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La capilla del Nazareno o de los Enciso. El retablo que vino de Sevilla #5.846

Antiguo retablo de la Pasión, de la parroquia sevillana del Divino Salvador

En la imagen, el retablo del Señor de la Pasión en la parroquia del Divino Salvador de Sevilla, antes de su desmontaje y cesión por venta a la Hermandad del Nazareno, el 1 de febrero de 1957, por 87.500 pesetas de la época.

| Texto: Luis Suárez Ávila.

El retablo del Señor de Pasión en el Salvador, de Sevilla, fue adquirido en 1957 por la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores de El Puerto de Santa María. Tras unas laboriosas negociaciones de mi padre, Luis Suárez Rodríguez, con el Hermano Mayor de Pasión, Miguel Bermudo de la Rosa, se pudo llegar a la compra del retablo, pero finalmente, Pasión, no vendía el sagrario y su puerta de plata del siglo XVIII. Al cabo de muchas reuniones en Sevilla de mi padre con Bermudo pudo adquirirse también el sagrario con su puerta.

El coste del retablo fue satisfecho por el Hermano José María Gutiérrez Sánchez de Cos. El transporte lo hizo gratuitamente Luis Rodríguez. Lo aseguró Andalucía y Fénix Agrícola, costeando el seguro Javier Fernández Prada. Finalmente, la tarde en que llegó a El Puerto, sus piezas fueron colocadas en el suelo de la capilla de San Pedro de la Prioral y fueron numeradas, para facilitar su colocación en la capilla de los Encisos (Don Francisco de Enciso, traductor y poeta). De todas las piezas, no pudo colocarse el fondo de la hornacina del ático, que contenía la Virgen del Voto en Sevilla, que no vino.

Capilla de los Enciso, que alberga las imágenes de la Hermandad del Nazareno.

Como el hueco coincidía con la ventana de la capilla del Nazareno, se optó por poner una vidriera que hizo en Sevilla "La Veneciana" y costeó mi padre. Se le añadieron al retablo las dos ménsulas que sostienen a la Virgen y al San Juan. fueron realizadas por el hermano José Arjona Cía y doradas por Francisco Daza. Sobre el sagrario se colocó la peana del Nazareno, hecha por el hermano José Ovando Merino y Dorada por Francisco Daza. La candelería de bronce fue regalada por mi abuela María de los Ángeles Rodríguez. Los manteles de altar fueron hechos y donados por Doña María Nimo; las sacras donadas por Manuel Maraver Fernández; el crucifijo por Carmen Pérez Pastor.

La restauración de los retablos

Los padres de José Luis Moresco Suárez regalaron las dos lámparas que estaban en los pescantes a cada lado del retablo. La grande del centro la regaló un anónimo; la solería de mármol Fernando Arjona Cía; la restauración del retablo de Santa Margarita María de Alaquoque, fue regalo de Moresco y Salvatierra; la restauración del retablo de Santa Lucía fue costeada por la O.N.C.E.; el traje de Santa Lucía y la candelería fueron donados por Doña Primitiva Gaztelu Oneto, de Álvarez -Campana; la alfombra de la capilla fue donada por mi tía Aurora Ávila.

La obra del maestro Manuel Sánchez Caballero

La obra la realizó el maestro Manuel Sánchez Caballero con sus albañiles y sus carpinteros; la restauración y limpieza de la reja de la capilla la realizó Carmé el pintor. En esa obra se cambió el lugar de los enterramientos que estaban a los pies del retablo de Santa Margarita, antes del Cristo de la Expiración. Se abrieron nuevos cañones y se emplazaron las lápidas a los pies del retablo del Nazareno.

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