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4.779. Daniel Sueiro o el día que subió y subió la marea en Valdelagrana

El autor del texto, José Joaquín Pérez Muñoz nos habla en este trabajo de investigación resumido, sobre el narrador, periodista y guionista Daniel Sueiro, quien pasaba largas temporadas en El Puerto de Santa María, hasta su prematura muerte en 1986. Por su casa portuense pasaron los escritores Carmen Martín Gaite o Luis Berenguer, el cineasta Basilio Martín Patino, el cantaor Enrique Morente o la mismísima Rosa Morena. Nos cuenta José Joaquín como descubrió a Sueiro a través de varios relatos cuya acción transcurre en dos de nuestras playas y reflexiona sobre un Puerto y una época que sin duda nos harán recordar. Al final de la nótula, enlace al texto completo.

Siendo sincero, debo admitir que no lo conocía. No había oído hablar de él y jamás había leído una sola línea que hubiese escrito.  Acababa de leer un pequeño cuento titulado El día que subió y subió la marea, de Daniel Sueiro, un autor hasta entonces desconocido para mí. ¿Quién era este escritor capaz de escribir un cuento tan hermoso y conmovedor?

| Con el relato ‘El día que subió y subió la marea’ ganó en 1977 el primer premio en el “XI Concurso de Cuentos La Hucha de Oro”, premio convocado anualmente por la Fundación de las Cajas de Ahorros.

El pequeño cuento, es todo un alegato en defensa del medio ambiente. El día que subió y subió la marea se publicó en 1977. Por esas fechas, en este país, no se hablaba de ecologismo y todavía no éramos conscientes del peligro que provocan los vertidos al mar, ni de las consecuencias de la proliferación del ladrillo y del hormigón en nuestro litoral.

En el verano de 1977, yo era un adolescente que iba con mi familia a la playa de Valdelagrana; y recuerdo que, en ocasiones, el mar arrastraba hasta la orilla enormes medusas muertas. Había un chaval, más o menos de mi edad, que decía que las medusas morían por culpa de los americanos de la cercana base de Rota. Que a su padre le había dicho un amigo, que era ingeniero que los americanos tenían allí cabezas nucleares y que, por las noches, a escondidas, realizaban experimentos con pequeñas explosiones atómicas submarinas.

Según ese argumento, esta era la razón por la que llegaban las medusas muertas a la orilla y que por esa misma razón, y esto ya era cosecha de su padre, cada vez se pescaban menos langostinos en Valdelagrana.

Aquel verano de 1977, las radios de todo el país, emitían una hermosa canción llamada El Progreso, escrita e interpretada por el cantante brasileño Roberto Carlos. Recuerdo que a mis hermanas y a mí nos encantaba escuchar aquella canción, y justo ahora, en éste preciso instante,  vuelvo la vista atrás, a aquellos ya lejanos años, y me veo, como si fuera hoy mismo, sentado en el asiento trasero del renqueante Seat 850 de mi padre, junto a mi madre y a ellas, mis hermanas, atravesando la Avenida de la Paz camino de la playa y de pronto, como por arte de magia… ¡chas! comienza a sonar por la radio del coche la canción de las ballenas, como nosotros la llamábamos.

La lectura de El día que subió y subió la marea aumentó mi curiosidad por saber algo más sobre la vida y obra de Daniel Sueiro, así que comencé a investigar y a leer algunos de sus libros que, afortunadamente, encontré entre los magníficos fondos de nuestra Biblioteca Municipal.

Cualquiera que esté interesado en conocer en profundidad a Daniel Sueiro, podrá encontrar una amplia y extensa información tanto en redes sociales como en referencias bibliográficas. Por ahora, considero, que nos bastará con una breve reseña biográfica.

| Daniel Sueiro en una fotografía de los años sesenta del siglo pasado.

Daniel Sueiro (Ribasar, La Coruña, 1931 - Madrid, 1986) Comenzó sus estudios universitarios en Santiago de Compostela, trasladándose posteriormente a Madrid, abandonando pronto los estudios de derecho y dedicándose, a partir de entonces y de manera profesional, al periodismo y a la literatura. En 1957, se casó con María Cruz Seoane (La Coruña, 1935 - Madrid, 2014) una de las mayores especialistas en la historia del periodismo y la prensa en España. Por regla general, se tiende a incluir a Daniel Sueiro como miembro de la Generación del 50 o de Medio Siglo y del realismo social, aunque él era más joven que los integrantes de dicha generación y su narrativa trascendió y fue mucho más allá de dicha corriente artística.

| Portada del libro 'La verdadera historia Del Valle de los Caídos'.

Hombre polifacético y multidisciplinar, escritor, periodista, guionista de cine y sobre todo, un escritor comprometido, que tuvo la valentía de tratar temas sumamente delicados que nadie, a finales de la década de los sesenta y primeros setenta del pasado siglo, se atrevía a tratar en España: la pena de muerte, los verdugos y el garrote vil. Su contribución y de denuncia, contribuyeron a erradicar definitivamente dichas prácticas 1.

En 1959, recibió el Premio Nacional de Literatura por su obra Los Conspiradores. Era la primera vez que se otorgaba dicho galardón a un libro de cuentos.  El libro permaneció inédito unos años, publicándose, en 1962, ya en su versión definitiva, pero con ciertos cambios, incluyéndose por primera vez un nuevo cuento titulado Las Siestas.

| Portada del libro de relatos ‘Los Conspirdores’ donde aparece incluido ‘Las Siestas’.

Las siestas, una sinopsis con un poco de spoiler
La lectura de Las Siestas volvió de nuevo a sorprenderme gratamente y, en esta ocasión, por doble motivo. Primero, por su enorme e indiscutible calidad literaria, y segundo, porque la acción del mencionado relato se desarrolla en Valdelagrana. Sí. Han oído bien. En Valdelagrana. El relato, y discúlpenme si hago, como dicen los jóvenes, un poco de spoiler, está protagonizado por Rafaé, un joven peón de una cuadrilla de albañiles que trabajan en la construcción de un chalet. Rafaé, está obsesionado por una hermosa mujer que veranea en el chalet de enfrente de la obra. La joven, bella y rubia Claudina.

Aunque Daniel Sueiro no menciona de forma explícita el tiempo en el que se desarrolla el cuento, son varias las alusiones que los personajes del mismo hacen a nuestra Ciudad, usos y costumbres, que nos permiten afirmar que la acción del mismo, tiene lugar durante el mes de julio de 1961. En un pasaje del mismo, los albañiles de la cuadrilla que construye el chalet, aficionados a la tauromaquia, comentan, lo mala que resultó ser la corrida y la desgana con la que salieron al ruedo de la plaza con mejor iluminación nocturna del mundo, los diestros Antonio Ordoñez y Paco Camino (el de Ronda porque “tenía prisa por irse a dormir” y el de Camas porque “bostezó tres o cuatro veces”).

Por lo que he podido investigar, en julio de 1961, se celebraron sendas corridas nocturnas en nuestra ciudad. La primera de ellas el sábado 15, lidiándose siete toros de la ganadería de Fermín Bohórquez. Uno para el rejoneador Josechu Pérez de Mendoza y seis para los matadores Antonio Ordoñez, Paco Camino y José Martínez Limeño. La segunda tuvo lugar el domingo 30, de nuevo con toros de la ganadería de Fermín Bohórquez y repitiendo los espadas Antonio Ordoñez y Paco Camino, completando el cartel, en esta ocasión, Diego Puerta.

La corrida nocturna que Daniel Sueiro menciona en el cuento, se corresponde con la celebrada el día 15. Conforme avanzamos en la lectura del cuento, en un pasaje posterior, los albañiles comentan con desagrado que el próximo martes 25 de julio, Festividad de Santiago Apóstol, Patrón de España, será por primera vez y en función de la nueva regulación laboral vigente, “festivo recuperable” lo que significa que no tendrán que trabajar, aunque deberán recuperar dicha jornada el domingo 30 de julio.

…Lo he leído en el diario (*)
Te quitan el Santiago, por ejemplo; pero ¿no te han puesto el Uno de Mayo?
Ah, ah…!
(*) Diario de Cádiz

Vacaciones en Valdelagrana
La familia Sueiro-Seoane disfrutaba sus vacaciones en un chalet de Valdelagrana construido por el suegro de Daniel Sueiro, Hilario Seoane. Los Seoane, de origen gallego, vivían en la Calle Real de La Coruña hasta que a él, Hilario, le ofrecieron la dirección de la oficina de Seguros Ocaso de Jerez de La Frontera. Entonces, se trasladaron a la localidad vecina y posteriormente adquirieron un terreno en Valdelagrana, donde construye el chalet en 1960.

| Daniel Sueiro. Chalet familiar. Valdelagrana.  Años setenta del siglo pasado.

El chalet, se convirtió durante muchos años, en el lugar de encuentro de la amplia y variada familia: Daniel, su mujer, Maricruz Seoane y sus tres hijos: los mellizos Miguel y Susana, y David, siete años menor que sus hermanos. Maite o María Teresa (hermana menor de Maricruz) y su marido, Gerald Brown (hispanista, profesor de literatura española en el Queen Mary College de Londres y autor del prestigioso libro Historia de la literatura española del siglo XX, publicado por la Editorial Ariel, y editado en múltiples ediciones posteriores, y su hija Jessica. Nely o Manuela, la hermana mayor de Maricruz y su marido, José Núñez (Cheche) y sus tres hijos, Alberto, José Luis y Eva, y los abuelos maternos, Hilario y Manuela.

Sangre y Trabajadero
Daniel Sueiro, trabajador incansable, no dejaba de escribir incluso durante sus vacaciones en Valdelagrana. Al atardecer, justo antes de la cena, dejaba su vieja máquina de escribir y se reunía con su mujer, Maricruz, su suegro Hilario y su cuñado Geraldo para jugar la partida de dominó y tomar una copa de Sangre y Trabajadero (2) de las desaparecidas Bodegas Cuvillo. A Daniel Sueiro le encantaba este vino de la tierra y le llamaba mucho la atención el curioso nombre de este excelente oloroso.

La familia Sueiro-Seoane, solía ir a cenar en las noches de verano a la también ya desaparecida Venta El Macka, situada justo a la entrada del actual Parque Natural de los Toruños y disfrutar, como decía Daniel Sueiro, “de las cuatro cosas que ponían, pero las cuatro cosas más ricas que había comido en su vida”, almejas a la marinera, pescado frito (acedías), tortilla de patatas y pollo frito. Otros de sus lugares favoritos era la Venta Millán, la cafetería del Motel Caballo Blanco, El Candil Verde y en ocasiones, el Hotel Campomar.

Eran frecuentes las visitas de amigos, compañeros de la profesión y gente del mundo del espectáculo. Reuniones sencillas pasar una agradable velada veraniega en el chalet familiar. Era, en estas ocasiones, cuando Daniel Sueiro, de carácter algo tímido, mostraba su verdadero carácter, su lado más divertido. Desplegaba un sentido del humor muy fino, podríamos decir que incluso surrealista.

Su literatura está impregnada de ese humor con el que mitigaba los temas duros e incluso negros que refleja en su obra, y aunque la mayoría de sus personajes fuesen marginados y perdedores, siempre había un toque de ironía y algo de humor.

Visitantes asiduos como el escritor Luis Berenguer, el cineasta Basilio Martín Patino, el cantaor Enrique Morente o la mismísima Rosa Morena.

| Rosa Morena, o Manuela Pulgarín González, su verdadero nombre, en una fotografía de la época a la que se refiere el relato, y otra imagen tomada por antes de su fallecimiento en 2019.

Una tarde de verano, Enrique, el flamenco más neoyorkino y heterodoxo de todo el Albaicín, fue a visitar a su amigo Daniel Sueiro a Valdelagrana, acompañado por la cañí más londinense de todo Badajoz, Rosa Morena. Todo un sex simbol de la época, “la reina del flamenco pop”, a la que una tarde de invierno de 1974, en el programa de TVE A su Aire y retransmitido en riguroso directo y en blanco y negro desde El Cuartel de Paracaidistas de Alcalá de Henares, pudo verla toda España cantando la canción Echale guindas al pavo. Entre guinda y guinda y azúcar y más azuquita, ella solita, fue capaz de subir la temperatura de todo el cuartel, provocando que, a lo largo y ancho del país, se chamuscaran los circuitos de muchos televisores y que la mayoría de los paracaidistas presentes en la actuación, por no decir todos, fueran presentando de forma involuntaria sus armas, ¡Arrr! sin que ningún mando hubiese dado tal orden. 

Carmen Martín Gaite. Premio Príncipe de Asturias 1988
Y luego estaban los veranos con Carmiña. Siempre Carmiña…

Daniel Sueiro y Carmen Martín Gaite, Carmiña, eran amigos incondicionales desde principios de los años cincuenta del pasado siglo. Carmen Martín Gaite, la escritora más importante, leída y reconocida de nuestra narrativa, ganadora del Premio Príncipe de Asturias en 1988, veraneó durante muchos años en Valdelagrana.

| En primer plano, Carmen Martín Gaite. Al fondo, a la derecha, Daniel Sueiro, y a la Izquierda, su cuñado Gerard Brown. Caños de Meca. Años sesenta del siglo pasado.

El primer verano que visitó a la familia Sueiro-Seoane, se alojó en el chalet familiar. Quedó tan encantada de la ciudad y sus playas, que regresó muchos veranos más, hospedándose, durante los primeros años, en los bungalós del Motel Caballo Blanco, y alquilando, en años posteriores, un apartamento en el Paseo Marítimo.

Simpática, divertida y de fácil conversación, terminaba convirtiéndose, sin proponérselo, en el centro de atención de cualquier reunión por su gracia, ingenio y brillantez.  Durante sus vacaciones de verano, le gustaba adornar su melena --ya con el paso de los años cana--  con florecillas silvestres y vestir ropa cómoda, informal y juvenil. Sandalias de cuero, flores en el pelo, una blusa fresca y un pantalón short de colores vivos. Ataviada de tal guisa, daba largos paseos por la playa de Valdelagrana, en esa hora mágica del atardecer en que el sol va desapareciendo tras el mar, los bañistas van abandonando paulatinamente la playa, y tímidamente, comienzan a encenderse las primeras luces de los negocios de hostelería del Paseo Marítimo.

Premio Alfagura estando en Valdelagrana. La Guardia Civil
El verano de 1968, fue sin duda, un verano difícil de olvidar para la familia Sueiro-Seoane. Una calurosa noche, llamaron a la puerta de chalet, aunque no esperaban visita alguna. Era la Guardia Civil que preguntaba por Daniel Sueiro.

Tras unos minutos de incertidumbre y nerviosismo familiar --tengamos en cuenta que el escritor tuvo sus más y sus menos con el régimen y la censura imperante en aquellos años-- la pareja de guardias civiles le comunicaba que había ganado el Premio Alfaguara (3) y debía ponerse en contacto lo antes posible con la editorial.

Afortunadamente, todo quedó en un susto que se transformó rápidamente en un momento de felicidad y la pareja de guardias civiles no prendió al escritor gallego “llevándoselo codo con codo”, como sí le sucedió a Antoñito el Camborio en el poema lorquiano o como también le sucedió al fugitivo más famoso de los años sesenta, Eleuterio Sánchez, El Lute, que por cierto, también pasó unas largas vacaciones a la “sombra” en nuestra Ciudad y al que todos recordamos en  esa fotografía icónica en blanco y negro, magullado, con el brazo en cabestrillo y custodiado por dos números de la guardia civil con caras de pocos amigos.

| Daniel Sueiro y Maricruz Seonae. Lugar desconocido. Años sesenta

El día que subió y subió la marea, el cuento gracias al cual conocí a Daniel Sueiro, ganó en 1977 el primer premio en el “XI Concurso de Cuentos La Hucha de Oro”, premio convocado anualmente por la Fundación de las Cajas de Ahorros.

La idea del argumento se le ocurrió una mañana de finales de verano que soplaba un fuerte viento de Poniente y las olas no dejaban de golpear fuertemente contra la orilla de la playa, pero no de la playa de Valdelagrana, sino la playa de El Buzo (Vistahermosa) como popularmente se conoce a la Playa de Santa Catalina.

Desgraciadamente, Daniel Sueiro murió joven, en 1986, a la edad de cincuenta y cinco años, dejándonos una magnífica obra y el reconocimiento unánime de la crítica por su brillante trayectoria, muy especialmente por su labor   como escritor de cuentos, y un buen número de importantes y reconocidos premios literarios.

La familia, hijos y nietos, continuó y continúa disfrutando de sus vacaciones en el chalet familiar, donde el autor, escribió gran parte de su obra. Las Siestas fue el cuento donde por primera vez, aparece de forma más o menos explícita, Andalucía y El Puerto de Santa María en su narrativa. A partir de entonces, la costa gaditana aparecerá en muchos de sus narraciones.

En el verano de 1977, además de Roberto Carlos y su hermosa canción ecologista El Progreso, también se podía escuchar otra bella canción, Libertad sin Ira, del grupo Jarcha, que se convirtió en la canción más representativa de la Transición Española. Un hermoso canto a la libertad que invitaba a todos los españoles a olvidar viejas deudas pendientes.

| Daniel Sueiro en su chalet de Valdelagrana, a principio de los años ochenta del siglo pasado.

El 15 de junio de 1977, después de más de cuarenta años, se celebraron las primeras Elecciones Generales libres y democráticas en España. Aquella mañana, Daniel y Maricruz se levantaron temprano, desayunaron y después de ejercer su derecho a voto en Madrid, emprendieron viaje por la Nacional IV, rumbo al sur, a El Puerto de Santa María, a Valdelagrana. Todo lo demás, aún estaba por llegar. | Texto: José Joaquín Pérez Muñoz.

If you´re going to Valdelagrana, be sure to wear some flowers in your hair.

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NOTAS

  1. La Constitución de 1978, abolió la pena de muerte, manteniéndose en el Código de Justicia Militar para tiempos de guerra. Salvador Puig Antich, joven anarquista, asociado al Movimiento Ibérico de Liberación (MIL) fue el último condenado a muerte, mediante garrote vil (2 de Marzo de 1974) sentencia que fue ejecutada por Antonio López Sierra (1913-1986) el último verdugo de nuestro país.
  2. El nombre Sangre y Trabajadero proviene de la calle Sangre, lugar en el que estaban establecidos la mayor parte de los carniceros de la ciudad, en las inmediaciones del Mercado o Plaza de Abastos. Posteriormente, la calle pasó a llamarse Sierpes, nombre que se mantiene en la actualidad. La Bodega Cuvillo, estableció en dicha calle Sangre una Trabajadera o lugar donde se realizaban labores de tonelería. El lugar exacto, se corresponde con el que hoy día ocupa el Bar Vicente conocido popularmente por “Los Pepes”)
  3. Daniel Sueiro obtuvo el “Premio Alfaguara” en 1968 de novela por su obra “Corte de Corteza”

| Las fotografías familiares pertenecen a la colección privada de la familia Sueiro-Seoane, cedidas, para la elaboración de esta nótula por Susana Sueiro-Seoane. Gracias Susana).

| Acceso al artículo completo, pulsando aquí

                                 

 

 

1 comentario en “4.779. Daniel Sueiro o el día que subió y subió la marea en Valdelagrana

  1. jose joaquin Perez Muñoz

    Quisiera hacer una aclaración sobre mi artículo "Daniel Sueiro o el día que subió y subió la marea" y la nota referente a "Sangre y Trabajadero". El contenido de la misma, está basado en una idea que circula desde siempre en la Ciudad, aunque no se ha podido demostrar documentalmente. Gracias.
    José Joaquín Pérez Muñoz

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