| Texto: J.M. Morillo-León
El guitarrista y compositor porteño Abraham Lojo Vigoy no es un nombre nuevo para quienes siguen de cerca la escena flamenca contemporánea, pero con Calle Cruces, su primer álbum, nos invita a descubrir su lado más introspectivo y personal. Un álbum que no solo es una declaración de amor a sus raíces, sino un testimonio sonoro de los caminos recorridos por un músico cuya trayectoria abarca desde el flamenco más puro hasta las texturas más complejas del jazz y la música clásica.
Un álbum de reflejos y fusión
El título del disco, Calle Cruces, es el reflejo de un punto de partida emocional. Esta calle, ubicada en el Barrio Alto de su El Puerto de Santa María natal, es más que un simple escenario físico; es el epicentro de su memoria, el lugar donde el joven Lojo forjó sus primeros recuerdos y sueños. En un acto de fidelidad a su herencia: el guitarrista trasciende la mera evocación geográfica para transformarla en un espacio sonoro donde confluyen los elementos más íntimos de su vida.
“Calle Cruces” es, ante todo, una obra profundamente humana. Abraham Lojo no solo ha logrado capturar la esencia de su vida en estos cuatro cortes, sino que ha creado un espacio sonoro donde las vivencias personales se traducen en una experiencia universal. A través de este trabajo, demuestra que, si bien la tradición es el pilar de su arte, la exploración y la fusión de lenguajes le permiten mirar hacia el futuro con la misma pasión con la que observa sus raíces.
Un viaje sonoro de diversidad y emoción
El álbum se articula en torno a cuatro composiciones originales que funcionan no solo como homenaje, sino como una exploración de las emociones que marcaron el sendero de Abraham Lojo hasta llegar al presente.
- Calle Cruces, el corte homónimo, abre el álbum con una sonoridad rica y vibrante que nos transporta directamente a las calles de El Puerto. Es una oda a la familia y a la memoria, donde la guitarra flamenca se entrelaza con matices melódicos propios del jazz, y con un pulso rítmico que revela el profundo vínculo entre la música y la tierra.
- De mi alma para Marinoli es, sin lugar a dudas, el tema más emotivo del álbum. En esta composición, Abrahan rinde homenaje a sus abuelos, esos pilares invisibles que moldearon su comprensión de la vida y la música. La guitarra toma un tono melancólico y reverente, mientras que la pieza se adereza con una sutil complejidad armónica, que denota una madurez compositiva sorprendente.
- En Montañas de agua, Abraham lleva su mirada hacia Barcelona, lugar que ha acogido su arte y vida en los últimos años. Inspirada en el paisaje y la comunidad de Moncada y Reixach, la pieza se caracteriza por una fusión exquisita de géneros, donde el flamenco se funde con el clasicismo europeo y las resonancias de la música contemporánea.
- Finalmente, Sueño despierto encapsula el espíritu experimental y vanguardista de Lojo. Aquí, el guitarrista se permite investigar territorios inexplorados, fusionando la tradición flamenca con pinceladas de jazz y música de cámara, en un tema que puede interpretarse como un manifiesto de su constante búsqueda artística.
“Calle Cruces es mi carta de amor a las personas, lugares y momentos que han dado forma a mi vida. A través de la música, he intentado capturar toda la verdad y emoción de mis recuerdos y mis sueños”
Conjunto de talento
La propuesta de Calle Cruces se enriquece con la colaboración de músicos de talla internacional que aportan sus colores a cada una de las composiciones. Jorge Mesa 'Pirat', un cante con un registro profundo y desgarrado, dota a la obra de un sabor flamenco auténtico. Max Villavechia, al piano, le da a la música una elegancia melódica que a menudo flirtea con la música clásica. Álvaro López, en la percusión, y Uri Catalá, al violonchelo, completan este cuarteto de lujo, cuyas intervenciones aportan la textura necesaria para dar cuerpo a la visión artística de Abraham Lojo.
Disponible en todas las plataformas digitales, Calle Cruces es una invitación a sumergirse en el universo de un artista cuya impronta, tanto en la guitarra como en la composición, es sinónimo de honestidad, creatividad y emoción a flor de piel. Para escucharlo haz clic aquí.