| Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz.
Entre los centenares de tesoros y armas que esconde el Museo Naval de Madrid hay tres que se guardan con especial cariño. Estas «joyas de la colección» se corresponden con dos pistolas y un sable que, en 1802, regaló Napoleón Bonaparte, el futuro emperador de Francia, a Churruca las pistolas y al portuense Francisco Javier Uriarte y Borja, Capitán General de la Armada, el sable