El Faro de El Puerto ha estrenado carta de vinos. «Es la misma estructura, pero hemos añadido vinos», resume el sumiller del establecimiento, Javier Manso. Y es que a la amplísima carta del restaurante le faltaba completar la representación de algunas denominaciones de origen, que ahora se han incorporado. Tienen unas 700 referencias, nada menos. La carta de vinos de este restaurante ya recibió en 2016 el Premio Solera tras ser votada como la mejor de la provincia.
Algunos de los nuevos son vinos de Rheingau en Alemania, de Johannisberg, un chianti clásico italiano, los del proyecto de Borja Osborne y también blancos para completar la oferta de Ribeira sacra, Ribera del Duero (Viñas del Jaro) y Rioja. Entran vinos de Costers del Segre, de Tarragona… Y también se ha reforzado la presencia gaditana con incorporaciones como el Meridiano Perdido de Joaquín Gómez Beser y el Univers de Muchada Leclapart.
Para ampliar el copeo se ha apostado por pequeñas bodegas y también por alguna internacional. Una de las novedades es la posibilidad de probar por copas dos vinos franceses (un burdeos y un borgoña). En los de aquí, se ha tenido en cuenta que «simbolicen el terruño» y se han reforzado los blancos. Actualmente es posible pedir copas de 180 jereces.
Javier ha trabajado mano a mano con Ignacio García de Quirós, jefe de Compras y ha unido en esta nueva carta sus dos pasiones: vino e historia. Fruto de esa unión es el texto que introduce la carta:
«Del vino se han dicho muchas cosas: a Séneca le curaba la tristeza, para Plinio era la verdad, y para Euripides el amor. Incluso Lorca quería ser vino para beberse a si mismo. Marilyn Monroe se bañaba en champán, la misma bebida que Napoleón necesitaba en la derrota, Víctor Hugo encontró el paraíso en las albarizas del Jerez, vino por el que Shakespeare sentía devoción y aseguraba no beber otra cosa que no fuera Jerez, ya que iluminaba rostro y espíritu como la luz de un Faro.
El vino nos ha acompañado los últimos 5000 años convirtiéndose en una parte fundamental de nuestro folklore, tejiendo historias de paisajes con sus gentes, de leyendas y filósofos, regando los banquetes de reyes y emperadores, pero también en las mesas más humildes. En definitiva, el vino es parte de nosotros. Con esta carta os proponemos viajar, miles de kilómetros o diez pasos, no importa. De nuestra campiña de Jerez a los valles californianos, de nuestra piel de toro cubierta de vides a la legendaria Tokaj, en Hungría. Una carta para disfrutar y atreverse con los desconocidos, pero sobre todo, una carta para compartir. Porque ya se sabe: “El mejor vino, es el que se comparte”». | Fuente: Cosas de Comé | Fotos: El Faro de El Puerto.