| Imagen de san José del taller de los hermanos Navarro que desde 1738 ocupa el retablo de la capilla de san Pedro de la Prioral, se venera estos días delante del presbiterio.
Coincidiendo con la festividad de San José, el historiador Francisco González Luque realiza en esta nótula un primer estudio-catálogo sobre las 25 imágenes escultóricas de San José, pertenecientes a diferentes estilos, conservadas en edificios religiosos de El Puerto de Santa María, así como su estado de conservación. El investigador pone de manifiesto la variedad existente en nuestro término municipal, incluyendo algunas representaciones poco conocidas. Deja para más adelante otras creaciones artísticas del patriarca en pinturas, arte suntuario y patrimonio urbano. (Esta última publicada por Betilo).
Justificación y presentación
El Papa Francisco ha declarado 2021 año de san José para poner en valor su figura en el 150 aniversario de su declaración como patrono de la Iglesia Universal. Otro motivo más particular para celebrar este “año josefino” en El Puerto es aprovechar la ocasión para estudiar, catalogar, analizar y difundir la presencia del santo patriarca en su patrimonio sacro. Así lo aconseja la cantidad, variedad y calidad de las manifestaciones artísticas en que se ha reflejado el mismo en la Ciudad.
Nos limitaremos por ahora a destacar con un carácter genérico los aspectos referidos a su iconografía, estilo, cronología y otros de interés (materiales, técnicas, tamaño, conservación, etc.) relativos exclusivamente a las piezas de escultura, algunas de ellas inéditas o poco conocidas para la mayoría de los portuenses. Dejamos para otra ocasión tanto su análisis individualizado como las representaciones de san José en pintura, artes suntuarias y patrimonio urbano.
Culto y patronazgo
José de Nazaret, según la tradición cristiana, fue el esposo de la Virgen María, madre de Jesús y, por tanto, su padre putativo (también calificado como legal o nutricio). De su figura se ocupan los evangelistas Lucas y Mateo y varios escritos apócrifos, concretamente el Protoevangelio de Santiago y la Historia de José, el carpintero. Básicamente esas cuatro han sido las principales fuentes de inspiración para los artistas y por las que conocemos detalles de sus desposorios con María, escenas del Ciclo de la infancia de Jesús, la presencia en el taller de carpintero junto a su hijo, que juega o aprende el oficio con él, y los episodios de su muerte y glorificación.
| En la capilla del Sagrario de la parroquia de san Francisco
Fue uno de los santos cuyo culto más se extendió entre los fieles cristianos desde finales de la Edad Media. Será a partir del siglo XVI cuando su figura se revalorice y las representaciones artísticas se incrementen gracias a la devoción de Santa Teresa y carmelitas, jesuitas y salesianos junto con el fomento de la veneración a las imágenes emanado del concilio de Trento. El clero regular y secular así como gran parte de los devotos le rindieron un culto especial desde entonces hasta nuestros días. Además de patrón de la buena muerte al extenderse la creencia de que Jesús y María le habían asistido durante su agonía, de los carpinteros por su oficio artesanal, del clero y la familia, fue proclamado patrón de la Iglesia universal y desde 1955 fue aprobado su patrocinio sobre los obreros en general?.
Catálogo y ubicación
Hemos localizado y catalogado 25 imágenes escultóricas de San José conservadas en edificios religiosos de El Puerto, a las que habría que añadir las que se conservan en domicilios particulares y las muchas desaparecidas. Uno de los aspectos de gran interés que más nos ha llamado la atención ha sido su gran diversidad tanto en su calidad y valor artístico como en materiales, ideales (realismo frente a idealismo), actitudes (rigidez frente a dinamismo, frontalidad o mayor movimiento de las figuras), facciones del rostro (muy personales frente a otras más repetidas) y su expresividad (mayor o menor comunicación de sentimientos y transmisión de cariño). Igualmente difieren entre ellas el tratamiento de cabellera (mechones largos y ondulados en la mayoría) y barba (casi todas bífidas) o la factura de sus manos (huesudas y nervadas, delicadas o toscas). Asimismo, pueden establecerse analogías o diferencias en el tipo de indumentaria (volumen y pliegues en la interpretación de túnica y manto y su policromía) y calzado (algún modelo de sandalias o zapato cerrado), clases de peana donde asienta la figura (lisas y prismáticas la mayoría y en algunas apoyando el santo sobre nubes con querubines o, incluso, sobre un globo terráqueo el Niño), etc.
| Imagen de Olot (Gerona) en la capilla del antiguo hospital de la Santa Caridad
En cuanto a su ubicación, están repartidas en diez espacios sacros del casco histórico de la ciudad, concretamente en tres conventos, tres parroquias y cuatro capillas. En los conventos se concentra casi la mitad de ellas: seis en el del Espíritu Santo, el que más alberga, y tres en cada uno de los otros monasterios (tres en el de la Concepción y otros tres en el de Capuchinas). Dentro de éstos se reparten entre la iglesia, el coro y, la mayoría, en otras dependencias de clausura. En las tres iglesias estudiadas se concentran siete imágenes de san José: cuatro en la Prioral, una en san Francisco y dos en la de san Joaquín. Finalmente, en las cuatro capillas inventariadas se localizan hasta seis representaciones del santo patriarca: tres en la del antiguo hospital de la Santa Caridad y cada una de las otras en la actual de las Esclavas, la del colegio de las Carmelitas y en la más moderna capilla del Sagrado Corazón de Jesús. En cuanto a su ubicación concreta, la mayoría se encuentra sobre peanas exentas en sacristías o en dependencias interiores, si bien las de mayor tamaño y más visibles son las que descansan en retablos, tanto mayores como laterales, en el interior de capillas o en hornacinas adosadas a las naves de los templos. Otras se custodian dentro de urnas o vitrinas.
| San José en el retablo mayor de la iglesia de la Concepción
Iconografía
Por ahora no nos ocuparemos de la representación plástica de san José en escenas que transcurren entre su elección como pretendiente para desposar a María hasta su muerte, glorificación y componiendo la Sagrada Familia, asociada a la Trinidad terrestre. Hacemos una excepción para destacar su especial protagonismo en el episodio de la Natividad dentro del “Ciclo de la Infancia de Jesús” y nos detendremos en la otra variante iconográfica más representada: las imágenes de san José con el Niño Jesús.
En la mayoría de las estudiadas en El Puerto se interpreta a san José como un varón adulto, maduro, en los años de plena posesión de sus fuerzas físicas e intelectuales, frente a la fisonomía de anciano descrita por los apócrifos y representado hasta el renacimiento. Desde el barroco presenta larga cabellera de mechones ondulados y barba crecida y espesa, con cabeza inclinada hacia su hijo, rostro de correctas facciones y expresión afable como padre de familia entrañable y protector del Niño Jesús. En cuanto a su indumentaria, viste túnica talar de color morado o violáceo y manto terciado en tonos ocre, marrón o amarillo oro. El Niño puede estar mirando al padre o a los fieles. En la mayoría de los ejemplos, será frecuente el cruce de miradas entre padre e hijo reflejando su relación afectiva.
|Primer plano del san José conservado en el coro bajo del convento de la Concepción
En ningún caso falta su principal atributo, la vara florida (con flores u hojas de almendro, azucena o lirio, según versiones), símbolo de pureza que, a modo de bastón identificativo es portado en la mano derecha o izquierda del patriarca. Se asocia al prodigio sucedido durante la elección del pretendiente para desposar a María según la narración del Protoevangelio de Santiago: fue la única rama que floreció entre todas las que llevaron los varones de cada tribu de Israel convocados para este fin. Se cumplía así la profecía de Isaías: "Y saldrá una rama de la raíz de Jesé, y una flor saldrá de su raíz", Is 11,1). Se reforzaba, además, la castidad del varón y la predilección de Dios para que José desposase a María.
Otros atributos característicos de San José se asocian a su vida sencilla, de artesano, especialmente lasherramientas propias de su oficio de carpintero (sierra, hacha, garlopa o escuadra) apenas se reflejan en laplástica portuense. Entre ellas, la sierra cobra especial protagonismo, sobre todo si se trataba de incidir en sucondición de patrón del gremio, como se contempla en el grupo conservado en el retablo de su capilla en la Prioral, propiedad de la cofradía homónima en El Puerto desde su fundación a principios del siglo XVII. En este caso quién porta la sierra es el Niño Jesús situado a su izquierda.
| San José, titular de la cofradía y capilla de la Prioral
En todas las imágenes josefinas conservadas en esta ciudad se resalta su papel de padre legal, protector y conductor del Niño Jesús. Se pretende destacar los aspectos sentimentales de su relación, su proximidad espiritual y física, el cariño mutuo. En la mayoría de las piezas catalogadas san José dirige su mirada al hijo, tanto si lo lleva en brazos como si simulan ir caminando cogidos de la mano. Se trata de dos tipologías o variantes populares adoptadas frecuentemente por la imaginería de las escuelas castellana, andaluzas y otros focos de los que se conservan importantes manifestaciones en El Puerto.
| Imagen en la capilla del Sagrado Corazón de Jesús, procedente de la parroquia de san Francisco
La mayor parte de estas representaciones (19) contempla al santo patriarca con su hijo en brazos (trece sobre el izquierdo, cuatro sobre el derecho y dos siendo mostrado al fiel o espectador).
| San José con el Niño sobre el brazo izquierdo en la sacristía de la Prioral
El Niño, colocado sobre un paño o lienzo de talla, puede estar mirando al padre e incluso en ademán de hacerle carantoñas o acariciarle la cara o ser mostrado al fiel. En esta variante se nos muestra a José portando a su hijo entre pañales a la altura del pecho, en actitud sedente o recostado en uno de los dos brazos mientras con la otra mano sostiene su atributo más personal, la vara florecida.
| Otra magnífica imagen de san José en la iglesia de las Capuchinas
Únicamente en un caso Jesús aparece dormido en brazos de su padre. Casi todas las imágenes de Niño Jesús en compañía de su padre son exentas, talladas independientemente y desmontables, razón por la que muchos han sido retocados, alterados e incluso perdidos y sustituidos. Otros han “sufrido” desperfectos, entre otros motivos por haberse expuesto en besapiés para la adoración en Navidad.
| El Niño Jesús duerme en estas imágenes del coro del Espírtu Santo
El otro modelo iconográfico, el que nos presenta al santo patriarca tomando de la mano al Niño, se conoce como san José itinerante, aunque simplemente se representen erguidos, frontales y en reposo. En esta variante la actitud naturalista contribuye al dinamismo de la escena: san José suele colocar un brazo en alto sosteniendo la rama florida mientras con la otra mano sujeta la del Niño, a quien dirige cabeza y mirada. En obras escultóricas, las dos figuras son piezas independientes pero interrelacionadas. Padre e Hijo simulan caminar juntos, aquel en su condición de maestro y conductor de Jesús en su más tierna infancia, guiando sus pasos y éste, cercano, obediente y agradecido, toma su mano. En la mayoría el padre alarga su derecha para tomar la izquierda del hijo.
| Ejemplo de san José itinerante en la parroquia de san Joaquín
Finalmente, la otra escena en que san José también es protagonista nos lo sitúa junto a María y el Niño en la cuna componiendo un Nacimiento, como en los más conocidos belenes de Olot (Gerona) repartidos por diferentes iglesias y conventos, donde el padre aparece de pie e inclinado hacia su hijo. En el magnífico ejemplo del coro de las Capuchinas, un conjunto muy interesante de filiación hispanoamericana, san José se nos muestra arrodillado en actitud de adorar a su recién nacido.
| Interesantísima muestra de san José de pequeño formato en un Nacimiento conservado en el coro de las Capuchinas
Morfología, estilística, cronología y autoría de las obras
Respecto a sus proporciones, la mayoría de las imágenes de san José estudiadas en El Puerto son de tamaño menor que el natural, oscilando entre los 120 y 160 cm. de altura. También hay varias que no llegan al metro, algunas de pequeño formato y un par de ellas de tamaño natural.
| En el retablo mayor de la actual capilla de las Esclavas también se conserva una imagen de san José con el Niño
Atendiendo a su volumen, todas salvo dos son de bulto redondo o exentas, si bien predominando en ellas un punto de vista frontal. Son de talla completa, aunque pertenezcan a retablos, no se ha conservado ninguna imagen de candelero. Los dos únicos relieves, de muy diverso material y técnica y quizá poco conocidos, son el que representa en marco oval y madera policromada un patrocinio josefino, seguramente novohispano y dieciochesco, en el mueble cajonera de la sacristía de la actual capilla de los Afligidos y el bajorrelieve en metal plateado decorando el respiradero frontal del palio de Ntra. Sra. de la Amargura, labrado por Lorenzo Jiménez Rueda en 1968.
| “Patrocinio josefino”, relieve oval novohispano en la sacristía de la capilla de la Santa Caridad
| San José en el respiradero frontal del palio de la Amargura | Foto: Javier Navarrete Mateos.
Y mencionando los materiales y técnicas, la mayoría de estas imágenes son de madera policromada (en catorce casos ésta presenta la técnica de encarnado y estofado y en cinco se limita a policromía plana), una sola en el color del cedro, sin pintar y hasta seis son de pasta de madera o escayola.
| Interesantes labores de estofado en la imagen de pequeño formato conservada en la sacristía de la capilla de la Santa Caridad
| La única imagen de madera sin policromar, firmada por Sanz Herranz, se encuentra en la clausura del Espíritu Santo,
Respecto al estilo artístico de estas imágenes josefinas, contamos tanto con imágenes barrocas (una del siglo XVII y hasta doce del XVIII) como contemporáneas (una neoclásica del XIX y once de Olot fechadas a lo largo del siglo XX). Refuerza el interés de estas interpretaciones de san José en El Puerto el hecho de encontrar piezas de muy variada procedencia en cuanto a poder adscribirlas a una escuela o foco determinados, ya que las hay tanto sevillanas y jerezanas como madrileñas, levantinas y extranjeras (podemos atribuir obras a artistas genoveses e hispanoamericanos).
| Detalle de la imagen de san José firmada por García Alonso en 1897 procedente del convento de Capuchinas de San Fernando y conservada actualmente en el de El Puerto
Exceptuando las esculturas de los talleres de Olot, pocas son las imágenes firmadas, las correspondientes a García Alonso, Fons y Pons, Sanz Herranz y Jiménez Rueda y, aunque algunas son de segura atribución (las obras de los hermanos Navarro, Camacho Mendoza, etc.), la mayoría permanece en el anonimato.
Asimismo, es necesario comentar el estado de conservación de estas obras. Y en este sentido, hay que lamentar que la mayoría necesita intervención para restaurarlas o reponer incluso fragmentos desaparecidos. Podríamos resumir confirmando que dos de ellas se encuentran en pésimo estado de conservación, once presentan desperfectos parciales en el soporte o la policromía, en diez no se aprecia grave deterioro y dos han sido restauradas recientemente.
| Y en la iglesia conventual de la Concepción se venera este año especial la imagen genovesa de pequeño formato conservada en la enfermería | Foto: José Antonio Aguilar.
Finalizamos este apretado resumen sobre las imágenes esculpidas de san José en El Puerto de Santa María invitando a portuenses y foráneos a visitar nuestros templos y contemplarlas de cerca ahora que, por cierto, se están exponiendo algunas para ser veneradas en este año de especial significación josefina. Del buen criterio con el que se han rescatado imágenes de espacios poco visitados, sirvan los ejemplos colocados delante de los presbiterios de la basílica o de los conventos del Espíritu Santo y la Concepción. | Texto y fotos: Francisco González Luque (salvo cita en contrario).
N.B. 1. Dedicado a nuestro amigo Pepe González Isidoro, in memoriam.
N.B. 2. Nuestro agradecimiento a los párrocos, abadesas y cuantas personas nos han facilitado el estudio de las imágenes.
N.B. 3. Sería deseable que, con todas las imágenes, se pudiera realizar una exposición magna antes de que finalice el año.
Paco, desde luego tu dedicación es encomiable
Enhorabuena Paco, aprendiendo y disfrutando de tu excelente trabajo.