| Texto: Verbigracia García L.
El mundo del toro se viste de luto tras el fallecimiento de Fernando Heredia Romero, destacado matador, apoderado y empresario taurino, quien murió a los 84 años en la noche del 2 al 3 de enero en el Hospital Comarcal del Alto Penedés, en Cataluña. Rodeado de su familia en Torrellas de Llobregat (Barcelona), donde residía desde hace años, Fernando no pudo superar las complicaciones derivadas de la gripe A, que agravaron su delicado estado de salud.
Nacido en El Puerto de Santa María el 21 de noviembre de 1942, Fernando Heredia fue una figura relevante del panorama taurino. Su pasión por la tauromaquia nació en su tierra natal, debutando en la Plaza Real en 1962 y comenzando una carrera marcada por su valentía y entrega. Su alternativa, el 3 de agosto de 1975, fue un punto álgido en una trayectoria que se caracterizó por la superación de obstáculos y el esfuerzo constante.
A pesar de no contar con tantas oportunidades como merecía, Fernando brilló en cada una de sus actuaciones, dejando tardes memorables en plazas como la de El Puerto, San Roque o Madrid. Su trayectoria estuvo marcada por momentos de gloria, como su primera salida a hombros en 1975, y por episodios de gran dureza, como las cornadas sufridas en 1972.
Tras su retirada en 1980, Fernando continuó vinculado al mundo taurino. Como apoderado y empresario, fue un impulsor incansable de nuevas figuras, además de colaborar en importantes ciclos taurinos como el de Arganda del Rey. En su vida personal, destacó por su carácter afable y su lealtad inquebrantable hacia sus amigos, entre quienes se encontraban figuras como Álvaro Domecq Romero y Paco Camino.
Además de su faceta taurina, Fernando se dedicó al negocio pesquero, destacando en el comercio de cefalópodos. Su amor por el toro nunca disminuyó, y su sabiduría taurina lo convirtió en una figura respetada tanto dentro como fuera de los ruedos.
Hermano costalero de la Hermandad de los Afligidos, en 1976, segundo año que formaron cuadrilla para sacar el paso del Cristo. En 1975 donó uno de sus trajes de luces a la titular de la cofradía con el que las Comendadoras del Espíritu Santo elaboraron la saya rosa con bordados de plata y seda de colores.
Fernando Heredia Romero deja un legado imborrable en el mundo del toreo, un ejemplo de pasión, coraje y dedicación. Desde aquí, enviamos nuestro más sentido pésame a su esposa, María Gutiérrez, a sus hijos, nietos, y a todos aquellos que tuvieron la fortuna de compartir su vida y su arte. Descanse en paz.