| Texto. Antonio Cristo Ruiz.
El diario madrileño "La Época" del 4 de marzo de 1891, nos informa del fallecimiento de la cantaora afincada en El Puerto de Santa María (España) Soledad Montoya, en una sala de baile de Buenos Aires (Argentina). Una bala perdida por el acompañante de Soledad, llamado Carlos Rivero, de 22 años, acabó con la vida de Soledad, sin querer matarla, la bala iba destinada a otra mujer, que por lo visto tenía relaciones con Carlos Rivero. El joven fue detenido al día siguiente. La prensa de Madrid “El Imparcial” y “La República, se hacían eco de la trágica noticia.
Hemos encontrado a Soledad Montoya con 16 años en el padrón de El Puerto Santa Maria del año 1877, con domicilio en la calle La Rosa, 25. Sus padres Juan Jose Montoya Garbe, de 57 años natural de Bornos (Cádiz), de profesión tonelero, casado con María Valencia Carpió, de 52 años natural de Jerez de la Frontera y sus hermanos Diego (Jerez, 1853). Soledad, si bien nació en Jerez, vivió la mayor parte de su vida en El Puerto, por lo tanto, es considerada porteña o portuense, lo que el lector prefiera.
Soledad era más bien baja que alta y nerviosa, blanca como la palidez de la Luna. Se movía bailando con mucha gracia, cantando le salía desde dentro un nido de jilgueros. Cantaba por seguiriyas, lo mismo por polos, o se arrancaba por malagueñas, y con todo el repertorio jondo.
Según la prensa Soledad era muy linda y jacarandosa, envuelta en su mantón de manila, largos flecos y amarillos de tonos, y muy calladita, reservada, como siempre que iba en reuniones de personas finas.
En aquellos años emigraron a Buenos Aires muchos artistas del flamenco: del baile, el cante y la guitarra, y muchos clubs, salas de fiestas y cabarets, los acogieron en la noche de esa gran ciudad.
De Soledad, nos informó Joselito Mora, y nos dejó dicho que fue muy buena cantaora de raza gitana, según le contó su abuelo paterno. La familia Mora fueron muy buenos aficionados flamencos, tanto su padre como su abuelo paterno.
El emblemático tío Alonso "El Cepillo", dejo dicho que escuchó hablar de Soledad Montoya, a su bata (madre en caló) la Bermúdez, y que fue muy buena cantaora, actuando en muchos Cafés Cantantes de Andalucía aquellos años ochenta del siglo XIX.
Mi inolvidable amigo José de los Reyes "el Negro", habló con Antonia García Moreno "la Obispa" y le pregunto si había escuchado hablar de Soledad Montoya, y dejó dicho que había muy buenos cantaores en esta familia, y Soledad se marchó a América con su familia, donde creo que falleció muy joven.
Tengo datos de un Jerezano, en el padrón de Madrid, de nombre Diego Montoya Valencia, falleció en esta ciudad, con cincuenta años el 21 de Julio de 1901, de nombre Diego Montoya Valencia, y con fecha de nacimiento 1851. Posiblemente era artista flamenco y podría ser una parte del puzle de esta familia,
Se le dio sepultura en uno de los cementerios más grandes del mundo como es Chacarita, acompañado por un grupo de ocho o diez compañeros de la compañía de flamenco que actuaban en Buenos Aires, con Soledad.
¡Está escrito como siempre pagan los más desafortunados!