horrible escuchar en la tele o en la radio cualquier cosa y de repente pensaba… ¡Seguro que van a venir a por él! Hemos sufrido muchísimo, solo de pensarlo… si tuviera que volver a vivirlo preferiría morirme antes.

DETENCIÓN Y BODA.
La primera detención de Miguel fue en el setenta, yo era su novia, nos íbamos a casar. Estaba metiendo los muebles en mi casa cuando me dijeron que se lo habían llevado. Me dijeron: ‘A tu novio se lo han llevado, pero solamente le van a hacer unas preguntitas y sale enseguida, ahora mismo viene para acá’. Me llamaron y me dijeron que estaba preso, salió a los tres meses, entonces fue cuando nos casamos, en julio. Nos casamos por la iglesia, pero lo hicimos, sobre todo, por mi madre. Cuando detuvieron a Miguel, que cogieron a tantísima gente, mi padre se fue al campo --había estado en la Guerra Civil--, hizo un agujero y enterró todos los libros que mi marido le había dejado. /Una imagen del joven Marroquín.

Por supuesto, por parte del Estado no teníamos ningún tipo de ayuda. Provenían de los trabajadores, las empresas, … Pero realmente la ayuda que teníamos en aquellos momentos tan difíciles errar de la gente del Partido. Aquella cuota que pagábamos se utilizaba para estas cosas, para momentos de urgente necesidad. Pero aún así, si por cualquier razón no hubiera suficiente dinero de las cuotas para alimentar a una familia donde el padre estuviera preso [político], las demás familias se encargaban de que no les faltara casi de nada, o al menos no se quedaran sin comer. Allí todos éramos como una familia.

Tenía mi hija cuando a mi marido se lo llevaron preso [Eva Marroquín Vera nació en 1971] cuarenta días. Le tuve que quitar el pecho. Estuvo un año y pico. No tuve mas remedio que irme con mi suegra, no tenía a mi gente aquí, y estaba completamente sola. Estuve así hasta que me fui para Palencia, a cuya cárcel trasladaron a Miguel.

LA CÁRCEL.
Cuando estuve en Jaén llevé a mi hija para que viera a su padre.  Ella era muy chica, tenía siete u ocho meses. No paraba de llorar, no quería estar con su padre, no lo conocía. Se llevaron a su padre cuando ella tenía cuarenta días, era normal que no se acordara… Ella no paraba de llorar cuando Miguel la cogió en brazos. Aquello le dolió muchísimo, es muy duro que, sin haber hecho nada, te quiten la libertad, pero peor es aún que te priven de los primeros pasos de tu hija… él lo lamenta muchísimo. Cuando estuvo preso en Cádiz no la llevé. Ni siquiera me dejaban entrar a mí, me tenía que hacer pasar por la mujer de otro para que me dejaran entrar.

Antigua Cárcel de Palencia, donde su marido estuvo preso.

PALENCIA.
A los dos o tres meses de estar en Jaén lo trasladan a Palencia. Me fui para allá, llevándome, por supuesto, a mi hija que era aún muy pequeñita, tenía entonces 18 meses. Nos tuvimos que ir a una pensión. Allí pasé lo mío, mi hija y yo, tuvimos que, incluso, dormir en el suelo… después Miguel conoció a un señor en la cárcel. La mujer de aquel hombre estaba en la misma situación que yo, de manera que, alquilamos una casa juntas y nos apoyamos mutuamente mientras que nuestros maridos estaban presos. Así estuve un mes y pico. En Palencia Miguel tenía un régimen abierto, el cual consistía en lo siguiente, trabajaba fuera de la cárcel, en una imprenta, comía en mi casa con nosotros --entonces fue cuando mi hija comenzó a conocer a su padre--, y tenía que dormir en la cárcel.

María Vera en el centro de la imagen y su marido Miguel el Día del Trabajo de 1979. Entre los manifestantes, se puede ver a José Marroquín “Alicate” y a la derecha de la fotografía, al padre de Isabel Oreni Mayi, suegro de Antonio Álvarez Herrera, Fernando Oreni. La fotografía está tomada en la calle Luna, a la altura del antiguo Banco Hispano Americano, esquina con la calle Larga.

A mi hija nos la llevábamos  todos sitios, venía a manifestaciones, por las tardes al Partido, donde tenía sus amiguitas. Donde no nos la llevábamos era a las concentraciones grandes, porque allí lo único que había era muchos palos.

TORTURAS.
Cuando fui a verlo al Juzgado, la primera vez, le habían dado una paliza que no sé ni como no me lo mataron… tenía el oído reventado, la boca reventada, … estaba totalmente desfigurado. La nariz se la dejaron hecha polvo… No quiero ni acordarme, yo no sé ni como me pude mantener en pie cuando lo vi en aquella habitación. Y le hacían todo aquello sin que ellos se dignaran a hablar, si hubieran hablado… ni quiero ni pensar lo que le podían haber hecho. Aquella no fue ni la primera ni la última vez que le hacían eso.

Las banderas preconstitucionales de España, FE de las JONS (Falange Española de las Juntas Ofensivas Nacional Sindicalista), la de España con el escudo del águila y la bandera tradicional Carlista, ondeando en el balcón principal del antiguo ayuntamiento en 1970 cuando aún estaban las centenarias araucarias.

LA ENFERMEDAD.
Cuando él salió de la cárcel me entró una pancreatitis y estuve al filo de la muerte. Aquella enfermedad fue a causa de tantos disgustos un día tras otro… Cuando salí del Hospital él me preguntó si quería que dejara la política. Yo le dije que no, que siguiera trabajando, que no se preocupara, que no hacía falta… Me siento muy orgullosa de él, de mi y de mi hija [tienen otro hijo, Miguel, mas pequeño], de todo lo que hemos pasado, de lo fuertes que hemos sido y de que nunca nos hemos echado para detrás, que es difícil no hacerlo…

EL ENTORNO.
Nunca tuve apoyo por parte de los vecinos. Ellos lo sabían pero no querían saber nada. Nadie quería saber nada, todo el mundo tenía mucho miedo, no los culpo, todos estábamos aterrorizados. Una vez entraron en casa de mi vecina --a ella le habían fusilado a toda la familia, solo quedó ella- ¡Pobre muchacha! Ella sabía que Miguel estaba en la cárcel, pero no se atrevía ni a preguntar. ¡Que lástima de mujer!

Todos pasamos mucho. Recuerdo que cuando Miguel tuvo uno de los juicios, no recuerdo exactamente cual fue, entre condena y condena se le juntaron 20 años de cárcel. ¡Yo me quería morir! Tenía a mi hija muy pequeñita y pensaba: ‘¿Que hago yo con mi marido 20 años en la cárcel? ¿Mi hija no va a conocer a su padre hasta que cumpla veinte años?’ Me fui a casa de mi suegra, porque tenía a la niña muy chica. Me metí en una habitación y no salía para nada, hasta que, menos mal, que Miguel salió a los seis meses y se lo llevaron para Palencia, entonces nos fuimos con él. ¡Aquello fue horrible!».

HABLA LA HIJA.
Rememora su hija Eva: «--Recuerdo perfectamente un día que vinieron a llevarse a papá. Ya yo era más grandecita y lo recuerdo con mucha claridad. Fue en 1976, después de que Franco muriera. Yo fui la que abrió la puerta, era muy tarde, por la noche, y aparecieron delante de mi dos hombres muy bien vestidos y demasiado altos. Así es exactamente como lo recuerdo. De repente vi que mis padres se iban corriendo hacia su habitación. Yo me preguntaba que pasaba… mi padre empezó a vestirse. Yo me decía a mi misma: ‘¿Donde va mi padre con lo tarde que es?’. Mi padre desapareció con aquellos hombres tan altos y tan bien vestidos, y mi madre empezó a vestirme y nos fuimos a la calle a buscar a mi tío, que era abogado, para ver si podía hacer algo para que mi padre volviera a casa, con su familia, que ya había sufrido bastante».  (Texto: Leticia Sánchez Moy y María Mercedes Aguza Carrascal).


 

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Parece que fue ayer cuando se caía una moneda de una peseta, e incluso una perra chica o una gorda y hasta sonaba a dinero. Vd. habrá comprobado de ciencia propia que hoy [el artículo está escrito en la década de los noventa del siglo pasado] se cae al suelo una moneda de quinientas pesetas y no suena a nada. La verdad es que la peseta está depreciada, desprestigiada y vilipendiada. Ya se sabe, según ha dicho Solves, preclaro dirigidor de la economía patria, que la culpa de todo la tiene el P.P. /En la imagen de la izquierda, Antonio Leiva Aguilar 'Severo'.

Vd. con una peseta en el bolsillo hace el ridículo. Vamos, el ridículo se hace hasta con dos mil duros en el bolsillo y aun con más. Tiempo hubo en que con una perra chica, convenientemente golpeada sobre el cristal de la vitrina de un carrillo o sobre el mármol del mostrador de un almacén de ultramarinos, se alertaba al dependiente y hasta le producía al dueño ese sonido una especie de orgasmo financiero venial.

Cuando una patulea de niños, cada uno proveído con su perra chica o su perra gorda, se acercaba a un carrillo, lo de cajón era golpear con la perra y añadir gritando:¡Oiga, despacháaa!. Alrededor del Teatro Principal, siempre hubo un especial clientela fija. Alrededor del Teatro, se instalaron los carrillos, primero, el de Severo; luego, durante un tiempo el del "Guardapavos"; y luego el de Carmelita "La Rubia", frente por frente, en la parte más estrecha de "La Placilla" a la entrada de la calle San Bartolomé. /En la imagen de la izquierda, la tercera mujer de Severo, Rafaela Morón Suárez.

DEL CAMPO AL CARRILLO.
A "Severo" lo hizo vendedor de chucherías su médico, don Rafael Rioja. Fue unos años antes de la guerra civil. Pero Severo, no se llamaba Severo; Severo se llamaba Antonio Leiva Aguilar. Lo de Severo le venía de su padre y de su abuelo. Severo era de campo. Tenía una finquita en el Pago de Cantarranas, en las arenas, y otra en un lugar llamado "Los Navazos". La verdad es que don Rafael Rioja le encontró no se sabe qué dolencia y le aconsejó, como primera medida, dejar el campo.

Con las quinientas pesetas que obtuvo con la venta de las fincas, Severo se vino a vivir a la calle del Postigo mandó construir un hermoso carrillo, con ruedas de bicicleta, vitrina, depósito en la parte inferior, cubierto todo con un gran toldo de lona graduable. Con este armatoste, Severo se instaló, primero que nadie, en la boca de la Placilla, sobre el muro del frontero Teatro, justo al lado de la puerta del Bar "La Concha". Allí, Severo se convirtió en el "Rey de las pepitas", porque pepitas se llamaron siempre a lo que hoy son pipas e incluso piponazos.

El Carrillo de Severo, atendido por su mujer, Rafaela.

LAS TRES BODAS DE SEVERO.
Severo, como Fernán Caballero, se casó tres veces. Severo, de sus matrimonios dejó una prole compuesta por Anita, Milagros, María, Juan José y Paco, éste último fallecido. Severo, ceñido por su gran cinturón, con los pantalones caídos, la barriga pronunciada, su sombrero o su boina, se convirtió en el recaudador del "peaje" a la Placilla. Por cierto que Severo ha quedado en dichos populares. Cuando a un niño se le veía con la correa apretadita, por debajo del ombligo, y los pantalones faltos de tiro, se le decía: «--Anda, hijo, que te pareces a Severo, el del carrillo».

Pues bien, aquel lugar donde Severo asentó su negocio, además de ser un incesante "pasito de tórtolas", tenía el aliciente de las sesiones matinales de los domingos en el Teatro, esto es "la infantil", en la que todos nos divertimos viendo "Piter Pan", "La Dama y el Vagabundo", "Blancanieves y los siete enanitos" e incluso lloramos a lágrima tendida con "Marcelino, pan y vino", comiendo pepitas, tostadas y saladas, con ese puntito único que les daba Severo, quien aparece en la imagen de la izquierda.

PIPAS TOSTADAS.
Y nada de bolsas de plástico, ni fórmulas cualitativas. En cucuruchos de papel de periódico, que lo que no mata engorda, allí se expedían, una chica, una gorda, e incluso dos reales en casos de economía boyante, las sabrosas pepitas. Tal era la cantidad de pipas que vendía que, en numerosas ocasiones, tuvo quejas de Manolo, de Pepe y de Eduardo Nuchera por el cúmulo de cáscaras que quedaban en el patio de butacas, en las plateas, en los palcos y, sobre todo, en el "gallinero", una vez concluidas las sesiones cinematográficas. Pero, en particular eran famosas las llamadas al orden de Güelfo, el diligente y eficiente portero y acomodador, cuando subía de tono el crujido de las pipas o alguno se ventoseaba en el "gallinero". "De ahí para abajo, todo el mundo a la calle", decía,  y requería a los serenos "Pacuqui", Espinosa, "Merengue" o cualquier otro para que evacuara a los crujidores o al presunto ventoseador.

Severo fue a más. Su principal fuente de riqueza fueron las pepitas de girasol, pero no abandonó nunca el "paloduz", el citrato, las algarrobas molidas, los caramelos, los altramuces, y mil y una chucherías, además del triquitraque, las mechas y piedras de mechero, el tabaco de cuarterón, el papel de fumar, las cerillas, etc., etc. etc. El carrillo lo guardaba, de noche en la parte trasera, por la calle San Bartolomé, de "Las Columnas", propiedad de Quintín Puente, pero donde tenía su cuartel general era en una accesoria de la calle Cielos, justo enfrente de la calle Santa Clara, destinada a almacén y tostadero.

LA COMPETENCIA: GUARDAPAVOS Y LA RUBIA.
Pronto, a Severo le salieron competidores. A su lado colocó el carrillo, aunque efímeramente, el "Guardapavos". Así dicho, seguramente no sabrá Vd. de quien se trata, pero si le digo que era el "tío de las cadenas", que salía de penitencia en la procesión del Nazareno, con una enormes cadenas atadas a los pies, detrás del paso de Cristo, ya habrá Vd. caído de quién se trata.

Rafaela y su hija Milagros, casada con José Rebollo 'el Rubio', en el carrillo.

Frente por frente, se le instaló a Severo, Carmelita "La Rubia", con un carrillo bien surtido, que regentaba ella misma pero, sobre todo, su sobrino, José Rebollo "El Rubio", quien --lo que es la oligarquía y la endogamia tanto en el negocio del vino, como entre las nobles familias de cargadores a Indias, como entre los propietarios de carrillos de chucherías-- se casó con una hija de Severo llamada Milagros. "La Rubia" durante el día atendía, con su sobrino, el carrillo de la Placilla y, por la noche, su kiosko del Parque, en la esquina de enfrente de la tribuna de la música.

OTROS CINES.
Tras del invento de Severo, en los aledaños de otros cines, como en el "Macario", por ejemplo, se instalaron una pareja de viejos, con su carrillo. Eran José de los Reyes y de los Reyes, "El Chato Paterna", y su esposa. Enfrente puso su carrillo una buena anciana, llamada Juana, que tenía un rodete y en su cara y en sus manos tenía señales de padecer de vitíligo. A la puerta del cine "Colón", recuérdese, también, el carrillo de Manuel Álvarez "El Cochero" y  a "El Gamba" con su negocio de higos de Lepe metidos en miel. Y en todos los cines, las capachas de piñones: "¡Piñones, como cabezas de gorriones!", que pregonaban, y cada vez a la medida, un cajoncito de madera muy pequeño, se le añadía más y más papel de estraza doblado en el fondo en franco fraude comercial. /Rafaela Leiva, en el carrillo del lateral del Teatro Principal.

LAS VENTANITAS.
No es lugar este para hablar de las "ventanitas" que surtían, en las cercanías de los colegios, migas, academias y escuelas, a los más pequeños. Estas "ventanitas" regentadas por tal cual viuda de un carabinero, o por una viejecita de "estado honesto" proporcionaban el suplemento necesario a la pensión de viudedad o a la ayuda del montepío tan escuetas.

Puede decirse que Severo --a la izquierda de la imagen fotografiado en la calle Postigo-- fue el pionero del carrillo de chucherías y que Carmelita "La Rubia" lo fue del kiosko. Perdidos ambos, un Concejal del Ayuntamiento portuense, Juanito Ponce, propuso a la viuda de Severo cambiar el carrillo por un kiosko. Así se hizo y, mientras estuvo en pie el Teatro Principal, se mantuvo en su mismo sitio. Luego, incendiado el Teatro, se trasladó a la Plaza de Juan Gavala, donde se mantiene. Pero ya, los niños no hablan como antes, porque la caja tonta les ha homogeneizado el lenguaje, no tienen tatas, y sus maestros son de fuera. No hay perras chicas, ni perras gordas, ni moneditas de dos reales, ni las pesetas suenan a dinero, ni se golpea la vitrina, ni el mostrador al grito de "¡Oiga, despacháaa!". (Texto: Luis Suárez Ávila).

Más información en GdP:
104. SEVERO. El carrillo de la ilusión.

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Decir ‘Kiliki’, es trasladarse al pasado ‘esplendoroso” de La Placilla. Desde que tengo conciencia --si es que alguna vez la he tenido-- me acostumbré a ver a muchos comerciantes, dejarse la piel día a día. Cada uno tiraba del carro de su vida, con uñas y dientes, sabedores de que en la vida pocas cosas hay gratis. A ellos desgraciadamente les toco luchar muy duro, por todo lo que con valentía y esfuerzo lograron. La familia Tejada Bautista, no iba a ser una excepción: desde las primeras luces del alba Francisco Tejada Torres ‘Kiliki’ natural de El Puerto, --nacido el 17 de Abril de 1911 y fallecido el 19 de Marzo del 1986-- se preparaba para su laboriosa jornada laboral. Vivieron en la plaza del Polvorista, en la calle Cantarería y en la nueva barriada de Crevillet.

KILIKI.
El origen de la palabra kiliki es desconocido, aunque algunos estudiosos apuntan a que proviene del euskera kili-kili, que se traduciría como, moscorra, curda… El Kiliki es un personaje que forma parte de la tradición navarra: la comparsa de gigantes y cabezudos de Pamplona aglutina a un conjunto de figuras de cartón piedra, que incluyen gigantes, cabezudos, kilikis y zaldikos, así como a quienes lo portan. Acaso nuestro Francisco Tejada Torres viajero y feriante infatigable por las Ferias y Fiestas del país recordara a alguien la fisonomía de estos personajes de ficción, tocados con un tricornio y… Kiliki se le quedó para siempre. /En la imagen de la izquierda, cartel las fiestas de San Fermín 1997, dedicado al Kiliki.

Kiliki y su mujer, junto a su padre y hermanos en la tómbola que tuvieron en Canarias.

CANARIAS.
Kiliki contaba con la inestimable ayuda de Juana Bautista Díaz- su esposa- y años más tarde de sus hijos Milagros y Salvador. Poco imaginaban Francisco Tejada y Milagros Torres padres de Kiliki que en el traslado para trabajar en la bonita Isla de La Palma, una canaria simpática y bonachona sería la fiel compañera de su niño. Juana fue una compañera infatigable, --las mujeres de su generación parecían estar hechas de otra pasta-- trabajadora constante y una luchadora nata.

La mujer de Kiliki, Juana Bautista Díaz en el puesto de la Placilla instalado delante de la puerta de los artistas del Teatro Principal.

ENTRE EL PARQUE Y LA PLACILLA.
Los derroteros de la vida llevó a los padres de Kiliki a trabajar en Tómbolas, casetas de Feria y venta ambulante. Una de estas casetas, concretamente de tiros, se montó en el Parque Calderón y la fatalidad quiso, que un cliente errara el tiro y para su desgracia un plomillo le diera de lleno en la cara. A consecuencia de este hecho perdió un ojo, pero afortunadamente no su alegría, ni sus geniales ocurrencias. De vuelta a El Puerto, sus padres por fin recalaron en La Placilla. Instalaron una Reolina en los alrededores de la Plaza de Abastos, el premio consistía en una pastilla de jabón, un paquete de galletas o de tabaco, la tirada era a 10 céntimos. ¿Curioso verdad?

Kiliki, en la Feria de Ganado en El Palmar de la Victoria sentado en el suelo, sobre él su hermana Pepa y a la derecha de ésta, la mujer del pintor Juan Lara. El niño de pié es Juan José Lara ya fallecido, hijo del pintor de la luz.

Kiliki, Antoñito Castilla (de la desaparecida imprenta y papelería Pérez Pastor que estaba en la calle Larga entre Luna y Palacios) y Manuel García, empleado municipal padre de Manolo García Campos, contertulios de Casa Lucas (ver nótula 037 en GdP).

Pasado el tiempo, los tres hermanos, pusieron sus puestos en la Placilla. Kiliki y Juana se instalaron junto a la puerta de los artistas, del desaparecido Teatro Principal. En aquellos momentos sus vecinos eran Carmen apodada ‘la Bigotona’, la señora Pepa, José Ramírez –alpargatero- y su genial hermana Pepa. Esta última junto a su bonachón y sonriente marido Manolo Bermúdez Riqué, comerciantes ya veteranos de La Placilla, les dieron la bienvenida no solo a Kiliki, sino también a Félix tercero de los hermanos Tejada Torres.

Pepa 'la de la Quincalla', la hermana de Kiliki, junto a Basti el carnicero y Eduardo, en el puesto de la plaza, frente al puesto de congelados.

SU HERMANA PEPA.
Si me permiten una pequeña licencia, querría destacar a la persona de su hermana Pepa, 'la de la Quincalla' . Para casi toda la Placilla ella y Pepe –el de los ultramarinos Los Dos Pepes- eran dos personas con un sentido del humor extraordinario y ambos dos con un corazón que no les cabía en el pecho. Afortunadamente Pepa goza hoy día de buena salud --vive en Jerez-- y atesora una memoria prodigiosa. Esperemos que nos siga alegrando por mucho tiempo con esa su preciosa y dorada sonrisa.

En la imagen, Miguel, de Plateria Iglesias, Pepa Tejada y Milagritos, niño desconocido, en la Placilla.

Pero volvamos al principio de su llegada a la Placilla. Desde ese día, era normal verlos en las labores de acarreo de la mercancía, con su pequeño carrillo daban mil y un viajes, siempre cargados, siempre infatigables una y otra vez. Pero… ¿que hacer?, eran tiempos duros, en los que ganarse el sustento no era tarea fácil para nadie. Vendían un poco de todo: unos sartenes, platos, vasos, lámparas, búcaros, macetas etc. Cuando llegaba la época navideña, era fácil encontrar entre sus artículos las desaparecidas matracas, así como las zambombas, panderetas etc. Había que adaptarse a todo, no quedaba otra.

Juana y su hija Milagros, en el atiborrado puesto de la Placilla.

MILAGROS Y SALVADOR.
Años más tarde, Milagros y Salvador dignos hijos de sus padres se incorporaron al negocio familiar. Con ellos llegaron nuevos ímpetus y renovadas ilusiones. Milagros era una trabajadora nata como su madre, desde muy jovencita, se tomó su trabajo con gran responsabilidad, deseosa de echarles una mano a sus padres. Despierta y con una sonrisa franca que hacía que fuera muy apreciada por todos. A menudo la veía pasar con su carrillo, y me admiraba de su gran fortaleza. El carro iba cargado de género y ella tiraba de él con gran presteza, sin perder ni el agrado ni su preciosa sonrisa. Milagros no solo es una gran trabajadora, también una mujer extraordinaria.

Milagritos y dos amigos en el puesto, frente a Calzados Heredia.

Poco después fue Salvador quien se incorporó a la empresa familiar. Salva tiene ese ‘pellizco’, de las geniales ocurrencias de su padre, buen trabajador, supo innovar el negocio familiar, con la venta de otro tipo de artículos. Ya ni el carrillo era el de antaño, mucho más apropiado, y provisto de un pequeño toldo, para esos momentos de apuro, en los que la lluvia hacía difícil la recogida de tanto género.  Me gustaría destacar la gran nobleza y honestidad de esta familia.  Mi amigo Paco Rodríguez Lores me recordaba lo buen amigo de sus amigos que era Kiliki y como la gracia natural y espontánea era una de sus rasgos más característicos. Y sí aunque yo añadiría la entrañabilidad de todos y cada uno de los Tejada. (Texto: María Jesús Vela Durán).

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Con motivo del primer centenario de la inauguración de la Parroquia de San Joaquín de El Puerto, se va a presentar en breve un libro recordatorio de esta efemérides cuyo autor es el porteño Luis Alba Medinilla (con nótula 822 en GdP). Para despejar el camino  a esa presentación, hoy, traemos a esta web unos pequeños apuntes extraídos de la amplia recopilación de datos realizada por su autor de cómo se gestó el nacimiento de la popular Parroquia.

En el encabezamiento del Libro 1º de Bautismos figura una nota manuscrita del primer Cura Párroco que la dirigió, el Reverendo Salvador Martín Rodríguez, que dice textualmente: Se inauguró la Parroquia en el día 1 del mes de noviembre de 1911. Salvador Martín’. Y esta misma nota se repite en el encabezamiento del Libro 1º de Matrimonios, en el de Defunciones y en el de Confirmaciones.

Los antecedentes a la misma se sitúan en el 4 de septiembre de 1728, día en el que se celebró la primera misa en una sala baja de unas casas cedidas al efecto en la calle Cielos frente a la de Ginés de la Fruta, constituyéndose como Ayuda de Parroquia de la Iglesia Mayor Prioral. Los promotores de la construcción de la Iglesia de San Joaquín fueron Francisco Moreno, Vicario de la Prioral, y el Reverendo Pedro Ambrosio Rodríguez Villarello, Capellán del Convento de la Reverendas Madres Capuchinas. Ambos personajes solicitaron licencia de construcción al, todavía en aquellas fechas, Conde de El Puerto de Santa María, Nicolás Fernández de Córdoba y de la Cerda, Marqués de Priego y Duque de Medinaceli, que la otorgó en Madrid el 21 de diciembre de 1728. La construcción de esta primitiva iglesia se sufragó a costa de limosnas, y se inauguró en el año 1737 según publica en su Historia de El Puerto Anselmo José Ruíz de Cortázar. Durante casi dos siglos se mantuvo la labor de esta Iglesia Auxiliar del Señor San Joaquín hasta el momento en que fue elevada al rango de parroquia independiente el día 1 de noviembre de 1911, año en el que se inició su actividad pastoral. /En la imagen, el paso de la Veracruz procesionando, cuando ya estaba su sede en San Joaquín.

Boceto del retablo de San Joaquín, obra de María F. Lizaso.

Las nuevas instalaciones nacían con un impedimento de envergadura que a la postre resultaría definitivo para su posterior desarrollo. La vieja iglesia auxiliar de la que apenas existen datos contrastados tenía una característica bien conocida, y era la de su pequeñez, heredada de sus primeros tiempos; era poco más que una ermita que la hacía inviable como nueva institución parroquial destinada a la atención religiosa de la mitad de la población de El Puerto.

Interior de la Parroquia de San Joaquín, al fondo el retablo en el altar mayor realizado por el porteño José Ovando.

Tras algunas vicisitudes de localización por mor del poco espacio (estuvo hasta 1917 en la entonces Iglesia de San Juan de Dios, sita en la calle Luna núm. 11, donde hoy día se ubica la Congregación de Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús), volviendo ese mismo año a su sede en la llamada calle Federico Laviña (hoy Cielos) que fue remodelada a través de la iniciativa de un parroquiano que costeó las obras, aunque su espacio vital no quedó con la capacidad que realmente se requería para la ocasión.Finalmente y bajo los auspicios del Cardenal Eustaquio llundain Esteban (en la imagen de la izquierda), arzobispo de Sevilla, el día 23 de mayo de 1927 se cierra nuevamente la Parroquia para realizar las obras de ampliación definitivas que con más o menos reformas ha llegado hasta nuestros días. Durante el periodo de obras se habilitó para Parroquial la Iglesia del Convento de las Reverendas Madres Capuchinas, teniendo lugar la inauguración de la nueva Parroquia un año más tarde –el domingo 9 de junio de 1928- sin el retablo que actualmente luce el altar mayor.

Luis Bellido Salguero, quien fuera durante muchos años párroco de San Dionisio en Jerez, estuvo destinado en El Puerto y, como se aprecia en la imagen, imponiéndole en San Joaquín la insignia de Acción Católica al niño Enrique Pedregal Valenzuela, (con nótula núm. 841 en GdP), en presencia de Luis Almansa.

Con la guerra civil de por medio y una posguerra que marcó a sangre y fuego el devenir de varias generaciones de españoles, es en 1945 cuando se empieza a tener noticias del proyecto de retablo mayor que el párroco de la época –Don Manuel Salido- tenía anotado en su hoja de ruta, amén de aumentar en cuanto pudiera el valor patrimonial y artístico del recinto parroquial. El escultor elegido fue el porteño José Ovando, formado en la Academia de Bellas Artes de Santa Cecilia y discípulo del afamado escultor Castillo Lastrucci.

En la fotografía, tomada en 1952, aparece el equipo de monaguillos de San Joaquín: de izquierda a derecha, Manolo Girón ya por entonces sacristán (con nótula 110 en GdP), Manuel Salido, Cura Párroco, Antonio Espinosa de los Monteros, ayudante de Sacristía, y los monaguillos Gabriel Núñez, Diego Oviedo, Fernando Bueno y el niño Antonio.

José María Rivas Rodríguez, párroco durante 38 años de San Joaquín sucedió a Manuel Salido Gutiérrez, párroco igualmente de  dicho templo, cuando el segundo marchó a la Iglesia Mayor Prioral. En la imagen con el alcalde Miguel Castro Merello, en el ágape que siguió al pregón de la Semana Santa el 16 de marzo de 1959

El retablo fue costeado en buena medida por la Hermandad de la Vera Cruz y por suscripción popular que se abrió en la ciudad, quedando inaugurado el 19 de marzo de 1947 con una Misa solemne oficiada por el propio cura párroco y con la asistencia de las autoridades civiles y militares de la época, así como por una amplia representación de las Hermandades de Penitencia.

Guillermo Camacho Negreira, actual párroco de San Joaquín, durante esta semana siendo recibido por el alcalde de la Ciudad, Enrique Moresco, con motivo de la efemérides del centenario del templo portuense. Fueron coadjutores del templo Juan Luis Calvo Guerrero y Eduard Mc'oi.

Según palabras del profesor de Historia del Arte Francisco González Luque, la obra de Ovando funde los elementos arquitectónicos, escultóricos y ornamentales con gran acierto, logrando el ennoblecimiento del altar mayor de San Joaquín. Un siglo da para mucho o para poco, según se mire, pero no cabe duda que la Iglesia de San Joaquín ha estado inmersa y formando parte muy activa de las historias y vicisitudes de nuestra ciudad y sus habitantes en la última centena de años vividos. (Texto: Manolo Morillo).

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