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Los azulejos de la Capilla de las Esclavas, un siglo después (I) #5.655

Azulejos en la Capilla de las Esclavas

| Texto: Francisco González Luque

Cuando las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús se instalaron en el antiguo y transformado hospital de San Juan de Dios en El Puerto de Santa María, se encontraron un edificio reconstruido y adaptado a las nuevas funciones docentes y conventuales. Ahora se cumple un siglo de los orígenes de esta congregación en la ciudad y queremos conmemorarlo con un artículo en las páginas de Gente del Puerto sobre los azulejos que, en perfecto estado de conservación, recubren los paramentos del interior de su capilla.

En esta primera entrega catalogamos y recordamos los espacios y soportes que se decoraron con paneles cerámicos y la fábrica que los realizó, con un apartado especial para su autor, Manuel García Montalván. En una segunda parte resumimos las características generales de estos azulejos para finalizar en una tercera entrega sintetizando los principales motivos que decoran muros, pilares y frontales de altar.

Catalogación de los azulejos

| Azulejos en muros y pilares de la capilla de las Esclavas

El conjunto cerámico que recubre buena parte de los paramentos de esta interesante capilla hospitalaria se distribuye en varias ubicaciones y soportes. Se conservan grandes paneles rectangulares en zócalos de los muros perimetrales, tanto en la zona de los pies como recubriendo parcialmente su capilla mayor y las naves laterales. También están decorados con azulejos los tercios inferiores de los cuatro frentes que componen los seis pilares exentos que separan las tres naves y los adosados a los muros. Resulta curioso, asimismo, que la transición entre ambos soportes se encuentre igualmente recubierta con este material, sin espacio vacío entre ellos a lo largo de toda la superficie de la capilla. A estos ámbitos hay que añadir la importancia de la azulejería con que se revisten los dos frontales de altar en las cabeceras de las naves, bajo sendos retablos colaterales al mayor. En todos ellos habrá que analizar sus diferentes partes y distinguir las representaciones correspondientes a los rodapiés, panel central del zócalo y frisos inferior y superior.

| Azulejos en muros y pilares de la capilla de las Esclavas

En cuanto a las medidas de las superficies ocupadas por los azulejos planos pintados en estos paneles cerámicos, aunque varían en anchura dependiendo del soporte que recubran, tanto los que revisten los muros como los que decoran ambos tipos de pilares se alzan a una altura de 180 cm.

Por lo que respecta a su cronología, aunque no será hasta 1924 cuando se inaugure la reformada iglesia del hospital de San Juan de Dios, los azulejos que estudiamos se fabricaron e instalaron un año antes. Así lo atestigua una de las dos inscripciones que aún pueden contemplarse en éstos. La que fecha su colocación se encuentra junto al retablo de la Inmaculada, en la cabecera de la nave del Evangelio y lo expresa así: “ML GAMONTALVAN / TRIANA - SEVILLA / AÑO 1923.”   

Ese año se estaban concluyendo las obras de rehabilitación y adaptación del antiguo edificio hospitalario, costeadas por el Conde de Osborne, para establecer en él un colegio de niñas pobres a cargo de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús. El nombre de la fábrica que realizó estos azulejos aparece estampado también en otra inscripción colocada junto al actual retablo de la fundadora de esta congregación, Santa Rafaela María, en la cabecera de la nave de la Epístola. Reza así: “CERÁMICA ARTÍSTICA / M. G. MONTALVÁN / TRIANA”.  

Firma en azulejo de Montalván 

| Inscripciones certificando autor, fecha y procedencia de los azulejos

Un tercer dato que aparece en estas dos inscripciones alude a la procedencia y ubicación de la fábrica: en el barrio sevillano de Triana. Y la cuarta y no menos importante información alude al fabricante o propietario del taller cerámico en aquella época, resumido en abreviaturas: “M. G.”  y ““M L G A”. Es evidente que se trata de Manuel García Montalván, quien llevó esta industria cerámica a su apogeo a lo largo de la primera mitad del siglo XX. A él le dedicaremos el siguiente apartado.

La fábrica de cerámica Montalván y Manuel García Montalván

Para profundizar en este apartado pueden consultarse el libro de Ana María Moreno Fernández titulado “Guillermo Moreno y la Cerámica de Triana” (2020), donde nos deja una semblanza de esta familia de ceramistas, y los enlaces correspondientes a autores y talleres en retablocerámico.org, de donde se han tomado algunas fotografías.

El iniciador de la saga de los García-Montalván que regentó la fábrica de cerámica artística Nuestra Señora de la O, ubicada en la calle Alfarería de Triana (Sevilla), fue D. Saturnino García-Montalván y Carmona. La industria, que inició su andadura en 1801, tomó impulso sobre todo a partir de 1874 gracias a su hijo Francisco García Montalván Vera y más tarde a su nieto Manuel, el artista que nos interesa ahora por ser quien firma los azulejos de la capilla de las Esclavas de El Puerto.

Manuel García-Montalván (1876-1943) fue un ceramista y empresario sevillano propietario de dicha fábrica de cerámica artística y continuador de la industria familiar. Estudió en la Escuela Provincial de Artes y Oficios Artísticos de su ciudad natal y al fallecer su padre en 1901 se hizo cargo de la misma ampliando las instalaciones. Tras investigar y perfeccionar antiguas técnicas fue introduciendo novedades artísticas. Supervisaba personalmente la calidad de los trabajos elaborados de forma artesana y manual con la ayuda de un grupo de interesantes pintores en el taller que le proporcionaría aún más fama y renombre en la primera mitad del siglo XX. Entabló contacto con el arquitecto Aníbal González y contribuyó con su producción cerámica a la decoración de diversos edificios construidos para la Exposición Iberoamericana de Sevilla (1929). Algunas de sus obras más conocidas son la Fuente de las Ranas del Parque de María Luisa, varios bancos para la Plaza de España de dicha ciudad y muchos retablos cerámicos para hermandades. Dirigió la fábrica más internacional que produjo azulejos para buena parte de España (la mayoría repartidos por la provincia de Sevilla, tanto en iglesias como en capillas, cofradías, espacios públicos y casas particulares, pero también se conservan buenos ejemplares en municipios gaditanos, onubenses y otros andaluces y extremeños) y el extranjero, exportándose obras suyas a países como Argentina, Estados Unidos, Méjico e incluso a El Cairo.

| Fachada de la fábrica de Cerámica Montalván

Los trabajos para el colegio-convento de las Esclavas en El Puerto se enmarcan en uno de los períodos de más intensa actividad del taller Montalván, entre 1910 y 1930. Era la época en que el arquitecto Juan Talavera y Heredia construye la llamada Casa Montalván, anexa a la fábrica en la confluencia de las trianeras calles Alfarería y  Covadonga, como vivienda para Manuel García Montalván. Un magnífico conjunto de azulejería, a modo de exposición, permitía a los propietarios mostrar a posibles clientes la calidad de los trabajos cerámicos que salían del taller adjunto.

Fachada de la Casa Montalván| Fachada de la Casa Montalván.

Convendrá recordar que en las primeras décadas del siglo XX se produce una época de verdadero esplendor de la cerámica trianera, vinculada sobre todo a la difusión de la arquitectura historicista-regionalista, con talleres funcionando a pleno rendimiento. Los recursos formales y estilísticos eran propios de la tradición sevillana y andaluza, con elementos considerados de raíz popular y reminiscencias mudéjares, renacentistas o barrocas, características que vamos a ver reproducidas en el conjunto cerámico conservado en la iglesia de este colegio de El Puerto.

Al no tener descendencia Manuel García Montalván, a su muerte en 1943 esta industria pasó por diferentes propietarios y tras sucesivas generaciones de ceramistas, la competencia por la mecanización de la industria azulejera y la falta de ayuda de las administraciones ocasionaron su cierre definitivo en 2012. Seis años después, en sus instalaciones se levantó un hotel y restaurante (“Hotel Triana Montalván”) donde se ha conservado y reutilizado parte del patrimonio cerámico de la antigua fábrica. Por cierto, las piezas recuperadas y adaptadas a los distintos espacios tienen diseños y motivos similares a los conservados en El Puerto ahora estudiados.

Panel cerámico reutilizado como cabecero de cama, rescatado para el hotel “Triana Montalván” ocupando antiguas instalaciones y vivienda | Foto: Tripadvisor.

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Para la historia y el patrimonio del edificio se pueden consultar los artículos recientes publicados en la asociación Betilo o al más antiguo de Pliegos de la Academia de Bellas Artes.

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