Descripción sensorial del Vino Fino de El Puerto
|Texto: Juan Gómez Benítez.
Color y aspecto
De bello color amarillo verdoso o dorado, pálido, brillante y luminoso. Su color recuerda las arenas de la playa de Puntilla, con los matices verdosos de los pinares de las dunas de San Antón. Su aspecto brillante y luminoso sugiere los horizontes marinos que describía Rafael Alberti en su Marinero en Tierra.
Aroma
Su aroma etéreo característico recuerda los frutos secos de cáscara (almendras), la masa fresca de pan, y las hierbas del campo. Es como una mezcla de los olores de La Giralda, el carrillo de Severo y la panadería de la Pastora.
Seco y delicado al paladar, presenta una ligera acidez con ligeros tonos salinos que produce una agradable sensación de frescor y un regusto amargo largo y persistente.
Su delicadeza en el paladar es como el carácter de la gente de este hermoso Puerto de Santa María, las sensaciones salinas y de frescor son las de las brisas paseando al atardecer por la bajamar o sentado en la Ribera del Marisco y el regusto amargo largo y persistente es el que nos dejan esos largos días de levante.
Sensaciones y recuerdos
El vino refleja en nuestra civilización como ningún otro alimento o bebida nuestra historia, nuestra idiosincrasia y nuestra forma de entender y vivir la vida.
Por ello, a cada persona le trae sus vivencias más lejanas y personales. Y a mí el vino fino me recuerda esos veranos con la caseta en la playa de La Puntilla, esos largos paseos de ida y vuelta desde la calle Palacios donde pasé mi niñez hasta el colegio de los Jesuitas, y esos aromas de la bodeguita Merello por donde pasaba, de la bodega de González Rico donde me mandaban a comprar el vino, o de las siete esquinas a donde llegan los efluvios de las bodegas de Osborne y de Grant.
Y como no, me recuerda mis primeras correrías de soltero por la feria en compañía de mi buen amigo José María Morillo.
* Doctor en Ciencias Químicas, enólogo e investigador, ha sido presidente de la Federación Española de las Asociaciones de Enólogos