Patricio O’Neale fue un cargador a Indias, de origen irlandés, afincado en El Puerto de Santa María que tuvo sus casas principales en la calle del Convento de Santo Domingo. Los O’Neale obtuvieron el estatuto de hidalguía en 1776.
El blasón familiar, se encuentra sobre el dintel de la puerta principal, y tiene por armas dos leones rampantes que sostienen una mano ensangrentada en el centro, tres estrellas sobre éstos y abajo un pez en el agua. | En la imagen de la izquierda, blasón familiar reproducido en el panteón familiar.
El edificio responde a la estructura de las casas de cargadores a Indias que se fundamentan en las necesidades de su propietario como son: residencia familiar y lugar de trabajo. En ellas se encontraban la zona de almacenes en la planta baja, las habitaciones principales en la primera, el servicio en el ático o miradores y las oficinas en el entresuelo, si lo había. Algunas llegaron a contar con una zona fabril dedicada a la producción de aceite entre otros productos.
| Torre Mirador de Sillón y Garita, de la Casa O'Neale.
La torre mirador es un elemento arquitectónico singular y extraordinario que no siempre lo tenían las casas de cargadores. Se suelen asociar al interés de los propietarios de estar sobre aviso de la entrada de los buques y los movimientos que se producían en los muelles, con el fin de encontrar el momento oportuno para obtener la venta más beneficiosa de las mercancías.
Aunque, al parecer, también tenían una función lúdica. Alexander Slidell Mackenzie, estadounidense, marino e historiador militar, en su obra A year in Spain by a young american (1831), decía con respecto a las torres miradores de Cádiz: “…casi todas las casas tienen una torre donde, cuando refresca la tarde, la gente acomodada se reúne para disfrutar de la vista y echar a volar cometas,…”
| Panteón familiar de la familia O'Neale, én el Cementerio Municipal. | Foto J.M.M.
Dentro de la tipología que se ha establecido para la torres miradores, la de O’Neale, estaría dentro de las de nominadas de sillón y garita. Claramente reconocible por su forma y el remate de salida en el último cuerpo. Es un bello ejemplo que, a pesar de los años transcurridos, conserva su decoración barroca de pilastras adosadas y pináculos de cerámicas en las esquinas de los muros. | Texto: Miguel Ángel Caballero. | Fuente: Patrimonio Histórico