
| Texto: Verbigracia García L.
Cada año, estudios y rankings intentan medir un concepto tan subjetivo como la felicidad, y el Spain Happy Index no es la excepción. En su reciente informe, El Puerto de Santa María ha sido calificado como el municipio más feliz de la provincia de Cádiz, con una puntuación de 86,88. Pero, ¿qué hay detrás de estos números?
Según el citado informe, los criterios utilizados incluyen calidad del aire, seguridad, oferta de ocio y esperanza de vida, junto con otros factores como clima y acceso a infraestructuras clave. Sobre el papel, El Puerto parece sobresalir, pero un análisis más detallado revela que la percepción de felicidad es mucho más compleja de lo que reflejan estos datos.
Aunque el estudio considera a El Puerto un lugar seguro, los vecinos han manifestado su preocupación por la delincuencia en ciertas zonas.

Si bien la oferta de ocio y la gastronomía son puntos fuertes, la calidad de servicios esenciales como la sanidad y el transporte público es una de las principales quejas de los residentes. Las largas listas de espera en centros de salud y la insuficiencia del transporte interurbano son problemas recurrentes que este tipo de rankings no suelen reflejar.
El informe valora la accesibilidad de la vivienda, pero no menciona el crecimiento de los alquileres en los últimos años, impulsado en parte por el turismo y la proliferación de pisos vacacionales. Para muchos jóvenes y familias trabajadoras, este fenómeno se ha convertido en una barrera para poder asentarse en la Ciudad.
Más allá de los números, la felicidad en un municipio depende de la experiencia diaria de sus habitantes. Mientras algunos celebran el reconocimiento, otros se preguntan si estos rankings reflejan la vida real o son solo una versión embellecida de la realidad.

Porque al final, ¿qué significa realmente ser la ciudad más feliz? Para los que disfrutan de la playa y el tapeo por la Ribera del Marisco, quizá la calificación tenga sentido. Para aquellos que lidian con servicios públicos saturados o la incertidumbre económica, la felicidad puede parecer un concepto mucho más esquivo. No se mide solo con estadísticas, sino con experiencias.
Que El Puerto de Santa María haya sido tipificado el municipio más feliz de Cádiz no es, en cualquier caso, una afirmación del todo gratuita. Siempre es bueno que nos valoren por algo, sin caer en la zona de confort. Aplaudir que hablen de nosotros… aunque sea bien. Este título pone en valor las playas, la gastronomía, el clima y una oferta de ocio que atrae tanto a nativos como a visitantes. Más allá de las cifras y las críticas, es una oportunidad para celebrar lo que hace especial a esta Ciudad: su capacidad para ofrecer instantes de alegría y bienestar --eso es felicidad-- a quienes saben apreciar su esencia única. Porque, aunque la felicidad no sea perfecta ni universal, El Puerto tiene razones de sobra para sacar pecho por este reconocimiento.