| Texto: Pepe Mendoza.
La tarde en que buscamos desesperadamente a Chencho por entre las 625 líneas del televisor, mientras anochecía sobre los puestos navideños de la Plaza Mayor de Madrid y sobre la voz, más rota que nunca, de Pepe Isbert. El patio de vecinos que tenía el olor antiguo de la fraternidad, en el que las mujeres amasaban juntas pestiños, confidencias, tortas y esperanzas. | Alumbrado de Navidad en la calle Luna arriba| Año 1967.
Aquellos días primeros de 1971, en que nos prohibieron jugar en la calle por miedo a que apareciera El Lute, el hombre más malo del mundo (más malo incluso que los Hermanos Malasombra), que en nochevieja saltó los muros del penal de El Puerto y caminó hasta reventar por la noche oscura de España.