| Vista aérea del río Guadalete | Año 1970.
Desde estas páginas estamos haciendo un intento de aproximación a la comprensión y valoración del rico Patrimonio Histórico que posee nuestra Ciudad. Para ello, hemos propuesto una metodología de valoración, si es que así se puede llamársele, fundamentada, en primer lugar, en la observación reflexiva de lo que nos rodea. Dicha observación la venimos realizando desde los diferentes accesos a El Puerto de Santa María, con el fin de percibir, desde el entorno lejano, determinadas características de configuración, perfil urbano, implantación paisajística, y cuentas otras puedan coadyuvar a una mejor interpretación de la Ciudad, desde el punto de vista del Patrimonio Histórico.
Hecha esta pequeña síntesis de lo aquí tratado hasta hoy, nos encontraos, en nuestro recorrido, en el principal acceso viario con que cuenta nuestra Ciudad, la antigua CN-IV. Por la posición de este importantísimo eje, es preciso definir dos sentidos, que dan lugar a dos percepciones distintas:
En primer lugar, trataremos el acceso desde Jerez en dirección a Cádiz [CA-31 Acceso Norte viniendo desde Jerez. Pasa por la cuesta del Toro, al lado del Parque Acuático y termina en la glorieta de los Toros de Osborne, donde ya deriva en vía urbana].
La primera visión que desde este eje podríamos tener del Conjunto Histórico se ofrece desde la Sierra de San Cristóbal. Desde allí, es posible contemplar una impresionante panorámica, no solamente del Conjunto, sino de toda la Ciudad y, aún más, de la totalidad de la Bahía de Cádiz y el sistema polinuclear de ciudades que la conforman. Desde la perspectiva que aquí venimos tratando es, sin embargo, un punto de vista demasiado lejano para definir el perfil urbano. Observamos, eso sí, que la integración paisajística es notable y seguramente podríamos apreciar otros elementos de interés si dispusiéramos de una zona mirador aneja al viario, que permitiera un análisis más detenido de la realidad existente.
Continuamos por antigua N-IV, hoy vía urbana, y a medida que nos acercamos a la Ciudad, el perfil urbano del Conjunto queda oculto, no siendo posible apreciarlo más que cuando ya se ha superado la calle de entrada (Pozos Dulces). Con anterioridad hemos podido percibir un importante nudo circulatoria en el que confluyen las vías de salida de la Ciudad hacia Jerez, y el acceso hacia Rota y Sanlúcar, con la propia vía. Este punto podría considerarse como la principal puerta de acceso a la Ciudad, integrando el mismo multitud de funciones diversas.
| Cascos bodegueros reutilizados por Pozos Dulces. Vista aérea.
Así, nos encontramos en un radio aproximado de cien metros con: el instituto Pedro Muñoz Seca, la estación del ferrocarril, el Monasterio de la Victoria, un paso peatonal elevado, varias paradas de autobuses, el resto del antiguo Paseo y Parque de la Victoria, naves bodegueras reutilizadas… Y todo ello disperso, sin conexión ni tratamiento que cohesione las piezas. El resultado tiene que ser inevitablemente negativo.
La construcción de las variantes de la carretera de Rota y la antigua CN-IV descongestiona circulatoriamente la zona, liberándose de servidumbres conformándose de forma mas adecuada, a la función exclusivamente urbana que sustenta.
El antiguo Parque y Paseo pueden formalizarse como límite del Conjunto y pieza bisagra entre éste y los nuevos crecimientos en una oportunidad única para configurar el entorno idóneo del Monasterio de la Victoria, como pieza clave del ámbito, envolviéndolo o refachadizándolo con una amplia zona verde.
Las construcciones provisionales o inadecuadas, los anuncios publicitarios y rótulos agresivos, las construcciones en desuso… Todo ello desdibuja y degrada la zona que merece, en nuestra opinión una mayor dignidad en su ordenación, debido a su importancia y significación, y a la posibilidad de recuperar para la Ciudad este amplio espacio.
Continuando por la antigua CN-IV, y situados sobre el puente sobre el Guadalete, es posible, por fin, percibir, aunque de forma tangencial, la fachada más importante que tiene el Conjunto Histórico, sobre la margen derecha del río.
Constituye esta fachada, por su situación, un borde potencialmente perfecto para apoyar el Conjunto Histórico. En toda su longitud, dispone de un amplio espacio libre que actúa como filtro entre el cauce y la edificación, con tratamientos diversos en su longitud. [La actual construcción de un aparcamiento subterráneo, obra paralizada] con un impacto ambiental negativo, que impide, además apreciar [como corresponde] la hermosa Iglesia del Espíritu Santo.
| Foto: Ché
A continuación, el Parque Calderón, Fuente de las Galeras y Muelle [que fue] del Vapor, constituyen, por sus características, la imagen más reconocible y adecuada al entorno del Conjunto Histórico. Mas allá, los terrenos que en su día ocuparon las instalaciones portuarias [una parte un Paseo y la mayor, aparcamientos], así como determinadas actuaciones residenciales, entorpecen la adecuada percepción del Conjunto, impidiendo la visión de algunos de sus elementos más significativos.
| Casa de la Vicuña, por calle Palacios esquina con Micaela Arramburu.
Piénsese que, en otros momentos históricos, la antigua Lonja, el Castillo y la antigua Aduana tenían contacto con el río, ofreciendo, que duda cabe, una imagen de fachada urbana del máximo interés, como así lo atestiguan numerosas ilustraciones de la época.
| Fachada del Conjunto Histórico, desde la otra banda.
La recuperación de este espacio para la Ciudad y la vinculación de la misma a su río, mediante el destino del mismo a espacio libre de uso público, sería un digno remate de la fachada urbana, como continuación de lo ya existente.
| Rederos en la avenida de la Bajamar, cuartos de redes. Las edificaciones en primer término a la izquierda han sido sustituidas por modernos bloques de viviendas. A continuación, el antiguo almacén de Obras Públicas, hoy Talleres de APEMSA y el edificio que alberga el Bar La Dorada.
Unificar el frente fluvial con un tratamiento de espacio verde ayudaría a conformar un adecuado basamento del Conjunto Histórico, diluyendo además los elementos que ocasionan un impacto ambiental negativo.
Respecto al acceso desde Cádiz [CA-32 Acceso Sur, procedente desde Puerto Real, llegando a Valdelagrana, donde ya deriva en vía urbana], no es posible la percepción más que desde puntos alejados, siendo el perfil urbano una suave línea ondulada con fondo de pinares, sin que se aprecie, a tal distancia, ningún elemento característico.
| Valdelagrana vista desde el río San Pedro.
A medida que nos acercamos, la visión del núcleo queda interceptada por los enormes edificios den altura de la urbanización Valdelagrana, que impiden ver la silueta de la Ciudad. Más adelante la percepción próxima [a través de los terrenos de la Autoridad Portuaria. Solamente sobre el puente sobre el Guadalete es posible una percepción clara de la silueta de la Ciudad, que básicamente hemos comentado anteriormente.
| Vista lateral de la recientemente restaurada Fuente de las Galeras Reales.
Aspectos a destacar, aún en riesgo de parecer reiterativos son: la magnífica alineación de palmeras [las que quedan], el muelle del Vapor, las dos pequeñas cúpulas de la fuente de las Galeras, e importantes edificios vinculados al Comercio de Indias. Es posible, asimismo, vislumbrar las almenas del Castillo.
La fachada del Conjunto
La única fachada que ofrece el Conjunto Histórico de El Puerto de Santa María se desarrolla en la margen derecha del río Guadalete. Con enormes posibilidades en lo relativo a presentar un frente digno y armonioso, en consonancia con el ámbito del que forma parte, adolece en la actualidad tanto de situaciones heredadas, materializadas en edificios construidos al socaire de un mal entendido progreso, como de falta de conexión efectiva con la Ciudad, motivada por el presente uso de las instalaciones portuarias.
La imagen que debe proyectar El Puerto de Santa María, como Ciudad de alto interés patrimonial, declarada Conjunto Histórico Artístico el 4 de diciembre de 1980, bien merece un esfuerzo colectivo encaminado a su refachadización y puesta en valor.
Dejo en este punto de nuestro itinerario al lector, para que enjuicie los elementos o edificaciones que desde el punto de vista que aquí venimos tratando, ocasionan un impacto ambiental negativo. Poco podemos hacer al respecto, pero si tomamos conciencia de la agresión que supone lo ya hecho, es posible que ya hayamos dado un gran paso hacia el futuro de la conservación de nuestra Ciudad. | Texto: María Jesús Rodríguez-Tourón Escudero. Arquitecta.