En la actual situación de pandemia --que la mayoría del país parece no reconocer--, los mayores no sabemos qué hacer cuando tenemos ciertas dolencias que son propias de la edad y no se deben ocultar porque pueden ser síntomas de otras ocultas de gravedad: fiebre moderada, tos, mucosidad o frío que no se va a pesar de estar sentado bajo las faldas de la mesa camilla y entonces, uno se pregunta qué hacer.
Si llamas a Salud Responde te contesta el Lucero del Alba y el Coño de la Bernarda que te hace una pedorreta; si optas como he hecho, por acercarte a Urgencias del Centro de Salud de Pinillo Chico, el cual me parece una cárcel de las películas de terror, desangelado, frío con escaleras que rompen el espacio, probablemente diseñados por un arquitecto psicópata; si lo hago, me puedo encontrar que la doctora me mande un análisis rápido de orina, lo entrego y me siento con otros que esperan también, hasta que me llaman de nuevo y me vuelven a atender.
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