Susana Hornos protagoniza en escena un texto de su autoría, ‘María Teresa y el león’, sobre la primera mujer de Rafael Alberti, a cuya memoria está dedicada la Biblioteca Municipal de la Casa de la Cultura. En La 1 es Elena Gamboa en la serie ‘Estoy vivo’. Por su matrimonio con el actor argentino Federico Luppi, fallecido en 2017, Hornos estuvo durante muchos años entre ambos lados del Atlántico, cosechando reconocimientos por su labor teatral como dramaturga y actriz en Buenos Aires, llegando a ser residente porteña durante un tiempo.
| La Biblioteca María Teresa León, en la Casa de la Cultura.
--En el teatro interpreta a María Teresa León ¿Qué nos puede descubrir de la primera mujer de Alberti?
--María Teresa León es una de tantas mujeres fascinantes que en los colegios y en la historia ni se las nombra. No es algo de lo que debamos sorprendernos, pero pienso que sí ocuparnos. De ella y de tantas. Yo decidí hacerlo desde mi humilde morada que es el teatro. Siento que es mucho más lo que merece, por su escritura, por toda la lucha incansable y agotadora que llevó en el exilio contra el fascismo, porque de todos los libros de historia sobre España su Memoria de la melancolía es uno de los más conmovedores, amen de su lenguaje, su punto de vista como madre, mujer y escritora, nos cuenta otra España, vivencias que hoy ayudarían tanto a la gente joven a entender de donde venimos, a saber que muchas mujeres dejaron cada soplo de su su vida para que hoy nosotras podamos votar libremente, estudiar y tener los mismos derechos. No es necesario recordarlas desde la pleitesía pero que mínimo que saber quienes fueron.
| Una imagen de María Teresa León, de joven.
--¿De que manera influye en el poeta de El Puerto?
--Es más que una influencia, es que ella formaba parte de esa Generación del 27, nos han mostrado en las escuelas que solo eran varones, pero se dejaron a ellas de lado. Yo creo que algo que la pareja tenía y alimentaban entre ellos (te uso un termino argentino que adoro) era la polenta con la que hacían todo. Alberti y María Teresa no fueron solo poesía y prosa, fueron exilio, recabar fondos, armar encuentros, conseguir que esa generación no solo se conociera en España, hacer teatro en las trincheras, vivir el desarraigo de tantos años, o la misma odisea de sacar varios cuadros del Museo del Prado para evitar que fueran bombardeados, cuánto hubo de insensatez y cuanto, de inteligencia en esa acción, pero alguien tenía que hacerla, y en eso ellos les ponían cuerpo a las letras, no solo creación.
--¿De que manera la aborda en escena?
--Yo leía a María Teresa y estaba muy impregnada de su lenguaje y vida, siempre me sobrecogía cuando hablaba con tanto dolor de su imposibilidad de volver a España. Un día leí un hecho que desconocía, cuando por fin muere Franco y tantos exiliados pueden regresar, ella ya tenía inicios de Alzheimer; lo describió Marcos Ana, ella regresó, pero ya no sabía que estaba aquí. Que una de las personas más empeñadas en transmitirnos su memoria, la terminara perdiendo, que todo lo que sufrió por no poder volver no pudiera ser recompensado por años de vejez ya en su país, me pareció tan doloroso como paradójico, y ahí decidí escribir esta historia, justamente desde esa mujer que deambula con su Alzheimer y en su nebulosa trata de recordar su vida. La obra es un gran flashback a través de varias escenas que transitan lo que para mí eran momentos cruciales para ella, por ejemplo, claro está, cuando ellos se conocieron.
--¿Cómo es su María Teresa León?
--Gracias a que mi directora Carolina Román, llevaba la batuta de todo, desde el principio me pidió que no tratara de imitarla nunca: crea tu propia María Teresa, llénala de vida, no seas una copia. Y esa forma de trabajar, fue un acierto y un hermoso viaje de principio a fin. | Texto: Francisco Andrés Gallardo.