La historia de Joaquín y Lucía es una historia de amor y superación. De esas en las que se rompen barreras y en las que el amor todo lo puede. Comenzaron su relación en septiembre del año pasado en plena pandemia por Covid. Él había sido derivado a una clínica de neurorehabilitación de Jerez de la Frontera para continuar con su tratamiento. Sufre una lesión medular que lo mantiene en silla de ruedas por un accidente laboral sufrido en enero de 2020.
Joaquín nunca pensó que aquel 4 de agosto cambiaría su vida. Aquel día conoció a Lucía, su nueva fisioterapeuta y la persona encargada de su valoración. Conectaron enseguida y, a mediados de septiembre, se intercambiaron los teléfonos. Fue entonces cuando comenzó una historia de lucha y superación que este fin de semana ha sumado un nuevo capítulo con una emotiva pedida de mano en El Puerto de Santa María, que ya se ha hecho viral. “Mira qué coincidencia, cuando la conocí, en su estado de whatsapp ponía: todo ocurre por algo”.
La familia de Joaquín tuvo que ayudarle a ponerse de rodillas para dar a Lucía la mayor sorpresa de su vida. “Estoy muy emocionada, muy ilusionada, era una cena para despedir a un compañero y me encontré con la sorpresa”, recuerda Lucía.
“Lo llevaba planeando tres semanas” asegura Joaquín, quien solo tiene palabras de agradecimiento para Lucía: “Ella es mi mundo, es un apoyo fundamental para que yo siga adelante. Si no es por ella, no creo que yo hubiese salido de esto”.
Cuando recuerda el día que empezó todo, se emociona: “Mira qué coincidencia, cuando la conocí, en su estado de whatsapp ponía: todo ocurre por algo”. “Dentro de lo cabe, me alegro de todo esto, porque la he conocido a ella. Si no hubiera tenido el accidente, no la hubiera conocido”, comenta. "Al final te das cuenta que la vida continúa", añade.
Accidente laboral
El 2 de enero de 2020 fue a trabajar a las 8 de la mañana como técnico de prevención de riesgos laborales a una obra. Cuando estaba dando una formación a los trabajadores, una viga, sujeta por una grúa, cayó sobre su cabeza, dañándole 9 vértebras. Pasó seis meses en una clínica de rehabilitación de Toledo, hasta que en agosto volvió a Jerez de la Frontera. “La primera vez que lo vi me pareció muy atractivo, con unos ojos muy bonitos y muy simpático”, recuerda Lucia. “Cuando lo miro yo no veo la silla de ruedas, no veo limitaciones”, afirma.
Su historia de amor ha podido con prejuicios, barreras y miradas indiscretas. Ahora, juntos, se preparan para un nuevo capítulo de su vida: “Queremos celebrar la boda en septiembre, coincidiendo con nuestro primer aniversario”. | Alicia Ariza | Fuente: Nius.