| Texto: Verbigracia García López.
Las doce cabezas de las míticas corridas lidiadas en 1982 y 1991, respectivamente, figuran de nuevo en el cañón de entrada de la Puerta Grande de la Plaza Real desde julio de este año 2024. Se trata de las seis cabezas de toros ensabanaos correspondientes a la corrida celebrada el 21 de agosto de 1982, lidiados por Manolo Vázquez, José Luis Galloso y Paco Ojeda y las seis cabezas de toros coloraos lidiados el 11 de agosto de 1991 por José Miguel Arroyo ‘Joselito’, Miguel Báez “Litri” y Juan Serrano ‘Finito de Córdoba.’
Fue en 1996 cuando el ganadero José Luis Osborne Domecq suscribió un contrato con el Ayuntamiento para exhibir las cabezas de los toros de Osborne de las famosas corridas de ensabanados y colorados. Tras años de ausencia, ahora los coloraos “Juicioso, Velador, Testarudo, Aldeano, Trapajoso y Explorador” y los ensabanaos “Trapecista, Vivillo, Locare, Chulón, Serpentino y Diabólico”, de divisa verde y blanca y característico pelaje, regresaron a esta destacada entrada de la Plaza Real.
La corrida de toros ensabanados de Osborne cumple 41 años #5.627
El Ayuntamiento había tomado el compromiso de devolver las cabezas de toros de las dos míticas corridas lidiadas en El Puerto tras alcanzar la institución municipal y la familia Osborne un acuerdo de compra con el compromiso de conservarlas y devolverlas a su ubicación para realce de la Plaza Real. Después de haberlas rehabilitado, este pasado verano regresaban a su ubicación en el cañón de entrada de la Puerta Grande, que fue siempre el deseo de José Luis Osborne Domecq.
Dos corridas que entraron en los anales de la historia de la tauromaquia por lidiar seis toros ensabanados y seis toros colorados en la misma corrida procedentes de una misma ganadería, dos hitos genéticos que muy difícilmente se puedan repetir. Especialmente la de los toros ensabanados de Osborne lidiada de noche hace más de cuarenta años que tuvo una repercusión mundial.
Las doce cabezas proceden de la misma ganadería, marca de El Puerto, de las pocas que han existido en la localidad. Reses de un creador portuense que pastaban en la Dehesa Bolaños y que procedía de una mezcla de sangres mítica, Veragua, Mora Figueroa y Conde de la Corte, que ligadas han sido la madre de la gran mayoría de las ganaderías bravas de España. Por la procedencia de Veragua, la ganadería de José Luis Osborne tenía en su época una gran variedad de capas difícil de obtener en otras ganaderías, de ahí que se diera la excepción genética en aquellos años de tener en la misma camada seis toros de una misma capa y con la conformación morfológica igualada para ser lidiados en una plaza de solera como la de El Puerto de Santa Maria.
Como recogía el informe del veterinario Antonio Ruiz López, “el verdadero valor de las cabezas reside en lo que ambas corridas supusieron para la historia de Plaza Real, en su valor patrimonial y museístico y en su valor sentimental para los portuenses y para todos los aficionados a la tauromaquia que pueden volver a disfrutarlas en la Plaza de Toros de la que nunca debieron salir”.