Uno de los mayores tesoros que alberga nuestra Basílica Menor son sus dos órganos musicales. Al decir que son un tesoro no exagero. Al órgano principal, de estilo barroco andaluz, le falta un año para completar dos siglos y medio de existencia, desde que en 1772 fuera colocado en el mismo lugar que hoy ocupa en silencio. Es uno de los más antiguos e importantes de Andalucía, si no el que más, obra de un prestigioso constructor, José Casas, que lo fue también de varios de los que existen en El Escorial y del de la catedral de Jaén.
Sus dos teclados y la sonoridad espectacular que debió tener y la "dulzura de voces" que alababa el archivero municipal Cardenas Burgueto a comienzos del pasado siglo darían un concierto de ensueño, en conjunción con el otro órgano de menor tamaño, procedente del convento de Santo Domingo que, originalmente, tenía 788 tubos —supongo que habrá perdido muchos de ellos— pues está afinado (o estaba) en el mismo tono del órgano mayor. El que fuera alcalde de la Ciudad, Fernando Gago, tenía pensado un plan para este segundo órgano.
Pero vayamos con el órgano menor. En 2007, el que fuera alcalde de la Ciudad, Fernando Gago, quería poner en valor desde hacía ya tiempo el Monasterio de la Victoria como un centro cultural y de congresos, desde sus múltiples vertientes,
Una de las iniciativas que Gago quiso poner en práctica una vez estuviera rehabilitado el edificio era la de devolver a su lugar el órgano que tiempo atrás perteneciera a la iglesia del convento de Santo Domingo, y que, tras la desamortización del templo por Mendizábal, pasara a la iglesia de La Victoria, igualmente desamortizada. El mal estado de conservación del edificio, que más tarde fue utilizado como prisión, hizo que el Ayuntamiento de El Puerto, en el año 1867, decidiera ordenar el traslado del instrumento a la Iglesia Mayor Prioral, donde quedó en depósito, lugar en el que se encuentra en la actualidad.
Tal y como recoge el acta de la sesión municipal celebrada en noviembre de 1867, los regidores municipales valoraron que "sería mucho más conveniente tener el órgano en la Iglesia Mayor Prioral, encargando su cuidado y conservación a los señores curas. Por unanimidad se acordó trasladar el depósito de dicho órgano de la Iglesia de la Victoria a la Prioral de esta ciudad". El acta está firmada por Carlos González de la Iglesia.
Hace 14 años, la intención de Fernando Gago (quien hasta se hizo con una copia del acta existente en el Archivo Municipal para acreditar que el órgano se encuentra en depósito en la Basílica Menor) era devolver este espectacular instrumento musical a la sede desamortizada que lo acogiera hace ya más de cien años: el antiguo Monasterio de la Victoria. Gago tenía claro que, hasta la rehabilitación del edificio —al que aún hoy le queda mucho recorrido para su completa rehabilitación y uso— no se podría trasladar el citado órgano.
Si lo de la restauración que propugna una asociación no me pareciese una utopía, -¡y ojalá me equivoque!- en 2022, podría celebrase un concierto conjunto magno para celebrar el 250 aniversario del órgano mayor. | Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz | A.C. Puertoguía.