Uno de los primeros trabajos como abogado del comediógrafo
| Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz.
Pedro Muñoz Seca terminó la carrera de Filosofía y Letras en la Universidad de Sevilla en junio de 1901 y tres meses después se licenció en Derecho. En los años siguientes le esperaba un rápido y triunfal recorrido como autor teatral que inició ya en su etapa de estudiante, con la que parece fue su “opera prima”: República estudiantil” que estrenó en nuestra Ciudad en el local que el Circulo Católico Obrero tenía en la calle Diego Niño, aunque los ensayos los realizó con el grupo de aficionados estudiantes como él, en el colegio de San Luis Gonzaga.
Y a tenor de estos datos, si me permiten el inciso, contarles que el que esto suscribe, en la década de los cincuenta, participó en la puesta en escena de esta misma obra, en un fin de curso del “Colegito”, actual SAFA, junto con Javier González (el de la Gallera) y el que sería un maestro local de las artes escénicas, el recordado Paco Teja.
Terminados sus estudios, simultaneó su afición con el trabajo. Muñoz Seca, que ejercía como profesor en la Academia de Valdeavellano, antes de doctorarse en Derecho y marchar a Madrid para desarrollar allí todo su ingenio, donde triunfó de entrada con el sainete “El Contrabando” una ampliación de otra obra concebida y estrenada en estos lares: “El maestro Canillas”, la jocosa historia de un zapatero que jugaba a ser contrabandista, también realizó algún trabajo en su condición de abogado, faceta esta poco conocida, que les referimos a continuación.
José F. Piury Palmar, comerciante y emprendedor, había fallecido en 1902. Para practicar las operaciones liquidatarias y partitorias de sus herederos, la familia nombró a Pedro Muñoz Seca, que entonces tenía 24 años, para que actuase de Contador Partidor de los bienes, posiblemente por la amistad que le unía con algunos de los hijos.
José F. Piury estaba viudo cuando falleció, siendo sus ocho hijos, cuatro varones y cuatro hembras, los herederos. El mayor, Carlos, sacerdote jesuita, el Padre Piury, que estuvo de enseñante en el colegio de la Compañía de Jesús de Sevilla, el del Inmaculado Corazón de María, popularmente conocido como “Portaceli”.
El Padre Piury
Si me permiten un segundo inciso, a propósito de este miembro de tan conocida familia portuense, definido por Antonio Burgos (en la imagen de la izquierda), alumno de aquel centro como “el enigmático y anciano Padre Piury que llevaba la Asociación de Antiguos Alumnos. Nunca supimos bien si Piury era también malagueño o directamente inglés. La leyenda portacelitana afirmaba que aquel coche negro, Morris o Bedford, con amarilla matrícula de Gibraltar, pertenecía al colegio porque estaba a nombre del Padre Piury, que tenía nacionalidad británica.” Tenía razón Burgos puesto que cuando la familia Piury Dagnino se avecindó en El Puerto, en la casa número 46 de calle Cielo, muy cerquita de la parroquia de San Joaquín, procedentes de Gibraltar, de donde eran oriundos, el matrimonio tenía tres hijos nacidos allí, manteniendo la nacionalidad británica que sepamos todos ellos. Fue Guillermo, el cuarto hijo, el primero nacido en El Puerto y las cuatro hermanas que le siguieron.
Continuando con los restantes herederos, José Vicente Piury Dagnino, estaba casado con Dolores Quesada, padres de cinco hijos, entre los que figuraba José, héroe del bando nacional de la Guerra Civil. Seguían Guillermo, que emigraría a América Ernesto Piury, que presidiría la Corporación décadas después entre el 2 de abril de 1918 y el 14 de enero de 2020 (que aparece en la imagen de la izquierda), casado con Joaquina Heras Pico y Virginia, Victoria, Emilia y María Luisa Piury Dagnino, la primera casada y las otras tres solteras, de las que no tenemos más referencias que la de que sus restos ocupan un nicho de propiedad en el cementerio local. Tanto Emilia como María Luisa eran menores de edad cuando falleció el padre. Por tanto, previamente al reparto, en enero de 1903 se celebró un consejo de familia para nombrarles tutores que las representasen en el reparto testamentario. Los hermanos Guillermo y Ernesto, junto con Carlos Scandella Barreda, Valentín Galarza Sancho y Manuel Pico Lobo se reunieron con tal fin ante el juez municipal Rufino Bononato, siendo elegido presidente Guillermo Piury, decidiendo que la tutoría recayese en el hermano mayor, después del sacerdote, José Vicente y como protutor se nombró a Francisco Bela Nerini, militar retirado, que vivía en calle Luja.
El reparto hereditario se celebró en el despacho del notario Herrera Rojas, en el que comparecieron, además del contador repartidor, el abogado Pedro Muñoz Seca, los hijos del finado José Vicente, por sí y en representación de sus hermanas menores y de Victoria, que vivía en Sevilla, Guillermo, Virginia y Carlos, que entonces estaba en Tortosa (Tarragona).
El modesto cuerpo de bienes lo formaban 50.000 pesetas en efectivo metálico depositadas en la sucursal de Cádiz del Banco de España; 27.115 pesetas depositadas en la Casa Banca de los Sres. Aramburu Hnos. de Cádiz; 31.824, importe de un pagaré de Willians Humbert, de Jerez a la orden de Don José Piury; 3.083 pesetas, importe de otro pagaré de Pedro González, de Jerez; 3.428 pesetas, importe de otro pagaré de Arvilla y Cia., de El Puerto y 2.500 pesetas valor estimado de los muebles, enseres y utensilios del hogar. En total, sumaban 117.950 pesetas, cantidad a la que había que restar 972 pesetas, importe de los gastos de entierro y gestiones administrativas, quedando un total líquido de 116.977 pesetas que, dividida entre los ocho hermanos, correspondió 14.622 pesetas a cada uno.
Las hermanas Piury Dagnino recibieron cada una la cuarta parte del mobiliario y enseres domésticos y efectivo hasta completar la cantidad que parte de la cual creemos la emplearon en adquirir la casa número 39 de calle Larga, que era propiedad de los herederos de Francisco Vergés, y los varones una cuarta parte de los pagarés y del efectivo sobrante.
Meses después, Muñoz Seca, ya doctorado en Derecho, comenzó a trabajar como pasante en el bufete madrileño de Don Antonio Maura que aparece en la imagen de la izquierda y fue presidente del Consejo de Ministros hasta en cinco ocasiones durante el reinado de Alfonso XIII. Muñoz Seca ya solo visitaría El Puerto de Santa María de vez en cuando…