En diferentes ocasiones hemos recordado en estas páginas, en las que les invitamos a pasear por los paisajes y la historia de nuestro entorno cercano, que los nombres de lugares vienen a ser, en buena medida, un archivo de la memoria colectiva de los habitantes que durante siglos han vivido en un territorio.
Como prueba de ello, en nuestro "paseo" de hoy vamos a ocuparnos de algunos curiosos topónimos que se han conservado en la Campiña de Jerez, de los que podemos obtener información acerca de las dificultades que la topografía imponía al transporte de mercancías a lomos de bestias de carga o de tiro, y también al cultivo de las tierras con la utilización de animales de labor. La mayoría de estos topónimos están documentados hace ya al menos dos siglos y así, jacas, rocines, vacas o bueyes precedidos del rotundo y explícito "mata" dan nombre a muchos lugares en torno a Jerez.
| Cuesta de Matajaca
La Trocha (autovía a Jerez)
Tal vez el más conocido es el de Matajaca, un paraje situado en las laderas de la Sierra de San Cristóbal, por donde discurre la carretera que une Jerez y El Puerto de Santa María. La famosa Cuesta de Matajaca era uno de los tramos de mayor dificultad de la antigua Trocha del Puerto, camino que transitaban los arrieros y los viajeros a lomos de mulas y caballos ya que, en sus tramos de mayor pendiente, no era apto para carretas por las anfractuosidades de la ruta.
| Mapa de Ángel Mayo. 1877.
El Camino Real (carretera de El Portal)
| En la imagen de la izquierda, las Cruces (hoy inexistentes fruto de la rapiña), en el entorno de la subida a la Sierra de San Cristóbal, inmediaciones del enclave arqueológico de Doña Blanca.
Recordemos que el Camino Real, el primer camino carrozable entre ambas poblaciones (esto es, destinado al tránsito de vehículos) se trazó en el siglo XVIII y discurría por las playas de San Telmo, El Portal y el Puerto de las Cruces, para evitar la temible "Cuesta de Matajaca". Será el mismo itinerario que siga a comienzos del XIX la primera Carretera Nacional de Madrid a Cádiz y aún habrá que esperar hasta el siglo XX para que La Trocha y las pendientes de la cuesta de Matajaca se reformen y permitan el tránsito de carretas y de los primeros vehículos a motor.
Diccionario Geográfico Estadístico Histórico de Pascual Madoz
Madoz, describiendo los caminos entre Jerez y El Puerto en 1843, y después de señalar que el principal es el que pasaba por El Portal, se refiere igualmente a esta última vía de comunicación y apunta que: “también hay otro camino carretero, aunque sin concluir, desde el Puerto a Jerez, que pasa por el puerto de Buena-vista, y disminuye la distancia en unos ¾ de legua”.
Por este mismo autor conocemos que “...como proyecto de nuevo camino en esta provincia puede considerarse la modificación, propuesta hace más de 6 años, en la línea de carretera general comprendida entre Jerez y el Puerto de Santa María. Consiste en la ejecución de un trozo de carretera de más de 1 ¼ de legua de long. Desde la primera de aquellas dos ciudades, hasta empalmar con la carretera general en el punto llamado Revuelta de Buenavista a 1 y media legua de distancia de El Puerto de Santa María; con lo cual se conseguiría tener la comunicación directa más corta entre estas dos poblaciones; evitando el considerable rodeo que da la carretera general, con el objeto de que pase por El Portal… Esta obra fue propuesta a la Dirección general de caminos y aprobada por el Gobierno, bajo el presupuesto de 1.036.700 rs. e que se reguló su costo; pero hasta ahora no se ha puesto en ejecución por carecer sin duda de los fondos necesarios para ello”
| Olivar de Matajaca.
Que estas cuestas "mataran jacas", exhaustas por el esfuerzo del transporte de cargas por las empinadas pendientes, puede que sea una exagerada forma de recordar las dificultades del camino que, sea como fuera, perduran hoy día en la toponimia y dan nombre a la cuesta, a un cortijo y a una hacienda, Olivar de Matajaca, que el viajero puede contemplar a la izquierda de la carretera, en dirección a El Puerto de Santa María, poco antes de superar el puerto de Buenavista.
| Puente de Matarrocines
El camino se trazó en los años posteriores y el puente de Matarrocines, que sufrió diferentes reparaciones, queda como testimonio de la importancia de esta vía de comunicación que desplazó definitivamente a la que pasaba por El Portal. El viejo puente, al que sería necesario proteger antes de que se arruine (ya se han desplomado y perdido sus pretiles), nos muestra todavía su sólido arco de doble rosca de ladrillos colocados de canto o “a sardinel”, esto es, mostrando su lado mayor y unidos por sus caras anchas y en disposición radial. | Texto e ilustraciones: José y Agustín García Lázaro | En Torno a Jerez.