Las casetas pintadas en rojo y blanco vuelven a la playa de La Puntilla. Adolfo Mayo Garrido, encargado general de El Castillito, ha estado supervisando las obras del bar restaurante que ha estado durante más de 50 años ininterrumpidos, prestando sus servicios a vecinos y turistas, desde que lo iniciara Ismael Mayo Marbán y lo continuara su hermana María. Ahora, tras una profunda reforma, pero sin tocar las esencias, es mas, volviendo al aspecto que tuvo en el pasado, regresa hoy 1 de mayo a seguir compartiendo tantos años de buen pescado, carne y hortalizas de su propia huerta. Nuevas cocinas, terrazas y servicios, completan la exquisita restauración de la Batería de la Laja.
Desde el 14 de diciembre hasta ayer, 30 de abril, las mejoras se han ido viendo por días. Curiosos y paseantes han sido testigos del renacer de El Castillito, donde se ha recuperado parte de su pasada fisonomía y se han modernizado las dependencias anexas, a las necesidades del siglo XXI.
| Un cliente de El Castillito, de más de 80 años, envió a los gestores del establecimiento una instantánea que se hizo sobre la cubierta de la antigua batería, cuando era joven y ya funcionaba como chiringuito de playa.
| En la imagen, los hermanos Ismael y María Garrido Marbán, iniciador y continuadora de la actividad hostelera de El Castillito. Ismael regentó con anterioridad la "Sala-Baile "Jalisco", que llegó a ser conocida en El Puerto como "El Picnic", situado en el centro de la calle Santa Clara. Un gran salón cuadrado, en el centro pintado en el suelo un anuncio de "Volpa" en forma circular, a su alrededor mesas y sillas dejando el centro como pista de baile, en el fondo y en alto, un escenario donde actuaban los conjuntos. Fué la primera sala de baile juvenil que se abrió en El Puerto de Santa María, porque aunque existía "El Oasis" en esas fechas de principio de los años 60 del siglo XX, estaba considerada como una sala de fiestas para mayores y prohibida la entrada a menores de 18 años". (F. Ramírez Tallón)
La bóveda de cañón de la instalación principal de El Castillito ha sido restaurada en su mayor parte, recuperando la piedra vista original, eliminando los revoques modernos que tenía. Continúa la decoración con motivos marinos y marineros, en un ambiente sumamente acogedor.
| Los hermanos Mayo Garrido, con El Castillito de fondo en los años setenta del siglo pasado. De izquierda a derecha, Arturo, Manolo, Mari Luz, Rosa María, Milagros, Juan Domingo (Kiko), y los pequeños Amparo y Adolfo.
| Otra imagen para el recuerdo. De izquierda a derecha, Arturo, Amparo, su padre Manuel Mayo López y Adolfo. Estas y otras fotografías antiguas de la playa de La Puntilla se pueden ver en los murales que han expuesto en la terraza del establecimiento.
La terraza cubierta, junto al gran eucalipto que la acompaña desde años ha, también ha sido remozada, convertida una mitad en zona descubierta, pero con toldos, y la zona cubierta forrado el techo con palos de eucalipto. Una colección de fotografías antiguas completa la decoración. Las paredes también han recuperado el aspecto antiguo, sin mayor intervención que su consolidación.
Lo más llamativo quizás sean las tres casetas de playa, a semejanza de las que desaparecieron mediados los años ochenta, forradas en madera de chapado marino, que hacen las veces de nuevos y modernos servicios del establecimiento; se completan con dos fosas sépticas con capacidad para 15.000 litros. Las tres palmeras que ya estaban plantadas, han vuelto a ser colocadas en su sitio.
Una reforma integral de la cocina, con nuevos útiles y almacenes hará que el personal que trabaja en la sala de máquinas, trabaje mas confortablemente para elaborar los suculentos platos de pescado que, tradicionalmente ofrecen en este afamado chiringuito, antigua Batería de La Laja, o Castillo de la Pólvora.
El arquitecto Luis Antonio Gasparini, de la firma Fernández & Gasparini ha dirigido la obra ejecutada por Firmes y Carreteras y Guvicon con la supervisión del arqueólogo portuense José Manuel Lojo.
| Una pintura del pintor Adrián Ferreras, con El Castillito y su entorno, imaginado antes de las diferentes restauraciones.