En la primera entrega dedicada a las imágenes de Dolorosas ataviadas de luto por los difuntos repasábamos la relación de los colores de su atuendo con la liturgia concretando en el negro y recordábamos los precedentes históricos de esta tradición. En esta segunda y última entrada reseñamos con fotografías recientes las Dolorosas enlutadas en los templos de El Puerto. | En la imagen, una estampa ya clásica entre los devotos y cofrades de El Puerto: la Soledad enlutada.
Las Dolorosas de El Puerto en noviembre de 2021
Ya hemos aludido a algunas de las doce Dolorosas titulares de hermandades de penitencia o asociaciones parroquiales que procesionan entre el Viernes de Dolores y el Viernes Santo acompañando a su Hijo en los distintos momentos de la Pasión por calles y plazas portuenses. Ahora creemos oportuno dedicarles un apartado especial en el que reproduzcamos dichas imágenes o algún detalle significativo de ellas con breves referencias a los principales atributos pasionistas que exhiben sus titulares (diadema, pañuelo, puñal, rosario, etc.) y alusiones a su indumentaria (sayas, mantos, etc.).
Aunque este año no se han cambiado de indumentaria en noviembre algunas (Amargura y Consolación por obras en la parroquia de San Joaquín y Dolores de San Francisco), hemos incluido alguna fotografía de ellas de otros años porque siempre han seguido esta tradición. Igualmente aparecen en esta relación un par de tallas de gloria como Ntra. Sra. de la Alegría de la hermandad del Resucitado y Ntra. Sra. de Gracia, antigua titular de la cofradía de San José, ambas ataviadas de luto este mes de noviembre. Finalmente no debemos olvidarnos de otras dos aunque su inclusión en este artículo parezca forzada: Ntra. Sra. del Mayor Dolor (una de las imágenes más interesantes del barroco portuense) por ser de talla completa y la Virgen de las Lágrimas por haber desaparecido.
| Una innovación (la Macarena de riguroso luto. Sevilla, 1920) convertida en tradición cien años después al vestir las Dolorosas por los difuntos.
Todas tienen en común ser imágenes de candelero, es decir, haber sido concebidas para ser vestidas y, por tanto, tener solo talladas en madera cara, cuello y manos porque el resto de la efigie es un armazón o bastidor de tablas con forma troncocónica destinado a ser revestido. Únicamente es de talla completa la Virgen del Mayor Dolor de la hermandad de la Veracruz. Se diferencian entre ellas, además de por su estilo, época y autor, por la posición e inclinación de la cabeza y mirada (frontal, baja o elevada), la torsión o frontalidad del cuello y la postura de las manos (separadas y extendidas, en actitud declamatoria o juntas con dedos entrelazados).
Acusan una consecuente expresión dramática y están coronadas para la ocasión con diadema de orfebrería (salvo la Piedad, que muestra un aro de estrellas) y distintas calidades y diseños como expresión de realeza y dignidad de María. Rematan sus cabezas en cultos internos y determinadas épocas del año (Cuaresma o Navidad), por razones de tradición o estética en algunas hermandades. La forma ultrasemicircular se adapta a sus sienes y se decora con rayos, estrellas, cruces, etc.
| La Virgen de la Soledad corona su cabeza con una diadema de plata donada en 1666 por Francisco Irizarry.
Además, estas Dolorosas se acompañan de los significativos atributos y complementos marianos y pasionistas, imprescindibles en este modelo iconográfico. Algunas exhiben el clásico puñal colocado a la altura del corazón como atravesándolo, en clara alusión a la profecía de Simeón cuando alertó a María acerca del destino de su Hijo (“una espada atravesará tu alma”). Lo conservan este noviembre tres Dolorosas. En otros casos se pretende hacer extensivo ese dolor a los sufrimientos que experimentó la Virgen en el transcurso de la vida de Jesús y aquél se sustituye por un atributo generalizado en la devoción servita: un corazón en el que se clavan siete puñales, distribuidos en dos grupos laterales de cuatro y tres, mostrado por otras tantas titulares.
| María Stma. del Dolor y Sacrificio sustituye este noviembre el puñal por el corazón servita
Casi todas portan en sus manos el clásico pañuelo o manípulo, en estos casos justificado por servir para enjugar las lágrimas derramadas por el dolor. Todas lo muestran en la derecha salvo Perdón y Piedad que lo llevan en su izquierda y en Dolor y Sacrificio que parte de sus manos entrelazadas.
| Ntra. Sra. de de la Piedad porta un pañuelo de encaje de blonda de Caen del siglo XIX y un puñal atraviesa simbólicamente su corazón.
El rosario, con cuentas labradas en diversos materiales y calidades, es un atributo extendido actualmente entre estas advocaciones por su carácter y sentido penitencial, como si María meditara algún misterio doloroso correspondiente a sus sufrimientos ante las torturas del Hijo, asociado en noviembre a las oraciones por los difuntos. Uno o varios cuelgan de las manos de ocho titulares de estas cofradías portuenses (la mayoría porta uno pero tres llevan dos rosarios y una, tres).
| Varios rosarios luce Ntra. Sra. del Rosario en sus Misterios Dolorosos atestiguando su advocación.
Finalmente, no faltan este mes de los difuntos tres advocaciones marianas que muestran en sus manos otro símbolo pasionista, la corona de espinas de su Hijo, destacando la de plata de Ntra. Sra. de los Dolores, procedente de las sienes de Jesús Nazareno y hoy lamentablemente retirada de ellas.
| La corona de espinas de plata de Ntro. Padre Jesús Nazareno, ahora en las manos de Ntra. Sra. de los Dolores
Aunque la ocasión no lo requiere y la sobriedad debería impedir la exhibición de alhajas, propias en el ajuar de toda Dolorosa, no faltan en esta relación una minoría ostentando broches, cruces y otras prendidas de pecherín o fajín.
La mayoría de estas imágenes transmite sentimientos de abatimiento, pena, tristeza, aflicción o serena resignación, propios de una madre que sufre y compatibles con un ideal de belleza clásica o más contemporáneo. También la indumentaria es fundamental en estas advocaciones, como durante este mes de noviembre y es un elemento muy tenido en cuenta por sus vestidores. David Calleja se encarga de engalanar a la mayoría de estas Dolorosas, con las excepciones de las titulares de Afligidos -a cargo de Moreno Bernal-, Misericordia -tarea que le corresponde a Alberto Zarzuela-, Ntra. Sra. de los Dolores de San Francisco -ocupación de Ramón Villar- y Ntra. Sra. del Perdón, vestida por Jesús Peral. Dichos atuendos, en El Puerto como en buena parte de Andalucía, se componen básicamente de las prendas exteriores que todos conocemos. La mayor parte de las sayas son negras, lisas o con bordados, contrastando la elegante de Ntra. Sra. de los Dolores (negra combinando puntillas con encajes de bolillos en hilos de oro) y la de Ntra. Sra. de la Piedad (adaptada de un traje de luces de José Luis Galloso de 1984 en terciopelo morado e hilos de oro).
| Contraste entre dos estilos de sayas: la antigua de Ntra. Sra de los Dolores y la contemporánea de Ntra. Sra. de la Piedad
No faltan los tocados y pecherines, blancos o de color claro, de tul, gasa o encaje, más sencillos (o no), sueltos o con varias vueltas y los fajines, muchos bordados con hilos de colores y galones o incuso alguno propio de indumentaria de hebrea (el de Ntra. Sra. de la Entrega). El manto, de camarín, más corto, es casi siempre negro u oscuro, sobresaliendo el antiguo de terciopelo negro con encajes de Bruselas y azabache que cubre a la titular del Nazareno. Todas estas prendas contribuyen a mantener un canon simbólico heredado del arte barroco materializando el rico patrimonio -material e inmaterial- propiedad de las hermandades y del pueblo portuense.
| Variedad de tocados y pecherines en estas Dolorosas según el estilo de los distintos vestidores: Rosario (Bernal), Alegría (Calleja), Perdón (Peral), Gracia (Villar) y Piedad (Zarzuela).
En la tercera y última entrega que en breve publicaremos, podremos observar, a través de distintas ilustraciones, las Dolorosas de El Puerto de Santa Maria ataviadas de luto en el mes de los Difuntos. | Textos y fotografías: Francisco González Luque e Iván García de Quirós García de Quirós
(continuará)
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Para profundizar:
Fernández Merino, E.: La Virgen de luto: indumentaria de las dolorosas castellanas. Visión Libros. Madrid 2013
Prieto, J.: El traje de la condesa viuda de Ureña: realidad y mito en el origen de la imagen de la Soledad de la Victoria. 2013. La hornacina.
Romero de Torres, J.L.: La condesa de Ureña y la iconografía de la Virgen de la Soledad de los frailes mínimos. Cuadernos de los Amigos de los Museos de Osuna, nº 14. Osuna 2012.
León, José: Cuando la Macarena vistió de luto. Diario de Sevilla, 31 Mayo https://www.diariodesevilla.es/semana_santa/Macarena-luto-Joselitoelgallo_0_1111689496.html.