El día 6 de diciembre, además de nuestra Constitución Española, los cristianos celebran la onomástica de san Nicolás de Bari. Aunque solo fuera por la gran devoción que se le profesaba en El Puerto y por ser el antecedente de Papá Noel, merece la pena que le dediquemos unos párrafos. Recordaremos quién fue este personaje histórico, los prodigios atribuidos y patronazgos, sus representaciones en esta Ciudad y en que consistía la tradición conventual de las Caminatas de los lunes hasta el monasterio de la Concepción. | En la imagen, representación de San Nicolas en el convento de las Concepcionistas.
Aspectos biográficos y legendarios
Nació san Nicolás en Patara (Licia, en la actual Turquía) hacia el año 270 en el seno de una familia acomodada y cristiana. Historia y leyenda se entremezclan en la vida de este santo tan particular y de devoción universal cuya existencia se nos ha transmitido rodeada de prodigios y milagros.
La mayoría de los datos que han llegado hasta nosotros nos hablan de su generosidad y humildad. Se admiten como ciertos su nombramiento de obispo de Mira y su participación en el Concilio de Nicea condenando las doctrinas de Arrio. Falleció el 6 de diciembre de 343. Prácticamente desde entonces su culto inicial en el seno de la Iglesia griega se extendió por Oriente y posteriormente se popularizó en Occidente, sobre todo desde que Turquía cayó en manos musulmanas y sus restos, para evitar la profanación, fueron trasladados en 1087 por fieles cristianos desde Mira hasta la ciudad italiana de Bari, donde descansan y reciben culto.
| Escenas de la vida de San Nicolas | Fray Angélico.
Pronto creció la devoción como benefactor ante situaciones desesperadas, siendo abogado de los peligros y patrono de navegantes y marineros, mercantes, comerciantes, viajeros y peregrinos, niños y solteras con deseos de casarse. También le pedían favores boticarios, toneleros, panaderos e incluso se creía en su intercesion por presos y contra los ladrones. En muchos países se le invoca solicitándole protección del hogar, encontrar trabajo o recursos para afrontar gastos imprevistos. Asimismo, se le reza suplicándole un buen matrimonio para los hijos. Era uno de los santos más vinculados a la protección de la infancia. Actualmente san Nicolás sigue venerándose en las Iglesias ortodoxa, copta, anglicana y católica.
| San Nicolas de Bari, en el ático del retablo de Santa Lucía, en la Prioral.
Devoción e imágenes de san Nicolás de Bari en El Puerto
Ignoramos a qué época puede remontarse la devoción a san Nicolás en El Puerto. Sabemos que no fue titular de cofradías, pero contamos con evidencias de un creciente culto al mismo tanto por la documentación como por el par de imágenes custodiadas en la Ciudad: en el ático del retablo de santa Lucía en la Prioral y en otro del convento de la Concepción. Se conservan sermones pronunciados en la Iglesia Mayor desde 1725 por su festividad anual y donaciones para su culto en este monasterio desde que en 1734 se concedían indulgencias por rezar ante él, la existencia de un privilegio de Benedicto XIV fechado en 1749 y los gastos del culto por su festividad en 1752. Todavía a comienzos del siglo XIX las concepcionistas recibían donativos para conmemorar dicha onomástica en la iglesia conventual, a veces en metálico o en cera para su culto.
Del interesante retablo del segundo tercio del siglo XVIII conservado en el muro de la Epístola nos ocuparemos en otra ocasión. Ahora nos interesa destacar la imagen titular que lo preside desde la hornacina central. Es de talla completa y pequeño formato. se representa como un varón barbado de mediana edad, erguido, con los brazos elevados, abiertos y flexionados a la altura del pecho para portar atributos y con la pierna derecha avanzada. Mientras con la diestra simula bendecir a los niños resucitados a sus pies y sostener el báculo pastoral, con la izquierda sostiene el otro atributo parlante, las bolas de oro. Conforme a su iconografía habitual en el arte occidental, viste indumentaria de obispo latino, aunque lo fuera de Mira: túnica talar, roquete y capa corta abierta al frente y sujeta en el pecho, mitra cubriendo su cabeza, cruz pectoral, guantes y calzado rojo. También son interesantes las labores de policromía de la talla.
En cuanto a los atributos que lo acompañan y hacen fácilmente reconocible su identidad, el anónimo escultor ha elegido los dos más típicos: el libro con tres bolas doradas y tres niños emergiendo de un cubo o barreño, aludiendo a los dos prodigios más populares de su legendaria biografía. El primero se relaciona con la generosidad del santo y tendrá una repercusión extraordinaria. Se refiere a cómo Nicolás evitó que tres doncellas hermosas y honestas pero empobrecidas se prostituyeran al no disponer de dote para casarse. El santo decide salvarlas de semejante oprobio arrojando durante tres noches por una ventana (o chimenea) de su casa bolsas llenas de oro suficientes para poder desposarse. Por tanto, las tres bolas doradas encima de un libro cerrado (los Evangelios) aluden a las dotes de las tres jóvenes liberadas así de la deshonra.
Otro episodio, más macabro, relata cómo Nicolás resucitó a tres niños que un posadero, en un período de escasez y hambruna, había despedazado y arrojado a una cuba, tonel o barril para conservarlos en salazón y posteriormente servir su carne a los clientes. Los tres niños (monaguillos o escolares, según versiones) se muestran en esta representación desnudos y de pie en una pequeña cuba de madera en actitudes dinámicas (dos de ellos en ademán de salir de ella, tienen ya una pierna fuera), gozosos y agradecidos tras su vuelta a la vida.
Las caminatas de san Nicolás
La devoción a san Nicolás y la visita a una imagen del mismo durante tres lunes consecutivos para conseguir sus favores en casos difíciles tiene su justificación en el recuerdo ya comentado de la visita que hizo al hogar de tres jóvenes casaderas librándolas del penoso trance a que parecían destinadas gracias al oro para pagar las dotes.
Las “Caminatas de San Nicolás” consisten en una peregrinación de corto recorrido que tuvo cierto arraigo entre las tradiciones religiosas de muchas ciudades, incluida El Puerto de Santa María. Era habitual, comentan los portuenses de edad avanzada, observar los lunes un mayor tránsito de personas por el entorno del convento de la Concepción para cumplir con la tradición de realizar dichas caminatas. Su iglesia permanecía abierta mañana y tarde para acoger las peticiones de quienes confiaban que este santo otorgara los favores personales solicitados. Suponía todo un ritual: acudir andando (de ahí el nombre) durante tres lunes seguidos desde el domicilio particular del fiel y en silencio) hasta el templo y altar donde se venere una imagen del santo, rezarle y pedirle la gracia que se desee obtener. El recorrido (ida y vuelta) debe hacerse en silencio, a modo de penitencia, como san Nicolás quiso que permaneciesen anónimas sus obras de caridad. Al llegar a la iglesia se hacen las oraciones propias para cada uno de los tres lunes con una petición distinta acompañando a una jaculatoria, una invocación al santo implorando su atención, protección y súplica. También se rezan padrenuestro, avemaría y gloria antecedidas de una alabanza y oración final. Después se regresa a casa del mismo modo que se ha venido: caminando y en silencio. Esta tradición se conserva en varias ciudades españolas como Valladolid, Madrid, Murcia, Castellón y Valencia.
Hermanas concepcionistas
Las hermanas concepcionistas de El Puerto mayores recuerdan el predicamento y gran devoción que despertaba este santo entre los portuenses, al menos en los penúltimos tiempos. Los lunes, por la mañana y por la tarde, se llenaba la iglesia de personas que se acercaban al convento para darle culto y rezar las oraciones correspondientes a estas “Caminatas de san Nicolás” delante de su altar, donde se colocaban las oraciones ampliadas y enmarcadas o se repartían dípticos con ellas a quienes quisieran conservarlas o difundirlas. También podían adquirirse estampas con la efigie del santo y su correspondiente oración o medallitas, así como dejar donativos en cepillos y colocar velas compradas por el torno de la sacristía exterior. Eran otros tiempos. A la falta de religiosas que pudieran atender la iglesia los lunes se unió el cambio del horario de misa diaria (de la tarde pasó a las 13 h.) y la desconfianza de las nuevas generaciones en la intercesión de los santos. De todos modos, en los últimos años se ha pretendido recuperar aquella tradición, se mantiene la iglesia abierta los lunes de 10 a 13 h. y algunas personas se acercan a solicitar ayuda y favores al santo patrón de la infancia y casos difíciles.
| La metamorfosis de San Nicolás: de cómo un obispo se transformó en un orondo abuelo que reparte regalos
San Nicolás y Papá Noel
La popularidad del culto a San Nicolás trascendió hasta convertirse en el referente para la figura del célebre y querido Papá Noel o Santa Claus navideño. Su generosidad derivó en la leyenda de este personaje que en la cultura occidental trae regalos a los niños por Navidad. Nuevamente hay que citar su relación con el relato de las tres doncellas casaderas y las bolas de oro proporcionadas por el santo para cubrir sus dotes manteniendo el anonimato. Otra versión sostiene que el santo dejó caer por la chimenea monedas de oro que cayeron en unas medias que las jóvenes habían dejado secando, de donde procede la tradición de colgar calcetines para recibir obsequios navideños durante la noche mientras su destinatario duerme. Asimismo, recuerda el patronazgo del santo sobre la infancia a partir del milagro de la resurrección de los niños descuartizados por el posadero, pasaje apócrifo que adquirió gran popularidad desde antiguo.
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Al parecer la transformación de san Nicolás en Santa Claus se remonta al siglo XVII y se relaciona con la importación de la tradición de holandeses en la futura Nueva York, como fue la fiesta de su patrón, el Sinterklaas (popularización del nombre de san Nicolás) entre el 5 y el 6 de diciembre, cuando los niños recibían juguetes y dulces. Aquel Santa Claus estadounidense pasaría a Inglaterra y Francia, donde se fusionaría con Bonhomme Noël, origen de Papá Noel, físicamente parecido a aquél. En el siglo XIX adquirió la actual fisonomía de anciano gordo, barbudo y bonachón con que se le conoce actualmente. En algunos países la tradición cambió la fecha y de aquella madrugada pasó en la cultura occidental a la noche del 24 al 25 de diciembre.
Más tardía es la creencia de su procedencia del Polo Norte, la presencia de renos y trineos voladores para sus deslazamientos, la creencia en su inmortalidad y la humanización de su figura, sobre todo desde que en 1931 Haddon Sundblom la popularizaría aun más con el diseño para Coca Cola de un personaje entrañable y familiarizado con el espíritu navideño. Qué alejado queda aquel obispo de Mira del siglo IV… | Texto: Francisco González Luque.