| Texto: Ignacio F. Garmendia
Pese a sus raíces etimológicas, el concepto, tan español, de hidalguía, alude no sólo al nacimiento prestigioso sino a virtudes intemporales que son independientes del origen, algunas del mismo campo semántico como la caballerosidad o la nobleza –que en el uso más extendido pueden referirse a cualquiera que haga gala de ellas con su comportamiento– y otras que no presuponen relación ninguna con el linaje, tales como la lealtad, la generosidad o la entrega desinteresada.