Por su fidelidad a una Corona, a un país y a unas convicciones, por su comportamiento tanto en la guerra como en la paz, se encuentra en una fila preferente el capitán general Francisco Javier de Uriarte. Muchos recordarán a este personaje más que por su aparición en los libros de historia por el pomposo traslado de sus restos desde la Prioral hasta el isleño Panteón de Marinos Ilustres en una festiva tarde de 1985. Da nombre a un costero instituto de enseñanza.