En una de las cuatro esquinas del crucero de las calles Larga con Luna se encontraba la Confitería La Campana, atendida por el bueno de Juan Luís Hernández, con sus desplazamientos en bicicleta. De la Campana he comido los más inimaginables y ricos merengues de fresa, con aquel almíbar inigualable del que todavía me relamo. | Foto: Colección Carlos Pumar Algaba.
| Membrete de Carta de Confitería La Campana. "Repostería de superior calidad. Completo surtido de pasteles dulces, frutas en almíbar, platos montados. Carteras elegantes".| Colección GdP.