Lo de esta Ciudad para con la cultura es una broma in crescendo con el paso de los años de muy mal gusto y, yo, no pienso reír la gracia. Hace unas semanas leía en un periódico local que el Festival de Teatro --aquel que gozó de renombre al que venían estrenos nacionales y obras y actores de primerísimo nivel en calidad y cantidad-- lo trasladan al Teatro Pedro Muñoz Seca. Precisamente ahora, con casi media pandemia aún encima y con aforo limitado. Qué guapo todo, cómo nos está quedando --lo poco que nos queda--.
Menos cantidad --como en últimas ediciones--, menos calidad, menos público, menos espacio, menos esencia, menos noches veraniegas al fresco, menos nuestro, bastante menos Muñoz Seca y muchísima menos vergüenza: porque es lo que hay que tener para vendernos además a través de los diarios digitales locales que podemos alegrarnos del cambio, porque resulta que “nos” están ahorrando 65.000 euros a las arcas municipales. Encima de jodidos, agradecidos.
¿También fue un favor estar hasta la última semana sin saber si habría Muestra de Teatro Portuense? ¿Qué queríais? ¿Darnos una sorpresa a los aficionados? ¿Tenemos que estar también agradecidos de tener el Teatro Municipal más tiempo cerrado que abierto? ¿La cancelación de la programación de invierno-primavera también hay que agradecerla? ¿Dónde está la Oficina del Ciudadano Agradecido, por sus siglas ‘OCA’? No quiero comerme cola, como las que había en San Luis para adquirir las entradas cada verano cuando se ponían a la venta. Cola que, por cierto, es lo único que queda del festival: las ganas del pueblo y la afición.
Gracias, pero si es por nuestra parte que no quede. ¡Miserias ninguna! Que esto --como todo-- corre de nuestra cuenta. Total, para gastarlo en vaya sé usted a saber qué, que lo inviertan en teatro. Tener el teatro cerrado es de tiesos --culturalmente hablando--.
Ocurre todo esto, además, en el trigésimo aniversario del Festival. Por lo visto, se alude en la misma noticia a que la tramitación administrativa y el montaje técnico en el patio de San Luis era sumamente complicado y se ha trasladado al teatro para que pueda celebrarse. Pueden ustedes llamarlo de dos formas: desinterés por parte de los responsables o falta de previsión en la gestión por parte de los mismos. Ya en 2015, con el recién llegado tripartito encabezado con De la Encina ocurría lo mismo cuando en el momento de la toma de cargo --15 de junio-- aún no había trámite iniciado. En esta ocasión ¿tampoco ha habido tiempo de tramitar, verdad? Lo de siempre, que cuando se trata de cultura esta Ciudad ha sufrido un daltonismo político cromático severo…
Por otra parte: Cinco míseras obras de teatro; muy dignas y todo lo que queráis, pero cinco. Ni una de ellas de Pedro Muñoz Seca, como ocurría en las primeras ediciones. El maestro de la comedia, el genio portuense, no tiene representación en su festival de ninguna de sus obras. Es que, por no tener, el festival ya no tiene ni el nombre del autor en su cabecera ni aquel mítico logotipo con el característico bigote del escritor. Esto no es un festival, esto viene siendo desde hace tiempo un calla-bocas. Pues muy señoras y señores míos: esta burra que la compre otro, que la que me venden no anda.
Díganme que tienen otros asuntos más urgentes, que la cultura es algo que les importa poco, que el teatro les importa nada --igual que la afición y los grupos--, que los presupuestos municipales --¿dónde están? por cierto-- tienen otras prioridades, que el turismo prefiere el reggaetón --como si no hubiera público para todo-- o, simplemente, que gestionar una Ciudad con tanto patrimonio y tanta cultura les viene grande a más de uno de los que están --y han estado-- ahí, pero no me digan --no me digan, por favor-- que nos están ahorrando 65.000 euros como quién nos está haciendo un favor, insisto. No me digan que tenemos que estar orgullosos de la programación de un Festival con cinco obras de teatro para una población de 90.000 habitantes que no quiero ni pensar en cuanto se incrementa durante estos meses estivales. Una programación de un ocio que no deja plásticos, basura, botellas de cristal ni esperpento en nuestras calles, sino todo lo contrario.
Dolores… dolores de estómago es lo que nos está dando a más de cuatro viendo lo que estáis haciendo con el teatro y la cultura en El Puerto de Santa María. Vosotros, en general, los de ahora y los de antes, porque esta Ciudad nunca ha estado --salvo excepciones muy contadas--, en lo que a cultura se refiere, a la altura de sus circunstancias. Bueno: la Ciudad sí; quién no lo han estado, ni lo están, son los políticos y las corporaciones responsables de estos asuntos. La cultura está por encima de todo, mas aún --y principalmente-- de la política.
Ya nos dirán, también, en qué maravilloso proyecto vamos a invertir los portuenses tantos ahorrillos de aquí y de allí. Si con ese acopio económico pretenden enviar marisco o chicharrones por Navidad a cada portuense para sorprendernos, avisen, que lo mismo me pillan en alguna ciudad vecina disfrutando de alguna función.
¡Va telón! | Viñeta y texto: Alberto Castrelo.