
| Texto: Medina Benítez
En el intrincado tapiz cultural de El Puerto de Santa María, una figura emerge con el arte de un torero y la sagacidad de un poeta callejero: José María Morillo. No es solo un nombre, sino que ha sido una institución en la promoción del turismo local, pero también un personaje que podría haber sido arrancado de una comedia costumbrista andaluza. Morillo, técnico de Turismo hasta su jubilación, es un hombre que ha convertido el arte de enseñar a los visitantes en un espectáculo digno de una función de Carnaval.
El hombre detrás del mostrador

José María, o Pepe, el del Vapor de Internet, como le apodó el periodista Antonio Burgos, nació y se crio en El Puerto, en la calle San Juan, en un hogar donde la tradición y el humor se servían junto con el pan de cada día. Hijo de Pepe Morillo y de María Sánchez es el segundo de 5 hermanos. Como jefe del Servicio Municipal de Turismo, su misión era clara: hacer que cada turista se enamorara de la ciudad tanto como él. Pero, ¿cómo hacerlo? Con un humor tan fino como un vino de Jerez y una profundidad cultural que solo un nativo de la zona podría aportar.

El humor como estrategia
Su método de trabajo es un cocktail de información y entretenimiento. Imaginemos la escena: un grupo de turistas, mapas en mano, sudando bajo el sol portuense. Ahí aparece Morillo y una sonrisa que promete historias y revelaciones. Con un estilo que recuerda a los clásicos monologuistas, comienza a narrar las particularidades de la Ciudad, desde la Ruta del Vino, la fundación a manos de Alfonso X ‘el Sabio’ o el pasado fenicio hasta los secretos de los bares donde aún se canta flamenco como en los tiempos de José de los Reyes ‘el Negro’.
Morillo no es solo el tipo que te recomienda visitar el Castillo de San Marcos; es el que te cuenta, con un guiño y una sonrisa, la leyenda de los fantasmas que habitan en sus muros, transformando la visita en una aventura de risas y escalofríos.

Pero no se trata solo de hacer reír; Morillo sabe que el humor es un arma poderosa para la educación. A través de sus anécdotas, enseña historia, cultura, y sobre todo, la identidad porteña. Cada calle es una página de un libro vivo, y él, el narrador más carismático que uno podría encontrar.

José María Morillo no es solo un técnico de turismo jubilosamente jubilado; es un precursor de internet, embajador de la cultura y el espíritu de El Puerto de Santa María. Su legado es un recordatorio de que el amor por el lugar donde uno nace puede manifestarse de las maneras más inesperadas y creativas. Ha enseñado a muchos a mirar más allá de las guías turísticas o las recomendaciones en Internet, a encontrar la poesía en lo cotidiano, y a entender que la verdadera riqueza de un lugar se encuentra en su gente, sus historias y su sentido del humor

El periodista oculto
Aunque su carrera profesional se centró en el turismo, Morillo ha sido un cronista de la vida porteña y en otros ámbitos de lifestyle. Sus escritos, publicados en los periódicos del Grupo Joly y Gente del Puerto, una web antropológica que él mismo dirige, son piezas de periodismo ciudadano que capturan el pulso de la comunidad. Aquí, mezcla su amor por la escritura con su pasión por la gente, creando retratos que van desde lo hilarante hasta lo profundamente conmovedor.
Sus artículos no solo relatan eventos; desentrañan personajes, costumbres y el alma de una Ciudad que vive en cada uno de sus habitantes. Su prosa es un espejo donde El Puerto se ve reflejado con todo su esplendor y su humor.

Si alguna vez te encuentras paseando por las calles de El Puerto de Santa María y te cruzas con un hombre que parece haber salido de una novela de Galdós pero con el ingenio de un Manu Sánchez, sabes que has encontrado a José María Morillo. Y si te invita a un Fino mientras te cuenta la historia del vino del Marco del Jerez, acepta; porque estarás a punto de vivir una clase de turismo, historia y humor que no encontrarás en ningún otro rincón del mundo.
Te conozco tanto y también, que me atrevería a decir que esta nótula es tan escasa y exigua como la de alguien que como yo, pasase por la vida sin dejar estela, ni rastro visible de su paso por ella.
Tú eres mucho más y tu historia, está más repleta de momento no intrascendentes ni jamás olvidados por los que compartimos alguna vez parte de nuestra infancia y juventud en esta vida juntos.
Enhorabuena, aunque falte mucho que contar, volvería a pedir una calle para ti, lo mismo que lo hice para tu papá. Tú también la mereces, amigo.
Saludos cordiales.
No lo veo claro, ha desaparecido del puerto por el que el ha luchado tanto, aveces creo que todo es mentira, una farsa como el teatro.
Güena gente, gente gëna. Tenemos que ir por nuestro número a la venta, no lo olvides...
Enhorabuena, José María, y también Felicidades en el día de tu santo.
Eres un espíritu inquieto y emprendedor que ha desarrollado una gran actividad creadora desde que naciste en nuestra querida Calle de San Juan de Letrán.
Que sigas así muchos años más. Tu trabajo es y seguirá siendo un gran legado para nuestra querida Ciudad y Gran Puerto de Santa María.