| Texto: Antonio Cristo Ruiz.
Jose Paradela Suárez ‘el Tordo’ solía decir: “A los niños que nacen y se les hacen buen bautizo, ese niño será feliz toda su vida”. Los bautizos que yo he conocido de los años cuarenta a los sesenta, la mayoría se solían celebrar en el patio de la vivienda donde vivía la familia y participaban todos los vecinos, y muchos que se colaban en aquellos años | En la fotografía, tomada en el número 21 de la calle de la Rosa, arriba a la izquierda Juan Cristo y Manolo ‘de la Monjita’, agachados Antonio Cristo y Manolo ‘el Chumi’. | Años sesenta del siglo pasado
He explicado, en muchas ocasiones, que los aficionado que bailaban, cantaban y tocaban la guitarra, por aquellas fechas en El Puerto de Santa Maria, los viernes y sábados se pasaban por las iglesias y parroquias, para ver las tomas de dichos, casamiento o bautizos, que había en estos días.
Las familias que podían lo se celebraba por todo lo alto, y los que no podían lo hacían adaptándose a sus circunstancias económicas, pero todos los celebraban.
En el patio de la calle de la Rosa, número 21, se celebraron muchos y muy buenos bautizos. Pero al que me voy a referir, porque estaba la cosa muy mala, había mucha hambre y no había nada de comer: solo tomates con sal y cuatro botellas de vino fino de la bodega de Jose Velarde Díaz-Munio.
Llego Jose Paradela ‘el Tordo’, sobre las siete de la tarde, con un saco de coquinas, y le comentó a su mujer que como estaba la gente, a lo que le comentó su mujer Ana ‘la Perla’, “—No tienen nada que llevarse a la boca”, reaccionando Jose ‘el Tordo’ de la siguiente manera: “—Toma llévale las coquinas, y que las prepare Soledad ‘la Mona’, con un poquito de vino, ajitos y que las lave muy bien y las deja un rato en agua. Yo voy por una garrafa de vino en lo de Pepín Velarde, y a ver si me quiere hacer el favor de despacharme a estas horas de la tarde”. Ya en la bodega, “…hablo con Pepín Velarde, comentándole lo que pasaba en el bautizo, y me despachó media arroba de vino, una lata de atún, un chorizo y una teleras de pan, que le había sobrado a su familia, y a cambio que le trajera unas coquinas, almejas y bocas de cangrejos cuando pudiera. A los dos días le llevé almejas, verdigones, coquinas, y de vez en cuando le solía llevaba algún marisco, como agradecimiento.”
Se celebró el bautizo estupendamente y canto Eliseo del Puerto, Jose Matiola ‘el Mono’, bailó Jose de los Ríos Suárez, ‘el Loco Viejo’, José ’el Negro’, y Miguel ‘el Jarana’, entre otros vecinos que intervinieron en la fiesta y lo pasaron extraordinariamente, gracias a ‘el Tordo’, y a Pepín Velarde, hijo mayor de Don José Velarde, un persona estupenda.
Con Pepín Velarde, estuve hablando con él por ultima vez en Junquera, un pueblo de Asturias, donde tenia la familia Velarde, una casa. Yo vivía en aquellos momentos San Vicente de la Barquera —Cantabria—, trabajando con Dragados y Construcciones, en el control de calidad de la Autopista "Cantábria-Asturias".
En los bautizos que había para comer y beber, solían participar muchos vecinos y allegados a la familia, y otros se arrimaban por la cara.
Hubo un famoso bautizo celebrado en la calle Lechería, en los años cuarenta, pagando los gastos un gran aficionado muy conocido en los medios flamencos cómo fue Jose Breíta, de Cadiz, dedicado al negocio de los pollos de peleas. Posiblemente algún día se le dará luz a este bautizo.
Esto me hace recordar que estuve en el bautizo de mi amigo Jose Cortes “Pansequito" hijo, que se celebró en la calle Valdés, tendría yo diecisiete años. Yo me lo he pasado muy bien en los bautizos y si empiezo a recordar, no terminaríamos.