| Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz.
Nuestro colaborador, Antonio Gutiérrez Ruiz, autor de un trabajo de investigación sobre la casa palacio que fuera antes de su reconversión en centro escolar: Colegio de Las Carmelitas, cuya construcción se remonta al último cuarto del siglo XVIII, advierte del peligro de “bautizar” sin demasiado fundamento, como se hizo con el palacio de Ramírez de Arellano (actual Romerijo) en el que situaron la Capitanía General de la Mar Océano, erróneamente, o más recientemente la denominación de Winthuysen a la casa palacio de calle Larga, 9 actual, labrada por Miera y reformada por Urruela, por poner solo dos ejemplos de los varios casos existentes. | Fotografía del patio de las Carmelitas tomada en 1925. La primera por la izquierda es Carmen Poullet, le sigue Enriqueta Dosal Cumbreras, Maruja Paullada Varela, Mercedes Ávila Gutiérrez, madre de los hermanos Suárez Ávila, la siguiente y las dos últimas eran hermanas hijas de un director del Penal, la tercera empezando por la derecha en Virginia Piury Dagnino. | Foto Colección LSA.
Escribe Antonio Gutiérrez: En nuestra opinión, la denominación de Casa Palacio de Vos o Voss para este inmueble no debe prosperar, y en orden de méritos están los Helm, también cargadores jenízaros, que ostentaron su propiedad por tres generaciones, aunque realmente el personaje que la labró se llamaba Antonio Nicoleta. De origen italiano, sus antepasados llevaban varias generaciones viviendo en el Norte peninsular, de donde vino con los vizcaínos Luyando (de) Bermeo que se asentaron en El Puerto de Santa Maria para el tráfico con Indias. Era soltero y se dedicó también al comercio asociado con los Reinoso y con el genovés Juan Bautista Oneto, aunque parece que la espléndida construcción realizada con la participación de los mejores elementos del gremio de albañilería local, bajo la dirección del Maestro Mayor de la ciudad y la supervisión de representantes del Cabildo ducal, asesorados por alarifes que cuidaban se cumpliesen las normas de policía y ornato establecidas solo la pudo llevar a cabo gracias a los beneficios de unas minas en Guadalcanal (Sevilla) de las que tenía, junto a otros socios, la concesión.
| Portada del número 19 antiguo de la calle Nevería, antigua calle Manga de Gabán, actual sede del colegio de Las Carmelitas.
Y tras este preámbulo explicativo, reproducimos un fragmento de la historia de la casa, el correspondiente al periodo en el que figuran los Voss residiendo en ella:
Coincidiendo con la finalización del año en que nacieron dos genios musicales, el austriaco Joseph Haydn y el alemán Bach, y también el matemático y botánico gaditano José Celestino Mutis, el día 31 de diciembre de 1732, expiró la matriarca fundadora del clan familiar Winthuysen, doña Baptistina Gallo. Unos meses antes había redactado los veinticuatro folios de que consta su testamento, que dictó al escribano Rodríguez León en el que instituía, señalaba y nombraba por sus únicos y universales herederos a sus hijos Francisca Clemencia y Juan Bautista Winthuysen Gallo. Las circunstancias que siguieron, tras el reparto de bienes entre los dos hermanos, resumidamente fue, la liquidación de la compañía anterior y la creación de una nueva sociedad mercantil en abril de 1734, denominada “Wintuissen De Vos y Cia” de la que formaban parte Francisca Clemencia, como accionista mayoritaria, con un 33% de participación, su hermano Juan Bautista, sus sobrinos Bárbara Francisca, hija del anterior y Matías Fernando, hijo de Mathias Winthuysen, su yerno Pedro Francisco De Vos y su nieto Vicente A. De Vos Hernández, compañía que es la que realmente adquirió el inmueble en noviembre de ese mismo año, aunque la escritura de compraventa se realizara a nombre de Francisca Clemencia, cerrándose la operación en 10.346 ducados.
En la fecha de la compra de la casa de Nevería, 19, el año de 1734, los padrones eclesiásticos consultados indican que Francisca Clemencia Winthuysen, de estado viuda con su único hijo varón ausente en Indias y su otra hija fallecida, vivía en la que fueran casas principales de los Winthuysen Gallo, en calle Larga, situada en la acera derecha, entre Santo Domingo y Pozuelo, a la altura más o menos de los números 134/136 actuales, que tenía “viviendas altas y bajas, con 22 varas de frente (18 metros) y 45 de fondo” medidas que establecen una superficie de 680 metros cuadrados, figurando en el bajo de ella, “una bodega de cabida de mil ochocientas arrobas y un molino de aceite con su piedra almazen de viga y todos sus pertrechos”.
| Patio de las Carmelitas con el Monumento al Corazón de Jesús. Año 1935. | Foto Colección LSA.
Las casas principales de la familia habían correspondido en el reparto de bienes a Juan Bautista Winthuysen y, por tanto, parece lógico que la familia política de Francisca Clemencia que también vivía allí se trasladase, como así fue, a la nueva casa, la de Nevería, 19. Todo parece indicar que la mudanza y acondicionamiento de la casa de Manga de Gabán, que así se llamaba la calle en esa época, parcialmente deshabitada durante muchos años, duró bastantes meses.
Hasta 1736 no constan estuviesen alojados en ella Pedro Francisco de Vos, el viudo de Gerónima Hernández Winthuysen, que en esa fecha contaba 42 años, su hermano Bernardo, soltero de 36, y su hijo Vicente Antonio, de 6. Curiosamente, Francisca Clemencia no se instaló inicialmente en la nueva casa, permaneciendo en la de calle Larga, mientras su sobrina Bárbara Francisca sí lo hizo, suponemos que para coordinar las labores domésticas, habida cuenta que los otros tres desplazados eran dos hombres y un niño. Junto con ellos figuran censados una docena de sirvientes. Posteriormente, Francisca Clemencia se reinstaló en la casa y Bárbara Francisca Winthuysen Ticio volvió a la mansión paterna de calle Larga, donde estaban su madre, Juana Estefanía Ticio, sus hermanos, el presbítero Crisanto y Antonia, algunos parientes y numerosos sirvientes, hasta completar un censo de veinte personas, mediado el siglo XVIII.
Durante un cuarto de siglo la compañía funcionó con regularidad, utilizando las distintas dependencias de la casa, adaptadas a sus necesidades comerciales y como alojamiento de sus empleados y, en ocasiones, de personas relacionadas con sus operaciones de tráfico ultramarino. En las distintas catas que hemos realizado en los padrones eclesiásticos desde 1736 hasta 1756 el número de ocupantes adultos de la mansión oscila entre los 16 de los primeros años hasta los 49 registrados en el padrón de 1756. Nos resulta imposible identificar, salvo el sexo, a la gran mayoría de los censados, a pesar de conocer sus nombres y apellidos, desconociendo si se tratan de esclavos, sirvientes, parientes o huéspedes.
En 1748, año del casamiento de Vicente Antonio De Vos, se incorpora a la casa su joven esposa, Rosalía Tirry, y en el padrón de 1756 es Juana María Cañas, la segunda mujer, la que figura censada. Ese año no está relacionado Bernardo De Vos, cuyo fallecimiento debía haberse producido para entonces.
| Colegio Las Carmelitas. Mayo 1958, Todas gentes de El Puerto: los hermanos Bellvis: Javier y Marisol, única niña por aquello de separar las niñas de los niños; Luis Áspera, Paco Zamudio, Jaime Renedo, Mariano Medinilla, Miguel Lizaso, Javier Díaz, Hörh, Velarde, Julián Flores y otros…
Los dos hermanos De Vos, Pedro Francisco, marido de Gerónima Hernández y Bernardo, seis años más joven, habían nacido en Amberes, Ducado de Bravante, en los estados de Flandes y eran sus padres los flamencos Pedro De Vos y Clara María Bossaert. Que conozcamos, tenían un tercer hermano llamado Cornelio Jacinto, presbítero, Doctor y catedrático de Teología, canónigo de la Santa Iglesia Catedral de Brujas. Pedro Francisco de Vos, aparte de llevar el peso de la dirección de la compañía, ejercía como apoderado de confianza de diversos hombres de negocios del otro lado del Atlántico, con amplios poderes para administrar sus bienes o realizar gestiones en esta región del sur andaluz.
Con su fallecimiento y el de su hermano Bernardo, ambos amortajados en la casa que historiamos, el negocio no se sostuvo, desembocando la compañía en la conocida quiebra, a la que hizo frente la anciana Francisca Clemencia poniendo a disposición de la junta de Acreedores todos sus bienes raíces que, a pesar de su extensión y calidad, resultaron insuficientes para cubrir el elevado pasivo acumulado. Los administradores de la Quiebra procedieron sistemáticamente a vender todos y cada uno de los bienes entregados por Francisca Clemencia.
El turno de la casa que nos ocupa en la calle Manga de Gabán le llegó en noviembre de 1762, fecha en que se cerró la compraventa a favor de Diego Gómez de Barreda, vecino de Sanlúcar quien, curiosamente, con posterioridad se convertiría en el suegro de un hijo de Vicente Antonio De Vos, llamado Vicente Devos Cañas, miembro de la Armada.
El adquirente, que pagó por ella 13.001 pesos de 128 cuartos, era un prestigioso Cargador a Indias sanluqueño que posiblemente quisiera ampliar su radio de acción, considerando que el epicentro del negocio estaba en esa fecha en Cádiz y no en Sevilla, ciudad que había perdido hacía ya casi medio siglo el monopolio de la contratación con Ultramar. Sanlúcar tuvo mayor peso e influencia cuando la Casa de Contratación estaba en Sevilla.
En estos años era El Puerto, más afín con Cádiz, la mejor situada para el tráfico y contaba con casi un centenar de cargadores. Sin embargo, no pasó de ser una inversión y tal vez residencia ocasional por un corto periodo de tiempo pues, aunque no hemos encontrado documentación que lo justifique, debió existir una retroventa o anulación de la efectuada al cargador sanluqueño antes de 1765 puesto que, un año después, en 1766, Diego Gómez de Barreda labró un hermoso palacio en Sanlúcar, que fueron sus casas principales y que aún se conserva, en la calle de Santo Domingo, con portada blasonada y con columnas graníticas a ambos lados del dintel, bastante parecida a la que construyó en la plaza del Polvorista de El Puerto su congénere, el también cargador Juan Vizarrón.
Después de fallecer Francisca Clemencia, su nieto Vicente Antonio De Vos y su familia se trasladaron en calidad de inquilinos a la casa de calle Larga, esquina con la de Pozuelos, conocida como casa palacio de Santisteban, recientemente restaurada, situada en la manzana siguiente de donde vivía la familia materna superviviente en esas fechas. Creemos que en ella falleció, en 1777, habiendo estado empleado los últimos seis años –desde 1771- como Sargento Mayor de las Milicias Urbanas, nombrado por Su Majestad.