| Texto: Rafael Morro Velázquez.
Hace 31 años, un grupo de jóvenes portuenses, muchos de ellos pertenecientes a la Hermandad de la Sentencia (Jerez), posiblemente ante la falta de esperanza de poder algún día tener el beneplácito de la jerarquía eclesiástica, se reúnen y deciden organizar un grupo con la idea de imitar a nuestros vecinos.
Pues bien, la cosa comienza a tomar forma: se decide formalizar las cuotas y al poco tiempo, aprovechando la venta de un ‘paso’ por parte de uno de los grupos jerezanos realizan la compra del mismo y proceden al primer pago de lo convenido, quedando el compromiso de uno de ellos, que es quien firma, de finalizar el resto próximamente. Una vez adquirido el ‘paso’ encargan la imagen de un ‘Cristo despojado’, al que todavía en aquella Cuaresma le daban los últimos toques en un taller de Jerez. Dicha obra se realiza en barro por un joven artista jerezano que trabajaba en una farmacia portuense.
Hasta aquí todo parecía marchar con normalidad, pero pronto aparece la noticia entre el mundillo cofrade y los comentarios no se hacen esperar; temiéndose dentro del Consejo Local de Hermandades y Cofradías, que este brote de grupos incontrolados pueda perturbar el buen desarrollo de la Semana Santa creando confusión entre la gente.
Sabemos que, incluso por parte del presidente del Consejo, hubo contactos con el alcalde para prevenir de este hecho e intentar, de forma oficial, abortar tal iniciativa. Al final todo pudo solucionarse por la buena voluntad de los jóvenes, que tras algunos consejos de cofrades y amigos deciden anular la salida.
El Consejo no estuvo bien
En vista de los gastos ocasionados, los compromisos adquiridos y sobre todo la ilusión de estos adolescentes, propusieron al Consejo Local que fueran ellos los que se encargasen de la procesión del ‘Resucitado’.
A los jóvenes se les promete que será expuesto en el próximo Cabildo a todos los hermanos mayores para su estudio. Dicho Cabildo se celebró y la respuesta fue negativa. La decisión se toma al final de la reunión, cuando en el apartado de ruegos y preguntas uno de los miembros hace alusión al tema y, dado que con anterioridad se había decidido la participación de las demás hermandades, no tenía lugar el ofrecimiento.
El Consejo justificaba esta negativa, señalando que existen algunos miembros dentro del grupo que son muy jóvenes y es probable que no sean lo suficientemente responsables como para soportar el peso del ‘Resucitado’ todo el recorrido.
Es probable que tengan razón.
Fuente: Semanario El Puerto Información. Cuaresma 1993
Este artículo no es totalmente cierto en su totalidad lo se por qué yo era uno de esos jóvenes.
Muy interesante. No sabía nada de ésto.