Una especie en peligro de extinción en España
| Texto: Cristina Herráez.
Los Torres-Hernández son 13: la pareja, sus siete hijos de entre 20 y 6 años; el perro Robin, los dos peces y Tortu, la tortuga. Son una especie de rara avis, un país en el que, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), cada vez nacen menos niños --unos 170.000 según datos del primer semestre de 2019-- y en el que solo el 8 % de las parejas tienen al menos tres hijos.
En su vivienda unifamiliar de El Puerto de Santa María, no sobra espacio y eso que es grande, tiene 4 dormitorios y 3 baños. Tampoco están de más las 8 plazas del coche familiar; de hecho, se quedan cortas. Cuando quieren viajar todos tienen que ir en dos vehículos, pero "no es que nos sobre un niño, es que nos falta una plaza", explica Esperanza.
Esperanza es la madre. Una jerezana que, a sus 44 años, desborda energía y pasión al hablar de su familia. Y que rompe la media según la cual, a cada mujer española le corresponden 1,26 hijos.
Se casó a los 23 y a los 24 tuvo a su primer hijo, José Luis, que hoy tiene 24 años y está estudiando en Madrid. Después llegó Esperanza, de 22 años, que estudia en Sevilla. Santiago, de 20. Carmen, de 18. Los gemelos, Fernando y Javier, de 14 años; y Conchita, la pequeña, de 10.
Lo de tener siete hijos no tiene nada que ver con la religión", cuenta la madre
Tanto Esperanza como su marido, José Luis, son creyentes y practicantes, pero lo de tener siete hijos no tiene nada que ver con la religión, asegura. "No fue porque Dios lo diga, sino porque ha surgido así y nos encantan los niños".
El día a día es un no parar, aunque todos ayudan porque "aquí, el que no espabila no come", constata. Todos saben hacerse el desayuno y tienen tarea asignada: unos sacan la basura, otros ponen el lavavajillas... Lo que más cuesta es hacer la colada para nueve personas, sobre todo si, como es su caso, el marido "está prácticamente todo el día fuera de casa".
Aparcar la vida profesional para dedicarse a la familia
Ella decidió aparcar su vida profesional para dedicarse a la crianza. Diplomada en Empresariales, tiene un grado en Márketing y trabaja 10 horas a la semana llevando las redes sociales de una asociación. Ahora que "los niños están más crecidos", se está sacando un máster en Educación Secundaria para ser profesora de instituto, "un trabajo con un horario que te permite estar con ellos". "No tengo ayuda externa y no existen horas para mí, así que aprovecho que me paso media vida tendiendo ropa para ponerme una lección o algún vídeo del temario en los auriculares", explica sin resignación.
Esta mujer exprime el tiempo, al igual que el dinero. José Luis trabaja en un concesionario de vehículos y no tiene un mal sueldo, pero los niños van a un colegio privado y solo en comida se gastan, como mínimo, 800 euros al mes. A día 15, asegura, la cuenta ya está a cero, así que los dos mayores, que ya están estudiando fuera, se cubren los gastos como pueden. Lo de las vacaciones, afortunadamente -dice-, "vivimos en El Puerto y no lo necesitamos". Y salidas, "salimos cuando podemos".
| Fuente: Nius.
ESTO ES UN EJEMPLO A SEGUIR, COMO LAS BUENAS FAMILIAS, LA DEMOGRAFIA DE ESPAÑA CADA VEZ TIENE MAS FALLECIMIENTOS Y MENOS NACIMIENTOS, ESTA TENDENCIA DEBE CAMBIAR PARA EL BIEN DE ESPAÑA, AYUDA A ESTOS TIPO DE FAMILIA Y MENOS SUBVENCIONES A LOS QUE PRACTICAN LA CULTURA DE LA MUERTE ( ALBORTO )