| Texto: Manuel Almisas Albendiz.
Juan Máximo Salazar, oficial tipógrafo, concejal de El Puerto de Santa María, secretario de la Sociedad de Artes Gráficas y secretario también de la Agrupación Socialista de Jerez de la Frontera en aquellos momentos, fue uno de los que promovieron la idea de constituir una Colonia Escolar al margen de la que ya existía, llamada «Colonia Escolar Jerezana», que era apoyada por el Círculo Mercantil, el ayuntamiento conservador y la Iglesia, siendo nada menos que el Canónigo Magistral de la Colegiata de Jerez su presidente en 1920. | Fotografía de Juan Máximo tomada del libro de Diego Caro 'Violencia política y luchas sociales: la Segunda República en Jerez de la Frontera". 2001.
A las playas portuenses acudieron decenas de colonias escolares --de distintos estamentos civiles y religiosos-- desde principios del siglo XX, pero ninguna tuvo tanta continuidad, tanta repercusión mediática y provocó tanto cariño entre la clase trabajadora de El Puerto de Santa María, como la «Colonia Escolar Obrera Jerezana», organizada por las Sociedades Obreras radicadas en la Casa Colectiva (Casa del Pueblo) de Jerez de la Frontera.
Se había fundado en junio de 1920 y ese primer verano marcharon a la playa de Rota donde medio centenar de colonos pasaron tres semanas en el mes de agosto, pero desde 1921 y hasta 1935 (los preparativos de la expedición de 1936 se estaban ultimando cuando el 18 de julio comenzó la sublevación de los militares golpistas) el destino fue El Puerto.
En una reunión celebrada en el Ayuntamiento de Jerez el 21 de junio de 1920, se constituyó la primera Junta de la Colonia Escolar Obrera con asistencia de la mayoría de las Sociedades obreras jerezanas, siendo elegido Presidente, José Almagro Casas --presidente de la Sociedad de Conductores de Coches y similares--; el secretario fue Manuel Figueroa Ortega --presidente recién elegido de la Sociedad de Artes Gráficas--; y el tesorero, Antonio Manzano Parra --presidente de la Sociedad de Viticultores de la calle Ídolos---, todos ellos de la UGT.
A este acto se refería Juan Máximo en un artículo que escribió en El Tribuno (Cádiz) del 10 de julio titulado «Ya quedó constituida». En el mismo explicaba por qué no se habían adherido ni el gremio de albañiles ni los del «Sindicato Único», es decir, los del Sindicato del Ramo de la Alimentación de la CNT, pues estos últimos suponían que iban a darse casos de favoritismos y otros motivos «que callaban», pero que no eran más que prejuicios contra los socialistas y la UGT. Máximo aseguraba que no habría tales favoritismos, pues solo irían a la Colonia aquellos niños y niñas que cumplieran los requisitos sanitarios que el prestigioso médico Luis Jurado Arcila --que en septiembre sería nombrado presidente honorario de la Colonia Obrera-- dictaminara en su reconocimiento previo a los aspirantes a colonos, dando prioridad a los que tuvieran déficits nutricionales o enfermedades que hicieran aconsejable los baños de mar.
Dos meses después, Máximo volvía a escribir en el mismo medio gaditano para criticar al diario El Guadalete que había supuesto, «mal intencionadamente», que los obreros habían fracasado en la organización de la Colonia. Máximo le aseguraba a Diego Brocardo, su director, que la Colonia, a través de las cuotas, funciones de cine y teatro y varias donaciones de particulares había conseguido el dinero necesario para que los niños y niñas pasaran 21 días en la playa de Rota e incluso le habían sobrado 1.000 pesetas, y le decía a Brocardo que si hubiera presenciado cualquier comida de los niños en Rota «entonces se hubiera dado un mentís tan grande como la Giralda sobre el pretendido fracaso de la Junta de la Colonia Obrera». Máximo se despedía de esta manera: «Sin más por hoy, se despide de Vd. el iniciador de la Colonia Obrera, Juan Máximo Salazar».
Desde entonces, así será mencionado en numerosas ocasiones en los veranos sucesivos en la prensa Revista Portuense, Diario de Cádiz o El Guadalete: «Fundador» o «Iniciador» de la Colonia Escolar Obrera.
Se ignoran muchos datos de la vida de Juan Máximo, y no se sabe en qué momento se trasladó a vivir a El Puerto de Santa María, ni desde cuándo. Sí se conoce que estuvo trabajando como impresor en la Tipografía de José Leal García, situada en la calle Larga, y que en enero de 1927 será detenido junto al médico comunista Daniel Ortega Martínez en el bar «La Lucha» de la Pescadería, pasando un mes y medio en la Prisión Provincial de Cádiz, sin que hubiera procesamiento alguno. Posteriormente, no se le conoce ningún tipo de militancia, ni política ni sindical, en El Puerto. También se sabe que en Revista Portuense se decía en el verano de 1930 que Juan Máximo era vecino de El Puerto «desde hacía varios años».
Un factor familiar puede explicar este traslado desde Jerez. El padrastro de Juan era el viudo sombrerero Manuel Díaz Ceballos, natural de El Puerto, que tuvo dos hijos varones con la madre de Juan: Antonio y Manuel Díaz Salazar. Pues bien, éstos, aún menores de edad, al quedarse huérfanos se fueron a vivir a casa de su tío portuense José Díaz Ceballos. La presencia de esta familia de Juan en El Puerto puede ser la explicación de su traslado de domicilio.
Año tras año, Juan Máximo acompañaba, recibía y despedía a las expediciones veraniegas de niños y niñas, pero sus momentos más relevantes en relación con la Colonia Escolar Obrera tuvieron lugar a partir del mes de agosto de 1928.
Los primeros veranos: Casa del Pueblo
Los primeros veranos, la Colonia se alojó en las dependencias de la Casa del Pueblo (actual calle Javier de Burgos), pero la Junta Directiva deseaba que ellos mismos fueran los que cocinaran la comida de los colonos, si bien las instalaciones de la Casa del Pueblo eran reducidas, no disponían de comedor, y menos aún de cocina.
Según El Guadalete del 7 de marzo de 1928, a finales del mes de febrero «se presentó en Jerez un secretario del Sr. Ahúja, portador de un catálogo de una fábrica de cocinas económicas, para que la Junta de la Colonia Obrera escogiera la que fuera más de su agrado para el servicio de los colonos durante su permanencia en las playas del Puerto. Así se lo había prometido el año anterior». De esta forma fue como la Colonia obrera consiguió una cocina valorada en 2.000 pesetas, que había sido regalada por el filántropo Elías Ahúja y Andria. De todas maneras, conseguir la cocina no solucionaba el problema pues no la podían colocar en ningún sitio.
Colonia Obrera en calle Pagador
De nuevo Elías Ahúja les prometió la construcción de una gran caseta junto a la playa que serviría de cocina y de comedor durante el día, pero al ser inviable que estuviera lista para ese verano, Ahúja les ofreció una casa de su propiedad en la esquina de la calle Doctor Palou (actual calle Pagador) y de la plaza de toros, que tan solo requeriría unas pequeñas obras de acondicionamiento.
Elías Ahuja, presidente honorario
Por estos gestos de generosidad, la Junta de la Colonia Obrera, por unanimidad, reunida el 9 de marzo de 1928, nombró «Presidente Honorario» de la Colonia a Elías Ahúja Andría. El acto de entrega del pergamino con dicho nombramiento tuvo lugar el día de la llegada de la primera expedición de cien niños y niñas de la Colonia el domingo 5 de agosto de 1928. Allí, en el discurso de Ahúja se descubría que el pergamino había sido obra de Juan Máximo:
“El artístico certificado de mi nombramiento, con que me obsequiáis, es a mi juicio doblemente valioso por ser obra de un consocio de la Colonia, el señor D. Juan Máximo Salazar, joven industrioso, y como pocos, vitalmente interesado en esta Colonia, y tiene para, quien como yo rebusca el valor real de las cosas más allá de las apariencias, el mérito de haber sido impreso en pergamino, por un procedimiento nuevo, propio del señor Salazar, y que yo, como creo que habrá muchos otros, ignoraba fuese posible conseguir, en forma tan perfecta, y aprovecho esta ocasión para congratular al señor Salazar por lo artístico de su trabajo y por el éxito alcanzado con sus experimentos hasta conseguir la impresión que deseaba sobre pergamino”.
El siguiente momento ocurrió pocos días después, el domingo 19 de agosto de 1928. Ese día se celebró en El Puerto el acto de entrega de una bandera bordada --costeada por suscripción popular-- a la Colonia Escolar Obrera Jerezana. Tuvo lugar primero una comida en la casa de la Colonia en El Puerto (calle Pagador) a la que el filántropo Elías Ahuja estaba invitado a comer con los niños y niñas, y con el mismo menú que ellos. Según El Guadalete, además presidían la comida el presidente y el secretario de la Junta de la Colonia, José Creus y Manuel Figueroa, respectivamente, y a continuación el reportero mencionaba al «fundador de la Colonia, D. Juan Máximo Salazar». El redactor de Revista Portuense, por su parte, para referirse a él, utilizaba el término «socio fundador de la Colonia, Sr. Máximo».
Ya por la tarde, en la caseta de la Colonia en la playa de la Puntilla, se procedió a la entrega de la bandera por parte de la madrina Consuelo Hurtado Figueroa, que la había bordado con este lema: «Colonia Escolar Obrera fundada en el año 1920-Jerez de la Frontera». Después de que el conjunto coral llegado de Jerez, «La Armónica», terminó de tocar dos piezas musicales, la madrina leyó una cuartilla escrita para la ocasión, pero fue la Revista Portuense la que recogió el siguiente momento:
“Leyó dicha señorita unas breves cuartillas haciendo el ofrecimiento de la bandera, mientras ésta era sostenida por el socio fundador de la Colonia, don Juan Máximo Salazar”.
Colonia Obrera en calle San Francisco
| A la derecha, detalle del banquete celebrado en la Colonia Escolar Obrera en agosto de 1930 (Diario de Cádiz del día 6 de agosto): Elías Ahuia (x) y Juan Máximo Salazar (*). También se observa entre ambos al alcalde de El Puerto Eduardo Ruiz Golluri, y al de Jerez Santiago Lozano Corralón (con chaqueta blanca)
Un tercer momento ocurrió en la inauguración de la Casa de la Colonia Obrera en la Calle San Francisco n.º 14 el 3 de agosto de 1930. La Junta Directiva había adquirido por 40.000 pesetas dos fincas que unieron y acondicionaron para construir la Casa de las niñas y niños expedicionarios de la Colonia en las temporadas de verano. El momento fue muy institucional, con presencia de los alcaldes de ambas poblaciones (Ruíz Golluri y Lozano Corralón), además del presidente honorario Elías Ahúja, y por ello fue muy mediático, tomándose numerosas fotografías por Castroverde (El Puerto) y Butler (Jerez) que inmortalizaron la inauguración. Ya en la estación del ferrocarril, a la llegada de la expedición escolar, José Carrajal, corresponsal del Diario de Cádiz, destacaba entre los presentes «al fundador de la Colonia D. Juan Máximo Salazar». Pero en el acto de bienvenida en la nueva Casa con la mesa presidencial «que frente al testero principal había colocada con pastas y vinos» también mencionaba a Máximo y además publicaban una fotografía en primera plana donde se reconocía perfectamente la posición central de Juan Máximo junto a las autoridades.
| La Unión Ilustrada (Málaga) del 10 de agosto de 1930 publicaba una foto de Castroverde de la llegada de los colonos a la Casa con todas las autoridades y representantes de las sociedades obreras de Jerez y El Puerto. Todos los niños y niñas, como puede observarse, además de su sombrero de paja para el sol, llevaban un cubo y una pala, regalo anual del médico jerezano, y Presidente honorario, Luis Jurado Arcila. En la fotografía es perfectamente reconocible (con un asterisco) y en una posición central junto a la bandera, a Juan Máximo Salazar. Con una equis he señalado a Elías Ahuja. Entre ambos están los dos alcaldes y la Directiva de la Colonia.
Carrajal continuó su extensa crónica con la comida con la que Ahúja agasajó a los delegados obreros de Jerez y El Puerto y a la prensa, y escribía:
“Durante la celebración del «lunch», el fundador de la Institución don Juan Máximo Salazar, requirió al alcalde de Jerez señor Lozano para que aumentase la consignación que ya disfruta la Colonia, y don Elías Ahúja, presidente honorario de la misma, que escuchaba la pretensión del Sr. Máximo Salazar, intervino prometiéndole al alcalde de Jerez, que si se aumentaba la consignación él daría igual cantidad a la que fuese aumentada”. | Pergamino entregado a Juan Máximo Salazar | Fuente: Diccionario biográfico del socialismo español. Fundación Pablo Iglesias (Madrid).
Concejal 'independiente'
Por último, puede citarse que, ya siendo concejal «independiente» del ayuntamiento de El Puerto de Santa María en los inicios de la Segunda República, el domingo 13 de diciembre de 1931 tuvo lugar en la Casa Colectiva de Jerez un homenaje reconociendo su larga trayectoria de cariño y apoyo a la Colonia Obrera. En ese acto, al que asistieron los dos presidentes honorarios, Elías Ahúja y Luis Jurado, además de la Junta Directiva de la Colonia y numerosos obreros asociados, se le hizo entrega de «un artístico pergamino» al «fundador de la misma D. Juan Máximo Salazar, por su actividad y celo en bien de la benéfica institución».
| Carmen Hombre y Juan Máximo, en un retrato del matrimonio que conserva la familia. | Foto: Cedida.
Juan Máximo Salazar conoció a la que sería su esposa, Carmen Hombre Ponzoa, en el verano de 1932, cuando ésta llegó a El Puerto, como maestra auxiliar con la Colonia Escolar Municipal Jerezana, que se hospedó durante tres semanas en el grupo escolar de la Plaza del Polvorista, cedido por el ayuntamiento republicano.
Disolución de los ayuntamientos
En octubre de 1934 el gobierno de Lerroux y Gil-Robles disolvió los ayuntamientos republicano-socialistas y colocaron Gestoras al frente de los municipios. Máximo dejó de ser concejal y en 1935 volvía a Jerez casándose con Carmen Hombre Ponzoa. En ese periodo del llamado «bienio negro», Máximo volvió a sus orígenes socialistas, y tras la victoria del Frente Popular en febrero de 1936 recuperó su acta de concejal portuense, hablando en nombre de la minoría socialista en el primer pleno municipal.
El final de Juan Máximo ya se ha comentado en la prensa. Él y su esposa fueron detenidos en Jerez, encarcelados y fusilados aplicándoles el Bando de Guerra; Juan en diciembre de 1936 y Carmen en enero de 1937. Carmen estaba embarazada de ocho meses, de un hijo --Juan Máximo Hombre-- que solo la humanidad de una monja hizo posible que se salvara y fuera entregado a una prima de Carmen.
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| Para conocer más detalles de la vida de Juan Máximo y Carmen Hombre, puede consultarse el blog del autor
Extraordinario trabajo historiográfico de nuestra historia más reciente y desconocida. Las nuevas generaciones tienen derecho a conocer esta faceta humanitaria de los que perdieron la Guerra Civil que los vencedores bien se han ocupado de ocultarla durante tantos años. Felicidades por su trabajo.