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Inmaculada Gómez Benítez. Vocación de Enfermera #5.363

| Texto: Verbigracia García L.

Hay profesiones que están indicadas para personas hechas de una pasta especial, en las que la vocación de servicio está por encima de otros deseos personales. Este es el caso de Inmaculada Gómez Benítez, conocida por todos como Inma Gómez, que desde niña soñó con ser enfermera.

La primera sorpresa de ella la encontramos en que su verdadero nombre y que figura en su DNI es el de María José, que se lo pusieron por su abuela materna. Pero como se bautizó el día de la Inmaculada, Manuel Salido Gutiérrez, el párroco de la Iglesia Mayor Prioral --hoy basílica-- que la bautizó, insistió en que debía llamarse Inmaculada, por lo que en la partida de bautismo figura como María José Inmaculada, aunque todo el mundo la conoce como Inma.

| De izquierda a derecha María Benítez, Paco Corral y Josefina Ayuso (sus padrinos) y el sacerdote Manuel Salido en el bautizo de María José Inmaculada Gómez Benítez.

Inma es la más pequeña de los siete hijos de Antonio Gómez Sánchez y Ana Benítez Sánchez, y con semejantes padres no podía más que salir una buena hija. Nació en e021l año 1962, en la calle Palacios, 28, frente a la antigua Papelería Portuense, en plena milla de oro de El Puerto. Y nació en casa asistida por el Dr. Viseras Alcolea y con ayuda de la matrona, igual que sus seis hermanos, como se hacía en aquel tiempo. El matrimonio alquiló aquella casa que, aunque era antigua e incómoda, gozaba de una situación inmejorable, en pleno centro del El Puerto de Santa María, y lo más importante, al lado de María Benítez, hermana inseparable de Ana Benítez, que además cuidaba en su casa de la madre de ambas, la abuela Josefa.

Tan fuerte era la relación de las dos hermanas que hicieron una puerta de comunicación interna entre las dos casas y María ayudaba en lo posible a su hermana con los siete niños, porque sus dos hijas (Carmen y Josefina Ayuso Benítez) eran mayores y ya precisaban de menos cuidados. María le hacía a Ana la compra en el mercado, llevaba los niños al médico cuando Ana no podía y como tenía una voz preciosa les cantaba la nana para dormirlos. Los niños buscaban a la tía María y le decían: "mamá que me duermas" y la tía María les cantaba "Ya se murió el burro de la tía vinagre" y "Mi niño duerme con los ojitos abiertos como las liebres". Los niños no olvidaron nunca a su tía María, sus maravillosas nanas que les cantaron también a sus hijos y su ejemplo de estrecha relación fraternal que siguen manteniendo actualmente entre los hermanos.

María ‘la de los Dulces’

 Como María era una gran cocinera y le hacían encargos de repostería (era conocida como María la de los dulces), sus sobrinos estaban siempre deseando ir a ayudarla porque al final siempre podían rebañar el perol del merengue o comerse los recortes de las pastas. De los fogones de leña de la casa de María Benítez salían por encargo deliciosos manjares, como todo tipo de canapés y emparedados, pollo trufado y croquetitas de jamón, pastas dulces y saladas, bizcochos y tartas, siendo muy reconocidos su tocino de cielo y la exquisita tarta imperial, aprendido todo ello en su juventud trabajando en cocinas de postín.

| En la imagen, de izquierda a derecha, detrás: Milagros, José Antonio (+), Francisco, Juan. Delante: Trini, Ana María e Inma

La calle Palacios

Inma aún recuerda con muchísimo cariño sus vivencias infantiles en la calle Palacios, donde gozaba de un status privilegiado al ser la niña pequeña de la familia y mimada por todos y casi un juguete para sus hermanos Milagros, José Antonio, Francisco, Juan, Trinidad y Ana María. Una de sus distracciones preferidas era sentarse en el amplio balcón de la casa y saludar a todo el que pasaba por la calle Palacios, siendo ya conocida por todo el vecindario al ser tan parlanchina y dicharachera. Saludaba a la costurera María Leveque y le preguntaba por su costura y a Curro Gómez Recalde, el del ultramarinos La Montaña, en la esquina de Palacios con Larga, y Curro le regalaba unos churruscos, sus galletas preferidas; hasta al farmacéutico de la esquina José María Viqueira Prieto le conseguía arrancar una sonrisa. El día que veía llegar el camión de reparto de las tortas de Inés Rosales no se apartaba del balcón, ya que el distribuidor del dulce producto vivía enfrente y siempre conseguía Inma alguna degustación a cambio de una de sus carantoñas.

| Las hermanas Ana, Inma y Trini, en el colegio de las Esclavas. Curso 1967/68

La calle Palacios entonces era un constante ir y venir de personas, los niños jugaban en la calle, el tráfico de vehículos era muy escaso, los arrieros guiaban sus burros cargados de arena de la playa camino de las calerías y de las obras, el carro de la basura tirado por un mulo, los basureros, el panadero con su bicicleta, el repartidor en isocarro, los guardias, el vendedor de higos chumbos y moras, de sultanas, barquillos de canela, arropías y garrapiñadas, el cobrador de la luz, el del Ocaso, el ditero, las procesiones… para todos tenía Inma un saludo y una sonrisa, y de la misma forma todos le correspondían con simpatía. Pero la palma de sus preferencias del vecindario se la llevaba Falele Muñoz, el varón mayor de los hijos de los propietarios de la Papelería Portuense. Esta relación se mantuvo cuando Falele marchó al seminario en Sevilla y se hizo sacerdote y se veían cada vez que venía a El Puerto a visitar a sus padres y pasado el tiempo Falele la casó.

| Inma Gómez en el Curso 1972/73

Inma era muy fotogénica y presumida y le encantaba que le hicieran fotos. En aquellos tiempos comenzaban a hacerse las fotos en color y a Inma le hicieron en la histórica tienda de fotografías Garpre de la calle Luna la primera foto de estudio a color que se hizo en el Puerto.

Inma estudió al igual que sus hermanas en el colegio de las Esclavas en la calle Misericordia que le pillaba a un paso de casa y destacó siempre como buena estudiante y compañera, guardando un gratísimo recuerdo del colegio, sus monjas, sus profesoras y amigas.

| Inma, la primera por la izquierda, en una fiesta de Fin de Curso del colegio. Detrás podemos ver a los miembros de la Asociación de Padres.

Estudió el bachillerato en el colegio San Luis Gonzaga de los jesuitas, donde habían estudiado sus hermanos, en la primera promoción que se abrió a la enseñanza de las niñas. Allí tuvo como compañero a Juan Ortega Álvaro, que ya conocía de los scouts, que después sería su marido.

| Inma Gómez y Juan Ortega.

En el año 1971 su familia se trasladó a la zona de Crevillet a una casa nueva que sus padres habían comprado con muchísimo trabajo. Aquella casa tenía muchas más comodidades que la antigua de la calle Palacios, pero no tenía la vida ni el contacto con el vecindario de aquella.

Guías de España

Desde los 8 años formó parte de las Guías de España junto a sus hermanas que eran responsables en el movimiento. Su sede estaba en la casa de Acción Católica en la calle Larga donde también estaba el Grupo Scout Ntra. Sra. del Carmen y donde se conocieron Inma y su marido. Desaparecido el grupo de Guías se incorporó al Grupo Scout hasta que tuvo que dejarlo, aunque hay que decir que cuando se ha sido scout se es para toda la vida.

| Antiguas alumnas de San Luis Gonzaga, primera promoción de chicas que entraron a cursar sus estudios en dicho centro, hasta entonces solo para hombres. | 2013.

Enfermería

Tras los estudios de bachillerato ingresó en la Escuela de Enfermería de la Residencia de la Seguridad Social en Cádiz donde obtuvo el título de Diplomada en Enfermería, cumpliendo su sueño y empezando una vida profesional que para ella ha sido y es apasionante. El Hospital Santa María del Puerto y diferentes hospitales públicos fueron sus primeros destinos, hasta que entró como interina en el Ambulatorio Virgen del Carmen, luego Centro de Salud Puerto-Sur donde estuvo varios años, con atención especial a la Consulta de Enfermería, siendo una persona entregada a su trabajo por vocación y con un gran amor a las personas que tiene que atender.

| En la Diputación Provincial, en un acto del Colegio de Enfermería.

Junto a sus compañeros del Centro de Salud participó del grupo de teatro Du-Dué Du-Du-Duá a quien fue concedida en el año 2007 la medalla de oro del Colegio de Enfermería de Cádiz, al que pertenece desde el comienzo de la actividad profesional.

Experta universitaria en educación diabetológica este ha sido un referente de su actividad como enfermera, siendo muy querida por sus pacientes que todavía hoy, después de muchos años, la paran y saludan por la calle. Como experta en diabetes escribió junto a su compañera María Luisa Castilla el libro titulado Cocina Andaluza para diabéticos” del que se realizaron 3 ediciones diferentes.

Finalmente obtuvo plaza definitiva en el Servicio Andaluz de Salud en el Hospital Universitario de Puerto Real desarrollando su labor en la Unidad de Nefrología, concretamente en el área de diálisis, donde sigue desarrollando su vocación de atención a los pacientes con la debida consideración y cariño que siempre la han caracterizado.

| De izquierda a derecha su hija Guadalupe, Inma, su nieta Valeria, Juan, Inma hija y Juan hijo.

En 1989, contrajo matrimonio con Juan Ortega Álvaro. Del matrimonio nacieron 3 hijos, Inmaculada, Juan y Guadalupe y en la actualidad son abuelos de una niña de 2 años llamada Valeria.

Es esto solo una breve nótula de sesenta años de vida de una portuense normal y espontánea, pero que para los suyos y todos aquellos que la conocen y la han tratado es una persona extraordinaria y solidaria, una luchadora incansable que destaca por su cariño y sencillez, cualidades que muestra cada día con su familia, amigos, pacientes y compañeros.

7 comentarios en “Inmaculada Gómez Benítez. Vocación de Enfermera #5.363

  1. Lydia Inés

    Que dios la bendiga por cuidar a tantos seres humanos que la necesitan. Muy loable su trabajo. De Puerto Rico... viviendo en Florida.

  2. Jesús Fernández Rodríguez

    Inma es una persona extraordinaria en todas las facetas de su vida. Como persona es generosa, alegre, comprometida y solidaria. Como enfermera es magnífica, incansable y humana tanto con los pacientes como con sus compañeros/as. Siempre con hambre de aprender y de enseñar. Aprendí mucho de ella los años que compartimos trabajando en el glorioso Ambulatorio Virgen del Carmen, sobre todo de su calidad humana.

  3. Teresa Rodríguez

    Una familia única tuve la oportunidad de conocer a sus padres y puedo decir muy orgullosa que fue tono un honor conocer también a sus hijos un ejemplo de familia sin igual

  4. Lucia Arias Velarde

    Solo tengo palabras de gratitud y de cariño para Inma .Una persona Preciosa . Y una enfermera de 10!

  5. Manuel Gago Fornell "Chuchy"

    Excelente profesional y mejor persona, "Una mujer en el buen sentido de la palabra buena"

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