| Texto y fotos: Francisco Andrés Gallardo
Joaquín Sánchez se ha despedido de los terrenos de juego con la unanimidad de toda España, salvo los insultos del Sánchez Pizjuán, en reconocer la valía de un jugador que ha sido ejemplo de comportamiento, todo entrega y profesionalidad, y que fue un gran defensor de la camiseta de la selección española además de las de sus otros tres clubes: Valencia, Málaga y Fiorentina.
Como chico criado en la barriada Fermesa, cerca de la playa de La Puntilla de El Puerto, jugando con los amigos en la plazoleta y observando a los mayores, en su mayoría pescadores, en el bar familiar, El Chino, Joaquín nunca ha dejado de pisar el suelo.
Sólo ha sobrevolado para algún remate de cabeza, arropado por su familia, por su gente, el capitán bético es modelo de liderazgo en el fútbol --y en la vida-- y ejemplo de los valores en una localidad como El Puerto de Santa María, frente a Cádiz, donde el buen humor es una forma de vida.