| Texto: Antonio Muñoz Cuenca.
José Arenas Pérez. ‘El Saldiguera’ de salinero. El oficio que más le cuadraba a José Arenas Pérez, ‘el Saldiguera’, por el aire que le daba de iluminado, seco como el esparto, moreno, era el de salinero. Fue el último oficio de su vida. Sobre los salineros han escrito poetas románticos, modernistas, actuales… Alberti, Tejada, Juan Ramón… hemos idealizado este oficio que sin embargo no tenía nada de romántico y era muy duro. La sal y el sol de las tajerías, el calor, los pies agrietados por los cristales con verdaderas heridas… era oficio en verdad duro y trabajo a destajo. | En la imagen, José Arenas ‘el Saliguera’ y su mujer, Dolores Navarro ‘la Dolorísima’
Hemos visto fotografías de las antiguas salinas de La Tapa y Marivélez, después Salinera Gaditana y Unión Salinera de España, con sede en Torrevieja, preciosas. Pero en verdad el antiguo oficio de salinero era duro. Ahora todo es con maquinaria.
| Salineros haciendo montones.
Yo no sé si ‘el Saldiguera’ trabajó en las tajerías de levantaó de carga, montonero, aguatajo, acarreador o sacando sal a mano con la vara (palo largo muy querido por los picadores de toros). Lo cierto es que muchas veces, José Arenas venía como otros tantos salineros del barro como Alonso ‘el del Cepillo’ o los hermanos Serén hechos polvo, el paso lento, las perneras arremangadas y sobre todo, los pies llenos de llagas y heridas. Normal que alguno de aquellos hombres como Saldiguera, tomaran unos vasos de vino para reponer fuerzas en algunas de las muchas tabernas que les cogían a mano. No había otra cosa.
Saldiguera, una vez en su casa, era limpio y escrupuloso. Primero metía los pies en agua fresca para limpiarlos de sal. Después en la intimidad, pues era muy educado, se lavaba con palangana y jabón, de medio cuerpo para arriba. Ya he dicho que tenía mucha educación, decía “a las personas hay que saberlas hablar y respetar”.
| Vecinos de ‘el Saldiguera’ que vivían en el número cinco de la calle Santa Clara.
Tenía amigos insospechados como Juan Fabra, el médico o José María Rivas, el párroco de San Joaquín. Y es que, a partir de los sesenta años su salud se quebrantó un tanto y Saldiguera tenía la cara más chupada y ojos tristes. Enfermó de neumonía y tal parece que con él se iba la alegría y el carácter de una calle como la de Sant Clara que dio tantos personajes y artistas populares. De la talla de Tío Alonso, los Albert, Gaticas, Papa Suano, Mamá Gatica, los Chaparro, Anzonini, Pepa Riqué y otros.
Saldiguera murió con sesenta y tantos años de neumonía en el número cinco de la calle Santa Clara, hoy Carmen Pérez Pascual. Descanse en paz y con él algunos de sus hijos que ya se fueron, Manolo Arenas Navarro, Vicente Arenas ‘el Junga’ y José Arenas Navarro, el popular ‘Pelete’