| Texto: Antonio Cristo Ruiz.
De Alonso Suárez La O, Tío Alonso ‘el del Cepillo’ hay muy buena información en Gente de Puerto, pero veo que hay que completar con algunos datos y anécdotas que faltan en la vida del nuestro personaje, bien porque los conocí de primera mano, bien porque me lo contaron algunos grandes del flamenco que ya no están. Sin duda un grande de los romances de tradición oral.
La familia en la que nace
Sus padres Juan Suárez Santos, nacido en 1857 y Soledad de la O Bermúdez, (1862-193?). La familia de su padre eran casi todos carniceros y la de su madre, herreros. Tuvieron siete hijos, por orden José 188?, Luis ‘el Viejo’ 1890, Dolores (1895-1976), Antonia 1899, nuestro protagonista, Alonso (1900-1990), Salvador 1903 y Juana 1911. Yo creo que el padre de Alonso, estaba emparentado con familia de los Agujeta y la de José de los Reyes Santo ‘el Negro’.
El más conocido fue Tío Alonso ‘el del Cepillo’, que nos dejó grabaciones del romancero, nanas morunas, nanas de la Alejandría y cantes de los Puertos. | En la imagen, en una de las Fiestas del Cante de los Puertos | Foto: Rafa.
Aunque la más conocida en su tiempo y la que mejor canto según los aficionados viejos del Puerto, fue Soledad Bermúdez, matriarca de la familia. “--Detrás de mi madre el que mejor cantó fue mi hermano José y mis hermanos Luis, Dolores, Juana, y yo, no llegamos a la altura de ellos. Cantábamos los que teníamos cualidades para este arte”.
Su madre, viuda a los cuarenta y tantos …
A Soledad de la O Bermúdez, la localicé en el padrón de 1910; vivía en la calle Lechería (hoy calle Cervantes) número 4, con cuatro de sus hijos. En esta época estaba viuda. Nos contó Alonso, que su madre, Soledad La O Bermúdez, se quedó viuda con cuarenta y tantos años. Para sacar a la familia para adelante pasó un calvario. Trabajó en todo lo que le ofrecían limpiando, encalando casas y fachadas. En el campo escardando y limpiando las malas hierbas y recogidas de todo lo que saliera de la agricultura. Se llevaba al campo sus hijos y el más chico amarrado a la espalda y los mayores le ayudaban a la bata, en lo que podían en las faenas campestres. ¡El frío y la calor que pasarían esta criaturas! En la temporada de los higos de tunas, los vendía en los lugares más visitados de aquellos años como fueron la puerta del Teatro Principal y la Plaza de Abastos. | En la imagen de la izquierda, Soledad de la O Bermúdez | Foto: Archivo Luis Suárez Ávila.
A esta señora le aplico una soleá mía que dice:
Tan oscura veo esta vida
Que por mucho que salga sol
No veo la luz del día.
Siempre me gusta hablar de mi amigo José Paradela ‘el Cuervo’. Conoció muy bien a toda la familia de Alonso ‘el Cepillo’, y nos informó que Soledad la Bermúdez, como fue conocida en El Puerto. Era una de las mejores cantaoras que escuchó en el flamenco. Este gitano llego a escuchar a doña Ana la Loza, una gran cantaora muy conocida en los medios flamencos, en el año 1881. Actuaba en el Café Cantante Invenciblede Cádiz, con los grandes artistas del flamenco de aquellos años. El Cuervo fue muy amigo de Tío Alonso, trabajaron los dos en la salina Grande, la que está situada detrás de las vías del tren, empleo bastante duro y expuesto a sol durante toda la jornada de trabajo.
Tío Alonso hablo muy poco de su madre referente al flamenco, y lo único nos comentó que cuando “su madre cantaba por soleá, nos partía alma”. Yo, como sabía que no quería hablar de su madre en el tema del flamenco, nunca le pregunté.
La familia de Tío Alonso.
Su esposa fue Jerónima Jiménez Herrera, nacida en 1907, conocida por Jeroma ‘la del Planchero’, falleció en los años ochenta. Esta mujer dejo su voz registrada en "Rito y Geografía del Cante" unas bulerías al golpe muy antiguas, que no se cantan con guitarra.
| Jeroma 'la del Planchero', mujer de Tío Alonso. | Fotograma: Rito y Geografía del Cante.
De esta unión nacieron siete hijos, todos en El Puerto de Santa María y, que yo sepa, a ninguno le dio por cantar. Su hijo Juan fue aficionado a los toros, que por cierto toreó aceptablemente una becerrada o novillada en la plaza del Puerto. Su yerno Luis ‘el del Ocaso’, del Puerto, estuvo casado con una hija del Cepillo; este hombre tocaba la guitarra estupendamente; tiene registrado en la Sociedad de Autores unos acordes de guitarra estupendos. Jerónimo, hijo de Luis y nieto de Alonso, toca la guitarra muy bien; por cierto, no sé nada de él, vive en Sevilla, aunque creo que nació en El Puerto de Santa María y tendrá actualmente unos sesenta años. Sin olvidar a su sobrino Luis Panete, que cantaba el romancero como he dicho anteriormente, metido por bulerías. A mi este cantaor me ha gustado mucho su forma de hacer flamenco, su tono de voz y su compás por fiesta.
| Cantes primitivos sin guitarra. Rito y Geografïa del cante Flamenco | Subtítulos en inglés.
De donde viene el sobrenombre de Cepillo.
Tío Alonso fue un gitano muy cabal, vivió para su familia que para él era lo principal. Hombre que, si tenía que decirte algo, no se lo callaba. Te lo decía, pero sin ofenderte, razonaba muy bien. Siempre dijo Alonso que el flamenco más antiguo que había en la provincia de Cádiz, era el de El Puerto de Santa María. Le pregunte a Tío Alonso, de que le venía el sobrenombre del Cepillo y me contó que tenía un tío suyo que se dedicaba hacer cepillos para barrer los barcos, y fue conocido en el pueblo por el Cepillo.
De salinero a las golosinas
Nuestro personaje, para sacar a su familia para adelante trabajo en las faenas del campo: segando, en la recogida del garbanzo, aceitunas; trabajo de salinero según mencioné anteriormente; se dedicó a la compra y venta de chatarra; en el Matadero Viejo de El Puerto, (hoy sede de varias asociaciones), en el carro de la carne, llevando a sus espaldas las medias reses sacrificadas repartiendo por las carnicerías durante treinta años, y sin motor. En su vejez vendía caramelos y frutos secos para los niños.
| Calle de la Rosa en los años sesenta del siglo pasado. A lo largo de la historia fue, junto a las calles Lechería y Rueda, así como Espelete y otras del Barrio Alto, lugar de residencia de familias gitanas. La chatarrería de Lino Cristo está señalada con la flecha a la izquierda, justo sobre un caparazón de tortuga.
Lo conocí tendría yo unos diez años. Alonso ‘el Cepillo’, era tío de Alonso Jiménez. Este último fue socio de mi padre en la chatarrería de la calle La Rosa. A Tío Alonso lo veía en muchas ocasiones en el baratillo de mi padre. Recuerdo, tendría yo unos quince años, y le escuché comentaba a mi padre: “--Lino que pesado es tu hijo Antoñito con el flamenco”, me miraba y se reía, y me decía “que es broma Antonio”. Me apreciaba mucho, era una persona que cuando le hablabas te escuchaba atentamente.
Los cantes se aprenden en familia
Para los gitanos, en la familia hay una profunda unión sentimental que no tenemos los payos. En los inviernos hacíamos una fogata y nos reuníamos alrededor del fuego la familia cantábamos los que teníamos más rasgo para el flamenco.
Alonso decía que el romancero y los cantes de fragua se aprendía de la familia y de los fragüeros que cantaban bien en aquellos tiempos como fueron: Pepe Hano y su familia; El Veneno que era familia mía; de este último decía Manolo Agujeta, que para él “era el que mejor cantaba los cantes de fragua en el Puerto”. La fragua de este hombre fue la última que cerró en los años setenta en nuestra Ciudad, ubicada en calle Lechería; las dinastías de los Boneo y de los Santos cantaban muy bien; los Agujetas una familia muy extensa en cantaores tanto en Jerez como en El Puerto; Diego ‘el Gurrino’ y los Gálvez, y muchas familias gitanas de principio del siglo veinte.
Alonso fue un cantaor muy personal y con setenta años en aquel tiempo, hay muy pocos cantaores que cantaran bien. A mí me ha gustado su cante y puedo decir que yo le he escuchado cuando era más joven. Alonso tenía un cante sin aditivos como decía ‘el Cuervo’ con un timbre de voz estupendo, nunca le gusto cantar por los tabancos. Siempre cantó en familia y con personas muy allegadas a él, en bautizos, dichos, bodas o que alguien que le pagara por escuchar su cante.
Juan de la Plata
Estuvo Alonso ingresado en el hospital, y fue a verle Juan de la Plata. Recuerdo que le comentó Alonso, que “--El flamenco del Puerto era más antiguo que el de Jerez”. Y no se bajaba del burro, se llevó esta afirmación con él a la tumba. Fueron muy amigos estos dos personajes del flamenco. Juan de la Plata iba a verle cantar cuando actuó en los festivales del Cante de los Puertos. Le gustaba el cante de tío Alonso y de José de los Reyes ‘el Negro’. Decía que “--Los romances eran cantes muy antiguos que hoy en día se cantan muy poco, pero que tenían una gran pureza y eran muy primitivos y cantes muy gitanos”.
| Primera Fiesta del Cante de los Puertos. Juana la del Cepillo, Jeroma la del Planchero, Gabriel Moreno, canta Alonso del Cepillo, Pericón de Cádiz, a la guitarra Felix de Utrera, y Agujeta el Viejo. Año 1971 | Foto: Rafa.
Yo creo que es el palo más antiguo del flamenco, porque hay tonos del cante de fragua y de otros palos del flamenco. Siempre le gustaron más los cantes de los Puertos, que los de otras zonas flamenca de la provincia de Cádiz. También le gustaba los cantes mineros y nos decía que las letras del Taranto, nos informaban de las fatigas que pasaban los mineros.
| Romances del ciclo carolingio.
La verdad del descubrimiento del romancero en El Puerto de Santa María.
Hay que agradecerle a Luis Suárez Ávila, que fue el descubridor de los romances de tradición oral, sin discusión ni dudas. Luis que yo sepa dio muchas conferencias sobre los romances por España y el extranjero.
Los que cantaron este palo del flamenco fueron los que menos se apercibieron del descubrimiento de los romances, dicho por ellos mismo, y no voy a descubrir nombres, pero hay que decirlo. Decían: teníamos hambre y hambre tenemos. Lo único que sacaron es que fueron muy conocidos en las fechas de los años setenta y actualmente por sus grabaciones en la Magna Antología del Flamenco.
Es la zona que más familias de cantaores y cantaoras, que cantaron los romances, como fueron José de los Reyes ‘el Negro’, Tío Alonso ‘el Cepillo’ y sus hermanos José y Luis ‘el Viejo’, Dolores y Juana ‘los del Cepillo’, Juan ‘el Zopa’ sobrino del Negro, Luis Panete, que era un estupendo cantaor por fiestas. La Pijota que cantaban muy que era familia de Pepe Hano, Bartolito Gálvez un cantaor con mucho salero, Diego ‘el Gurrino’ el que mejor canto los cantes de fragua en El Puerto, José de los Rio Suárez ‘el Loco’, y ‘el Veneno’ y su hijo ‘el Cohete’. Estos cantaores no fueron profesionales, eran de raza gitana. Yo nunca escuche a un payo cantar romances. |En la imagen de la izquierda, 'el Veneno' | Foto: Colección Luis Suárez Ávila.
Títulos de los romances que dejaron registrados la familia del Cepillo.
Rey deme usted a mi padre, Mala lancita le dé un cristianito, El Caballero el Cid, Buena tardes tengáis, cantados por Tío Alonso ‘el Cepillo’. Hija mía de mi alma, cantado por Dolores ‘la del Cepillo’. Por lo campitos de batallas, cantado Juana ‘la del Cepillo’.
El Letra, gallo de pelea.
Tío Alonso, tenía un pollo de pelea y le puso por nombre ‘el Letra’. Cuando había problemas económicos, cogía al Letra y lo llevaba al reñidero de la calle Santa Clara, para pelearlo y apostar por él. Si ganaba el Letra, solía quitar de los problemas económicos. El nombre del Letra se lo puso por las letras de pagarés. Después de varias peleas, le prometió Tío Alonso al Letra que, si ganaba esta última pelea, no iba más al reñidero, y así fue: le dio el descanso del guerrero.
La seguiriya de los moritos
No lo permitáis
que los franceses
que están en la isla
entren en Cái.
Alonso en vez de franceses decía "los moritos entren en Cai". Le pregunté y se echaba a reír y me dijo: “--Mira esto fue cosa de mi hermano José, que cuando se tomaba un par de chicas de vinos, en vez de franceses decía moritos, y como era el mayor de todos los hermanos, por respeto, lo seguimos cantando”.
| Placa colocada en la fachada de la vivienda donde habitó Tío Alonso el del Cepillo, en la calle Carmen Pérez Pascual.
Con Muñoli.
Otra anécdota sobre su personalidad me la contó el desaparecido Antonio Muñoz Cuenca, que estuvo hablando con Tío Alonso durante un buen rato de flamenco “--Y la verdad que me pase un poco, y llegó el momento que me dijo Alonso: “--Antonio cuando coges el carro, picha, no hay quien te pare hablando; eres el Levante, no paras, y se echaba a reír”. Antonio fue vecino de Alonso en la calle Santa Clara, una parte de su vida. Se apreciaban mucho estos dos hombres, a los que yo llevare siempre en mis recuerdos.
En otra ocasión, estábamos tomando café en un bar muy cerca de su casa, y le cayeron unas gotitas de café en el pantalón y nos dijo “--Esperarme un momentito que ahora vengo” y cuando apareció llegó con un pantalón limpio.
La última etapa de su vida fue muy triste para Tío Alonso. Se fue con los que no vuelven Jerónima, su amada esposa y, para remate el de su querida hija Juanita, que esto le marcaría con un profundo dolor para el resto de sus días. Comentaba Alonso: “¡Cómo un padre puede ver enterrar a su hija!” | Cartel del Memorial 'Tío Alonso del Cepillo', celebrado en julio de 1993.
Tío Alonso tuvo muchos amigos y entre otros podemos mencionar a: Luis Churrasca, José Breíta, Anzonini, José de los Reyes ‘el Negro’, José Paradela ‘el Cuervo’, Luis Suárez, Luis Gatica, Elíseo del Puerto, Juan de la Plata, Pepa Campo, el Veneno, Francisco Varo Marchán ‘Cuqui’, Manolo Agujeta, el Viejo Agujeta, José de los Ríos Suárez ‘el Loco’, El Gordo Agujeta, Lino Cristo, Alonso Jiménez, Antonio Muñoz Cuenca y el que escribe este texto. Se que me dejo a muchos en el tintero y pido perdón por los olvidos, pero a fin de cuentas en El Puerto de Santa María desemboca el río del Olvido.
Fabuloso trabajo, tocayo, como todos los que publicas de flamenco, aportando datos y anécdotas inéditos e interesantes. Un abrazo