Continuamos con la serie de las diademas en las imágenes Dolorosas de El Puerto de Santa María. Después de destacar algunos rasgos de la imagen mariana del Dolor y Sacrificio que hoy traemos a estas páginas, nos detenemos en uno de sus principales atributos, la diadema. Actualmente conserva tres: dos del siglo XX y la que se labró más recientemente replicando la desaparecida del XVIII. |Imagen de María Stma. del Dolor y Sacrificio a mediados del siglo XX con la antigua diadema desaparecida. Foto: Archivo de la hermandad. [1]
La titular de la hermandad de Ntro. Padre Jesús Cautivo es una imagen de candelero, anónima y del siglo XVIII. Resulta difícil su catalogación por la falta de documentación, la escasez de elementos morfológicos dignos de estudio (sólo rostro -retocado-, cuello y manos, que pueden ser o no las originales) y las reiteradas intervenciones poco respetuosas que ha soportado (Bottaro, Ruiz Golluri, Buiza y Ortega) y alterado su primitiva fisonomía en los últimos sesenta años. A pesar de ello, su cabeza inclinada, mirada baja y manos con dedos entrecruzados aportan tal serenidad, dolor introvertido y profunda resignación que ha conseguido mantener el poder de atracción devocional tanto en su capilla (la antaño funeraria de los Reinoso Mendoza,adosada al coro de la Prioral en la nave de la epístola) como procesionando los martes santos. La cofradía se fundó en 1958 con esta imagen mariana que, según Hipólito Sancho, fue donada a la Prioral por la familia Montoto de Sedas Pacheco. Veinte años después la hermandad incorpora una imagen de Jesús Cautivo, obra de Buiza Fernández [2].
María Stma. del Dolor y Sacrificio está concebida, como todas las Dolorosas desde el siglo XVIII, con lágrimas, pestañas postizas, puñal, rosario y diadema. A este atributo le dedicamos el siguiente apartado.Daremos un repaso por orden cronológico a las cuatro diademas que se le han conocido.
| Dolor y Sacrificio con la diadema de plata del siglo XVIII en 1958. | Foto: Archivo de la hermandad.
La antigua diadema de plata
Coronaba la cabeza de la entonces advocada María Stma. de los Dolores (también apodada la “Soledad chiquita” o “La Virgen del coro”) cuando en 1958 los cofrades de la recién fundada hermandad con ella como titular la encuentran en su pequeña capilla de la Prioral. No hemos tenido ocasión de estudiarla porque desde pronto se quiso restaurar y desde entonces se desconoce su paradero. [3]. Solo la hemos admirado a través de fotografías de aquellos años finales de los cincuenta y principios de la siguiente década del siglo XX, algunas de las cuales se conservan en la hermandad y con ellas ilustramos estos primeros párrafos. Según tradición oral era la más pequeña de cuantas ha poseído.
Su composición seguía el esquema establecido desde las más antiguas: aro y ráfaga exterior. La decoración se concentraba en la base, cuya superficie se completaba con sendos contornos de diminutos motivos geométricos encuadrando pares de dobles volutas y roleos flanqueando un óvalo central que en orfebrería se conoce con el nombre de espejo. Superpuestos al aro se repartían radialmente resplandores de idéntica longitud y cantidad, pero alternando su diseño: quince biselados y otros tantos flamígeros u ondeantes. El ritmo curvilíneo y reiterativo de su ornamentación, a pesar de su simplicidad, denotaba su filiación barroca, posiblemente del siglo XVIII.
La diadema de plata sobredorada de 1959
| La titular de la hermandad de Jesús Cautivo con la diadema de 1959.
Al año siguiente de la fundación de la hermandad se consideró que la primitiva diadema era más propia para lucirla en la capilla y se decidió encargar una de salida. Esta segunda fue labrada en 1959 por Manuel Gabella Baeza [4] para coronar la cabeza de María Stma. del Dolor y Sacrificio desde que se bendijera aquel Viernes de Dolores 8 de abril de 1960. Es de plata de ley sobredorada y cincelada a doble cara. De su aro es preciso destacar la decoración extendida por toda la superficie a base de hojas de acanto enroscadas y flores en relieve y las labores de pedrería (diminutos rubíes y zafiros regalados por el mismo orfebre) insertas en el contorno superior semicircular. La ráfaga se compone de veinticuatro rayos de mayor complejidad compositiva y ornamental, aunque manteniendo la alternancia de doce biselados (en haces de cinco con el central más ancho y alto) y compuestos (dobles ces afrontadas y hojas superpuestas en tres niveles decrecientes desde su base hasta ser rematados en estrellas de ocho puntas.
| La diadema de plata sobredorada es obra de Gabella Baeza.
Corona el conjunto la figura de paloma simbolizando al Espíritu Santo sobre el globo terráqueo circundado de las citadas piedras semipreciosas y rematado por una cruz. Esta mayor barroquización de elementos estructurales y ornamentales, la ampliación de la superficie del aro y longitud de los rayos será una constante en buena parte de las diademas más contemporáneas frente a la estilización y sobriedad morfológica de las anteriores.
| La paloma que representa la imagen del Espíritu Santo entre el globo y la cruz remata esta diadema.
Ha sido restaurada y limpiada varias veces desde entonces y este año ha sido seleccionada para la celebración de sus cultos, veneración y posterior salida procesional el martes santo.
| La imagen de María Stma. del Dolor y Sacrificio en sus cultos este Viernes de Dolores de 2022.
La diadema de Gabella Pérez
En abril de 1963 la imagen del Dolor y Sacrificio estrena una nueva diadema. En esta ocasión, Angel Gabella Pérez [5], hijo de quien labrara la anterior, se encarga de realizar una de camarín en plata de ley cincelada por una sola cara. Sus medidas: 42 cm. de altura, 64 de anchura y 21 cm. en el diámetro de la base.
| La tercera diadema conocida es obra de Gabella Pérez.
Su aro es uno de los más ornamentados de las diademas analizadas. Las labores decorativas se extienden por toda su superficie y entre ellas conviene destacar por su originalidad respecto a otras preseas de Dolorosas portuenses, las tres cartelas circulares situadas simétricamente en el centro y laterales: el repujado escudo de la hermandad (un corazón traspasado por tres clavos en su parte superior inscrito en una corona de espinas) queda flanqueado por dos símbolos de letanías lauretanas alusivos a la Virgen María: a la izquierda un espejo (en referencia al “espejo de justicia” con que se asocia a Ésta) y una rosa (la Virgen es comparada a una “rosa mística”) a su derecha. Una moldura quebrada y en relieve circundando todo el aro lo aísla de la ráfaga exterior.
| Detalle de la diadema que estrenó la Virgen del Dolor y Sacrificio en 1963.
En cuanto a esta, se mantiene la alternancia de rayos (veintidós en esta variante) de los que doce son biselados (como los de otras diademas: haces de siete rayos con el central más alto y el resto en longitud decreciente) y diez de diseño apiramidado pero seccionado en tres niveles repletos de hojarasca abigarrada y rematados en otras tantas estrellas. El rayo central presenta idéntica composición, aunque la sección superior se transforma en una cruz griega igualmente decorada profusamente con labores vegetales, volutas y roseta central.
La réplica de 2007
| 10. La imagen de María Stma. del Dolor y Sacrificio con la diadema que replica la antigua de plata desaparecida. | Foto: Iván García de Quirós.
Una cuarta diadema --esta de capilla-- ha venido a enriquecer el patrimonio cofrade de la imagen del Dolor y Sacrificio. El orfebre sevillano Jesús Domínguez Machuca la cinceló en 2007 en plata a doble cara para celebrar las bodas de oro de la hermandad.
| 11. La diadema de Domínguez Machuca (2007)
Se trata de una réplica de la primitiva diadema perdida. Mide 36 x 43 x 21 cm. Mantiene, lógicamente, el diseño de aquella en cuanto a su morfología y ornamentación tanto en el aro como en la ráfaga exterior. Una de las escasas variantes la observamos en el número de rayos, suponemos que porque la actual es más ancha y en su contorno decidieron colocar hasta cuarenta y cinco frente a los treinta de la diadema primitiva manteniendo la alternancia entre biselados (veintitrés) y flamígeros (veintidós), en esta nueva sin estrellas en su remate.
| 12. Detalle del aro de la diadema de 2007.
| 13. En el reverso del aro una inscripción recuerda su estreno: 7 de octubre de 2007.
La estrenó durante el triduo extraordinario del cincuentenario fundacional de la hermandad en septiembre de ese año. Así consta en la inscripción grabada en el reverso del contorno del aro: “Ofrenda a la Virgen del Dolor y Sacrificio en la Misa de Pontifical de VII-X-MMVII, año del Cincuentenario”. | Texto y fotos: Francisco González Luque.
| Imagen de María Stma. del Dolor y Sacrificio a mediados del siglo XX con la antigua diadema desaparecida. | Foto: Archivo de la hermandad.
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Notas
- Agradecimiento a D. Miguel Ángel Corzo Domínguez, teniente de hermano mayor de esta cofradía, por facilitarme el análisis de las diademas conservadas y poder fotografiarlas.
- Puede ampliarse información sobre esta imagen y su hermandad en: Beuzón Zarzuela, J. y González Luque, F.: La Hermandad de Nuestro Padre Jesús Cautivo y María Stma. del Dolor y Sacrificio de El Puerto de Santa María. 2008.
- Según fuentes orales de la propia hermandad, a mediados de los años sesenta del siglo XX se depositó en el taller de un orfebre jerezano para una modificación o restauración. Así consta en el inventario de 1964. Actualmente se encuentra en paradero desconocido.
- Gabella Baeza fue un reputado orfebre sevillano especializado en labrar en plata y alpaca coronas, cruces de guía, faroles, varales, respiraderos, jarras y muchos otros enseres litúrgicos (incluidos sagrarios y custodias) y de ajuar cofradiero para varias hermandades de Andalucía occidental a mediados del siglo XX. Buena parte de los enseres de plata de la hermandad de las Penas y Desconsuelo de Jerez, por ejemplo, salieron de su taller.
- Gabella Pérez fue un orfebre sevillano formado en el taller del prestigioso Cayetano González y en el de su padre, Gabella Baeza. Continuando esta doble tradición, se especializó en enseres para pasos de titulares de cofradías (candelería, peanas, respiraderos, templetes, llamadores, etc.). Se conservan obras suyas en buena parte de Andalucía y también en El Puerto está bien representado. Piezas de plata y alpaca se reparten entre los enseres de hermandades, sobre todo en palios como los del Desconsuelo, Dolores, Soledad y Rosario y varias prendas de ajuar en otras. Para la titular que tratamos trabajó también los faroles de las esquinas de su paso, un puñal y una medalla.
[res publica]